Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Stefy Mustang, 8 Septiembre 2008.

  1.  
    Hate

    Hate Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    19 Febrero 2006
    Mensajes:
    154
    Pluma de
    Escritora
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Corto pero excelente; espero que pronto coloques el capitulo siguiente pues está interesante lo que pueda pasar...
    haber, intentaré adivinar... "Dos persona, una misma dirección" :o... Salio mi lado poetico :)xD

    ¿Borrar un post? Cuando le das a "Editar" arriba al inicio deberia salir la opción de borrar...
    sí no te sale lo que puedes hacer es eliminar la continuación de ese post y poner un mensaje de error :)

    Cuidate.!
     
  2.  
    ....

    ....

    Escorpión
    Miembro desde:
    9 Agosto 2007
    Mensajes:
    0
    Pluma de
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    hola!
    a ver voy a escribir algo que si no te da un ataque jeje :) pero me alegro que quieras que comente tu fic happy pero a ver que te pongo que me puedo ganar otra infraccion de esas *verguenza*
    k malo Naraku, que pasa que no sabe conseguir nada sin hacer trampas?? jumm
    como tampoco comente algo del capitulo cuarto ahi voy xD:
    recordar? como no sea a koga... estoy en lo cierto??? porfa dime :)
    y por ultimo juju
    la madre de kagome es un poco intolerante hacia los homosexuales no? como se nota que es de una generación anterior xD
    bueno para que veas todo lo que te he puesto ehhhh :ANYWORD5:

    Una cosa mas jeje es que tenía ganas de mandar un mensaje con esto:
    a ver si te metes en mi blog, ya veras como te gustara (lo dice la creadora xD)


    adios besos, cuidate amiga!!!
     
  3.  
    yasashisa

    yasashisa Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    23 Junio 2008
    Mensajes:
    62
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    hola!!
    me gustó mucho la continuación... claro que me puede avisar cuando pones conty!
    que amoroso inu al dedicarle la canción a kag!! *-*, espero que sango no se meta en lios! pero se está jugando por amor xD
    QUE TRISTE el pasado de inu y miroku, pero Kaede cuido de ellos, :)
    ese naraku, tan detestable como siempre... que se puede esperar de él... xD
    BUENO, me despido!

    un beso, y un abrazo!

    bye!
     
  4.  
    Stefy Mustang

    Stefy Mustang Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    18 Octubre 2003
    Mensajes:
    98
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    4976
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Respuestas:

    danielitaaxi: es que se supone que miroku es muuuuuuuy culto, y sabe hartos idiomas (es simplemente perfecto!!!)

    kirf: te inspiraste demasiado! lástima que ese no sea el nombre del cap. ._.

    abana: jeje, esa mamá de aome... es el personaje q más me da risa! xD Y no, no estás en lo cierto, lo que pasa es que miroku aconsejó a inu.. y entre los consejos estaba tomarla de las manos...

    yasashisa: yupi! tengo nueva lectora!!! ToT Insisto chicas, ustedes me suben la autoestima

    ADELANTO: Prepoarense porque estoy haciendo otro fic, sobre la segunda guerra mundial pero lamento decirles que la pareja principal es san&mir (que mas esperaban de mi, eh???) Ahora sí, el capítulo....


    SEXTO CAPÍTULO
    ** REENCUENTRO **
    Sango intentaba persuadir a su hermano, para que la ayudara a escapar. Estaba decidida a sentirse libre y de paso a ver aquellos ojos azules que tanta falta le hacían.

    - Kohaku, solamente es por unas horas. ¡Por favor! - rogaba la chica.

    - Pero, hermana...

    - Por favor, por favor, por favor. – siguió diciendo Sango.

    - Ay, está bien. Pero si te descubren, no me eches al agua. No quiero ganarme un castigo como el tuyo.

    - No te preocupes, estaré de vuelta enseguida. ¡Gracias Kohaku, te quiero mucho! – y luego de decir esto, salió de la casa. Allí, en la entrada, y como si lo hubiera llamado con la mente, estaba Miroku.

    - ¡Sango! Venía a visitarte. ¡Vaya, no sabía que tu padre te había perdonado! – dijo el chico, perplejo.

    - Hola Miroku. Te equivocas, aún sigo castigada, pero escapé. Así que no digas ni una sola palabra de esto. – pidió Sango.

    - ¿En serio te escapaste?- Sango asintió. – En ese caso... ¿no te gustaría salir conmigo? – preguntó Miroku, algo esperanzado.


    - ¿Por qué no? ¡Vamos! – dijo ella. Nada podría salir mal, ¿o sí?

    Miroku escogió el parque como el lugar de su primera cita con Sango, porque eso era una cita, ¿no? En ese sitio había visto como la belleza (como le decía a Sango en sus pensamientos) dejó escapar unas lágrimas de rabia y desilusión, el día en que Kuranosuke Takeda le terminó. Ella lo reconoció y ello la incomodó un poco, pero por eso no iba a arruinar el momento. Sin que se hubiera dado cuenta, él se estaba acercando más. [¡Esta estrategia sí que funciona!]. Durante un minuto se miraron a los ojos, sin decir ni hacer nada. El ritmo cardíaco de Miroku aumentó, al igual que el de Sango. Miroku tomó la decisión de confesarse, de pedirle que fuera su novia. Pero un grito lo interrumpió.

    - ¡Sango! – era Kuranosuke Takeda.

    - ¿Kuranosuke? ¡¿Qué diablos haces aquí?! – preguntó Sango, muy molesta.

    - Pasaba por casualidad, ¿recuerdas que aquí nos dimos nuestro primer beso?

    - ¡Cómo no voy a olvidarlo! Ese día descubrí qué es lo que se siente besar a un sapo. – se burló Sango.

    - Sanguito, me haces mucha falta. Sé que dije que no te quería, pero eso no es verdad, te he extrañado tanto... Eso lo dije porque...

    - ... tenías otra. Sí, ya sabía. ¿Sayo Toyotomi, no es así? – completó Sango.

    - ¿De qué Sayo Toyotomi me hablas? Yo no conozco a ninguna chica que se llame así...

    - En estos días me enteré de la verdad. La misma Sayo me lo dijo: mientras estabas conmigo me engañabas con ella y como ella se aburrió de ti, te dejó. ¿Así que ahora pretendes que te perdone? ¡Estás loco! – dijo Sango más furiosa que antes.

    - Sango, vuelve conmigo. – pidió Kuranosuke, de rodillas. Miroku no podía aguantar más a ese imbécil.

    - ¡¿QUÉ NO ENTIENDES QUE ELLA NO QUIERE SABER NADA DE TI?! – le gritó.

    - ¿Y este quién es? – preguntó Kuranosuke en un tono arrogante.

    - ¿Qué quién soy yo? ¡YO SOY EL NOVIO DE SANGO! – dijo Miroku al tiempo que besaba la mejilla de la chica. Ella se sonrojó de inmediato ante aquel contacto.

    - ¿Este es mi reemplazo? ¡Por favor, Sango, no me hagas reír!

    - Pues sí... éste es tu reemplazo... y ... besa muchísimo mejor que tú. – Sango había comprendido que lo que pretendía hacer Miroku era ahuyentar a su ex-novio.

    - Vamos a ver si piensas lo mismo después de esto... – dijo Kuranosuke. Se la arrebató a Miroku y la besó a la fuerza. Sango intentó liberarse, pero fue en vano. Esa fue la gota que rebosó la copa. Miroku los separó y le dio un puñetazo a Kuranosuke en la cara.

    - ¿Qué pasa chico? ¿Te da miedo que Sango me prefiera y te deje botado? – preguntó Kuranosuke llevándose la mano a su boca, en donde había recibido el golpe.

    - Eso nuca pasará. – respondió él.

    - Si eres un hombre, ven acá y pelea. Quien gane se queda con Sango. – lo retó Kuranosuke.

    - ¡No voy a pelear por semejante estupidez! Sango no es un trofeo... – En ese momento, Kuranosuke se abalanzó sobre Miroku. Él, como pudo se lo quitó de encima.

    - Ja, ja, ja. ¡Sango! Este es el debilucho que tienes por novio... ni siquiera se atreve a pelear conmigo.

    - ¡La pelea ni siquiera ha empezado! – se quejó Miroku. Ese idiota no sabía lo que le esperaba.

    Hubo patadas, puños, codazos, zancadillas y mucho más. Sango se quedó inmóvil, observando. “¡Más fuerte! ¡Mándalo al hospital!” gritaba por dentro. Al final, Miroku pudo ganarle a Kuranosuke, que salió huyendo como el cobarde que era.

    - Miroku, gracias por hacerte pasar por mi novio. – le dijo Sango.

    - No te preocupes, tenías que quitarte a ese de encima. – “Sería genial si en verdad fuera tu novio” pensó. – Regresemos al barrio, hace ya mucho tiempo que saliste...

    - ¡Es verdad! ¡Gracias por recordármelo! – justo en ese momento empezó a llover a cántaros. Inmensas gotas caían sobre el cabello de la chica.

    - ¡Sango, te estás mojando! Ten... te doy mi chaqueta – dijo Miroku, ofreciéndole la prenda.

    - ¡No te preocupes, así estoy bien! – dijo ella, de nuevo sonrojada.

    - Insisto... – le dijo, mientras se la ponía.

    - Te lo agradezco... eres muy lindo conmigo... y pensar que te odiaba... – confesó ella.

    - Ese que tanto detestabas era el Miroku de antes, un mujeriego, un pervertido... Pero cambié... y todo lo hice por ti, Sango. – confesó él también.

    - ¿Qué... qué... cambiaste... por... mi? ¡Qué disparates estás diciendo! – dijo, desviando la mirada.

    - Sólo la verdad, escúchame bien, sólo lo verdad. – sin darse cuenta, ya estaban frente a la casa de Sango.

    El ruido de un auto que se acercaba acabó con la atmósfera que se había creado. Los sonidos que emitía el motor se le hacían familiares a Sango. Era su padre.

    - ¡No puede ser! ¡Adiós Miroku, me tengo que ir! – dijo ella.

    - ¡Espera, Sango! ¡Yo... te amo! – dijo él, con la esperanza de que ella volteara. Pero ya la chica había entrado a su casa.

    Sango se fue corriendo para su cuarto, se metió en la cama y se hizo la dormida. Entonces, llegó su padre y la “despertó” de un grito.

    - ¡¡¡SANGO OHIRA, TENEMOS QUE HABLAR AHORA MISMO!!!

    - ¿Qué pasa papá? ¿Por qué estás aquí tan temprano? Se supone que llegarías en una hora. – preguntó ella, alarmada.

    - Dime que no es verdad. Dime que no te escapaste...

    - ¿Qué yo me escapé? ¡Pero si estuve durmiendo toda la tarde!

    - ¿Ah, sí? ¿Y entonces por qué traes puesta esa chaqueta?

    “¡Diablos!” pensó ella. “¿Cómo pude olvidarme de ese detalle?”

    - Pues... porque tenía frío... ¿está lloviendo, no? – dijo ella astutamente.

    - Ah... ¿y tu cabello? ¡No me digas que te bañaste! ¡NO SOY TAN ESTÚPIDO! Sabía que lo ibas a negar. Pero sólo me basta con lo que me dijeron para saber que fue verdad

    - ¿Te dijeron? – De seguro había sido Kohaku, el chiquillo traidor... - ¿Quién te lo dijo?

    - Kuranosuke Takeda, él fue quien me dijo que mi niña estaba fuera de casa. Y que un patán que decía ser su novio la acompañaba... y que el tipejo ese lo atacó salvajemente, que no le dio ninguna oportunidad para defenderse.

    - ¿Y qué te hace pensar que lo que dijo ese estúpido es verdad?

    - Pues, porque confío en él. ¿Por qué no vuelven? Los Takeda son personas honorables, honradas y... – pero no pudo concluir la frase.

    - ¿Y son ricos, verdad? O sea que fue un buen negocio para ti el hecho de que yo hubiera sido novia de Kuranosuke... – dijo ella con lágrimas en los ojos.

    - ¡Eso no es cierto, Sango! Yo simplemente... quiero lo mejor para ti...

    - ¿Y qué hay de mis sentimientos? ¡Sólo te interesa el dinero! Ya entiendo porque mamá te abandonó... Ella de seguro me habría entendido, claro, si es que estuviera viva... – dijo precipitadamente, con rabia. Luego, se dio cuenta del error que había cometido. - ¡Oh no! ¡Perdón, papá....! Yo no quise decir eso, yo...

    - Shh, calla. Tienes razón... soy un idiota... si yo hubiera... sido más... Midoriko probablemente... – decía el padre de Sango, entre sollozos.

    * FLASHBACK *
    Hace diez años.

    Midoriko y Yoshimaru Ohira llegaron a su casa a altas horas de la noche, en donde su pequeña hija de tan sólo seis años los esperaba escondida debajo de una mesa. En una de las habitaciones, su hermano menor, Kohaku, de dos años, dormía profundamente.

    - ¡No veía el momento de salir de esa aburrida fiesta! Me da mucho miedo dejar a los niños solos... – dijo Midoriko, agotada.

    - Midoriko... ¿tú crees que le haya causado una buena impresión a Shinichiro Takeda? – dijo Yoshimaru, refiriéndose al anfitrión de aquella fiesta, un hombre muy poderoso y adinerado.

    - ¿Acaso no escuchaste lo que acabo de decir? – preguntó su esposa, indignada.

    - Claro que escuché. Lo que pasa es que... tú te imaginas... si llegamos a hacernos amigos de esa familia nuestras vidas se arreglarían. – insistió Yoshimaru.

    - ¡Estoy harta de ti y de estúpido dinero! Tienes dos hijos, tu única prioridad y no haces más que andar de reunión en reunión. ¿Qué no entiendes que nosotros nuca encajaremos en esa clase de sociedad?

    - Por nuestros hijos es que hago esto. Su futuro...

    - ¡CÁLLATE! ¡NO QUIERO SABER NADA ACERCA DE LOS TAKEDA O CUALQUIER OTRA FAMILIA RICACHONA! – le gritó ella. - ¡NUESTRO FUTURO NO DEBE DEPENDER DE NADIE!

    - Pero, Midoriko...

    Ésta no aguantó más. Se fue para su habitación, sacó toda la ropa del armario y la empacó en una maleta. Desconcertado, Yoshimaru observaba la escena.

    - ¿Pero qué estás haciendo? – preguntó.

    - ¿No lo ves? ¡Me voy! Mañana regreso por los niños... no los llevo ahora porque quiero que pasen su última noche contigo. A veces me pregunto dónde está ese Yoshimaru del que me enamoré... pero... ahora es tarde, lo siento.

    - ¿Por qué, Midoriko, por qué?

    - ¡¿Y TODAVÍA LO PREGUNTAS?! – gritó más fuerte todavía. Agarró la maleta y se fue corriendo de la casa. Sango seguía oculta, pero alcanzó a escuchar toda la discusión. No comprendía nada de lo que su madre o su padre dijeron. Solo sabía que mami se había ido.

    Afuera, en la calle, Midoriko caminaba rápidamente, dejando atrás su hogar. Yoshimaru la seguía, todavía suplicándole. Ella lo ignoraba e incluso aceleró su paso cuando lo sintió demasiado cerca.

    - ¡Midoriko, regresa!

    - ¡Ya te dije que es tarde! –dijo con la voz entrecortada. Las lágrimas le hacían borrosa la vista. Estaba caminando por toda la mitad de la vía y cómo venía huyendo de Yoshimaru, no se dio cuenta. Hasta que un automóvil se atravesó en su camino.

    - ¡MIDORIKO! – gritó desesperado Yoshimaru. No había nada que hacer. El auto la había atropellado. El traslado al hospital fue dramático. Yoshimaru esperaba afuera en la sal de espera con Sango sentada a su lado y Kohaku en sus brazos, mientras en la sal de operaciones los médicos intentaban mantener con vida a la joven madre. Después de media hora, anunciaron la triste noticia: Midoriko había muerto. Y aunque había pasado mucho tiempo, Yoshimaru seguía culpándose por lo ocurrido.
    * FIN DEL FLASHBACK *
    - Me gustaría saber tu versión de los hechos, cuéntamelo todo. – pidió el padre, con una sonrisa. Sango suspiró ¡Por fin la escucharía!

    - ¡Gracias, papá! Bueno, para empezar él fue quien terminó la relación y todo porque... – le relató a su padre absolutamente todo lo sucedido. Inclusive lo de la chaqueta, claro, sin decirle qué era lo que sentía por Miroku, ni lo que éste le había dicho.

    - Oye, Sango... no te he vuelto a preguntar por tus calificaciones... – dijo su padre, de pronto, cambiando el tema.

    - Ah, mis calificaciones... pues verás, yo... – dijo ella, tragando saliva.

    - Lo sabía... ahora que recuerdo... ¿no fue el tal Miroku el que te iba a dar clases? – dijo, recordando. Sango le respondió que sí.

    EN CASA DE INUYASHA Y MIROKU...

    Inuyasha practicaba en su guitarra mientras Miroku terminaba un dibujo. De nuevo, el tema era Sango. En la hoja de papel aparecía dibujada ella, con una chaqueta y al parecer, sonrojada. Miroku contempló su obra. “¡Magnífica!”, pensó. Llamaron a la puerta. Inuyasha fue quien abrió.

    - Oye Miroku, te necesitan... es el padre de Sango... – gritó Inuyasha.

    “¡Y ahora yo qué hice!” pensó éste, asustado.

    - Señor Ohira... ¿a qué... a qué... se... de...debe el honor de... su... su visita? – tartamudeó Miroku.

    - Joven...

    - ¿Sí? – preguntó él, temiendo lo peor.

    - Espero que siga disponible para dictarle clases a mi hija. – el chico suspiró aliviado y luego, asintió. – En ese caso... se tendrán que ver todas las tardes, prácticamente. Comienzan este lunes...

    - ¡Me parece bien...! Eh, claro, por su hija... para que así ella... – se dio cuenta de que se había quedado hablando solo, pues ya Yoshimaru Ohira estaba en la puerta de su casa. Cada célula de su cuerpo se llenó de una inmensa felicidad. Sin embargo, estaba pendiente algo... su confesión. De algún modo tendría que decírselo a Sango. ¿Sería capaz de volver a decírselo, pero esta vez cara a cara?

    - Por cierto, te llegaron unos papeles. No me preguntes qué son pues no tengo ni la más mínima idea... – le dijo Inuyasha, mostrándole un sobre. Miroku lo llevó a su cuarto, y lo puso justo al lado del ejemplar de “Lo bello y lo triste”. Se asomó a la ventana. Un hermoso arco-iris surcaba el cielo. Se olvidó por completo del misterioso sobre y se dedicó a pensar en su amada.
     
  5.  
    yasashisa

    yasashisa Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    23 Junio 2008
    Mensajes:
    62
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    hola! recién hice un post de lo mas largo, pero se me borró T-T asi que empiezo de nuevo... u.u
    me dió risa la parte en la que sango piensa: ¡mas fuerte, mándalo al hospital! jaja, morí con esa parte!!
    jaja xD
    weno... que mas... AH SI!! X) POBRE de midoriko!!, un poco de culpa tubo el padre, pero bueno... lo bueno es que el papá de sango, escuchó a sango de como pasaron las cosas, ya que su ex-novio se hechó un moco(mentira) >.<, weno ahora sango tiene a miroku, que bajo, gritarle TE AMO y que esa persona no te haya escuchado, pero ya va a tener otra oportunidad, ¿que serán esos papeles?? BUENO... antes habí puesto como un libro x) pero, no me acuerdo mucho de lo que habia puesto.. gomen .__.
    kuranosuke!! ash!! como fué capaz de hacerle eso a la linda de sango??! pero miroku, le dió una Buena paliza... ajajaja xD

    BUENO... ME VOYY

    bexoz m0jad00s!! x)
     
  6.  
    Antonio Corazoncito

    Antonio Corazoncito Usuario popular

    Cáncer
    Miembro desde:
    2 Diciembre 2006
    Mensajes:
    728
    Pluma de
    Escritora
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Siguelo!! Esta muy hecho hecho y la historia es preciosa.
    Hmm yo quiero saber como se le declara!!
    Un saludo Natsuko-
     
  7.  
    danielitaaxi

    danielitaaxi Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    26 Julio 2008
    Mensajes:
    198
    Pluma de
    Escritora
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    hola que tal????????????
    grasias por avisarme me demore pero llege
    que lindo fue miroku la cuido y todo
    y mejor que el padre de sango sepa toda la verdad y que comprendiera sango y miroku se van a poder ver mas seguido
    que sera ese misterioso sobre me pregunto yo????????????
    pero que mas da el piensa en sango
    que bonito es el amor ahhhhhhhhhhhhhhhhh
    suerte y besitos.
     
  8.  
    sanguitolove

    sanguitolove Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    25 Diciembre 2007
    Mensajes:
    198
    Pluma de
    Escritora
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    [FONT=&quot]Stefy!!!![/FONT]
    [FONT=&quot]Pero que linda eres!! Tu fanfic definitivamente me facina... Si, si, si, si!! Yo te apoyo con lo del fanfic de la segunda guerra mundial...y sobre todo me facina que la pareja protagonista sea de Sango y Miroku n.n...[/FONT]
    [FONT=&quot]Ñaaaaaaaaa si nuestro amado Miroku es tan lindo... ¡¡LO AMO DEMASIADO!! Que lindo eso del libro, y que en lo bello se le haya venido Sango a la cabeza... Es hermoso!!! Ñaaaaaaa... [/FONT]
    [FONT=&quot]Me facina como escribes Stefy, Definitivamente ¡¡ODIO A KURANOSUKE!! ¿QUIEN DIABLOS SE CREE PARA VENIR A GOLPEAR A NUESTRO MIROKU? NO TIENE DERECHO!!! Pero obviamente nuestro Miroku le gano a ese imbecil ^^.[/FONT]
    [FONT=&quot]Que lindo, Miroku le dijo que la amaba -'.'- lamentablemente Sango no lo escuho u.u[/FONT]
    [FONT=&quot]¿Midoriko mama de Sango? Nunca se me paso por la cabeza.[/FONT]
    [FONT=&quot]El hecho de que Inuyasha vomitara en la cita con Kagome fue realmente vergonzoso, pobrecito, eso si que es un tragame tierra xD[/FONT]
    [FONT=&quot]Ñaaaaaaaaa llorare!!! si te quedo hermoso el sexto capitulo... aunque me has dejado intrigada... ¿Que trae aquel misterioso sobre? Ñaaaaaaaaa... quiero saberlo, espero no sea nada maslo u.u[/FONT]
    [FONT=&quot]tratare de comentar mas seguido... lamento muchomi tardansa, no sabes como me gustaria comentra de las primeras cada uno de tus hermosos capitulos... pero pues, no puedo puesto que no tengo internet en mi casa TT-TT... tengo que esperar hasta principios de noviembre ;( Ñaaaaaaaaa...[/FONT]
    [FONT=&quot]QUIERO UN MIROKU!!![/FONT]
     
  9.  
    Stefy Mustang

    Stefy Mustang Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    18 Octubre 2003
    Mensajes:
    98
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    5468
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    hola!!! Pronto publicaré mi fic de Sango y Miroku, pero necesito re4solver unas dudas, así que porfa ayudenme! : Si mi fic tiene pocos capítulos (un máximo de 10, por ejemplo) eso lo convierte en un one-shot? Y si no es así entonces que tipo de fanfic vendría siendo??? Ahora sí, disfruten del capítulo.....

    SÉPTIMO CAPÍTULO
    ** PROPUESTAS, BESOS Y CONFESIONES **
    [INUYASHA Y AOME]
    Otra semana de extenuante trabajo iniciaba. Inuyasha Taisho se levantó tempranísimo y obligó a que su amigo también lo hiciera.

    - ¡Despiértate Miroku, no quiero llegar tarde! – gritó Inu zarandeando al chico, que aún dormía.

    - Inuyasha... son las cinco de la madrugada. Nadie llega a esa hora... déjame en paz. – se quejó Miroku.

    - ¡No me importa! ¡NOS VAMOS YA!

    A Miroku no le quedó de otra. Llegaron faltando quince minutos para las seis, y tal como había dicho Miroku, no había nadie, a excepción de los profesores que rondaban por ahí, preparándose para amargarles el día a los estudiantes. Tuvieron que quedarse esperando en la entrada de la universidad.

    - Inuyasha, ¿se puede saber por qué querías llegar antes que todo el mundo?

    - Sencillo: quiero ver a Naraku Matsudaira YA para que me diga si entré o no entré al grupo musical de la U... aunque es obvio que voy a pasar.

    - ¿Estás seguro? He oído que el tal Matsudaira ha rechazado a muchísima gente talentosa... no sería raro que tú no fueras la excepción...

    - ¡No seas ave de mal agüero! –reclamó Inuyasha. – Mira. Ahí viene...

    No había estudiante que no le tuviera miedo a Naraku Matsudaira, incluso Miroku miró hacia otro lado cuando éste se acercó a ellos.

    - ¡Taisho!- saludó con un dejo de envidia que se podía percibir fácilmente.

    - ¡Matsudaira! – dijo Inuyasha en tono desafiante.

    - Supongo que quieres saber el veredicto... ¿ah?

    - ¡Déjate de rodeos Matsudaira! – refunfuñó Inuyasha.

    - Veamos... Taisho Inuyasha... ¡ay, cómo decirlo!... ¡¡¡NO CALIFICAS PARA SER UN MIEMBRO!!! Eres un inepto... suerte para la próxima vez... si es que decido que haya una próxima vez para ti, claro... – se burló Naraku y se alejó caminando.

    - ¿¡QUÉ?! Pues... ¡fíjate que no me importa! Es más... yo... ¡HARÉ MI PROPIO GRUPO Y SERÉ MEJOR QUE TODOS USTEDES! ¡¡¡YA VERÁS!!! – se le ocurrió de repente a Inuyasha. Naraku se detuvo, volteó a mirar al chico de pelo plateado y soltó una carcajada.

    - Tú mismo lo dijiste: ya veré... – y luego se retiró, aún riendo.

    - ¿Un grupo? ¿Y cómo le vas a hacer? Eres muy impulsivo, Inuyasha, si pensaras antes de hablar... – sermoneó Miroku.

    - ¡Ja! Ya lo tengo todo planeado: yo tocaré la guitarra y Koga y Ayame, unos compañeros de clase, se encargarán de la batería y del bajo... solo faltaría... ¡UN VOCALISTA! ¡Diablos! – dijo Inuyasha, ahora preocupado. Miró a su amigo.

    - ¡No! ¡Conmigo no cuentes! No tengo buena voz, así que ve buscando a alguien más... – objetó Miroku. – Creo que quedaría mejor una vocalista, le daría buena imagen al grupo...

    - ¡PERO NO CONZCO A NINGUNA CHICA QUE CANTE BIEN! – se quejó Inuyasha.

    - Ese es tu problema. – Miroku se encogió de hombros.

    La mañana pasó muy rápido. Inuyasha intentaba desesperadamente encontrar una vocalista, pero la mayoría de chicas ya pertenecían a un grupo y si no era eso, entonces les daba vergüenza cantar en público. Totalmente resignado, volvió a casa con Miroku. Su oído era tan fino como el de un perro, por lo que escuchó perfectamente un majestuoso canto. Quiso saber de dónde provenía. “¡Viene de la casa de Aome!”. Tocó el timbre y abrió Sota, el hermano pequeño de aquella.

    - ¡Hola Inuyasha! Si buscas a mi hermana, está en su habitación... sigue. – dijo señalando las escaleras con su pulgar.

    - Eh, gracias. Con permiso. – fue lo único que pudo decir.

    La puerta de la habitación de Aome estaba abierta. Allí dentro la chica cantaba armoniosamente una canción de Do As Infinity.

    Siempre hay que buscar, la vida es así,
    Es una inquietud, que yo siento en mí,
    Debes saber bien lo que buscando estás,
    Solamente así, tú lo encontrarás

    - ¡Qué hermosa voz tienes Aome! – dijo Inuyasha, muy contento. La muchacha se asustó y apagó el equipo de sonido de un golpe.

    - ¡AAH! ¡INUYASHA, TÚ NO ESCUCHASTE NADA! ¿¡ENTENDIDO?! – gritó Aome.

    - ¡Claro que escuché! ¿Sabes? Voy a formar un grupo y necesito una vocalista, ¿no te gustaría cantar? – propuso Inuyasha.

    - ¿Grupo? ¿Cantar? ¿Y luego qué pasó con el de la universidad? – preguntó Aome mientras asimilaba todo lo que acababan de decirle.

    - Ah, eso... pues... decidí que era mejor tener mi propio grupo, ya sabes, para no tener que recibir órdenes sino ser yo quien las dé.

    - O sea que el tal Naraku no te aceptó, ¿verdad?

    - No me cambies el tema. Aome, no has respondido todavía... es que sólo imagínalo: tú y yo juntos en un escenario, dejándonos envolver por la música y contagiando a un gran público... – dijo Inuyasha con un nuevo brillo en sus ojos dorados.

    - ¡Ya te lo dije! ¡¡¡YO NO CANTO!!! – repitió Aome.

    - ¡Eso no es cierto! Tu voz es preciosa, igual que tú... eres como un diamante en bruto, mi diamante en bruto... – y dicho esto, entrelazó sus manos con las de ella.

    - Inu... yasha... – dijo Aome entrecortadamente.

    - El viernes pasó algo que... – pero fue interrumpido por un beso de Aome. Un tierno beso que hizo que sus cuerpos se estremecieran. “¡Lo estoy besando! ¡Esto es...increíble!”, pensó Aome. Era su primer beso. Inuyasha se dio cuenta de que la chica era algo inexperta, por lo que no la presionó tanto. La chica de nuevo empezó a sentir mariposas en el estómago, pero esta vez parecía que éstas quisieran salir de sus entrañas y volar alrededor de ellos. Se separaron sin brusquedad alguna. Los dos quedaron exhaustos.

    - Eso fue algo... que no me esperaba... es decir, yo en realidad no... – decía la chica, nerviosa.

    - Shh, Aome. Lo hiciste bien, de veras me gustó mucho. No te preocupes, yo sé que ésta es la primera vez que besas alguien, por lo que quiero preguntarte... ¿te parece que beso bien?

    - Te diste cuenta... ¿cómo? – “¿Acaso soy tan obvia?” se preguntó ella.

    - No entiendo porqué siempre evades mis preguntas... pero bueno, respondo la tuya: ¿cómo no iba a darme cuenta si estabas temblando? – dijo Inuyasha sonriendo. – Ahora es tu turno de responder...

    - Ah, bueno... – Aome sintió cómo esos ojos ambarinos se clavaban en los de ella, insistentes, ansiosos de escuchar lo que ella diría. – Fuiste mi primer beso, es verdad, pero... creo que no estuvo mal, es más, a mi también me gustó.

    - Tengo que irme a almorzar, pero antes, una última propuesta...

    - ¿Y... en qué consiste? – preguntó ella con cautela.

    - ¿Quieres ser mi novia? – preguntó él.

    - ¿Tu... tu... novia? – tartamudeó Aome, por poco se queda sin habla. Su garganta, totalmente seca.

    - En estos días puedes responderme acerca de lo del grupo... y acerca de lo “nuestro”. Que tengas un buen día, y una buena noche, de paso. – dijo él. Pasó su mano por entre el cabello azabache de la chica, acariciándolo, y se fue con una enorme sonrisa enmarcada en el rostro.

    Aome aún seguía sintiendo los efectos de ese beso. Quería seguir sintiendo sus labios unidos con los de Inuyasha. Él no fue a casa, como había dicho, sino que estaba caminando por ahí. A diferencia de Miroku a Inuyasha le gustaba salir, estar en la calle, caminar, pensar... Aome Higurashi era ahora la dueña de su destino, de su corazón. La única por la cual sería capaz hasta de matar y muy pronto ella sería su novia... Claro, si es que aceptaba. “No creo que me rechace... estaba tan convencida cuando me besó.” Se dijo a si mismo. La última palabra la tenía la chica.

    [MIROKU Y SANGO]
    Tic, tac, tic, tac. Faltaban cinco minutos para que fueran las tres de la tarde. Miroku estaba realmente tensionado. Repasó mentalmente todo lo que sabía acerca del complejo arte de conquistar, incluso recordó lo que solía decirle a las jovencitas en las calles de Kobe. Entonces vio el sobre que le había llegado el sábado pasado. La curiosidad hizo que lo abriera. Adentro estaba una carta y otro papel más. El remitente era Mushin Tomonaga, su tío.

    Apreciado sobrino:

    Sé qué no sabes mucho de mí. Cuando tus honorables padres aún vivían siempre me escribían cartas, hablándome de ti. Eras el sendero de sus vidas. Incluso me enviaban fotos para que viera cómo estabas de grande. Eras un niño muy guapo por ese entonces, supongo que lo debes seguir siendo. Te pareces a tu padre aunque tienes los ojos de tu madre, un hermoso color azul. Cuando el destino quiso que ustedes se separaran yo estaba muy lejos, en California, cerrando negocios con unos americanos. Lamento mucho el haber estado ausente todos estos años. Regresé a Japón un año más tarde, para luego enterarme de la triste noticia. Nunca encontraron tu cadáver por lo que supuse que estabas vivo. Busqué por todas partes hasta que fui a dar con la mansión Matsumoto. La señora Kaede me recibió y charlamos un rato. Conozco a Kaede, una mujer ejemplar, por lo que preferí dejarte a su cuidado. Ella prometió mantenerme informado acerca de ti. Pero perdimos contacto hace como unos dos a tres años pues tuve que volver a salir del país. Acabo de enterarme que estudias en la Universidad de Tokio, becado. Te felicito Miroku. También quiero desearte un feliz cumpleaños. Es un poco tarde, lo sé. Ahora tienes dieciocho años y ya eres todo un hombre. Es por eso que tienes derecho a saber algo que siempre se te ocultó y que supongo aún ignoras. Junto con esta carta te envío un documento muy importante, ya que se trata de...

    Unos repetidos golpes en la puerta principal lo devolvieron a la realidad. ¡Era Sango! Corrió a abrir y casi se desmaya al verla, parecía que cada día que pasaba la chica se hacía más hermosa.

    - Sa... Sa... Sango, puedes... entrar.

    - Buenas tardes, Miroku. – saludó ella.

    - ¡Pasa, estás en tu casa!... vamos a mi cuarto... – dijo él.

    - ¿A tu cuarto? – preguntó Sango muerta del miedo y de la vergüenza.

    - No vamos a hacer nada malo, si es eso lo que estás pensando... – corrigió Miroku.

    - ¡No, yo no refería a eso! – dijo ella completamente roja. Él sonrió y le hizo señas para que lo siguiera. La condujo hacia su escritorio de dibujo y le apartó una silla para que se sentara. Luego buscó una para él.

    - ¿Qué estudiamos primero?

    - Trigonometría. – dijo ella automáticamente. Era su debilidad. – Funciones trigonométricas... nunca las entendí.

    - Seno, coseno, secante, cosecante, tangente y cotangente. – recordó Miroku.

    - Sí... las mismas... – dijo Sango suspirando.

    - Es más o menos así: el ángulo se expresa en radianes. Por lo que los 360º de una circunferencia pasan a ser 2p radianes...

    Miroku le explicaba lo más fácil que podía, para que ella entendiera. Sin embargo, Sango se distraía constantemente cuando veía al chico a los ojos. “Ese rostro, esos ojos... es demasiado guapo...” pensaba. Para aparentar que estaba prestando atención, siempre decía cosas como “ah”, “ajá” y “hum”.

    - ¿Sango? ¡¿SANGO?! – alzó la voz Miroku. La chica reaccionó como si la hubieran despertado de un hermoso sueño. – Te dije que ya vengo, voy a buscar unos libros para ponerte ejercicios.

    Esa era la excusa de Miroku para irse un rato, pues estaba muerto de los nervios. Se dio cuenta que ella se estaba empezando a fijar en él. Lo miraba de una forma diferente, como con ilusión y dulzura. Era el momento, era el lugar, estaban solos, sin interrupciones. Planeó la estrategia, ya todo estaba listo. Se repetía todo el tiempo “Tú puedes, Miroku” para darse más confianza. Practicó una y otra vez lo que iba a decir.

    Como Miroku tardaba en “regresar con el libro” Sango se puso a recorrer su habitación. Encontró un pequeño altar budista, un computador portátil de los últimos que habían salido y muchas otras cosas más. Pero lo que más le llamó la atención fue un cuaderno que tenía enfrente, en el escritorio que casualmente estaba frente a la ventana. A simple vista era un cuaderno de dibujos como cualquiera, pero éste cumplía también la función de “diario” pues el muchacho anotaba allí lo que pensaba respecto a lo que había dibujado. Los tres dibujos más impactantes para ella fueron:

    CASA DE KOBE

    Un hermoso atardecer es opacado por la silueta de una casa de la que ya no queda nada. Se ven las sombras de niños pequeños con sus cabezas gachas.

    “Se supone que cada vez que recuerde a mis padres deben de ser momentos felices, no como esto. ¡Cómo odio deprimirme así de rápido! Inuyasha ha sido un excelente amigo, pero a veces siento que necesito a alguien más...”.

    SANGO LLORANDO EN EL PARQUE

    Una chica de pelo castaño y ojos del mismo color llora amargamente en un parque. Un lago como fondo.

    “Y ahí estaba yo, siendo testigo de la crueldad con que aquel muchacho terminaba con ella. Nunca llegué a pensar que Sango despertara en mí aquel deseo de abrazarla... ¿pero en qué diablos estoy pensando? Para ella no soy más que su pervertido vecino...”.

    DÍA LLUVIOSO

    La misma chica, esta vez usando una chaqueta negra, su cabello empapado. Suaves rastros sonrosados se pueden notar en sus mejillas. Una ligera llovizna indica el tiempo que estaba haciendo.

    “Esa chaqueta se le ve mucho mejor que a mí. Definitivamente, es una belleza. ¡Y yo! Un pobre triste que merodea en busca de migajas de felicidad. No sé qué es lo que me pasa con Sango, esto es tan confuso...”

    Justo cuando leyó la última palabra, apareció Miroku, que quedó atónito al verla con su cuaderno. Tardó cinco segundos en reaccionar.

    - ¡Pero qué haces con eso! – dijo arrebatándoselo.

    - No sabía que dibujaras... tan bien. – le dijo ella más sonrojada que nunca.

    - Pues... es algo que aprendí cuando era niño. – dijo él, desviando su mirada.

    - No entiendo... ¿por qué me dibujaste? – preguntó Sango.

    - Este... yo... – dijo Miroku, tratando de buscar las palabras adecuadas. – Sango... esto es algo que debí decirte antes... de hecho te lo dije el sábado, pero a medias, además tú no escuchaste...

    - Soy toda oídos, cuéntame. – dijo ella, ahora intrigada. Pero en vez de recibir una respuesta recibió un beso. No había rastro alguno de ira o pasión en sus labios, sino más bien había uno de ternura, era un beso delicado, sincero. Pero entonces alguien llegó a la habitación gritando y arruinando completamente aquel momento tan especial. Ese alguien era Inuyasha.

    - ¡MIROKU, IMAGÍNATE QUE...! – pero luego calló al presenciar la escena. – ¡Ejem! Lamento interrumpirlos... – Sango y Miroku se separaron de inmediato. A Miroku casi se le salen los ojos de lo mal que miraba a su amigo. ¡No podía perdonarle semejante cosa!

    - Gracias por todo, Miroku. Creo que es hora de irme. – dijo ella totalmente avergonzada.

    - ¡Eh, espera! Haz los ejercicios de la página 120 y mañana me los muestras... hasta entonces. – la retuvo él, dándole el libro. Ella desapareció en un abrir y cerrar de ojos.

    - Se ve que aprovecharon el tiempo... – comentó Inuyasha.

    - ¡Tú cállate! ¡¡¡Siempre te la pasas callejeando y preciso llegas ahora!!! – le reclamó Miroku. Inuyasha salió de la habitación, tenía que dejar que a su amigo se le pasara la rabia. Y qué mejor que dejándolo solo. Sólo más tarde fue que se calmó y de repente se le vino a la cabeza un fragmento de un poema de los tantos que había leído:

    Trémulo de emoción, tus labios rojos
    oprimí con mis labios abrasados...
    Pudorosa y amante sonreíste:
    ¡No bajes, por piedad, los dulces ojos,
    brillen por el placer iluminado
    haciendo alegre mi existencia triste!



    P.D = EL ANTERIOR VERSO PERTENECE A JORGE ISAACS, GRAN ESCRITOR COLOMBIANO DEL SIGLO XIX. EL QUE FUERA AUTOR DE LA TAN FAMOSA NOVELA ROMÁNTICA "LA MARÍA".
     
  10.  
    Antonio Corazoncito

    Antonio Corazoncito Usuario popular

    Cáncer
    Miembro desde:
    2 Diciembre 2006
    Mensajes:
    728
    Pluma de
    Escritora
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Está genialñ muy bonito
    Uhm nuYasha tan inoportuno Waa .TT. Interrumpió a ver si le hubiera gustado que le interrumpieran a él... xD
     
  11.  
    danielitaaxi

    danielitaaxi Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    26 Julio 2008
    Mensajes:
    198
    Pluma de
    Escritora
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Que lindo
    inu le pidio pololeo a kag sabes que te adoro?
    estubo genial pero parese que inu la embarro
    interrumpio justo ese momento que pena
    yo me muero
    ese naraku es de puero enidioso que no acepto a inu
    me muero estubo genial es capitulo
    espero que lo continues sige asi
    suerte y besitos.
     
  12.  
    Sango uchiha

    Sango uchiha Guest

    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    esta muy bien tu historia de verdad me encanto
    ademas es tan linda las notas ke deja de sus dibujos
     
  13.  
    Stefy Mustang

    Stefy Mustang Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    18 Octubre 2003
    Mensajes:
    98
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    3417
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    AHORA SÉ QUE ME VAN A MATAR... (ESTOY REZANDO DESDE YA) PERO AQUÍ VA EL CAPÍTULO OCHO...
    *PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN EL CIELO....*


    OCTAVO CAPÍTULO
    ** ALGUIEN INESPERADO LLEGA AL BARRIO **
    Los días martes pasaban inadvertidos para Inuyasha Taisho, solo que ese martes sería diferente. Estaba esperando la respuesta de Aome Higurashi, futura integrante de su grupo musical y posiblemente su nueva novia. Lo mismo le ocurría a su mejor amigo Miroku Tomonaga, que no veía la hora de encontrarse con Sango Ohira. Cuando llegaron de la universidad encontraron una camioneta Toyota Hilux de color negro estacionada enfrente de su casa. Fueron recibidos por Totosai Matsumoto, el esposo de Kaede.

    - ¡Bienvenidos a casa, muchachos! – saludó éste.

    - ¿Señor Totosai? ¿Qué hace usted aquí? – preguntó Miroku.

    - Quería ver cómo iban las cosas por Tokio...

    - Pero ¿cómo logró entrar si no estábamos? – dijo Inuyasha.

    - ¡Bah! Yo mismo compré esta casa. Tengo una copia de las llaves. – respondió Totosai.

    - ¿Y esa camioneta? No me diga que le dio por cambiar su Mercedes-Benz... – comentó Inuyasha.

    - ¡Claro que no! Es un regalo para ustedes, por su cumpleaños número dieciocho... aunque pensándolo bien un Mercedes-Benz hubiera sido mejor...

    - ¡¿QUE QUÉ?! – gritaron ambos chicos al unísono. A esas alturas de la vida les daba vergüenza recibir regalos tan caros por parte de la familia Matsumoto.

    - ¡Ah y eso no es nada! ¡Les tengo otra sorpresa...! – dijo Totosai, con una expresión difícil de descifrar. Inuyasha y Miroku se miraron, confundidos. De la cocina salió una chica con dos platos de deliciosa comida. Era alta, de pelo negro, ojos castaños y piel blanquísima. Se trataba de Kikyo Matsumoto, la hija de Kaede y de Totosai.

    - ¿Kikyo, qué haces tú en Tokio? – preguntó Miroku.
    - Ella fue la del invento. Ya saben cómo es: “Papá ¿puedo ir contigo a Tokio? Quiero saber cómo está Inuyasha...”. – se quejó Totosai. La chica puso los ojos en blanco.

    - Es un honor tenerte con nosotros, Kikyo. ¡No sabes cuánta falta me hiciste! – dijo Inuyasha abrazándola.

    - Tú también me hiciste mucha falta, tontito. – respondió ella, con una sonrisa. Los tres se habían criado juntos y aunque Miroku era su mejor amigo, Inuyasha apreciaba mucho a Kikyo. Era casi como su hermana, aunque ella nunca lo vio así...

    - ¡Ja! Siempre saludas a Inuyasha de primero... ¿acaso no recuerdas que yo también existo? – se quejó Miroku. Él era una de las pocas personas que se habían dado cuenta de los sentimientos de Kikyo hacia Inuyasha.

    - Pero cómo no olvidarme de mi buen amigo Miroku. Muchas chicas en Kobe lloran por tu partida, les rompiste el corazón en mil pedazos. Supongo que aquí tienes varias opciones para escoger... ¿quién es la afortunada?

    - La chica que vive en la casa de al lado... – acusó Inuyasha.

    - ¡INUYASHA! – dijo Miroku mirando mal a su amigo. Kikyo soltó una risita.

    - ¡Después tendrán tiempo para conversar! Hija, sirve el almuerzo, estos chicos deben estar ladrando del hambre... – pidió el señor Matsumoto. La obediente muchacha puso los platos en el comedor.

    - ¡Gracias por la comida! – dijeron al tiempo Inuyasha y Miroku. Quedaron con la panza llena, apenas si pudieron terminar el jugo.

    - Olvidaba lo bien que cocinabas, Kikyo. ¡Esto sí que es comida! No como las porquerías que prepara Miroku...

    - ¡Oye, oye! Mi comida no es tan mala. No seas tan desagradecido. – se quejó el chico.

    - Pero es que no se compara con la de Kikyo... – dijo Inuyasha. Los cuatro estuvieron de acuerdo.

    - Inuyasha, ¿qué te parece si salimos a caminar por ahí? – preguntó Kikyo. Quería estar a solas con él.

    - ¡Por supuesto! Tengo muchas cosas para contarte... – dijo agarrándola del brazo.

    Unos minutos después de que salieran, Sango y Aome llegaron. Miroku fue quien les abrió la puerta.

    - ¡Hola chicas! ¿Qué se les ofrece? – saludó. Sango le señaló el libro de Trigonometría que le había prestado el día anterior, y enseguida comprendió. Pero entonces se quedó mirando a Aome – ¿Tú también necesitas ayuda?

    - ¡Para nada! Estoy buscando a Inuyasha, ¿podrías llamarlo? – dijo ella.

    - ¿Inuyasha? Oh, él salió. Pero no te preocupes, no creo que tarde mucho, puedes venir más tarde. – La chica asintió, desilusionada.

    - Creo que teníamos algo pendiente... – dijo Miroku después de que Aome se fuera. Sango se sonrojó inmediatamente, pero lo único que hizo el chico fue coger el libro y revisar los ejercicios.

    - Increíble... ¡todos están bien! Después de todo no soy tan mal profesor... – murmuró Miroku.

    - ¡Gracias Miroku! – dijo ella abrazándolo. Pasados unos cuantos segundos se dio cuenta de lo que estaba haciendo e intentó separarse. Él lo impidió, reteniéndola en sus brazos.

    - Eso no era todo lo que habíamos dejado pendiente, Sango. – le dijo acercando su rostro al de ella.

    - ¿Lo del beso? Bueno yo, tú... – decía Sango completamente nerviosa.

    - Te amo, Sango... – susurró Miroku. - ... pero hay algo que me muero por saber...

    - ¿De... de... qué... se trata? – Sango se estaba sintiendo acorralada por los insistentes ojos del joven. Y también por sus manos que le acariciaban todo el cuerpo. Una de ellas descendió hasta llegar a... ella reaccionó con rabia y le propinó una fuerte bofetada al pervertido Miroku.

    - ¡SIGUES SIENDO UN PERVERTIDO! ¿NO SE SUPONE QUE HABÍAS CAMBIADO? – gritó Sango. Sus ojos color chocolate refulgían.

    - Todo el mundo tiene sus recaídas... – dijo mientras se sobaba. – Pero no te vayas... aún no he tenido la oportunidad de preguntarte...

    - ¡Y yo no voy a responderte nada! ¡Suéltame! – dijo ella tratando de zafarse de ese abrazo.

    - Ay, otra vez volvemos a lo mismo. – suspiró el chico. – Déjame pedirte perdón por enésima vez.

    - Anda, pídelo. – y de nuevo la besó. Lo curioso fue que en vez de alejarlo, Sango atrajo a Miroku más hacia ella, y de nuevo un juego de caricias, pero a ella no le importó. No sabía porqué pero siempre terminaba perdonándolo.

    - Después de todo ¿qué era lo que querías saber? – preguntó Sango entrelazando su mano con la de él inconscientemente.

    - No es necesario que me lo digas... – respondió Miroku plantando un suave beso en el cuello de la muchacha. – Ahora ¡a estudiar!

    Cuando subieron a la habitación de Miroku, éste se encontró a Totosai, quien lo miraba pícaramente. Se había olvidado por completo de que él estaba en la casa. “Aunque al lado de semejante beldad quién no”, pensó el anciano.

    MIENTRAS CON INUYASHA Y KIKYO...

    Después de un largo paseo por las calles de Tokio, Inuyasha y Kikyo decidieron regresar a casa. Iban hablando por el camino, contándose novedades.

    - ¿Y que tal andas en el amor? – inquirió Kikyo. Era algo que la tenía intrigada desde el primer momento en que puso su pie en el suelo de la ciudad.

    - Tú sabes que soy un chico bastante complicado... – la cara de Kikyo reflejó indiferencia aunque por dentro estaba que saltaba de la dicha. –... pero encontré a alguien que me gusta muchísimo. Estoy esperando su respuesta.

    - Ah, comprendo. ¿Cómo se llama? – dijo Kikyo, tragando saliva. Ahora quería más que nada saber el nombre de su rival, de aquella que le había el corazón de su Inuyasha.

    - Su nombre es Aome, es la chica que vive enfrente. – dijo Inuyasha inocentemente. Confiaba en ella tanto como lo hacía en Miroku.

    - ¿Cómo es eso de qué estás esperando su respuesta?

    - ¡Oye, oye! Esto se parece más a un interrogatorio de la CIA que a una conversación normal entre dos amigos... – bromeó Inuyasha. – Cambiando el tema, ¿sabías que voy a formar mi propia banda?

    - ¿¡NO, EN SERIO!? – gritó emocionada Kikyo.

    - Un momento... ¿aún recuerdas tus lecciones de piano? – se le ocurrió al chico, de pronto.

    - Por supuesto, pero ¿por qué me preguntas eso?

    - ¡Estupendo! Necesito alguien que toque el teclado y tú tienes unas buenas bases. Por favor, por favor, únete. – rogaba Inuyasha.

    - ¡Hecho!

    - ¡Por eso es que te quiero, hermanita! - dijo él sonriendo. A Kikyo le molestó el término que había utilizado.

    - Eh, sí, claro... – dijo totalmente seria.

    *************************************************************************
    AL DÍA SIGUIENTE...

    Después de almorzar Aome Higurashi se fue a casa de Inuyasha y Miroku. Estaba nerviosa y a la vez contenta. Su respuesta era segura: le diría que sí... Mientras se decidía a tocar la puerta se fijó en la camioneta negra. “Debe tener visita”, pensó.

    Adentro, en la casa, Inuyasha estaba probando su viejo sintetizador junto con Kikyo y Miroku muy ocupado preparando las lecciones del día. Como insistían, Kikyo abrió. Aome se sorprendió al principio y lo mismo le pasó a Kikyo.

    - Buenas tardes, busco a Inuyasha... – saludó Aome con una sonrisa amable.

    - ¿A Inuyasha? – preguntó Kikyo. “¿Será ella?” - ¿Y tu nombre es...?

    - Soy Aome. Por favor dile que es urgente.- dijo algo afanada.

    - Lo siento está un poco ocupado. –se excusó Kikyo.

    - Oh, está bien. Pero... ¿quién eres tú? – se atrevió a preguntar la chica.

    - Mi nombre es Kikyo Matsumoto... – y luego, con astucia añadió: - ... la novia de Inuyasha.

    - ¿LA NOVIA? – gritó Aome.

    - No me digas que él no te le dijo...

    - Claro que lo hizo, es un buen chico. Dile que... otro día hablamos.

    Desconsolada, la chica regresó a casa. “¡Definitivamente eres una niña estúpida Aome Higurashi!” se repetía dándose golpes con la almohada. Ya había tomado una nueva decisión: no volvería a hablar jamás. Mientras tanto una victoriosa Kikyo regresaba con Inuyasha, como si nada. [¡Cómo la odio!]

    - ¿Quién era? – preguntó Inuyasha, todavía concentrado en el instrumento.

    - Una vendedora de aspiradoras... – dijo encogiéndose de hombros. Pero Inuyasha no volteó a mirarla. “¿En dónde rayos se habrá metido Aome?” pensaba. No aguantó más y se fue a verla, pidiendo permiso a Kikyo primero.

    -¡Ding dong! – sonó el timbre unas dos o tres veces.

    - ¡Sota, abre la puerta! – gritó Aome, pero al ver que todavía seguían tocando, decidió ir ella. Quedó paralizada al ver al chico que en esos momentos odiaba.

    - Aome, no puedo más, necesito una respuesta.

    - ¿Una respuesta? ¡¿Qué te parece si te digo... qué no?!

    - ¿No? ¿Pero por qué? – preguntaba confundido Inuyasha.

    - ¡Eres un idiota, te odio! ¡VETE DE AQUÍ AHORA MISMO! – lloriqueó ella. El joven, resignado tuvo que hacerlo. “¡Me rechazó! Pero... ¿y el beso?” pensó Inuyasha. No comprendía el comportamiento de la chica.

    Kikyo Matsumoto había viajado aproximadamente cuatrocientos cincuenta kilómetros desde Kobe para llegar a Tokio. Su llegada trajo consigo malas consecuencias: Aome detestaba a Inuyasha porque supuestamente ya tenía novia. Su astuto plan incluso había afectado a Sango y a Miroku, que no tenían nada que ver con lo sucedido. Aome le contó a Sango, y ésta le reclamó a Miroku. “Tú lo sabías, ¿verdad? ¡Y nunca dijiste nada! ¡Hombres! ¡TODOS SON IGUALES!” le había dicho ella una tarde. Sin embargo, ninguno de los dos chicos llegó a sospechar lo que estaba pasando. Kikyo Matsumoto había triunfado. O al menos eso era lo que ella creía...
     
  14.  
    Antonio Corazoncito

    Antonio Corazoncito Usuario popular

    Cáncer
    Miembro desde:
    2 Diciembre 2006
    Mensajes:
    728
    Pluma de
    Escritora
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Está genial!
    Y que bien posteo primera
    Siguelo me a encantado!
    Estuopida kikyo... Hmmm.
    Te mataré.-.. como no lo sigas ^^
     
  15.  
    yasashisa

    yasashisa Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    23 Junio 2008
    Mensajes:
    62
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    hola, espero que se aclare todo pronto, llegada a tokio de kikyo= problemas. :D
    pobre de inuyasha está confundido. Y kikyó nunca cambia.
    y de paso Sango también se enojó con Miroku... bueno espero que PRONTO se sepa la verdad.

    cuiiidatte
     
  16.  
    danielitaaxi

    danielitaaxi Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    26 Julio 2008
    Mensajes:
    198
    Pluma de
    Escritora
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    bien bien creo que te dije todo no?????
    pero en fin voy a dejar mi comentario
    no me gusto el capitulo
    no le dijo que si
    pero dentro de todo si me gusto despues de todo
    escribes muy bien
    lo malo es lo que escribiste en este capitulo
    rebiza tu perfil te deje un pequeño regalo
    mira que buena soy
    que se le va a hacer le dijo que no por culpa de kikio
    me lo esperaba sabias??????
    despues de todo por algo me dijiste que te iba a matar
    llege a suponer que le diria que no
    que cruel eres no lo pense de ti
    pero bueno espero la conty
    no te preocupes seguire leyendo tu fic
    por algo somos amigas
    suerte y besitos.
     
  17.  
    Maga_oscura

    Maga_oscura Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    7 Julio 2005
    Mensajes:
    34
    Pluma de
    Escritor
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Stefy! tan pronto vi el titulo de tu fic me llamo la atencion!
    esta muy bueno en verdad *-* y me encanta como lo escribes
    por favor continualo pronto >w<
    cuidate n.n
     
  18.  
    sanguitolove

    sanguitolove Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    25 Diciembre 2007
    Mensajes:
    198
    Pluma de
    Escritora
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Hola Stefy...
    No se si este mensaje te haya llegado a tiempo, pero los one-shot sólo son de un capitulo, creo que sólo seria un fanfic... Ñaaaaaaaaaaaa... Inuyasha y Kagome en un grupo de musica, que emocionante n.n
    Creo que Miroku se molesto algo por lo que hizo Sango, o ¿me equivoco? Bueno.... ¡¡PORQUE DEMONIOS INUYASHA TENIA QUE INTERRUMPIRLOS!! Ò.Ó ¡¡DEMONIOS!!
    Estoy esperando ansiosamente el siguiente capitulo y tambien tu nuevo fanfic, ¿Cómo vas a llamarlo? Quiero saberlo!!! Quiero leerlo ya!! Ademas si es la mitad de bueno que este estoy segura que me va a encantar...

    Besitos n.n

    De tu amiga... Sanguitolove :rosa:
     
  19.  
    Stefy Mustang

    Stefy Mustang Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    18 Octubre 2003
    Mensajes:
    98
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    4909
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Aqui está la conti... espero poder remediar lo hecho... aviso desde YA QUE NO PODRE PUBLICAR EN MAS O MENOS DOS SEMANAS, YA QUE YA EMPEZARON LOS EXAMENES FINALES EN EL COLE Y NECESITO ESTUDIAR BASTANTE...

    NOVENO CAPÍTULO
    ** TODO TIENE UNA EXPLICACIÓN **

    Después de eso pasó una semana, en la que ni Aome ni Sango les dirigieron la palabra a sus vecinos, salvo la última, que tenía que ver a Miroku casi por obligación. Totosai Matsumoto se había ido de la ciudad, pero no se llevó a su hija, pues ella quiso quedarse. Y él como buen padre alcahueta lo permitió. Kikyo tenía tan solo dieciséis años, la misma edad que Aome y Sango, por lo que tenía que ir a la escuela. Era su primer día de clases en Tokio.

    - ¡Olvídense que yo voy a ir caminando a la escuela! – se quejó.

    - Pero Kikyo, está a sólo cuatro cuadras de aquí... fíjate que Aome y Sango se van juntas todas las mañanas... – dijo Inuyasha.

    - ¡Aome, Aome! ¡Todo es ella! ¡No me la vuelvas a mencionar! – bufó Kikyo. Miroku volteó a mirar a la joven.

    - Si quieres yo te llevo en la camioneta. – ofreció.

    - Preferiría que lo hiciera Inuyasha. – dijo Kikyo, molesta.

    - Está bien. – asintió Inuyasha a la vez que se miraba con su amigo. Cada día que pasaba, la chica se estaba volviendo más y más fastidiosa. Estaba mostrando cómo era en realidad.

    Justo cuando llegaron a la Preparatoria Takahashi se encontraron con Aome y con Sango, quienes los miraron mal. Inuyasha se quedó observando a Aome, le dolía tanto ese rencor que le tenía. Y lo peor es que no sabía el motivo. Kikyo, en cambio, esbozaba una sonrisa de oreja a oreja.

    - Camina, Sango. Vamos a llegar tarde al salón. – dijo Aome con amargura. La chica obedeció.

    Un gran alboroto se sentía en el salón A de último año, en donde unos veinte estudiantes hablaban sin parar, mientras esperaban a su titular. Entre ellos, Aome y Sango.

    -¿Los viste Sango? ¡El muy descarado me restregó a su novia en la cara! – su amiga no hacía mas que asentir. Entonces todo el mundo se puso de pie. Había llegado el profesor. Y no venía solo...

    - ¡Buenos días alumnos! – hizo una pausa para que lo saludaran. – Les presento a su nueva compañera de clases Kikyo Matsumoto.

    - ¡Buenos días! Espero llevarme bien con ustedes. – dijo sonriendo maliciosamente.

    - Tome asiento, Matsumoto. – le dijo el profesor. Preciso había un pupitre vacío al lado de Aome. Kikyo no dudó ni un segundo en sentarse allí. De inmediato Higurashi miró de reojo a Kikyo, con rabia y envidia.

    - Buenos días, Aome, buenos días Sango. – saludó mientras se acomodaba.

    - Este va a ser un largo día... – suspiró Sango al ver como Aome echaba humo de lo furiosa que estaba.

    Kikyo no hizo más que presumir en toda la mañana. “¡Esa niñita consentida de papi!” pensaba Aome. Le daba mucho coraje tener que soportarla. Durante el descanso no aguantó más y se le acercó para hablar.

    - Kikyo, tenemos que hablar acerca de Inuyasha... mira, yo sé que es tu novio, pero últimamente él y yo...

    - ¡Basta! No necesito oír esa historia – interrumpió Kikyo. – Yo sé que mi Inu estuvo saliendo contigo...

    - ¿Ah, sí? ¿Y no te molestaste? – preguntó Aome.

    - ¡Comprendo a Inuyasha perfectamente! ... Estaba solo en esta gran ciudad, sin su alma gemela... ¿Sabes? Físicamente te pareces mucho a mí... sólo salió contigo porque de esa manera podría recordarme, nada más.

    Aome quedó en shock, “¿Qué Inuyasha simplemente salió conmigo porque estaba solo?”. La malvada Kikyo se rió en su cara. Realmente no conocía límites.

    Cuando ya la jornada hubo acabado Kikyo se dirigió a la entrada de la preparatoria para esperar a que la recogieran, estaba realmente ansiosa por ver a Inuyasha. Sango y Aome se iban a ir a casa caminando, como de costumbre. Pero en ese mismo momento Sango recibió un mensaje de texto en su celular.

    Quiero verte AHORA MISMO... no te vayas del cole, ya voy para allá. TQM, Miroku.

    La chica no pudo evitar sonreír. Empezó a buscar con la mirada para comprobar que fuera verdad. Aunque estaban peleados, ella no soportaba más la situación. Y al parecer él tampoco. Cinco minutos después, apareció la camioneta negra. Kikyo corrió emocionada, creyendo que era Inuyasha, pero se disgustó al encontrar a Miroku.

    - ¿Dónde está Inuyasha? – preguntó.

    - Está muy ocupado, pero me mandó a decirte que lo perdones... Súbete y espérame, tengo algo que resolver... – y dicho esto se fue hacia donde estaban Sango y Aome, y sin importarle que hubiera gente alrededor observándolo, la abrazó.

    - ¡Sanguito! – la saludó. Aome prefirió retirarse, para no estorbar. Kikyo contemplaba la escena con impaciencia desde la ventana del vehículo. “¡Qué patéticos!” pensaron las dos. En el fondo, ambas le tenían envidia a Sango. Ella si tenía a alguien que le demostrara sus sentimientos.

    - Miroku... no me dejas... respirar. – dijo ella entrecortadamente. Él enseguida se apartó.

    - ¿Aún no me hablas? – preguntó apesadumbrado.

    - ¡No puedo perdonar eso que hiciste! – dijo Sango con rabia, al recordar el motivo de su disgusto con el muchacho.

    - Es la última vez que lo hago, en serio... es que no puedo controlarme, eres una chica tan hermosa y cuando te beso, pierdo el control y no puedo evitar que mi mano se pose en ese lugar. Además, tú no te quejaste la segunda vez... – se excusó Miroku.

    - ¡No, no es eso! – dijo ella mirando si alguien había escuchado. ¡Qué vergüenza!

    - ¿Entonces...?

    - ¡Me refiero a lo de Kikyo e Inuyasha! – gritó Sango. Kikyo sintió un escalofrío al escuchar su nombre.

    - ¿Kikyo e Inuyasha? ¿Qué pasa con ellos? – preguntó Miroku, aún confundido. No sabía qué tenían que ver ellos dos con su pelea.

    - ¡Son novios y tú nunca nos lo dijiste! – le dijo Sango, enfadada. – Pobre Aome, ahora está sufriendo por culpa de ese imbécil...

    - ¡Espera un momento! ¡Estás completamente equivocada! – interrumpió Miroku. – Inuyasha y Kikyo son sólo amigos, es más, Inuyasha y yo la consideramos nuestra hermanita.

    - ¿Y entonces por qué Kikyo no le dijo eso a Aome?

    - ¡¿Kikyo?! – exclamó Miroku al tiempo que se llevaba una mano a su frente. – Mira, Sango, necesito que convenzas a Aome para que hable con Inuyasha, hay que aclarar este malentendido de una buena vez.

    - O sea que la señorita Kikyo inventó todo esto... – dijo Sango mirando a la chica. “¡Demonios, ya lo saben!” pensó Kikyo al darse cuenta.

    - Cambiando el tema... quiero un beso. – dijo Miroku señalando su boca con el dedo índice.

    - Este no es el lugar, Miroku... – le dijo ella, sonrojada. Miroku soltó una carcajada.

    - Estaba bromeando. ¡Vaya, te pillé! – dijo guiñándole el ojo y aún riendo. Se despidió, susurrándole un “te espero esta tarde en mi casa, no olvides llevar a Aome” y se subió a la camioneta.

    - Me has decepcionado. – le dijo Miroku a Kikyo cuando entraron a la casa. La chica tragó saliva y se puso más pálida de lo que ya era. - ¿Cómo se te ocurre decirle semejante cosa a Aome?

    - ¡Es parte de mi estrategia! ¡Esa me está quitando a mi Inu! – soltó Kikyo.

    - En primer lugar ¿qué pretendes lograr con esa estúpida estrategia, que Inuyasha te deteste? En segundo lugar, “esa” se llama Aome y creo que merece respeto... y en tercer lugar Inuyasha no es tuyo. ¡Por favor! ¡Tú eres casi como nuestra hermana!

    - ¡Pero yo quiero ser algo más de él! – dijo Kikyo, a punto de llorar.

    - Inuyasha ya escogió a Aome, debes respetarle su decisión. – justo cuando dijo esto, tocaron la puerta.

    - Hola, Miroku. Fue difícil, pero Aome está aquí, atrás mío. – susurró Sango. Efectivamente, la chica que vivía enfrente estaba allí.

    - Pasen. Sango, ve a mi cuarto. Tengo que hablar con este par de señoritas... – La chica de cabello castaño obedeció, deseando que las cosas se arreglaran.

    - Aome, creo que Kikyo te debe una explicación. – dijo Miroku, muy serio.

    - Este, yo... – balbuceó Kikyo.

    - Vamos, Kikyo. ¿Qué tienes para decirme? – preguntó Aome molesta. La verdad es que le aburría estar ahí, tener que aguantar el rostro de aquella muchacha, su enemiga.

    - Pues, verás... – vacilaba la chica.

    - ¡No seas tan cobarde! – le gritó Miroku, y luego dirigiéndose a Aome dijo: - Nuestra querida Kikyo mintió acerca de su relación con Inuyasha. Ellos son sólo amigos, casi como hermanos.

    - ¡¿QUÉ?! – exclamó Aome, boquiabierta. Inmediatamente miró a Kikyo, quien tenía su cabeza agachada y estaba llorando. Intentó acercársele, pero ella lo impidió.

    - ¿Por qué no se fija en mí? – se preguntaba en voz alta.

    - No digas eso, Kikyo. Eres una chica muy guapa, de seguro pronto encontrarás alguien que te ame tanto como amas a Inuyasha. – le dijo Aome, tratando de consolarla.

    - No necesito tu compasión, niñita. – miró a Aome con mucha más rabia. – Lo único que te pido es que no le digas ni una palabra de esto a Inuyasha, porque si lo haces te juro que...

    - No te preocupes, Kikyo. No diré nada. Te doy mi palabra. – sonrió Aome, elevando su mano para chocarla con la de la otra chica. Kikyo la ignoró y siguió de largo, para su cuarto.

    - ¡Vaya, pero qué chica tan complicada! – dijo Aome poniendo las manos en su cintura. Miroku se echó a reír.

    - ¿Qué más esperabas? Después de todo tú eres la chica que logró robarse la atención de Inuyasha... a propósito, él me comentó que mañana por la tarde habrá ensayo de la banda. Podrías darle una sorpresa...

    - ¡Ok, gracias por el dato! – Aome le guiñó el ojo a Miroku y se fue a su casa con una sonrisa. “Sólo se trataba de un malentendido”, suspiró. A partir de ese momento la ansiedad empezó a circular por todo su cuerpo. No se aguantaba las ganas de ver a Inuyasha, para poder darle ese “sí” que ambos habían querido tanto.

    MIENTRAS TANTO CON MIROKU Y SANGO...

    - El Romanticismo fue un movimiento literario originario de Europa y que influyó en la literatura de otros países durante el siglo XIX. Se caracteriza por su entrega a la imaginación y la subjetividad, su libertad de pensamiento y expresión y su idealización de la naturaleza. – repitió Sango por enésima vez. Estaba comprobando que realmente se lo había aprendido. Aunque con aquel chico de ojos azules y cuerpo bien formado que tenía al lado era algo difícil concentrarse.

    - ¡Perfecto, mi niña! – Sango se lo quedó mirando extrañada por el término que él había utilizado. - ¿Qué? Pensé que nos teníamos confianza... ¿o es que ya se te olvidaron esos siete besos que nos hemos dado?

    - ¡Fueron nueve! – pero enseguida enrojeció y se cubrió su boca, como si con eso pudiera evitar que él no se diera cuenta.

    - No sabía que llevaras tan bien la cuenta, ¿eh? – dijo acercándosele más y más. – Pues, entonces ¡que sean diez! – y la besó tiernamente. – ¿Sabes? Prefiero el Modernismo, es muchísimo mejor que ese Romanticismo aburrido...

    - ¿Y por qué lo dices? – preguntó Sango, aún aturdida. Miroku se puso de rodillas y empezó a declamar un poema como lo hacían en la Edad Media:

    - ¿Preguntas qué es dolor?...
    Un viejo amigo inspirador de mis profundas quejas,
    que se halla ausente cuando estás conmigo,
    que está conmigo cuando tú te alejas.

    - Apuesto a que eso se lo dices a todas las chicas. – dijo Sango, molesta. No le gustaban para nada esa clase de chicos que dedicaban poemas sacados de libros de bolsillo de esos que tienen títulos como “Cómo conquistar a una chica” o “Cincuenta poemas para que caiga rendida”.

    - ¡Me subestimas, Sango! Me tomé el trabajo de traducirlo para ti... – dijo tomándola de las manos.

    - No te lo creo... – le dijo ella, dándole la espalda. Él se apresuró a buscar uno de sus libros, hojeó las páginas hasta que encontró lo que quería. El título del poema estaba en un idioma que Sango desconocía. - ¿Qué diablos dice ahí?

    - Este es el poema, Sango. Se llama “¿Qué es dolor?” y lo escribió José María Rivas Groot, un poeta del que nunca habrás escuchado en tu vida...

    - Cada día me sorprendes más, Miroku... – le dedicó una sonrisa y volvieron a besarse. Divertida, agregó: - Ahora van once...

    - Y espero que sean muchos más. – de nuevo Sango se quedó observándolo. ¿Cuánto más seguirían así? Nunca se habían hecho la propuesta de ser novios, simplemente se besaban y ya. Aunque disfrutaba mucho, quería algo serio. Pero el chico no se atrevía a decir algo acerca de esto... y ella tampoco.
     
  20.  
    danielitaaxi

    danielitaaxi Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    26 Julio 2008
    Mensajes:
    198
    Pluma de
    Escritora
    Re: Los Chicos de Kobe [SanxMir] [InuxAom]

    Bueno, lo arreglaste UN poco aun estoy enojada no sabes lo que me costo abrir la pagina, leer el ultimo fragmento del capitulo anterior para refrescar ls memoria y leer el capitulo. Maldita arpia venenoza y mas encima se pone a llorar si bien hay un refran que dice "en la gerra y el amor todo se vale" es tomo menos ESO
    menosmal que lo arreglaste sTeFy te quedo muy bueno si apartamos la parte en que inubello y kag no se hablan.
    Que lastima que te demores tanto con la conty pero que mas da suerte QUE SE ARREGLEN LAS COSAS y besitos.
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso