Hace 2 años que no lo veo. Pero a mí, me parecieron siglos. Ahora que no está, siento que no tengo razones para vivir. Era tanta mi felicidad cuando estaba él, que ahora siento como si hubiese perdido todo. Cada mañana era lo mismo. Luego de volver del colegio me acostaba, y pensaba felices fantasías sobre nosotros dos, y lo felices que podríamos ser. Así es, podríamos, esa es la triste verdad. Estoy sufriendo por un amor irreal. Un amor que nunca existió. Nunca me voy a perdonar no haberle dicho que lo quería, que lo amaba. Que amaba ver su media sonrisa cuando algo le salía bien, su orgullo indiscutible cuando sabía algo que los demás no. Me encantaba ver su ceño fruncido cuando se enojaba. Amaba todas y cada una de sus facetas. Lo amaba a él y solo a él. No había ni siquiera un familiar que amara tanto o casi tanto como a él. Todavía tengo la carta que se supone, le daría cuando estuviera lista. Jamás llegó ese día. En fin, creo que la carta decía algo así: Sasuke: Yo no soy de esas que inventan rodeos para silenciar la verdad. Yo quiero que prestes atención a cada palabra de esta carta ya que es muy importante para mí. Al igual que una lluvia fuerte e interminable, es mi amor por vos. Jamás creí que podría amar tanto a una persona como te amo a vos. Yo de verdad quisiera que sintieras lo mismo que yo. No te quiero poner en compromiso ni nada por el estilo. Quiero que me digas lo que piensas de mi, eso me aliviaría. Si no correspondes a mi amor, hagamos como si esto nunca hubiese pasado, pero si tu respuesta es un sí, quiero que siempre estés a mi lado. Sakura Nunca me voy a poder perdonar lo de aquel día. Supongo que no saben así que se los voy a contar. —————————————— Estábamos en mi casa, era media noche, y, como de costumbre, discutíamos. Todo iba normal hasta que subimos más el tono de voz. — ¡Siempre haces lo mismo!— Me gritaba muy fuertemente. — ¡Eso no te importa! — Le dije devolviéndole el grito con el doble de potencia. — Ya estoy harto de vos y tus quejas todo el día. — Dijo levantándose y recuperando un poco su compostura. — ¿Lo ves? Siempre eres así.— Dije todavía gritando. — ¿Así cómo?— Dijo acercándose a mí. — Así de odioso.— Dije sin pensar. — ¿Osea que me odias?— Preguntó levantando el tono de voz y acercándose más a mí. —...— No me atreví a responder. —¡Me odias!— Dijo zarandeándome desde los hombros. Yo no iba a dejar que él se quedara con la última palabra. — ¡Sí, te odio! — Le grité, soltándome de su agarre. — Bien. — Dijo en un tono dolido y agarrando su chaqueta. —Bien.— Susurró entre dientes y se fue. —————————————— Dos días después, me enteré que él había salido tan dolido y metido en sus pensamientos, que, cuando cruzó la calle, no se dio cuenta que el semáforo daba paso a los autos, y... fue atropellado por un auto. Luego, cuando vino la ambulancia, ya era demasiado tarde, había muerto. Y mis últimas palabras para él, fueron "te odio". Las últimas palabras para él, fueron mentira, pero, él no lo sabía. Lo siento, Sasuke-kun.