de Dragon Ball - Lo haré por ti, mi buen y mejor amigo…

Complemento misión 7



Lo haré por ti, mi buen y mejor amigo…





Nota: para que vean que no se trata de fusiles, me animé a contar este pequeño incidente que desató muchas cosas. Ojalá les guste.





— ¡Gokú, eso fue verdaderamente asombroso! —me dijo Krilin auxiliándome a salir del agua, con un éxtasis en su tono de voz.



— Y bastante agotador… —le afirmé respirando con cansancio.





Había tenido que utilizar casi toda mi energía disponible para controlar una enorme Genkidama formada con la fuerza vital de gran parte del Universo, y con ella pude acabar con el terrible Freeza, el verdugo de muchos. Es lo que un tipo como él se merecía, ya que en ningún momento mostró algo de compasión o arrepentimiento por sus faltas.





Por la enorme cantidad de energía utilizada, el planeta Namekusejin había sufrido daños de consideración en su estructura, y tal vez no faltaba mucho tiempo para que colapsara, pero al menos estábamos vivos y podíamos regresar a la Tierra completos.





— Papá, me da tanto gusto que tanto tú como el señor Pikoro se encuentren bien —dijo mi hijo Gohan al acercarse para ayudarme también, siendo seguido por Pikoro, quien, de la misma manera que yo, lucía agotado.



— Vamos, Gohan, no me dirás que de verdad pensaste que tu padre y yo moriríamos con eso —le reprochó mi amigo a mi hijo con un toque de diversión en su tono, minimizando esa posibilidad.





Por un momento los cuatro nos quedamos en silencio, como si aún no nos la creyéramos del todo… habíamos salido vivos, eso sí que es buena suerte. Nos sentimos complacidos aunque sabíamos que se perdió la oportunidad de hacer algo más por nuestros otros amigos, ya que las esferas del Dragón de Namekusejin habían desaparecido. Pero, por lo menos, Kami – sama y Shenlong nos ayudarían con lo que sí se pudiera. Después nos echamos a reír con ganas.





— Bueno, creo que ese fue el final de Freeza —dijo Krilin con mucha seguridad—. Ahora sí podré cumplir mi gran sueño —externó sin ocultar su felicidad.



— ¿Tu gran sueño? —le pregunté mirándolo con duda, y Pikoro y Gohan no pudieron ocultar su extrañeza—. ¿De qué hablas, Krilin?



— Por favor, Gokú, tú bien sabes que siempre he… anhelado tener una linda novia para casarme —me dijo con algo de gravedad, y al instante enrojeció intensamente—. Es obvio que si hubiera muerto por segunda vez pues... ya no se podría —añadió en un susurro.





Nosotros lo quedamos viendo con verdadero desconcierto, y sólo hasta que Gohan volvió a estallar en risa, y eso porque la roja cara de Krilin era algo de lo más gracioso que habíamos visto hasta ese momento, fue que nos relajamos y le imitamos al carcajearnos de igual manera.





— Por favor, Krilin, no me hagas reír o podría reventarme el estómago —le dije desternillándome de la risa, pero sobándome el abdomen por el esfuerzo.





Estuvimos así por unos dos o tres minutos, ya que Krilin también se unió a la celebración y rio junto con nosotros. Más traté de calmarme para orientar la posición del vehículo espacial en el que había llegado al planeta.





— Oigan, amigos, tenemos que ir hacia allá donde está mi nave espacial, para que podamos regresar a la Tierra —les dije señalando en dirección… bueno, señalé hacia un lejano lugar en el que aún se divisaba una buena porción de suelo firme.





Y nos disponíamos a tomar vuelo cuando una exclamación de susto brotó de la garganta de Krilin, haciendo que todos diéramos un respingo.





— ¡Oh, no!, ¡seguro va a matarnos! —chilló con un gesto de susto dibujado en su cara.



— ¿Qué ocurre, Krilin? —le preguntó Gohan con cautela.



— ¡Bulma, nos habíamos olvidado de ella! —dijo con nerviosismo mirando hacia todos lados.



— No veo la razón de tanto escándalo, Krilin, es sólo una simple y débil mujer —opinó Pikoro recobrando el mal humor que lo caracteriza, mirando a mi amigo con gesto molesto.



— Créeme, Pikoro, tú no conoces a Bulma… cuando se enoja puede ser muy peligrosa —observó Krilin poniéndose súbitamente serio.



— Bien, Krilin, no hay de qué preocuparse, ya la encontraremos en el camino —le dije a mi amigo palmeándole un hombro para confortarlo.





Bien, ya más calmados, sintiéndonos seguros de conseguirlo, de volver a la Tierra sanos y salvos, tornamos la vista a la lejanía. Pero, antes de que Krilin lo hiciera como todos, volvió a paralizarse, y casi se le salen los ojos de sus órbitas… ¿acaso Bulma ya nos había encontrado? Eso sí daba miedo, no lo culpo.





— No… no puede ser… es… es… —tartamudeó señalando hacia atrás de nuestra posición, y todos nos volvimos al sentir un espantoso Ki familiar, reproduciendo su gesto ante esa súbita aparición.



— Malditas sabandijas… está me la van a pagar con sus miserables vidas —dijo el recién llegado sujeto con una voz más que amenazadora.



— ¡Es Freeza! —exclamamos al unísono, sorprendidos… ¿Cómo había podido sobrevivir a tan potente Genkidama?





Todo lo sucedido a continuación fue tan rápido que no pude hacer nada para impedirlo, y únicamente vi a Pikoro caer malherido, y Gohan no dudó en gritar asustado.





— ¡No, señor Pikoro, no se muera! —dijo mi hijo sollozante, inclinándose sobre el desfallecido cuerpo del que consideraba su maestro.



— ¡Jah!, y eso es sólo el principio de sus sufrimientos —dijo Freeza atrapando en ese instante a Krilin con su control mental, elevándolo en el aire y alejándolo de nosotros.



— ¡Por favor, no! —mi pobre amigo se retorció para tratar de librarse… pero le era inútil, eso lo sabía yo muy bien.



— ¡Freeza, canalla, deja en paz a Krilin! —le reclamé al monstruo sin poder moverme siquiera, ya que todavía no me recuperaba de nuestra batalla—. ¡Él no puede defenderse!



— ¡No te muevas, gusano apestoso!, ¿qué no ves que voy a matarte ahora? —pero el muy ruin no quiso escuchar razones y, sin ningún escrúpulo y ninguna razón, hizo estallar el cuerpo de mi amigo utilizando el poder de su Ki.



— ¡Gokúuuuu… agh! —esas fueron sus últimas palabras antes de volar en pedazos.





En ese instante contraje mis facciones con dolor, el dolor de ver morir a mi mejor amigo ante mis ojos, de esa manera tan cruel e indigna, y sentí brotar de mi interior una rabia, una ira enorme, algo que no había sentido antes… ¿por qué a Krilin, por qué? Parecía que las lágrimas brotarían de la misma forma en la que sentía mi propio Ki salir de control… él era mi amigo, mi mejor amigo y mi primer rival, con quien había compartido tantas cosas como el entrenamiento con el maestro Rōshi, nuestro primer Budokai Tenkaichi, varias aventuras al lado de Bulma, de Yamcha, de todos mis amigos… ahora ya no quedaba nada de él, y ya no podría ser resucitado por Shenlong ni cumplir su gran sueño al haber muerto dos veces. Yo, y sólo yo, debía vengar su muerte, debía acabar de una vez por todas con ese malnacido de Freeza.





— ¡!Freeza, eres un…. eres un… eres un despiadado asesino… yaaaaaaaahhhhhh!! —grité con toda la potencia de mis pulmones, expulsando en ese momento todo el poder que brotaba de mi interior, era un aura dorada la que me rodeaba en ese instante, y ni con el Kaio – ken aumentado veinte veces me había sentido tan fuerte. Ahora sí, le daría a ese cretino una lección que jamás olvidaría.



— ¿Pa… papá? — Gohan pareció asombrado al ver mi cambio, lo mismo que Freeza, quien por unos segundos se quedó pensativo, al parecer recordando algo sobre la leyenda del Súper Saiyajin que Vegeta siempre había creído.



— Gohan, toma el cuerpo de Pikoro y aléjate de aquí con él… busca a Bulma y abandonen el planeta —le dije seriamente mirándolo de reojo—. Yo voy a exterminar a Freeza —agregué fijando la vista en el malvado sujeto.



— Eee… está bien, papá, confió en ti —mi hijo se mostró un tanto inquieto por una fracción de segundo, más respondió con determinación al sentir el nivel de mi poder, y se dispuso a cumplir mi orden. Sin más salió volando, llevando a Pikoro sobre sus hombros.



— ¡No escaparán de mí, basuras despreciables! —Freeza también reaccionó y se dispuso a lanzar sobre ellos un ataque similar como con el que había asesinado a Krilin—. ¡Los eliminaré de una vez por todas!



— ¡Es mejor que no lo intentes, maldito! —me moví con velocidad y, parándome frente a él, aprisioné con fuerza su mano hasta casi rompérsela—. Ahora sí voy a acabar contigo, asesino… te atreviste a matar a mi mejor amigo, y eso es algo que jamás te perdonaré.





A partir de ese instante iniciamos una feroz batalla, la cual no tengo idea de cómo va a terminar. Pero, por honrar la memoria de Krilin, voy a dar mi mejor esfuerzo.













Nota: no quise quedarme con esto atravesado, pero, como verán, el sentido de la tragedia no es algo que me salga muy bien, me salen mucho mejor las partes cómicas… XD. Pues bueno, todos sabemos que el dolor de haber perdido a Krilin por segunda vez, y ante sus ojos, consiguió que Gokú expulsara todo su poder oculto hasta que alcanzó el primer nivel de SS, y lo demás es historia. La gran amistad que lo unía con el chaparrito, y la impotencia por no poder defenderlo, fue lo que hizo brotar la ira del Saiyajin por primera vez en mucho tiempo. Un saludo y gracias por la actividad, fue divertido el pensar y escribir estas misiones.