Llamada Perdida

Llamada Perdida

Siento el pánico, mis manos tiemblan, mi pulso se alza abismalmente, mientras mi cabeza da vueltas sobre si misma y a la vez palpita. Quiere explotar, lo necesita para seguir siendo ella en su mismidad.

Mi respiración acelerada no me permite gesticular bien las frases, palabras y letras que intente decir, mis labios pálidos como los de un difunto, el nerviosismo no me deja procesar bien ninguna actividad y cualquiera de mi pensamientos se podría dar por exánime.

Puedo ver que mi mente no tiene planes de dormir, el insomnio postergara de mi sueño de manera innegable e inimaginable ante los sucesos.

No se que sucederá posiblemente nada, quizás todo, no puedo pensar, me duele, ya no se que hacer como reaccionar, he perdido la compostura, la razón, solo me queda marcar su numero con la vaga esperanza de que esta conteste a mi llanto desesperado, no puedo, quiero, siento como si un cuchillo estuviera a mis espaldas esperando, diciéndome -Ya todo terminara... Tú frágil alma, entrégamela ahora y vivirás-.

¿Pero, para que vivir?

No quiero. Quiero seguir junto a ella pero no se que rayos sucederá después de esto. Seguiré marcando su numero con las mismas esperanzas, aunque se que no contestara.

Marcare su numero sin siquiera pensar en la existencia de un redial ya realmente es poco lo que interesa este.

Amor, por favor, contesta... Contesta...

Me desvanezco de este mundo, caigo sobre la almohada con el teléfono entre mis manos, no puedo conciliar sueño alguno, no. Los fantasmas que me atormentan son demasiado fuertes ahora.

Entreabro mis ojos, el reflejo de la luz que se asoma por la ventana de mi cuarto y se topa con mi rostro, las lágrimas salen de mis ojos con el solo recuerdo de la noche anterior.

Encerrado en mi, intento recordar donde exactamente cometí el terrible error porque debía pagar y pagar aun mas para continuar en vida, no puedo confrontar mis demonios.

Abro aquella caja de recuerdos y lloro sobre cada uno de ellos, todas las imágenes me inmutan, todo sigue igual que antes solo que peor.

Nadie sufre por mi, yo no sufro por nadie mas que por mi he perdido todo mientras continuo marcando el mismo numero en espera de una contestación que nunca sucedió.

Sufro sobre mi almohada mientras miro la pared, en busca de compañía, ruego que el muero caiga y morir en aquel tierno abrazo de concreto.

Alucino. Lo se. Lo tengo muy claro, pero es ese el dolor que siente mi corazón que con cada latido se siente destrozado y tirado en un bidón lleno hasta el límite de basura.

Cierro mis ojos e imagino que esto nunca sucedió.

Calma, calma, que todo a pasado.

Todo ha cambiado como las dunas desérticas ante un soplo fuerte de viento, ya nada será igual.

Calma, calma que ya todo ha terminado.