Autor: Temarii Juuzou.
Personajes: Mabel Pines.
Actividad: Miedos & Fobias.

Gg

​

Limpieza.

¿Cuánto tiempo llevaba su tomar una buena ducha? ¿Sin lavar su cabello? ¿Sin cepillar sus dientes? La cama de Dipper contenía varias cajas de colonia, basura de mentas y chicles y tanto spray para cabello que cualquiera pensaría que el chico deseaba abrir una tienda de abarrotes algo peculiar. Mabel estaba preocupada, ya habían pasado tres meses desde que habían regresado de las vacaciones navideñas las cuales, como ya era costumbre, habían pasado en Gravity Falls, y desde esas vacaciones su gemelo no había vuelto a tener higiene personal.

Si cuarto apestaba, ya que solía tampoco quitarse su ropa hasta que su madre llegaba a casi arrancarsela y, por más que su gemela insistía en saber la razón de sus actos, el chico no soltaba palabra. Tendría que tomar medidas drásticas.

El viernes por la tarde, Mabel salió del colegio y, en vez de ir a casa, fue directo a la estación de autobuses para tomar el más próximo al hogar de sus tíos, donde, con suerte, alguno de ellos sabría darle una respuesta. El viaje fue corto, pero eso era lo que pretendía, solo quería respuestas y ayudar tanto a su hermano cómo a su olfato. Otro día con esa oeste sería insoportable.

La cabaña del misterio estaba llena de gente, últimamente lo estaba más, ya que con cada aventura que sus tíos tenían, lograban traer nuevos artefactos mucho más realistas; ni hablar de su portal ya funcional, con cada viaje a otra dimensión, los artefactos eran mucho más llamativos y preciosos. Mabel y Dipper acompañaron tantas veces a su tío Ford en esas expediciones, especialmente a la casa de ese tal Rick, el cual Mabel encontraba gracioso e interesante, mientras que Dipper creía que era como si combinaras las peores partes de sus dos tíos, las mesclaras y aumentarás por diez.

—Tio Stan, tío Ford —saludó la chica entrando a la parte de su hogar de la cabaña.

—Mabel ¿Qué haces aquí? —El tío Ford se acerco a su sobrina y le saludo con un abrazo, cada día crecía más y pronto estaría de su estatura.

—Yo necesito hablar contigo, es acerca de Dipper.

— ¿Qué le pasó a tu hermano? —El tío Stan se acerco a su sobrina y le revolvió el cabello con ternura.

—Es lo que quisiera saber. Desde que volvimos a casa no se acerca al baño, ni siquiera para mirarse al espejo. Apesta y creo que sí continua, sus dientes se caerán.

Con una mueca la chica les continua contacto todo; lo horrible que es la peste, lo asqueroso que está su cuarto, lo preocupada que estaba acerca de su salud...

El tío Ford soltó un suspiro ante aquello, les indico que bajarán y los tres fueron al portal, el cual encendió para luego pasar a la ya conocida casa de Rick Sánchez. El anciano ebrio estaba ahi, junto a su nieto que tanta risa le provocaba a Mabel.

—Ford, ¿Qué -burp- haces aquí? —el anciano se acerco a los gemelos y termino de un sorbo la bebida dentro de su percate.

—En la fiesta a la que vinimos ¿Había algún ser extraño que provoque... Que no quieras bañarte?

Ambos adolescentes miraron a los dos adultos hablar sin decir nada, Rick se puso a realizar una lista de algunos invitados, pero ninguno parecía caber en aquello que el tío Ford le explicaba a Rick.

—Disculpa ¿Puedo pasar a tu baño? —Mabe se giró hacia Morty, quién la miro fijamente durante un rato, algo incómodo para la chica — ¿Hola?

—Es que... En nuestro baño vive alguien.

— ¿Y cómo hacen sus necesidades si alguien vive en su baño? —pregunro la chica con un poco de asco.

—Rick hizo hoyos en el jardín para cada miembro de la familia, hasta que logremos sacar a esa persona del baño.

—En la fiesta se podía pasar al baño.

—No, estaba cerrado con una cinta.

Entonces Mabel cayó en cuenta que lo último que hizo Dipper antes de volver a la cabaña del misterio fue ir al baño; la castaña subió las escaleras hasta el lugar, el cual si estaba cerrado y tan solo una cinta de "no pasar" cubría de un extraño a otro de la puerta. Eso no detenía a nadie que tuviese la vejiga tan pequeño como la de su hermano. Con un poco de temor y una mano temblorosa, Mabel tomó el pomo y giro antes de abrir la puerta de golpe, Morty estaba detrás de ella.

Dentro de la habitación todo parecía normal, un váter limpio junto a un lavamanos recién lavado, la cortina del baño parecía moverse, como si alguien estuviera utilizando la ducha, pero no se escuchaba el agua caer.

Mabel quitó la cortina de baño para dejar a la vista un hombre despellejado en ropa interior, con piel asquerosa y colgante dejando a la vista una piel rosada y brillante.

— ¿Qué le ha pasado señor?

Este hombre se giró ante la voz temblorosa de Mabel y le sonrió, sus dientes estaban tan delgados y frágiles así como blancos.

—Tan solo estoy limpio. Es hora de bañarme, así que señorita ¿Le importaría darme privacidad?

Mabel no necesito más para entender porque Dipper le tenía tanto miedo a la limpieza desde aquella fiesta.