Prólogo La luz y la oscuridad mantienen el equilibrio entre los mundos, entre las diferentes dimensiones que se conectan simultáneamente. Dos seres, sin relación alguna. Están marcados por el pasado, cubiertos por las sobras. De mundos absolutamente distintos. El destino los unirá para siempre, sin embargo se hallaran separados, lejos uno del otro, sin tener la más mínima idea, que están hechos para estar juntos… La simple respuesta que no encuentran, porque persiguen a las sombras de su pasado. Un pasado que creyeron olvidar, enterrar en lo profundo de sus sentimientos y memorias, pero que revive continuamente a donde vallan, atormentándolos día y noche. Diciéndoles que su destino no es más que una cruel muerte. Se dirigen en la búsqueda para salvar a sus mundos, a sus seres amados y a ellos mismos. Mientras que alguien se interpondrá en sus planes, para tomar venganza del pasado, usando lo más preciado para ellos. Con un solo objetivo que ellos dos terminen destruyéndose, causando su desgracia y la de todos.
Capitulo 1: El despertar~He venido por ti~ Entre las diferentes dimensiones que coexisten en tranquilidad se encuentran dos mundos paralelos entre sí. Uno de ellos el Reino Tsuki (luna) y otro es el Reino Taiyō (sol). Cuentan las profecías que cada mil años, nacerán dos seres con imaginables habilidades, de estos dos mundos, uniéndose para salvar a los reinos de la destrucción que esta apunto de iniciar. ______ Era un resplandeciente día en aquel enorme lugar. El Reino Tsuki era un mundo lleno de prosperidad y alegría para sus modestos habitantes. Este hermoso lugar parecía el mismo paraíso. Pues sí, en realidad tanta belleza no podía ser concebida en ningún otro lugar. Todo el lugar se encontraba por verdes pastizales llenos de abundante vegetación, los arboles más vigorosos y las flores más bellas y con un aroma exquisito. Los animales jamás antes vistos y en el centro de este lugar se encontraba un majestoso palacio hecho de un cristal más claro y brillante que cualquier otra cosa. Pero a diferencia, es que el mismo palacio se hallaba en una tierra flotante. Que en el inicio del castillo comenzaban unas hermosas cascadas de hielo y que poco a poco al descender de esta se convertían en la más cristalina agua. Que llegaba al pueblo dividido en pequeños canales que la misma gente había hecho tiempo atrás. Sus casas eran mucho más sencillas, pero vivían en una total armonía. Esto se debía a su gran y más preciado tesoro para todo el pueblo y era nada más y nada menos que su princesa una dulce chica de unos 18 años de edad. Desde muy pequeña se le heredo el trono y tuvo que ser educada para guiar a su pueblo de la manera más justa posible. La princesa Kagome, el único ser capaz de proteger el reino y poder tener el control de los 3 poderes sagrados. A su lado se encontraban su consejero y tutor desde pequeña, Tsubasa un muy querido amigo de la familia y un segundo padre para Kagome y su pequeño hermano Lee, que idolatraba a su hermana, muy inteligente y generoso con los demás. Este día no era común, ya que se celebraría el cumpleaños número 18 de Kagome. Toda la gente del pueblo y sus mismos familiares estaban planeando un grandioso evento que la celebraría. Puesto que Kagome siempre se había negado a festejar su cumpleaños alguna vez . Ella siempre decía que eso no tenía importancia, que solo sería un año más como todos los otros. Pero esta vez nadie le dijo nada sobre el evento. Kagome como siempre salía desde muy temprano del castillo para entrenar sus poderes espirituales, que aunque parezca difícil de creer era un sacerdotisa que fue discípula de la gran sacerdotisa Midoriko desde corta edad, ella le enseño muchas cosas, pero lamentablemente tuvo que partir al mundo donde ella provenía. Kagome intentaba revivir un gran árbol marchitado desde hace tiempo. Cuando el árbol logro regresar a su forma original. Kagome sé que do observando a este, perdida en sus pensamientos. —Un arma…sólo soy eso…—menciono mientras aun miraba el árbol. Poco pasó para que volviera a la realidad y se diera cuenta de algo. Que ya era tarde. — ¡Oh!, genial—.Trato de volver lo más rápido posible al palacio. _________ En tanto Tsubasa y Lee hacían los últimos preparativos para la fiesta sorpresa de Kagome. Si que tenían suerte, ella había estado fuera desde temprano, lo cual les resulto muy ventajoso. —Bueno Lee, ya sabes que hacer. Cuando el sol se esté ocultando tras las montañas, llevarás a Kagome al pueblo, donde la estaremos esperando para iniciar el festín—.Lee asintió ante el comentario de Tsubasa. — ¡Mientras tanto iré preparando el regalo de oneechan!—dijo muy entusiasmado Lee. Se fue corriendo a su habitación. El regalo de Lee para su hermana era una preciosa figura de cristal de un ave batiendo las alas. Estaba seguro que le encantaría a su hermana y dijera lo que dijera debía celebrar su cumpleaños. __________ Tsubasa se encontraba en el pueblo que había sido adornado muy impresionante. En él se encontraba una pequeña plaza donde tenían todo listo para el anochecer. Las calles serían iluminadas por le lluvia de luces, en los canales se hallaban flores de cerezo blancas. —Listo. Ahora solo hay que esperar—decía Tsubasa satisfecho de ver todo en orden. __________ Para cuando Kagome llego al palacio vio que este estaba en su mayoría vacío, aunque no le tomo la mayor importancia se dirigió discretamente a su habitación. Poco mas tarde el sol comenzó a ocultarse. Y cerca de los alrededores del palacio se encontraba un ser al asecho de Kagome. Sonrío con maldad. —La hora ha llegado…—murmuro por debajo. Kagome yacía en la comodidad de su cama, sumergida nuevamente en sus pensamientos que no hacían más que atormentarla cada día de su existencia. De pronto escucho el susurro de una voz pronunciando su nombre. —Kagome, Kagome… Se levanto y se dirigió al balcón, pero no encontró nada ni a nadie; una vez más la voz pronuncio su nombre. —Me esta llamando…—.Antes de que Kagome pudiera terminar desapareció de la habitación. Lee toco la puerta, pero nadie respondió, extrañado la abrió y no había absolutamente nadie en ella, lo cual resulto mucho más raro y no de acuerdo al plan. __________ Kagome fue llevada a las afueras del reino cerca de lo que parecían ser unas antiguas ruinas que la posaron en el centro, siendo ella victima de un trance del cual no podía salir. De las sombras un hombre con piel de mandril salió. Kagome volteo la mirada quedándole observando por un momento, giro su cabeza, se puso de rodillas y coloco las manos cerca de un símbolo en las ruinas. Estas abrieron una puerta un tanto extraña llevando a Kagome a su interior junto con el hombre con piel de mandril. Ya en el interior de las ruinas Kagome permanecía en el aire rodeada por un aura y aun en trance. Aquel hombre intento tocarle el rosto, justo en ese momento el trance se rompió y Kagome volvió en sí, de una fuerte brusquedad rechazo la mano del hombre y este solo sonrió más. —Veo que has vuelto en sí—rio con malicia. —Naraku…—.Kagome se limito a pronunciar esas únicas palabras. —Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos. — ¿A qué has venido?—pronuncio Kagome con rencor. —He venido por ti—dijo serio Naraku. — ¡Yo jamás iría con un ser tan repugnante como tú!—grito Kagome. —Lo dices tú, quien es la culpable de la muerte de Kenshin—.La miro con frialdad. Kagome se quedo atónica, eso era cierto ella era la culpable. —Por tu culpa más personas están muriendo—.Naraku le mostro como todo su reino era atacado por monstros, yonkais y como brutalmente era asesinados frente a sus ojos, la batalla incesable que Tsubasa y Lee enfrentaban solos, sin poder hacer gran cosa, exhaustos y sin mas fuerzas, seguían luchando incasablemente. Ver como el reino, lo que más protegió en su vida estaba en llamas siendo destruido enfrente de ella. El miedo, la tristeza la invadieron. Naraku aprovecho ese momento y la hirió de gravedad en casi todo el cuerpo. Kagome ya no podía moverse fácilmente, estaba perdiendo mucha sangre. Este ser tan frío y despreciable de Naraku usos su poder maligno y pudo atravesar el pecho de Kagome. Ella hizo una mueca de dolor. Él pronto fue sacando su mano y lo que yacía en ella un cristal resplandeciente en forma de la rosa de los vientos. Kagome tomo su mano y logro apretar tan fuertemente el cristal que este se separo el dos diferentes símbolos que fueron repartidos en fragmentos y esparcidos a diferentes lugares, al hacer esto Kagome perdió la conciencia. Continuará...