Lucas Diamond Lo último que recordaba era un flash. Un flash resplandeciente que nubló mi vista por completo, procedente del Silvally de Fikra. Lo que ocurrió después, es un batiburrillo de emociones apresuradas y sin orden alguno. Recuerdo golpearme, luchar contra mi propia conciencia. Lejos de eso, nada más. Al despertar de nuevo, estaba tirado en el suelo, algo malherido. Mis Pokémon me ayudaban a levantarme; tenía algunos moratones en los brazos y piernas. Y cuando me fijé en lo que allí estaba aconteciendo, todo era muy distinto. Los venerables no estaban allí, Liza había venido a buscarme, y Silvally estaba hablando. Espera ¿¡qué!? ¿S-Silvally? Pero todo encajó entonces. Ese Silvally no era un Pokémon normal. Era Fikra, o más bien, Genie, en el cuerpo del Pokémon. Yo había sido su recipiente anterior, ¡por eso luchaba contra mí mismo! Pero pronto se fue Silvally rumbo a la isla eclipse, para terminar el ritual con la elegida. Todo esto tenía muy mala pinta, a decir verdad. Saludé a Liza, sin demorarme mucho, y nos pusimos al día de todo lo ocurrido. —Liza... Gracias por venir a ayudarme. Y a vosotros también, equipo —agradecí—. No sé qué habría hecho sin vosotros... Agh, no recuerdo nada, solo... Estoy un poco mareado. ¡Pero se me pasará, no os preocupéis! Es hora de poner rumbo a la isla eclipse, ¿no creéis? >>Nos vemos allí. Ánimo a todos
Lucas Diamond Entré a la liga decidido, deseando ver quiénes serían mis rivales. Tenía un buen equipo, preparado para hacer frente a quien hiciera falta. Simplemente caminé hacia el interior, nervioso, sin pensar dos veces lo que hacía. Contenido oculto GalladeLucario
Al entrar en el lugar, Lucas pudo observar cómo la zona era muy parecida a como lo fue una vez el Palacio del Gran Fikra; al fin y al cabo, era el mismo edificio, y habían tenido poco tiempo de cambiarlo. Lo que sí era distinto eran... los logos tallados en las puertas, ahora todos tallados elegantemente en madera. Una de ellas tenía el logo de un Wishiwashi mirando hacia arriba; otra, el logo de un Lycanroc con la mitad de su rostro de su forma diurna y la otra mitad de la nocturna; otra, el rostro y la esfera del cuello de un Dragonair; y otra más... el puño de un Scizor de Udan. En el imponente lugar, una persona conocida recibió a Lucas. Feliz y sonriente, Furaha recibió al holder. —¡Ay, hola! ¡Lucas, bienvenido! Eres el primero que se acerca a la nueva Liga Pokémon... ¡yo seré tu guía, pues! Como eres un campeón, te enfrentarás a lo que llamamos una revancha. Los miembros del Alto Mando, pues, usarán todas sus energías y recursos y no dudarán en plantearte un reto mucho mayor. ¡Espero que estés a la altura! >> Y ahora... ¡es momento de empezar! Ay, qué nervios. ¡Elige una sala, y adelante! Recuerda que no podrás salir de aquí mientras que no seas derrotado o termines con todos los miembros de la liga... ¡suerte! >> Sala de los Peces. >> Sala del Acero. >> Sala de la Luz. >> Sala de las Rocas.
Lucas Diamond No pude creer a quién encontré al entrar en la liga. Ella era... ¡Furaha! ¡Sí, Furaha estaba allí! ¡Y ella era mi guía! A decir verdad fue una sorpresa tan inesperada como agradable, después de todo la conocía bien y pensar que estaba cerca me llenaba de confianza para luchar. Pero ahí no acabó todo. Las nuevas salas estaban a mi disposición. Cuando Furaha me dijo los nombras de estas no pude sino sonreír de la emoción. Eran ellos. Mis amigos. Los mejores entrenadores de toda Udan. No sabía cómo sentirme. ¿Debía sentirme acogido? ¿Debía sentir miedo, debido a su gran poder en combate? En cualquier caso, era el momento de comprobar cómo de fuertes éramos. Era la hora de enfrentar a los campeones del desafío de las marcas. Y bueno, aunque no había preferencias, tenía una cosa clara: empezaría por él. La sala de los aceros era la primera que visitaría. Una simple cuestión de ventaja de tipos, a decir verdad.
Lucas Diamond Ingresé de nuevo en el edificio. Allí de encontraban, como siempre, las cuatro puertas, tras las que Chuma, y probablemente Maji, Uchawi y Mlima se encontrasen, para hacer frente a los aspirantes. Furaha seguía haciendo de guía. Me alegré mucho de verla, y lo mismo ocurrió por su parte. Le conté como acabó mi última visita, y por qué estaba de vuelta. Esta vez no tomaría una derrota. —Muchas gracias, Furaha —le respondía la pequeña, ante sus palabras de ánimo—. Esta vez las cosas serán distintas. Y al fin, me acerqué a la sala del acero.
Lucas Diamond Salí raudo de la sala del acero. Volví al hall principal, y allí le pedí a Furaha que curase a mi equipo. Ella accedió de buena gana, y todos volvieron a tener energías nuevas. —¡Muy bien hecho, equipo! Lo habéis bordado. Sois los mejores, ¡y nos coronaremos como campeones de esta liga! >>¿Qué os parece si ahora vamos a por el siguiente? ¡Y esa será Mlima!
Lucas Diamond Agradecí a Mlima el Tyranistal, así como el gran combate que había dado. ¡Había sido de lo más emocionante! Accedí a la sala central de la liga, donde Furaha seguía esperándome, entusiasmada. —¡Gané, Furaha! Uf, ha sido realmente difícil... ¿Podrías curar a mi equipo? —pregunté, aunque sabía que la respuesta sería afirmativa. Una vez descansamos y tuvimos todo en orden, y tras felicitar a mi equipo, fuimos a parar a la sala de la luz.
Lucas Diamond Salí finalmente de la sala de la luz, extenuado. La batalla había requerido de gran concentración y un esfuerzo titánico de mi equipo. Estaba muy orgulloso de ellos, sin duda. Me reencontré con Furaha, quien sanó a los Pokémon, como ya había hecho antes. Le agradecí su ayuda, y a mí equipo el duro trabajo. Cuando saliéramos de aquí, tendrían un más que merecido descanso. Y sin más, entré en la última de las salas: la sala de los peces.
Lucas Diamond Y así fue. Lucario pudo sentenciar la batalla a nuestro favor con su ataque Z. Maji, orgulloso de su equipo, me felicitó y me hizo entrega de aquel cristal que él mismo usaba: el Flygostal Z. Agradecido por la batalla y el regalo, me despedí de él, no sin antes escuchar sus conmovedoras palabras acerca de la campeona. La mejor entrenadora de Udan, ¿eh? Sí, eso me sonaba, definitivamente... Regresé a la sala inicial, junto a Furaha, para pedirle una vez más que pudiera curar a mi equipo. Cuando todos se encontraron en plena forma llegó el momento. —Bien, pues... Ya he acabado con todos los miembros del alto mando, Furaha. ¿Ahora qué...? Contenido oculto GalladeLucario uwu No sé que pensabas hacer, pero igual sería conveniente crear un tema nuevo para el último combate, y que no se acumulen todos aquí (? Pero vaya, como veas. Creo que contra Fikra lo hicimos aquí.
Furaha, sonriente, estaba completamente emocionada. —¿H-Has ganado? ¡Wow! ¡Debes ser tremendamente fuerte, Lucas! No me extraña que seas uno de los salvadores de Udan, ¡si has sido capaz de ganar a los cuatro campeones, debes ser la bomba! Muy bien, ¡te queda ahora el último desafío! Ven aquí, acompáñame; Fikra y los suyos tenían construido uno de esos "ascensores" con su tecnología moderna aquí, con el que conectaban al subsuelo... ¡hemos aprovechado ese mecanismo y, con la ayuda de Abeto y la gente de Galeia que está colaborando con nosotros, hemos construido la cúspide de Udan! ¡Solo la Colina Kilima está más alta, y por muy poquito! Acompáñame, por favor. Furaha, sonriente, invitó a Lucas a colocarse a su lado. Cuando lo hizo, el suelo tembló, y una plataforma empezó a elevarse lentamente. Ascendiendo... hasta la Cúspide de Udan. Continúa en otro tema.
Drake Orestes Entré con vacilación dentro del edificio, no muy seguro de lo que debía hacer. Mi equipo se aglomeró en el interior, mirando con curiosidad al interior del lugar. Entendía la confusión, aquel castillo era muy diferente a lo que los Udienses solían tener como estructuras. Era ostentoso y recordaba un poco a la tecnología de los enmascarados, al parecer completamente fuera de lugar en la isla. Rahishi me había dicho que encontraría a una guía adentro, así que simplemente decidí no tocar nada hasta que mi guía diera acto de aparición. Aún así, sentía los nervios carcomiendo mi cuerpo. Esto era probablemente lo más importante que había hecho en mucho tiempo. Contenido oculto Lucas Diamond ;u;
Una chica se acercó a Drake al entrar a la liga. —¡Hola, aspirante! Mi nombre es Furaha, y seré tu guía en la Liga. ¿Has venido a participar en el desafío, verdad? Si es así, enséñame las marcas que certifican que estás listo, por favor. Drake le mostró todas las insignias, y con ello Furaha le dio paso a las escaleras que subían hacia el hall principal. Al subir, se encontró con una sala reluciente, con cuatro pasillos que conducía a cuatro salas distintas. En todas ellas había algo grabado, que probablemente indicaba algo sobre quien aguardaba en su interior, pero algunos dibujos no eran tan claros como otros. —Bueno, Drake, ¡bienvenido a la Liga Pokémon de Udan! Tras esas cuatro puertas, te esperan cuatro de los entrenadores más fuertes de la isla, dispuestos a poner a prueba tu fortaleza. Yo esperaré aquí, y me encargaré de curar a tu equipo tras cada combate. El desafío consiste en vencer a los cuatro entrenadores, y si lo consigues, la Campeona de la región será tu prueba final. >>Así que, todo tuyo. ¡Mucha suerte!
Drake Orestes Una chica se acercó a nosotros, y nos llevó al sitio donde debía comenzar el reto de la liga. Había grabados en las puertas de madera, que daban una idea sobre el tipo de Pokémon en que se especializaban los entrenadores que había en el interior. Tenía que vencerlos uno a uno, y Furaha se encargaría de curar a mi equipo entre combates. Realmente el orden no importaba mucho, si me iba a enfrentar a todos al final. Así que simplemente elegí la puerta que tenía grabada una cabeza de Dragonair, y entré junto a mi equipo.
