Libre —¡Vamos Winky! ¡Hay que levantarse! ¡No es hora de holgazanear! —dijo Dobby a su amiga enérgicamente. La noche anterior, la elfina había estado pasándose con la cerveza de mantequilla, que lastimosamente ejercía una gran atracción en ella. Se había quedado dormida durante horas y Dobby no la había despertado, porque le causaba cierta pena hacerlo. —Winky ya se ha despertado —dijo mientras se frotaba un ojo con una mano y la otra se la llevaba a la cabeza—, ¿qué requiere tanto la presencia de Winky para que grites de esa forma tan estruendosa? —¿Gritar? —dijo Dobby pensativo, pero entonces recordó el malestar que debería tener su amiga por el alcohol que había ingerido anoche, sacudió la cabeza, apartando esa pregunta— ¡Hoy empieza la navidad! ¡Hay que trabajar duro para hacer un banquete impresionante, ya que muchos chicos se irán a casa! —Oh, al señor Crouch le gustaba mucho la navidad… —Vamos, ¡Winky! Eso ya es el pasado, recuerda que ahora eres libre. ¡Libre! —No lo digas con ese orgullo y esa alegría… es toda una desdicha —dijo Winky disimulando una lágrima que asomaba en uno de sus ojitos saltones. Dobby corrió a abrazar enérgicamente a Winky y le sonrió ampliamente. —Ahora solamente le debemos lealtad al señor Harry Potter y a Dumbledore, por supuesto, al que le debemos mucho por los derechos y la libertad de los elfos domésticos. ¡Así que hagamos un gran banquete para él y sus amigos! Winky suspiró, pensando que jamás Dobby podría llegar a entender sus sentimientos y se dispuso a hacer lo suyo. Después de un buen rato de arduo trabajo, algún hechizo por aquí, algún hechizo por allá. Dispusieron toda la comida para aquel gran día. ¡Todo se veía apetitoso! —¡Está todo perfecto! ¡Maravilloso! —dijo Dobby entusiasmado. —Supongo que Winky ya puede retirarse. Winky está cansada… —dijo Winky dándose la vuelta desinteresada. —¡No! —Winky dio un respingo del susto— Dobby tiene un regalo para Winky, un regalo de navidad. Winky abrió los ojos como platos, no se esperaba eso para nada. Y de una el corazón empezó a latirle muy fuerte. Dobby tomó una mano de Winky y sacando algo de uno de sus bolsillos, lo puso ahí y le cerró la mano, para que al abrirla ella descubriese lo que era. La elfina la abrió lentamente y pudo ver unas figuritas talladas en madera, de dos elfos, que se tomaban de las manos y giraban sobre sí mismos, contentos, saltando. —¿S-somos tú y-y yo? —dijo con la voz entrecortada y tratando de contener sus lágrimas. Dobby asintió, con una gran sonrisa enmarcando su rostro. Entonces Winky sacudió la cabeza y algo parecido al rubor apareció en sus mejillas. En ese instante se desvaneció de la vista de Dobby, con un simple chasquido de dedos. ¿Se había sentido avergonzada? ¿O realmente aquella sensación en el estómago era otra cosa? ***** Las lágrimas de Winky brotaban de sus grandes ojos como si de dos manantiales se tratase. Allí estaba, arrodillada, delante de aquella tumba. —“Aquí yace Dobby, un elfo libre” —pudo leer entre sollozos del epitafio, casi no podía contener el llanto, por la muerte de su amigo—. Ahora sí eres libre de verdad, Dobby, vuela libre, allá donde estés. Winky nunca se olvidará de ti. Sostenía entre sus manos aquellas figuritas que tiempo atrás Dobby le había regalado y las besó, con sumo cuidado. —Te echaré de menos, amigo.
¿¡Por qué Dobby, por qué?!... Pero ahora él gozaba de verdadera libertad y el amor de los seres que lo conocieron; lindo detalle el regalito para Winky (esa pobre elfina me dio tanta pena, espero de verdad halla encontrado también la paz)...
Hiciste que se me aguaran los ojos... El tema de Dobby es un tema realmente delicado para mi. Y me encata que justo hayas elegido su relación con Winky, porque siempre me hacía reír como ella se avergonzaba e intentaba castigarse por ser libre, mientras que Dobby conocía lo que era la amistad. Me has roto el corazón con éste escrito. Me encantó!!
Donde estan los "me entristece" ¿donde carajo? Creo que Tarsis debio conseguir ese rainting antes de hacer la actividad, para que se llenará de esos a todos los escritos que he leido. Por un momento me dejé ir y pensé que Dobby pudo ser feliz con Winky o que hubo algo entre ellos, digo romanticamente, pero cuando cambiaste de escena, la realidad y el dolor me golpeó fuertemente. Un tema delicado, algo que no quiero mencionar. Ame el escrito y cada maldita palabra llena de sentimientos.