Explícito de Naruto - Liar.

8-Disputa

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Sasuke tiró todos los objetos del escritorio de su oficina sin importarle el ruido provocado al caer las cosas delicadas al suelo, quebrándose una tras otra. Llevó sus manos a su cabello en señal de estrés, frunciendo el ceño mientras dejaba caer su cuerpo en la cómoda silla de cuero, notando como se abría la puerta de su oficina.

—¿Por qué tanto alboroto?

Sus ojos ónix chocaron con los carmín de su hermano mayor.

—No es de tu incumbencia.

Itachi suspiró y dejó algunos papeles sobre la madera mientras llamaba a la señora de la limpieza para que arreglara todo ese desastre, ya que no entendía los ataques de ira que sufría Sasuke, pues cuando discutía con Ino no se ponía tan de mal humor como para voltear la oficina sin importarle qué se dañaba en el acto. Cuando Itachi cruzó la puerta para marcharse Sasuke marcó nuevamente a Sakura la cual continuaba con el celular apagado desde hace dos días desde que se encontró a Naruto en el centro comercial, y por lo que Ino le comentó Naruto no había vuelto a la casa de su prometida hace también, dos putos días.

Esa maldita mujer lo estaba volviendo loco.

♥♥♥ ♥♥♥

Sakura prendió el celular y divisó las mil y una llamadas perdidas de Sasuke, provocando que mordiera su labio inferior al recordar los dos días que estuvo con Naruto, y es que no se arrepentía en lo más mínimo, es más, por ella tendría al rubio bajo su cuerpo todo el día, y no solo por sexo si no porque era extremadamente divertido y complaciente, recordando cuando le preparó el desayuno, almuerzo, comida y hasta postre, además de los chistes y cosquillas que provisionó para hacerla pasar días inolvidables. Su calor no se comparaba con nadie pero el frío de Sasuke tampoco lo encontraba en otra persona. Suspiró y se dejó caer en la colcha que rápidamente desprendió el olor a cítricos perteneciente al Uzumaki, haciendo salir a flote el cosquilleo en su estómago.

Se quedó un par de minutos con la nariz en las sábanas y el celular en sus manos. ¿Qué debería hacer? ¿Llamar a Sasuke o esperar a que Naruto volviera a dedicar su tiempo en ella?

—Sakura.

Sus orbes verdes se posicionaron en el dueño de la voz.

—Sasori, ¿qué tal te fue en los días de vigilancia?

El hombre esparció varias fotos en la cama, estando entre ellas una mujer de cabello largo y ojos blanquecinos con un pequeño perro, en otras comiendo helado y en las últimas de la mano con uno de sus amados, evocando una sensación que ella conocía muy bien; celos.

—¿Cómo se llama?

—Hinata Hyüga, tiene 24 años.

—¿Ella es su prometida?

—Sí.

♥♥♥ ♥♥♥

Deidara expulsó el humo retenido en sus pulmones para volver a fumar el cigarrillo que traía en sus dedos, subiendo los vidrios polarizados. Se quitó las oscuras gafas y observó a Sasuke salir del edificio, girando las llaves para encender el auto y seguirlo hasta el apartamento, pues su trabajo en el momento era mantener informada a Sakura sobre el Uchiha y su esposa, mientras que a Sasori le correspondía su otro amor. Frunció levemente el ceño al recordar por un fugaz momento el pasado, y es que antes en su vida no eran Naruto y Sasuke, al contrario, ella llegó a pertenecer a él y Sasori, pero pasado pisado, o al menos eso se decía.

Contestó el móvil que comenzó a sonar con ímpetu de un momento a otro.

<<¿Pein?>>

<<Hablas con Hidan imbécil. Pein necesita que vigiles a un hombre>>

El rubio frunció el entrecejo y apretó el volante ya que se olía que Hidan le provisionó las inmundas marcas a Sakura, dudando si realmente solo fue eso, pues Sasori y él eran conscientes de las ganas sexuales que traía Hidan sobre ella.

<<¿Nombre?>>

<<Shikamaru, Nara Shikamaru>>

♥♥♥ ♥♥♥

Naruto ingresó a su apartamento en silencio ya que luego de salir de la casa de Sakura fue a ver a su amigo Kiba, el cual no dejó de decirle que Hinata estaba sufriendo mucho que no fuera cruel con ella, terminando la visita amistosa en una discusión en la cual Naruto soltó de su boca que se la quedara, que realmente no le importaba. Suspiró pesadamente y se despojó de su reloj de mano, perdiéndose en el recuerdo del cuerpo de su amada, ese perfecto y curvilíneo cuerpo que encendía fogosidad en su hombría.

Entró a la habitación con lentitud y divisó el cuerpo de Hinata durmiendo en el costado derecho de la cama, ocupando él el izquierdo al cambiarse a una prenda más cómoda. Cuando comenzó a cerrar los ojos sintió las delicadas manos de su prometida en su espalda, congelándolo ante su acción.

—Naruto —susurró la delicada voz.

El Uzumaki guardó silencio, sintiendo como ahora ella lo jalaba hacia su cuerpo, escondiendo su rostro en su pecho al obligar que se volteara. La mano masculina acarició el largo cabello azabache, besando su cabeza con dulzura.

—¿Continuas esperando algo de mí, Hinata?

Los ojos opalinos se cristalizaron con el corazón desbocado al estar entre esos fuertes brazos.

—Solo intentémoslo, ¿sí?

Naruto entrecerró los ojos al recordar la discusión con el Inuzuka, y es que su madre lo mataría donde se diera cuenta el cómo tiraba por la alcantarilla el compromiso por el cual su padre batalló tanto, tratando de posicionar su familia un peldaño más arriba. Y qué decir de Neji que sería capaz de partirle la cabeza, pero de solo recordar a Sakura y el cómo él le juró ser suyo le estrujaba el corazón. Hinata levantó el mentón y besó sus labios tomándolo por sorpresa, alejándose.

—Hinata, yo...

Los opalinos ojos se cerraron al proporcionar otro dulce beso el cual esta vez no fue rechazado, correspondiendo con suavidad a los dulces labios que seguían sin despertar algo más allá de cariño en él.

♥♥♥ ♥♥♥

Sasuke bajó al parqueadero con Itachi dispuesto a subirse al auto, quedando estático ante el comentario que soltó su hermano mayor, subiendo el ónix de sus ojos al frente.

—Es una mujer hermosa.

Sasuke apretó las llaves del carro que tenía en las manos, sintiendo su respiración pesada al tenerla en frente, mirándolo con esos ojos esmeralda que desprendían culpabilidad, rogando atención estando a unos metros de distancia. Sakura tragó pesado y apretó su bolso al ver a Itachi, pues Sasuke le había prohibido acercársele si estaba acompañado por quien fuera. Mordió su labio inferior, dispuesta a dar la vuelta sobre sus talones; se detuvo, al ver como el mayor se devolvía al edificio por algún pretexto que su amado probablemente le dijo.

Sasuke subió al auto y por poco se lo tira encima, abriéndole la puerta del copiloto impacientemente.

—Sube.

La mujer obedeció deprisa cerrando la puerta al ver los vidrios arriba, sintiendo como la mano masculina le apretaba los muslos sin dejar de conducir, haciéndola vibrar en un instante. Tragó como si sus glándulas no produjeran saliva, porque estaba nerviosa ya que sabía de qué trataría la conversación que tendrían, pero es que no podía alejarse de él. Su corazón se detuvo al ver como entraban al parqueadero de un motel, bajándose ambos en silencio en lo que Sasuke pagaba la mejor habitación del lugar, subiendo en el ascensor como si de una película muda se tratara.

Al cerrarse la puerta Sakura lo vio desajustarse la corbata.

—¿Estás jugando con mi maldita paciencia?

—Claro que no, Sasuke.

—Entonces, ¿qué mierda hacías cuando tenías el celular apagado?

—Sasori me pidió ayuda con algo.

—¡Mentirosa! —alegó, tirando el sillón del mini-bar al suelo. Sakura apretó la sábana bajo ella, temiendo lo peor.

—Sasuke no me vayas a dejar, no hice nada malo, lo juro —susurró levantándose para abrazarlo a lo cual él se alejó con recelo.

—¡¿Crees que no sé qué te revolcaste con Naruto?!

La mujer palideció ante la fiereza de sus palabras, aferrándose a su saco para no separarse de él, recordando la cantidad de veces que la dejó dormida en las habitaciones de distintos moteles, por ir a seguir viviendo su vida perfecta, provocando que la cólera se colara en ella.

—¡¿Y tú?! ¡¿No te basta con revolcarte a esa puta rubia de mierda?! —. Mordió su labio inferior, celosa— ¡¿O crees que me quedo muy contenta cada que me dejas sola por irte con ella?!

El Uchiha se zafó de su agarre con violencia, caminando por la habitación con las manos en la nuca, exasperado por el revoltijo de emociones en su estómago.

—¡Yo estoy casado Sakura!

—¡Y yo soltera!

Y eso fue suficiente para que Sasuke tensara la mandíbula, acorralándola contra la pared. La miró con ambivalencia mientras meditaba qué decir, pegando varias veces al muro que estaba al costado de la cabeza de Sakura, sobresaltándola.

—No estás soltera, ¡no seas estúpida! —gruñó entre dientes, deslizando una de sus manos a la carne sensible del cuello. La piel nívea de ella se erizó al tacto, tratando de evitar la penetrante mirada del hombre que no le daba tregua a esquivarla— eres mía Sakura —susurró perdiendo sus labios en la curvatura de su cuello— ¿no te das cuenta de eso?

El iris verde se cristalizó, sujetándolo del mentón para hacerlo subir hasta ella con suavidad.

—Los amo, a ambos Sasuke —el hombre que había relajado los hombros volvió a tensarlos, tomándola de la nuca para besarla sin previo aviso, perdiéndose ambos en un beso pasional que les carcomía la piel centímetro a centímetro.

—No Sakura —sus varoniles manos se posaron en sus glúteos, levantándola para hacerla abrazar su cintura— ámame únicamente a mí.

La Haruno escuchó como su voz se quebró, besándolo nuevamente mientras enredaba sus dedos en su cabello. Sintió su hombría contra sus pliegues, permitiéndole bajar sus bragas para que se perdiera en ella, clavando sus uñas en la espalda de su amante, una y otra vez.

El olor a sexo servía para olvidar los inconvenientes, pero momentáneamente, pues su efecto no es para siempre...

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Notas de autor:

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Pollito: Ojalá las estocadas signifiquen algo bueno (?) Y sí, ya sabes, Sasuke es Sasuke y sus celos siempre serán un motivo de temor.

Rein: OMG, te los comparto, hay que separar qué días cada una (?) Sasuke y Naruto, la cosa estará candente.

Gracias por leer chicas <333

 

9-Reminiscencias

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Naruto despertó de su gélido sueño en un instante. Sobó sus ojos y miró a su costado al sentir un peso en su hombro, mordiendo su labio inferior al ver a Hinata desnuda aferrada a su cuerpo. Se zafó con gentileza y caminó hacia el baño. Mojó incesantemente su rostro con el agua helada, buscando procesar lo sucedido. Suspiró cansado, pues tenía en su cabeza a Sakura saltando sobre él, sintiéndose como una mierda al imaginarla cuando realmente se acostó esa noche con Hinata; esta vez la había metido, y bien hondo. Se cepilló los dientes y al no obtener calma se metió a la ducha, tratando de despejar su mente.

¿De verdad tendría que pasar el resto de su vida siendo infeliz? Además de que no solo sufriría él, sino que arrastraría a la Hyüga en ello. Tendría que ponerse serio, y lo haría, apenas cruzara la puerta principal iría a la casa de Neji, así éste le partiera los dientes, no le importaba en lo más mínimo.

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Shikamaru miró su reloj de mano y se montó a su auto, mirando por el retrovisor un carro que aunque estuviera a una distancia prudente podía reconocer que lo estaba siguiendo, o de lo contrario la casualidad era bastante grande si se dirigía al mismo lugar, a la misma hora y por el mismo camino. Suspiró y decidió hacer una parada en la cafetería. Se bajó con naturalidad y entró, pidiendo un café cargado mientras esparcía algunos papeles sobre una de las mesas, optando por trabajar un rato ahí. Cuando comenzó a firmar algunos documentos subió sus oscuros ojos, notando unos celestes que acaban de entrar. Volvió su vista a la documentación y pidió un postre.

Tal y como lo había deducido, lo estaban siguiendo, y qué más necesitaba que tener frente a él a uno de los terroristas más buscados tomando un batido. Suspiró y siguió como si nada, sin levantar sospechas, como cualquier hombre que decide despejar su mente en un lugar distinto a su oficina.

Deidara mientras tomaba su bebida lo observaba, mirando de vez en cuando el periódico que tenía entre las manos. Notó como Shikamaru sacó su celular para contestar una llamada, escuchando atentamente.

<<Lo había olvidado —bostezó— es demasiado problemático, pero ya voy en camino>>

El Nara salió y al arrancar en su auto notó como lo volvían a seguir, sonriendo de lado mientras colocaba la radio, y es que todo estaba saliendo tal y como lo planeó en su cabeza.

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Sasuke dejó a Sakura en su hogar y se dirigió al suyo, haciendo una breve parada en una pizzería para comprar el mal humor que probablemente tendría su esposa ante las discusiones que habían perdurado en el último tiempo. Pagó y se volteó, chocando su cuerpo con otro igual de fuerte; sus ojos ónix se encontraron con unos violetas.

—Fíjate por donde vas imbécil.

Sasuke indiferente al insulto continuó caminando, siendo detenido por el hombre de cabello plateado que quería humillarlo por el choque anterior, sacándolo de casillas.

—Suéltame o te meteré un puño en la cara que te va a dejar sin dientes.

Hidan rio como si le hubiesen contado el mejor chiste hasta ahora, empujándolo mientras metía sus manos en los bolsillos de su chaqueta. Los empleados del lugar estaban aterrados ante la discusión sin sentido que se había armado en el lugar. Kakuzu frunció el ceño y sujetó a Hidan del brazo con fuerza, llevándoselo y dejando a Sasuke con la pizza en la mano y las llaves del auto en la otra. El Uchiha levantó una ceja, pues ese hombre se le hacía conocido...

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Sakura se montó a horcajadas sobre el hombre, besando su mejilla con suavidad mientras él se estremecía bajo ella, asintiendo con la cabeza a lo que Sasori disparó desde el techo de un edificio cercano. La Haruno se apartó del cuerpo sin vida, sacudió su falda y salió de la oficina con prontitud. Al salir de la estructura arquitectónica cruzó la calle y se montó en el carro en el cual Sasori, al igual que ella, acababa de abordar.

—Siempre eres bueno con el fusil de francotirador.

Sasori sonrió de lado y notó como empezaba un gran escándalo en el edificio que había cometido el asesinato. Sakura se quitó la peluca y subió el vidrio, recostando sus piernas sobre las de su amigo mientras su cabeza la dejaba en el ventanal. La policía llegó y ellos arrancaron como si nada hubiese pasado.

—¿Quién era él?

—Shino, Aburame Shino —respondió mirando sus uñas— Pein comentó que tenía sospechas sobre un cargamento de cocaína, y que él le estaba jugando sucio, así que quiso limpiarse las manos.

Los orbes café ceniza continuaron sobre la carretera, escuchando atentamente la voz femenina.

—Sakura.

—No pienses en ello.

El hombre torció los ojos al ella saber sobre qué pensaba hablar, y es que la duda aún surgía en su cabeza, y cuando algo surgía en él lo más probable es que así fuera.

—¿Aún piensas en mí? ¿En nosotros?

Los orbes verdes mostraron leve sorpresa, acariciando las hebras rojizas con suavidad, para después apartar sus piernas de las de él y dejar caer su cabeza en su hombro, aspirando su aroma, uno conocido desde pequeña. Mojó sus labios y decidió responder.

—Sasori —pausó colocando su mano sobre la de él, la cual se encontraba en la palanca de cambios—. Deidara y tú, sabes... Naruto y Sasuke son dueños de mis sentimientos actuales, lo nuestro sucedió hace mucho, y aunque los amo a ustedes no siento más que hermandad, pero... —Sasori paró en seco y la volteó a mirar, con esos ojos fríos y calculadores que sólo tenía él— yo estoy atada a ellos. No puedo explicarlo de otra manera, porque me siento encadenada, amarrada a corresponder.

—Estás obsesionada Sakura, como en el pasado lo estuviste conmigo.

Porque ella no sabía amar, no sabía diferenciar.

♥♥♥ ♥♥♥

Hinata al ser levantada por la luz que se colaba entre las cortinas movió su mano, buscando el cuerpo de su hombre amado. Al no sentirlo abrió los ojos y se encontró con la soledad, sintiéndose algo extraña. Se envolvió en las sábanas y tocó la puerta del baño sin escuchar voz alguna. La abrió y estaba vacía.

—Hinata, ¿puedo pasar?

Con torpeza se colocó la bata de baño, dejando la tela blanca nuevamente sobre la colcha.

—Sí Shizune.

La empleada ingresó con el desayuno, dejándolo en la mesa de noche para proceder a tender la cama mientras dedicaba una sonrisa amable.

—Naruto... ¿sabes a dónde fue?

—No lo sé, pero se veía demasiado apurado.

♥♥♥ ♥♥♥

Sakura se hundió el puff sin dejar de observar el cómo Sasori sacaba tres cervezas de la nevera, sentándose en el suelo frente a ella. Cuando iba a emitir palabra escuchó la puerta abrirse, entrando Deidara, el cual al verlos sonrió y se sentó al lado de Sasori, quedando frente a Sakura, tomando una de las latas del suelo.

—¿Dónde estabas?

—Vigilando a un próximo muerto —los tres rieron al unísono ante el chiste negro. El silencio se instaló en el momento que abrieron la bebida y sorbieron de ella. La jovencita subió sus piernas al puff y recostó su cabeza sobre sus rodillas, observándolos con el iris esmeralda.

—A los 13 años seguíamos rondando las calles —comentó recordando— y ahora, yo con 25 años y ustedes con 28; tenemos para comprar lo que se nos antoje.

Deidara esquivó su mirada dirigiéndola al suelo.

—Menos amor Sakura; eso jamás podremos comprarlo.

La Haruno suspiró y extendió su mano hasta tocar el cabello dorado, recorriendo su largo hasta el final. Sonrió con dulzura y volteó hacia Sasori, el cual observaba indiferente la situación. Sakura se bajó del puff y se sentó en el suelo, acortando su distancia. Apartó las cervezas y sujetó una mano de cada uno, apretándola sin dejar de mirarlos, a ambos.

—Deben olvidar —sugirió entrelazando sus dedos con ambos.

Sasori sonrió de lado, sujetándola de la muñeca para hacerla caer contra su pecho. La Haruno inhaló su aroma, perdiéndose en él al recordar fragmentos de su vida.

—¿Tú has olvidado? Sakura...

Flash back.

Sakura, con 8 años de edad entretenía a la señora de la panadería, mendigando cualquier trozo de pan que hubiesen dejado los clientes, o un poco de café. Realmente para ella cualquier sobre estaba bien. La mujer negó con la cabeza y los ojos verdes se asomaron tras ellas, mirando el interior del lugar en donde sobre las mesas, yacían varias sobras de diferentes alimentos.

—Pero... mire que si dejaron sobras.

La mujer adulta frunció el ceño y pegó palmadas a la vitrina.

—Te dije que no, así que lárgate de aquí.

La pequeña niña le sacó la lengua y salió corriendo a la parte trasera de dicho lugar, sonriendo contenta al ver a Sasori y Deidara con algunas bolsas llenas de comida y caramelos, pues mientras ella hablaba con la señora de la caja, Sasori entretenía al panadero, y Deidara sacaba bolsas con cosas variadas. Empezaron a caminar hacia la parte baja de un puente en donde habían armado un lugar para dormir, con colchonetas y telas que encontraban usualmente en la basura.

—Hmp...

Los tres niños voltearon a mirar con recelo la gruesa voz, encontrándose con unos orbes carmín que los observaba con sorna. Sasori sujetó a Deidara el cual iba a lanzarle una piedra que tenía a su lado. Sakura observaba atrás de ellos, apretando la tela que estaba tendida en el cemento.

—¿Quieren trabajo?

Sasori frunció el ceño al sentirse tan pequeño frente a él.

—¿Qué hay que hacer?

Madara sonrió de lado.

—¿Serían capaz de asesinar a alguien?

Los tres pequeños tragaron grueso, siendo Sakura la primera en negar con la cabeza, apretando la chaqueta rasgada que tenía puesta Deidara, el cual la abrazó por instinto mientras fruncía el ceño. Sasori, siendo el líder negó luego de dos minutos pensándolo.

—Somos huérfanos, más no asesinos.

Madara lanzó una tarjeta al suelo con una dirección marcada, metiendo las manos a los bolsillos para darles la espalda mientras se dibujaba nuevamente la sonrisa insana que los hizo sentir incómodos, pues como viejo sabía que tarde o temprano esos tres vendrían corriendo a él, ya que así, solía reclutar sus mejores hombres.

♥

Tres años después.

Sakura sonreía mientras aplaudía, pues Sasori y Deidara con lo que lograron recaudar al pedir en los semáforos le compraron un pastel, celebrando así sus once años de edad. Miró a la luna antes de pedir su deseo, escuchando voces gruesas a unos cuantos metros de ellos. Sasori y Deidara se tensaron al notar que los hombres que estaban pasando atrás de ellos frenaban el paso, siendo sus manos apresadas. Sakura abrió sus ojos en demasía y se levantó, mordiendo la mano del hombre que sujetaba a sus amigos, siendo empujada contra el asfalto.

—Mira lo que tenemos por aquí.

Sakura tembló al ver cómo, mientras uno de ellos sujetaba a Sasori y Deidara el otro se desabrochaba el cinturón, acorralándola contra el cemento. Los gritos empezaron a hacer eco en el lugar poco concurrido. Cuando su pequeño cuerpo fue cargado por las manos adultas ella rasguñó. Sasori al ser golpeado y arrojado al piso extendió su mano, encontrando el destornillador que guardaba atrás de una tabla, apuñalando un ojo del hombre por instinto al sentirse en peligro.

—¡Sasori mátalo!

El grito desesperado de Deidara lo hizo coger el valor necesario para seguir apuñalando el rostro del hombre sin importar los golpes que alcanzó a darle a él. Sasori continuó hasta que el cuerpo dejó de moverse, pasándole la herramienta a Deidara el cual enterró la punta plateada en la espalda del otro hombre, aprovechando Sakura para morderle el hombro con fuerza. El hombre la azotó contra el cemento haciéndola caer. Sasori y Deidara tomaron grandes rocas, pegándole en la cabeza.

—Está borracho Deidara, ¡no dejemos que se levante!

Sakura aterrada al presenciar como por poco pudo ser violada tragó grueso, viendo el cuerpo inconsciente en el suelo. Se levantó y cogió del piso un ladrillo, sentándose en el pecho del hombre inconsciente para golpear su cabeza una y otra vez. Deidara respiraba agitado; Sasori al ver como inminentemente esos desconocidos estaban muertos sujetó los hombres de Sakura, deteniéndola al estar toda manchada de sangre.

—Vámonos.

Sasori y Deidara observaron la niña de recién cumplidos, once años, levantarse. -siendo ellos, mayor a ella, por tres años-

—Vámonos con ese hombre —. Repitió.

Sasori sacó la tarjeta que había guardado desde aquel entonces, y aunque estaba manchada se seguía apreciando la dirección que les habían sugerido. Deidara tomó una vieja mochila y se la puso al hombro, tomando la mano de Sakura mientras miraba a Sasori, el cual ocultaba bastante bien sus ganas de vomitar por el terror que acababan de pasar, al fin y al cabo también seguía siendo un niño.

—Vamos entonces.

Sakura con su mano libre y temblorosa sujetó la de Sasori, caminando los tres juntos en la oscuridad de la noche, en busca de un lugar seguro, sin hambre, sin sed, sin frío, pero principalmente, sin miedo.

Fin del flasha back.

Sasori notó como la mujer se durmió en sus brazos, cargándola hasta la habitación para acostarla en la cama. La observó ambivalente y acobijó su delgado cuerpo, recostando su espalda en la pared. Deidara lo siguió y dejó su hombro caer en el marco, mirándola con duplicidad, pues en el pasado ella solía hacer eso, dormirse en medio de ellos. Sakura se removió y Sasori sonrió.

—Ella sí olvidó.

Deidara suspiró y metió las manos en los bolsillos de su pantalón, respondiendo.

—No importa, todos lo hacemos en algún momento —ofreció la lata de cerveza a su amigo, el cual la recibió y bebió de ésta—. No es nuestra —concentró sus orbes azules en el rostro femenino que mostraba suma tranquilidad.

Sasori salió de la habitación, cerrando la puerta.

—Realmente no es de nadie.

Y es que, siendo humanos, jamás olvidamos, a las personas que en algún momento amamos.

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Notas de autor:

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Chiaki: Sí, Itachi es un amor, por eso en tu fic me armé cosas en la cabeza con él (?) es asdf, pero Sasuke también es un demonio encantador. Quiero ver que será de la continuación e.e Además del Nejiten que tanías antes ;c Gracias por leer <33

Pipilup: Sí, no hay una química más allá del amor que le puedes tener a una amiga :c Gracias por leer <33

Pire: Sí. Shikamaru es una pieza clave, hay que ver qué deparará el destino, porque ya saqué a alguien más del camino en dos siguiente a éste (?) jajaja, Pire, el ello (?) Naruto es un amooor, no sé, es un amoooor. Sasuke, pues Sasuke, y Neji, ya dentro de poco entrará un poquito (?) Mita mi ava~Gracias por leer <33

¡Un abrazo!

 

10-Acritud

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Él quería seguirla al infierno, pero ella... ella quería que la guiara al cielo.

Naruto observaba indiferente la argolla de compromiso que había colocado sobre la madera, teniendo sobre él los orbes opalinos. Subió su rostro y lo tensó al tener a Neji con el entrecejo fruncido, además de las manos abiertas sobre la madera en la cual las había dejado caer con violencia. El silencio se instaló en la sala de estar por unos instantes, hasta que el juzgado volvió a hablar.

—Sé que no será fácil, pero prefiero dejar las cosas hasta aquí —metió las manos en los bolsillos, armándose nuevamente de valentía sobre su verdugo— yo no la amo.

—Hablaré con Kushina —los azules ojos dudaron ante la mención de su madre, apretando los puños, aún dentro de las bolsas de su pantalón.

—Neji, tú más que nadie me entiendes —señaló a la mujer que estaba tras él— Tenten nunca fue aceptada por Hiashi, porque él quería que te casaras con Temari para adquirir ganancias de las universidades del país, y aun así estás con ella, la cual no viene de familia adinerada como la nuestra.

El Hyüga ignoró sus palabras y tomó en su puño la argolla, apretándola, pues él mejor que nadie conocía los sentimientos de su prima, así Naruto tuviera un argumento coherente para defenderse debía ser el pilar de esa relación.

—Me estás haciendo perder el tiempo —ajustó su corbata y lo invitó a salir por la puerta— vete.

♥♥♥♥♥♥

Shikamaru ajustó la hora en su reloj de mano, mirando el retrato que tenía sobre su escritorio, y es que no deseaba más que visitar la casa de su padre y jugar juegos de mesa como en los viejos tiempo, pero no podía darse el lujo de andar con su familia, no en estos momentos que llevaban siguiéndolo. Aspiró el humo del cigarrillo y sonrió con sorna al utilizar la lógica. Podía deducir que el hombre rubio que lo estaba siguiendo no era la persona más brillante del mundo, pero seguramente sus superiores sí, así que debía ser precavido y a la vez natural. Sujetó el sobre de manila y bajó por el ascensor, subiéndose a su auto para conducir hacia su destino.

—Shikamaru, ¿qué te trae por aquí?

Los labios varoniles se curvaron, formando una sonrisa de lado al notar como el hombre que lo volvió a seguir desde esa mañana, al ver la mujer se retractó, y es que bien la conocía.

—Papeles de Sasuke.

El Nara fue invitado a entrar, y así lo hizo. No tenía perdida, pues su vigilante estaba en jaque al saber que Sasuke tenía vínculos con él, y que mejor demostración que estar en su apartamento, pues la sospechosa no permitiría que tocaran a los amigos del Uchiha, y esa era una jugada de las mil que tenía en su cabeza. Ino recibió el sobre y lo dejó en la mesa de madera, sirviéndole un jugo de fresa mientras peinaba su largo cabello.

—¿Puedo contarte un secreto?

Shikamaru levantó una ceja y notó el brillo en los ojos azules, haciéndolo bostezar.

—Adelante.

—Sasuke ha actuado extraño este último mes, así que empecé a espiar sus cosas —juntó sus manos y sonrió—. Encontré un reloj de oro blanco, creo que me pedirá disculpas así que estoy ansiosa —se acercó a él y pasó su dedo índice por su mejilla— ya sabes, él es un idiota pero me ama.

Shikamaru indiferente se apartó a su tacto, terminando su bebida, pues lo más probable es que aquel obsequio costoso no fuera siquiera para ella. Ino al notar su desinterés cambió el tema.

—Lo de la asesina de mi padre —los ojos ónix del hombre volvieron a levantarse hacia ella—. ¿Cómo va la investigación?

—Sería problemático hablar de eso Ino —caminó hacia ella y acarició su larga cabellera— pero, ten por seguro que en menos de un año, estará en la cárcel.

♥♥♥♥♥♥

Sasuke bebió un sorbo de la gaseosa mientras observaba a Naruto con las manos en la cabeza. Sonrió en sus adentros ante su desgracia, pues necesitaba que se apartara de su camino, y qué mejor que ponerse de parte de Neji y hablar con Kushina por sí mismo para cargar mayor peso. Recostó su cabeza en una de sus muñecas y frunció el ceño al notar como el Uzumaki comenzaba a observarlo.

—Sasuke, yo quiero estar con Sakura —revolvió sus propias hebras doradas, estresado— y a mi madre se le antojó adelantar la boda —gruñó y continuó— Neji es un maldito. Mi madre me llamó como una loca, llegando al extremo de decir que la muerte de mi padre es mi culpa —exasperado pegó sus puños a la mesa, regando los líquidos sobre ésta— ¡No quiero ser un maldito infeliz toda mi vida!

El Uchiha avisó a la mesera para que viniera a recoger el desastre, quedándose indiferente a sus reproches.

—Olvídate de Sakura.

Naruto lo miró con el ceño fruncido ante sus palabras, pues para Sasuke nunca fue sorpresa la infelicidad del Uzumaki, ¿y ahora quería tirarlo con la soga al cuello?

¿Ese ere su mejor amigo?

♥♥♥♥♥♥

2 semanas después.

Sakura salió de la piscina para secarse con la toalla, mirando el celular en la silla. Ni Sasuke, ni Naruto la habían vuelto a llamar, y por lo que Sasori había entregado en información, ambos, andaban corriendo de aquí para allá por situaciones de trabajo. Suspiró y metió un chicle a su boca, mascando. Esos últimos días habían sido tranquilos, demasiado para su gusto; ¿acaso Sasori le estaba ocultando algo? Cuando dejó caer la toalla nuevamente para disponerse a lanzarse al agua escuchó un carro parquearse. Notó como la cerca se abría dejando ver el azul que iluminaba aún más su día.

—Naruto.

Caminó con lentitud al verlo ahí de pie, esperando que ella corriera a sus brazos, y así lo hizo, saltando sobre él, estampando un largo beso que desprendía el fuego de no a ver estado juntos en ese tiempo, importando poco que la ropa de marca se humedeciera al contacto. Naruto apretó su cintura mientras cerraba la cerca, obstruyendo la vista a vecinos que podrían ver el espectáculo. Sakura se distanció y acarició sus facciones masculinas, notando algo distinto.

—Naruto —apretó su camiseta y se empinó nuevamente, besando la comisura de sus labios— te extrañé, como no tienes idea.

Se alejó de él, tomándolo de la mano para guiarlo hasta la mesa en donde reposaban gran cantidad de golosinas. El hombre sonrió mostrando sus blanquecinos dientes, rascando atrás de su nuca, y es que no sabía por dónde comenzar, pero tenían que hablar. Comió un chocolate y la tomó de la cintura, volteándola para que ella le diera la espalda, juntando sus glúteos contra él. Sakura tragó pesado y sintió como descendió a su oído.

—Sakura —la mujer sintió su corazón palpitar con fuerza ante su comportamiento— lo lamento.

Los orbes esmeraldas se abrieron en demasía, soltándose de su agarre para mirarlo a los ojos, unos azules ojos que estaban perdiendo su brillo. Negó con la cabeza sin entender.

—¿De qué hablas?

Naruto trató de sujetar su mano a lo cual ella manoteó inmediatamente. Así estuvieran al aire libre lo único que se escuchaba eran sus respiraciones; él, cobarde por lo que se vendría, y ella, ansiosa por lo que no comprendía.

—Habla Naruto Uzumaki —apretó los puños al no obtener respuesta—. Te desapareces por dos malditas semanas, vienes diciendo lo lamento... ¡y yo sigo aquí sin entender un carajo!

—Voy a casarme Sakura —la mujer sintió como si la tierra comenzara a conspirar en su contra, frunciendo el ceño en demasía— la próxima semana... voy a casarme.

Y es que no, no quería volver a tener esa conversación de nuevo.

Flash back

Sakura arrojaba lo que se encontraba a su paso, sin importarle enterrarse algún vidrio al estar descalza y desnuda en la habitación. Gritó despedazando las almohadas al quedarse sin qué lanzar al cuerpo masculino que se encontraba observándola con el ceño fruncido. Lagrimas se derramaron por sus iris esmeralda a medida que ejercía mayor fuerza. Sasuke caminó hacia ella corriendo los cristales con sus zapatillas, pues él si estaba vestido de cintura para abajo, teniendo desnudo únicamente el torso. La Haruno al sentirlo cerca se paró sobre el colchón y lo empujó con violencia, empuñando las manos.

—¡No me toques maldito mentiroso!

El Uchiha sonrió de lado ante su insulto, sujetando sus muñecas que amenazaban con arañarlo si no lo hacía, y es que Sakura era bastante violenta. Ataques de ira, sufría cada vez que las cosas se salían de control. El forcejeo duró un par de minutos, terminando con Sasuke sobre ella, no dejándola mover ni un músculo de su cuerpo.

—Es suficiente Sakura —ella gritó mientras lloraba fuertemente, aflojando él el agarre en sus manos, para acariciar su rostro con una de ellas—. Que me case no significa nada.

Sakura mordió su propio labio inferior, al punto de sacarse sangre. Sasuke frunció el entre cejo y la zarandeó al cogerla de los hombros para que se detuviera, porque odiaba que actuara de esa manera. La joven se levantó al empujarlo con fuerza, buscando su bolso. Los ojos ónix destilaron cólera al verla sacar el revolver en su contra, apuntándole. El silencio abarcó la habitación al ser quitado el seguro.

—¡Baja esa mierda Sakura!

Fin del flash back

La Haruno se empinó y enredó sus dedos en el cabello dorado, besándolo con profundidad al no ser rechazada. Naruto introdujo su lengua en ella, comenzando el vaivén que no daba más paso que el sanar momentáneamente, haciéndolos creer a ambos que estarían bien, pero equivocados, siempre estuvieron herrados.

Naruto se quitó las zapatillas y la camiseta, volviéndola a agarrar de la cintura como si su vida dependiera de ello, apretándola, provocando jadeos contra él. Sakura clavó sus uñas en su espalda y se dejó caer con él a la piscina, sintiendo el agua helada que poco a poco destilaba calor, un intermitente calor. Sakura zafó su cinturón y el jean flotó, al igual que su bañador. Los labios masculinos se apoderaron de sus hombros, mordiendo y chupando de ellos. Sakura mordió el lóbulo de su oreja y enterró sus uñas en él, sintiendo como comenzaba el inicio del éxtasis.

El placer de su amor duraría un momento, pero el dolor que cargarían con ellos, una eternidad.

♥♥♥♥♥♥

Ino sacó los tomates rellenos del horno, colocándolos sobre la mesa; exactamente, un plato frente a cada persona que ocupaba un asiento en ésta, pues había preparado un platillo que a su esposo le encantaba, al tener como principal degustación el sabor de los tomates. Sonrió al ver como Itachi observaba la comida, aprobándola como su nuera constantemente. La esposa de Itachi, Izumi bebió de la copa de vino, empezando la plática de la pequeña cena que había organizado Ino para pasar la noche.

—Sasuke, ¿la chica de cabello rosa? ¿Pudiste ayudarla? —cuestionó Itachi mientras llevaba el tenedor a su boca, masticando la cena. Ino levantó una ceja ante la descripción del color de cabello. El Uchiha menor frunció el ceño, provocando que Itachi entendiera que su comentario estuvo fuera de lugar, así que el tema fue rápidamente disuelto por uno nuevo, el cual incluía planes para la luna de miel de Naruto, el que ni siquiera estaba presente en el lugar.

—Itachi, si supieras con el pedazo de prostituta que lo vimos hace un tiempo, supongo que no volvió a verla, ya que Hinata me habló sobre que estaba pasando más tiempo en el trabajo y la casa.

Izumi se sorprendió ante el chismorreo que estaba surgiendo en la conversación, optando por escuchar solamente.

—Sólo espero que Naruto pueda ser feliz, Ino —la jovencita se sorprendió ante las palabras de Itachi, pues ella juraba que lo mejor para él era Hinata, pero, ¿y si no?

—Lo será, ¿cierto Sasuke? Además, Sakura —rio levemente, sacudiendo sus manos como si le hubiesen contado un mal chiste— es una perra descarada, pues ella sabía que él estaba comprometido, e igual continuó ahí metiéndose de por medio, no sé cómo mi hermano, perteneciendo a mi familia, fue capaz de tan siquiera tomarle la mano a una mujer tan sucia como ella —rio nuevamente, descansando su rostro en la palma mientras bebía de la copa de vino— está verdaderamente loco, desquiciado diría yo, al comparar a Hinata con una pequeña zorra...

—Es suficiente Ino, cierra la boca.

El silencio abarcó el lugar ante la fiereza de las palabras que soltó Sasuke con repudio hacia su esposa, mirándola con frialdad a lo que la pareja invitada terminaba de comer. Los orbes azules miraban con incredulidad el bochornoso acto público que la había hecho pasar Sasuke al callarla. Itachi al terminar se levantó y agradeció por la invitación, despidiéndose al sentir el ambiente tan pesado, diciéndole a Izumi que lo esperara en el auto al ser lo mejor, pues él debía hablar con su hermano menor.

Sasuke caminó con su hermano al balcón, sintiendo los dos hombres el viento helado que revolvía sus hebras azabaches. Itachi reposó los antebrazos en los barandales, mirando las luces de los edificios que se veían siendo cubiertos por la luz de la luna. Suspiró al identificar lo que estaba sucediendo.

—¿Ella es tu amante o la de Naruto?

Sasuke guardó silencio, mirando los carros pasar.

—Sasuke, no sé qué sucede con exactitud —Itachi lo observó con sus orbes carmín, recorriéndolo— pero tengo certeza en sentenciar que tienes algo con esa mujer –alejó sus brazos de las barandas y le dio la espalda—. Todo en algún momento se descubre, y espero sepas tomar buenas decisiones —Itachi se dirigió a la salida, dejando a Sasuke en el balcón y a Ino en la cocina.

♥♥♥♥♥♥

Sakura miró por la ventana como el carro de Naruto se alejaba de su propiedad, mordiendo su labio inferior al recordar el motivo por el cuál no la había vuelto a visitar, y aunque no fue violenta como lo había sido con Sasuke, si estaba que iba a matar y comer del muerto en donde fuera. Apretó los puños y tiró la tolla al piso, colocándose una bata de baño. Sus pupilas viajaron a la puerta principal al ésta ser abierta, encontrándose con el color ceniza que la miraba con una ceja levantada.

—¿Qué sucede Sakura?

La mujer caminó hasta él y plantó su palma en su mejilla con fuerza, dejando la marca del tamaño de su mano en el cachete del hombre. Sasori retrocedió ante el golpe.

—Tú, ¡maldito traidor!

Sasori comprendió inmediatamente su acusación. Sabía que si daba una explicación sería completamente absurda, pues Sakura dio la orden, de que cualquier acontecimiento que sucediera con Naruto o Sasuke se lo debían informar inmediatamente, pero así como no le contó en el pasado el compromiso del Uchiha tampoco lo hizo con el matrimonio del Uzumaki, siendo tachado como un celoso que no superaba su pasado con ella. Y aunque tal vez lo fuera, no celoso pero, seguía viviendo con la duda del qué hubiera sucedido si continuaran juntos... jamás ocultó semejantes cosas con el propósito de lastimarla.

El hombre rio sin ganas.

—¡¿De qué mierda te ríes?!

—Por Dios Sakura —su indiferencia prendió aún más fuego en ella— ¿seguirás siendo la arrastrada de dos maricas qué te dejan cada tanto? ¿No te da vergüenza?

Sakura abrió la boca ante sus verdades, pero no podía creerse que el que le dijera todo eso fuera su mejor amigo, su amor adolescente, su hermano sin vínculos sanguíneos; es que ni siquiera Deidara, siendo el más altanero de los tres se había atrevido a decirle cosas tan hirientes como lo hacía el hombre que tenía enfrente.

—No sé en qué momento te convertiste en una —detuvo su hablar al analizar la situación con sangre fría, y es que él no se caracterizaba por ser un hombre que se dejaba llevar por emociones momentáneas, pero esa cachetada sí que había sido un balde de agua helada a su realidad.

La Haruno lo empujó nuevamente.

—¡¿Quieres decirme perra?! ¡¿Perra por no querer estar más con vos?! ¡¿Con Deidara?! ¡¿Con ustedes?! —gritó al sentirse traicionada, cogiéndose el cabello en una coleta alta para evitar agredirlo nuevamente, y es que le daba completamente igual si esas palabras las dijeran otras personas, pero Sasori, él no —. Lárgate de mi jodida casa.

Las palabras se arrastraron con sorna a medida que las decía, abriéndose la puerta para dejar ver a Deidara confundido ante el color rojo en la mejilla de su amigo, y la cólera de su amiga. Frunció el ceño, siendo detenido en el momento que iba a cuestionar lo sucedido, por Sasori al salir y azotar la puerta de entrada, montándose en su moto para arrancar a toda velocidad.

Amarse a sí mismo tenía un precio, uno que ninguno de ellos podía costear.

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Notas de autor:

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Por Dios niñas, no saben lo feliz que me siento que dos personas de las cuatro que suelen comentarme hayan iniciado un long-fic, ahora tengo para leer semanalmente y eso me hace tan feliz, porque me encantaaa leer sobre este fandom.

Rein: Ojalá no te moleste que te siga diciendo Rein, porque me gustan los nicks cortos (?) así que igual te inmortalizaré el nombre. Sasosaku mujer, habrá en algún momento algo relacionado al sexy Sasori, ya verás. Y OMG, ITASAKU en tu fic, ya es como que: Laribel el Sasusaku e Insane el Itasaku(?) no sé pero ando enviciada buscando fics de ellos.

Luix: Oh sí, Hidan todo un patán odioso y violador :c Dios Luix, Hinata, Hinata ya me parte el corazón por lo que está preparado para su personaje en este fic, que será ya el próximo capítulo (?) Y Shikamaru siempre sexy e inteligente, ya sabes, jaja.

Pire: Pireeee, ya verá la diferencia de las relaciones que tuvo con su trío anterior a éste, y el por qué siempre termina entre dos hombres. Ahora que estoy leyendo la histeria de Freud y psicopatologías clínicas sé que vendrá bastante de mis clases en ésto (?) Espero lo disfrutes muchísimo. Y con respecto a la otra historia ya hay 3 capítulo en el word y publicados en otro lado, sólo que quedé colgada con el capítulo final, porque sí, práticamente ya se acabó esa historia. OMG, ahora que lo pienso si escribo lo último sería mi primer long-fic terminado. Subiré el capítulo de ese fic por ahí el viernes y dejaré de actualizar este por ahí dos semanas, ya que estoy alcanzando el word en éste (?)

¡Un abrazo!

 

11-Desorden

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Sasori parqueó la motocicleta y dejó el casco sobre ella, entrando a una discoteca, siendo la una de la madrugada exactamente. Se sentó en la barra y pidió una copa de vodka, la cual tomó mientras paseaba sus orbes cenizas por el lugar. Recostó su rostro en las palmas de sus manos, analizando. Suspiró por lo bajo ante lo recién sucedido, pues si Sakura necesitaba que le mostrara su lealtad nuevamente lo haría, pero por ahora solamente quería despejar su mente; tal vez cogerse a una chica le quitaría la ansiedad tan asquerosa que lo recorría, pero para su sorpresa no sería cualquier chica, ya que ni planeado lo tenía. Al parecer mataría dos pájaros de un tiro.

La recorrió como si la examinara, parte por parte, sin dejar nada fuera de base. Sonrió con sorna, y es que, ¿quién diría que Hinata Hyüga estaría en ese sitio de mala muerte? Y lo mejor, sola. Le sonrió al ver que tenía su atención sobre él. Hinata desde la mesa observó rápidamente al costado, evitando que ese hombre desconocido la mirara, pues fue muy mala idea salir y revelarse ante los desplantes que el Uzumaki llevaba haciéndole cada que llegaba del trabajo, evitando toda conversación con respecto a la boda, boda adelantada.

Sasori continuó bebiendo sin apartarle los ojos de encima, notando el temblor que causaba en ella, y aunque sabía que estaba por irse ante su insistente mirada, no la dejaría, oh no, volvería a recuperar la confianza de Sakura y quitaría su estrés de encima. Por ahí derecho, le mostraría a la joven heredera lo que es divertido, excitante e insano. Hinata tragó pesado al verlo levantarse y caminar hacia ella. El hombre tenía porte, elegancia, picardía. Las hebras rojas le hicieron frente al color azabache, y sin decir palabra alguna la tomó de la mano, llevándola a los pasillos de la parte trasera, alejándose tenuemente el ruido de la música.

—¿Qué viene buscando por acá una niña como tú?

La gruesa voz quedó retumbando en sus oídos, detallando ella sus facciones masculinas. Sus mejillas se tornaron carmín al procesar que estaba contra la pared, acorralada por un desconocido, y en un sitio donde si su padre se llegara a enterar la mandaría directo al carajo. Mordió su labio inferior, recordando el por qué estaba ahí.

—Quiero olvidar —desvió sus pupilas al suelo al recordar el motivo de su sufrimiento.

Sasori sonrió de lado ante su pedido.

—¿Quieres que te haga olvidar?

Hinata sintió su corazón paralizado ante su susurro, apretando los puños de tan solo recordar como toda su vida fue subestimada, asintiendo con la cabeza. Sasori la tomó del mentón y capturó sus orbes, y es que debía aceptar que la Hyüga era bastante tierna, y tal vez romperla no sería lo correcto, no, es que no lo era. Pero si así Sakura estaba contenta lo haría. Tomó sus muñecas y las apresó contra el muro, sintiendo el olor a licor combinado con menta de los labios femeninos. Besó la comisura de sus labios y apretó su agarre en sus muñecas, gimiendo ella ante la ferocidad del agarre.

—¿Cómo te llamas?

—Eso no es importante —analizó como sus piernas flaquearon al sentir su respiración en el lóbulo de su oído— abre la boca.

Hinata obedeció a la demandante voz cerrando los orbes, sintiendo como su lengua era presa de la de él, además de la extraña sustancia cristalizada que con maestría el acomodó en su cavidad. Estaba un poco ebria, pero aun así veía con claridad cada facción del joven. Su sistema nervioso comenzó a reaccionar, entregándose a él en ese sitio público sin ningún remordimiento al sentir cómo su cabeza empezaba a dar vueltas. Sasori acarició de aquí para allá, cargándola a una de las habitaciones para luego de entrar azotar de un portazo la puerta. Desabrochó el botón de su jean y se quitó su camiseta.

—Me siento extraña.

—Excitada —corrigió y la empujó con suavidad a la colcha, probando su sabor para cerciorarse que estaba preparada para recibirlo, y así fue, estaba bastante mojada. Hinata apresó sus hebras en sus manos, mirando al desconocido con culpabilidad, cuando debería ser al revés. Sasori la desprendió de su ropa en un tirón, colocándose el condón para después entrar en ella. La Hyüga gimió como nunca en su vida lo había hecho.

Y como bien lo había dicho, la había hecho olvidar... con drogas y sexo.

♥♥♥♥♥♥

Sasuke se recostó en el gran mueble de cuero, reposando su cabeza entre sus dedos, pensando las palabras que le dijo Itachi el día anterior, y es que aunque no quería aceptarlo tenía razón, debía tomar una decisión, pero no, no lo haría, al menos no por ahora. Frunció el ceño al escuchar a Ino bajar las escaleras, pues habían tenido una discusión sobre lo sucedido en la cena, evitando hablar después de eso.

Observó las caderas de la rubia al adentrarse a la cocina, por alguna fruta como era costumbre en la mañana. Era una modelo demasiado vanidosa, y eso le atraía de ella, ese ego, carácter y clase; pero al parecer, en la cena había perdido lo último. Miró la hora en su reloj de mano y tomó un vaso de agua para después salir del apartamento sin cruzar palabra nuevamente.

♥♥♥♥♥♥

3 días después...

Sakura observó las fotografías que Sasori esparció en la colcha, subiendo sus orbes verdes hasta chocar con el iris ceniza. Saltó encima de él, abrazándolo, acariciándolo ante la emoción que no podía reprimir en su interior, recordando el cómo lo agredió físicamente.

—Lo lamento.

Sasori guardó silencio hasta que ella se alejó.

—¿Cómo harás esto?

Sakura sonrió y cogió las fotografías entre sus manos. Sus facciones se relajaron al mirar nuevamente a su mejor amigo, pues él la estaba haciendo feliz, de una manera que no imaginaba al a ver enmendado su error ante la discusión que tuvieron hace tres días.

♥♥♥♥♥♥

Sasuke salió en medio de su conferencia al leer el mensaje de texto que le había puesto su hermano. Caminó rápidamente y abrió la puerta de la oficina, encontrándose a Itachi sentado en el escritorio con el computador encendido, dándole vuelta al dispositivo para mostrarle a Sasuke, el motivo de su urgencia. El menor frunció el ceño en demasía ante lo que estaba observando.

—Llama a Naruto.

—Ya lo hice Sasuke, no responde el celular —contestó cerrando la laptop—. Llama a Hinata.

El hombre sacó su celular y marcó a la casa de la prometida de su mejor amigo, sin obtener respuesta marcó nuevamente, impaciente.

♥♥♥♥♥♥

Ella creía ser una mujer libre, pero jamás, tuvo la libertad de equivocarse.

Se llevó sus manos a la boca al revisar su correo. Su corazón se desbocó y su pulso nervioso se palpó ante el temblor. Sus ojos se cristalizaron al procesar lo que estaba mirando; sin hacer intento alguno por retener las amargas lágrimas que se estaban deslizando. Colocó su mano derecha en el mouse nuevamente, escuchándose en la habitación únicamente el click que sonaban cada que oprimía el botón, ignorando así, sus sentidos cualquier otro ruido.

Mordió su labio inferior al ver como el correo se multiplicaba, descargándose las fotos automáticamente, una tras otra. Volteó su mirada al celular que también tenía sobre el escritorio, sintiendo un vacío debajo de sus costillas que empezaba a carcomerla al ver el número de su padre, llamándole. Se levantó con temor, retrocediendo como si el portátil también fuese consciente de su pecado, uno pequeño, pero juzgado. Llevó sus manos a su falda, apretándola a tal punto que sus nudillos se tornaron aún más blancos y pálidos de lo que ya eran.

Su respiración se tornó pesada al caminar al baño, abrir el botiquín y sacar de éste una cuchilla. Se sentía ahogada, porque sabía que cuando cruzara la puerta de la casa, sería cruelmente atacada. Caminó nuevamente hasta la cama, sentándose a llorar mientras apretaba el objeto filoso en su muñeca, cortándose. Aun así, lo último que sentía era dolor, porque ahora, la estaba controlando el miedo.

♥♥♥♥♥♥

Ino se encontraba saliendo de una sesión fotográfica, por lo cual, afuera del estudio la esperaban sus fieles fans que alababan hasta por donde ella pisaba. Caminó con elegancia por el pavimento mientras posaba las gafas de sol en su cabeza, prestando su mayor atención al móvil, esperando el mensaje de Hinata, ya que ésta quedó de avisarle si iba a preparar una tarta de fresa, y así, invitarla a comer un postre.

Notó como archivos desconocidos se descargaban por medio de su correo, uno tras otro, haciéndola fruncir el ceño al creer que era algún virus. Abrió una de las carpetas y dejó caer la bebida al suelo, cerrando las fotografías mientras marcaba con ímpetu a su mejor amiga.

♥♥♥♥♥♥

Naruto ingresó a su hogar, desajustando su corbata ante el estrés por las declaraciones que seguía dando aún en la prensa por la muerte de su padre, y aunque, él los mantuvo como un secreto para la sociedad fue el momento de salir a tomar su puesto, ya que, para algo se había untado de la política. No siendo sorpresa para él la reacción de los medios, pues el concuerdo con sus palabras fue inmediata, de tal manera se lanzaría a la candidatura dentro de poco. Dejó su reloj en la mesa y recordó que Shizune, la empleada, estaba de vacaciones. Subió las gradas al no escuchar ruido alguno, pues de por sí Hinata estaría viendo algo en la televisión acompañada de un postre, ya que eso solía hacer a las cuatro de la tarde.

Abrió la puerta encontrándose con su prometida acostada sobre las blancas sábanas, siendo éstas empapadas por su propia sangre. Corrió hacia ella y la sostuvo en brazos, incrédulo de lo que estaba viviendo. Sacó su celular y marcó a emergencias.

<<Señor, por favor, hable calmado para conocer su caso>>

<<Hinata, ¡maldita sea! —. Sollozó ante su impotencia— ¡Ella se está desangrando! ¡Una ambulancia!>>

Naruto pegó leves palmadas a su mejilla, tratando que recobrara la conciencia. Las pestañas de la mujer cedieron luego de unos minutos, entre abriendo los orbes perlados que tenían lagrimas amenazando por salir.

—¿Qué pasó Hinata? —susurró al verla levemente consiente, pero la jovencita al ver los azules ojos se dejó caer nuevamente en el desmayo.

La ambulancia llegó y Naruto bajó corriendo tras los paramédicos, dirigiéndose al centro médico más cercano.

♥♥♥♥♥♥

Shikamaru encendió el televisor ante la llamada de Ino, pues la modelo había llamado desesperada entre sollozos al otro lado de la línea, comunicándole lo sucedido con la Hyüga.

<<La hija del concejal Hiashi Hyüga, fue encontrada en su departamento con indicios de intento de suicidio. Por ahora se encuentra siendo estabilizada para después recibir ayuda psicológica y psiquiátrica. Se especula que esto se debe a fotos que se publicaron de ella dos horas antes, en las cuales se encuentra completamente desnuda, teniendo sexo con un hombre que ha sido completamente censurado, viéndose solo el rostro de ella en las fotografías. Y de algo no hay duda. El hijo del político asesinado, ha sido cruelmente engañado>>

El Nara apagó el televisor y prendió uno de sus cigarrillos al ver el amarillismo de mierda que presentaban en televisión, divulgando todo a viva voz. Suspiró al pensar en esa mujer, la mujer que hizo todo esto posible. Y es que era demasiado cuidadosa como para hacer caer a Hinata, una chica tan recatada con uno de sus asquerosos hombres. Aun así su cabeza se prendió como si candela le echaran, pues si, aún con la muerte de Minato seguía tras Naruto, era porque definitivamente había gato encerrado.

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Notas de autor:

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Rein: Dios Rein, tus comentarios siempre me hacen sentir en la cima de una montaña rusa. Me doy cuenta que son medio malas con Ino :c Jaja. No sabes las ganas que tengo de leer tu pensar sobre este capítulo.

Pire: Lo sé D: Di un Nejiten super superficial, porque no me atreví a meterme más allá :c ¿Qué piensas de lo sucedido? Porque hasta me impacté el día que lo escribí (?) Y sigo esperando que subas la continuación de tu historia, porque Neji se me hace tan sexy que OMG.

Poshito: Sí, Itachi es un maestro cuando de visualizar comportamientos se trata (?) Me gustó que te gustara la aparición del dios de Itachi. No odies a Ino :c Ella me cae hasta bien jaja. Siempre es un gusto saber que logro entretener con estos textos chiquitos.

Un abrazo <3

 

12-Informe

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La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella.
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Kushina observó a Hiashi con los brazos cruzados, estando todos en la sala de emergencia esperando el aviso de algún doctor sobre el tratamiento de Hinata Hyüga. Naruto se encontraba sentado al lado de Sasuke e Ino, pues ya se había enterado del por qué el intento suicida que acababa de ocurrir hace ya unas horas, pero para todos ahí parecía una eternidad. Las puertas se abrieron y por ellas pasó un médico, observando las hojas que tenía entre manos.

—¿El señor Hiashi Hyüga?

El mencionado caminó hasta él con prontitud.

—Soy yo.

El Joven médico se sorprendió levemente a la frialdad de sus palabras.

—Su hija se encuentra estable —comentó tachando algo en el papel—. Requerimos su autorización para trasladarla a un hospital psiquiátrico en donde tendrá la ayuda adecuada para salir de la crisis que está atravesando —suspiró pesadamente- ya que si la mandamos a casa, probablemente lo intente nuevamente.

Hiashi frunció el ceño y leyó el documento, firmándolo sin titubear.

—Una mujer así de débil no es digna de mi apellido —sentenció y llevó sus orbes opalinos a los azules de Naruto—. La boda queda cancelada.

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Sakura cogió la bolsa de dinero que había puesto Pein sobre la mesa, pagándole por la muerte del transportador, Shino Aburame. La Haruno se colocó sus lentes de sol, dispuesta a salir de la habitación, siendo detenida por la voz rasposa del hombre.

—Sakura —la jovencita se volteó y sus orbes esmeraldas fueron capturados por los anillados—. El próximo trabajo lo harás con Hidan.

La garganta femenina se secó instantáneamente, obligándose a tragar por reflejo. Apretó la bolsa de cuero y sonrió, asintiendo. Pein se sentó nuevamente en el escritorio y comenzó a teclear en el computador, dándole a entender que, ahora sí podía salir de ahí. La Haruno caminó hasta el auto de Sasori y entró. Colocando el maletín en la parte trasera mientras preparaba una sonrisa fingida. El hombre notó como sus manos temblaron al cerrar la puerta, encendiendo el motor para alejarse de dichoso lugar.

—¿Sucedió algo?

—No —respondió inmediatamente, abriendo la ventana—. El trabajo lo hicimos los dos, así que será mitad y mitad.

Sasori asintió, ajeno a la situación.

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Ino dejó su abrigo de piel en el perchero, sentándose mientras se quitaba sus tacones; sus orbes azules observaron los azabaches posicionarse en ella. Y es que ella lo sabía, Shikamaru siempre estuvo enamorado de ella, pero aun así al Nara le parecía muy problemático tener una relación en medio de su carrera, siendo acortejada por el Uchiha antes que él decidiera declarar sus sentimientos. El Nara ofreció la copa de vino a la mujer, estando tranquilo al darse cuenta que el hombre que lo seguía, al parecer, había dejado de hacerlo.

—¿Cómo está Hinata?

—Los antidepresivos la mantienen estable —tomó un sorbo del líquido para después suspirar—. La psiquiatra me comentó que estaría en observación por un tiempo más —jugó con sus pies en la alfombra— pero la psicóloga me informó que, cuando ella se diera cuenta que su padre la estaba desheredando por el bochornoso acto público, podría intentarlo nuevamente, así que debe estar en terapia hasta nuevo aviso.

Shikamaru miró el techo por unos instantes con las manos en los bolsillos, para después mirarla a ella.

—¿Y tú? —Ino levantó una ceja sin entender— ¿tú cómo estás?

Los ojos celestes se inundaron en lágrimas al recordar las constantes discusiones con su pareja, la pelea de su hermano con su madre, y para concluir con broche de oro, su amiga en un tira y afloja con su vida. La Uzumaki Esquivó su penetrante mirada al resbalarse el líquido salino por sus pómulos. Shikamaru la sujetó del mentón ante el acto, inclinándose hacia ella para susurrar a centímetros de sus labios, inundando sus fosas nasales de la menta que traía en la boca.

—Sasuke podría —susurró incoherente ante el ritmo de su corazón, frágil debido a los acontecimientos sucedidos, mordiendo su labio inferior inconscientemente— yo…

Los labios varoniles se hicieron dueños de los ajenos a él, besando con una suavidad indescriptible. Las manos de Ino temblaron en el cuero del sofá al dejarlo ingresar en ella, sintiendo como la lengua maestra le enseñaba la calidad de un verdadero beso, provocando que jadiara y sofocara su gemido en él. El Nara la recostó por completo en el espaldar del mueble, posando sus dos brazos a los costados de su cabeza, sin perder el contacto visual con ella al esperar un rechazo, uno que jamás apareció. Más lágrimas resbalaron por las mejillas de la rubia, las cuales fueron limpiadas al instante.

—Esto es un fastidio Ino —murmuró y le soltó el cabello, dejando que las hebras doradas decoraran el negro del cuero. La mujer tragó pesado, muda a la situación que había dejado avanzar—. Pero, Sasuke para mí no representa un problema, en lo que sucederá a continuación entre nosotros.

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1 semana después.

Los orbes perla observaban indiferente la ventana con barrotes de acero, sentada en aquella silla de ruedas por las altas dosis de medicamento que suministraban a su cuerpo, y aunque, estaba tan consciente como para saber que las dosis eran demasiado altas para una depresión, no podía decirlo; pues su cuerpo no respondía a las órdenes que emitía su cerebro. Notó como la enfermera ingresó, una mujer de cabello extravagantemente rojo. Su labio inferior tembló al sentirla cerca.

—Sakura te manda personalmente la medicina de hoy —sus músculos faciales se hubieran contraído de no ser porque estaba inerte—, así que como buena chica sigue en silencio, así tal vez, algún día te dejen ir de acá.

Hinata notó como la enfermera trituró las pastillas, esas pastillas que la hacían ver doble, que le impedían la concentración suficiente para centrarse en un pensamiento dado. Además de la somnolencia y los mareos. Definitivamente la querían con la boca cerrada, y qué mejor que dopada. Sintió como los fármacos entraron en su cavidad al igual que líquido para hacerlas pasar. Karin sonrió de lado y sacó el celular.

<<Sasori, estoy haciendo muy bien mi trabajo, así que espero y mi pago sea mejor>>

Los ojos opalinos se desviaron en diferentes direcciones al no poder controlar el movimiento de sus pupilas, siendo esto otro de los efectos secundarios, pero aun así había reconocido ese nombre, porque era el nombre del hombre que le arruinó la vida, y de seguro la chica mencionada como Sakura tenía que ver en ello; pero, ¿qué les había hecho ella a esos desconocidos para merecer tal atrocidad? Sintió sus párpados pesados y empezó a ceder ante ellos, deseando, orando, que alguien la sacara de ese infierno.

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Sasuke ingresó al apartamento de su amante con una pequeña bolsa en mano, encontrándose con Sakura sentada en el comedor, y frente a ella el hombre con el cual había tenido un altercado en la pizzería. Levantó una ceja ante la sonrisa burlona que le dedicaba el conocido que aún no recordaba. Sakura al percatarse de Sasuke le entregó a Hidan un paquete, para que éste así se marchara rápidamente, pero aun así, a ella el tiempo se le congeló cuando Hidan pasó al lado de Sasuke, con esa sonrisa descarada que solo provocó que su amante frunciera más el ceño.

—Vine a entregarte esto.

Sakura cerró la puerta al quedar ambos solos, recibiendo el empaque que destapó con mucha ilusión, encontrándose con aquel reloj de oro blanco. Sonrió con alegría y pidió que se lo ajustara en su muñeca, y así lo hizo el Uchiha al abrocharlo. El resplandor de la joya hacía que su delicado brazo se viera más refinado. Un beso fue participe de aquella escena entre ellos, una que no volvería a ser igual, porque el futuro estaba cerca, y la desgracia con el karma venía en camino, para cada uno de ellos.

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Naruto continuaba sin entender lo que sucedía en su vida, pues su madre aunque lo apoyaba en el deje del matrimonio por lo recién ocurrido se comportaba como si lo odiara al no lograr el cometido de su padre, su hermana apenas y le dirigía la palabra hace ya varias semanas. Shikamaru se alejó de él diciéndole que el trabajo lo tenía muy atrofiado, y Sasuke, ese que decía ser su mejor amigo apenas y lo saludaba, llamando saludo a un fruncido de ceño.

Los orbes azules se posicionaron en el envase de gaseosa, liberando el aire retenido en los pulmones mientras el líquido liberaba pequeñas burbujas. Miró su celular con el número de Sakura, dudando si debía decirle que la boda se canceló, ya que siendo amigo de Hinata no se alegraba del porqué, ya que él hubiese deseado que se anulara sin daño en ninguno de los dos, pero su madre, oh su madre. Tomó un sorbo y sonrió al ocurrírsele una idea, pues ya no tenía por qué ocultar a Sakura de su vida. ¿Qué tal presentársela a su madre? Oh sí, eso estaría bastante bien.

Para él.

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Ino se apresuró al tocador, para ocultar el gran morado que le habían dejado en el cuello por culpa de la lujuria de aquella noche. Posó la pelusa en su piel y sobó unas cuantas veces, disimulando a tal punto el color y el tamaño que parecía una picadura de mosquito. Sonrió satisfecha y se levantó para dejarse caer en la gran colcha, aún con la sonrisa estúpida en sus labios. ¿Quién diría que Shikamaru sería tan buen amante?

Su corazón se desbocó al recordar las interminables noches que habían pasado juntos desde que fue a su hogar, y aunque sabía que no era correcto, también era consciente de la sensación que producía en ella, pero una mujer perfecta debía mantener su vida perfecta, con su esposo perfecto, así que si era necesario ocultar aquel deseo animal por profundizar aún más con Shikamaru lo mantendría en secreto, porque amaba al Uchiha, ¿no?

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Notas de autor:

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Y YO AQUÍ ESPERANDO QUE USTEDES DOS SUBAN LA CONTINUACIÓN DE SUS FICS.
Este capítulo lo quise hacer algo más ligero, porque ya vendrá, creo, el inicio del tomo final, que durará más o menos 10 capítulos, jaja. Ya llegamos a la mitad (?)

Gracias infinitas por leer y comentar, las adoro. Un abrazo <3

 

13-Bosquejo

Contenido oculto

Sasori observó el mensaje que recientemente mandó Karin, confirmando que la dosis diaria era suministrada correctamente, y que hasta ahora nada se sospechaba desde adentro. Todo gracias a que el psiquiatra a cargo de la Hyüga era Kabuto, uno de los médicos más sucios con los cuales se había topado en su vida, y vaya que se había encontrado con muchos. Y Karin, la perfecta mujer que movería las manos por algo de dinero fácil.

Su mirada se fijó en el vacío de la habitación, pensando en la jovencita que probablemente estaba perdida en sus pensamientos, y es que si tenía suerte saldría viva. Todo dependía de qué orden diera Sakura sobre ella, o tal vez, moriría de una sobredosis. Y aunque fue uno de los mejores coños en los cuales estuvo, no valía la pena. Frío, así era él.

Se tumbó en la colcha y observó como Sakura ingresaba a la habitación, cambiándose delante de él sin pudor alguno. Sonrió de lado al ver que era hora de darle mimos a la mujer que lo tenía en la palma de su mano. Sintió el colchón hundirse a su lado y la abrazó, acariciando sus hebras rosadas a su gusto. Las fosas nasales se inundaron del dulce perfume, durmiéndose con ella.

Flash Back:

El iris café se posó sobre los verdes al verla salir desnuda del baño, paseándose por la habitación como si nada pasara dentro de ella. Sasori sintió como el calor inundó su ser, estando sentado en el colchón mientras Sakura se agachaba a abrir uno de los cajones para sacar alguna braga. ¿Qué demonios tenía en la cabeza la niñata? ¿Qué no se daba cuenta que lo ponía a vibrar a mil?

—No andes por ahí desnuda como si nada —frunció el ceño y la sujetó de la muñeca, jalándola hacia él—. Puede verte cualquier enfermo.

La jovencita de 15 años rio despavoridamente, negando con las manos en el aire.

—Oh Sasori, eso lo hago porque eres tú —comentó con una sonrisa, una sonrisa que se borró al sentir como los dedos masculinos se deslizaron por su columna vertebral, causando una extraña sensación en su vientre bajo.

—¿Crees que no siento Sakura? —. Sujetó su mentón y la miró ambivalente— ¿o crees acaso, qué no provocas nada en mí? —la frialdad en su voz no hacía más que dejarla estática, subiendo el ardor a sus mejillas, sintiendo como sus virginales labios eran besados, mientras seguían dibujando en su húmeda espalda por las gotas de agua que resbalaban de su cabello.

Sasori desde ese día creyó que Sakura sería suya, pero no contaba con que él terminara siendo de ella.

Fin del flash back.

Sasori abrió los ojos y se encontró solo en la habitación, causando una extraña sensación en su pecho, la cual conocía bastante bien, porque era un hombre al fin y al cabo, y entendía de sobre manera que aunque Sakura en algún momento estuvo con él no era más que una perra que se entregaba a quien más le hacía vibrar su corazón, porque si hablaran de temas adultos, él podría asegurar que la hizo pasar los mejores orgasmos de su vida, además de ser el primero entre sus piernas. Pero no, él no se lo diría jamás, y probablemente moriría con eso, porque le tenía un cariño del diablo. Y No se atrevería a entregarla a la policía tampoco, al menos no él, pero alguien en algún momento lo haría, pues él no era tan ciego como pensaban.

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Sakura observó los papeles frente a ella, levantando una ceja al no entender qué diablos hacía la foto de Naruto frente a ella. Hidan sonrió de lado y cogió la información que Pein estaba brindándoles, mirando de reojo a Sakura. Tenía una expresión que lo hacía excitar tanto, esa expresión de horror que le mostró cuando la penetró una y otra vez sin su consentimiento.

—¿Por qué esa cara Sakura? —la ironía en la voz de Hidan retumbó en los odios de los presentes.

Los orbes anillados se pasearon por su rostro al ver como ella daba dos pasos al frente, estando a centímetros del cual era su jefe.

—¿Por qué él? —cuestionó la Haruno sin apartarse ni un paso, acompañada de la mano con el vacío escondido bajo sus costillas, sintiendo que en cualquier momento empezaría a sudar si no obtenía una respuesta rápida, o de lo contrario, una agresión por su insolencia.

Las facciones masculinas se mantuvieron serenas,

—Sal de la habitación Hidan.

La gruesa voz la puso aún más nerviosa, al escuchar como el otro subordinado cerraba la puerta mientras tarareaba una de sus extrañas oraciones. El corazón perteneciente a fémina comenzó a galopar con fuerza, pero aun así no apartó sus orbes esmeraldas de los anillados en ningún momento. Pein había sido el único hombre en su vida que con una sola palabra la sometía por completo. Y no podía decir públicamente que fue el único hombre que no cedió ante ella.

—¿No puedes matar a Naruto Uzumaki?

Sakura tragó pesado, imaginando en su cabeza el hacerle daño a su vida, porque sí, si lo mataba sería cortar la mitad de su propia vida. Evitó con coraje que sus orbes se cristalizaran, respirando suavemente.

—No es eso —apretó levemente los puños, sin poderlo evitar—. El chico mantiene con muchos hombres últimamente —pausó al sentir como en su cabeza se acomodaba el puzzle para retrasar su muerte—. No garantizo la seguridad de Hidan.

Pein levantó una de sus cejas, captando la atención de Sakura sobre sus numerosos pircings, numerosos y atractivos. Inalcanzables.

—Hidan sabe cuidarse solo.

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Sasuke observó a Itachi el cual llevaba el vaso a su boca, inundando el lugar con el olor dulce del café. Su madre se encontraba preparando algunas galletas como merienda, y su padre, atendiendo una video conferencia sobre los negocios que tenían sobre el petróleo. Itachi sonrió de lado al ver a su pequeño hermano perdido en sus pensamientos, recordando que la primera vez que lo vio así, fue cuando cometió el error más estúpido de su vida.

Casarse tan joven con una mujer que no lo hizo sentir más que placer. Y por lo mucho que lo conocía, sabía, que pronto, Sasuke haría una estupidez igual, o peor.

—Naruto —la gruesa voz del Uchiha mayor captó la atención del menor en un instante—. ¿Es tu enemigo ahora?

Sasuke frunció el ceño en demasía, moviendo los dedos impaciente en la madera del asiento, incómodo.

—Eso no es de tu incumbencia.

—Tráela Sasuke.

Las cejas azabaches ajenas a la voz se curvaron en señal de desentendimiento.

—¿Qué dices Itachi?

—Tráela, que quiero conocerla.

El mayor sabía, que mejor diabla conocida, que diabla por conocer. Porque si podía evitar que su pequeño e idiota hermano dañara su vida, lo haría, hasta donde pudiera.

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Ino sacó todo del armario, lanzando cada una de las prendas de vestir a la cama, colérica. ¿Dónde diablos estaba el puto reloj de oro blanco? Respiró pausadamente tratando de controlar sus nervios. Sasuke estaba jugando con su genio desde hace días, y, aunque ella hubiese hablado con Shikamaru, suplicándole que no se repitiera lo que sucedió aquella tarde en su apartamento, porque esperaba que su matrimonio mejorara no fue así. Es más, no recordaba el último día que su esposo le hizo el amor.

Bajó las escaleras apresurada y cogió el teléfono de la cocina, marcando el número de la casa de los padres de Sasuke.

<<Hola querida. Sasuke está en casa, ¿lo necesitas?>>

Ino jugó con sus uñas en el mármol del mesón.

<<Hola Mikoto, no —suspiró y subió su tono de voz, haciéndolo notar animado— ¿Sabes si Sasuke te obsequió un reloj de oro blanco?>>

<<No pequeña, él no me llegó a obsequiar tal joya. ¿Por qué preguntas?>>

La Uzumaki mordió su labio inferior.

<<En realidad es un obsequio de mi parte para ti, al parecer olvidó llevártelo, cuando pase por allá te lo dejo>>

La mentira improvisada resultó bastante bien, además de pedirle que guardara esa conversación en secreto, ya que Sasuke era demasiado gruñón, obteniendo el sí de su madre.

Al colgar una extraña sensación se acomodó bajo sus costillas, una especie de sentimiento, muy similar al miedo. Si el reloj no era para ella, ni para su propia madre, entonces, ¿para quién?

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5 Días después.

Shikamaru observó el nombre del psiquiátrico e ingresó en él, acercándose a la recepción para notificar su visita. Al llegar notó como el puesto estaba desolado, aprovechando a sacar una usb y colocarla hábilmente en el computador, creando una copia automática de los informes en un instante, y aunque lo que hacía era ilegal, valía la pena. Terminó al ver como la cámara se movió en su dirección, indicándole que ya se acercaba alguien. Cogió de nuevo la memoria y se alejó de la laptop, visualizando una mujer de cabello oscuro y ojos carmín. Detalló su nombre en la placa de su pecho derecho. Kurenai.

—¿Puedo ayudarle en algo?

Sonrió de medio lado y apoyó su cabeza en su palma derecha, avisándole, así, a su compañero de trabajo, Asuma, que todo había salido a la perfección. Realmente no había sido mala idea pedir su apoyo para manejar las cámaras de seguridad infiltrándose al sistema.

—Sí —bostezó—. Vengo a ver a una paciente llamada Hinata, Hinata Hyüga.

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Notas de autor:

Contenido oculto

Poshito: Mira que lo de Naruto y Sakura lo tengo en el próximo capítulo (?) Te darás una idea de cómo se transformará su relación. Ohhhh, y mencionas a mi Sasuke, lo de él va a ser bien intenso. Si, Ino también merece amor, no más el bullyng jaja.

Pire:

D: A Pire se la salió la cólera contra Sakura D: Jajajaja. Y Sí, ya sabes, Naruto es demasiado tonto cuando de ideas se trata (?) Ya quiero ver qué piensas sobre este capítulo.

Rein que no es Rein pero si lo es: Debo confesar que amo el Shikaino (?) Nunca me gustó el SaiIno, y más o menos el Shikatema (?) Así que ese fue mi desquite hacia el creador que nunca lo leerá pero igual, me descargo D: Tú entiendes mi amor por Sasuke, ¡I love you!