[LF] (Advanceshipping): El nuevo reto comienza

Recapitulando:

—Esperen…— exclamó el entrenador, y también fue corriendo —… Creo que no está del todo mal, entonces… ¿si me gusta May?, bueno lo mejor es que hable con ella después, ojalá estuviera Brock aquí— pensaba el joven, corriendo tras los otros dos chicos.

Capítulo 12.- Exagerando un Futuro

DÍAS FALTANTES PARA LA COPA ÉLITE: 28

El trío de jóvenes seguían corriendo uno atrás de otro. Max estaba emocionado de contarle a su padre sobre su primera batalla pokemon, May feliz de poder hacer ciertas acciones que siempre deseó practicar con el entrenador y Ash, confundido, asustado, nervioso… simplemente ese no era su día, pero algo lo atormentaba en sus pensamientos.

—Bien, creo que si me gusta, tendré que decírselo— sonaba muy fácil decirlo, no sabía lo difícil que era —Ahora que lo pienso, que demonios voy a hacer sí a May se le ocurre contarle a Norman sobre lo que ha pasado entre nosotros— se decía muy preocupado el azabache —Aunque es muy improbable, seguramente le contará a su Madre… ¡Que demonios estoy pensando!, en todo caso, yo no he hecho nada que ella no quiera, ¿pero ese beso que le di…?— la conciencia de Ash lo estaba carcomiendo vivo. No sabía como reaccionarían los padres de May sí ella decía algo, aunque realmente aun sólo eran amigos, seguramente al enterarse no dejarían que la volviera a ver en toda su vida, lo cual no le agradaba. Al fin decidió que esa castaña de ojos zafiros, era dueña de sus pensamientos y de su corazón.

En cierto punto del camino, se pudo visualizar la casa de los Balance. Realmente era un enorme hogar. Max se adelantó y se dirigió al gimnasio de su Padre, mientras que May prefirió ir a saludar primero a Caroline. Ash por su parte, seguía hundido en sus pensamientos, cosa que la castaña notó y antes de entrar a casa habló un momento con él.

—Ash, ¿qué es lo que te preocupa tanto?— preguntó directamente al entrenador.

— ¿Yo?, pues… bueno… quiero decir…— ese gesto de balbucear por parte de Ash, hizo sonreír a la chica, pero luego la hizo sentir culpable ya que creyó que fue por los coqueteos.

—Lo lamento Ash, tal vez exageré un poco con lo de hace un rato, no fue mi intención ponerte así— decía muy apenada la castaña.

—May…— se tranquilizó para hacer sentir mejor a la coordinadora —no es por eso, es sólo que… veras, pensaba en que pensarían de mi tus padres sí supieran lo que ha pasado entre nosotros, seguramente creerán que soy un aprovechado— explicaba Ash, sorprendiendo un poco a la castaña.

—Tú en ningún momento te has aprovechado de mi, en todo caso la aprovechada soy yo— confesó muy sonrojada —Me dejé llevar con eso de los coqueteos, es sólo que quiero demostrarte que no era broma lo que siento por ti— añadió la castaña.
—Nunca he pensado eso May, no te voy a negar que me gustó de cierta manera, pero no me agrada tanto eso de que seas tan atrevida, así no eres tú— dijo el entrenador con gran sinceridad —Y… de lo que siento por ti…— Ash estaba decidido a explicar eso, pero fue interrumpido por la voz de una mujer, proveniente de la entrada de la casa de los Balance.
— ¿¡May, eres tú!? Creí que volvías hasta mañana hija— decía la mujer, acercándose al par de jóvenes.
—Lo que sucede es que yo quería volver hoy señora, y May estuvo de acuerdo— se adelantó a explicar el entrenador.
—Dime Caroline, y me alegra verte por aquí una vez más Ash— comentaba la señora Balance, se parecía mucho a la madre de Ash en su manera de ser.
—Mamá, ¿Ash se puede quedar en nuestra casa unos días verdad?— esta pregunta sorprendió mucho al entrenador, porque hasta donde él recordaba, nunca acordaron que él se quedara en su casa. Estaba por intervenir, pero Caroline se le adelantó.
—No hay problema, es más, porque no le enseñas su habitación en este momento, yo me tengo que ir, los veo luego, voy al invernadero a dar de comer a los pokemon— dijo Caroline, yéndose del lugar.
—Está bien Mamá, nos vemos luego— despidiéndose con la mano —Ven Ash, te mostraré tu habitación— invitándolo a entrar a su casa.

Ambos entraron a la enorme casa. Mientras recorrían el inmueble, Ash recordó la primera vez que estuvo en ese lugar, lo cual le trajo muchos recuerdos, pero por su mente se cruzó algo que lo tenía muy intranquilo. May guió al entrenador a la habitación de huéspedes, la que convenientemente quedaba al lado de la de la castaña. La habitación era muy espaciosa, tenía una cama, un pequeño escritorio, una puerta que parecía conducir a un baño, un viejo ropero, además de una gran ventana, desde la cual se podía ver el puerto.

—Espero que te guste Ash, casi nunca tenemos visitas, pero mantenemos limpia esta habitación por sí acaso— decía la chica, abriendo la ventana para que entrara aire a la recamara.
—Es excelente, es un gran gesto de su parte May, muchas gracias— colocando su mochila en el escritorio y sus otras pertenencias.
—Ash… antes de que nos interrumpiera mi madre, ibas a decirme algo— comentó la chica algo avergonzada.
—Bueno, emm… quería hablar contigo sobre, lo que siento, aunque no se sí sea lo correcto— confesó el chico muy inseguro.
—No hay mucho que decir Ash, simplemente dime, ¿te gusto o no?— presionaba la castaña.
—Creo que… pues…tu si me… me— aunque quería decirlo, su boca no podía.
— ¿Qué?— acercándose al entrenador, estaba muy desesperada.
—Tu sabes May, tu me…— simplemente de sus labios no podía salir lo que tanto anhelaba decir en ese momento. A muchas personas les costaba trabajo decir sus sentimientos, debido principalmente, a la duda sobre lo que sentirá la otra persona, pero este no es el caso, Ash sabía muy bien que esa chica que se encontraba frente a él lo quería — ¡May tú me gustas!— exclamó el azabache casi gritando.

La castaña no pudo evitar sonreír. El joven al que ella quería tanto, le acababa de confesar estar enamorado de ella.

—Ash…— fue lo único que salió de su boca, antes de abalanzarse para abrazar al azabache.
—Vaya, no creí que fuera tan difícil decirlo— decía el entrenador, muy sonrojado, pero también feliz de haber hecho lo que hizo —Ahora viene la parte mas difícil— pensaba tristemente el azabache.
—Bien, ahora que lo dijiste, ¿creo que hay otra cosa que me tienes que pedir no? — cuestionó muy alegre la coordinadora, poniéndose enfrente del entrenador.
—También quería hablar sobre eso contigo May— cambiaba su rostro a uno serio —Nunca he tenido novia, por lo que no se que es lo que tengo que hacer ni como comportarme, pero creo que los sueños de cada uno no podrían dejarnos tener un futuro — comentaba seriamente el entrenador. Aunque el también quería tener una relación con la castaña, no quería arruinarla por dejarla de lado, pero también sabía que el hecho de ser entrenador y ella fuera coordinadora, podría interferir con su relación.
—Ash, yo tampoco he tenido novio nunca, y al igual que tú, no se que tendría que hacer, pero eso podemos descubrirlo juntos, no te tienes que preocupar por nada que tenga que ver con tus sueños, yo nunca me interpondré en eso— dijo la castaña tranquilamente.
—También está el hecho de que tus seas coordinadora, no quiero interponerme en tus sueños tampoco— explicaba aun mas apenado el azabache.
—Yo estaría dispuesta a abandonar mis sueños por estar contigo Ash— confesó tristemente.
—Eso es lo que no quiero, que por mi culpa tengas que renunciar a eso que tanto quieres May— Ash se sentía muy frustrado. La posibilidad de estar con ella estaba tan cerca, y a la vez tan lejos.
—Pero tampoco quiero que abandones los tuyos por mi— de los ojos de la castaña comenzaron a surgir lágrimas.
—May, tu eres alguien muy especial para mi, no quiero verte sufrir, por lo que pienso que nosotros no podemos estar juntos— levantándose de su asiento y asomándose por la ventana.
—Sabes, mi madre una vez me dijo que sí las personas vivimos el presente dependiendo del futuro, nunca disfrutaríamos de la vida— limpiándose las lagrimas de los ojos y dirigiéndose a la salida de la habitación —Y creo entender ahora a lo que se refería— saliendo finalmente de la habitación.

Esas palabras dejaron pensativo al entrenador. Tal vez tenía razón, no podía saber que pasaría sin intentarlo, pero por otro lado, no soportaría perderla. May se encerró en su cuarto, y no era para menos, para ella, Ash había jugado con sus sentimientos. Ash tenía demasiados problemas, así que decidió dormir un poco para relajar su mente.

—Demonios, me siento como un idiota— pensaba Ash, quedándose profundamente dormido.

Después de dormir un poco, despertó y decidió ir a hablar con alguien de confianza sobre el tema.

—Creo que me ayudaría el hablar con alguien, pero ¿Quién?, podría pedirle consejos a mi madre o a Misty, ya sé— levantándose y tomando su pokenav para hablar con alguien— espero que tú me puedas ayudar— llamando a cierta persona que se encontraba en Kanto.
— ¿Hola?, o vaya, como te va Ash— saludaba un moreno desde la pantalla del pokenav.
—Hola Brock, a mi no me va del todo bien, por eso quiero pedirte un consejo— decía apenado el azabache.
—Para eso estamos los amigos, ¿que es lo que sucede?— preguntó el criador amablemente.

Ash le platicó de principio a fin todo lo que le pasaba con May, desde su encuentro en Kanto hasta ese momento. Brock se sorprendió mucho al escuchar que Ash, el que sólo pensaba en pokemon, ahora casi tenía novia.

—Eso es lo que pasa Brock, ¿que crees que debería de hacer?— cuestionó el entrenador muy confundido.
—Primeramente, Ash, no fue bueno que jugaras con los sentimientos de May, seguramente en estos momentos se siente muy dolida, segundo, dime, ¿estas seguro de que estas enamorado de ella?— dijo firmemente el moreno.
—Pues, no te puedo asegurar muy bien, nunca había sentido nada igual, disfruto mucho estar con ella, me agrada conversar, en fin… son muchas cosas que me pasan ahora— contestó el entrenador.
—No hace falta decir más, eso es amor Ash— confirmo con un tono de broma —Ahora sobre lo que tienes que hacer, pues yo pienso que sus sueños no se tienen porque interponer en su relación— dijo decididamente.
—Pero, por ejemplo, ¿que pasa sí por ser entrenador tengo que viajar a otra región y ella a otra por ser coordinadora?— pregunto Ash en un tono algo molesto.
—Ash, debes de dejar de preocuparte tanto en el futuro, sí no aprovechas la oportunidad de ser feliz, en ese futuro que tu quieres puedes arrepentirte, además, ya estuvieron separados por un tiempo cuando ella viajo a Johto y tu a Sinnoh, y ¿eso les afectó en algo?— cuestiono algo obvio el moreno.
—Pues no, creo que tienes razón— asentía el entrenador.
—Tal vez puede que en el afán de alcanzar sus metas, tengan que separarse, pero recuerda que es temporal, Ash. No te estoy diciendo que no pienses en tu futuro, sólo que seas feliz ahora que puedes— comentó sabiamente el criador.
—Entonces creo que tengo que ir a hablar con ella en este instante— dijo firmemente y con decisión —Nos vemos luego Brock— despidiéndose cordialmente de su amigo y consejero.
—Hasta pronto Ash, suerte con May— cortando la llamada.

El azabache colocó su pokenav en el escritorio y salió de la habitación. Caminó unos pasos y se puso delante de la puerta de la recamara de la castaña. Tenía la intención de arreglar todo, pero la culpa le impedía tocar la puerta. Finalmente con mucho esfuerzo pudo llamar a la puerta, pero no recibía respuesta de la chica.

—Vamos May, abre, quiero hablar contigo— decía en tono humilde, para convencer a la chica que lo dejara hablar con ella.
—No quiero hablar contigo, déjame sola— contestó seriamente. En su voz se notaba que había estado llorando.
—Creo que esto va a tardar un buen rato— pensaba Ash, antes de seguir intentando hablar con ella.

Continuará…

Nueva continuación. Creo que Ash no podrá entrenar tanto como el quería xD. Les aviso que son muy aleatorios los días que subiré continuación. Esta historia terminará en la copa élite, por lo que el contador de días será algo así como el contador de cuando falta para el fin (no se preocupes, ya vendrá una segunda parte, pero será bastante diferente). Y decidí darle un pokemon legendario a Ash, ya luego sabrán cual será =D. Nos vemos luego.

 

Recapitulando:
—Creo que esto va a tardar un buen rato— pensaba Ash, antes de seguir intentando hablar con ella.

Capítulo 13.- Afrontando las pesadillas.

DÍAS FALTANTES PARA LA COPA ÉLITE: 28

En el gran hogar de la familia Balance, se encontraba un joven entrenador delante de una puerta, golpeándola levemente, para que la chica que se encontraba dentro de la habitación, permitiera que tuvieran una charla y así explicarle y pedir disculpas.
Después de muchos intentos fallidos…

—May, vamos, necesito hablar contigo— golpeando un poco más fuerte la puerta, irritando aun más a la chica.
— ¡Ya te he dicho que no quiero, y deja de insistir!— exclamaba bastante enojada, arrojando un objeto a la puerta, como amenaza para Ash.
—Por favor, quiero decirte algo— su voz dejaba muy claro que se encontraba arrepentido, pero para su desgracia, eso no le importó mucho a la castaña.
— ¡Ya dijiste suficiente, ¿Por qué no entiendes que no quiero verte?!— su voz quebradiza hacía notorio que había estado llorando o que estaba apunto de hacerlo, pero mantenía su actitud.
—Está bien, te dejaré en paz, tal vez sea mejor que te tranquilices un poco— retirándose del lugar y dirigiéndose a su habitación.

Ya en su recamara, Ash tomó todas sus pertenencias, ordenó la habitación y salió de la casa sin hacer mucho escándalo. Al salir del inmueble, se encontró con Caroline, quien le preguntó sobre porque decidió no quedarse y el se excusó diciendo simplemente que prefería acampar para poder entrenar mejor. En realidad él no tenía la intención de incomodar a May con su presencia, por lo que decidió acampar en el bosque de las afueras de Ciudad Petalia.
May por su parte, se la pasó encerrada en su habitación unas horas más…

— ¡May, la cena está lista!— anunció la señora Balance desde la cocina — ¡Date prisa o se enfriara tu comida!— agregó.
—Creo que tendré que salir aunque no quiera, odio tener hambre— pensó la castaña, saliendo de su habitación y caminando hacia la cocina, no sin antes verse en un espejo y arreglarse un poco para evitar que se dieran cuenta que había estado llorando, sobretodo Ash.

May entró a la cocina, en ella se encontraban Norman, su hermano Max y su madre, pero para su sorpresa el causante de su llanto no, lo cual era bastante extraño conociendo a Ash. A pesar de todo, no le dio importancia y tomó asiento en una silla junto a la mesa.

—Mamá, ¿mañana puedo ir a entrenar con Ash?— preguntó el pequeño Max bastante emocionado.
—Por mi no hay problema, pero deberías preguntarle primero, puede ser que no quiera ser molestado— contestó con una mirada muy amable.
—Entonces, ¿puedo pasar la noche con él?— se le notaba aun más emocionado, parecía que veía en Ash el hermano mayor que siempre había querido tener, sin contar a May claro está. A May le extrañó un poco la petición de su hermano, ¿Por qué dormir en la habitación de huéspedes cuando tienes una mejor habitación?
—No lo se Max, la ciudad es segura, pero las afueras…— era interrumpida por Norman.
—Anda, y llévale algo de cenar— dijo autoritariamente el líder de gimnasio.

Max se levantó de su silla, corrió a su habitación y en menos de cinco minutos, ya tenía todas sus cosas listas para pasar la noche acampando. May se encontraba más confundida, ¿Ash decidió pasar la noche en el bosque?, aun con sus dudas, decidió no intervenir y seguir ingiriendo su cena.

—Max, ten cuidado, y no molestes a Ash— dijo Caroline, entregándole una bolsa con comida adentro para Ash.
—Está bien, espero encontrarlo pronto— saliendo apresuradamente y corriendo hacia el bosque.

May se dirigió rápidamente a su habitación para dormir, y unas horas mas tarde Caroline y Norman hicieron lo mismo.
En la habitación de Norman y Caroline…
Ambos adultos estaban recostados en la cama, una lámpara estaba prendida ya que Caroline estaba leyendo un libro.

— ¿Por qué dejaste ir a Max, no crees que sea peligroso?— cuestionaba la señora Balance algo enojada, dejando de lado su libro.
—Tranquila, confío en Ash, además Max no tiene muchos amigos, yo no tengo mucho tiempo para pasar con él y May igual, así que creo que le servirá estar con Ash unos días, incluso podría aprender muchas cosas— contestaba tranquilamente y con una sonrisa.
—Espero que tengas razón— apagando las luces y cerrando los ojos para tratar de dormir.
—Te lo encargo Ash— pensaba Norman y también cerraba sus ojos.

En la recamara de May…

—Tal vez lo debí escuchar, creo que exageré con eso de la lámpara que arrojé, no pienso que Ash sea de los que juegan con las personas, ojalá no se haya molestado conmigo— pensaba la castaña, con un semblante de pena y arrepentimiento —Después de todo le gusto— sonreía levemente y miraba el techo de su habitación.

En el bosque…

— ¡Ash!— llamaba Max, buscando alguna señal del entrenador. Llevaba más de una hora buscándolo pero no veía alguna señal de él — ¡Ash, ¿Dónde estás?!— exclamó una vez más, pero no recibía ninguna respuesta del entrenador.

Era una noche fría y muy oscura, se comenzaban a formar nubes en señal de tormenta, lo que alarmó al pequeño.

—Rayos, será mejor regresar— pensó Max, caminando torpemente de regreso, puesto que al estar tan oscuro no tenía muy buena visibilidad.
En ese momento el niño vio una sombra y repentinamente se comenzó a sentir extraño, no podía describirlo. Miro por todos los rincones del bosque, pero para su sorpresa se encontraba perdido. Escucho caer un rayo muy cerca de él, lo cual lo espantó e hizo que tropezara. Para empeorar las cosas, por culpa del rayo, un árbol cerca de él se había envuelto en llamas y se estaba propagando rápidamente en los árboles alrededor de él, dejándolo sin escapatoria.
—Ahora que voy a hacer, ¡ASH AYUDAME!— gritó muy asustado, pero no recibió respuesta. Tras esto se puso en cuclillas y escondió su rostro en sus piernas, empezando a llorar. En ese instante un árbol en llamas se derribó a unos metros de él, alzó su mirada y se paralizó por el miedo, al ver el fuego tan cerca de él, dejó de llorar y se armó de valor —Tengo que hacer algo— tomando una pokebola de su bolsillo — ¡Sal Pidgeotto!— exclamó, pero la pokebola parecía no funcionar, puesto que el pokemon no salió — ¡No puede ser!— desgraciadamente otro árbol estaba apunto de caer, pero esta vez sobre Max, trató de moverse, pero no podía mover su cuerpo — ¡NO!— gritó cerrando sus ojos y cubriéndose con sus brazos.

Para su sorpresa no sintió nada, abrió lentamente sus ojos aun con lágrimas, y se llevó una gran sorpresa al ver un que volaba sobre un Charizard y a cierto entrenador a su lado.

— Max, ¿estás bien?— preguntó Ash delicadamente.
—Pero… que pasó… las llamas y el árbol…— mirando a todos lados, dándose cuenta que todo estaba normal.
—Tranquilo, todo fue una ilusión— explicó para calmar al niño, quien se abrazó de Ash en señal de temor y a la vez agradecimiento —No me explico que hace un Darkrai en este lugar—.
— ¿Dices que un Darkrai me provocó esto?— más asustado aun.
—Calma Max, lo que pasó fue que…—

/////////////////////////////////////////////////FLASHBACK/////////////////////////////////////////////////

Ash se encontraba sentado en un tronco frente a una fogata. Estaba muy serio, pensando en lo que había pasado con May.

—Ojalá que May quiera escucharme mañana— viendo tristemente la fogata y echando algunas ramas al fuego. En ese momento escucha algo aterrador.
— ¡ASH!— se escuchó mas profundo en el bosque.
—Se parece a la voz de Max— pensó, levantándose del tronco —Será mejor que vaya a ver sí todo está bien— sacando una pokebola —Charizard sal— arrojando la pokebola, de la cual salió el pokemon de fuego.

Ash subió al lomó de Charizard y le pidió que volara por la dirección de la que escuchó la voz. Una vez llegó al lugar, se encontró con una escena muy extraña, Darkrai enfrente de un Max inconsciente.

—Charizard acércate a ese lugar— y el pokemon obedeció.

Darkrai se dio cuenta de la presencia de Ash e intentó atacarlo pero Charizard lo defendió con un lanzallamas muy potente. Ash se percató que Max estaba atrapado en una pesadilla, al verlo con una cara de sufrimiento. El sabía que si no hacía algo, también el sería atrapado en la ilusión de Darkrai.

—Charizard aterriza por favor y distrae a Darkrai— ordenó el entrenador, cosa que hizo rápidamente.

Ash descendió del lomo del pokemon, aunque fue una vez más atacado por Darkrai, pero Charizard lo volvió a defender y contraatacó, distrayéndolo unos momentos. Ash corrió para auxiliar a Max, pero él estaba aun atrapado en la pesadilla. Cargó a Max sobre su hombro.

—Charizard, tenemos que huir— llamó firmemente. El pokemon de fuego voló lo más rápido que pudo hasta el entrenador, esquivando algunos ataques de Darkrai, quien se encontraba muy molesto. Ash saltó con Max en su hombro sobre Charizard y así los tres huyeron. Darkrai después de perseguirlos por un tiempo, decidió dejarlos, y así al fin Max despertó.

//////////////////////////////////////////////FIN DEL FLASHBACK/////////////////////////////////////////

—No entiendo porqué me hizo eso— comentó Max muy deprimido.
—Darkrai es un pokemon que protege lo que quiere a toda costa, imagino que estabas merodeando por sus territorios y por ese motivo te atacó— decía seriamente para después sonreírle al pequeño —Charizard regresemos al campamento— el pokemon bajó al suelo donde estaba la fogata de Ash —Max será mejor que descanses, no tardará en amanecer y no es bueno que te desveles— guardando a Charizard en su pokebola —Buen trabajo amigo, tú también descansa— colocando su pokebola en su bolsillo.
—Está bien Ash, ¿mañana puedo…?— siendo interrumpido por el azabache.
—Max, duerme ahora, cuando salga el sol me preguntarás lo que desees— sentándose cerca de la fogata.
—De acuerdo— poniendo su bolsa de dormir —A por cierto— sacando una bolsa de su mochila —Ten Ash— dándole la bolsa a Ash —Ahora si, a dormir— quitándose sus lentes y acotándose en su bolsa de dormir.
—Gracias…— abriendo la bolsa y mirando su contenido —Que generosos son conmigo la familia Balance— con una gran sonrisa viendo la comida que le habían regalado — ¿Qué es esto?— tomando unan nota que venía dentro de la bolsa —Veamos…—.

Ash
Disculpa sí te molesta, pero Max quiere entrenar contigo, por favor, cuida a mi hijo, se que tienes demasiados problemas, pero descuida, ya se solucionarán...
P.D: Trataré de hablar con May…
Atentamente: Caroline.

Ash esbozó una sonrisa al leer la nota…
—Creo que no le podemos ocultar nada a nuestras Madres, ¿verdad May?— mirando el cielo, pensando en la castaña.

El entrenador apagó la fogata con algo de tierra y colocó su saco de dormir cerca de Max, por sí Darkrai los atacara, puso su mochila a un lado, se quito su chaleco y su gorra y se dispuso a dormir.

—A pesar de todo, extraño mucho a Pikachu, espero te estén cuidando bien amigo, y deséame suerte porque la voy a necesitar— cerrando sus ojos, quedándose profundamente dormido.

Mientras en Sinnoh, cerca del puerto, un hombre estaba impaciente para que amaneciera, se encontraba sentado en una banca no muy lejos de los Ferrys.

—Ash Ketchum, tu me debes una revancha, y me la cobraré te guste o no— sacando un Roserade de su pokebola, el cual parecía estar muy extraño, su mirada esparcía odio. El hombre sólo comenzó a reír como un loco con sed de venganza.

Continuará…

Les traigo la continuación. En lo personal, me gustó mucho escribir este capítulo, fue bastante interesante =D. No crean que el pokemon legendario de Ash será Darkrai, no me gusta para él, pero bueno... todo puede pasar xD. Espero les guste... ¿quien será ese hombre? =D.

 

Recapitulando:
—Ash Ketchum, tu me debes una revancha, y me la cobraré te guste o no— sacando un Roserade de su pokebola, el cual parecía estar muy extraño, su mirada esparcía odio. El hombre sólo comenzó a reír como un loco con sed de venganza.

Capítulo 14.- Ordena tus pensamientos.
DÍAS FALTANTES PARA LA COPA ÉLITE: 27

Un nuevo día comenzaba en la región Hoenn, pequeños rayos de luz, iluminaban la penumbra que dejó la noche anterior. En el bosque de Ciudad Petalia, dos jóvenes se encontraban profundamente dormidos, hasta que uno comenzó a despertar.

—Creo que hubiera preferido seguir dormido— frotando sus ojos y dando un gran bostezo —veamos, tengo que elegir mi equipo pokemon, aclarar las cosas con May, cuidar a Max, y entrenar un poco… Vaya, si que tengo muchos deberes hoy— pensaba Ash, levantándose de su bolsa de dormir.

El entrenador se puso su chaleco, su gorra, ordenó sus pertenencias en su mochila, y finalmente despertó a Max.

—Max, despierta— moviendo delicadamente al pequeño para poderlo despertar.
—Cinco minutos más Ash— dijo levemente, con una expresión de molestia, encerrándose más en su bolsa de dormir.
—Bien, pero tengo que ir por mi equipo pokemon a la ciudad, así que atento por si Darkrai se aparece por este lugar— explicó seriamente, haciendo que Max se levantara sin dudarlo —Ves, no era tan difícil— riendo débilmente, cosa que no alegró mucho al niño.
—Ash, ¿me dejarás entrenar contigo el día de hoy?— preguntó repentinamente, guardando sus últimas cosas en la mochila y colocándosela en su espalda.
—Mmmm, solamente si te portas bien— empezando a caminar rumbo a la Ciudad.
—Oye, no actúes como si fueras mi padre— dijo molesto Max, mirando acusatoriamente a Ash —Ya estoy bastante grande para que me traten como un niño— muy orgulloso, el ya sentía que podía con todo lo que se presentara.
— ¡CUIDADO MAX, DARKRAI!— Exclamó Ash, y el pequeño ya estaba escondiéndose en la espalda del entrenador muy temeroso — ¿Qué decías hace un momento?— mirando muy divertido a Max.
—No juegues con eso— cruzándose de brazos y mirando a otro lado.
—Ya, ya, fue una broma, anda, vamos rápido al centro pokemon— caminando mas deprisa, Max simplemente lo siguió.

En la casa de la familia Balance, una castaña estaba arreglando su cabello frente a un espejo, se había despertado unas horas antes y como ya estaba calmada, decidió ir a arreglar las cosas con Ash.
Por su parte, Norman fue muy temprano al Gimnasio, pues pronto llegarían entrenadores para desafiarlo. Caroline estaba preparando un desayuno solo para May y para ella misma, pues Max estaba con Ash.

— ¡May, el desayuno esta listo!— llamó Caroline desde la cocina.

La coordinadora bajó apresuradamente, pues quería ir con Ash lo más pronto posible.

—Vaya, debes tener hambre— comentó su madre al ver a la castaña sentada muy ansiosa en la mesa.
—Tengo algo importante que hacer hoy mamá— respondió May, mientras veía como Caroline colocaba los platos para el desayuno.
— ¿Puedo saber de que se trata?— sabía perfectamente que tenía que ver con Ash, pero no comprendía muy bien en que aspecto.
—Digamos que tengo que aclarar un asunto con alguien— la expresión con la que lo dijo dejó tranquila a su madre.
—Creo que no hará falta hablar…— dijo débilmente Caroline, pero May pudo escuchar muy bien lo que murmuró.
— ¿A que te refieres?— muy confundida.
—A nada, mejor sigue desayunando— estaba bastante nerviosa.

May olvidó el asunto y siguió desayunando, su cabeza estaba en ese momento pensando en si el entrenador estaba enojado con ella por la reacción con tuvo y lo único que se le ocurrió fue pedirle un consejo a su madre indirectamente.

—Mamá, ¿alguna vez mi papá se ha enojado seriamente contigo?— preguntó un poco nerviosa, no quería ser muy obvia.
—Pues no muy seriamente, probablemente porque nos tenemos confianza mutuamente, excepto esa ocasión con la enfermera Joy, cosa que quiero olvidar… Pero a que viene tu pregunta— respondió un poco extrañada, ella sabía que la situación de su hija no estaba del todo bien.
—Emmm… bueno yo…— desgraciadamente nunca pensó en alguna excusa por su madre preguntaba eso. Dejó de lado su desayuno por un momento y se dispuso a hablar acerca de su “asunto” con Caroline, después de todo era su madre, no habría alguien mejor para aconsejarla —Verás, tengo algunos problemas con Ash debido a que…—.

May le contó toda la situación vivida con cierto entrenador, de principio a fin y con todos los detalles, parecía que tenía ganas de desahogarse. Caroline al principio se sorprendió al escuchar lo dicho por Ash el día anterior, pero trató de hacerle ver ciertos aspectos a su hija.

—Veamos, primeramente, no es bueno que te pongas así, debes comprender el punto de vista de Ash, no me sorprendería que estuviera molesto— esta aclaración molesto mas de lo normal a la castaña.
— ¡Entonces debería estar feliz!— exclamó enojada sorprendiendo a su madre, May no era de ese modo, aunque pensó que probablemente era por la edad de la “punzada” y lo dejó pasar.
—No estoy diciendo eso, sólo que el hecho de arrojar una lámpara contra una puerta no es muy agradable— explicó en tono serio y con mirada firme, no quería que la rebeldía fuera motivo para desobedecer —segundo, las cosas las pueden arreglar hablando, por lo que te aconsejo que cuando hablen evites volver a ponerte de esa manera— refiriéndose a su carácter. Una vez más la chica se volvió a enojar —tercero, creo que estás adelantando mucho las cosas, es normal que te guste, pero parecería que lo presionas a hacer lo que el no quiere— esa fue la gota que derramó el vaso.
—Te pedí un consejo, no que me dieras ordenes— dijo con tono de voz serio y con una mirada retadora no común en May.
—May, soy tu madre y no me tienes que hablar de ese modo— reclamó Caroline con cierta culpa, no era su forma de ser el estar regañando a los jóvenes pero la situación lo ameritaba.

Ese regaño no común de su madre hizo que la chica reaccionara, se sintió mal de la manera en que reaccionó y prefirió irse para evitar más problemas.

—Lo siento mamá…— murmuró con arrepentimiento, levantándose de su asiento y dirigiéndose a su habitación.
—May…— susurró preocupada, viendo a su hija encerrándose en su habitación. La situación fue extremadamente rara para los ojos de Caroline, hubiera sido raro para quien fuera.

May se quedó una vez más encerrada en su habitación por el resto de la mañana.
Ash y Max iban llegando al centro pokemon de ciudad Petalia.

—Ash, ¿al fin decidiste que pokemon usarás?— preguntaba curioso el pequeño, y era verdad, faltaba 1 mes para la copa y sería irresponsable no tener un equipo listo para la copa.
—De hecho si, el problema es que siento que mi equipo esta vacio sin Pikachu— contestó tristemente Ash, recordando que la mayoría de las veces utilizaba a Pikachu y en este momento no podía usarlo.
—Si tanto lo extrañas, porque no llamas al profesor y que te lo envié— dijo obviamente Max.
—Se que no es bueno desplazar a mis pokemon, pero creo que es mejor acostumbrarme a no depender siempre de alguien— se relajaba un poco para que Max no sintiera lástima —Bueno… ¿no quieres saber que equipo usaré? — preguntó muy entusiasmado al niño.
— ¡Claro que si!— asintió rápidamente Max, pero fue interrumpido pues por su vista se cruzó alguien no muy conocido por él, pero de quien había oído muchas historias y visto en el gran festival a través del a Tv — ¿No es esa de allá Dawn?— preguntó repentinamente para sorpresa del entrenador.
—Es cierto, es Dawn— afirmó Ash, viendo que la chica caminaba hacía ellos.
— ¡ASH!— llamó Dawn, acercándose más y más a los chicos.
—Hola Dawn, creí que dijiste que ibas a ir a otra ciudad por el momento— con cara confundida, ante un Max nervioso sin motivo aparente pero con un leve sonrojo.
—Desgraciadamente los autobuses no están en servicio, ni lo estarán dentro un par de días— haciendo énfasis en “un par de días”, claramente mentía pero la inocencia de Ash y el nerviosismo de Max no les permitieron darse cuenta.
—Que mal, espero que no te tengas que perder nada por ese motivo— volteando a ver a Max, quien estaba embobado mirando a Dawn —A por cierto, se que o conoces a Max todavía— señalando al pequeño.
—Mucho gusto Max— estirando su mano para saludar.
—Mu… mucho gusto… Dawn— estrechando su mano, temblando mucho notoriamente.
— ¿Y que harás mientras esperas que los autobuses vuelvan a funcionar?— preguntó inocentemente Ash, cosa que sorprendió un poco a Dawn pues no tenía planeado nada.
—No tengo idea, creo que solamente esperar— con cara de aburrimiento.

En ese momento a Ash se le ocurrió la idea de invitarla a acampar en el bosque como antes, pero recordó que tenía suficientes asuntos pendientes como para añadir uno más.

—Que lástima Dawn, bueno nosotros nos vamos a recoger mis pokemon, te veo después— caminando apresuradamente al interior del centro pokemon, jalando a Max pues no parecía reaccionar, bajo la mirada incrédula de la chica.
—Algo le pasa a Ash, no esta actuando como siempre— pensaba la coordinadora —Luego te veo— dijo al entrenador pero este ya estaba dentro del establecimiento.

Ash y un aún shockeado Max estaban en frente a un teléfono, planeaban llamar al Profesor Oak y pedirle que le mandara sus pokemon.

—Espero tomar la mejor decisión— mientras la imagen del Profesor Oak en la pantalla del teléfono…

El día dio paso a un atardecer, Ash ya poseía sus 6 pokemon, pero prefirió guardar en secreto parte de su equipo a Max. El pequeño no se percató de nada en el intercambio de pokemon entre Ash y el Profesor Oak pues se encontraba desconcentrado por la visita de cierta chica.
En casa de los Balance, May solamente salió de su habitación para comer, parecía que se había calmado un poco, pero simplemente no era la misma, Caroline se dio cuenta, pero creyó que sería mejor que Ash fuera el que hablara con ella. En ese alguien entró apresuradamente a casa.

— ¡Mamá ya volví!— gritó Max, buscando a su madre.
—Espero que te hayas divertido y que no causaras problemas— dijo Caroline muy alegre y después dirigió su mirada hasta un entrenador que estaba en la puerta de su hogar.
—Para nada señora Balance— confesó Ash y después busco con la mirada a la castaña —Disculpe, ¿sabe donde está May?, quiero hablar con ella— preguntó educadamente, ciertamente la cara de preocupación por parte de Caroline era inquietante, e incomodó un poco al entrenador.
—Está en su habitación— respondió muy triste —Max, ve a contarle a tu padre sobre lo que aprendiste— no lo dijo dos veces y el pequeño ya había salido corriendo.
—Entonces con su permiso, necesito aclarar algunas cosas con May de una buena vez— con una cara de gran confianza, parecía haber ordenado sus pensamientos.
—Gracias Ash, creo que solo podrá escucharte a ti— sonriendo con algunas lágrimas en los ojos.

Continuará…

Nueva continuación, espero que les guste aunque no tiene mucha historia, este capítulo es para que vean que no lo he abandonado, pero tengo prioridades como mis estudios y por tanto no tengo el mismo tiempo libre que tenía en vacaciones. Tal vez haga el fic quincenal o semanal, dependiendo de la “tarea” -_-. Creo que el próximo será bastante emocionante =D. Por cierto, no crean que voy a emparejar a Dawn con Max o_o, simplemente me pareció curioso y lo hice.

 

Recapitulando:
—Gracias Ash, creo que solo podrá escucharte a ti— sonriendo con algunas lágrimas en los ojos.

Capítulo 15.- Felicidad momentánea.

DÍAS FALTANTES PARA LA COPA ÉLITE: 27

Ash Ketchum se dirigía poco a poco hasta la puerta de una de las habitaciones de la casa de la familia Balance, más específicamente a la recamara de May. Parecía que el entrenador estaba decidido a aclarar todo de una buena vez, principalmente para no hacer sufrir más a la castaña.
—May…— decía Ash, mientras golpeaba levemente la puerta de la habitación, aunque no recibió respuesta —May quiero hablar contigo— golpeando una vez más la puerta.
— ¿Ash?— se escuchó desde el interior de la recamara.
—Sí, vamos, necesito que hablemos May— hablando delicadamente para evitar que la chica se asustara.
—Seguramente vienes a decirme que me odias ¿verdad?— preguntó con una voz quebrada, lo cual sorprendió de sobremanera a Ash.
—Por supuesto que no ¿Por qué piensas eso?— muy confundido por la confesión de la castaña.
—Después de cómo te traté, es obvio que estás enojado conmigo— aclaró repentinamente May.
—Claro que no, déjame pasar para que hablemos— Ash realmente no sabía porque May se estaba disculpando, cuando el que le rompió el corazón fue él.

La puerta de la habitación se abrió lentamente hasta que la imagen de la chica se pudo ver. El rostro de la chica era realmente triste, estuvo llorando durante mucho tiempo, por lo que sus ojos estaban realmente irritados.

—Bien, ¿qué quieres decirme?— escondía su mirada en el suelo de la recamara, provocando mucha culpa en Ash, pues era él quien tenía la culpa de su estado.
—Lo siento— abrazándola con todas sus fuerzas para poder tranquilizar a la chica, pero sin malas intenciones.

Esa acción confundió bastante la mente de May, pues ella pensaba que Ash planeaba regañarla por sus actos. Ese abrazo surtió efecto ya que hizo que saliera una pequeña sonrisa de los labios de la castaña.

—May, quiero que hablemos sobre lo que pasó… la última vez— era difícil revivir ese momento tan angustiante.
—Descuida, creo que no tenía porque orillarte a hacer lo que no quieres— se sentía apenada después de todo.
—Mmmm, en realidad creo que no me entendiste la ultima vez— dijo muy nervioso, provocando que May lo mirara algo confusa —Nunca dije que no quisiera que… tu sabes… fuéramos algo más, mi problema es sobre lo que pasaría a futuro— mirando por una ventana que estaba en la habitación.
—Ash, si me vas a recordar lo que me dijiste, creo que no es necesa…— fue interrumpida por el entrenador.
—Déjame terminar…— callando un poco grosero a la chica —Pensé en lo que me dijiste, y creo que tienes razón, además, hablé con alguien y me comentó que es mejor aprovechar la oportunidad de ser feliz— la castaña poco a poco deducía el final, lo cual la alegraba de cierto modo.
—Entonces quieres decir que…— comenzaba a soltar ciertas lágrimas de felicidad.
—Aguarda…— decía con un gesto en sus manos —Quiero… pedirte tiempo para atreverme a intentarlo, ¿me entiendes?— de cierta manera era confuso entender las palabras del chico.
—O sea que quieres esperar más tiempo— con un gesto de tristeza.
—Creo que si— realmente le costaba hablar de sus sentimientos —Lo que pasa es que es la primera vez que estoy en esta situación, no se que decir, no se que hacer, y eso me confunde bastante— rascándose la cabeza con un gesto de confusión.

May se encontraba realmente tensa, una vez más estaba perdiendo el control, pero la charla que tuvo con su madre le ayudó un poco para comprender al entrenador.

—Está bien Ash… creo que yo también estaba precipitando mucho las cosas— comentó con una sonrisa muy tierna —Y no te preocupes, esperaré el tiempo que necesites— acercándose lentamente a Ash.
—Gracias por comprender May, me es bastante difícil hablar sobre este tipo de cosas— relajando su cuerpo, sentándose en el borde de la cama de la castaña, sin darse cuenta de la cercanía de la chica —Antes que nada, quiero pedirte un par de cosas— mirando seriamente a la chica.
— ¿Qué…cosas? — un poco nerviosa.
—Sabes que tienes un pequeño problema de celos— diciéndolo con una mirada muy fija en sus ojos azules —Por lo que necesito que hagamos un pacto, que pase lo que pase, escucharemos primero explicaciones y después actuaremos— y no era para menos, después de aquella escena con Dawn.
—No creo que sea necesario Ash, pero si así lo quieres— sentándose a un lado de él.
—Otra cosa, esto es más como un favor— sonriéndole levemente, recibiendo lo mismo de parte de la chica —Como sabes, participaré en la copa élite, lo que quiere decir que no tendré tanto tiempo para pasar contigo como yo quisiera…— y era cierto, Ash quería pasar tiempo con la chica y así poder apresurar su decisión.
—Como te dije ayer, no me interpondré en tus sueños, al contrario, te apoyaré— abrazando al entrenador.
—Y por último, quisiera que me ayudarás a saber que tengo que hacer en el papel que tengo ahora contigo— con una sonrisa muy inocente.
— ¿Cómo que el papel que tienes conmigo?—esta situación era muy difícil de comprender.
— Verás, ya te dije que me dieras un tiempo para atreverme a intentar ser… tu novio, pero eso no quita el hecho de que tu… me…gus…tas— estaba demasiado sonrojado y ya no podía seguir hablando de eso por mucho mas tiempo.
—Quisiera ayudarte, pero tengo la misma o menos experiencia que tu en esto de los noviazgos— May también era demasiado inocente, pero no tanto como el despistado de Ash.
—Te parece si vamos despacio, así podremos aprender juntos— mirándola fijamente Realmente estaba sintiendo muchas cosas nuevas para él, que hasta cierto punto, lo sorprendían y a la vez ponían nervioso, pero estaba decidido a afrontarlo.
—De acuerdo— besando sorpresivamente la mejilla de Ash, sonrojándolo —Y creo que me gustará descubrirlo— abrazando por el cuello a un entrenador ya demasiado avergonzado como para reaccionar.

Ash estaba extremadamente ruborizado, muy tenso y cansado de cierta manera, nunca en su vida había tenido que hablar sobre eso, pero de alguna u otra forma, le agradaba el hecho de sentirse querido por una chica.
May estaba más que feliz, sobretodo porque aquel entrenador que estaba frente a ella había demostrado sentir interés (incluso algo más) por ella. Aunque a pesar de todo, era complicado tener que sentir tan cerca y tan lejos la relación con él.
Ambos jóvenes salieron de la habitación, y antes de pensar en cualquier cosa, May tenía algo que hacer con su madre…

—Mamá, quiero pedirte perdón por la manera en que te hablé— escondiendo su rostro en el suelo, juntando sus manos por su espalda. Evidentemente estaba apenada.

Caroline entonces se dio cuenta de que Ash era realmente alguien especial para su hija, pero nunca imaginó que su charla influyó bastante. No pudo resistirse, y como una madre cariñosa, abrazó a su hija, derramando unas cuantas lágrimas… Su pequeña niña estaba creciendo.

—Descuida, entiendo como te sentías, y veo que has encontrado a alguien especial— susurrándole lo último en el oído, sorprendiendo un poco a la chica. May simplemente asintió.
—Mamá, quiero salir a pasear con Ash— limpiando algunas lágrimas de su rostro, con un leve sonrojo en sus mejillas. En cambio el mencionado estaba simplemente mirando la emotiva escena sin inmutarse, probablemente por no comprender mucho de lo que decían.
—No hay problema, pero no vuelvan tarde— sonriéndole a su hija, para después ver seriamente al entrenador —Ash, por favor, cuida a May— el susodicho sencillamente sonrió y asintió a lo que dijo Caroline.

Ash y May salieron de la casa, no tenían planeado ir a ningún lugar, Ciudad Petalia era una gran ciudad, pero no poseía lugares atractivos, por lo que caminaron hasta el muelle, donde Ash y Max tuvieron su pelea, donde May y Ash descubrieron muchas cosas.
Camino al muelle…

—Ash, ¿donde se celebrará la copa élite?— preguntaba inocentemente, era raro que ella no supiera donde era y decidiera que acompañaría al entrenador.
—Se celebrará en Ciudad Colosalia, el mismo lugar donde se lleva a cabo la liga pokemon— respondió muy emocionado.
— ¿Y ya elegiste a tu equipo pokemon?— cuestionó nuevamente. Desde el punto donde estaban se podía visualizar a lo lejos el muelle.
—Sí, pero aun no decido un sexto pokemon— mirando preocupadamente el cielo.
—Seguramente tiene que ver con Pikachu ¿no?— aferrándose del brazo del entrenador, tal cual una pareja, ruborizando a Ash.
—Bueno… sí…— muy nervioso, pero trataba de calmarse, tenía que acostumbrarse de una buena vez a ese tipo de gestos —Quiero… atrapar a un pokemon fuerte— diciéndolo con mucha decisión.
—Ahora que lo mencionas, he oído que en el bosque de esta ciudad, han habido avistamientos de un pokemon sombrío— sujetando mas fuerte el brazo del entrenador, aparentando tener temor, pero la intención de tener más cerca al chico.
—Es Darkrai, pero no me gustaría meterme con ese estilo de pokemon— llegando al muelle, de donde se podía ver un hermoso atardecer.
—Oye, como sabes que es Darkrai— soltándose de su agarre, y viéndolo acusatoriamente.
—Es algo curioso, verás…— mirándola inocentemente.

/////////////////////////////////////////////////FLASHBACK/////////////////////////////////////////////////
Ash se encontraba sentado en un tronco frente a una fogata. Estaba muy serio, pensando en lo que había pasado con May.

—Ojalá que May quiera escucharme mañana— viendo tristemente la fogata y echando algunas ramas al fuego. En ese momento escucha algo aterrador.
— ¡ASH!— se escuchó mas profundo en el bosque.
—Se parece a la voz de Max— pensó, levantándose del tronco —Será mejor que vaya a ver sí todo está bien— sacando una pokebola —Charizard sal— arrojando la pokebola, de la cual salió el pokemon de fuego.

Ash subió al lomó de Charizard y le pidió que volara por la dirección de la que escuchó la voz. Una vez llegó al lugar, se encontró con una escena muy extraña, Darkrai enfrente de un Max inconsciente.

—Charizard acércate a ese lugar— y el pokemon obedeció.

Darkrai se dio cuenta de la presencia de Ash e intentó atacarlo pero Charizard lo defendió con un lanzallamas muy potente. Ash se percató que Max estaba atrapado en una pesadilla, al verlo con una cara de sufrimiento. El sabía que si no hacía algo, también el sería atrapado en la ilusión de Darkrai.

—Charizard aterriza por favor y distrae a Darkrai— ordenó el entrenador, cosa que hizo rápidamente.

Ash descendió del lomo del pokemon, aunque fue una vez más atacado por Darkrai, pero Charizard lo volvió a defender y contraatacó, distrayéndolo unos momentos. Ash corrió para auxiliar a Max, pero él estaba aun atrapado en la pesadilla. Cargó a Max sobre su hombro.

—Charizard, tenemos que huir— llamó firmemente. El pokemon de fuego voló lo más rápido que pudo hasta el entrenador, esquivando algunos ataques de Darkrai, quien se encontraba muy molesto. Ash saltó con Max en su hombro sobre Charizard y así los tres huyeron. Darkrai después de perseguirlos por un tiempo, decidió dejarlos, y así al fin Max despertó.

/////////////////////////////////////FIN DEL FLASHBACK//////////////////////////////////

—Olvidaba que eres muy valiente Ash— sonriéndole tiernamente.
—Sabes que siempre defiendo a mis amigos— mientras se avistaba un barco llegando al muelle, algo raro ya que ese día no llegaban barcos a Hoenn.
—Veo que sabes cumplir tus promesas— acercándose poco a poco al entrenador, mirándolo firmemente.
—Sabes de sobra que sí— recordando la promesa de cuidar tanto a May como a Max, mientas la oscuridad de la noche se hacía lentamente presente.
—Te mereces un premio— dándole un beso en los labios, corto, pero lo suficientemente tierno para dejar helado al entrenador.
—Yo… premio…— balbuceando y sin poder coordinar sus movimientos.

Realmente ambos estaban felices con ese tipo de sucesos, pero nadie esperaría lo que estaba apunto de ocurrir.
Del barco que había llegado minutos antes, solo desabordó una persona, alguien conocido por Ash, y desconocido para los ojos de May. Este hombre actuaba muy raro, sobretodo porque parecía buscar desesperadamente al entrenador por algún extraño motivo. Cuando por su vista se cruzó aquella escena entre el par de jóvenes, se sintió afortunado de no tener que buscar más, y liberó a uno de sus pokemon más poderosos de su pokebola, un pokemon bastante enojado.

—Roserade… usa… hiperrayo— con una voz relajada pero con un tono siniestro.

El pokemon tipo planta, que actuaba de la misma manera que su entrenador, no pensó dos veces lo que le ordenó, y atacó sin más a aquella persona.
Junto energía lentamente, y con todo el poder que tenía uso su ataque.

— ¡¿Qué es eso?!— Muy alterado exclamó el azabache, viendo como el pokemon almacenaba energía, apuntando hacia ellos — ¡May al suelo! — empujándola fuera del alcance del ataque.
— ¿De qué hablas Ash?— asustada por la expresión del entrenador.
—No podrás escapar— dijo el hombre riendo como un psicópata —Ahora, ¡ATACA! — y el Roserade usó el hiperrayo…

Y así, el ataque se dirigía en dirección al entrenador, para impotencia de May y para desgracia de Ash…

Continuará…

Les publico la continuación, realmente me gustó escribir este capítulo. Falta poco para saber cual será el sexto pokemon de Ash, y para saber quien será ese hombre =D.

 

Recapitulando:
—No podrás escapar— dijo el hombre riendo como un psicópata —Ahora, ¡ATACA! — y el Roserade usó el hiperrayo…

Capítulo 16.- Tranquilo Ash
DIAS FALTANTES PARA LA COPA ELITE: 27

Lentamente el hiperrayo de Roserade se acercaba más y más al entrenador. En un intento desesperado para esquivar el ataque, Ash dio unos pasos para atrás, pero desgraciadamente tropezó con una imperfección en el suelo.

— ¡ASH!— exclamó May, al ver que era inminente el impacto del hiperrayo.
— ¡Huye de aquí May!— fue lo último que pudo decir Ash, antes de que una explosión ocurriera debido al ataque.

May quedó sin habla, no podía reaccionar ante esa imagen, sentía una impotencia tremenda en su cuerpo, todo ocurrió en una fracción de segundos. Debido a la cortina de tierra que levanto la explosión no se podía saber con certeza que había ocurrido con Ash.

Mientras se disipaba poco a poco la tierra, la castaña comenzó a sentir un gran enojo en su cuerpo, era algo inexplicable, May no era alguien agresiva, ni tampoco vengativa, pero de manera impulsiva sacó un pokebola de su riñonera y decidió frenar a ese tipo que había dañado al entrenador.

— ¡Sal Blaziken!— arrojando la pokebola, de una manera poco usual, pues ella normalmente lucía con estilo y belleza a sus pokemon, pero parecía más con un dolor indescriptible.
— ¿Qué es lo que tratas de hacer mocosa?— en el rostro del hombre se podía percibir angustia, como si el nunca hubiera querido hacerle eso al entrenador.
— ¡Blaziken usa llamarada!— repentinamente ordenó May. Blaziken notó fuera de si a May, pero interpretó la situación, observando que se había al fin disipado la tierra, mostrando a un Ash no muy herido pero si inconsciente.

El pokemon de fuego atacó con todo su poder a aquel Roserade, quien a diferencia de su entrenador, parecía más furioso que antes. Extrañamente el hombre no ordenó ninguna acción a su pokemon, y el ataque de Blaziken dio de lleno contra Roserade, dejándola noqueada.

—Lo lamento— murmuró aquel entrenador, derramando lágrimas que aparentaban ser verdaderas, lágrimas de arrepentimiento.
— ¡Blaziken usa una vez más llamarada!— esa respuesta no la esperaba ni Blaziken ni aquel hombre.

Blaziken observo que la chica no estaba mirando, simplemente estaba abrazando al entrenador inconsciente, obviamente sentía mucho dolor y eso le nublo la mente, haciendo que solamente quisiera causarle daño al que se había atrevido a dañar a Ash. Tras esto, Blaziken se acercó a el hombre, que estaba de rodillas llorando por sus acciones, dándole un fuerte golpe en el estomago dejándolo inconsciente.

May no prestó atención, solamente añoraba que nada de eso estuviera pasando, que todo fuera una pesadilla, cerró sus ojos lo más que pudo, y en ese momento escuchó una voz muy conocida.

—May, ¿que haces?— preguntó el entrenador, reaccionando y viendo a la chica.
—Ash, ¿te encuentras bien?— abrazándolo con todas sus fuerzas, feliz porque estaba vivo.
—Claro… que lo estoy… te dije que yo siempre cuido a mis amigos… y no te dejaría sola con un lunático— sonriéndole e incorporándose con dificultad.
—Tengo que llevarte a un hospital para que te…— fue interrumpida por Ash.
—Tranquila, solamente me golpeo un hiperrayo— sonriendo simpáticamente, pero eso no le quitaba la preocupación a May —Me han electrocutado, quemado y hasta congelado, no creas que un simple ataque como ese me va a hacer…— cayendo de rodillas una vez más, tal vez no lo parecía, pero estaba en pésimas condiciones, ni siquiera podía mantenerse erguido.
—Aunque no quieras, te llevaré, pero me alegra que por lo menos estés vivo— guardando a Blaziken en su pokebola, un poco más calmada, pero aun con pocas lágrimas en sus ojos —Gracias— guardando la pokebola en su lugar.
—May, ¿recuerdas que era lo que ponía a Drew tan agresivo?— preguntó repentinamente, aunque aun veía con algo de rencor al hombre que yacía inconsciente no muy lejos de él.
—Desde luego, se puso así por culpa de estar en contacto con…— una idea llegó a su mente —un… Roserade— viendo sorprendida al hombre, quien empezaba a despertar y a ponerse de pie.
—Tal vez tu no conoces a ese hombre, pero definitivamente creo que le pasa lo mismo que a Drew pues cuando lo conocí era alguien extremadamente pacífico— sentándose en el suelo pues ya no soportaba su cuerpo.
—Pero Drew se ponía así ante provocaciones, y a ese hombre nunca le has hecho nada para que se ponga de ese modo, ¿o sí?— tratando de recordar el rostro de aquella persona, le parecía que lo había visto antes.
—Creo que es porque durante la liga Sinnoh lo derroté en la primera ronda, su nombre es Nando— recordando ese suceso, aunque en aquel entonces, Nando no se notaba molesto por haber perdido.

Nando se puso completamente de pie, pero algo era diferente. En su rostro se hacía notorio arrepentimiento, parecía que el haber dañado a Ash había calmado ese deseo en su interior.

Al sentirse de esa manera, se acercaba lentamente hacía el par de jóvenes, cosa que no fue del agrado de May.

—Mantente alejado Nando— sacando una vez más su pokebola y poniéndose de forma retadora.
—Yo… sólo quiero— mirándola con lágrimas en los ojos, sin poder articular alguna palabra.
—Déjalo May, obviamente ya se calmó— sonriéndole despreocupadamente —Pero será mejor llamar a Gary, no creo que Nando quisiera seguir en ese estado ¿verdad? — viéndolo amigablemente, como si nada hubiera pasado.
—Gracias Ash— desmayándose al instante.

May sacó a Blaziken, para poder llevar a Nando el hospital, aunque no de muy buena gana, mientras ella ayudaba a Ash.
A pesar de que Ash había recibido el impacto de un hiperrayo, no presentaba algún daño fuerte, incluso Nando parecía estar más dañado, pues por su deseo de venganza, no había dormido por varios días y presentaba un cansancio extremo.

Finalmente llegaron al hospital, en donde ambos fueron atendidos, desgraciadamente ya había anochecido, por lo que en la casa de los Balance crecía la preocupación por May y Ash.

— ¿Crees que les haya pasado algo?— preguntaba preocupada Caroline a su esposo.
—Confío en Ash, pero no me gusta que estén afuera a estas horas de la noche, tal vez Petalia sea una ciudad muy segura, pero aun así me preocupa— respondió seriamente Norman.
—No deberían de preocuparse, después de todo, cuando viajamos juntos por todo Hoenn, en muchas ocasiones caminábamos a altas horas de la noche— decía confiadamente el pequeño Max.
—Max, el problema es que dijeron que volverían temprano…— en ese momento sonó el teléfono de la casa.

Al oír el teléfono, la tensión creció, pues pensaron que la llamada era para informar algo malo de May.

—Diga…— contestó Norman al teléfono —May, jovencita te dijimos que volvieras…— el gesto de Norman cambió drásticamente —Voy para allá— colgando el teléfono.
— ¿Qué pasó?— preguntó Caroline muy asustada por ver el rostro de su esposo.
—Ash fue atacado y está en el hospital y May está con él— buscando un abrigo para salir de la casa.
—Pero ¿cómo?— exclamaron al unísono tanto Max como su madre.
—No me dijo los detalles, pero tengo que ir en este instante— dirigiéndose a la salida.
—Te acompañaré— comentó Caroline.
—Yo también— añadió Max, a pesar de ser pequeño, comprendió que el rostro de su padre no era para menos.

Mientras, en el hospital, Ash fue atendido, aunque realmente no era nada grave, tenía algunos moretones y pequeñas lesiones en el cuerpo, en cambio Nando estaba realmente mal, se encontraba muy débil y peligraba su salud. El hecho de no haber dormido consumió mucho su energía, además el estrés al que fue sometido y el golpe que recibió de Blaziken, era un milagro que siguiera vivo.

May estaba feliz por Ash, pero aún seguía confundida por lo de Nando, recordaba haberlo visto por la televisión durante el gran festival de Sinnoh, y parecía un hombre muy amigable.

Ash se sentía cansado, pero le parecía extraño el comportamiento de Nando, conocía de cierta forma lo que le pasaba a Drew, pero el hecho de vivirlo con Nando fue muy fuerte. Nando era alguien pacífico, adora la música, a sus pokemon, y verlo de esa manera era sorprendente.

— ¿En qué piensas Ash?— preguntó May cautelosa, pues se adentró en el cuarto de Ash, ella era menor de edad y no podía entrar a verlo a menos que algún adulto estuviera con ella.
—No deberías de estar aquí May, podrías meterte en problemas— comentó seriamente, no molesto, pero si desaprobando el comportamiento de May.
—Tenía que ver si te encontrabas bien, pero aún no contestas mi pregunta…— sonriéndole dulcemente, esa era la May que Ash conocía.
—Bueno… pensaba en lo que pasó con Nando, definitivamente es sorprendente lo que les pasa a los que están en contacto con esos Roserade— confesó algo sonrojado por la mirada de May.
—Yo me sentí igual cuando vi lo que le ocurría a Drew, espero que le esté yendo bien en su tratamiento— sentándose en la cama del entrenador.
—Ahora creo que tendremos que explicarle todo a Nando, no creo que sea muy difícil, siempre y cuando no pierda el control— tratando de sacar a Drew de la plática, pues sabía que de alguna manera eso hacía sentir mal a la castaña.
—Por cierto, mis padres están en camino al hospital— informó May.
—No creo que sea para tanto, pero si me tienen en observación por más tiempo, será mejor que vuelvas a casa— mirando alegremente a May.
—Ni creas que te dejaré solo, los llamé para avisarles que estábamos aquí, fue idea de ellos el venir— poniéndose de pie al escuchar que alguien se acercaba a la habitación.

Por la puerta entró un doctor muy joven, detrás de él, entraron Caroline, Norman y Max. Al doctor le sorprendió un poco ver a May ahí.

—Oye niña, no se permiten visitas sin un adulto— algo confundido por ver a May.
—Descuide, es nuestra hija— dijo Norman al doctor —Y bien, ¿Cómo se encuentra Ash?— cruzando sus brazos algo desafiante.
—Se encuentra bien, solamente estará en observación hasta mañana para estar seguros y darlo de alta— con esta respuesta, toda la familia se alegró bastante, a excepción de…
— ¿Y Nando?— preguntó muy preocupado Ash.
— ¿El hombre que llegó con ustedes?— el entrenador asintió —En este momento está durmiendo, pero su estado es grave, por algún motivo todos sus órganos internos están débiles, puede ser porque no ha dormido durante bastante tiempo— revisando un expediente que tenía en la mano.
— ¿Se recuperará?— cuestionó May.
—Probablemente, aunque será algo complicado, pues si bien con descanso puede sobrevivir, no sabemos el motivo correcto por el cual no ha dormido— ante esto, Ash bajo la cabeza viendo la sabana de su cama.
—Bien, pues es todo, les pido por favor que salgan, por políticas del hospital, solamente familiares del paciente pueden estar junto a él— dirigiendo a la familia fuera de la habitación.
—Lo conocemos muy bien, no podría…— fue interrumpido por el doctor.
—Lo lamento, pero es menor de edad, por lo que solo parientes como sus padres o hermanos pueden estar dentro de la habitación— Norman, Caroline y Max estaban por salir, pero May no podía dejar las cosas así.
—Ash es mi… novio— Norman vio entre enojado y sorprendido a Ash, Max supo que tarde o temprano terminarían así y Caroline… ella sabía a qué venía esa confesión.

Al doctor no lo podía engañar tan fácil, supo claramente que eso no era del todo cierto, pero para no alborotar tanto por papeleos, decidió dar su visto bueno.

—Está bien, pero si quieres quedarte, uno de tus padres tiene que quedarse en el hospital— esa decisión tomo por sorpresa a la familia Balance, Norman al ver el rostro de Caroline entendido de sobremanera esa escena.
—Yo me quedaré— dijo Caroline.
—No, yo lo haré— contradijo Norman, pues creyó que lo mejor sería que se quedara él.
—Tú tienes que ir al gimnasio mañana, será mejor que yo me quede con ellos, además Max tiene que ir contigo mañana al laboratorio del profesor Birch, y no quiero que estés cansado para llevarlo— llevando a ambos a afuera de la habitación.
—Bien, será mejor que descanses muchacho— dijo el doctor, saliendo el también del lugar.

En la habitación solamente estaban Ash y May.

—Bueno Ash, que descanses— levantándose para sentarse en una silla cerca de la cama.
—May, gracias por todo— sonriéndole, y moviéndose un poco para hacerle espacio en la cama, cosa que fue entendida sin palabras por la castaña.
—Ash, no sé si deba— a pesar de que había pasado una situación parecida el día de la tormenta en el Pueblo Paleta, sentía un poco de pena por dormir con Ash.
—No te voy a obligar a que duermas junto a mí, pero creo que sería un poco incómodo dormir en una silla— irónicamente estaban exactamente en la misma situación, aunque esta vez era Ash el que invitaba a May.

May dudó un poco, pero se acostó junto a Ash. Él por su parte, no tenía malas intenciones, y aunque las tuviera, sería algo complicado pues tenían a Caroline afuera de la habitación.

Ash se sentía agradecido por las atenciones de la familia Balance hacía él, pero no podía dejar de pensar en el problema con los Roserade, si eso le pasaba a alguien como Nando, era obvio que de existir más podrían haber problemas, tal vez podría encontrar algo para ayudar.

—Ash, deberías de descansar, así te darán más pronto de alta y podrás salir a entrenar como has querido— dijo levemente May, pues notó muy inquieto al entrenador.
—No puedo dejar de pensar en los Roserade, definitivamente tengo que hacer algo— volteándose para ver a May.
—Pero Ash, de eso se encargarán los investigadores como Gary— tratando de calmar al muchacho.
—Pero cuando se trata de mis amigos…— ahora se giró para ver el techo de la habitación.
—Sabes, eso es lo que me gusta de ti, eres muy noble con todos, descuida, mañana llamaremos a Gary para ver cómo ha resultado lo de Drew, y tal vez así podremos ayudar a Nando— abrazando al entrenador.
—Creo que tienes razón— cerrando sus ojos al igual que la chica.
—Vaya…— murmuró Caroline viendo por la puerta a los jóvenes —Creo que Ash si quiere a mi hija— muy contenta por ver una escena tan emotiva.

Continuará…

Vaya, hace bastante tiempo que no actualizaba, digamos que la falta de tiempo tuvo mucho que ver, pero también no me sentía con ganas de escribir, y cuando me llegaba la inspiración, tenía que hacer proyectos para la escuela -_-. Bueno disfruten del capítulo, creo que me quedó algo meloso, pero bueno, con lo que viene… Sobre el pokemon legendario, aun no decido bien que pokemon, tengo 2 posibilidades, el problema es que cada uno cambia mucho la historia =D. Pobre Ash, me gustó hacerlo sufrir XD, soy algo sádico, pero bueno. Si creen que este es el último caso de los Roserade…
Por cierto, si esperaban que el hiperrayo medio matara a Ash, pues lo lamento, pero vi algunos capítulos del anime y a pesar de todos los ataques que les dan a las personas nunca les pasa nada, además creo que es demasiado típico el poner a Ash medio muerto y a May preocupadísima XD.