[LF] (Advanceshipping): El nuevo reto comienza

Recapitulando:
—De acuerdo, los estaré esperando con una deliciosa comida— decía Delia con una gran sonrisa cómo siempre.


Capítulo 7: El encuentro esperado


El joven entrenador estaba por llegar a la Ciudad Carmín, curiosamente durante todo el camino sólo pensó en que clase de cambios vería en la coordinadora de Hoenn. En cambio May, que al igual que Ash estaba apunto de llegar a puerto, ideaba maneras de pasar tiempo con su amigo de Kanto.

—Estoy ansiosa de verte Ash, y espero que tu también lo estés— pensaba la castaña; se encontraba en la cubierta del barco mirando el extenso mar sobre el que viajaba— ¡Genial!, ya puedo ver el puerto— exclamó la chica apenas vio tierra firme, acercándose mas al borde del barco.

Ash por su parte, estaba descendiendo del autobús que lo trajo de Pueblo Paleta. El entrenador se dispuso a caminar rumbo al muelle para esperar la llegada de la chica. Mientras caminaba, un recuerdo atravesó su mente.

—Vaya, esta escena es igual que aquella vez que May nos visitó en Sinnoh para la copa Wallace— pensaba el chico, mirando hacia el cielo y recordando ese momento de la competencia donde era turno de la castaña presentar su acto. Inesperadamente, apenas recordó la vestimenta de la chica en esa competencia, su recuerdo fue bruscamente interrumpido debido que sintió algo que nunca había sentido, algo que lo hacía sentir raro, algo que se hacía notar con un sonrojo en su rostro… aunque en ese momento dejó ese tema por la paz y continuó su camino.

Después de un rato de caminata, el azabache llegó al puerto, notó que aún no llegaba el barco que venía de Hoenn, así que tomo asiento en la orilla del muelle. Ash, sentado en la orilla del muelle con las piernas colgando sobre el agua, continuaba confundido por lo que sintió hace algunos momentos, pero finalmente llegó a una conclusión… —Seguramente es porque extraño a May— se decía el entrenador, que al fin sabía lo que sentía… o al menos eso creía.
Al estar en sus pensamientos, no se percató que un barco se acercaba a toda al muelle. La castaña finalmente había llegado a Kanto. El entrenador salió de sus pensamientos al escuchar a la gente que comenzaba a desabordar el barco, y al fin se dio cuenta de la llegada del transporte, se levantó apresuradamente y se colocó en la rampa por la cual salían. Esperó durante unos momentos buscando con la vista a la chica, pero a pesar de sus esfuerzos, no pudo reconocerla por ningún lado, debido obviamente a que su ropa era diferente y se confundía entre la gente. Finalmente el último pasajero salió, sin embargo era un desconocido y no la castaña que esperaba ver Ash.

—Rayos, seguramente no me vio y ya se dirige a Pueblo Paleta o posiblemente decidió no venir a Kanto— se decía el entrenador un tanto decepcionado, dando un suspiro y media vuelta para regresar a su pueblo a esperar a la joven en casa.

El chico se encontraba a punto de regresar a su hogar, dando el primer paso, pero sintió cómo unas manos le taparon los ojos por la espalda sorpresivamente, lo cual lo asustó un poco.

—Sí adivinas quien soy, te daré un premio— murmuraba una chica, con una voz juguetona y tierna. Ash reconoció la voz y decidió seguirle el juego.
—Mmmm no lo sé, tal vez… eres una chica castaña, coordinadora, gran amiga mía, llevas una pañoleta verde…— era interrumpido por la chica en su descripción que alegremente enlistaba.
—Ups, creo que cometiste un error— comentaba la joven, destapando los ojos del entrenador y dándole la vuelta para que la pudiera ver de pies a cabeza —Mi pañoleta es de color azul— decía la castaña mientras sonreía dulcemente y señalaba con su dedo la pañoleta de su cabeza, a lo que el chico sólo respondió con una sonrisa, aunque en realidad estaba un tanto sorprendido de verla.
—Bien, bien, ahora quiero mi regalo— pedía alegremente el entrenador, estirando sus manos para recibir algo.
—No, no, no, perdiste en mi juego, no adivinaste quien era— explicaba la chica negando con el dedo y riendo de la ingenuidad del entrenador.
—Pero fue trampa, cambiaste de ropa, anda dame mi regalo— pedía su regalo Ash a May, cómo un niño a su madre cuando esta no lo quiere complacer.
—Está bien— sacando una pokebola de su riñonera —Ten, espero que te sirva— entregándole la pokebola en la mano al joven.
—Ok, una pokebola, pero… ¿qué tiene de especial además de ser color amarilla?— examinando la pokebola en busca de algo que la diferenciara de las demás aparte del color.
—Esta pokebola es una que invento el Profesor Birch, me dijo que con esta pokebola se pueden atrapar pokemon casi de cualquier tipo mas fácilmente— explicaba la castaña con un dedo en su barbilla y con la mirada perdida, recordando lo dicho por el profesor Birch.
—Muchas gracias May— sonreía agradecido y guardaba la pokebola en su bolsillo —Ven, vamos al pueblo paleta, mi madre nos está esperando con una deliciosa comida— expresaba el chico. Ambos empezaron a caminar para poder tomar un autobús a Pueblo Paleta.

Caminaron por un rato rumbo al autobús, durante ese tiempo, platicaron plácidamente sobre las aventuras en Sinnoh y Johto. May disfruto mucho la plática que tuvieron, más que nada porque la conversación era con Ash. Desgraciadamente, un tema no muy querido por la castaña, salió a en la conversación.

—May, ¿has vuelto a ver a Drew?— preguntaba seriamente el entrenador, muy intrigado desde aquel día en el que la chica le contó las atrocidades que le había hecho.
—No me gusta mucho hablar sobre eso…— decía la coordinadora, mirando el rostro de preocupación del azabache —está bien, lo que pasa es…

La castaña le contó al chico el motivo de la agresividad del coordinador, también le contó que se fue a Sinnoh con Gary para que lo analizaran.

—No me cae muy bien Drew, pero que mal por él— decía seriamente el entrenador mirando muy calmada a la chica, lo cual le sorprendió.
—No te preocupes, seguramente se recuperará— irradiaba mucha felicidad en una simple sonrisa, algo que incluso fue notado por el despistado de Ash.
—Oye May, te extrañé mucho, hace un tiempo que no conversaba de esta manera con alguien— comentó el joven, se podía notar fácilmente que estaba muy cómodo por la compañía de la castaña.
—Yo también te extrañé mucho Ash, ya necesitaba hablar con un buen amigo— al decir esto, la castaña se sonrojo un poco, pero Ash sólo sonreía.

En ese momento llegó el autobús, lo tomaron y después de un largo camino, llegaron a Pueblo Paleta.

—Qué bonito es Pueblo Paleta, ya tenía mucho tiempo que no venía por aquí— decía la castaña, observando cada rincón del pueblo.
—Es cierto… ven, vamos a mi casa— pedía el joven, tomándola del brazo para que caminara mas rápido, gesto que a May le provocó ruborizarse.

Finalmente llegaron a casa, la casa de Ash permanecía igual que la última vez que fue visitada por la chica.

—Tu casa está igual que como la recuerdo Ash— comentaba la castaña, observaba cada punto del exterior de la casa del entrenador.
—Mamá ya estamos en casa— exclamó el chico, abriendo la puerta de entrada —Mmmm, parece que Mamá no esta… pasa May— pedía el azabache a la chica.
—Gracias Ash— decía la joven viendo lo bonita que era la casa del chico por dentro.
—Vamos a la cocina, probablemente nos dejó la comida preparada, supongo que tienes hambre— expresaba el chico, conduciendo a la joven a la cocina.

En la cocina no había rastros de su madre, ni tampoco estaba la comida que había dicho tener. En el refrigerado había una nota la cual al fue notada y posteriormente leída por Ash.
———————————————————————————————————
Ash:
Si llegaste antes que yo, por favor discúlpame por no tener la comida, tuve que salir a comprar unos ingredientes que hacían falta, no me tardo.
Tu madre
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—Lo siento May, tal parece que mamá salió, aunque no tardará en volver, espero que no tengas mucha hambre— decía el joven, aunque de su estomago se escuchó un sonido muy fuerte y algo curioso.
—No te preocupes por mi, tal parece que el que tiene hambre eres tú— decía, riendo por lo sucedido.
—Tienes razón, si pudiera yo haría la comida, pero, lo que yo preparo sabe horrible— comentaba con cara de desilusión y con su mano en su estomago en señal de tener bastante hambre.
—Creo que puedo ayudarte en eso— tomando un mandil que estaba por el lugar —Antes no sabía cocinar, pero mamá me enseñó por si algún día lo necesitaba…veamos que podemos hacer— decía la joven, abriendo el refrigerador y tomando algunos productos.
—Muchas gracias May— tomando asiento en una de las sillas que estaban junto a la mesa.

Después de un rato, May terminó de cocinar, tal vez no era mucho, pero se veía muy delicioso. Ash ya no quería esperar más para desfrutar de eso que se veía tan bien (NOTA: Estoy hablando de la comida). Al fin May terminó de preparar dos platillos, uno para ella y otro para Ash. Apenas le ofreció su plato al entrenador y este ya había dado un enorme bocado.

—May, esto está delicioso, creo que cocinas igual o incluso mejor que mi mamá— comentaba entre bocado y bocado, por su parte la chica se sonrojaba por los halagos que salían de los labios del chico.
—Me alegra que te guste— comenzando a comer ella también pero mas calmadamente.

Una vez terminaron de comer, Ash en agradecimiento a que la joven le hubiera cocinado, se puso a lavar los platos que ensuciaron. Cuando el chico estaba por terminar, Delia llegó a casa.

— ¡Ya volví hijo!— exclamaba la mujer, pero al ver al entrenador lavando platos se impresionó mucho —Ahora porque estas lavando los platos…— acercándose más y viendo a la castaña sentada —No me digan que ya terminaron de comer— decía desilusionada Delia.
—Hola señora— murmuraba la coordinadora felizmente —Lo siento, lo que pasa es que ya teníamos hambre, sentimos haberla molestado— explicaba la chica, con una reverencia para ofrecer disculpas.
—No te preocupes por nada May, pero tengo una duda… ¿Ash cocinó?— diciéndolo en un tono sorprendido, que molestó un poco al entrenador.
—No mamá, la que cocinó fue May, y no sabes de que manera— en su pensamiento estaba saboreando aún lo que preparó la castaña. Dicho ese comentario, la chica se puso roja casi como un tomate.
—Ya veo, lamento que tú siendo nuestra invitada tuvieras que cocinar— decía Delia con voz apenada.
—No hay nada que agradecer, de que sirve que aprendiera a cocinar sí no lo voy a hacer cuando se necesita— sonreía. En ese momento el entrenador terminaba de lavar los platos.
—Bien, ¡ya termine!— exclamó el joven dejando unos guantes de látex en la mesa.
—Bueno chicos, aún es temprano, me imagino que van a ir a algún lugar a pasear— comentó Delia, haciendo sonrojar a la castaña aún mas por el tono en el que lo dijo, cosa que no ocurrió en Ash.
—Tienes razón, sería aburrido quedarnos en casa, ¿May quieres salir conmigo?— preguntó el entrenador seriamente.
—Pues… este… si— May no podía estar más roja.
—Entonces vamos…—

Ambos salieron de la casa e iban caminando por las calles de Pueblo Paleta. May estaba feliz de pasar tiempo con Ash, pero se encontraba confundida porque no estaba muy segura de sí se sentía feliz porque ansiaba verlo o porque ella estaba…

—Bien May, ¿quieres ir a algún lugar en especial?— preguntaba Ash mirándola de frente, cosa que sorprendió a la chica.
—Emmm… creo que… bueno yo no conozco muy bien que hay en Pueblo Paleta— tratando de no mirar fijamente al joven.
—Pues, Pueblo Paleta no es muy grande, podemos ir a otra ciudad si tu quieres— decía Ash, mirando a la joven comportándose extraño pero no le dio importancia.
—No creo que sea buena idea salir de la ciudad, ¿en Pueblo Paleta hay algún lago? — cuestionó la chica, pensaba en ir a algún lugar tranquilo para aclarar algunas cosas con el chico.
—Si, existe uno, no es muy grande pero podemos ir, ven—


Continuara…


Bien, aquí esta la continuación, espero no defraudar a los que querían algo mas romántico (tengan paciencia =D). Sean exigentes con al ortografía, así sean detalles minúsculos, necesito que me lo hagan saber, de esa manera no creo volver a tenerlos. También me gustaría que me dijeran mas explícitamente: ¿Que les gusta de la historia, que no es de su agrado, que les gustaría ver, etc.? (Nota: no me molesta que critiquen, me sirve para mejorar =D)

 

Recapitulando:

—Si, existe uno, no es muy grande pero podemos ir, ven—

Capitulo 8.- ¿Entiendes lo que sientes?

El joven entrenador dirigió a la castaña hacia el lago de Pueblo Paleta, a pesar de que no era tan grande como otros, era iluminado magníficamente por los últimos rayos de sol, era muy relajante estar ahí. Las personas que visitaban ese lugar, era para pasar tiempo con su pareja, hecho que fue notada por May cuando vio a tantas parejas sentadas a los alrededores, Ash nunca se había dado cuenta de ese detalle, para él, sólo era un lugar muy concurrido pero tranquilo, donde poder pensar sin interrupciones.

—Emmmm... Ash… ¿seguro que quieres estar aquí?— cuestionaba confundida la chica observando el lugar.
—Pues, tú preguntaste si había un lago, y este es el único que hay en Pueblo Paleta— explicaba el entrenador, buscando algún lugar para sentarse, sin notar porque le preguntaba eso —Ahora que lo mencionas, sólo en una ocasión he estado en este lugar— comentaba el entrenador provocando una duda a la chica. Ella sabía que no era normal asistir a ese tipo de sitios sin alguien que lo acompañara.
—En esa ocasión… ¿viniste… con alguien?— se comenzó a sonrojar, sin embargo, en su interior se moría de curiosidad.
—Si, esa vez vine con Misty, fue idea de ella venir, aunque, nunca comprendí muy bien porque necesariamente vinimos a este lugar, a mi parecer hay mejores cosas que hacer en su ciudad, bueno… yo sólo me conformo con pasear un rato— expresó el azabache, tomando asiento en el pasto, bajo la sombra de un gran árbol.
El hecho de que el hubiera venido con Misty, mataba de celos a la coordinadora, aunque ella no lo aceptaba, ya que aún no confirmaba estar enamorada de Ash, pero ya admitía sentir atracción por el.

Después de que el entrenador se sentara, invitó a May a hacer lo mismo, provocando sorpresa en la castaña. Para cualquier chica parecería que Ash estaba siendo muy directo, traerla a un lugar así, y ahora pedirle que se siente junto a el… aunque claro está que el entrenador no tenía malas intenciones. Al final acepto sentarse a su lado.

—Ash, ¿te puedo hacer una pregunta?— decía la chica con una mirada preocupada, a lo que el entrenador asintió — ¿tienes idea del porque están estas personas aquí?— preguntó la castaña temerosamente, observando que Ash estaba muy tranquilo a pesar de que hubieran muchas parejas alrededor.
—Pues, no lo se, aunque me parece que vienen porque es un lugar muy calmado y pueden hablar sin interrupciones, para eso venimos nosotros— esta respuesta sorprendió a la coordinadora, tal parecía que Ash sabía lo que se viene a hacer a este sitio.
—Entonces también sabes que son entre sí esas personas ¿no?— diciendo esto volteando su mirada en dirección contraria al entrenador, evitando verlo a los ojos ya que se sonrojo por la pregunta.
—Pues me imagino que lo mismo que tu y yo, ¿no May?— contestó serenamente el entrenador, viéndola con firmeza.
— ¿Qué?... ¿Enserio?... pero… nosotros… tu— balbuceaba como una pequeña bebé, obviamente la puso muy nerviosa lo que pregunto el chico.
—Claro, tú y yo somos grandes amigos como ellos— murmuró el joven, acomodándose una vez más en el árbol, dejando confundida a la chica, hasta que asimiló lo dicho por el entrenador.
—Que alivio… así que tú crees que todos son amigos, ¿verdad?— decía algo desilusionada pero a la vez contenta por evitar esa situación tan incomoda.
—Pues… si, ¿a que creías que me refería?— cuestionó el azabache para la sorpresa de May.
—No, a nada, olvídalo— explico la chica y volteando en todas direcciones, buscando cambiar de tema —oye Ash, ahora que me doy cuenta ¿porque no traes a Pikachu?— notando que el roedor no se encontraba con el entrenador, algo que comúnmente se veía.
—Pues, he viajado con él por 3 regiones sin parar, por lo tanto, decidí darle un descanso, así que lo dejé con el Profesor Oak— explicó el entrenador pensativamente —pero… será difícil viajar sin él, es mi mejor amigo— bajando la mirada tristemente, hasta el punto en que su gorra tapó su rostro; este gesto, hizo sentir mal a la chica por su pregunta, por lo que instintivamente hizo algo…
—Lo siento Ash, no quería hacerte sentir mal— abrazándolo fuertemente, en realidad no era para abrazarlo de esa forma, pero May actuó sin pensar, simplemente le dio un abrazo espontaneo.

El abrazo lo extendió la castaña. Ash por su parte no pudo corresponder a ese abrazo, mantenía sus brazos quietos, debido a que… al fin sintió “algo”, ese mismo “algo” que le ocurrió en el puerto de Ciudad Carmín, eso que sentía dentro de él, además hacía que se sonrojara. Ahora se encontraba más confundido que la vez pasada. En aquella ocasión creyó que era por que extrañaba a la chica, pero ahora la tenía aferrada a su cuerpo, era imposible que fuera por eso.

—M…Ma…May— no podía articular palabra, al fin el chico estaba ruborizado.
La coordinadora al notar que se estaba exhibiendo demasiado, volvió en sí y soltó al entrenador, poniéndose de pie apresuradamente.
—Yo… lo siento— dijo la castaña igual de roja que el entrenador sin mirarlo a los ojos.

Después de ese suceso, hubo unos minutos de un silencio muy incomodo para ambos, Ash no sabía que era eso que sentía, aunque se dio cuenta que a pesar de que se sentía “raro”, no era necesariamente malo, incluso lo disfrutó. May por su parte, no comprendía muy bien cual era su sentimiento por el entrenador, sobre todo por lo que había hecho sólo hace unos segundos, su interior simplemente reaccionó.

—Creo que… lo mejor es que volvamos a casa— comentó el azabache levantándose del pasto. Aun se notaba muy apenado y evitaba mirar fijamente a al chica.
—Si, tienes razón— imitando el gesto que hizo el entrenador, sólo que ella ya se encontraba de pie.

Ambos comenzaron a caminar de regreso a la casa de Ash. Fue la caminata menos placentera para ambos, no se atrevían a dirigirse la palabra, mucho menos una mirada por la pena que sentían con el otro. Al final quisieron deshacerse de sus vergüenzas, pero…

—ASH-MAY— dijeron los dos a la vez, interrumpiéndose mutuamente.
— ¿Qué me quieres decir May?— pregunto el entrenador, confiando en que no tendría que explicar nada, sí sólo respondía a lo que preguntara la castaña.
—Primero dime lo que tú me querías decir— respondió rápidamente, para desgracia de Ash.
—Para evitar esta situación, que tal si mejor olvidamos el asunto de hace un momento— riendo nerviosamente, con su mano atrás de su cabeza, pero levemente sonrojado.
—Si, creo que es lo mejor— contestó la joven, con una sonrisa muy forzada, que escondía un poco su nerviosismo.

Finalmente llegaron a casa del entrenador, para ese momento ya había oscurecido el cielo, era una noche fría, además comenzó una tormenta muy fuerte e incluso se avistaban algunos relámpagos, pero, para fortuna de los chicos, ya habían entrado a la casa de Ash.

—Mamá, ya volvimos— exclamo el entrenador, entrando por la cocina de donde provenía un olor muy distintivo para el olfato del azabache.
—Que bien que ya volvieron, les preparé una deliciosa cena para compensar la comida— decía Delia amablemente y colocando algunos platillos en la mesa.
— ¡GENIAL!— grito Ash al ver los platillos, tomando asiento velozmente, olvidándose de todo asunto.
—Gracias señora Ketchum— comentaba la castaña, mientras tomaba asiento para comenzar a cenar.

Fue una cena muy familiar, ya que, lejos de deprimirse por la tormenta, estaban muy felices de compartir la mesa, incluso después de terminar de cenar, se la pasaron por horas contando historias de sus aventuras. Ash contaba aventuras de su viaje por Sinnoh, y May de sus concursos en Johto, en fin… fue una gran noche para los tres.
Alrededor de la media noche, cada uno se fue a una habitación, Ash en su propia recamara y May en la habitación para huéspedes. Esta era una habitación pequeña, pero confortable, algo descuidada, debido a que en la casa de los Ketchum no solía haber muchas visitas.
El cielo de Pueblo Paleta seguía siendo dominado por relámpagos y gotas de agua, que, después de unas horas, se volvió granizo.
Ash dormía cómodamente en su cama, en cambio la castaña, estaba aterrada, ya que, desde muy pequeña le temía a los rayos.
Un tremendo estruendo se escucho en los cielos, provocando un grito muy angustiante por parte de May y luego un crudo llanto. Pero en ese momento alguien tocó la puerta de la habitación de huéspedes.

—May, ¿estas bien?, escuché un grito— decía Ash desde afuera de la habitación. El suele tener el sueño pesado, pero fue casi imposible no despertar con ese grito tan deprimente.
—…Si… Ash estoy… bien— contesto desde adentro de la habitación, con una voz quebradiza, pero para su mala suerte, un segundo estruendo se escuchó, provocando un otro grito de su parte, aunque esta vez trato huir de la recamara. Corrió hasta la puerta de la habitación, la abrió bruscamente y se lanzo literalmente a los brazos del azabache, quien por poco cae al suelo, pero pudo mantenerse de pie.

—Lo siento Ash, pero, odio los rayos— dijo la chica, refugiándose en el pecho del entrenador, con lágrimas que brotaban de sus ojos.

A pesar de que estaba en una situación idéntica a la del lago, por una “extraña razón”, en esta ocasión, al entrenador, lo mataba ver en ese estado a la chica, e impresionantemente se le ocurrió una buena idea para ayudarla.

—Ven, te ayudare para que puedas descansar— murmuro Ash, llevando a su propia habitación a la coordinadora, quien apenas podía reaccionar. Entraron a la habitación y el entrenador recostó en su cama a la joven, él acerco una silla al costado de la cama y tomo asiento.
— ¿Que haces Ash?— pregunto muy intrigada la castaña.
—Esto fue lo único que se me ocurrió, imagino que cuando en Hoenn tenías miedo, ibas con tus padres para no sentirte sola ¿verdad?— comento sonrientemente el azabache, a lo que May algo apenada asintió —Pues para que puedas dormir, me quedare aquí cuidándote, así te sentirás con compañía— explicó el entrenador sonriendo.
—Pero Ash, dormirás muy incomodo sentado, porque no te acuestas— dijo nerviosamente, haciéndose a un lado, dejando espacio para que el entrenador entrara, a sabiendas que no estaba del todo bien que durmieran en la misma cama.
—No lo sé May, creo que mejor me quedo aquí— decía algo sonrojado el chico, recordando como se sintió la ultima vez que estuvo demasiado cerca de la coordinadora.

May acepto esto algo desilusionada. Ash se quedó cuidando a la chica, hasta que unas horas mas tarde, se quedo profundamente dormida, viendo esto, el entrenador se acomodo mejor en la silla y se dispuso a dormir. Todo transcurría tranquilamente, hasta que un tercer estruendo aun mayor que los anteriores se escucho en todo Pueblo Paleta, provocando que la chica despertara, se encontraba apunto de gritar, pero, avistó al entrenador profundamente dormido en la silla.

—Vaya, cumplió lo que dijo, se quedó dormido hasta que yo lo hice— pensó May, quedándose tontamente mirando al entrenador de pies a cabeza —creo que debe estar muy incomodo al estar durmiendo en esa silla, pero no creo que acepte por las buenas dormir conmigo… a menos que…— se decía la coordinadora, ideando un plan para que Ash decidiera dormir con ella.

Después de idear algo, puso en marcha su plan, comenzó a llorar levemente y aumentaba la intensidad, todo con el fin de despertar al entrenador.

—Mmmm… que pasa May, ¿porque…. lloras?— pregunto el joven, frotando sus ojos, aun medio dormido y dando un gran bostezo.
—Lo lamento Ash, lo que pasa es que… en mi casa cuando tenía miedo, dormía junto a mi mamá— tapando su rostro, para evitar que se diera cuenta que estaba sonrojada.
—Veamos, puedo llamar a mi madre si tú quieres— comento el entrenador, parandose de la silla torpemente.
— ¡NO!... no la despiertes, no quiero provocarle molestias, ¿crees que… tú puedas dormir aquí?— preguntó aun con su rostro tapado, pero para su sorpresa, sintió como la cama se empezaba a mover.
Se destapó la cara y vio al entrenador acomodándose junto a ella, alegrándose mucho la chica. Ash simplemente ansiaba descansar de una buena vez así que pronto se durmió. May al ver que su plan había funcionado, se recostó.

En ese momento, Delia al escuchar voces y ruidos en la habitación de Ash, decidió ir a echar un vistazo para asegurarse que todo estuviera en orden. Se dirigió a la recamara del joven, abrió la puerta y vio a los chicos dormidos, uno al lado del otro. Primeramente se sorprendió mucho, pero después, al ver que estaban plácidamente dormidos y… vestidos, se calmó y se fue a dormir.

En la habitación de Ash, seguían dormidos ambos jóvenes, pero en un simple movimiento, el entrenador se dio la vuelta y abrazo a May como si fuera una almohada, aunque no era con mala intención, sólo fue un acto reflejo. La chica se sorprendió y asustó un poco, pero luego se calmó y disfruto del abrazo del entrenador, aunque Ash seguía durmiendo como un bebé.

—Gracias Ash…— murmuró la joven, acurrucándose en los brazos del entrenador, antes de quedarse profundamente dormida.

Continuará…

Aquí el capítulo 8. En vista de que este fin de semana me voy de vacaciones, no tendré tiempo para adelantar la continuación 9, pero no se apuren, ya tendre mas tiempo libre la proxima semana, espero que les haya gustado esta continuación... críticas, comentarios, etc. son bienvenidos =D.

 

Recapitulando:
—Gracias Ash…— murmuró la joven, acurrucándose en los brazos del entrenador, antes de quedarse profundamente dormida.

Capítulo 9.- El Amanecer Sentimental.

El sol comenzaba a iluminar Pueblo Paleta, un Dodrio se escuchaba en alguna granja, simplemente, un día perfecto para casi todas las personas. En una habitación de la casa de los Ketchum, dos jóvenes estaban aún dormidos, uno al lado del otro. Habían tenido una noche difícil, pero eso, no evito que cierta chica castaña, disfrutara tener la compañía del entrenador.

—Que bien dormí— pensaba el azabache, abriendo poco a poco sus ojos y frotándolos para terminar de despertar —será mejor que vaya a desayunar algo— exclamó el chico, tratando de incorporarse, sin embargo, algo le impidió levantarse de la cama.

El cuerpo de Ash estaba atrapado por dos brazos, propiedad de una joven coordinadora, quien yacía felizmente al lado de él. Era una escena muy enternecedora, sí no fuera por el rostro de sorpresa de Ash, aunque, luego se tranquilizó.

—Mmmm, creo que mejor espero a que despierte— pensó el chico, mirando a la susodicha, levemente sonrojado por tenerla tan cerca. Sin embargo, un olor que provenía de la cocina fue percibido por el olfato de Ash —huele delicioso, seguramente mi madre ya tiene preparado el desayuno— pensaba el entrenador, saboreando distintos platillos en su mente —tengo que probarlos—tratando de zafarse de la coordinadora, para poder degustar del sabroso almuerzo.

Ash forcejeaba para soltarse del abrazo de la chica, aunque, tratando de no despertarla. Su plan estaba funcionando, hasta que, en un movimiento en falso, hizo que Ash cayera de la cama, llevándose a la castaña consigo. Fue una situación muy comprometedora. Ash, se encontraba acostado en el suelo y tenía a May encima de su pecho, abrazándolo fuertemente. El azabache ahora no se podía mover, y para su desgracia, May despertó por la caída que tuvieron.
—Emmm ¿Qué pasó?, ¿Cómo termine en el suelo?— preguntaba la castaña al entrenador, sin darse cuenta de la posición en la que se encontraban.
—Caímos de la cama, lo siento, fue mi culpa… y…. pues… ¿puedes levantarte?— cuestionó el entrenador. Él se encontraba muy apenado con la chica.

May tardó en captar que estaba abrazando al entrenador, así que, apenas se dio cuenta, se puso roja como tomate y en un instante soltó al entrenador poniéndose rápidamente de pie.

—Lo lamento Ash… yo no…— tartamudeaba la castaña, fijando su mirada en la ventana de la habitación, para evitar que se diera cuenta de lo nerviosa que estaba.
—Mejor vamos a desayunar— apenas dijo esto el entrenador, y ya había salido de la habitación rumbo a la cocina.
—Tengo que aclarar las cosas con Ash de una buena vez, no podemos tener estas situaciones a cada momento— pensaba May, saliendo ella también de la habitación, dirigiéndose a la cocina.

En la cocina, la señora Ketchum, ya tenía preparado un gran desayuno. Ash estaba muy pensativo, normalmente estaría devorando todo su almuerzo sin parar; si estaba comiendo, pero parecía estar distante de todo. Tanto May como Delia se dieron cuenta de eso, pero esta última dejó que May se encargara de la situación. Una vez terminaron de desayunar, May comenzó a preocuparse por el ánimo del entrenador, así que le pidió que salieran una vez más al lago para platicar sin interrupciones. Ash accedió. Camino al lago…

—Ash, he notado que estás muy serio, ¿te ocurre algo?— preguntaba la castaña en un tono nervioso, temiendo que estuviera así por culpa de lo sucedido esa mañana.
—Pues... pensaba en que debería de hacer ahora— respondía el chico seriamente.
— ¿A que te refieres con eso?— cuestionó la coordinadora una vez más.
—Verás, mañana tú regresarás a casa, y… me aburriría en mi casa estos días, así que pensaba en ir a Hoenn mas pronto de lo que había previsto— contesto el azabache, parando de caminar y viendo fijamente a la chica con una sonrisa.
—O sea que— también deteniendo su andar— ¿mañana me acompañarás a Hoenn?— decía alegremente May, en su mirada se reflejaba una gran ilusión.
—Eso estoy planeando, aunque bueno, eso es sí no te molesta que te acompañe— murmuraba el joven temerosamente.
—Creo que si me molestaría— contestó la joven muy indiferente y continuando su caminata.
—Vaya… está bien— bajando su mirada en señal de decepción y también comenzaba a caminar.
—Sólo bromeo, claro que puedes acompañarme— comentaba la castaña —lo hice para que sintieras eso que sentí yo, cuando te conté que quería venir a Kanto— sonreía traviesamente la castaña.
—Oye, eres perversa— reía también, pero, un tanto nervioso.

Una vez que llegaron al lago, se sentaron en el mismo lugar que la otra ocasión, sólo que esta vez platicaban más abiertamente. El momento de la verdad llegó…

—Ash… ¿alguna vez te ha gustado alguna chica?— esta pregunta hizo que el gesto del entrenador cambiara de estar alegre a estar nervioso y apenado.
—…y… ¿porque la pregunta May?— ahora Ash era el que ponía nerviosa a la castaña.
—Simple curiosidad, no me vas a decir que nunca has sentido algo por alguien— se acercaba más y más al momento culminante.
—No es que no haya sentido algo, simplemente nunca me interesaron esa clase de cosas— explicaba el entrenador, ahora tenía curiosidad del porque May había tocado ese tema.
—Entonces si te ha gustado alguien— se acercaba a Ash.
—No lo sé, nunca lo había pensado, pero… Misty me apoyaba mucho cuando viajé junto a ella y por eso es una gran amiga, se preocupaba por mi y además viví muchas cosas con ella. Dawn también me apoyaba mucho, recuerdo que en mis batallas de gimnasio se vestía de porrista, lo cual me parecía curioso, aunque, con ella no pasé mucho tiempo— comentaba el azabache nerviosamente —pero no creo que haya sentido algo mas que amistad por ellas, y… ¿que hay de ti May?— preguntaba el azabache, cambiando la conversación —recuerdo que eras muy cariñosa con Drew, hasta que ocurrió… ya sabes—.
—Sentí algo por Drew, pero eso cambio, ahora me gusta otro chico— se alejaba un poco de Ash, para disimular su sonrojo.
—Y ¿puedo saber de quien se trata?— preguntaba disimuladamente Ash, fingiendo estar desinteresado.
—No creo que sea el momento— respondió la coordinadora, sonrojándose aún más.
— ¿Por qué?— volvía a preguntar curiosamente.
—Porque no estoy segura de sí el siente lo mismo por mi— decía apenada la castaña, con cara de desilusión.
—Dime algo May, ¿yo te gusto?— pregunto deliberadamente el entrenador, no era una pregunta muy común para decirla en ese tono, aunque, en realidad era mera suposición y no se basaba en nada, sin embargo, no supo lo que había desatado. Esta pregunta hizo sonrojar y puso muy nerviosa a la castaña.
— ¿Po…porque lo… pre…guntas?— en su rostro se veía una leve sonrisa muy forzada.
—Porque, además de Drew, yo y Brock, no has pasado mucho tiempo con otros chicos, ya me dijiste que Drew ya no te gusta, y Brock prefiere a las enfermeras Joy y oficiales Jenny, así que sólo quedo yo— comentaba muy tranquilo aunque en su interior temía la respuesta, había tomado la decisión de aclarar todo en esa ocasión. May al verse atrapada en esta situación, no tuvo otra salida que confesar.

—Esta bien Ash, el que me gusta… eres… tú— fijando su mirada en los ojos del entrenador, dejando al susodicho sin palabras —Desde hace tiempo que es así, pero ahora mi pregunta es… ¿Qué sientes tú por mi?— cuestionó la chica con un gran sonrojo, aunque esta vez no se molestó en esconderlo, ya había confesado sus sentimientos.
—Yo… lo… lamento May, no lo se, ya te dije que nunca he pensado en eso— confeso apenado el azabache, mirando en dirección contraria. Ante esta respuesta, May comenzó a llorar.
—Eso quiere decir que yo no te gusto— doblando sus piernas y escondiendo su rostro en ellas.
—May… yo nunca dije eso, a decir verdad disfruto mucho tu compañía, haces que sienta algo que nunca había sentido, pero, no estoy seguro, tal vez me gustas o tal vez no, me siento confundido en ese aspecto— tenía muy alborotado todo su cerebro, estaba extremadamente confundido, no sabía que hacer; una chica le acababa de confesar sus sentimientos.
—Entonces, dame la oportunidad de ganarme tu amor, permíteme estar a tu lado, déjame ser tu novia— se notaba mucha desesperación en su rostro, algo que no fue muy bien visto por Ash.
—Lo siento May, pero no, lo último que quiero es hacerte sufrir, lo mejor será esperar a que este seguro de lo que siento— una vez más, su respuesta hizo entristecer a la chica —May, no quiero verte así— acariciando el cabello de la chica.
—No se como quieres que esté, acabas de romperme el corazón— grito la castaña, llamando la atención de todos los presentes en el lago, cosa que no le importó al chico.
—Escúchame, no me gusta verte llorar de esta manera, pero creo entender como te sientes— se le estaban agotando las ideas para hacer sentir mejor a la castaña —ya se, que tal si te doy un regalo— comento el azabache algo sonrojado, iba a hacer algo que nadie esperaría.
—Yo no quiero nada— seguía llorando crudamente, sin mirar al entrenador.
—Creo que te gustará, por favor voltea— acercaba su rostro lentamente a la castaña.

Ash no era la clase de chicos que hacían esas cosas, pero, algo en su interior le decía que era lo mejor. En el instante en que la castaña volteo su mirada, recibió un cálido beso del entrenador en los labios, fue corto, ya que, Ash no tenía experiencia en eso, pero fue muy tierno y un gesto muy noble de su parte.

—Ash, ahora me confundes más, me dices que no estas seguro que yo te guste, pero ahora me besas— dejaba de llorar, ese beso había surtido efecto, aunque, ahora la castaña exigía respuestas.
—May, ya te dije que no estoy seguro, pero sí algo sé, es que lo que yo siento por ti, es mas que amistad, no quiero darte falsas esperanzas, por eso no quiero que seamos nada aún, pero apenas confirme lo que siento, te aseguro que serás la primera en saberlo— con esta respuesta logró calmar a May, ya que, le dio la esperanza de que puedan ser algo en un futuro no muy lejano.
—Esta bien Ash, esperare el tiempo que sea necesario, pero no quieras que deje que otras chicas te coqueteen o se te insinúen— decía un tanto molesta la castaña.
—No te pongas celosa, en fin… ya que te calmaste, quiero platicarte el motivo por el cual voy a ir a Hoenn— cambiaba drásticamente de tema el azabache.

— ¿Que acaso no irías por mi?— preguntaba con una mirada retadora la chica.

—En parte si, pero también por la competencia que habrá en aquella región, me imagino que sabes de que competencia hablo— explicaba Ash, librándose de la mirada de May.

— ¿Hablas de la Copa Élite?, pero en esa competencia sólo pueden participar los que lideres de gimnasio de Hoenn— preguntaba confundida la castaña.
—Bueno, yo no pienso participar, pero voy a asistir para medir mis habilidades— murmuraba el joven entrenador, en su voz se notaba gran entusiasmo y mucha confianza en sí mismo.
—Se supone que en esa competencia, se elegirá a la nueva élite 4, acaso… ¡¿Piensas retar a la élite de Hoenn?!— preguntó muy sorprendida la castaña.
—Como campeón de la liga Sinnoh, tengo el derecho de combatir con la élite de esa región, pero, preferí ir a Hoenn para medirme ante ellos primero— explicó Ash.
— ¿Porque motivo Ash?— cuestionó la chica.
—La ultima vez que participé en la liga pokemon de Hoenn, perdí, así que voy por mi revancha— levantando su puño en señal de confianza.

Continuará…

Lamento la demora, aquí esta la continuación, siento hacerla algo corta. En los proximos capítulos abrá romance, pero, no tanto como en los anteriores, me centraré más en la Copa Élite, así que ya vendrá mas acción, y algo de humor =D.

 

Recapitulando:
—La última vez que participé en la liga pokemon de Hoenn, perdí, así que voy por mi revancha— levantando su puño en señal de confianza.

Capítulo 10.- Malditos Celos


Una vez aclarados ciertos asuntos sentimentales y el objetivo de Ash en Hoenn, los chicos caminaban de regreso a casa del entrenador. La situación entre ambos no cambio mucho: Ash seguía confundido y nervioso por la decisión que tenía que tomar, en cambio, May estaba más segura y con un peso menos de encima, sin embargo, temía la respuesta del entrenador.

—May… ¿te puedo pedir algo?— preguntó tímidamente Ash, ocultando su mirada un poco.
—Claro, ¿de qué se trata?— respondió la chica, sonreía para calmar la situación y que el entrenador sintiera más confianza.
—Prométeme que sea cual sea mi decisión, seguiremos siendo amigos— pidió el entrenador, con una voz firme y viéndola con una mirada penetrante.

La castaña guardó silencio durante un momento, acto que Ash interpretó primeramente como un “no”, bajó la mirada y comenzó a caminar. May, al darse cuenta de lo que el entrenador creyó entender, lo sujetó del brazo deteniéndolo…

—Ash, te prometo que seguiremos siendo amigos pase lo que pase, pero, espero que pronto podamos ser algo más— dijo la castaña, haciéndose notar en su rostro un sonrojo tremendo.
—Se paciente por favor…— murmuró mas tranquilo el chico en tono de broma, provocando una sonrisa a la coordinadora —Ahora que aclaramos ese tema… May, qué opinas si nos vamos hoy a Hoenn— comentó seriamente el entrenador.
— ¿Porque la prisa Ash?, faltan aún 4 semanas para la Copa Elite, ¿no puedes esperar a mañana?— cuestionó la coordinadora algo molesta, ya que quería pasar más tiempo con Ash.
—Tal vez la competencia sea en 4 semanas, pero, para serte honesto, necesito entrenar muy duro, la élite 4 no es algo que tengo que tomar a la ligera— decía el azabache pensativamente. La castaña se dio cuenta en ese instante, de que Ash había madurado desde que viajaban juntos, normalmente no era tan estratégico. Finalmente aceptó ir ese día, aunque no con gran entusiasmo.

Una vez que llegaron a la casa de los Ketchum, May fue a alistar sus pertenencias para regresar a casa, mientras que Ash se dirigía a hablar con su madre.

—Mamá, he tomado la decisión de ir hoy mismo a Hoenn— comentó decididamente, aunque algo triste; sólo hace unos días que había vuelto.
— ¿Qué no planeaban ir hasta mañana?— preguntaba con gran sorpresa con gran pena en la voz.
—Cambiamos de opinión, bueno, yo cambié de opinión y May estuvo de acuerdo— contestó el entrenador con una sonrisa despreocupada, haciendo que su madre se molestara un poco.
—Jovencito, deberías de ser más considerado con May, posiblemente ella tenía deseos de quedarse más tiempo y por no provocarte problemas, aceptó tu decisión— reclamo Delia con un gesto de enojo, el azabache sólo agacho la cabeza.
—Está bien, prometo tratarla mejor— señaló con una voz apenada —aunque… creo que con sólo decirle ciertas palabras puedo hacerla muy feliz— murmuro débilmente entre dientes.
— ¿A qué te refieres?— cuestionó una vez más la señora Ketchum a su hijo.
—A nada, olvídalo… tengo que ir a arreglar mis cosas para irme— dijo el entrenador antes de salir corriendo a su habitación, huyendo de dar explicaciones.
—Creo que mi pequeño ya está despertando— pensó Delia mientras veía irse a su hijo.

Después de arreglar todo para el viaje, ambos jóvenes se despidieron de Delia, no sin antes la advertencia típica de ella…

— ¡Recuerda cambiarte tu ropa interior todos los días hijo!— exclamo con fuerza, provocando un sonrojo al entrenador y risa a la coordinadora.
—Tu madre es muy agradable— comentaba la joven aun riendo de la situación.
—No te burles— reclamó infantilmente el azabache, aparentemente molesto.

Tanto la coordinadora como el entrenador caminaban rumbo al laboratorio del profesor Oak…

—Bien señor entrenador, ¿ya decidiste tu estrategia para enfrentar a la élite 4?— preguntó la castaña, recordando que él quería entrenar mucho.
—Mmmm… pelearé igual que siempre, quiero evitar andar improvisando en esta batalla, lo que aún no decido, es cuales pokemon voy a usar— decía pensativamente el azabache.
—Creo que sería bueno que mezclaras tus pokemon de las 4 regiones— murmuró la chica tratando de ayudar a Ash.
—Podrías tener razón, aunque eso aumenta el número de pokemon entre los que tengo que elegir— manifestó seriamente.

May nunca notó tan decidido al entrenador. Esta situación hizo que la castaña perdiera su vista en el rostro pensativo de Ash, y este, al darse cuenta de la mirada de admiración por parte de la chica, se sintió muy incómodo, pero para su suerte, una voz familiar llamó a ambos.

— ¡ASH…MAY!— llamó un hombre viejo, saliendo de un inmueble bastante grande.
— ¡Profesor Oak, espere…!— exclamó Ash, corriendo hasta él, huyendo de la mirada incomoda de May. Ella simplemente salió del trance y siguió al azabache.
— ¿Qué pasa muchacho?— interpeló el Profesor.
—Profesor, quería avisarle que hoy regresaré a Hoenn junto con May— mencionó el entrenador.
—Hola profesor, cuanto tiempo— saludó la castaña, aún se notaba algo ruborizada por la situación anterior.
—Hola— respondió al saludo —así que irás a Hoenn hoy, me parece bien y me imagino que es por lo que me platicaste hace días, bueno, espero que ganes esa competencia— declaró el hombre.
—Deme su opinión profesor, ¿qué pokemon debería usar para la copa?— preguntó Ash amablemente.
—No importa que pokemon uses muchacho, lo importante es que te coordines bien con ellos y confíes en ti mismo, aunque te serviría entrenar mucho antes de la competencia— afirmó el profesor sabiamente.
—Está bien… nos vemos profesor, por cierto, cuide muy bien a Pikachu— dijo Ash algo amenazante. Ambos jóvenes se fueron.

Ash y May se dirigieron a tomar un autobús para Ciudad Carmín y de ahí, un Ferry a Hoenn. A pesar de que la castaña le había confesado sus sentimientos al entrenador, trataba de no ser tan obvia en cuanto a lo que sentía, pero fue prácticamente imposible. Ash prefirió dejar a un lado ese tema por un tiempo, en esos momentos le interesaba más decidir de una vez los pokemon que iba a elegir para la copa.
Una vez llegaron a Ciudad Carmín, todo marchaba normal. Buscaron boletos para el Ferry, abordaron, y se instalaron en dos habitaciones separadas. El viaje no era tan largo, pero May se sentía cansada y fue a dormir a su habitación, mientras Ash aun pensando en la competencia, se dirigió al comedor, no podría pensar con el estomago vacio.
El azabache degustaba algunos platillos cómodamente, pero se sentía sólo, no tenía a su mejor amigo que lo acompañaba casi en todos sus viajes. Ajena a esta situación, la joven coordinadora dormía plácidamente, estaba sonriendo, lo cual se interpretaba en que tenía un sueño muy bueno, lo más probable es que fuera con Ash.
Una vez que el joven terminó de comer, se levanto y fue a pagar la cuenta, pero para su sorpresa, una chica muy conocida por él, estaba parada a unos cuantos metros. La joven se dio cuenta de la presencia de Ash…

— ¡Hola Ash!— gritó la chica, dándole un gran abrazo a el entrenador.
—Hola— contestó Ash, correspondiendo al abrazo felizmente — ¿que haces rumbo a Hoenn?— preguntó aun un poco sorprendido.
—Eso mismo te preguntó yo a ti, creí que tus asuntos en Hoenn terminaron hace mucho— dijo la chica, evadiendo la pregunta del azabache.
—Habían terminado, ahora tengo un asunto… mejor dicho, dos asuntos en esa región— comentó el entrenador, recordando la Copa Élite y a una persona en especial —Pero aun no me respondes—.
—Pues, vengo a participar en los concursos de Hoenn— dijo la chica de cabello azul (seguro ya saben quien es).
— ¿No ibas a viajar con Kenny?— Ash recordaba que Kenny le había propuesto a Dawn viajar con él.
—Sí lo dices por lo que me propuso, pues, desde ese día no lo he vuelto a ver, aunque, Zoey me dijo que lo vio a él participando en los concursos de Johto, así que no me preocupó tanto— contestó con una sonrisa la peli azul —Oye, noto algo raro en ti, no se, como que algo falta—.
—Seguramente Pikachu— afirmó el azabache —lo dejé en el laboratorio del Profesor Oak— concluía un tanto melancólico.
—Ya veo, así que estás viajando solo— decía Dawn pensativamente.
—No, en este momento creo que está dormida, pero viajo junto a May— explicaba el entrenador, provocando una mirada pícara en la peli azul.
— ¿Y desde cuando tan cercano a May?— cuestionaba la chica, algo celosa, pero no se notaba mucho.

El joven se sonrojo un poco, pero después cambio de tema y así pasaron algunas horas platicando.
La castaña al fin despertó, lo primero que pensó al abrir los ojos, fue en donde estaría el entrenador, por lo cual se levanto de su cama y salió a buscarlo.
Faltaba poco para llegar a Hoenn, por lo cual May se apresuró para encontrar a Ash. Lo busco en distintos lugares del Ferry, y después se dirigió al comedor.
El Ferry al fin llegó a puerto, por lo cual, Ash y Dawn finalizaron su conversación y salieron juntos del comedor, May también llegó al lugar, pero por desgracia, sus ojos captaron el momento en el que la peli azul se despedía de Ash con un fuerte abrazo.
Para el corazón de la castaña fue un golpe muy bajo. Obviamente fue solo un abrazo para despedirse, pero May no podía evitar sentirse traicionada.
Ash se dio cuenta de que la castaña…

—Bueno, nos vemos luego Dawn— quería terminar el abrazo, dado que recordó lo que le dijo la castaña ese día en el lago…



//////////////////////////////////////////////FLASHBACK//////////////////////////////////////////////////////////////


—May, ya te dije que no estoy seguro, pero sí algo sé, es que lo que yo siento por ti, es mas que amistad, no quiero darte falsas esperanzas, por eso no quiero que seamos nada aún, pero apenas confirme lo que siento, te aseguro que serás la primera en saberlo— con esta respuesta logró calmar a May, ya que, le dio la esperanza de que puedan ser algo en un futuro no muy lejano.
—Esta bien Ash, esperaré el tiempo que sea necesario, pero no quieras que deje que otras chicas te coqueteen o se te insinúen— decía un tanto molesta la castaña.


//////////////////////////////////////////FIN DEL FLASHBACK/////////////////////////////////////////////////////



Finalmente se despidieron, y el entrenador se dirigió a hablar con la castaña.

—May, veo que estas despierta, ven, tenemos que desabordar… ¿May?— decía el azabache, viendo que la coordinadora estaba cabizbaja y se escuchaba un leve llanto — ¿Qué te sucede?— preguntó preocupadamente.
—Ash, ¿porqué estabas abrazando a esa lagartona?— cuestiono muy molesta la castaña, levantando su rostro y viendo a los ojos al azabache, quien se dio cuenta de que de los ojos de la chica brotaban lagrimas.
—Oye May, ese abrazo fue para despedirme de Dawn, y no me gusta que te refieras así de mis amigos— respondió muy enojado, provocando que el gesto de la coordinadora cambiara a uno muy triste —Escucha…— calmándose un poco el entrenador —Se que me quieres, pero no me parece forma de demostrarlo el que ofendas a mis amigos—.
—Perdón… es sólo que no soporto el verte tan cercano con otra— seguía llorando pero ahora mas calmada.
—May, tú me dijiste que esperabas que fuéramos algo más, pero esto me hace dudar un poco— decía tristemente el entrenador, no le gustaba mucho hablar sobre esas cosas.
—Pero ¿por qué?— preguntaba muy dolida la castaña.
—Pues… aun no somos nada y te pones así por un simple abrazo, no puedo imaginar como te pondrías después— una vez dicho esto, vio con mucha tristeza a la castaña, así que decidió arreglar las cosas —No me molesta que sientas celos, creo que hasta yo los sentiría, me molesta verte tan triste, no soporto verte llorar— explicaba tiernamente, haciendo que la chica deje de llorar.
—Está bien Ash, trataré de controlarme, creo que exageré un poco— decía con pequeñas lagrimas aun en los ojos, pero con una sonrisa.
— ¿Un poco?— dijo el azabache, ganándose una mirada asesina de la castaña— Bueno, vamos que si no, no podremos desabordar— comentó el entrenador, a lo que la chica asintió.

Continuará…

Aquí la continuación, lamento la demora. No se sí meteré a Dawn mucho en esto, no me agrada tanto eso de los triángulos amorosos, pero bueno… Creo que al fin escribiré mi primera batalla pokemon en el próximo capítulo, y creo que algunos podrán imaginar quienes seran los involucrados =D. Ahora una duda… ¿creen que sea conveniente darle algún pokemon legendario a Ash?

 

Recapitulando:
— ¿Un poco?— dijo el azabache, ganándose una mirada asesina de la castaña —Bueno, vamos que sí no, no podremos desabordar— comentó el entrenador, a lo que la chica asintió.

Capítulo 11.-Cumpliendo la promesa

Ambos jóvenes se dirigieron a sus habitaciones y tomaron sus pertenencias para desabordar. La situación de celos por parte de May, dejó con muchas dudas al entrenador.

— ¿Ahora que voy a hacer?, nunca he tenido novia, pero, sí estas son las situaciones por las que tengo que pasar, creo que mejor no quiero tener una en mucho tiempo— pensaba Ash, estaba bastante estresado.

May y Ash desabordaron del Ferry. Ash fue a despedirse de Dawn, ella iría a otra ciudad primero, por lo que después se verían. May por petición de Ash, calmo sus celos, pero después se vengaría de alguna forma. Finalmente Ash volvió con la castaña y comenzaron a caminar. Aun no planeaban muy bien a donde irían esas 4 semanas que faltaban para la competencia, aunque May primero quería ir a ver a sus padres.

—Ash, ¿te parece sí primero vamos a mi casa?— preguntó amablemente la coordinadora.
—Pues…— al entrenador no le gustaba mucho la idea, prefería ir a entrenar a algún otro lado, pero, recordó que su madre le dijo que fuera más considerado con la chica —Creo que esta bien May— afirmó el azabache —Oye tengo una pregunta, ¿planeas acompañarme a la copa élite?— cuestionó, después de todo, no era muy necesaria la presencia de la castaña.
—Eso quiero, pienso que no te vendrá mal tener algo de apoyo, ¿acaso te molesta?— contestó firmemente, con una mirada muy tierna. Ash no podría negarse.
—No para nada, entonces vamos a tu casa— comentó apresuradamente.

Los chicos comenzaron a caminar rumbo a la casa de la castaña, no quedaba muy lejos del puerto. Ash dejó de lado los celos de May, y siguió con su dilema sobre los pokemon que usaría. El quería tener un equipo equilibrado, pero para él, todos sus pokemon eran bastante fuertes.

—Oye Ash, ¿ya decidiste que equipo pokemon usarás?— dijo la castaña muy curiosa.
—Mmmm… esto es muy complicado, pero decidí usar a…— fue interrumpido por un Pidgeotto que pasó volando muy cerca de él.

— ¡May, Ash!— gritó un niño con gafas, acercándose a ellos rápidamente, al parecer seguía al Pidgeotto.

—Hola Max— saludaba el azabache sonriendo. El chico finalmente llegó con ellos, mientras el Pidgeotto volaba en círculos arriba de ellos.

—Ash que sorpresa, no sabía que vendrías, y May ¿Qué no volverías hasta mañana?— decía felizmente el pequeño.

—Si, sobre eso, hubo un pequeño cambio de planes— se adelantó a contestar el entrenador —Ese Pidgeotto es de color extraño, además es raro verlos por aquí, ¿de quien será?— decía, mientras se deleitaba con la imagen del pokemon volador.

—Ese Pidgeotto es mío, salí a entrenar un rato con él— contestó orgullosamente el chico, para la sorpresa de Ash.

— ¿Tuyo?, ¡GENIAL!, pero, ese no es un pokemon inicial de Hoenn, de hecho, creía que aun no tenía la edad suficiente para recibir un pokemon— comentaba el azabache mirando a Max, recordando que los pokemon se les dan cuando cumplen diez años de edad.

—Lo que sucede es que Gary me lo regaló cuando estuvo por esta región— explicó detenidamente el niño —Pidgeotto baja por favor— llamando a Pidgeotto para que bajara a saludar, y así lo hizo el pokemon.

—Oye Max, pero hace apenas un par de días era un pequeño Pidgey, jeje, recuerdo que este pequeño me salvó— afirmaba May, acuclillándose para acariciar al pokemon que estaba parado en el suelo.

—Al parecer Gary ya lo había entrenador con anterioridad, sabía muchos ataques y estaba en muy buena forma, recién esta mañana acaba de evolucionar— decía, recordando el momento de su evolución.

—Oye Max, que te parece sí nuestra batalla es en este momento— dijo seriamente Ash, alegrando mucho al pequeño y confundiendo algo a la chica —Siempre cumplo mis promesas, y aun no olvido la que te hice— sacando una pokebola de su bolsillo del pantalón.

—Creí nunca lo dirías Ash, he esperado este momento por mucho tiempo— alejándose un poco para darle espacio a los pokemon.

—Ash, pero tú no tienes ningún pokemon contigo en este momento— dijo la castaña alejándose un poco también, para evitar estorbar o recibir algún ataque.

—Antes de que fueras a Kanto, le pedí al Profesor Oak que me diera uno de mis pokemon, no podía viajar sin ninguno, sería peligroso y aburrido— sacando una pokebola de su bolsillo.

— ¿Listo Ash?— preguntó Max.

—Siempre lo estoy… sal Noctowl— arrojando la pokebola.

El pokemon salió de la pokebola, emprendiendo vuelo. May se sorprendió por algún motivo en el momento que observó el bolsillo del entrenador. Y al fin dio inicio la batalla.

—Ya que no hay un juez, el primer pokemon que caiga al suelo y no pueda volver a emprender vuelo, será el que pierda— explicó formalmente el azabache.

—De acuerdo— mirando desafiante al entrenador, Max tenía muchos deseos de obtener la victoria, sería algo fabuloso ganar su primera batalla pokemon —Pidgeotto usa ataque rápido— ordenó el pequeño apresuradamente, tomando desprevenido a Ash y a su Noctowl.

El pokemon aceleró su vuelo en contra de Noctowl, golpeándolo duramente.

—Resiste Noctowl…— vociferó preocupadamente Ash —Asombroso, Pidgeotto es muy veloz, me recuerda a mi viejo amigo Pidgeot— pensaba el entrenador algo nostálgico —Noctowl recupérate y usa Cabezazo Zen— ordenó decididamente.

Noctowl levanto sus alas y comenzó a reunir energía en su cabeza rápidamente y, una vez reunida, se lanzo en contra de Pidgeotto.

— ¿No sabía que Noctowl pudiera aprender ese movimiento?— pensaba May asombrada.

—Pidgeotto, usa ataque de arena— dijo bastante nervioso el chico.

Pidgeotto descendió hasta el suelo y aleteo para así alzar una enorme cortina de arena, evitando que Noctowl lo pudiera ver y así evitó el cabezazo. Pidgeotto alzo vuelo una vez más, pero no podía ver a Noctowl por ninguna parte. Fue contraproducente la cortina de arena.

—Noctowl, una vez más usa Cabezazo Zen— ordenó Ash repentinamente para la sorpresa de Max.

Noctowl salió de entre los restos de la cortina de arena y golpeo a Pidgeotto, quien caía en picada rápidamente.

—Vamos Pidgeotto, tu puedes— animó el pequeño, alentando a su pokemon, quien al escuchar las palabras de su entrenador, aleteo y evito caer al suelo.

—Vaya Max, Pidgeotto es bastante fuerte, lo has cuidado bien— dijo el azabache.

—Lo mismo digo de Noctowl, pero no creas que esto ha terminado, aun no has visto nada— respondió desafiante el chico. Ash fue muy conmovido por esas palabras, le recordó su primera batalla, tenía el mismo entusiasmo que Max, algo que había perdido de cierta manera con el tiempo. Ahora había recuperado la diversión y creatividad.

—Noctowl, usa doble equipo— Ash tenía un plan para vencer.

El pokemon comenzó a multiplicarse alrededor de Pidgeotto, confundiendo la vista de este.

— ¿Cual será la estrategia de Ash?— pensaba Max muy confundido, al igual que Pidgeotto.

—Bola de Sombra Noctowl— exclamo el azabache.

Todas las copias de Noctowl comenzaron a reunir energía obscura, lo cual dificultaba que Pidgeotto lo esquivara, ya que no sabía quien sería el que lo atacaría. Repentinamente uno de los Noctowl arrojó la bola sombra.

—Pidgeotto utiliza Protección— dijo apresuradamente Max, el pokemon estaba por perder.

En ese momento Pidgeotto creó una barrera entre él y la bola de sombra, pero por la cercanía de ambos pokemon, la bola de sombra logro romper la barrera y dio en el blanco, no tan fuerte, pero alcanzo a dañar un poco.

Pidgeotto estaba débil, apenas podía mantenerse en los cielos, mientras que Noctowl no lo estaba tanto, pero se notaba cansado por usar varios movimientos.

—Terminemos con esto, Noctowl usa Hipnosis— Ash estaba por ganar.

Noctowl se acercó velozmente a Pidgeotto y de sus ojos comenzaron a salir ondas. Pidgeotto finalmente cayó al suelo profundamente dormido.

—Lo siento Max, pero Pidgeotto ya no puede volar, he ganado— dijo Ash muy confiado.

—Aun no Ash— contestó para la sorpresa del entrenador, quien bajo la guardia —Pidgeotto, usa Sonámbulo— dijo Max, mientras Ash se sorprendía puesto que nunca había oído de ese movimiento.

Pidgeotto aun dormido, alzo vuelo sorprendentemente. Una vez en el cielo, utilizó sus alas para crear algo como un tornado, pero más fuerte, impactándolo contra Noctowl, quien comenzó a caer, al igual que Pidgeotto.

—Asombroso Max, pero no nos rendiremos tan fácil… ¡USA AGUANTE!— mandó Ash.

Noctowl escuchó esto y una luz lo envolvió, alzó vuelo una vez más, pero se le notaba extremadamente cansado, apunto de caer debilitado. Pidgeotto por su parte terminó estrellándose en el suelo debilitado. Max corrió y sostuvo a Pidgeotto.

—Gracias Pidgeotto, diste una gran batalla, regresa— regresando al pokemon a su pokebola, estaba triste, pero a la vez emocionado. Max siempre había querido tener una batalla con Ash.

—Noctowl regresa— regresó a su pokemon a la pokebola y se acercó a Max —Max, eres un gran entrenador, estuve apunto de perder, no por nada eres el hijo de Norman— decía sonriendo el azabache.

—Gracias Ash, fue corta, pero aun así una batalla genial, espero que después me des la revancha— comentó el pequeño alegremente, dándole la mano.

—Cuando quieras— contesto Ash, estrechando la mano del chico.

—Fue una muy buena batalla— dijo una castaña que se acercaba a ellos —Tengan, son unas pociones para que curen a sus pokemon— dándoles 2 pociones a cada uno.

Ambos chicos sacaron una vez más de sus pokebolas a los pokemon, y los atendieron como es debido. Una vez listos, el trío de jóvenes se dirigieron a la casa de la familia Balance. Max iba caminando en el frente, mientras que May aprovechaba para coquetear un poco con el entrenador, algo que sorprendió mucho a Ash. Después, May quiso resolver algunas dudas.

—Ash, cuando sacaste la pokebola de Noctowl, levantaste un poco tu chaleco y vi que tenías la otra mitad de esto en tu bolsillo…— enseñándole la mitad del listón Terracota.

—O, te refieres a esto…— mostrándole también su mitad del listón —Siempre lo llevó conmigo, me recuerda todo lo que viví contigo— esas palabras hicieron sonrojar a la chica, y Ash corrigió apresuradamente —quiero decir, lo que vivimos todos en Hoenn— Ash estaba bastante nervioso, y May sólo sonreía.

—No te preocupes… y por cierto, yo también lo llevó siempre conmigo, me recuerda todas nuestras aventuras y lo mucho que aprendí de ti— Ash no podía estar más sonrojado, y a May le alegraba mucho esta situación, pero decidió cambiar de tema para evitar cohibir al entrenador y que después no quisiera decirle sus sentimientos —También me di cuenta que tenías otra pokebola Ash— dijo seriamente la castaña.

—Si, cargo con 2 pokemon, con Noctowl por sí necesitaba hacer alguna búsqueda aérea, y a mmm… Charizard, por si necesitaba pelear— contestó el joven tranquilamente.

—Pero ¿no se supone que Charizard estaba en el Valle Charizifico?— preguntó la chica.

—Bueno, en teoría lo dejé allá para que entrenara, pero sigue siendo mi amigo, y cuando lo necesito, siempre esta ahí para mi, además es uno de los pokemon que elegí para la copa élite— comentó Ash seriamente.

—Y, ¿Por qué no lo usaste en la batalla contra Max?— cuestionó una vez más.

—Me pareció muy aprovechado de mi parte usar a Charizard en contra de Pidgeotto, aunque, después me estaba arrepintiendo, no cabe duda que Pidgeotto fue entrenado por Gary— dijo riendo el azabache.

—Eres un gran chico Ash— May abrazó al entrenador por el pecho, estaba apunto de robarle un beso, desquitando el que él le dio en el Pueblo Paleta, pero fue interrumpida por Max.

—Ey chicos, ¿desde cuando andan tan cariñosos?— preguntó con una mirada muy acusatoria.

—No pienses mal Max— Ash quería que se lo tragara la tierra.

—Bueno, en fin… andando que ya casi llegamos a casa— dijo comenzando a correr el pequeño.

—May, ¿enserio planeabas…— fue interrumpido por un beso de la coordinadora y después la castaña salió corriendo detrás del pequeño Max.

—Esperen…— exclamó el entrenador, y también fue corriendo —… Creo que no está del todo mal, entonces… ¿si me gusta May?, bueno lo mejor es que hable con ella después, ojalá estuviera Brock aquí— pensaba el joven, corriendo tras los otros dos chicos.

Continuará...

Ahora no tardé tanto en escribir la continuación =b. Bueno, para ser mi primera pelea, creo que fue bastante interesante hacerla y para mi fue bastante dificil. Disculpen sí creen que es corta la batalla, pero creí que no podía ser tan larga, considerando que Max es un novato en eso y Ash... digamos que tiene experiencia xD. Lo de los coqueteos de May, no quiero hacerla ver tan atrevida, pero es lo que se me ocurrió para despertar los sentimientos de Ash =D.