Levon

Taya

Poco a poco me fui acercando a Makoto, él había dejado que Uchikina lo golpeara ya que se había quedado perplejo lo abracé sollozando sobre su hombro impidiendo que Uchikina diera un golpe más, simplemente ya no quería estar aquí... y sabía que no iría allá a donde las personas llamaban cielo y tampoco iría al temido infierno, era una humana que quedaría justo en el centro, en el purgatorio junto con mis demás familiares, de igual forma debí de haber muerto hace mucho tiempo... ya no quería que alguien retrasara lo inevitable.

— Por favor Makoto...— murmuré sin separarme, era una conversación para dos — Me harías un gran favor si lo haces... yo no tengo lugar en su mundo, y no merezco estar aquí...—me separé milimetros de él y tomé su espada para colocármela en el pecho con una leve sonrisa

— Te lo ruego...

 

Shruikan

Aterrizó desesperado, miró a Makoto, estaba incosciente mientras Taya lo sujetaba. Volvió a su forma humanoide, su rostro era de desesperación, el rostro de un joven que contenía sus emociones para no llorar, se acercó a la escena con sus manos sangrantes, estaba descontrolado. Sujetó a Taya por los hombros dejando a Makoto a un lado, inconsciente. La miró por un segundo directamente a los ojos mientras un hilo de sangre se escapaba de su boca. Separó su mano izquierda y la abofeteó con el dorso de su mano, fue un movimiento rápido y brusco; los ojos del joven dragón dejaron escapar dos gotas que tercas se deslizaron por sus mejillas. No podía soportar el hecho de que abandonara esa batalla por la que ya varios había muerto —Madura...— lo dijo el más joven de los presentes, mientras desenvainaba su espada nuevamente girando hacia Makoto, dándole la espalada a Taya y mirando con furia al rey de los demonios.
El no era nada, era un ser imprescindible, ya nadie lo recordaría si muriese ahí mismo; pero Shruikan pelearía hasta su último aliento. Esta pelea había dejado se ser simplemente de ellos, esta batalla era para brindar un futuro a la mayoría. — Yo entrego mi vida a la causa, porque la libertad de este imperio es lo que define la vida de la muerte; el cielo del infierno. ¡Que el mal rompa mis huesos, pero jamás romperá mi espíritu! ¡Yo así lo he decidido, porque yo soy libre!—

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Pido perdón por la bofetada de mi dragón T-T

 

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Crearé huelga si este rol no concluye; soy la persona más negativa en cuanto a dejar roles inconclusos
*sientan mi ira y comiencen a escribir * o en serio diré que Shruikan se pasó al bando de Makoto y se comió a todos xD

 

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No pues ni me llegaron las alertas, así que una enorme disculpa por dejarlo tanto tiempo.

Y concluirá no te preocupes

 

Eliot

Todo se tornaba cada vez tan difíci, mientras más tiempo pasaba, la dificultad aumentaba junto con la confusión, ambas de la mano me daba tantas vueltas en la cabeza, Taya ya no quería pelear, el Rubio daría la vida por ella, Lucielle nos daba energía, a este paso todos morirían, sólo yo y el pequeño dragón lo dábamos todo en cada estocada.

Mi mente ya estaba a punto de estallar, Makoto ¿era bueno o malo? ¿De que lado estaba? Ya no sabía que hacer, desde mis adentros gritaba "Kedoku ¿que debo hacer?" una y otra vez, pero por cada pensamiento sentí como mi magia hervia en mi sangre, no lo pude resistir más, caí al suelo y solté mi espada de inmediato para tomar mi cabeza y apretar con mis manos.

--Kedoku...Kedoku-- susurraba una y otra vez hasta que sentí un dolor más intenso en mis adentros y no lo mantuve más contenido, la fuerza de mi magia me obligó a expulsarla con una gran bola de energía a mi al rededor haciendo que todos se alejaran obligándamente de mi mientras expulsaba un grito de desesperación y dolor.

Paso después de breve y el lugar dejó de iluminarse, para mi suerte no caí inconsciente, pero la debilidad en mi he hizo presente a falta de energía y me quedé de rodillas, con las manos al pecho tratando de recobrar el aliento.

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Me aburrí de la pelea Makoto ejecutamos el plan de antes, sólo que está vez tu me darás la mano, así que fin de la pelea

 

No puedo definir completamente bien que fue lo que paso, golpes, sangre, patadas. espadas, gritos, flechas, protección, traición, aquella mujer de blanco, mi cabeza estaba completamente confusa.
Aun inconsciente me daba cuenta de lo que estaba pasando, Taya quería que la matara, pero yo no era capaz siquiera de tocarla, Shurinkan estaba más que desesperado y Eliott estaba a punto de volverse loco, Blake solo miraba aun no sabia si matarme junto con Shurinkan, Lucielle, Kira y Ansamu se habían inmovilizado. Creo que en este tiempo, lo único que trataba de hacer era protegerlos, aunque mis ordenes en un principio eran otras, nos hicimos más que amigos, una familia. Y si había desaparecido era para protegerlos de mi padre, pero el que los había dañado al final era yo, ahora lo veía con claridad,.
La magia que Eliott expulso fue suficiente para hacer reaccionar a mi cuerpo, mire a Taya a los ojos y no dude un segundo, desaparecí la espada y la abrace tan fuerte como pude —Seré un mal amigo Taya, pero nunca podría hacer eso, eres parte de mi familia y la familia no se destruye entre si... solo tiene algunas diferencias— susurre. Todos estaban más que paralizados, me miraban fijamente, lo entendía, no podían fiarse así como así, le di un beso en la frente a Taya y poco a poco fui soltándola, me levante y la ayude a levantarse, ella parecía estar en una especie de shock, porque simplemente se quedo ahí parada, camine en falso, aún no sabia si lo que iba a hacer era lo correcto, pero, tenia que hacerlo.
—Vamos Eliott, no puedes dejarme así — sonreí mientras extendía mi mano hacia él —Fue una buena batalla, pero creo que para todos fue suficiente... —

 

Uchikina
Al fin había terminado todo esto...no tendría que elegir.
Suspiré con algo de cansancio mientras envainaba mi espada para después, rascarme la nuca.
A decir verdad, había sudado frío cuando me di cuenta de que no podría convencer a Makoto de que fuera de nuevo nuestro amigo y que, o tendría que matarlo para defender a mis amigos , o dejarlo ahí, para que los matara a todos...y creo que era más que clara la respuesta.
Suspiré de nerviosismo mientras me peinaba para atrás repetidamente para calmarme.
- Lo bueno es que Makoto se calmo - dijo de repente Hansamu mientras se acercaba a mi con una pequeña sonrisa. - Sino, probablemente lo hubiéramos matado, imaginate, esta ya sería la quinta promesa qué no cumplimos, ya estamos salados, no podemos seguir así.
No pude evitar sonreír ante esto.
- Bueno, tu lo dijiste: "una maldición más no nos puede hacer más daño"
Hansamu tiro una pequeña carcajada.
- Mira que tener que elegir entre cumplir la promesa de Kodoku o la de la mamá de este crió, es una difícil decisión...pero, hablando enserio, sí que ha crecido este crió.
Ambos miramos a Makoto, que estaba conversando con Eliott.
- Bueno...si tu te comparas a cuando eramos bebés a como somos ahora, yo creo que nuestra madre pensó lo mismo. - le conteste con una sonrisa.
- Oh vamos, ahora resulta que estoy nostálgico?
- Felicidades, ahora eres viejo.
- Jajaja
Ambos estábamos conversando normal, pero tanto como Hansamu como yo sabíamos que estábamos actuando raro, y ambos sabíamos el porque.
Hansamu sólo sonrió y se acerco a Makoto y a los demás
- Tu sabes...no creo que tenga caso tener mis dos ojos sobre ti...pero si nos vuelves a traicionar, romperé la promesa que le hice a tu madre y te matare, una maldición más no me hará daño. - Y después de que Hansamu dijera eso, se aparto un poco del grupo...seguramente para prepararse mentalmente de con quien estábamos a punto de encontrarnos.

Hansamu
Mire a Taya, no podía creer lo que había hecho...pero ya no podía hacer nada, ese era el camino que ella quería tomar, y si lo quería, a mi dolor, no me metería en su camino.
Sonreí suavemente antes de acercarme a un enorme árbol y sentarme a sus raíces.
Tenía que calmarme para lo siguiente, ya que aunque sabía que eso iba a ser una pelea física, para mi iba a ser más complicado...esperaba qué todo saliera bien con mi auto control.

 

Blake
La pelea había terminado, algo me lo decía, algo me decía que makoto no nos había traicionado después de todo, se sentía como si hubiésemos discutido sobre algo trivial y sin sentido, como quien se come el ultimo pedazo de comida o quien duerme en la litera de arriba, se sentía como una discusión de familia, eramos una familia después de todo " vaya grupo mas pin&% raro" pensé relajándome y limpiando la sangre que salia de mi boca.

Vi que makoto hablaba de algo con Eliott asi que fui con Lucille para saber si se encontraba bien, después fui hasta donde el mestizo quien se encontraba sentado a la sombra de un enorme árbol, lo cual me parecía una excelente idea " descansar un poco y fumarme un cigarro me vendría a toda madre"

 

Taya

Y parecía ser que a pesar de que yo imploraba la muerte simplemente me ignoraba, ¿tenía una especie de capa que impedía que esta me viera?, probablemente... o tal vez la muerte me tenía tanta pena que levantar su hoz hacia mi era imposible para ella. Makoto me dijo unas cuantas palabras mientras me abrazaba, palabras que yo no respondí en lo absoluto ni siguiera diciéndole algo por su acción de besarme la frente.

En otras situaciones me hubiera quejado o algo por el estilo, por la cercanía y por el simple hecho de haber tenido un contacto extraño conmigo de esa manera, pero ahora estaba tan abrumada que ni siquiera había sentido incomodidad. Y luego las cosas se calmaron, y sin más mis piernas comenzaron a moverse en la dirección a un camino vacio, ¿lo malo?, tendría que pasar por al lado de Hansamu y no podía ni verlo en estos precisos momentos.

Tomé aire y comencé una caminata hacia este camino, lado contrario a la batalla, camino directo hacia la huída, el escape, mi vida común y corriente, cuando todavía creía que ellos solo eran un cuento de hadas a pesar de ser quien era, cuando yo todavía era ignorante y pensaba que él estaba en algún lado y que volvería, cuando para mi todo era una monotonía sin color.

"Lo lamento mucho." era lo único que pasaba por mi cabeza en esos momentos mientras caminaba a un paso relativamente rápido para salir de allí, pero bueno.. era lo más que podía hacer, no me atrevería a matar a alguien con mis manos, esta guerra era algo que se salía completamente de mis margenes como humana, mis margenes de miedo y angustia habían sido rebasados en cuestión de segundos, todo esto era muy complicado.

 

Hansamu
Estaba calmado, disfrutando del descanso después de pelear, momentos después, sentí como alguien se acercaba a mi y se sentaba a mi lado, segundos después, un olor muy familiar me llego.
- Blake, más te vale qué cuides de los demás, ¿Esta bien? - dije sin abrir los ojos.
Pero escuche el crujir de otras hojas, pasandonos de largo...espera, ¿Que no la batalla era hacia el otro lado?
" Hansamu...Taya se va " me dijo Uchikina mentalmente "voy tras ella"
" No...yo voy a ir, quédate aquí y cuida a los demás" le conteste, de inmediato supe qué abrió la boca para refutar, pero agregue " No te lo estoy pidiendo Uchikina, te lo estoy ordenando, quédate."
Uchikina solo afirmo.
Abrí los ojos, me puse de pie y le seguí el paso a Taya, hasta qué estuvimos lo suficiente lejos de los demás.
Le agarre la muñeca.
- ¿A donde vas, Taya?, la batalla es hacia el otro lado...

 

Taya

"¿A donde vas, Taya?, la batalla es hacia el otro lado..."

Y como me temía realmente no pude evitarlo, él ahora se encontraba agarrando mi muñeca haciendo que me detuviera en seco, ¿por qué me pasaba esto?, solamente era seguir caminando sin que nadie se diera cuenta... solo era seguir la línea del camino hacia donde me llevara... era una simple tarea. Suspiré y bajé la mirada sin poder evitarlo y me giré un poco, casi nada para intentar con mi otra mano librarme de su agarre negando levemente con mi cabeza a su pregunta.

— Mi batalla esta hacia allá — murmuré sin detener mi acción fallida, mi mano solo se resbalaba con la suya sin lograr nada en específico — Deja que vaya.... por favor Hansamu... deja que vaya..

 

Hansamu
Mire directamente a los ojos a Taya, en su mirada claramente me decía que quería huir...huir y no mirar atrás...solté su muñeca.
— Si esa es tu decisión...no me queda mas que otra que respetarla — la mire nuevamente, solo pude tratar de esbozar una sonrisa —. Todos tenemos batallas, Taya, y desgraciadamente no todas podremos ganarlas, pero estoy seguro de que esta la podrás ganar...— puse ambas manos en sus mejillas y le di un pequeño beso en forma de bendición. — así que te deseó lo mejor, Taya, y nunca mires atrás, mucho menos te culpes por algo que tu no hiciste.

 

Taya

Cuando sentí que soltó mi muñeca levanté un poco la mirada, él me había hecho caso... pero cuando empezó a hablar supe el porque él me había soltado, me estaba diciendo un pequeño sermón de las batallas, que confiaba en que iba a ganar esta pero lamentablemente no era así, solo estaría huyendo para cubrir todo aquello que había hecho mal aquí.

Cuando estuve apunto de retirarme hansamu puso sus manos en mis mejillas y me dio un beso en la frente, a lo cual solo pude bajar la mirada nuevamente, claramente avergonzada, no me esperaba nada de eso mucho menos lo que dijo después " así que te deseó lo mejor, Taya, y nunca mires atrás, mucho menos te culpes por algo que tu no hiciste."

— Ha sido un placer conocerte de mi parte....— susurré retrocediendo poco a poco — Y mil disculpas por haber sido la carga que tuviste que soportar Hansamu.... — traté de reir para que lo tomara como a broma pero solo salio una débil sonrisa — Vivan.

Sin más me di media vuelta y comencé a correr lejos de allí, ya no volvería a verlos, no tenía planeado volver a verlos, una humana jamás debió de haber tenido el privilegio de haberlos conocido a cada uno de ellos...

 

Hansamu
Me quede en silencio viendo simplemente como Taya corría, tratando de grabar todos los recuerdos que tenía de ella, y recordaría para siempre ver su espalda al despedirse de mí, eso es lo que más marcaría.
Me di la vuelta y me rasque la nuca. Todo había sido una maldita resignación.
Sabía que no podía proteger, y por eso la deje ir...sabía que no le podría hacer feliz.
En cuanto regrese, Uchikina me miro
— ¿Y Taya?
Camine hacia el, y le puse una mano en el hombro y lo apreté un poco.
— Fue a pelear su propia batalla...no te preocupes, ella ya puede valerse sola.
Uchikina me miro, y solo estire la comisura de mis labios, bajo la mirada de inmediato.
— Lo entiendo...supongo que maduro mas rápido que yo...
— Para mí, ya has madurado suficiente, pronto ya no me necesitaras y al igual que ella, podrás valerte por ti mismo, esa es la magia y desgracia de madurar, saber cuando dar marcha atrás y dejar a las personas que no te puedan seguir el paso.

 

Eliott

Cuando estaba por volverme loco escuche esa voz ronca y familiar dirigirse a mi y acompañado de una gran sonrisa, Makoto me extendió la mano diciendo que fue un gran combate ,lo miré y note que ya no había maldad en él, su aura reflejaba un resplandor puro, como cuando lo conocí.

Sonreí y tomé su mano para levantarme --Bienvenido de nuevo -- le dije con voz más tranquila seguido de una sonrisa y lo jale hacia mi para abrazarlo.

A sus espaldas veía la escena de Taya, me entristecía escuchar y ver que ella se iba, me conmovió las palabras que entre ellos dos cruzaban y a discreción lance una flecha con mi arco imaginario hacia ella.

Una flecha de magia que contenía parte de mi ser, esta se incrustó justo en su pecho y se desvaneció lentamente.

"así podremos estar conectados, como hermanos de sangre, siempre podré ayudarte y cuidarte aunque esté al otro lado del mundo "

Pronunciando estas palabras me separe de Makoto y trate de tragarme toda esa nostalgia al perder a un gran miembro de nosotros.

Me armé de valor y mire hacia la continuidad de nuestro camino, las puertas del infierno mismo --Chicos, esto sólo ha sido el comienzo, debemos seguir-- mencioné, pero ahora no estaba seguro de lo que ellos querían realmente, siempre estaban bajo nuestras órdenes.

Me di la vuelta mirandolos a todos --desde ahora todos ustedes son libres, pueden hacer lo que siempre quisieron -- me dirigí a todos con una voz de bastante prioridad --Esta pelea es mía y de Kedoku, pero... Están en py derecho de no involucrarse--

Me giré y comencé a caminar hacia el jefe final --quien quiera seguir comígo, con nosotros, siganme y terminemos con esto juntos, pero será bajo su propio riesgo -- finalice con esa misma voz fría y sería.

Estaba casi seguro de lo que ellos decidirán "Kedoku no te fallaré, así sea sólo... Te prometo que cumpliré con nuestra devocion"

Sabía que si entraba solo, iría directo a mi muerte.

--Gracias chicos, por todo -- susurré por último

 

Taya

"Corre...corre... corre y no te detengas Taya..."

Ya no había vuelta atrás, ellos seguirían su batalla y serían libres por fin, libres de seguir sus caminos para volver a sus vidas normales libres de preocupaciones pero ahora ya había escogido huir cuanto antes, que mis piernas fueran de utilidad una vez más y me permitieran correr como aquel día tan catastrófico donde las llamas lo consumieron todo, el día en el que la cosa, humano o ser nos atacó y todo se vino abajo y donde el sentimiento de huir para sobrevivir había nacido, donde mi primer encuentro por la muerte fue esquivado.

Y después de un largo recorrer escuché voces, voces humanas que indicaban instrucciones y finalmente el olor al mar, estaban evacuando, la batalla los estaba haciendo evacuar a todos ellos y esa era mi vía de escape y tenía que aprovecharlo como fuera posible así que intentando acelerar un poco más el mover mis piernas aun más rápido a pesar de que me pareciera imposible.

— ¡E-Esperen! — eso fue lo único que había salido de mis labios cuando terminé de correr y me apoyé en mis rodillas para respirar un poco, la gente de allí estaba apunto de partir en sus barcos para colocarse a salvo pero por suerte uno de los miembros del barco decidió dejar un cupo más pero me advirtió que tenía que moverme rápido o partirían, a lo cual solo pude responder con un titubeante "Gracias" antes de correr hacia el barco para después ser ayudada para subir en este y tomar asiento en uno de los sitios disponibles antes de que el barco comenzara a moverse para partir de allí.

Muchas de esas personas estaban asustadas porque sabían lo que pasaba a kilometros de sus posiciones, una guerra se estaba desatando y a ellos no les convenía a estar presentes y sin saberlo ellos estaban ayudando a salir a alguien que "era parte" de la pelea que estaba apunto de empeorar.

"Ya lo demás dependerá de ustedes chicos... mucha suerte"

 

Shruikan

—He tomado mi decisión, no daré ni un paso atrás Elliot; pelearé con la fuerza de toda mi estirpe. Seguiré adelante por todo aquel que no puede respirar a mi lado en este momento— sujetó con fuerza aquella bolsita que cargaba con ruedas brillantes, lo último que le dió Alfhild; el inicio de su tesoro el cual añoraba acumular en las ruinas de su antiguo hogar —Este dragón extenderá sus alas para luchar por última vez; esperando que su siguiente vuelo sea en una tierra libre— cerró sus ojos volviéndose a transformar en dragón; colocó sus cuatro patas en el suelo y rugió con furia; algo que jamás había hecho, rugir sólo estaba permitido cuando un dragón joven pasaba su prueba de juventud para unirse al clan de los adultos; prueba que no podría realizar pero sentía que esto lo convertiría en uno, a pesar de su corta edad.
"Escuchen mi rugir maestros... Escúchenme y denme su aprobación, denme la fuerza para pelear..." pensaba mientras extendía sus alas para el combate.

 

Hansamu
Mucho antes de que Eliott preguntara eso, yo ya tenía bien clara mi respuesta
— Yo decidí hacer esto desde mucho antes de haberlos conocidos, chicos, antes lo hacía por simple egoísmo mío, pero ahora no lo haré por mí, sino por todas las personas que dependen de nosotros ahora. Y debo de serles sincero —dije mirando a todos — Cuando comenzó esto, no podía confiar en ninguno de ustedes, pero...ahora no puedo imaginar mi vida sin ustedes...gracias por estar en ella —después de decir eso, miré a Eliott — No pienso dar marcha atrás, puedes confiar en mí.

 

Blake
Cuando me senté junto al mestizo este me dijo unas palabras puesto que había salido corriendo para encontrarse con Taya quien parecía estar buscando un poco de paz y tranquilidad en estos tiempos caóticos, no la culpo, la guerra es algo horrible y no muchos la pueden soportar por mucho tiempo y los que lo hacen quedan marcado de por vida si esque sobreviven.

Dedicó que si iba a morir en el siguiente combate me podía dar el lujo de fumar una vez mas, busque entre la bolsas de mi chaqueta mi cajetilla de cigarros y cuan fue mi sorpresa al ver que estaba bacía — Maldita sea mi pin€%& suerte!! — exclame molesto pero después reí un poco — parece que ese ultimo cigarrillo tendrá que esperar —

Después de hacer que a Eliott, quien estaba en las puertas del infierno — puedes contar con migo, siempre supe que era mi destino morir en combate, así que por que no buscar los combates mas grandiosos que este mundo tenga que ofrecer y que combate mas grandioso que contra el mismisimo señor de los demonios, no me lo perdería por nada del mundo — dije con una sonrisa — además no dejare que se enfrenten a esto solos, lo aremos juntos como equipo —

 

Eliott

Miraba con atención que el joven Dragón fue el primero en concederme su apoyo seguido por el rubio, estaba bien, ya teníamos a Makoto de nuestro lado y el Lobo no demoro en unirse a nosotros, una sonrisa se marcó en mi rostro y los mire simultáneamente para agradecer por sus nobles sentimientos —Les prometo que saldremos de esto— pronuncie con mis labios temblorosos y recordé las palabras de mi padre "Lucha y se fuerte, con tales sentimientos nunca llegaras a nada mas que la cobardía" a pesar de que mi madre me decía que estaba bien ser "débil de sentimientos" yo luche para que mi padre se enorgulleciera de mi "Padre ahora es el momento de demostrarte mi valentía".
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Ya eran cinco jóvenes que continuaron su camino atravesando las puertas del limbo hasta llegar a donde estaba el ahora señor de los infiernos, aquel que le había quitado el trono a su propio hermano, el padre de Eliott, aquella gran puerta se dejo caer por los suelos del infierno, Aquel chico que los guiaba dio un suspiro y de inmediato convocó sus pesadas y finas espadas, el gran legado de hielo y fuego que sus padres le habían otorgado —Llegó la hora— pronuncio serio y seguro dando los primeros pasos hacia el interior de este salón.

Al estar todos dentro las puertas volvieron a cerrase completamente, aquella escena nos dejaba apreciar el blanco de sus paredes, suelo y techo, poseía grandes detalles idénticos a los templos de roma y justo al fondo, justo a la mitad se encontraba el legendario trono que Eliott apenas y recordaba.

Una sonrisa malvada se entono escuchándose el eco retumbando entre los pilares —Finalmente Eliott— menciono aquella voz ronca y gruesa desde los aposentos del trono —Me sorprende que hayan llegado hasta aquí— se levantó y camino hacia ellos lentamente —pero no era mas que esperarse de el hijo de Sparta y...— dirigió la mirada a cierto chico—Mi hijo claro esta— finalmente confesó sonriendo.

Después lanzo una especie de hechizo desde su capa iluminando el llamas los alrededores de este cuarto —vinieron directamente a su muerte— pronuncio estando ya tan cerca de ellos, a lo que hizo actuar a Eliott pero antes de que pudiese atacar este personaje tomó las manos del chico que sostenía las espadas y dijo —Nunca podrán matarme— y se incrustó ambas espadas en el abdomen desatando un aura completamente negra seguido por un grito de dolor y placer al mismo tiempo y su cuerpo se desvaneció en el suelo.

Eliott

La sangre se derramaba en mis espada, no podía creer lo que había hecho hasta que un recuerdo repentino se hizo presente, mi padre me había contado de un hechizo que solo podría realizar entre demonios, y aquel que realizara el hechizo sacrificaría su vida, mas un unigénito debía tener para completarse la acción. mi mirada se dirigió al único que podría esperarse Makoto, rápidamente me acerqué a el colocando una barrera de magia blanca para evitar que el hechizo sucediera, pero al ver que ni un solo cambio se había realizado en su cuerpo y que ninguna fuerza maligna chocó con mi magia pensé lo peor en uno de nosotros el reencarnaría y yo estaba dentro de las posibilidades, sin en cambio aun tenia uso de mi conciencia. Mire a los demás y en especial a uno de ellos pero era ya demasiado tarde.

@Lineve Kyoko