Levon

Contenido oculto: Eh Aqui e hermanito de Selenia

Tambien puede cambiar de color con agua magica lol >u<

 

Shruikan

Se alejó por completo de los aldeanos y compañeros, refugiándose en la espesa cobertura de árboles y arbustos alrededor de la aldea; recargándose en un sauce, doblando sus piernas para sentarse y abrazarlas mientras veía a las hojas, inalcanzables para su pequeño cuerpo humanoide. Ahí se sentía más cómodo, a pesar de que prefería esas verdes planicies o altas montañas donde revoloteaba cuando era aún más pequeño de lo que es ahora, cuando jugaba en su verdadera forma... Miró sus manos, en su aspecto humanoide, aquel aspecto al cual es obligado a permanecer por no llamar la atención con su forma inmensa de dragón, fue en ese momento cuando recordó el sueño en el barco, la aldea en llamas; debía evitar no convertirse en dragón, negarse su naturaleza por miedo a llamar la atención.
Un dragón orgulloso de serlo, no podía agitar sus alas y sentir el vuelo; el vuelo, lo que podía definirlo como dragón. Esta guerra ya le había quitado demasiado, y ahora, se perdía su escencia mientras miraba su manos humanoides mientras trataba de recordar el color de sus escamas al tocar el sol. Cerró sus ojos y ocultó su rostro entre sus brazos y piernas dobladas, y ahí bajo la mirada de aquel árbol, lloró en silencio.

 

Contenido oculto: Amelie

Me mataste con tus palabras :,) (Aplausos) pero porque te alejas? que haras ahi solito? y si la bruja mala te atrapa y te da vilin como a bleke? D:

 

Contenido oculto

Gracias Alisse :3
Es su naturaleza o.o y si aparece esa bruja peleará con ella por su libertad, no cederá

 

Observe como Shruikan elda se alejaba del grupo, estuve tentado a seguirlo, pero el podría considerarlo como una falta de respeto, así que me quede quieto.
- Es triste, muy triste. -murmuré para mi mismo.

 

Lucille

—¿Has dicho tu hermana?!! ¡Oh! En verdad espero que se encuentre bien...Me disculpo por haber permitido que se alejara del grupo. Nos sucedieron tantas cosas inesperadas y se apartó de nuestro lado. Llegamos aquí por medios más bien prácticos. Ella estaba preocupada por alguien importante para ella que estaba enferma. ¿La conoces también? ¿ Qué es lo que le sucede? ¡Puedo ayudarle!- expresé con preocupación en mi cara nívea.

 

Naibaf

Me sorprendió la manera en cómo hablaba --no te preocupes por ella--dije tratando de disimular mi preocupación --Si, nuestra madre fue hechizada, de eso mismo tengo que hablar contigo personalmente -- le respondí algo serio.

Después de caminar un buen rato, subimos aquella colina dirigidos por una vereda y fuimos recibidos por mi padre, el líder. --Sean bienvenidos a mi "humilde " casa -- pronunció saludando con cordialidad --ni hijo los guiará al gran comedor y después se les asignará un cuarto para que quedan lavarse y descansar -- finalizó abriendo paso, nos adentramos y nos encaminamos a dicho lugar , --porfavor tomen asiento en donde gasten, la comida vendrá en seguida --

 

Lucille

" Era su madre quien esta enferma...seguro han de sufrir mucho. No puedo irme de esta isla sin hacer algo por ellos. No yo quien aviva la corriente de vida de los seres y el planeta. Eso jamás..."
—¡ Lo conversaremos sin duda Naibaf!- respondí con confianza.
Ya estábamos en el grandísimo lugar donde habitaban. Me recordaba un poco al lugar donde había pasado mi infancia.
El padre del muchacho se había presentado, hablaba sobre que descansáramos ahí y que cenaríamos de inmediato.
—Mil gracias caballero, no tengo palabras para expresar mi gratitud.- respondí con reverencia y posicionándome en el gran comedor. Asimismo hice una breve señal a todos para que se colocaran en sus respectivos asientos.

 

Taya

El guardia comenzó a guiar a Lucille por una vereda y había creído escuchar que habría comida, eso era bueno para todos después del viaje que habíamos hecho, pero aun así faltaba alguien que seguramente tendría algo de hambre. Volví a caminar de regreso por la vereda y seguir los pasos de Shruikan -o como solía pensar yo "bebé dragón"- y avisarle de la comida y refugio.

Cuando llegué a donde él toqué su hombro con cuidado para llamar su atención y avisarle de cierta forma que estaba allí — Shruikan hay comida y refugio al final de la vereda... ¿no quieres ir? — le pregunté sentándome al lado del árbol en el que estaba

 

La comida se esmpezó a servir casi al toque , era un gran fesin, Los platos llenos de carne y fruta llenban la gran mesa. platillos exoticos, platillos que no se habian visto nunca en la histoeria de Levon, pero que se contabam eran deliciosos —Porfavor, debusten de este manjar que ha sido preparado especialmente para ustedes— Mencionó Naibaf con na gran sonrisa e indicandole a los sirvientes que los dejaran solos —Si no les molesta, estare en mi habitacion, sientance como en casa— Finalizó para despues retirarse.

Contenido oculto: Blake

Perdon por no seguirle a tu historia, aun sigo pensando en que poner para que se vea interesante, creeme que es muy complicado y que he pasado casi 3 dias pensando y pensando en lo tuyo, una gran disculpa pliss y por cierto el lunes empiezan mis examenes asi que probablemente me arde un poco mas de lo normal lo siento

 

Lucille

La cena lucía hermosa y deleitable a los ojos . Yacía en uno de los extremos de la mesa con el rostro enaltecido, mi cuerpo pálido, fino y estilizado acomodado perfectamente en una de las sillas como si fuera la más preciosa de las piezas de una casa de muñecas. Este cuerpo humano tan perfecto y frágil sólo era el reflejo de la inmensa belleza que ocultaba tras el maniquí: Un unicornio. Él último.

Recordé tras ver a todos mis amigos en rededor la primera vez que cenamos en la choza subterránea. Esa vez yo no había cenado , porque tenía miedo, me sentía sola y confundida. Ahora nada era como al principio, unos habían muerto, otros se habían ido, batallas ya se habían librado... Y hoy, hoy no me siento diferente que antes pues mi corazón siempre ha sido el mismo. Pero mi ojos veían con otros ojos...

Ser fuerte no es ser inquebrantable, si no estar roto y enfrentar con las grietas tus miedos más abominables. Y yo. Yo soy muy fuerte.
Tras pensar esto con la mirada perdida, comencé a ingerir la ensalada en mi plato.

 

Shruikan

Miró a Taya y tardó unos segundos en responder —Lo agradezco Taya; pero estoy bien aquí, así si hay algún movimiento les avisaré lo más rápido posible— sonrió.

 

Taya

Suspiré y me levanté lentamente del suelo — Esta bien... entonces me imagino que toda esa carne que prepararon para ti tendrá que desperdiciarse, que mal...— dije dando media vuelta y comenzando a caminar de regreso

 

Habia pasado un tiempo desde que desapareci, si asi de simple, desapareci de la nada nisiquiera yo sabia el que o el por que de mi ausencia en el grupo, estaba perdido en un lugar extraño, sin color, sin luz, sin textura... sin vida.
Habia pasado un largo rato caminando y de la nada Black aparecio frente a mi en su forma humana, me alegre al saber que no estaba solo pero luego me di cuenta de lo que se trataba. Black desde pequeño es mi gato mensajero y como en esos dias y ahora cumple con su trabajo, entregandome las palabras que mi padre nunca se ha dignado a darme, esta vez estaba dispuesto a mandarlo a la goma y decirle que yo ya no estaba dispuesto a matar sin razon, pero antes de que pudiera hacer algo Black me dio el mensaje, un mensaje que me dejo sin aliento por que, además de que no eran palabras de mi padre si no suyas, si, suyas del mismo Black, al parecer si tenia un amigo en todo ese tiempo... pero eso no importaba, lo que importaba era el mensaje.

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Apareci de la nada dentro de una casa y aun sin poder procesar bien la informacion me acerque a un hermoso comedor, mire dentro y ahi estaba la persona dueña de mi corazon, de mis senimientos, pero tambien la que hacia que el mensaje fuera aun más angustiante para mi.
—H-Hola Lucielle— dije sonriendo.

 

Shruikan

Por un momento analizó las palabras de Taya; le había pegado en un punto sensible al joven dragón quien no pudo evitar soltar un sonido molesto de su estómago hambriento; sintió como el calor inundaba su rostro, sabía que se había sonrojado. No supo reaccionar, así que se levantó rápidamente golpeándose con un pedazo de corteza de aquel sauce –¿Han hecho eso por mi? –Decía pensando en la gran cantidad de carne roja en una gran mesa siendo abandonada, porque la gran mayoría elegía frutos o hojas verdes que para Shruikan sólo evocaban el hecho de ser incendiadas –No puedo ser descortés... las dragones no somos descorteses– Dijo en voz serena mientras se tallaba sus ojos; miró a la dirección donde caminaba Taya y la siguió discretamente.

 

Taya

Mientras seguía mi camino-de una forma excesivamente lenta- escuché un leve ruido, muy tenue, pero podría jurar que era su estomago pidiendo algo de comida y cuando por fin habló me detuve y me giré para verlo, estaba algo rojo pero nada de que preocuparse, todos pasábamos vergüenza — Claro que lo han hecho para ti, y para todos... cada uno de nosotros se le sirvió algo especial — reí levemente — Adivina quien es el que tiene mas espacio por su platillo...

Comenzó a caminar hacía mi después de tallarse los ojos un poco, menos mal y le había convencido, estaba segura de que yo no podría poner todo eso en algo para traerlo hasta acá, le sonreí levemente y volví a caminar para llegar a la casa del líder, el bebé dragón disfrutaría su banquete después de tanto tiempo en el mar

 

Shruikan

Entró a la casa del líder procurando pasar desapercibido; lentamente se sentó junto a Taya mirando la comida que había en la mesa; esperó hasta que alguien comenzara a "atacar" el alimento; mientras tanto sólo observaba lo que eventualmente iba a comer, sonrió –Gracias Taya...– Dijo en un tono moderadamente bajo, no la volteó a ver pero en verdad estaba agradecido.

 

Taya

Habíamos entrado a la casa del líder y en el comedor solo se encontraba Makoto y Lucille, los demás al parecer no les había interesado mucho venir a comer algo, pero lo que a mi mas me intrigaba era ver como Shruikan pasaba con un sigilo hasta el comedor, ¿quería... quería que no lo viera nadie?, al parecer eso era, pero me suponía que era por lo mismo que no quería estar en la aldea.

Nos sentamos en la mesa y al parecer esperaba algo, solo miraba su comida — No hay de que... y Shruikan — tomé mis cubiertos para partir un pedazo de mi comida y dejar que el vapor caliente de esta saliera, además al ser humana no podía ingerir pedazos tan grandes de comida... me ahogaría o algo parecido— Nadie tocara tu comida, es toda tuya...— dije sonriendo un poco, no sabía cuales eran las costumbres de un dragón pero en mi caso como mitad lobo sabía que cuando un miembro se convertía en omega y andaba solo cazando siempre miraba su presa con sumo cuidado como esperando a que alguien le intentara quitar su comida... había posibilidades de que fuera lo mismo

 

Lucille

Me encontraba cenando unos crujientes vegetales cuando de pronto Makoto llegó aparentemente de un lugar del que yo desconocía. A veces simplemente se perdía y aparecía así sin más. Me alegraba que estuviera de nuevo con nosotros. Le extrañaba, siempre le extrañaba.
Giré mi vista y clavé mis ojos violetas en los suyos...
—Hola Makoto! acompáñanos en la mesa, por favor...- le dije dulcemente mientras hacia señales de que tomara asiento.
Miré a mi alrededor y observé que llegaron Taya y Shruikan algo sigilosos.
—Lady Taya, Shruikan!!! Acompáñenos!- insistí entusiasmada.

 

Shruikan

Vió como Taya se servía con esos extraños utensilios que varías veces habían usado con anterioridad para comer; sonrió ante el comentario de Taya, pensando que había sido demasiado obvio viendo toda la comida en la mesa, conteniendo sus instintos de transformarse y engullir todo lo que fuera rojo. Después al ver que ella servía alimento en su plato el con su mano tomó un gran pedazo de carne; no utilizaría los utensilios raros. Fue en ese momento, justo antes de soltar la carne en su plato frente a él; cuando escuchó la voz de Lucille; y ahí, con la carne en la mano fue descubierto y su sigilo había resultado un completo fracaso; de nuevo el calor en su rostro estaba presente, sonrojado dejó la carne en su plato con delicadeza y escondió su mano debajo de la mesa; como si hubiera hecho algo malo.