Lenguaje de amor...

Bien para lo que leyeron mi última creación: "El primer engaño" sabrán que dije que hoy subiría mi última historia trágica del mes pero por diversas razones subo hoy el prólogo. Pues viene febrero y en ese mes del amor planeo subir toda está historia que traigo hoy y que esperó sea de su agrado.

"Lenguaje de amor"​

​

Prólogo.​

Y ahí estaba parado, observando como todos sus colegas danzaban animadamente con sus respectivas conquistas de aquella noche mientras él, como siempre, ocupaba únicamente el puesto de espectador en espera de una posible oportunidad.

Suspira cansado se su eterna situación, se creía atractivo ante el ojo femenino y consideraba ser un buen prospecto pero sin embargo por alguna extraña razón nunca lograba, siquiera, una pieza con alguna de las damiselas presentes, ni con la menos agraciada como mínimo.

Con el ego herido decide dar final a su monótona velada retirándose de aquel elegante salón sin despediste de sus acompañantes, no quería arruinarles la noche, así que sin mas toma camino en dirección a la salida.



— ¡No lo entiendo!— Su acompañante, buen mozo y de mirada enigmática arqueó una de sus espesas cejas negras en clara interrogación.
— ¡Hasta Peter lo consigue! ¿Cómo es posible que yo no?— Ante su cuestionamiento su amigo, Martín Roberts profirió una disimulada risilla. —Habló enserio Martín. — Lo fulminó con la mirada antes de explicarse. —Solo van observan a una dama y sin siquiera una charla de por medio se acercan a invitarlas a bailar y lo peor del caso es que ante ese descaro e insulto a su persona ellas aceptan.
—Mi buen amigo Joan —llamó su oyente llevándose la copa de vino blanco hasta las comisura de sus labios jugando con el cristal de esta antes de tomar un breve trago y volver a hablar encargándose así con su acción anterior de obtener la atención de su despistado colega —¿Es qué acaso no conoces el lenguaje del abanico?— Interrogó en forma de broma soltando un par de risas mas calló al ver la cara de duda que su amigo tenía.
—¿El lenguaje del qué? —Preguntó por su parte el abatido joven con la frente llena de líneas de expresión a causa de su duda.
—Ya decía yo que tanto tiempo viviendo en el campo no era bueno y mataba tu conocimiento social. —Se mofó de nueva cuenta del hombre que tenía enfrente, solo él podía ser tan despistado para no enterarse de ese muy usado método de comunicación y sobre todo de conquista. —El lenguaje del a-b-a-n-i-c-o. —Deletreó la última palabra moviendo su mano izquierda sobre su mejilla como si esta fuera el objeto mencionado con anterioridad.
—Sé lo que es un abanico, gracias, lo que no sabía era eso que dices tu del lenguaje del abanico¿Enserio existe tal? —Cuestionó totalmente desconcertado ¿Acaso las mujeres podían ser tan complejas?
—Efectivamente mi buen amigo. He ahí la razón de su mala suerte en el amor.—Ante tal afirmación el castaño se dedicó a probar bocado que no hacía mas de cinco minutos ya habían colocado en su mesa mientras su ingenuo amigo seguía con una mueca incrédula ante la información que recién se le había proporcionado. Dejo de comer ante la inactividad de este solamente para añadir. —No te preocupes mi buen Joan, tú amigo Martín Roberts está dispuesto a adiestrarte en tan bella forma de conquista, aún a sabiendas de lo mal aprendiz que sos.— Esto último lo dijo para propia comedia antes de volver a concentrarse en sus alimentos.



— ¿Y qué significa que la jovencilla abaniqué lentamente sobre el pecho su abanico? —Esa era la quinta pregunta expresada después de arduas horas y días de intensa enseñanza.
—Era… “Tengo novio”… No espera; era “estoy soltera” si eso era ¿cierto? —Preguntó aquel joven rubio inexperto en el cortejo de ciudad.
—Correcto. —Calificó con una media sonrisa su amigo ahora mentor — ¿y abrir y cerrar el abanico sobre la mejilla?
—Sencillo. —Calificó Joan —es que le he gustado— Afirmó totalmente seguro recibiendo un asentimiento nada mas.
—¿Qué tal si ella cambia su abanico a la mano izquierda? —Y el cuestionamiento no parecía querer terminar para disgusto del alumno.
— Ese es malo ¿cierto? —contra preguntó obteniendo nuevamente un asentimiento del castaño. —Hum… Bien era “no puedo” — Respondió guiñando uno de sus ojos azules a sabiendas de su acierto.
—¿Y si hace el cambio de forma inversa?
— Fácil: soy un osado ¿o me equivoco? —interrogó con autosuficiencia.
—No lo haces, así que es hora de poner en práctica tus nuevos conocimientos futuro Don Juan— Sentenció recibiendo una radiante sonrisa de su amigo y tutor en ese lenguaje. —Claro a menos de que tengas miedo —Aquella insinuación borró cualquier inseguridad del rubio el cual solo asintió. —Así me gusta el siempre valiente Joan. Esta noche el vizconde ofrece un baile en su castillo, prepárate.
Al parecer esa sería la gran noche de Joan…


Notas: Lamento la falta de detalles y narración pero prometo que el próximo capítulo eso será distinto. Lamento errores de ortografía. Escribí esto hoy en la madrugada y tenía que subirlo hoy para que la planificación que tengo para subir esta historia no se viera afectada.

En una semana, 01-02-12, estaré subiendo el primer capitulo. Sin mas esperó que mi historia haya valido su tiempo :D

 

Ya pro fin 1ero de febrero. Inicia un bello mes ¿No? El amor ya se siente y yo ando inspirada pero también recién entro a la escuela y ah no haré la tarea por escribir Lol.
Ya con el fic. Pensaba darle fin al capitulo hasta una parte mas avanzada pero por cuestiones de tiempo lo recorté.
Lamento lamento lamento mucho, no mejoré tanto como hubiese planeado en un principio mi narrativa, pero si ahora si a trabajar duro toda esta semana para que el capitulo 2 salga "h-e-r-m-o-s-o"
Gracias a los que me leen ^3^ besos...
Aclaración: Por que vi que varias personas no sabían lo que era: A finales del siglo XlX y XX las damas de compañía era muy estrictas con sus doncellas por lo cual no permitían que hablara y mucho menos se les acercaran a los varones. Y nosotras como siempre tan inteligentes (notese mi feminismo) idearon una manera de comunicación y ese fue el abanico pues tenían que llevarlo siempre ¿Por qué no aprovecharlo? ;)
Sin mas...

Lenguaje de amor
Capítulo uno:

Cientos de parejas se adentraban al recinto donde se efectuaba aquel baile, las féminas lucían pavorosos vestidos ceñidos a sus diminutas cinturas para acabar con unas faldas de considerable volumen mientras los caballeros iban ataviaros con impecables trajes de etiqueta y Joan no era la excepción, llevaba un smoking negro que lo hacía parecer aún mas alto de lo que era sin mencionar que el oscuro color de la fina tela no hacía mas que resaltar la claridad de su piel, el rubio de sus cabellos y el azul de su mirar.

—¿Listo?— Preguntó su amigo y ante lo implicado por tal cuestionamiento un estremecimiento atravesó su cuerpo, sentía la adrenalina fluir por sus venas y eso que no estaba en campo de batalla, como antaño, pero sabía que el riesgo que se implicaba en el cortejo era casi o mas dificultoso. Y Joan podía sentir un riesgo en aquel lugar y no le hacía falta preguntar la razón puesto que la conocía: “Una mala mujer es mas peligrosa que la mas ardua, injusta y feroz guerra librada entre los hombres” eso era lo que su padre le repetía a lo largo de su existencia y él jamás dudaría de las sabias palabras de su difunto padre.

Por un momento se cuestiono el motivo de su interés en querer conquistar a una dama aún estando consiente de todos los problemas que atraían aquellos seres llamados mujer, tanto en el flirteo como en el sentimiento que podía conllevar el galanteo: el amor; no había cosa mas problemática que aquello ¿Entonces porque había deseado poder enamorar a una dama?

Es solo conquista de una noche. Le recuerda una voz en su interior y sin estar del todo convencido de aquella afirmación formulada en su interior sonríe a su amigo el cual espera una respuesta a manera afirmativa.

—Entonces; adelante.— Invita a pasar al salón principal a un Joan lleno de dudas cosa por demás extraña en él.


—¿Y bien mi buen Joan?— Sacó de sus pensamientos a su camarada, el rubio al verse cuestionado y como buen caballero que era optó por reconocer su evidente inatención.

—Lo lamento Martín no estaba prestando atención— Tras su disculpa apuró un tanto el líquido de la copa que llevaba en la mano derecha.

—Te preguntaba si ya has visto a alguna bella señorita para actuar —Repitió sacando de su bolsillo izquierdo un cigarrillo el cual encendió y llevo a sus labios en espera de una contestación

—No aún no— Fue su única respuesta, al parecer su verdadero motivo por el cual deseaba cortejar no era otro mas que el de acallar su ego y orgullo heridos ambos ante sus, aparentemente, nulos dotes casanovas. Puesto que en realidad él no estaba interesado en conquistar a una jovencilla mimada si tenía que ser sincero.

—Pero si hay mas de un par de hermosas señoritas. — Le ofreció un puro mientras él por su parte se encargaba de buscar a su futura presa; no por nada era conocido entre sus amigos como el mejor de los galanes ni entre las señoritas se había convertido en una leyenda urbana: “Si sus miradas os cruzan y si sus topacios ojos os observan con detenimiento prepárate para la flecha de cupido y si él una sonrisa os dedica, considérate la afortunada pues su corazón has capturado.” Eso era lo que citaban las damillas de la alta sociedad causando en su inspirador cierta gracia ¿Tan popular eran sus dotes? Si, lo eran y lo sabía y claro los aprovechaba. Bendita soltería que le permitía todas las noches cortejar y robar el corazón de alguna chiquilla. Si iba a esperar a que su amigo hablara al menos tendría que hacer algo de provecho.

— No hay alguna que llamé mi atención. —Se excusó recibiendo aquel pedazo de tabaco para, recargado en un pilar que sostenía la edificación, ver como las faldas largas y coloridas se movían al compás se una muy amena música.






Aún no lo entendía, se suponía que una dama en su condición no debía estar en esa situación.

— Me podrías explicar Sofía ¿Qué hago yo aquí? —Interrogó a su dama de compañía, una mujer un poco mayor que ella pero sin sobrepasar los veinte años.

—Lady Lucy su deber como mujer de la nobleza es estar presente en los actos de sociedad. —Respondió en tono monótono cosa extraña en una chica de su edad; pero no por nada había sido educada desde su nacimiento, prácticamente, para ser una dama de compañía adquiriendo con el paso de sus poco años las virtudes de una: Amor casi maternal por su dama elegida, castidad en todos los ámbitos y sobre todo una rigurosa sobreprotección hacía su lady, en su caso Lucy.

—Sofía os he dicho que no me llames lady, casi tenemos la misma edad.— Señaló la menor de manera suave pero seria moviendo su abanico rojo sobre el pecho con gran rapidez. —Estoy consiente de que debo de cuidar mis amistades pero después de… los bailes se han vuelto aburridos. —Declaró haciendo un leve puchero con sus labios, aunque eso ameritara un regaño por parte de la mayor.

—¡Lady Lucy cuidé su actitud! —Reprendió fingiendo estar escandalizada por la desvergonzada actitud de la chiquilla, aunque comprendiera que esta cursara por la época de la desfachatez y locura tal como ella misma había cursado, a su estricta manera pero cursado al fin y al cabo, debía reprenderla pues también sabía que a esa edad era cuando mas atención y vigilancia se les debía poner a las señoritas.

— Lo sé, lo sé Sofía pero no puedo bailar con nadie y lo mas congruente es que un baile sea para eso, bailar. —Se quejó observando atentamente con sus ojos castaños a las parejas danzar tal cual profesionales, recordaba los días que ella misma era una de esas jovencillas que se divertían al momento de dar vueltas en brazos de algún caballero.

—Pero no puede bailar lady Lucy.— Aclaró algo que la fémina ya sabía de antemano.

—De eso también estoy conciente. Una mujer en mi posición no debe bailar con alguien mas. Él no está aquí por lo cual no veo razón por la cual yo debiera estar. —Expuso con la esperanza de así dar fin a aquella velada.

—Puede, y recalcó puede que tenga razón pero es su obligación permanecer aquí.

—Sofía… —Llamó con el firme intento de alegar pero se silenció al ver la mirada casi de hielo de su dama de compañía. —¿Me podrías acompañar al tocador? — Pidió obteniendo un asentimiento.

Así lady y dama de compañía se dirigieron al servicio sin darse cuenta que una de ellas había captado la azulina mirada de un hombre que permanecía parado sobre una columna fumando un puro, y sin saber que el resto de la noche dejaría de ser tan aburrida como parecía.






Martín lo había dejado solo pues había encontrado a una “bella” dama rubia con la cual pasaría su velada y él ya contemplaba en sus planes el retirarse; la verdad si lo reflexionaba un poco jamás había puesto sus ojos con anterioridad en alguna chica durante algún baile; así que, aún a sabiendas de ese nuevo lenguaje aprendido todo indicaba que lo suyo era estar solo ya que ninguna damisela había hecho que sus ojos destellara con solo verla… Ninguna hasta que la vio.

Ataviada con un brillante vestido rojo ceñido a su pequeña cintura que a diferencia de otras se le tornaba por demás sensual, de cabello cobrizo trenzado por las partes laterales para luego ser unidas ambas extremidades en el centro por una bella rosa roja, aunque claro no tan bella como su portadora, dejando lo demás de su pelo caer libremente sobre su espalda en un vaivén ondulante, parecía una deidad, una diosa griega y él en definitiva tenía que hablarle pero… Para su desgracia no iba sola sino acompañada por otra fémina la cual ataviaba de manera elegante y recatada un vestido azul turquesa lo cual indicaba que si no quería parecer un osado tendría que esperar la oportunidad idónea.

Con la vista fija en ambas damas pudo percatarse de que las dos iban al sanitario, observó también como aquella hermosa dama entraba mientras su acompañante esperaba fuera. Con una discreción tan propia de él fue acercando su posición a donde se ubicaba aquel ángel que con solo caminar frente a él había cautivado sus pupilas, su acercamiento fue suave pues quería mantener la distancia apropiada, no quería un malentendido con aquella damisela.

No habían transcurrido ni cinco minutos cuando aquella damilla salió de la habitación para tras intercambiar unas breves palabras con su acompañante quedarse sola afuera del tocador. Y ahí yacía su oportunidad y estaba claro que no la iba a desperdiciar y con voluntad dio un paso hacía adelante dispuesto a hablarle hasta que sus azules ojos observaron que ella sostenía entre sus manos un abanico, el cual movía velozmente sobre su pecho fue entonces que recordó, el lenguaje del abanico, tendría que observarla y tratar de descifrar el significado oculto en su movimiento, pues aunque estuviera recién instruido le costaba recordar lo que su amigo Martín le había enseñado.






Un minuto y medio aproximadamente que había salido del tocador para permitirle a su dama de compañía entrar a aquel pequeño recinto de higiene y a lo largo de ese minuto y medio pudo sentir como una mirada penetrante he insistente se posaba sobre ella, una mirada que por obviedad no era de alguna dama que estuviera hablando sobre su persona, esa mirada era de un varón. Con disimulo buscó con sus marrones ojos al dueño de aquella mirada tan hostigante y lo encontró a unos cincuenta metros de su posición vestido con un elegante traje negro, poseía un porte elegante pero al mismo tiempo rebelde, era de cabello rubio el cual lucía un tanto despeinado y sus ojos, esos ojos que tanto la habían molestado era de un precioso color azul, un azul tan vivo que casi le atrajeron, pero no fue así. Le dirigió una mirada dura mientras movía con mas velocidad su abanico sobre el pecho.





Por fin habían hecho contacto visual, ese era un buen paso. Eran los pensamientos que estaban en la cabeza del mozo el cual se percató de cómo aquella fémina digna de ser princesa movía con una velocidad increíble su abanico y con mucho esfuerzo trato de recordar.

Mover el abanico sobre el pecho era… Bueno dependía, si era rápido o lento, y podía significar que estaba soltera o que por el contrario tenía pareja. No lo recuerdo… rápido ¿Era qué estaba soltera? ¿O tenía a alguien?

Su mente intentaba recordar el significado pero no lo lograba del todo. Ese lenguaje era muy difícil.



Bien al parecer aquel hombre había entendido lo que había querido decir pero por precaución no disminuyo la velocidad de sus movimientos.



¡Eso era! Estaba soltera. Esa fue la conclusión a la cual llegó el caballero que al verse, según sus cavilaciones, correspondido se dirigió a paso firme a aquella hermosura hecha mujer.




¡¿Qué acaso no entendía lo que le decía?! Si su dama de compañía salía del sanitario estaría en graves problemas. Observó detenidamente como se acercaba a paso lento pero seguro hacía su posición. Trago saliva justo al momento en que este estuvo frente suyo.

—Madam ¿Me concede esta pieza? —La invitó a bailar y Lucy que no cabía en su asombro únicamente posó su medio de comunicación sobre la mejilla izquierda. Mínimo debía saber eso.

Transcurrieron un par se segundos en los que la señorita esperó a que su reciente cortejador desistiera de su invitación.


Joan por su parte si había aprendido que aquel movimiento era un no por parte de aquella jovencilla pero eso no lo desanimo. El era Joan Thomson y si algo era obvio en su persona era que una vez que se proponía algo no se daba por vencido; quizá su dama no supiera bailar por eso la negación de su propuesta. Si poco probable pero podía pasar, así que intento con otra opción.

—¿Entonces me permitiría invitarla a tomar una copa? — Y como respuesta recibió otra negación. A lo mejor como buena doncella no bebía alcohol. Fue el razonamiento del hombre.

Por su parte Lucy rogaba a todos los cielo y a su sagrado Jesucristo por que la libraran de aquel hombre antes de que Sofía saliera. Pero al parecer Dios estaba ocupado ayudando a personas mas necesitadas que ella pues hizo oídos sordos a sus rezos.

Y por si fuera poco la gente ya empezaba a observar la escena, si la situación continuaba así no tardarían en crear un rumor en torno a ella y eso no era lo que necesitaba.

—Si así lo quiere my lady podríamos salir un poco al jardín y compartir una platica. —Volvió a insistir aquel hombre y no le quedo mas que posar su abanico sobre su mejilla derecha, dando su consentimiento a aquella proposición. Lo mejor era terminar con eso antes de que causara mas revuelto y dejarle claro al caballero que a ella no le apetecía nada con él.

Joan eufórico por conseguir por fin una afirmativa ofreció su brazo derecho para que ella lo tomara, tardó unos segundos pero al final colocó su delicada mano la cual estaba cubierta por largos guantes a juego con su vestido.

Y justo cuando Sofía salía de aquella habitación lady Lucy apresuró un poco el paso, ya luego se disculparía y aceptaría la reprimenda que seguro tendría de su dama de compañía pero en ese momento se encargaría de ponerle un alto a este atrevido caballero.

Ta-Tan-----
Lo se no fue lo mejor pero, creo que puede satisfacer un tanto sus criterios :)P
Y para hacer algo de dinámica con ustedes lectores contéstenme

1.- ¿Qué les pareció el capitulo?
2.-¿Algo que les haya sorprendido?
3.-¿Qué esperan que pase? (hagan sus apuestas el que acierte ganara.... tan tan tan.. xD)
4.- ¿Ustedes veían tan coqueto a Martín?
5.- ¿Qué personaje les ha agradado mas? ¿Alguno les agrado?

Esperó sus comentarios ;) Y ayúdenme a mejorar con sus críticas ;)