Título: Lejanía... Tipo: Capítulo único. Género: ¿Melancólico?. Palabras: 704. Resumen:...Tal y cómo hago ahora. Me encontraba sumida en mis escritos, corrigiendo, riendo, mejorando e inventando; apartándome un poco de la tristeza... Clasificación: T. Lejanía... Me muevo inquieta en los más recónditos rincones de mi mente, presa de la tristeza y la pesadumbre. A mi idea me hago un ovillo en una esquila desolada, como toda persona en busca de consuelo, abriéndome camino al dolor tan desdeñosamente que olvido la plena felicidad. Siempre estoy sonriente, alegre se podría decir, pero ¿feliz?, creo que no; supongo que es algo que es exclusivo para mi, estar feliz, contenta es un poco personal ¿no?. Ya ni sé que digo –o escribo- pero mantengo la nitidez de las emociones, lo que embarga al corazón cuándo se siente algo, la magnífica y mortificante opresión en el pecho, abruma. Tal y cómo hago ahora. Me encontraba sumida en mis escritos, corrigiendo, riendo, mejorando e inventando; apartándome un poco de la tristeza. No sé si será psicológico pero al escribir mi dolor mengua. Muy distante a la “realidad” (no mía de los demás), me percató de que la puerta de mi cuarto es abierta… La señora María me entrega el teléfono inalámbrico y le miró curiosa, no espero su respuesta y me lo pongo en el oído… —Hola pumpi-pumpi—Siento que la alegría me embarga, olvido lo que hago y empiezo a titubear antes de responder, e intentar calmarme. —Hola. ¿Cómo está?—musito para que me oiga, sonaré un poco cortante pero si no lo hago me romperé, de eso no hay duda. —Bien mi vida ¿y tú?—cuestiona tierna y sinceramente. No puedo esperar nada más de él, absolutamente nada más. —Muy bien—respondo con sencillez y fluidamente. —¿Sabes?—musito un no entre risas y continua—Ya lo compré—Me anuncia alegre. Me explica todos los detalles del celular que compró: color, modelo, ship y un sinfín de cosas. La mayoría de lo que me habla es sencillo un tema vano y burdo, sencillo y congruente. Respondo con simples monosílabos para mantener la compostura. Se me arraiga un nudo tan denso en la garganta que sólo emito sonidos afirmativos y negativos. Respondo a sus preguntas automáticamente, parezco una autómata y eso es lo que quiero; me limito simplemente a concéntrame en su voz, grabando su timbre y acento. —¿Algo más?¿Ropa?—me lo pienso un poco—¿Talla de zapatos?—continua. —Treinta y siete ó treinta y ocho—respondo recordando lo pedido. Seguimos hablando durante un rato, de nosotros y de lo mucho que nos extrañábamos. Sé que siempre ansío estos momentos, atesorándolos en mi memoria y corazón; pero cuando la llamada llega me muestro cortante, seca, incluso algo desdeñosa; no lo evito ya que es una manera de qué, cuando tenga que colgar no me sea tan difícil, minimizar los contactos es mejora para una despedida, rápida, sana y sin tanto dolor… —Te los enviaré para que leas un poco—sonrió ante lo último, escribo por él y para él, forma parte de mi inspiración, de algo tan lejano y cercano que sé que me mantiene ansiosa de más. —Los esperaré ansioso—responde quedito y algo alejado, sé lo que significa y no me gusta—Te quiero mucho—me inquieto, buscó algo una excusa, algo estúpido para retenerle un poco más, pero no se me ocurre nada. —Yo también te quiero—correspondo a las palabras de aliento, la manera más fácil de decir adiós, no es tan doloroso, sólo pasable. —Nos vemos, te quiero mucho; besos—Su voz gruesa se acongoja, no quiero ni imaginar cómo sonará la mía. —En dos meses—susurró. Sólo dos meses, dos eternos meses más a parte de los diecisiete que ya soporté. Es un incordio, nunca pasamos tanto separados y me duele, mucho. —Sí—no me atrevo a decir más pero debo hacerlo—Yo también te quiero, te extraño—comunico con la voz rasposa—Besos, te quiero—Escucho un último te quiero y respondo de nuevo—Te quiero mucho papá—Rompo en llanto al escuchar el tono del teléfono colgado. Ahogo un sollozo más sonoro con mi mano, ¡quiero más!, injusto es para mí sólo escucharle, me duele mucho. No le veo ni pies ni cabeza, pero no soy quien para juzgar. Salgo y dejo el teléfono en su lugar; regreso a mi cuarto cabizbaja, con ganas de gritar, patalear y transportarme a su lado. Es imposible lo sé, pero ¿no tiene nada malo soñar?; busco algo en que distraerme, ignoro un poco lo que paso y sólo lo escribo. Faltan dos mese y contando…
Bueno, antes que nada, la narración me parece que suena hasta poética, tiene una cadencia y un ritmo muy bonito. Las sutilezas del lenguaje. Si lo dejas así, será incoherente por dos razones: la persona con la que habla está al teléfono y no la narradora no puede verlo sonreír; la siguiente oración no tendrá sentido alguno. Debería ser "sonrío", de la segunda persona del presente indicativo. Dos cosas: 1) aguas con los guiones y el texto que sigue delante de ellos. Puedes ver cómo utilizarlos de manera correcta así como la puntuación delante y detrás de estos acá: http://fanficslandia.com/index.php?threads/guión-largo.10662/ 2) Mantén todo en el mismo tiempo verbal, si es presente, todo en presente, si es pasado, todo en pasado a menos que incurras en saltos de tiempo que deben estar perfectamente justificados. Debería ser "busco", de la segunda persona del presente indicativo. Todo mundo pensaría que se trata de su enamorado o algo así, pero uno se lleva la sorpresa al final. Sin embargo, no es algo nuevo, y, a mi parecer, es algo con lo que fácilmente el lector se puede identificar cuando se ha visto distanciado de su familia por una u otra situación. Muy ligero y con contenido, pero no demasiado. Ahora, el inicio con pensamientos internos y eso sí ayuda a que el lector se familiarice con la situación mental y psicológica del personaje, pero realmente, al contar la situación y hacer aclaraciones después de los diálogos, uno se va dando cuenta de estos sentimientos. A lo que voy es que no trates de ser tan explícita con los sentimientos porque son tan íntimos, tan personales, que muchas veces, a ojos de los demás, quedan como algo burdo, incomprensible y sórdido. Ya decía Stephen King: "Las cosas más importantes son siempre las más difíciles de contar. Son cosas de las que uno se avergüenza, porque las palabras las degradan. Al formular de manera verbal algo que mentalmente nos parecía ilimitado, lo reducimos a tamaño natural. Todo aquello que consideramos imortante, está demasiado cerca de nuestros sentimientos y deseos más recónditos, como marcas hacia un tesoro que los enemigos ansiaran robarnos. Y a veces hacemos revelaciones de este tipo y nos encontramos sólo con la mirada extrañada de la gente que no entiende en absoluto lo que hemos contado, ni por qué nos puede parecer tan importante como para que casi se nos quiebre la voz al contarlo." Por algo siempre me decanto por describir las acciones de los personajes, su entorno y sus palabras (que nunca deben ser vanas ni superfluas sino sólo las más importantes) y de ahí que el lector haga su labor e interprete la personalidad del personaje. Espero que esto en lugar de desanimarte, te ayude para seguir escribiendo más y mejor cada vez. Saludos.
Gracias Plagman, no me desdanimo en lo adsulo. Por el contrario me da pie para mejorar... Espero mejorar en ese aspecto, los acentos no son mi fuerte pero por ello los mejoraré. Lo de los sentimiento ¿hump?, primera vez que lo veo así, y me ayudó mucho, buscaré como describir entorno y gestos sútiles que ayuden a entramar la personalidad. Gracias.
