Long-fic Legionarios

Tema en 'Fanfics Abandonados Pokémon' iniciado por Plumas de Cuervo, 12 Junio 2018.

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  1. Threadmarks: Prólogo + Capítulo I
     
    Plumas de Cuervo

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    Aventura
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    Saludos comunidad de Fanficslandia, vengo a presentarles un nuevo proyecto; pero antes una información importante.


    • • Este fiction se escribió originalmente de forma 'colectiva', por así decirlo, en otro foro. Obtuve el permiso de los administradores del sitio para reescribir la historia. El motivo de que este fiction naciera fue el lanzamiento de los juegos Pokémon Edición Negra y Pokémon Edición Blanca; formó parte de un reto grupal el cual se cumplió en un lapso de tres (03) meses aproximadamente con una total de veintún (21) capítulos.
      • Retomo este proyecto y lo reescribo por dos razones: la primera porque el tiempo para escribir cada capítulo fue muy corto —se publicaba cada dos días— lo que generó una completa falta de detalles y a veces coherencia en la historia. Y la segunda y más importante, como un homenaje a los miembros de los Clanes Kanto, Hoenn y Fiore que participaron: Poke*Planta, Demian (si, el mismo de FFL), Lord Negro, Espeon-fan, y mi persona.

    • • El fiction está dirigido a un público mayor de 16 años; esto debido a que puede contener escenas de violencia y posibles situaciones con tintes eróticos sin llegar al sexo. Por lo cual recomendamos su discreción.
      • Los hechos aquí narrados ocurren en una región que no pertenece al mundo Pokémon, ya sea anime, manga o videojuegos. Se llega a hacer mención de las otras regiones, pero la historia se centra enteramente en la región.
      • Los personajes, ya sean entrenadores o líderes son originales. No se hace mención a personajes conocidos del anime, manga o videojuegos; así como tampoco tendrán apariciones casuales.
      • Los Pokémon que aparecen son exclusivos de la Región de Isshu/Unova/Teselia; y serán presentados con sus nombres en japonés para mantener la escencia original de la historia. Contará con apoyo visual.



    Sin más que agregar los dejo con el fanfiction, espero que lo disfruten.





    Prólogo

    Mi nombre es Hitokage Aiko, o simplemente Aiko como me llaman mis amigos. Tengo 16 años, nací en un poblado al oeste de la región de Odissey llamado Pueblo Evarne. Me considero una chica normal —demasiado común diría yo—. Mi cabello es de color rojizo, sedoso, me llega casi a la cintura por lo que me encanta llevarlo siempre suelto. Soy delgada, en lo personal no me considero ‘muy agraciada’, lo verifico cada mañana cuando me paro frente al espejo del baño en ropa interior; a pesar de que mis amigas y hasta mi propia madre me dicen que ‘tengo las curvas justas’.

    Aunque no lo parezca todas las personas tienen un historia tras de sí. Puede que sea grande o pequeña, todo depende de los sueños que se persigan ¿Qué me hace especial? Nada, en realidad; sólo soy una entrenadora más queriendo llegar a la cima. El sueño que persigo, mi meta, es conquistar la Liga Odissey; es muy probable que no hayas escuchado hablar de ella, extranjero. Deberías considerarte afortunado si no la conoces, créeme. Es la liga más ruda de todas, tanto así que vienen entrenadores de todas partes para probar suerte, quizás pienses que te miento al decirte que la mayoría de las veces regresan con el rabo entre las patas. En la Liga Odissey la línea entre la gloria y el fracaso es muy delgada.

    Si decides embarcarte en esta aventura te advierto que encontrarás muchos entradores fuertes y líderes de gimnasio inclementes, pero no todo será malo. Si sabes escoger bien tu camino encontrarás un valioso tesoro: la amistad. Un amigo puede ser un Pokémon u otro entrenador, y cuando lo consigas verás que las montañas más elevadas parecerán simple colinas, que puedes cruzar acantilados de un salto, de que puedes tomar el sol entre tus manos.

    Quizás pienses que estoy divagando ¿cierto? Puede que lo que te digo ahora no tiene ni lógica ni sentido, pero en su debido momento recordarás mis palabras. Creo que es mejor que te sientes a mi lado para que escuches toda la historia desde un comienzo, después podrás juzgar mi cordura.

    Como ya te había dicho, soy Aiko; una sencilla chica de pueblo con un sueño: ser la campeona de la Liga Odissey. Mi historia comienza el día en que obtuve a mi primer Pokémon, lo recuerdo como si fuese ayer.


    (I)

    ¡¿Aiko, ya estás despierta!? —gritó mi madre desde el pie de la escalera— Vas a llegar nuevamente tarde.
    Diez minutos más, por favor. —fue mi respuesta apenas sacando la cabeza debajo de la almohada.
    ¿Diez minutos? —la puerta se abrió de golpe y mi madre entró en la habitación— Eso es lo mismo que me dijiste hace una hora. Levántate para que bajes a desayunar.


    Y con esa orden imperativa descorrió las cortinas y el sol de la mañana —quizás media mañana— entró por la ventana dándome de lleno en la cara. Al parecer mi madre, o debería decir todas las madres, tienen un reloj interno y las cosas se tienen que hacer en el momento justo ¿es que acaso no entiende que las chicas en desarrollo como yo necesitamos dormir lo suficiente para estar siempre bellas?

    No me quedó más remedio que salir de mi cama y arrastrar mi humanidad hasta el baño para asearme un poco. Ya frente al espejo pude notar que mi cara se encontraba fresca y descansada, tal vez ya había dormido lo suficiente. Ahora me encontraba frente al guardarropa, ver toda esa ropa a veces me abrumaba, más cuando tenía el tiempo contado para estar lista. Sin pensarlo mucho tomé una hermosa blusa blanca con un estampado de una de mis bandas favoritas, unos bermuda de color beige y las zapatillas más cómodas que tenía; una vez estuve lista baje a desayunar. Está de más decir que fue una comida frugal.

    Evarne es una localidad campestre en medio de una amplia pradera rodeada de montañas. Está compuesto por un centenar de casas aproximadamente; ni tan pequeño para ser un pueblucho ni tan grande para considerarse una ciudad. A mi parecer tiene el equilibrio perfecto. Es un pueblo mayoritariamente agricultor, aunque también tiene un hermoso sembradío de flores de todos colores; productos que se intercambian con los pueblos cercanos.

    En la periferia del pueblo hay una casa que difiere un poco de las demás; tiene el aspecto de una cabaña, en el frente tiene un pequeño jardín que no está muy bien atendido y algunas plantas ya se han marchitado, a un costado hay una gran antena con la cual se puede mantener contacto con el resto de la región. Es el Laboratorio Pokémon de Pueblo Evarne.

    Estaba cerca de mi destino cuando divisé frente al laboratorio a un hombre mayor con algunas libras de más, de cabello castaño con algunas partes canas y ojos café claros; es el profesor Takumi Kashikoi. Al verme se dibuja en su cara una sonrisa bonachona, que crece a medida que me acerco. Cuando me detuve frente a él deja salir una sonora carcajada para luego decirme:



    Aiko, siempre llegando tarde. Nunca cambiarás.
    Las personas importantes nunca llegan tarde, profesor. Llegan en el momento indicado. —dije mientras colocaba ambas manos en mi cintura formando mis brazos la silueta de una jarra.
    Es por eso que es la quinta vez que intentas retirar tu Pokémon ¿cierto?


    No puedo negar que aquel comentario hirió lo más profundo de mi ego, pero no le iba a demostrar que me había vencido.



    Está bien, lo siento. No volverá a pasar. —levanté mis manos en símbolo de rendición— Por cierto ¿llegué tarde de nuevo?
    Para que veas mi generosidad y especialmente porque no quiero que tu madre te de otro sermón… —más carcajadas de nuestro estimado profesor— te he reservado un Pokémon.
    ¿Es en serio? —casi brincaba de la alegría— Quiero verlo.
    A parte de que llegar siempre tarde eres impaciente, Aiko. Ven, acompáñame. Dejé la pokébola sobre la mesa.


    Entramos al laboratorio, la antesala es de aspecto muy sencillo. Con unos viejos pero cómodos muebles para las visitas, una decoración escaza con algunos cuadros y la chimenea para esos tiempos cuando llegan las poco frecuentes nevadas. Y allí sobre la mesa, esperando por mí, una solitaria pokébola. La tomé entre mis manos y la admiré por un momento; aquella pequeña esfera roja y blanco que guardaba una maravillosa criatura. Presioné el botón de la parte del frente de la pokébola y esta se hizo más grande en mi mano. Mi deseo de mi infancia ya se había cumplido, era el momento de conocer a mi compañero de viaje.



    ¡Sal, Pokémon! —grite al momento que lanzaba la pokébola desde la entrada del laboratorio.



    La pokébola describió un arco perfecto y cuando estuvo a punto de tocar suelo se abrió y una luz roja le dio forma al Pokémon que dentro aguardaba. Era un pequeño, quiero decir ‘pequeña’ porque resultó ser una chica; una pequeña criatura verde de vientre claro, con un aire muy regio y que al instante me vio con sus hermosos ojos rojos. La criatura no era otra que Tsutarja, un Pokémon del tipo planta conocido por su orgullo y fidelidad. Al fin tenía frente al compañero de mis aventuras, pero no podía ser una chica más del montón, mi Pokémon debería tener un nombre, y cogiéndolo en brazos a lo alto lo bauticé.



    Te llamaré ‘Midori’. Midori en japonés significa ‘verde’. Creo que te quedará muy bien.


    Y con mi nueva compañera decidí que era tiempo de regresar a casa.



    Vamos, Midori. Regresemos a la casa para que mi madre te conozca y preparemos todo para el viaje.
    ¿Aiko? —me interrumpió el profesor.
    ¿Si, profesor?
    ¿No olvidas algo?
    Veamos —pensé—, tengo a Midori y ya nos vamos.
    Entonces no hay ningún problema si me quedo con esta Pokédex y las pokébolas ¿cierto?
    — ¡Ops! Perdón de nuevo.
    — A veces me pregunto dónde tienes la cabeza, Aiko.
    — Ya deje de regañarme, profesor. Me llevaré todo, vamos Midori
    . —tomé a mi Pokémon en brazos viendo alrededor con disimulo para cerciorarme que no se me olvidaba algo más, y salí del laboratorio.


    Regresé alegre a mi casa con Tsutarja en mis brazos, se dejaba llevar tranquilamente; observando con detenimiento todo lo que ocurría alrededor. Hasta los momentos las cosas parecían que iban a funcionar entre nosotros.



    ¡Mamá, ya volví! —fue lo primero que dije al cruzar la puerta.
    No es necesario que grites, Aiko. ¿Dónde quedó la educación que te he dado? —respondió mi madre desde la cocina— ¿Cómo te fue?
    Pues… verás… —intenté responde dudosamente.
    ¿Volviste a llegar tarde?
    La verdad sí. —respondí sinceramente.
    Lo sabía, te volviste a quedar sin Pokémon.
    Pues en eso te equivocas, madre. Te presento a Midori, mi Tsutarja. —decía con orgullo mientras mostraba a mi Pokémon.
    Espero que lo trates muy bien, porque es muy mono.


    Luego de las presentaciones subimos a mi habitación. Ya la tarde estaba comenzando; aproveche para poner en orden algunas cosas e investigar otras. Tsutarja se paseaba por la habitación sin mucho entusiasmo, tomaba alguna cosa con sus pequeñas lianas y después lo colocaba nuevamente en su lugar, todo era nuevo para ella y parecía aburrirse mucho. Tome la Pokédex para saber un poco más acerca de mi compañera, al abrirla y colocarla frente a ella se escuchó una voz electrónica.


    [​IMG]
    Tsutarja. Pokémon Serpiente Hierba. De gran inteligencia y sangre fría. Se mueve ágilmente si recibe rayos de sol de forma continua. Sus movimientos son: Placaje, Malicioso y Látigo Cepa. Evoluciona en Janovy y Jalorda.


    — Eres una chica muy interesante, Mirodi. —le dije con una sonrisa a mi compañera que me veía sin cambiar esa postura elegante que siempre carga.



    El resto de la tarde se me fue en sacar las cosas que consideraba útiles para mi viaje e investigando sobre la geografía de la región y los Pokémon. No tardó en caer la noche y sin darme cuenta me quedé dormida con un libro cubriendo mi rostro.

    Al día siguiente me desperté más temprano que de costumbre. La culpable esta vez fue Midori ya que con la ansiedad que tenía por el viaje me olvidé de darle comida y tenía un hambre atroz, bueno, teníamos. Por suerte mi madre siempre piensa en todo y nos tenía preparado una nutritiva y abundante comida. Durante el desayuno le comenté a mi madre que una vez partiera iría con rumbo a Ciudad Eudora, me recomendó que llevara el navegador para no perderme —Ni que fuese tan despistada—. Con el navegador en mi mochila junto a todo lo demás me dispuse a partir en compañía de Midori.

    La despedida fue algo triste, pensaba que iba a dejar a mi madre sola por mucho tiempo; y no es nada bonito que una mujer se quede sola, es algo que aprendí en este viaje. Pero pronto regresaría, ambas lo sabíamos. Para ella tampoco resultó fácil, pero lo aceptó; su única hija ya había crecido y se estaba embarcando en una aventura.

    Mi padre me envió desde la capital lo más novedoso en transporte para aventureros: una bicicleta plegable, la cual si se diese el caso podía atar a mi mochila y llevarla a cuestas. Fabricada con materiales ligeros pero resistentes se estaba convirtiendo en un implemento obligatorio para cualquier joven viajero. A simple vista parecen dos ruedas unidas a varios tubos, pero una vez armada es una práctica bicicleta.

    Monte mi flamante bicicleta rosa presta a comenzar mi aventura; como quería que Midori disfrutara del paseo como yo decidí llevarla apoyada sobre el manubrio y nos pusimos en marcha.

    Ese fue el día que dejé mi hogar, desde entonces no he vuelto a poner un pie allí; y por supuesto nunca he dejado de tener contacto con mi madre, cada vez que puedo nos comunicamos vía telefónica.

    De ahí en más inició mi aventura y debo aclarar que comenzó con el pie izquierdo.
     
    Última edición: 20 Julio 2018
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    Thranduil

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    Hola, hola, hola!!!!!!!!!

    Primero lo técnico. No noté errores más allá de algunas puntuaciones o falta de tildes. Listo. Se nota bastante el trabajo por detrás.

    Ahora la historia. Me encantó la personalidad de Aiko, quedó muy bien reflejada durante el capítulo, siento que estuvo muy bien presentada como personaje, y creo que le cae como anillo al dedo a la historia que esté narrada en primera persona. Siento que todo esto hace que no sea una simple historia donde alguien desea ser el campeón o el mejor entrenador, le da un toque extra.

    No puedo decir mucho, pues sólo presentas a Aiko y Midori, no parece que profesor vaya a tener mayor incidencia en la historia, aunque puedo sorprenderme durante el resto del fic. Por otro lado, lo que me llamó la atención fue el final, donde dice que empezó con el pie izquierdo, no vi nada malo para ella, a menos que eso sea una premisa del siguiente capítulo. Así que lo esperaré pacientemente. Ciao.
     
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  3. Threadmarks: Capítulo II
     
    Plumas de Cuervo

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    Antes de entrar de lleno con el capítulo, vamos con los acostumbrados comentarios.


    • Saludos Thranduil que bueno que te pases por acá a comentar. Me gustaría que me dijeses cuales son esos pequeños detalles para corregirlo, después de leerlo varias veces pensé que estaba lo suficientemente presentable. Este fic presenta un reto en muchos sentidos, no solo lo de narrarlo en primera persona, sino que es desde el punto de vista de una chica adolescente. La lectura será algo ligera porque los capítulos no son tan largos, esto para no abrumar al lector y dejar siempre esa pizca de curiosidad por saber que sucederá a continuación; como toda aventura será un inicio lento. La historia va mas allá de una simple aventura Pokémon, como te puedes fijar no es una región cualquiera, los retos son aún mayores. Muchas aventuras y desventuras les esperan a Midori y Aiko. Comenzamos con una especie de flashback donde Aiko le cuenta a un extraño como comenzó todo; originalmente decía donde se encontraba cuando comenzó a contar la historia, pero prefiero dejarlo para más adelante cuando regresemos al presente. A pesar de que la protagonista tiene 16 años la veremos crecer en muchos sentidos, será un viaje bastante movido con situaciones jamás antes presentadas. Y hablando de desventuras, los dejo con el siguiente capítulo.



    (II)

    Me encontraba detenida en una bifurcación del camino analizando las posibilidades. Según el navegador ambos caminos me llevaban a mi primer destino: Ciudad Eudora, lugar del primer gimnasio Pokémon de mi lista. El camino a mi derecha serpenteaba en una pradera y pasaba por un pequeño pueblo llamado Nemertes, mientras que el de la izquierda se internaba en un bosquecillo e iba directamente a Eudora. Quizás era la opción más lógica, aprovecharía los Pokémon salvajes que allí me encontrara para entrenar a mi Tsutarja, pero corría el riesgo de que se debilitara y no tuviera como sanarlo. Me estaba devanando los sesos, necesitaba otra opinión.


    Emm…. Midori ¿tú sabes qué camino tomar?


    El Pokémon que estaba aun firmemente sujetado al manubrio de la bici volteó a verme y comenzó a observarme como si tratara de entender lo que le estaba preguntando.


    Según el navegador cualquiera de los dos lleva a Ciudad Eudora, pero no sé cual me conviene tomar ¿cuál crees que sea el mejor?


    La pequeña serpiente bípeda me sonrió y luego hizo un gesto con sus hombros. Tenía razón, daba igual que camino tomara. Nos pusimos en marcha tomando el camino de la derecha, era muy probable que en Nemertes consiguiera información útil sobre el gimnasio de Eudora, y con un poco más de suerte me metería en algunos combates para ganar experiencia. En la pradera corría una agradable brisa fresca que mecía sutilmente la hierba; mis cabellos rojos ondeaban libremente así como las pequeñas hojas de Midori, se sentía como un paseo dominical. Arriba en el cielo las aves jugueteaban tomando las corrientes de vientos ascendentes.

    Pasaron cerca de quince minutos cuando pudimos divisar a lo lejos los primeros tejados de las casas, en ese momento pedaleé con más fuerzas. De pronto desde unos matorrales a un lado del camino apareció una sombra, era un pequeño gato que decidió detenerse a mitad del camino, por la velocidad que llevaba era muy difícil esquivarlo por lo que accioné los frenos a fondo. La bicicleta derrapó y al golpear con una piedra nos lanzó a ambos cayendo bruscamente; yo caí de costado y me arrastré algunos metros levantando una polvareda, Midori salió despedida por su liviano peso, pero con la suerte de caer entre los matorrales. La bicicleta siguió su marcha sin nosotros quedando justo al lado del gato, el cual no pareció inmutarse con el accidente y seguía lamiendo tranquilamente su patita.

    Como pude me levanté, debía tener la cara roja por la rabia acumulada, la cual aumentó al ver como la pequeña criatura simplemente nos ignoraba a pesar de ser la causante de aquel aparatoso encuentro. Saqué la Dex de mi bolsillo para saber de qué Pokémon se trataba.

    [​IMG]
    Choroneko: Pokémon Malévolo. Estos Pokémon suelen asustar a las personas que salen en las noches. Son muy populares como mascotas. Se dice que cuando se les atraviesa a los entrenadores, algo muy curioso siempre pasa. Su cola tiene forma de hoz. Sus movimientos son: Arañazo, Gruñido y Ayuda.


    Pensé que sería una excelente oportunidad para entrenar a mi Pokémon y de paso tomar un poco de venganza por hacer que mi hermosa ropa se llenara de tierra. Así que llame a mi Tsutarja a combate quien acudió presto para tomar su parte.


    Midori, usa Placaje. —Ordené. Al siniestro Pokémon no le costó nada hacerse a un lado y seguir con su limpieza, se comportaba como si no estuviésemos y eso me enfurecía más.

    Nuevamente Placaje. —el gato dio un salto para esquivar a su rival en el último segundo ¡oh! Escurridizo minino.

    Aprovecha que está en el aire y usa Látigo Cepa. —no tardé en reaccionar al ver una oportunidad, Midori lanzó sus pequeñas lianas apresando al Choroneko en el aire quien hacía esfuerzos en vano para liberarse.

    Bien, ahora usa Malicioso. —Tsutarja miró fijamente a su rival quien no podía esquivar la mirada, sus ojos brillaron dejando al Pokémon indefenso.

    Acabemos con esto. Lánzalo en el aire y usa Placaje. —El pobre gato se vio de pronto volando por los aires, moviendo sus patas en vano tratando de afirmarse en la nada, el efecto del Malicioso lo tenía con la guardia baja; lleno de miedo se tapó los ojos con sus patitas para luego ser golpeado por Midori cuyo impactó lo lanzó hasta un árbol cercano quedando debilitado. Quedé de allí de pie observando la escena cuando siento que Midori me está mirando fijamente.

    ¡Ah, claro! La pokébola. —comencé a rebuscar entre la mochila hasta que conseguí el objeto esférico que me había entregado el profesor al salir. Presioné el botón y la pokébola se hizo más grande y la lancé en dirección al Pokémon derrotado. Cuando hizo contacto un rayo rojo salió de la misma absorbiendo al minino; cayendo en el camino la pokébola comenzó a agitarse hasta que se detuvo, había capturado a mi primer Pokémon.​


    Corrí hacia donde estaba la pokébola y lanzándola al aire deje salir al Pokémon recién capturado, era un minino de pelaje púrpura con unos enormes ojos verdes, como esmeraldas; lo tomé entre mis brazos y lo fui acariciando; el pobre estaba algo adolorido pero no dudo en regalarme unos dulces ronroneos, era una auténtica monada.


    Tranquilo, Choroneko. Voy a cuidar muy bien de ti. Pero por ahora regresa a tu pokébola hasta que pueda llevarte a un Centro Pokémon para que te atienda. —y con un pequeño toque de la esfera fue absorbido nuevamente.​


    ¿Así son los combates Pokémon? «Me pregunté» La verdad fue una experiencia alucinante, aún podía sentir un poco de la adrenalina correr por mi cuerpo. Luego podría disfrutar de esa sensación; Midori se encontraba un poco agotado por el combate, Choroneko necesitaba ser atendido y yo necesitaba un cambio de ropa. Luego de sacudirme un poco la tierra levante la bici y junto a mis Pokémon seguí la marcha.

    El sol ya comenzaba a caer cuando logramos divisar el pueblo, por el efecto de la luz las casas parecían estar pintadas de dorado. Cuando terminamos de descender de la colina nos encontramos dentro del pueblo, era un lugar bastante agradable. Había como una veintena de casas en Nemertes; hermosas casas de dos pisos pintadas de colores claros y pequeños jardines al frente. En el ambiente se percibía el aroma de flores, de pan recién horneado y otros exquisitos aromas. Las personas a esa hora se encontraban en la calle, algunos regresando de sus trabajos y otros haciendo sus oficios frente a sus establecimientos. Los niños jugueteaban por las calles entre ellos.

    Me baje de la bici para hacer el trayecto a pie, y para evitar otro accidente. Midori desde su puesto de mando en el manubrio observaba todo a su alrededor. Nos encontrábamos en la calle principal del pueblo, algunos de los chicos se acercaban a Midori para acariciarla y luego salían corriendo. Era muy divertido ver su expresión al no tener idea de lo que ocurría. Al frente de una de las casas una señora descansaba en su mecedora, decidí acercarme para pedirle indicaciones.


    Muy buenas tardes, señora. —salude cortésmente.
    Buenas tardes, jovencita ¿te puedo ayudar en algo? —respondió la amable señora.
    Si, podría indicarme si hay un Centro Pokémon en el pueblo. Necesito que cuiden a mis Pokémon.
    Por supuesto que tenemos uno. Llega hasta el final de la calle —la anciana se puso de pie para guiarme haciendo señas con sus manos— luego tienes que cruzar a la derecha, te será fácil encontrarlo.
    Muchas gracias, hasta luego.​


    Agradecí a la anciana y luego proseguí mi camino siguiendo sus instrucciones. Al girar donde me dijo pude observar una cabaña con un estilo muy campestre y sobre su entrada un anuncio con una esfera blanca y roja, el Centro Pokémon.

    Aseguré mi bicicleta antes de entrar. Fuimos recibidos por una joven de cerca de veinte años, de cabellos castaños sueltos hasta la altura de los hombros, ojos color miel y la piel aceitunada. Vestía un pulcro uniforme rosa de enfermera.

    Buenas tardes, mi nombre es Hariko —se presentó— soy la encargada del Centro Pokémon de Pueblo Nemertes. Bienvenida.
    Un placer, mi nombre es Aiko, vengo de Pueblo Evarne. ¿Podrías hacerte cargo de mi Tsutarja y de Choroneko?
    — Por supuesto.


    La chica tomó la pokébola donde estaba Choroneko y Midori se fue con ella caminado a su lado, estaban a punto de cruzar una puerta cuando me percaté de algo.


    ¿Hariko?
    — Si, dime
    . —dijo la chica volteándose— ¿Sucede algo?
    — Verás.
    —hice una pausa mientras me veía toda apenada— Tuvimos un accidente antes de llegar y me gustaría quitarme esta ropa mugrienta.
    — Claro, no hay problema. Si sigues por esa puerta
    —señaló— encontrarás en la segunda puerta a la izquierda una habitación con baño que podrás usar, puedes pasar la noche allí si gustas.
    — Te lo agradezco.


    Cuando me dirigía a la habitación lo que más deseaba es que tuviese una ducha con agua caliente, de verdad que lo necesitaba. Entré a la habitación, era pequeña pero acogedora. La cama se notaba que era mullida y así lo comprobé al tocarla, dejé la mochila sobre ella; abrí la única puerta que estaba dentro de la habitación y encontré el baño, se notaba algo antiguo o tal vez ‘clásico’ como diría mi padre. Abrí una de las llaves de la ducha y suspiré, mis plegarias fueron escuchadas, una agradable agua tibia salía de la regadera.

    Me quité la ropa de inmediato y deje que el agua recorriera mi cuerpo, tomé el jabón y me dispuse a eliminar las impurezas de mi juvenil cuerpo. Comencé por el cuello bajando por mis pechos, mi vientre y luego le dedique atenciones a mis piernas. Comencé a sentirme como nueva; ahora le dedicaría un momento a mi cabello, él también se lo merecía.

    Con una toalla alrededor de mi cuerpo y otra en mi cabellera salí del baño después de esa revitalizante ducha, rebusqué entre mi mochila una ropa cómoda para ponerme, un pantalón deportivo y una blusa ligera sería suficiente por ahora. Limpia y con ánimos salí de la habitación; Hariko me esperaba con la cena ya servida. Conversamos un poco y aproveché para solicitar información acerca de mi siguiente reto.

    Hariko me comentó que quien está al mando del gimnasio de Ciudad Eudora es una chica que usa Pokémon del tipo psíquico, que Choroneko me sería de mucha ayuda si lograba entrenarlo un poco más. También me advirtió que tuviese mucho cuidado ya que la mayoría de los entrenadores que buscan participar en la liga no logran llegan más allá de ese gimnasio. No puedo negar que sus palabras me causaron algo de temor y duda, pero estaba decidida.

    La sopa de verduras llenó de energías renovadas mi cuerpo. Hariko trajo a mis Pokémon que ya se encontraban listos para nuevas aventuras y con sus barriguitas llenas también. Nos retiramos en la habitación y me puse a jugar con mis nuevas amigas, casualmente Choroneko era una chica también; así seguimos hasta que nos quedamos dormidas.

    Y así terminaba mi primer día de viaje, con mi primera victoria y con un segundo Pokémon en mi equipo.
     
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    Me gustó el segundo capítulo, la historia avanza segura, sin apresurarse innecesariamente. La adición de Choroneko fue bastante pertinente para el primer gimnasio, me pregunto qué tan difícil será, la premisa de la Liga más dura eleva las expectativas de la fortaleza de los líderes, Me percaté de que no le puso nombre a la choroneko.

    La batalla fue sencilla pero pertinente para una principiante, tendrá que entrenar mucho para derrotar a la líder. Noté que la descripción de choroneko dice que a los que se topan con éste pokémon, cosas curiosas les suceden, eso parece una leve pincelada a toda la aventura que Aiko está por vivir, aunque debo decir que desconocía eso de los choroneko, sólo recordaba lo de ladrones.

    Con respecto a los errores que me dijiste, ya no los recuerdo, pero debo decir que esta vez no noté ninguno. No obstante, algo me llamó la atención. Durante la batalla, me percaté de que las órdenes de Aiko hacia Midori estaban en diferentes diálogos, me pareció curioso, puesto que tengo entendido que los diálogos de un mismo personaje sólo se separan cuando habla otro, o cuando hay narración de por medio, en el caso como tú lo hiciste, creo que debería ir así:

    Midori, usa Placaje. —Ordené. Al siniestro Pokémon no le costó nada hacerse a un lado y seguir con su limpieza, se comportaba como si no estuviésemos y eso me enfurecía más.— Nuevamente Placaje. —el gato dio un salto para esquivar a su rival en el último segundo ¡oh! Escurridizo minino.— Aprovecha que está en el aire y usa Látigo Cepa. —no tardé en reaccionar al ver una oportunidad, Midori lanzó sus pequeñas lianas apresando al Choroneko en el aire quien hacía esfuerzos en vano para liberarse.

    Como un mismo párrafo, o así:

    Midori, usa Placaje.

    Ordené. Al siniestro Pokémon no le costó nada hacerse a un lado y seguir con su limpieza, se comportaba como si no estuviésemos y eso me enfurecía más.

    Nuevamente Placaje. —el gato dio un salto para esquivar a su rival en el último segundo ¡oh! Escurridizo minino.

    Aunque esta última se vería algo pobre al tener poco más de una línea entremedio. Según sé, esas dos son las formas de poner un diálogo cuando sólo habla un personaje, a menos que esa forma que usas también se pueda y yo no lo sabía. Pero no podía dejar de mencionártelo.

    Última cosa, la historia trata de una muchacha que sale por su aventura, etc. Pero me percaté de algo que pasé por alto en el primer capítulo, y es el nombre de tu fic, Legionarios, y ante esto digo: qué tiene que ver el nombre con la historia, asumo que a lo largo del fic lo veremos y todo calzará. Sólo puedo pensar que será más que ganar, o participar en, una Liga difícil.

    Ciao.
     
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    Maze

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    Yow.

    Quería leer al menos dos capítulos antes de comentar (aunque tampoco tengo mucho qué decir que no haya dicho ya el elfo). Aiko es bastante simpática y hace que te den ganas de seguir sus aventuras (o desventuras). Puntos extra porque Tesselia es mi región favorita y usas los pokes de allá, y porque Snivy es el único inicial chido de ahí. Y porque ahora tiene un gatito.

    A mí me parece bastante ameno; ligero y fácil de seguir, y aunque no ha pasado mucho hasta ahora, todas esas menciones a la dificultad la vuelven interesante. Seguiré molestando por aquí un rato.

    P.D: tenías razón sobre las enfermeras.
     
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  6.  
    Plushy

    Plushy PokéWriter Usuario VIP Comentarista destacado

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    Me pasa algo, si no supiera que lo escribes tú pensaría que esto lo ha escrito verdaderamente una chica xD sobre todo porque la manera de empezar y presentar al personaje se siente muy como esos fics de antaño (o de wattpad) que comienzan a lo: Hola, mi nombre es Maria Susana, tengo X años y mi color de pelo es... y luego el arranque se siente muy al estilo de esas historias de autoincersión, eso sí, con una mejor narración que lo que esos fics suelen tener. La batalla y el encuentro con choroneko (tendré que acostumbrarme a los nombres nipones) igualmente corresponden mucho a la clásica historia de novatitos. Pero ahí es donde está lo curioso... la historia arranca muy light con una chavita que de plano está muy por debajo del promedio del entrenador novato... algo así como un Ash genderbender... en una región supuestamente donde los líderes de gym te dan KO 5 veces antes de tocar el piso. Plus, la historia advierte que esto es un +16

    ¿Le vas a romper lo sueños a trancazos, verdad? :anicry:
    Pero por eso mismo presiento que será divertido :smiledark:
     
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  7. Threadmarks: Capítulo III
     
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    Me tardé más de lo esperado pero acá estoy de nuevo con un capítulo más de las aventuras y desventuras de Aiko. Pero antes vamos a responder comentarios.


    • Thranduil gracias por seguir la historia. Como había mencionado antes la publicación original se hacía de forma interdiaria por lo que los capítulos eran algo cortos y muy concisos. Acá ando agregando más detalles y emociones a la historia. Pero igual no deja de ser amena para leer, sin tanta información para no sobrecargar al lector y que se termine aburriendo. Muchas aventuras quedan por delante y la disfrutaremos una a una. En cuanto al diálogo lo coloqué de esa forma para dar a entender de que a pesar de que no está manteniendo conversación con otra persona ocurre una acción del otro lado. Con respecto al título, dentro de un par de capítulos se hará mención al respecto, pero sólo una mención. La historia de Aiko es una cinta entre tantas que conforman esta historia, ten paciencia y serás bien recompensado.
    • Kiwi te agradezo por tomarte tu tiempo para leer mi historia. Pues si, es la idea de que sea facil de leer. Aiko es una chica muy simpática con un carácter bien definido, quizás cambie un poco a lo largo de su viaje, pero en el fondo seguirá siendo la misma chica que te ha cautivado desde el comienzo. Y lo de las enfermeras, cada vez se ponen mejores.
    • Welcome Plushy Berry En mi defensa diré que Aiko es mi niña consentida, es un personaje que cree para este fic, originalmente el primer capítulo fue escrito por mi, por eso es que tiene esa escencia. No es fácil colocarse en los zapatos de un personaje de un sexo opuesto al tuyo, pero como había mencionado, yo la cree y por eso es que la conozco tan bien y puedo darselas a conocer como realmente es ella. Lo de los nombres en japonés se mantendrá de comienzo a fin, es algo que decidí mantener de la historia original, aunque allí lo usamos hasta el capitulo 2 o 3 cuando comenzaron a salir las primeras traducciones de los nombres. Otra anécdota que comentar es que no se sabía nada de los nuevos movimientos por lo que inventamos la mayoría de los efectos y como se verían; tengo un fuerte trabajo en ubicar los movimientos correctos y adaptarlos a la historia. Aiko es una adolescente novata en un mundo Pokémon bastante cruel, creo que se acerca mucho a la realidad la historia que acá se presenta. El objetivo no es llegar a imaginarnos lo mismo que aparece en los videojuegos o el anime, sino crear un mundo nuevo en nuestras mentes, saber que el mundo pokémon ofrece mucho más que unos niños ganando medallas. Lo del +16 corresponde a que hay algo de violencia dentro de la historia, algo de sangre y quizas una que otra descripción erotizada (#CulpaDeDemian)



    (III)

    El sol anunciaba que un nuevo día había comenzado, pero yo seguía cómodamente debajo de las sábanas, Choroneko y Midori comenzaron a acariciarme la cara para despertar. Con mucho esfuerzo logré salir de la cama para vestirme, me puse unos leggins de jean y una blusa celeste un poco más abajo de la cintura, después de ponerme sólo un poco de maquillaje salí de la habitación. Pude percibir el aroma de las tostadas, no eran como las de mi mamá y eso me daba nostalgia.

    Decidí que si iba a estar viajando lo mejor sería disfrutar de la oportunidad, así que después de desayunar junto a Hariko fui a dar un paseo acompañada de mis Pokémon, y de paso aprovechar hacer algunas compras, a las chicas nos encanta comprar. Caminamos por el mercado del pueblo que se encontraba cerca del Centro Pokémon, estaba lleno de personas, habían puesto con mercadería de la más variada. Nos detuvimos en uno de los puestos que estaba a mi derecha, no era muy grande pero si bonito, tenía ropa muy hermosa; la dueña me acogió muy bien y me dijo que me probara todo lo que quisiera sin problema, consiguió despertar mi interés en esa tiendecita.

    Midori y Choroneko me veían extrañadas como tomaba una y otra y otra prenda, la final me decidí por algo para ellas; a Midori le compré una cinta amarilla que coloque alrededor de su fino cuello y a Choroneko una cinta fucsia que hiciera contraste con sus ojos, para mi escogí un sombrero de color malva para protegerme del sol para cuando estuviese en el campo abierto. Mis compañeras nunca habían recibido tales atenciones por lo que todo era nuevo para ellas; Choroneko en particular intentada sacarse la cinta con sus patitas. Pagamos y seguimos la marcha.

    Hacia un poco de calor así que fuimos por unos zumos a una cafetería cercana, pero estaban muy llenos y tuvimos que esperar nuestro turno. Pasó una hora o quizás más hasta que por fin nos pudieron atender y salimos de allí con nuestras bebidas, Midorí tenía una de fresas la cual sostenía con las pequeñas lianas que salían de su cuello; Choroneko disfrutaba de un zumo de limón y para mi había pedido de piña. Al salir una repentina brisa se llevó mi sombrero malva y tuve que correr para alcanzarlo.

    El sombrero cayó a los pies de un sujeto raro de lentes oscuros, algo regordete que se estaba comiendo una baguette de bacón, estaba acompañado de un simpático cachorro. Con mucha amabilidad le dije que estaba pisando mi hermoso sombrero, pero el sujeto me veía con rabia. No tenía idea de que estaba pasando.


    Pequeña mocosa. Recibirás tu merecido. —alcanzó a decirme el sujeto con sus dientes sucios.
    Pero si yo no hice nada. —le dije alzando mis manos, no tenía idea de que me acusaba.
    ¡Me da igual! —bufó el sujeto.
    No tendré otra opción. ¡Vamos Choroneko! —llamé a mi Pokémon quien soltó su bebida presto a la batalla.
    ¡Adelante Yorterrie! —el pequeño cachorro se colocó delante de su entrenador gruñendo ferozmente.​


    [​IMG]

    Mi compañera de batalla sonrió maliciosamente cuando vio al oponente al cual se enfrentaba.


    Usa Arañazo. —fue mi primera orden y mi Pokémon obedeció al instante lastimando con sus zarpas al rival.
    ¡Placaje, Yorterrie!
    ¡Esquívalo! —la minina saltó ágilmente esquivando en el último segundo el ataque de su rival quedando detrás del mismo.
    ¡Mordisco!
    ¡Arañazo! —ordenamos al mismo tiempo, cuando el canino se giraba sobre sí para morder a mi Pokémon recibió un zarpazo al costado que lo dejó imposibilitado.​


    El Yorterrie chilló cuando las garras de Choroneko se clavaron en un costado de su pequeño cuerpo haciéndole sangrar un poco, la batalla ya estaba decidida a mi favor. El extraño lanzó unas cuantas maldiciones mientras devolvía al herido Pokémon a su pokébola. Luego me vio fijamente con una mirada cargada de odio, al cabo de unos segundos se dio vuelta y se perdió entre la multitud que estaba viendo el combate; en ese momento suspiré aliviada. Choroneko había conseguido su primera victoria, emocionada la alcé en alto; era una gata pequeña pero fuerte.

    Con mi sombrero un poco estropeado por el incidente con aquel desagradable hombre nos pusimos en marcha hacia Ciudad Eudora. Fui hasta el Centro Pokémon para buscar mi bicicleta, en un par de minutos ya habíamos dejado atrás a Nemertes. Midori estaba en su lugar asida al manubrio de la bicicleta mientras Choroneko disfrutaba de la vista y la brisa fresca que hacia sobre mi hombro. Pedaleaba por el camino que sale del pueblo y bordea el bosque, la brisa mecía los árboles, sobre nosotras había una bandada de aves revoloteando alegremente. De pronto una de ellas se lanzó en picada, tuve que maniobrar para esquivarla lo que nos mandó de nuevo al suelo. No era posible que saliera de ese pueblo de la misma forma en que había llegado.

    Por suerte la caída no fue tan brusca y mis Pokémon cayeron sobre mí. Furiosa me levanté y decidí hacerle frente a ese insolente Mamepato.


    [​IMG]

    Midori, usa Embestida. —el Tsutarja se lanzó hacia su rival que al verse atacado comenzó a batir sus alas formando un pequeño remolino levantando polvo y algunas hojas del camino. Midori tuvo que retroceder un poco al perder visibilidad. Luego el ave lanzó un Gruñido que obligó a mi Pokémon a cubrirse los oídos.

    ¡Látigo Cepa! —fue mi siguiente movimiento. Midori intentó atrapar al ave con sus lianas pero comenzó a volar y pudo esquivarlo sin problemas— Regresa, Midori. ¡Arañazo Choroneko! —no me quedó otra opción que cambiar de Pokemon. La minina saltó hacia su rival quien trató de embestirla, digo ‘trató’ porque la esquivó en pleno salto y luego dio un certero golpe con sus garras— Nuevamente Arañazo, Choroneko. —la gata al tocar el suelo volvió a saltar pero el ave remontó vuelo alejándose de nosotras.



    Pensaba que ya nos habíamos quitado esa molestia de encima escuchamos un ruido en el bosque; al parecer los problemas no seguían uno detrás de otro. Los arbustos comenzaron a agitarse, traté de moverme pero me tambaleé un poco. En situaciones normales Midori y Choroneko me hubiesen ayudado, pero me conocían lo suficiente como para no agarrarme a menos que estuviese al borde de un precipicio. Midori se puso frente a mi lista para defenderme de aquella posible amenaza. Lo que apareció fue un pequeño Chillarmy, el cual resultaba inofensivo pero Choroneko se abalanzó sobre él y se vieron con ganas de querer matarse uno al otro ¡por Arceus! ¿Cuántas cosas raras me tocaría encontrar en este viaje? —Me pregunté—. Antes de darme cuenta la chinchilla inició el combate atacando con un Destructor; golpeó con la cola a Choroneko pero el daño fue mínimo ¡le íbamos a dar una paliza!


    [​IMG]


    Choroneko, ataca con Arañazo. —el Pokémon felino atacó con sus garras pero su rival esquivaba ágilmente sus ataques, para entonces luego contraatacar con un golpe de cola. Parecían dos boxeadores atacando y defendiendo al mismo tiempo, sin cederle espacio al rival. Era un combate cerrado entre ambos Pokémon, pero mi Choroneko no se dejaría ganar tan fácilmente, comenzó un ataque violento con las garras de ambas patas delanteras que fueron arrinconando a su rival hasta que consiguió su objetivo de causarle daño; al verse lastimado la chinchilla se fue por donde mismo apareció.



    Suspiré aliviada al darme cuenta que el combate había terminado, la paz volvía a reinar en los lides del bosque. Habíamos perdido mucho tiempo con esos insolentes Pokémon y no faltaba mucho para llegar a la ciudad. Nos montamos nuevamente en la bicicleta para continuar el camino.

    Los árboles se fueron haciendo escasos y dieron paso a un amplio valle donde se encontraba una elegante ciudad, no puedo evitar sonreír gustosa, era el primer destino importante hacia la liga. Antes de ir hacia el gimnasio decidí ir al Centro Pokémon para que les realizaran un control a mis Pokémon. Las calles bullían de actividad, la gente iba a venía muy rápido; el paquete completo del caos de una gran ciudad, algo a que una chica de pueblo como yo no está acostumbrada.

    Había más tiendas que en el pueblo anterior con unas dependientas muy amables, pero no tenía tiempo para eso —por los momentos—. Después de solicitar algunas indicaciones llegamos al Centro Pokémon, al entrar fuimos recibidos por una chica de unos veinte años con una larga cabellera rosa, de piel blanca un poco bronceada con ojos color caramelo. La enfermera de nombre Hayami, que diligentemente examinó a mis Pokémon me informó que no tenían heridas graves de que preocuparme, que con un par de horas de descanso estaría totalmente recuperados. Aprovechamos el tiempo para comer algo y descansar en el Centro Pokémon.

    A mitad de la tarde salimos a dar una vuelta, como siempre Midori a mi lado, Choroneko tenía un merecido descanso dentro de su pokébola. Estaba fascinada con todas esas tiendas de ropa y bisutería cuando Midori llamó mi atención; estaba perdida en mi mundo de sueños cuando me giré y vi una imponente fachada. No cabía duda, era el escenario donde tendría lugar mi primer reto oficial: el Gimnasio Ilusión.

    Daba la impresión de ser una opulenta mansión, la gran verja de acero se encontraba abierta por lo que decidimos entrar. La edificación tenía la forma de un enorme rectángulo, en el frente se encontraban unas majestuosas columnas de mármol blanco veteadas, con grandes ventanales y frente a nosotros una enorme puerta de madera que daba la apariencia de ser muy pesada. Cuando nos acercamos a ella se fue abriendo poco a poco, una vez abierta completamente fuimos recibidas por dos chicas, ambas de cabellos rubios y de piel blanca, se podría decir que eran gemelas pero tenían diferencias notables, comenzado con el color de los ojos, la de la derecha los tenía azules mientras que la de la izquierda eran de color avellana. Lo que más me llamó la atención es que estaban vestidas como mucamas.


    Buenas tardes ¿en qué te podemos ayudar? —dijeron al unísono.
    Buenas tardes. —saludé cortésmente después de intercambiar miradas con Midori— Soy entrenadora y vengo a retar al líder del gimnasio.
    — En un momento la señora le atenderá. Pase por acá por favor.


    La chica de ojos azules me guio a través de la mansión mientras que la otra chica había desaparecido a través de una de las puertas, seguramente para avisar al líder de mi presencia. Mi Pokémon y yo volvimos a intercambiar miradas, no pensaba que los gimnasios serían tan formales. Una vez dentro quedé impresionada con tantos lujos; los necesarios para que una chica como yo viva próspera y tranquilamente. Al traspasar una de las puertas llegamos al centro del edificio donde se encontraba la arena, los ventanales estaban adornador con largas cortinas de seda roja, a los lados había una especie de gradas para que los combates se realizaran con público, para mi suerte estaban vacíos. Del techo colgaban elegantes candelabros con lágrimas de vidrios. Escuchamos el ruido de una puerta y vimos aparecer una elegante mujer vestida con un traje al estilo victoriano de color amarillo canario con detalles de perlas que hacían juego con su cabello rubio con rizos y el sombrero del mismo color; sus ojos era de un intenso color verde esmeralda.


    Bienvenida a Ciudad Eudora. Mi nombre es Anna y soy la líder de Gimnasio Ilusión. —se presentó— ¿Y tú eres?
    Muchas gracias, Soy Hitokage Aiko y vengo de Pueblo Evarne.
    Tu intención es retarme por la medalla Ilusión ¿correcto? —la elegante dama hablaba sin perder compostura. Manteniendo las manos entrecruzadas al frente y con el rictus propio de la clase aristócrata.
    Así es. —Respondí sin dudas.
    Antes de comenzar debo hacerte una pregunta ¿Has ganado alguna medalla?
    N…no —respondí con algo de duda, sin poder evitar mirar al suelo con algo de vergüenza— Es mi primera vez en un gimnasio y ante un líder.
    — Muy bien, en ese caso vamos a prepararnos para el combate.
    —dicho esto hizo una seña a la mucama de ojos color avellana que se encontraba aún en la puerta.​


    Minutos después la sirvienta llegó acompañada de un hombre no muy mayor, que ya presentaba signos de calvicie vestido con un elegante traje gris; entró a la arena y se posicionó entre ambas. Se tomó unos segundos para detallarnos minuciosamente. La chica de ojos azules se acercó a la líder, llevaba en sus manos un cojín color turquesa en el que reposaban dos pokébola. Anna tomó ambas pokébolas y las guardó en un bolsillo oculto en su vestido. El silencio incómodo del ambiente fue roto cuando el hombre al fin habló.


    Por el poder concedido a mi persona por la Liga Pokémon de Odissey declaro oficial este combate por la Medalla Ilusión del Gimnasio de Ciudad Eudora. Será un combate de dos contra dos; cuando ambos Pokémon de un entrenador no puedan continuar el mismo será finalizado ¿Entendido?
    — ¡Si!
    —respondimos ambas.
    ¿¡Retadora lista!?
    — Estoy lista.
    — ¿¡Líder lista!?
    — Si.
    — ¡Que inicie el combate!
    —en ese momento los candelabros se encendieron iluminando aún más la arena.

    ¡Vamos, Midori! —de inmediato mi Pokémon se colocó frente a mí.
    ¡Sal, Munna! —la líder arrojó al campo una de las pokébolas que había guardado y apareció frente a nosotras un Pokémon rosa. De inmediato saqué la Pokédex para saber de qué Pokémon se trataba.​


    [​IMG]
    Munna: Pokémon del Tipo Psíquico. Tiene la apariencia de un pequeño tapir de color rosa con un diseño de flores en la parte trasera.


    ¡Munna, usa Bostezo! —la líder hizo el primer movimiento.
    ¡Ataca con Látigo Cepa, Midori! —Tsutarja se lanzó al ataque y de su cuello salieron un par de lianas que golpearon de forma directa al rival lastimándolo un poco. Pero no pudo esquivar el movimiento del contrario y quedó rodeado de una extraña nube que lo dejo somnoliento. Tenía que demostrar mi valía, así que ataqué de inmediato— Látigo Cepa, una vez más Midori.
    ¡Protégete con Rizo Defensa, Munna! —la líder impartía órdenes sin perder la compostura, se notaba que era una estrategia preparada con antelación.



    Midori atacó nuevamente con sus lianas pero el Pokémon rosa comenzó a girar sobre sí mismo protegiéndose de los ataques que apenas hicieron daño.


    Confusión, Munna. —era el momento del contraataque de la líder.
    Placaje, Midori. —intenté un cambio de estrategia con un combate más cercano y físico. La reacción del Tsutarja fue rápida y pudo atacar primero, pero cuando se encontraba cerca del rival se desplomó cayendo dormido; momento en que fue atrapado por el movimiento de Munna levantándolo del suelo y arrojándolo contra la pared. Mi Pokémon quedaba fuera de combate por el momento. — ¡No puede ser! —grité frustrada— Regresa, Midori. —el Pokémon fue absorbido por la pokébola— ¡Sal, Choroneko! —llamé a la arena a mi segunda compañera.
    ¡Munna, Confusión! —fue la orden de la líder apenas apareció mi Pokémon, pero no surtió efecto. Pude notar en su rostro un dejo de frustración, el minino siniestro no era algo que tenía entre sus planes, un desliz de la líder que iba a aprovechar.
    Ataca con Arañazo, Choroneko. —el minino se abalanzó contra su rival con sus pequeñas zarpas hacia adelante tan pronto como di la orden.
    Rizo Defensa, Munna. —el Pokémon psíquico comenzó a girar sobre sí mismo generando una barrera, el daño recibido por el ataque de Choroneko fue leve pero significativo debido a que Tsutarja ya le había lastimado.
    ¡Vamos otra vez, Choroneko! ¡Arañazo con todo lo que tengas! —alenté a mi Pokémon.
    ¡Esquívalo y usa Bostezo, Munna! —por primera vez la líder parecía agitada y movías sus manos cuando impartía las órdenes. Aunque intentó esquivar el ataque la velocidad de Choroneko le sirvió para asestar unos cuantos golpes cuando el Pokémon rosa intentaba alejarse flotando. Pero no pudo esquivar el movimiento y se vio envuelto en ese extraño humo. Los zarpazos fueron mucho para el Munna que cayó debilitado. Choroneko caía dormido en ese momento.
    Munna ya no puede continuar, el combate es para Choroneko. —anunció el juez.

    Suerte de principiante —masculló la líder— ¡Regresa, Munna!
    ¿Te parece? —le respondí dedicándole mi mejor sonrisa irónica.
    ¡Sal, Gothimu!


    [​IMG]
    Gothimu: Pokémon Inquisitivo. Clava su mirada en Pokémon y Entrenadores como si observara algo solo perceptible por él.


    Usa Destructor. —No tardó en ordenar la líder ya que estaba claro que mi Pokémon no se defendería—. Continúa, no te detengas, Gothimu.



    Choroneko estaba recibiendo una serie de bofetadas mientras se encontraba dormido, por mi parte me sentía con las manos atadas sin poder hacer nada para ayudar a mi Pokémon; en ese momento comprendí porque muchos de los entrenadores no consiguen ir más allá del Gimnasio Ilusión. Me esta resignando a una derrota cuando mi Pokémon despertó de su mal sueño y pudo esquivar el último golpe, estábamos de nuevo en la pelea.


    Es hora del contraataque, Choroneko ¡Usa Arañazo!
    Dale un poco de Cosquillas, Gothimu. —Gothimu se acerca a Choroneko y comienza a hacerle cosquillas con la intención de que baje la guardia pero este se defiende y de un zarpazo lo envía lejos. — Destructor nuevamente. —ordena la líder sin perder tiempo.
    Usa Arañazo con todo lo que tengas Choroneko. — el minino se lanza ferozmente contra su rival, su cuerpo se cubre de una sutil aura negra y desaparece justo en frente a Gothimu, un segundo después reaparece a su espalda y con sus pequeñas garras lanza un ataque a traición. El Pokémon psíquico caía debilitado.

    Gothimu no puede continuar, —sentenció el juez— la victoria es para la retadora.​


    En ese último segundo la voluntad que tenía mi Pokémon y la confianza que tenía en él en ese momento fue la mezcla perfecta para que aprendiera el ataque de Finta, burlando así al rival y acertando un golpe que le daba ventaja de tipo. De esta forma obtenía mi primera victoria oficial en la liga.


    ¡Si! Lo hiciste, Choroneko. —le decía al minino mientras lo alzaba en brazos como a un niño pequeño.
    Debo admitir que fue un combate muy emocionante; la suerte estuvo de tu lado esta vez. —mientras celebraba con mi Pokémon la líder se había acercado a mí con un pequeño cojín entre manos. — Es un honor para mí hacerte entrega de la Medalla Ilusión.
    Muchas gracias. —respondí al momento que tomaba el pequeño objeto; tenía forma de disco, de color rosado con el borde blanco nacarado y algunas pintas casi imperceptibles moradas. No podía creer que ese pequeño objeto fuese tan codiciado y que me causara tantos problemas.​


    Después de tomarme un momento para conversar con Anna e intercambiar elogios por el combate salí del gimnasio con la medalla en mis manos casi saltando de alegría. Acababa de dar un gran paso importante, un paso que no hubiese podido alcanzar sin mis compañeros. No podía arrepentirme de haber dejado mi pueblo natal hace algunos días y embarcarme en esa aventura. Pero no era tiempo de estar divagando, no podía darme el lujo de dormirme en los laureles; mi viaje apenas estaba comenzando. Después de cuidar como es debido a mis Pokémon era momento de ponernos en marcha hacia nuestro próximo destino.
     
    Última edición: 20 Julio 2018
  8.  
    Thranduil

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    Hello, it´s me.

    Bueno, la historia sigue su transcurso con calma hasta la aparición de ese extraño sujeto gordo con el...creo que ese era Lillipup, te faltó la imagen, aunque creo que es porque Aiko no lo buscó en la pokédex, sólo luchó, pero debo decir que me causó intriga, porqué se enojó de la nada, no creo que sea un sujeto cualquiera, algún papel debe tener en la historia, de lo contrario aquella inesperada batalla con el sujeto sólo sería entrenamiento no programado antes de visitar el gimnasio, como los dos pokémon salvajes que aparecieron para una pequeña batalla y luego huyeron, eso fue extraño, lo que me lleva a mi primera mini observación, esos tres enfrentamientos en tan poco tiempo me parecieron algo forzados, como para justificar que Aiko ganase la batalla de gimnasio, pues no ha entrenado mucho y de repente tiene tres batallas, dos de ellas seguidas. Siento que se dieron tres condiciones para que Aiko ganase, un entrenamiento previo del que hablé, que choroneko aprendiese finta, ahí Aiko tuvo mucha suerte, aunque debió ser por el entrenamiento previo, y tercero, siento que el gimnasio no cumplió con la premisa de "Liga más difícil", se queda corto, un buen líder de gimnasio siempre está preparado para confrontar sus debilidades, especialmente si hay personas que saben su especialidad, además no usó pokémon fuertes, entiendo que si lo hubieran sido, el triunfo de Aiko no hubiese sido creíble, tal vez faltó un capítulo de entrenamiento más complejo o que Aiko perdiese el encuentro.

    En todo caso, lo del entrenamiento es una apreciación mía, pero sigo pensando que la líder de gimnasio no dio la talla para la Liga más difícil.

    Por otro lado, creo que la forma de narrar sigue igual de agradable, es fácil avanzar, no es una historia pesada, se lee rápido, siento que es una forma de narrar diferente a tus otros fics, y siento que esta te acomoda mejor, tal vez sea la primera persona, pero me gusta.

    Esperaré a ver qué pasa. Ciao.
     
  9. Threadmarks: Capítulo IV
     
    Plumas de Cuervo

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    Después de un tiempo tratando de avanzar en la historia —y luego de editar los capítulos anteriores— vengo con una nueva entrega, pero antes... los comentarios.


    • Thranduil no viste la imagen porque la agregué luego de publicar, no la tenía preparada. Hasta los momentos no creo que el sujeto tenga alguna aparición más adelante, a menos que necesite atar algunos cabes y tenga una oportunidad de vengarse de Aiko. Si te pones a ver los combates fueron seguidos y no tan significativos, los dos últimos fueron solo unos cuantos ataques y ya, sin mayor esfuerzo; es parte de las desventuras de nuestra querida amiga. En cuanto al gimnasio tienes que tener presente varias cosas: primero, Aiko no tiene ninguna medalla, por lo que la líder usa Pokémon de bajo nivel. Segundo, la líder usa una estrategia que consiste en dormir a los rivales y así poderlos acabar facilmente, todo entrenador novato caería sin dificultad ante esa estrategia, que es mas psicológica que otra cosa, porque logra que el entrenador se frustre al no poder atacar y recibir daño constante. Hay que ponerse en su lugar; que sea la liga más dificil no quiere decir que se base en fuerza bruta, sino en estrategias. Poco a poco verás como avanzan los gimnasios a medida que Aiko continua su viaje.


    (IV)

    Después de salir de gimnasio me dirigí al centro para que atendieran a mis Pokémon que resultaron muy heridos en el combate, aprovecharía para pasar allí la noche y planear mi viaje al siguiente destino. Hayami cuidó con mucho cariño a mis compañeras, en muy poco tiempo estaban repuestas y listas para continuar la marcha. Pasamos una noche tranquila, cabe decir que me quedé dormida con la Medalla Ilusión entre manos; a la mañana siguiente luego de desayunar junto a Hayami eché un último vistazo al mapa en mi tableta, la ruta a seguir era larga pero había un pueblo donde podría pasar la noche. Tomé mis cosas, devolví a mis compañeras a sus pokébolas y comencé la marcha.
    Como siempre era otra mañana agradable en Odissey, para esa época el clima era fresco y más en esa parte de la región. Atrás quedó Eudora, una amplia pradera se extendía frente a mí. Llevaba como una hora pedaleando cuando decidí detenerme un momento y comer algo bajo la sombra de un árbol a un lado del camino. Le había dado el primer mordisco a la manzana cuando sentí que algo golpeó mi cabeza, a mi lado cayó un extraño Pokémon que hacia esfuerzos por apoyarse sobre sus patas, no lo había visto antes así que acudí a mi dex.



    [​IMG]
    Fushide. El Pokémon Ciempiés. Por su cuerpo corre un veneno letal que hasta sus enemigos mortales, las aves gigantes, temen.


    Al ponerse de pie me pareció aún más amenazante, era de color rojizo con unos enormes ojos amarillos, de verdad no me gustaba para nada y hasta comenzaba a darme asco; de pronto se acercó a mí, cuando sentí sus asquerosas patas por instinto tomé la pokébola y llamé a Midori.

    ¡Usa Látigo Cepa! —grité prácticamente.​

    Las lianas de mi Tsutarja golpearon repetidamente el cuerpo del Pokémon alejándolo un poco, ese momento lo aproveché para poner de pie y hacerle frente a vil insecto.

    — Midori, Placaje.

    Mi Pokémon embistió al rival arrojándolo unos metros atrás, pero éste no se amedrentó y enrollando su cuerpo contraatacó con Desenrollar haciéndole leve daño. El Pokémon bicho giraba alrededor de nosotros manteniendo su forma. Todo decía que no tenía intenciones de dejarnos en paz.

    Nuevamente Placaje, Midori. —ordené a mi Pokémon.​

    El Tsutarja golpea nuevamente a Fushide justo antes de que arremetiera causando más daño que el golpe anterior. Tenía que pensar en otra estrategia para que no resultara más lastimado.

    ¡Atrápalo con Repetición! —ordené.​

    Exhausta por los ataques anteriores Midori atrapó al insecto con sus lianas pudiendo de tener su ataque antes de recibir un tercero y quizás definitivo golpe. La presión de las lianas lograron calmarlo, quizás por encontrarse agotado cesó en sus intenciones de ataque. Una vez se vio liberado de las lianas trepó por el tronco del árbol y desapareció entre el follaje. Al parecer no iba a dejar de tener estos raros encuentros durante mi viaje.
    La tarde se acercaba a su fin cuando divisamos a Cárites, así indicaba el mapa que se llamaba el único pueblo que se encontraba en medio de aquella amplia pradera. Las calles comenzaban a iluminarse anunciando que la noche estaba cerca. Cárites como casi todos los poblados en Odissey se sentía muy apacible. Estaba conformado por casi cien casas al parecer, a pesar de ser más o menos grande no fue difícil encontrar el Centro Pokémon. Allí fuimos recibimas por una agradable chica llamada Nemu, de cabello negro y claros ojos azules; se ofreció amablemente a cuidar de Midori que había recibido heridas importantes durante la batalla y además presentaba un ligero envenenamiento por el contacto con Fushide; tendría que pasar toda la noche en observación. Después de cenar me fui a la cama con Choroneko.
    A la mañana siguiente Midori se encontraba totalmente repuesta, desayunamos todas juntas. Decidí que era buena idea dar una vuelta por el pueblo antes de continuar el viaje hasta la próxima ciudad. Había pequeños establecimientos con artesanía local muy bonita, aproveché para abastecerme con algo de comida para mi viaje. Luego llamé a casa para saber cómo iban las cosas por allá, mi madre se emocionó mucho al saber que ya había ganado mi primera medalla.
    Después de esa amena plática con mi madre continué mi rumbo; me tomó cerca de dos horas llegar a la siguiente ciudad, al momento en que puse un pie en ella quedé maravillada. Ciudad Eris tiene un tamaño considerable, con edificaciones imponentes; cuando digo ‘imponentes’ no me refiero a que eran altas sino más bien muy lujosas. Los edificios importantes tenían en sus frentes gigantescas columnas de mármol, lo que le daba un aspecto a una ciudad de la antigüedad, y no solo eso, toda era de un blanco muy puro. Sus calles eran de piedra, pulida por el paso de las personas y los vehículos.
    Llegue a una plaza con una enorme fuente en medio adornada con un ángel de alas extendidas, de cuya base brotaba agua. Alrededor había un grupo considerable de chicos de mi edad y algunos un poco mayores, mientras caminaba entre ellos llevando mi bicicleta alcancé a escuchar a un par que conversaba.


    Con mis Pokémon en tan excelente forma ganaré fácilmente este gimnasio. —dijo de forma orgullosa un chico de cabello castaño en punta que sostenía una pokébola entre su mano.
    Yo en cambio tendré que entrenar un poco más. —respondió su compañero.​


    Me emocionó ver a tantos entrenadores que se preparaban para retar al líder de la ciudad. Me pareció buena idea sacar a mis Pokémon para que me acompañaran en mi recorrido. Midori se quedó a mi lado, pero Choroneko siempre independiente decidió explorar por su cuenta. No tardó en encontrar con que entretenerse, pude verla como saltaba entre la gente tratando de alcanzar algo en el aire, al parecer era un Pokémon aunque su apariencia era más como una pelusa flotante. Decidí que era mejor detenerlo antes de que se metiera en problemas.
    Cuando lo tomé en brazos se me acercó una chica aparentemente de mi edad, de cabellos rubios y ojos color esmeralda con un hermoso vestido blanco con bordados de flores.


    ¡Qué lindo! ¿Ese Choroneko es tuyo?
    Si, también este Tsutarja. Se llama Midori. —le respondí con una sonrisa orgullosa de mis compañeras.
    Es hermoso. —alabó a mi Pokémon mientras se ponía a su altura para verlo de cerca— Que lindos Pokémon tienes.
    Muchas gracias. Mi nombre es Aiko
    Un placer, mi nombre es Amy y este es mi Koromori, Muffy.
    Está muy lindo también. —sostenía con fuerza a Choroneko que aún hacia esfuerzos por atraparlo mientras flotaba alrededor de nosotros.
    Gracias. ¿Te gustaría tener un combate de entrenamiento conmigo? Es que lo demás entrenadores son algo rudos y no quiero que lastimen a mis queridos Pokémon.
    Claro, no hay problema. Seguro me ayudará para mi combate en el gimnasio.
    ¡Qué bien! —la chica estaba muy emocionada por tener con quien luchar.​


    Fuimos a un lugar que estuviese más despejado y poder tener nuestro combate de entrenamiento, de seguro me ayudaría a prepararme para mi siguiente reto. Ya en el lugar nos dispusimos a iniciar el combate.

    ¿Quién comienza? —pregunté algo sonrojada por no estar acostumbrada a este tipo de combates.
    Yo empiezo. —dijo Amy al momento que tomaba una pokébola de su cintura— ¡Sal, Luffy!

    De la pokébola salió un tierno Pokémon, que ya había visto en una ocasión pero que no conocía bien por lo que me apoyé con mi Dex.


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    Chillarmy: el Pokémon Chinchilla. Es de carácter amable y tiene una hermosa piel la cual se acicala varias veces al día, no les gusta vivir en lugares sucios.


    Teníamos una cuenta pendiente con esa especie, así que no dude en elegir quien lo iba a enfrentar.

    — ¡Adelante, Choroneko!

    Como si lo estuviese esperando no tardó mucho en colocarse al frente, se podía notar con las llamas del odio brillaban en sus hermosos ojos esmeralda, al parecer hay una larga historia de rivalidad entre los Choroneko y los Chillarmy. La pequeña chinchilla no tardó en dedicarle una mirada furibunda a mi gata.

    ¡Comencemos! —dijo Amy con mucho entusiasmo— ¡Luffy, usa Destructor!
    ¡Arañazo, Choroneko! —la Chinchilla atacó golpeando con su cola a la vez que Choroneko lanzaba sus zarpas, quedando el roedor más lastimado.
    ¡Luffy, Gruñido!
    ¡Nuevamente Arañazo! —el gruñido hizo que Choroneko perdiera la concentración por un momento pero no fue lo suficientemente efectivo para evitar que completara su ataque, las garras se clavaron en su delicada piel causándole un daño considerable dejándola fuera de combate.
    ¡Ay no! —grito Amy mientras tomaba en brazos a su compañera para luego devolverla a su pokébola—. Todavía no estoy derrotada ¡Ahora es tu turno, Muffy! —Si algo admiro de esa chica es la determinación que tiene.​

    Era el turno del Koromori de Amy el cual entró al campo de combate flotando como una mota de algodón. Era un nuevo Pokémon para mí y quería saber más de él.


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    Koromori: Pokemon Murciélago. No tiene muy buena vista pero su excelente olfato le permite encontrar fruta a kilómetros de distancia.

    ¡Muffy, Tornado!
    Choroneko, salta y dale un Arañazo. —la minina se alejó en dirección a un árbol próximo y de forma ágil lo trepó evitando el ataque de su rival, apoyándose en el tronco dio un salto en dirección al Pokémon murciélago logrando herirlo.
    Levántate y usa Tornado. —ordenó Amy, el Pokémon casi a ras de suelo batió sus alas levantando una polvareda.
    ¡Esquívalo y nuevamente Arañazo! —en ese momento no dudé que la velocidad de Choroneko era superior, esquivaba los ataques con facilidad y sus movimientos eran certeros causando mucho daño.
    ¡Tornado con todo lo que tengas, Muffy!
    ¡Choroneko, Finta! —la minina saltó en dirección de las ráfagas de viento y antes de que dieran en el blanco desapareció para luego reaparecer a la espalda del murciélago y mordiendo sus alas hizo que callera al suelo acabando con el combate.
    Regresa, Muffy. —Amy devolvió a su pokébola a su compañero, la victoria era nuestra.
    Buena batalla, —felicité— ha sido un agradable combate.
    Gracias, —pude notar el tono de decepción en su voz— aún me queda mucho por entrenar.
    No te preocupes, —traté de alentarla— de seguro tus Pokémon y tú se hacen más fuertes, solo tienes que perseverar.
    — Eso espero.



    Mi pequeña gata siniestra resultó ser muy competitiva, cosa que al parecer era lógico, pero no dejó de sorprenderme. Acariciaba su suave pelaje mientras intercambiaba opiniones del combate con mi nueva amiga; en ese momento se nos acercó un chico mayor que nosotras, con su cabello rubio despeinado vestido con jeans azules y una chaqueta de cuero desgastada.


    ¿Qué estás haciendo, Amy?
    ¡Hermano! Estaba entrando a mis Pokémon. Te presento a mi nueva amiga, Aiko.
    — ¿Tuvieron un combate?
    —preguntó el chico con mirada inquisidora.
    Así es, acabamos de terminar.
    — ¿Y quién ganó?
    — Ella
    . —Amy me señaló.
    Era de esperarse, eres solo una niñita…
    — ¡Hey!
    —le interrumpió— ¡No digas esas cosas, hermano! —Amy parecía avergonzada por el comportamiento de su pariente.
    Pero si es la verdad. Veamos qué tal le va contra un profesional como yo. —dicho esto se puso frente a mí, era un combate que no podía rehusar aunque quisiera.
    Me parece bien. —respondí un poco ofendida por su actitud.
    Aiko, ten cuidado. —me advirtió, Amy— Mi hermano ya ha ganado una medalla de gimnasio.
    — ¿En serio?
    —la situación me pareció de lo más entretenida— Yo también he ganado una. —seguidamente saqué de mi bolsillo la Medalla Illusion y la puse frente a su rostro.
    Entonces será un combate más interesante de lo que creí. ¿Te parece si hacemos un combate uno contra uno?
    — Por mi está bien. Comencemos.
    — ¡Sal, Kojofu!
    — ¡Es tu turno, Midori!


    De la pokébola del rubio salió un Pokémon al parecer del tipo lucha, inmediatamente tomó posición en el campo con su brazos al frente y meciéndose lentamente de un lado a otro. Miré la Dex para tener más información.


    [​IMG]
    Kojofu: El Pokemon Artes Marciales. Para evolucionar necesita llegar a la perfección en sus artes marciales, esto le lleva mucho tiempo.


    Mi compañera al instante se puso frente a su oponente mirándolo fijamente con esos ojos maliciosos que pone cuando se enfrenta a un rival fuerte. Sin perder más tiempo el combate comenzó, realicé el primer movimiento.

    ¡Midori, usa Látigo Cepa con ese Pokémon de lucha!
    ¡Kojofu, Sorpresa! —nuestro rival cubrió la distancia en un segundo sin darnos tiempo a reaccionar palmeó frente a Midori desconcentrando su movimiento.
    ¡Midori!
    Te dije que te ibas a enfrentar a un profesional.
    — Dos pueden jugar al mismo juego
    . —me encontraba molesta— ¡Malicioso, Midori!
    — Kojofu, Meditación
    . —el movimiento de Midori logró alcanzarlo bajando un poco su defensa, el Pokémon lucha juntó sus manos y cerró los ojos, quizás esta era nuestra oportunidad.
    ¡Placaje! —fue mi orden inmediata.
    ¡Detección, Kojofu! —Midori se abalanzó para embestir a su rival, pero en el último segundo éste lo evitó con un ligero movimiento sin siquiera abrir los ojos o perder la postura— ¡Ahora usa Destructor!
    ¡Látigo Cepa, Midori! —el impacto de la palmada fue mayor de lo que se suponía logrando que el Tsutarja retrocediera un par de metros, al ser su movimiento de largo alcance logró impactar al luchador arrojándolo sobre el césped— ¡Látigo Cepa otra vez!
    ¡Kojofu, Detección! —nuevamente logró evitar el ataque en el último instante mirando a Midori y riendo con sorna. Mi Tsutarja se estaba poniendo nervioso.
    ¡Malicioso! —ordené.
    ¡Kojofu, Destructor y acábalo! —Midori no cayó en la misma trampa dos veces, logró esquivar el ataque para luego aturdirlo con su mirada maliciosa.
    ¡Látigo Cepa!
    — ¡Detección!
    —ordenamos al mismo tiempo; ya me estaba impacientando, ese Pokémon no hacía otra cosa que esquivar los ataques, el combate no podría durar mucho.
    ¡Látigo Cepa, nuevamente! —insistí.
    ¡Detección! —no podía permitirme fallar, así que cambié la estrategia al instante.
    ¡Repetición, Midori! —antes de que pudiera esquivar las lianas se vio rodeado éstas apresándolo.
    ¡Demonios! —masculló el rubio, el Pokémon trataba de soltarse pero las lianas presionaban sus músculos— ¡Kojofu, Destructor! —el Pokémon se movió un poco y logro liberar un poco una de sus manos tomando las lianas jaló a Midori hacia sí y cuando lo tuvo cerca lo golpeó con la otra mano hiriéndolo seriamente. Se notaba el cansancio en ambos Pokémon.
    ¡Levántate, Midori! —animé a mi Pokémon— ¡Trata de darle con Látigo Cepa!
    — ¡Detección! —nuevamente lograba esquivar los ataques consecutivos, pero no me daría por vencida.
    ¡Placaje!
    ¡Destructor! —ambos ataques fueron efectivos y de daño considerable, los Pokémon estaban llegando a su límite. El sol del mediodía brillaba en todo su esplendor sobre nosotros.
    — ¡Placaje! —era todo o nada.
    ¡Detección! —el luchador ya mostraba signos de cansancio por usar repetidas veces el mismo movimiento; la velocidad de Midori aumentó sin darle oportunidad de esquivarlo y con un giro le dio un poderoso golpe de cola que lo arrojó lejos quedando fuera de combate.
    ¡Bien! —Tsutarja lo había conseguido, corrí a abrazarla.
    ¡No! —nuestro rival maldijo— Ya eran nuestras.
    Ha sido un combate emocionante. —dije sinceramente extendiendo mi mano para estrecharla con la de él.
    Felicitaciones. Has tenido suerte, niña
    O es que mis Pokémon son mejores de lo que creías. —respondí pícaramente.
    — En verdad fue una buena batalla, espero tener la revancha. Y ahora —hizo una pausa— ¿Retarás al líder?
    Si, a eso vine a la ciudad.
    Déjame advertirte que el líder es fuerte, no sé si mi advertencia te sirva de algo conociendo la fuerza de tu Tsutarja.
    — No tengo miedo, pero aceptaré con gusto tu consejo.
    — Sígueme, conozco un atajo al gimnasio. Por cierto, mi nombre es Alan
    . —volteó y una brisa meció su rubia cabellera.​
     
    Última edición: 20 Julio 2018
  10.  
    Thranduil

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    Escritor
    Shipping entre Aiko y Alan!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    Interesante capítulo, a veces pienso que las batallas son la mejor forma de introducir un personaje en un fic de pokémon, de esa manera podemos conocerlo mejor. Esa Amy tiene el autoestima baja y ese Alan no la trata bien, aunque me da la sensación de que no lo hace tan a propósito, quiere decirle la verdad, pero tiene poco tacto.

    Creo que las batallas estuvieron buenas, por un momento pensé que Aiko iba a perder, siempre es necesaria una derrota, aunque tal vez eso venga con el siguiente gimnasio.

    Respecto a lo técnico, creo que lo que más noté fue que las batallas abarcaban principalmente diálogo, si bien le pusiste descripciones de la ejecución de sus movimientos, siento que podría llegar a tornarse aburrido si toda una batalla la narras con diálogo, podrías poner en algún momento a Aiko, como es la narradora, lo que le ordenó hacer a sus pokémon o lo que observó, o aún más importante, lo que sintió en diferentes momentos de la batalla. No sé si me expliqué bien, pero que no toda la batalla sea diálogo, que hayan párrafos de sólo descripción en medio de la batalla.

    Creo que no tengo más que decir, esperaré para ver qué pasa, no creo que vaya tan rápido al siguiente gimnasio, pero esperaré para ver cómo los nuevos personajes aportan a la historia. Ciao.
     
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