de Inuyasha - Las Tragedias de Mi Vida [Sesshoumaru y Rin]

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por Graciela C., 21 Diciembre 2007.

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    Graciela C.

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    Las Tragedias de Mi Vida [Sesshoumaru y Rin]
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    Re: Las Tragedias de Mi Vida [Sesshoumaru y Rin]

    CAPITULO 27: LA VERDAD.- PARTE 2

    -Sé que esto será muy difícil de creer, pero necesito que me ayude –dijo Rin, con una mirada que indicaba todo lo desesperada que estaba.

    -Dígame, ¿Qué puedo hacer por usted? –dijo educadamente el apuesto Detective

    -Sé en donde esta Escondido el Millonario Naraku King.

    -Eso… no puede ser verdad, señorita, lo hemos buscado por todo el mundo, pero no hay rastro de él ¿Es que acaso usted tiene algo con él?

    -Sé que esto sonará un poco raro, pero si, lo conozco

    Y procedió a contarle todo lo que en el sueño les había pasado a su familia y a ella misma.

    -Señorita, en realidad, no sé por qué me cuenta todo esto. Eso solamente fue un sueño, eso no ha pasado, usted se casara y será feliz –decía con desdén, como si estuviera harto de hablar con locos.

    -¡Usted es mi amigo! –Dijo ella, con lágrimas en los ojos- usted estuvo en la isla conmigo, usted me vio morir, usted lloró por mi muerte ¡Usted! –Decía, llorando –Y también Ayame, su esposa.

    -Yo no me he casado, Señorita –dijo él un poco nervioso por lo que esa mujer decía.

    -Lo sé, yo los presenté. Ustedes tienen tres hijos maravillosos y siempre me repetía lo agradecido que estaba por haberle presentado a su esposa. Créame, por favor ¡Créame! –decía, totalmente, desesperada;

    Pese a que nunca se deja guiar por sus sentimientos, Koga decidió que le creería, pero no sabía cómo conseguiría las ordenes para poder entrar en su casa, ni en sus propiedades.

    -¡Kagura! Ese es el nombre de una de las víctimas de Naraku. Quizás pueda rescatarla, estoy segura que ella atestiguaría. Por lo demás, yo puedo decirle todo lo que recuerdo, yo tengo anotado en esta libretita. Podríamos decir en la corte que ella conocía de todos esos lugares, de esa manera, nadie va a creer que son mentiras. En el reclusorio esta la hija de Naraku, Kanna. Tiene mi edad y es muy cruel. Ella provocaba la muerte de mi hijo. Entiéndame Detective; si no hacemos algo, mi hijo morirá a manos de esa sinvergüenza

    -Es usted muy astuta, Señorita Rin, tal vez debería dedicarse más a esto. Pero no será suficiente. Tendremos que buscar otras maneras de que Naraku caiga en nuestras manos.

    -Es cierto –decía Rin, un poco más calmada -¡Kikio! Esa mujer es la amante de Naraku y novia de Inuyasha Taisho, quizás ella también pueda ayudarnos.

    -Tendremos que armar un buen plan para poderlos acabar.

    -Cuente con mi apoyo, detective.


    Faltaban cuatro días para la boda de Sesshoumaru y Rin, en ese día hubo un gran banquete por los futuros esposos y fueron invitados algunos amigos íntimos. Sesshoumaru estaba impaciente por ver a su Rin. Hace tres días que ni siquiera hablaban por teléfono.
    Llegaron los padres de Rin, los amigos de Rin, pero ella; ella no aparecía por ningún lado.

    -Señora Higurashi, Buenas Noches, me pregunto en donde se encuentra mi prometida –decía él, un poco impaciente

    -Ella… salió durante todo el día, cuando nosotros ya nos veníamos para acá, ella llegaba con un traje que había comprado y con la promesa que estaría aquí en un par de horas.

    -Entiendo. Entonces la esperaré –dijo él, un poco impaciente.

    La ceremonia ocurrió sin mayores contratiempos. Miroku, el mejor amigo de Sesshoumaru, intentaba animarlo y tranquilizarlo, mas cuando vio a Sango se olvidó que su amigo estaba mal y se dispuso a perseguirla. Sesshoumaru pensó “Por qué demonios este sujeto es mi mejor amigo”

    Rin se dió una última mirada en el espejo. Les iba a demostrar a todos que de su familia, nadie se burla. Estaba preciosísima, seguramente impactaría a todos.

    Llego en una lujosa limosina, para el asombro de los invitados que estaban en la entrada conversando. Se preguntaban quien era esa hermosa mujer que se presentaba ante ellos.

    Lo mejor fue cuando hizo su entrada triunfal, en la casa Taisho, dejando a todo el mundo boquiabierto. Nadie pudo reconocer a tan hermosa mujer, vestida como una Antigua Diosa griega, con un vestido de resplandeciente color blanco. Lucia hermosísima. Pero lo que más destacaba en aquel sensual atuendo, eran esos labios tan rojos y exóticos, que hacían suspirar a todos los caballeros que estaban allí. Miroku estaba deslumbrado, mas estaba quieto, no se movía. Usualmente, se le hubiese lanzado encima, pero había algo en ella, que lo hizo retroceder.

    Solo Sesshoumaru pudo reconocer a esa mujer. Con esa elegante vestimenta, le había demostrado que también a ella le pasaba lo mismo.

    -Te esperaba, Rin ¿Cómo estás? –dijo él con una seductora sonrisa.

    Todos los invitados se quedaron estupefactos ¿Esa era Rin? Imposible ¡Imposible!

    -P-Pero hija ¡Que hiciste! ¡Ese no era tu vestido!-dijo la mamá, con una mezcla de vergüenza y orgullo a la vez; después de todo, tenía que admitir que su hija, era la más hermosa de la fiesta.

    Muchos invitados comenzaron a murmurar, pero eso a ella no le importaba. Lo único que iba a garantizar es que su enemigo acérrimo tuviera su merecido. Por eso, tenía que hablar con Sesshoumaru a solas.

    -Necesito hablar contigo, Sesshoumaru. Será mejor que me sigas –dijo ella, haciendo caso omiso a los invitados que la miraban asombrados.

    -Está bien –replicó él con un gesto de resignación.

    Subió las escaleras que lo separaban de ella y entraron juntos al despacho de la casa.

    Miroku estaba asombrado por el cambio de la novia de su amigo; siempre la había juzgado ingenua y provinciana, como que no estaba a la altura de su amigo. Miró a la mesa que estaba al lado de la suya, vio a Kohaku junto a su hermosa hermana Sango, a quien había intentado acercársele, sin obtener resultado alguno.

    -Jamás pensé que la hermana de Kohaku fuera tan hermosa –pensaba él –con esa piel tan blanca y delicada; me encantaría poder tocarla.

    Todos esperaban con ansias el momento en que la joven pareja saliera del despacho para poder empezar la celebración, pero…

    -¡NO!-un horrible grito se escuchó, proveniente de ese lugar.

    Los Taisho habían reconocido la voz como la de su hijo, se preguntaban qué habría pasado.

    De pronto, Sesshoumaru salió disparado de aquella habitación, con una furia casi descontrolada, mientras Rin salía con los ojos llorosos con rumbo hacia la puerta de salida.


    Inuyasha jamás pensó que su querida Kikio fuera tan cruel y perversa. Se preguntaba una y otra vez, que había hecho mal, para merecer semejante castigo.
    Decidido, antes de la fiesta de su hermano, tomó una pequeña maleta, para partir con rumbo desconocido y así empezar una nueva vida. Aunque fuera difícil.

    Llegó al hermoso Cozumel, para divertirse y relajarse de lo lindo. A pesar de haber sufrido mucho, todavía le quedaba bastante sentido común, como para no dejar pasar por alto una cara bonita.

    -Así es, querida Rin, ¡Mañana llegaré para tu boda! –decía una feliz Kagome, aunque sea por teléfono.

    -Lo siento, Kagome. No habrá boda –dijo ella con voz compungida.

    -¡Qué! –decía asombrada

    -Lo que pasa es… -y Rin procedió a contarle todo lo que había sucedido. Que se había enterado de su infidelidad, que sabía que no la quería, sino a la novia de su hermano y que lo que menos deseaba era que la hicieran pasar por tonta y la engañaran así.

    -Pensé que Sesshoumaru Taisho era un buen hombre, Rin ¡Debes estar sufriendo mucho! –Decía la adorable chica, con voz preocupada –regresaré cuanto antes para estar contigo hermana-decía con esa voz tan firme que la caracteriza.

    -No, no es necesario que vengas, quiero que te quedes en Cozumel un poco más. Disfruta de tus vacaciones, no quiero que se estropeen, por favor, hazlo por mí –decía Rin suplicante.

    -Pero tú me necesitas, hermana –dijo ella.

    Rin tardo varias horas en convencer a Kagome de que no viniera; lo único que consiguió fue que ella le dijera que “lo pensaría” seriamente sobre eso. A Kagome le parecía muy raro que Rin quisiese que se quedara, lo más normal es que le rogara, pero para que esté a su lado. No entendía nada, pero seguramente, era lo mejor; después de todo, su prima adorada se lo había pedido.

    A Kagome, Cozumel le parecía la cosa más bella del mundo. Las playas de su ciudad natal no se comparaban en absoluto con la belleza y cuidados existentes en tan mágico lugar. Incluso los atardeceres se veían espectaculares, variando suavemente de color, para después darle paso a las más bellas noches rodeadas de estrellas que reflejaban en el agua, haciéndola lucir hermosa y misteriosa. El mar era otra de las cosas que le fascinaban. Le encantaba ver la tranquilidad y belleza de la transparencia del agua, en donde casi a diario se bañaba, dichosa de saborear cada instante de su vida en aquellas deliciosas aguas.

    Hace dos meses que Kagome se encontraba allá y en vez de desear regresar, lo único que deseaba era poder estar allí más tiempo. Sus tíos le habían pagado las vacaciones que ella disfrutaba, pero aun así, ella se consiguió un trabajo en uno de los hoteles que allí estaban. Era uno de los supervisores y ella se lo había ganado a pulso, ya que su carrera se lo permitía.

    Cierto día, Kagome tuvo una prueba de fuego, al tener que calmar a un verdadero torbellino que llegó a su hotel, ya que este sujeto no solo coqueteaba con las camareras, llevándoselas a la cama, sino que todas las noches llegaba borracho y con varias personas, haciendo que los demás huéspedes de tan elegante hotel comenzaran a sentirse incómodos y con ganas de irse.

    Kagome supo que tenía que tomar cartas en el asunto, no podía permitir que su puesto peligrara por un pedazo de imbécil que se hospedaba cínicamente en su hotel para mortificarla o peor aún, para hacerla perder su empleo.

    Odiaba tener que hacer aquello, pero sabía que no tenía salida; era él… o ella.

    Se acercó a la suite “presidencial” que el joven había solicitado. Kagome pensó que era uno de aquellos tantos niños ricos que lo único que quieren es alardear.

    Tocó la puerta lo más fuerte que pudo, ya que la música estaba tan fuerte, que dudaba que la escucharían. Tocó y tocó varias veces, mas no tuvo respuesta. Estaba a punto de retirarse, cuando vio a un señor de avanzada edad regresar a su habitación. Lo vio con cara de resignación y desesperanza. Kagome sintió una cólera tan grande que desplazó su temor e hizo lo que su corazón le dictó. Que le costara el puesto, no importaba, pero el imbécil ese, se iría con ella.

    Llamó por su radio al jefe de seguridad, y gran amigo, Latís.
    -Latís, llama al personal de seguridad y dile que tengo un problemita en la suite presidencial. También dile a Jaime que tenga listo el auto del Señor…-y rebuscando entre sus papeles supo su nombre- Taisho, porque él se va ¡Ya!

    El señor le sonrió a Kagome, en forma de agradecimiento y ella se sintió mejor, después de todo, Kagome también sabia como ser perversa.

    Ciertamente, Kagome aún no reconocía a Inuyasha como el hermano de Sesshoumaru.

    Los guardias de seguridad llegaron con ella y ella saco de su bolsillo una tarjeta. Era la tarjeta – llave de la suite “presidencial”. Abrió la puerta y por un momento, tanto ella como los muchachos que estaban con ella se sintieron extrañamente transportados hacia una discoteca. No, no era una discoteca sino un antro de perversión.
    De repente la música se detuvo y el irreverente muchacho salió a ver porque demonios estaban esos extraños en su suite.

    -¡¿Qué demonios hacen ustedes aquí?! – decía un enojadísimo Inuyasha.

    Kagome hizo caso omiso a su pregunta y se dirigió a sus muchachos.

    -¡Pongan todo lo que sea del señor Taisho en su auto, el Señor se marcha de aquí! –dijo ella firmemente, como para dejarlo en ridículo.

    -¡Estás loca, pedazo de estúpida! –grito Inuyasha, esta vez, totalmente fuera de sí. – Nadie me echa de aquí, antes te vas tú, ¡TONTA! –dijo él, provocando que sus amigos se rieran de ella.

    -Usted está provocando muchas molestias a nuestros huéspedes, le hemos pedido que no haga tanto escándalo, pero usted no nos ha escuchado. Disculpe, pero se va –dijo ella con mirada inescrutable.

    Durante un buen momento se miraron. Kagome era blanca, con el cabello negro azabache, y lo ojos, de un hermoso color negro, acompañados de unas pestañas tan largas y rizadas, que le endulzaban aun más la mirada, si eso era posible. Inuyasha, por su parte, tenía la piel bronceada, de un suave color moreno. El cabello era particularmente blanco, originario de los Taisho. Los ojos de un hermoso color ámbar, que enloquecerían a cualquier mujer; menos a Kagome.

    Inuyasha llamó al gerente general de hotel, denunciando la falta de cortesía de Kagome, para con un huésped. Sin embargo, Kagome seguía tirando sus cosas afuera, sin importarle nada.

    Las camareras le rogaban a Kagome que no hiciera eso; algunas lloraban porque el se iría, pero eso a ella no le importaba. Todos los demás huéspedes la felicitaban por lo que había hecho.

    De repente, el jefe de Kagome llegó y la verdadera batalla empezó

    -¡Kagome! –Gritó el Jefe -¡Qué demonios estás haciendo! ¡Estas Despedida! –dijo con suma crueldad, el hombre ese.

    Inuyasha reía al saber que la echarían, pero Kagome ya sabía que eso sucedería“Adiós a las playas de Cozumel” pensaba tristemente.
    Estaba a punto de de retirarse, cuando…

    -Espere un momento, Señor –dijo una distinguida dama – si es que se le puede llamar así –el gerente se quedo totalmente sorprendido. Y ofendido

    -Ella solo hizo lo correcto – intervino otro huésped – este sujeto no dejaba de molestarnos con sus escándalos. ¡Incluso intento seducir a mi nieta! –decía una amable anciana

    -Eso no tiene nada de malo, señora. Ella es joven y tiene derechos –repuso el descortés gerente.

    -Sí, pero es que ella ¡Es una monja! –dijo la señora totalmente avergonzada y abrazando a la aludida.

    Inuyasha reía cínicamente de todo lo que había hecho –Perdone, señora, pero su “nieta” esta como quiere –y se reía histéricamente.

    El gerente no sabía cómo explicar todo lo que sucedía, sabía perfectamente que no podía echarlo, ya que era el hijo del dueño del hotel. Inuyasha lo sabía, mas se divertía haciéndoles la vida miserable a todos.

    El gerente siguió escuchando quejas de Inuyasha, mientras que él vaciaba el bar junto con sus amigos.

    -Lo entiendo, pero la Señorita Higurashi actuó indebidamente, por eso, tendrá que irse.

    -¡Entonces, yo también me voy! –Dijo el señor que había presenciado a Kagome en su hazaña -¡Y yo también! –dijo un apuesto hombre de negocios

    Y así, todos los huéspedes, absolutamente todos, estaban a punto de abandonar el hotel y de dejar malas referencias sobre él. Kagome se sintió halagada, no pensó que ellos iban a actuar así.

    -Y bien, ¿Qué vas a hacer ahora, Mioga? –decía una voz ultra masculina, que hizo estremecer a Mioga, el gerente.

    -Tú… eres ¡Sesshoumaru Taisho! Entonces… eso significa que el muchacho es ¿¡Tu Hermano!? –dijo una asombrada y perpleja Kagome.
    Sintió que las piernas se le doblaban y que perdía el conocimiento. Sesshoumaru alcanzó a tomarla con las justas.
    “Justo" en ese momento, Inuyasha apareció.

    -¿Qué haces aquí, hermano? –decía él un poco fastidiado, su hermano había llegado a acabar con la diversión.

    -Mirando como echas abajo nuestro patrimonio –dijo él con su voz fría y calculadora, que tanto molestaba a Inuyasha – Se supone que estabas triste y desolado, que no podías vivir, por eso decidí enviarte para acá, con la condición que te hagas cargo de tu patrimonio. Lo único que veo es un montón de huéspedes a punto de irse, una muchacha con los nervios de punta y tú ¡Dándote la gran vida! –dijo Sesshoumaru, a punto de acribillarlo.

    -Ten – y le entregaba a una desmayada Kagome a su hermano –cuídala y por tu bien, no te atrevas a tocarla ¿Me entendiste? –Le dijo Sesshoumaru a Inuyasha con una mirada asesina –llévala a tu habitación para que descanse mientras yo me encargo de tus estupideces ¿Quieres? – añade con frialdad.

    -P-Pero ¡Por qué tengo que hacerme cargo de esta tonta! –decía con furia Inuyasha

    -Por una vez, haz lo que te digo, Inuyasha –dijo su hermano, para luego retirarse e intentar resolver esta situación

    -Señores, lamentamos mucho las molestias que les hemos causado. Tengan por seguro que a la Srta. Higurashi no le ocurrirá nada en absoluto. De hecho, fue la única que actuó con cordura –mirando fijamente a Mioga – tengan por seguro que el “joven” no volverá a molestar –mirando a su hermano – permítanme retribuir todo lo que han pasado. El desayuno será por cuenta de la casa, mas todo lo que deseen esta noche-dijo Sesshoumaru con infinita educación, poco usual para él.

    Los huéspedes se sintieron en la gloria y volvieron presurosos a sus habitaciones. Pronto, aquella noche, el movimiento en el hotel se volvió intenso, ya que los huéspedes querían algo a cada minuto de la noche.

    Mientras eso sucedía, Inuyasha se encontraba sentado en un cómodo sillón, mirando hacia afuera. Podía ver la belleza de aquel lugar. Pensó en traer a Kikio millones de veces, mas esto nunca sucedería.

    -Mmmm… -una somnolienta Kagome se despertaba -¡Qué bien dormí! –decía con alegría.

    -¡Claro! Mientras yo estoy en este horrible sillón, esperando a que despiertes, creyéndote mal, tú… ¡Estabas dormida! –le dijo el estrafalario Inuyasha.

    -¿Tú? ¿Qué haces aquí? Mejor dicho: ¿Qué hago yo aquí? ¡¿Qué me hiciste pervertido?! –repuso una molesta Kagome, quien no sabía lo que hacía allí.

    -En primer lugar, mi hermano me pidió que te trajera aquí; porque le diste pena, claro -esto molesto aún más a Kagome- y en segundo lugar, JAMAS me atrevería a hacerte algo simplemente porque no eres mi estilo de mujer, eres demasiado tonta.

    Lo siguiente que pasó entre aquella pareja, fue una pelea tan reñida, que hasta los huéspedes empezaron a incomodarse. Otra vez.
     
  2.  
    pomy

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    Re: Las Tragedias de Mi Vida [Sesshoumaru y Rin]

    hjajaja que mala sos! como lo vas a dejar asiiiii


    toy esperando el ultimo cap... porqeu hay un ultimo cap... NO!!???

    bueno che me voy llendo, espero la re conti

    por cierto...

    muy buena la parte de inuyasha, pero no entendi qué le dijo Lin a sesshomaru

    como sea, me voy
    beso
    suerte

    la pomy
     
  3.  
    my_lady

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    Re: Las Tragedias de Mi Vida [Sesshoumaru y Rin]


    Exacto! Pomy tiene razon!!!

    Yo queria uno mas! además...

    ¿Que paso con Sessho y Rin? Tiene que terminar juntos!! please!

    Kagome, hay que no se quede con Inuyasha!!! Por fass!!!

    Creo que nos dejaste con mas dudas que hace dos capis!!


    Bueno, estare pendiente por si subis alguna otra cosa!

    Kisses
     
  4.  
    Graciela C.

    Graciela C. Usuario común

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    Re: Las Tragedias de Mi Vida [Sesshoumaru y Rin]

    Hooooola! como están? lamento la demora, pero es que ya saben: El trabajo, los jefes y todo lo que sigue.... les pongo el siguiente episodio, pero les prometo que de esta semana no pasa que tengan el final. Espero les guste esta continuación, ya saben...tendrá un poquito de humor, pero también cuestiones un tanto... raras?, en fin... espero les guste!

    CAPITULO 27: LA VERDAD.- PARTE 3

    Algunos meses pasaron, en los cuales, los planes de Naraku King empezaron a venirse abajo: Su plan de apoderarse de la compañía de los Higurashi quedaron en el aire, ya que la policía supo que dos de los socios de la empresa, Bankotsu y Jakotsu, tenían negocios sucios y records criminales, los mandaron a la cárcel.

    Inu-no Taisho, el padre de Sesshoumaru, desistió de ayudarlo en sus ilícitos, probablemente, porque estaba en las manos de su primogénito y su hija, Kanna, desapareció misteriosamente de la cárcel, al igual que Kagura. El detective Koga seguramente estaba haciendo muy bien su trabajo.

    Por lo menos, pensaba, había separado a Rin Higurashi de Sesshoumaru Taisho. Alguien había hecho bien su trabajo, pensó.

    Naraku no sabía como ese detective le estaba pisando los talones. Bueno, no es que no supiera que su hija y su esclava lo habían delatado, sino el hecho de ¿Quién demonios las descubrió a ellas?
    Total, no importaba, él ya sabía en donde se escondería, aquel lugar donde nunca lo encontrarían, hasta que se le ocurra un plan para vengarse del detective y de los que se habían burlado de él.

    Koga se sentía satisfecho de su trabajo. Sabía que muy pronto atraparía al imbécil de Naraku King y sería reconocido por su trabajo, aunque no lo habría podido realizar si no fuera por la linda Rin, que había colaborado excelentemente con él.

    A pesar del éxito profesional que tenía en este momento de su vida, Koga era uno de esos tantos mujeriegos que ante una falda no se detienen ante nada. Pero cierta señorita empezaba a atraer su atención de una manera especial. Por eso decidió contarle a su buena amiga, Ayame, lo que le estaba pasando.

    Ayame era una chica hermosa. De cabellos rojos, tez blanca y ojos de un color tan verde, que la hacía lucir como una princesa de algún país lejano. Pero a veces le parecía que Koga era el último en darse cuenta de esto. Muchos hombres andaban detrás de ella, mas ella sólo tenía ojos para uno. Me imagino que ustedes saben quién.

    Aquel particular día en que Koga le había dicho que tenía algo “muy importante que decirle” se esmeró más que nunca en lucirse. Pensó que esta vez si se harían realidad sus más preciados sueños.

    La llevó a un elegante restaurant en donde todos los hombres se rendían a los pies de la bella chica, mas Koga ni se daba cuenta, cosa que entristecía mucho a la chica.

    -Tengo algo muy importante que decirte, Ayame. –decía Koga con un brillo especial en los ojos.

    -¿Qué es, querido Koga? –después de todo, era su mejor amigo y siempre se trataban con cariño y respeto.

    -Estoy enamorado de una chica especial, dulce, integra y buena, cuyos ojos me revelan la pureza de su alma –dijo Koga, como todo un poeta, haciendo sonrojar un poco a la bella chica. Estaba segura que era ella.

    -¡Vaya! –Dijo ella con una sonrisa preciosa – y ¿Conozco a la afortunada? –dijo ella con un poco de indiferencia, mas se moría por saber el nombre de esa “chica”

    -¡Por supuesto que la conoces, querida!, es –tomó su mano de forma delicada y Ayame pensó que se moría de la felicidad. –Rin Higurashi ¿Qué te parece? –pregunto él con expresión preocupada.

    La alegría que Ayame sentía se había esfumado. Aquellas hermosas palabras no eran para ella, sino para Rin, su nueva y mejor amiga. Escondió la cara, puesto que con ella no podía luchar. Era todo lo que su amado Koga decía y mucho más. No quería que Koga la viera llorar, por eso, se levantó de la mesa y salió corriendo de aquel restaurant.

    -Ayame, espera, ¿Qué te pasa? ¡Ayame! –decía Koga, intentando alcanzarla, mas recordó que no había pagado la cuenta y no pudo alcanzar a su ¿Amiga? En realidad, estaba muy molesto con ella por no ayudarlo a conquistar a Rin.

    Al día siguiente, Rin recibió una llamada de su prima, Kagome, lo cual la llenó de alegría. Conversaron sobre muchas cosas, en especial, las cosas que le estaban sucediendo a su prima en Cozumel.

    -Así que este “huésped” se atrevió a faltarte el respeto y casi te echan del hotel por su culpa – Rin intentaba no reírse de las “desgracias” de su prima mas no podía.

    -¡No te rías, Rin! ¡Ese imbécil casi hace que me echen! –dijo la chica, indignada por la falta de consideración de su prima.


    -Perdóname, no volverá a suceder –decía Rin, tratando de tranquilizarse –pero es que tú me dices que es un imbécil y sin embargo…

    -Me casé con él, lo sé-dijo Kagome, como resignada –es raro sabes, nunca pensé que me casaría con el tonto que casi me hace echar de mi empleo.

    De lejos se podía apreciar “claramente” la voz de Inuyasha diciéndole a Kagome “¡Ya verás Kagome Taisho, no permito que nadie me diga tonto o imbécil!” Rin solo podía reírse a carcajadas de la pelea que se armó. Al parecer, Kagome se había olvidado que su prima estaba en el teléfono, porque se podía oír, incluso a cierta distancia del teléfono cosas como “Solo estoy diciendo la verdad, querido, tu casi haces que me echen por ser tan imbécil” y otras cosas que se volvieron más y más acaloradas hasta que Rin tuvo que colgar, ya que se empezaron a oír unos “ruiditos” muy característicos de una pareja recién casada, es decir...

    Pero a Rin le dio mucha alegría que su querida prima terminara en brazos de Inuyasha, de una manera más “normal” de la que empezaron en su pesadilla. Su plan estaba marchando sobre ruedas, Ahora lo único que le tocaba era emparejar a Kohaku con la amiga de Kagome, Yuka, y a Koga, con Ayame.
    De eso estaba pensando al dirigirse a la cafetería en donde Koga la había citado. Pensaba aclararle la mente a él para que despierte y se dé cuenta que Ayame es su verdadero amor.

    Mas la confesión de Koga la dejó sin palabras, estupefacta ante lo que su amigo del alma le confesó.

    -D-Dices que estas enamorado de ¿Mi? –dijo ella sin poder creerlo.

    -Si, te amo Rin Higurashi y deseo que seas mi esposa. No sé que habrá pasado con nosotros en aquel sueño, pero lo que si sé es que deseo envejecer a tu lado, Rin –dijo un enamorado Koga. Jamás se imaginó que esas palabras se las dijera su detective. Se preguntaba cómo es que Koga y Ayame terminaban juntos, pero el caso es que no podía recordar.

    -Lo siento, Koga. Yo solo puedo verte como un amigo –dijo ella apenada, pensaba que podría oír eso de Kohaku o hasta el mismísimo Naraku, pero nunca de él. –Yo aún amo al padre de mi hijo.

    -¿Aun amas a Sesshoumaru? –Dijo él incrédulo- ¡Pero si él te fue infiel con Kikio! –dijo levantando la voz

    -Lo sé, tú nunca podrás entender por lo que hemos pasado, pero no soy capaz de quitarle a Ayame al amor de su vida –dijo ella dulcemente.

    -¿Q-Qué estás diciendo? –las palabras de Rin lo habían dejado perplejo.

    -Ayame ha estado enamorada de ti desde que te conoció. Por eso siempre te ha apoyado en todo. Por favor Koga, date cuenta que tú también la amas, ¡Abre los ojos! –dijo ella, casi desesperada.

    Koga se levantó de su puesto y se fue de la cafetería, dejando a una Rin, con los ojos anegados de lágrimas.

    Los días pasaron y Koga logró conseguir más pruebas de los delitos de Naraku. Con esto, él nunca más saldría de la cárcel ni le haría daño a más gente. Por su parte, Rin había conseguido emparejar a Yuka y a Kohaku y pronto se casarían junto con Sango y Miroku, que había logrado conquistar a la renuente chica, así como Inuyasha y Kagome se casarían con ellos ya que su ceremonia sólo fue por el civil y ahora lo harían por lo “legal “como dijo el cómico chico.
    Hace mucho tiempo atrás, los padres de Rin supieron que ella estaba embarazada y todo estaba dispuesto para el nacimiento de su bebe.

    Hasta que Rin sintió aquellos dolores que le decían que su hijo nacería ¡Ahora!

    -Papa, Mama, mi bebe ya va a nacer –dijo Rin con la respiración un poco cortada y cara de dolor.

    En la sala de la elegante mansión Higurashi, se escuchó un aterrador silencio a pesar que en la casa se encontraban: Kohaku, Yuka, Kagome, Sango, Miroku, Inuyasha y por supuesto, los padres de la chica, además de algunas doncellas que lo estaban disponiendo todo para la parrillada que se iba a realizar.

    -¡ES QUE NO ME OYERON! ¡AHHHHHHHHHHHHHH! –gritó Rin, puesto que las contracciones, hacían su aparición.

    De inmediato se oyó un grito aterrador, a la vez, absurdo de todos los invitados que se encontraban. Pero reaccionaron al fin y se llevaron a Rin a la clínica para que traiga al mundo a su bebe.
    Kagome le avisó a Koga que Rin estaba dando a luz y él se apresuró a disponer de todo para que Rin y su hijo estuvieran seguros.

    Pasaron muchas horas en que los muchachos paseaban de aquí para allá. Los médicos no dejaron entrar a nadie junto con Rin, cosa que enfureció a Kagome, porque no la dejaban entrar. De más está decir la que se armó por culpa de ella

    Todos estaban preocupados porque nadie salía a decirles lo que estaba pasando, hasta que cierto personaje salió de la sala de partos con un hermoso bebe, que a simple vista, se parecía a él.

    -S-¡Sesshoumaru! –dijeron todos a la vez.

    -¿Es que pensaban que no vendría a ver a mi hijo? –dijo con su típica expresión indiferente y su voz fría, pero miraba a su pequeño con amor y ternura. La premonición no se había cumplido, su hijo había nacido precioso y saludable.

    Todos empezaron a ver con culpabilidad a Inuyasha, pensando que él quizás le dijo lo que sucedía.

    -¡Yo no le dije nada, está bien! –dijo Inuyasha, indignado porque todos lo miraban como un delator.

    -De hecho –intervino Sesshoumaru, atrayendo la atención de todos –Yo ya lo sabía, Rin me avisó. Por eso no pudiste entrar, Kagome, yo ya estaba allí, así que no había necesidad de alguien más.

    Dejando a todo el mundo boquiabierto.

    Quiero decirles que Rin y yo hemos decidido casarnos en una boda cuádruple con ustedes.

    -¡QUEEEE! –dijeron todos sin poder creerlo.

    -Pues… todo fue un plan elaborado entre Rin y yo. Tenía que desaparecer durante unos meses, fingiendo que ella y yo nos habíamos peleado, para así poder engañar a Naraku. También aproveché para encontrar a Kagura y las pruebas que Kikio y Naraku eran socios.

    Al escuchar a Kikio, Inuyasha se sintió un poco triste. No pudo evitar preguntarle que había sido de ella en todo este tiempo.

    -Ella murió hace una semana, hermano. Al parecer hubo una complicación al momento de dar a luz y sólo se pudo salvar a la pequeña. Ella decidió entregármela, así que traje a la pequeña Ayumi conmigo. Es muy bonita –y una sonrisa afloró de sus labios inexpresivos.

    -Ya… veo –dijo Inuyasha, quien miraba de reojo a su esposa. Pensaba en qué momento ella le saltaría encima a reprocharle. Pero para su sorpresa…

    -Sesshoumaru, ¿Podemos cuidar a la pequeña Ayumi? –dijo Kagome
    Él se sorprendió, pero accedió de inmediato. Inuyasha abrazó a su esposa y le agradeció su inmensa bondad.

    Pasó un mes desde que Touya nació, mas todos decidieron posponer las bodas ya que Ayame había huido, quien sabe a dónde y tenía a todos preocupados. Koga se dio cuenta de lo mucho que amaba a su Ayame, pero se preguntaba si no sería demasiado tarde para recuperarla.


    Ahora si que viene el capitulo final xD espero no desilusionarlos y que les guste mucho jeje! quizás para el viernes este listo el desenlace... Espero que les guste este capitulo!
     
  5.  
    my_lady

    my_lady Usuario común

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    Re: Las Tragedias de Mi Vida [Sesshoumaru y Rin]

    OMG!!!! Cada vez me quedo con las ganas de que nunca termine!!

    Que bueno que todo salio bien, para todos!! Exepto Ayame, claro.

    Donde la buscaía Kouga? Que ponga avisos en el diario :p xD

    Ok, no. Amiga... real y sinceramente... ¡No me esperaba el engao de Riny Sesshoumaru!

    Engañaron a todos incluyendome, jajaja. Pense que Sessho se iria,

    y que la pobre Rin daria a luz, sola! Pero por suerte no es asi!

    Muchos animos amiga!!!

    Kisses!
     
  6.  
    Graciela C.

    Graciela C. Usuario común

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    Las Tragedias de Mi Vida [Sesshoumaru y Rin]
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    Re: Las Tragedias de Mi Vida [Sesshoumaru y Rin]

    Hola! lo prometido es deuda, espero les guste...

    CAPITULO FINAL​



    Era el día en que Koga iría a buscar a Naraku a su mansión y a encerrarlo para siempre. Mas cuando llegó, Koga se topó con la “Sorpresa” que había huido. Entonces, se encaminó junto con Rin, Sesshoumaru y los demás amigos a las islas King, propiedad del mafioso.
    Iba fuertemente acompañado de marines, policías e incluso, de militares. Es que Naraku “merecía” esos “honores”.

    Desembarcaron en la Isla y Rin les proporcionó toda la información que sabía. Todos se sorprendían que, después de un año, ella recordara tan bien la cosas.
    Todos se acercaron sigilosamente a la casa de Naraku, cuando…

    ¡PAS! –fuertes disparos y bombas se empezaron a oír. Atrapar a Naraku no iba a ser nada fácil.

    Los muchachos se quedaron en el barco, con algunos marines y policías, mientras Koga avanzaba de la mano con Inuyasha y Sesshoumaru, dispuestos a conseguirlo.

    Al fin apareció Naraku, con una sonrisa diabólica que los hacía enfadar.

    -¡Vaya! ¡Pero si es Koga, el mejor detective del mundo! –decía sarcásticamente.

    -¡Ríndete, Naraku! ¡De esta no escaparás! –decía el valiente chico.

    -¿Sabes qué? –Dijo Naraku – Me parece que solo eres un fantoche, nunca serás más que la imitación barata de tu padre – y reía malvadamente.

    -Digas lo que digas, Naraku, no podrás escapar, estas rodeado – Aseguro Inuyasha.

    -Tú solo eres un imbécil que te dejas manipular de la primera persona que se te cruza – y volvió a reír

    Naraku pudo ver como lo estaban rodeando a él y a la casa que estaba detrás de él.

    -No podrás atraparme, Koga –dijo el malvado.

    -¿Por qué no podría hacerlo, imbécil? –dijo Koga, triunfante, en unos segundos todo acabaría, un tiro certero y seria el final.

    -Porque…

    -¡KOGA! –gritó una desfallecida Ayame

    Los tres muchachos empalidecieron al ver a la hermosa chica junto con Naraku, quien la amenazaba con una pistola puesta en la sien.

    -A-Ayame –dijo él – entonces tú no huiste, estabas…

    -¿Pensabas que no te vigilaba, detective de pacotilla? ¡Fue como quitarle un dulce a un bebe! – decía el despreciable hombre, mientras tomaba de la barbilla a la dulce chica que lloraba desconsolada.

    Koga intentaba no contar los meses en que había estado desaparecida, porque solo podía atribuirles horror y desesperación para la mujer de su vida. Naraku tenía razón, él no valía nada.

    Pero había decidido matarlo. “Por ti, Ayame”

    -¡¿Qué le hiciste, infeliz?! –dijo Sesshoumaru

    -Solo nos divertimos un poco ¿Verdad? –dijo él cínicamente, para después besarla apasionadamente. -¿Qué harás, Koga? ¿Me matarás y con ello acabaras con Ayame… y con nuestro hijo? O ¿Qué harás? –dijo él, la pobre chica no podía dejar de llorar

    -¡Infeliz! –dijo Sesshoumaru, dispuesto a dar su vida, por la de aquella joven.

    -¡Espera!- lo detuvo Inuyasha –piensa en Rin y en tu hijo, estúpido.

    Koga estaba inmóvil. Su miedo se había hecho realidad, ese imbécil había abusado de la pureza y bondad del amor de su vida. Ya nada sería igual, ella nunca sería feliz

    -Koga –dijo la aún hermosa pelirroja, con los ojos llenos de lágrimas, pero con una mirada extrañamente dulce – Te amo, no te preocupes por mi – dijo ella, dejándolo estupefacto.

    -Yo también te amo, mi amor –dijo él.

    Ayame pensó que ahora si se podía morir, las lágrimas, que antes eran de tristeza ahora eran de absoluta felicidad, el amor de su vida le correspondía y ya no le importaba nada.


    -Me pregunto ¿Qué estará pasando por allá? -decía una preocupada Kagome, que no había aprobado que su esposo se fuera y que la pusiera en riesgo de dejarla viuda antes de la boda.

    -No lo sé, Kagome, solo espero que los muchachos estén bien y que regresen a salvo. –dijo Yuka

    -Deben ser pacientes, -insistió Kohaku –esto podría tomar horas.

    -¿Horas? –dijo Sango

    -Si, querida, Naraku podría ser muy escurridizo y esta isla podría tener más de un pasadizo para poder escapar. –acotó Miroku.

    -Es por eso que Rin está aquí, ella podría facilitarles la labor a los muchachos, ¿No crees Rin? –Dijo Kagome -¿Rin? ¡¿RIN, EN DONDE DEMONIOS ESTAAAAAS?! –gritó desaforada, la pobre Kagome, antes de desmayarse, haciendo que los policías y los marines la buscaran desesperadamente.


    -¿Qué es lo que quieres a cambio de mi mujer, maldito? –dijo Koga, a punto de explotar.

    -Quiero a Rin Higurashi –dijo él con una mirada diabólica.

    -¡NUNCA! –dijo Sesshoumaru.

    -Entonces… ¡despídete de ella! –gritó Naraku.

    -¡NOOOOO! –gritaron los tres al unísono.

    De pronto se escuchó un disparo, todo cerraron los ojos, mas cuando Koga los abrió, supo que era su oportunidad para acabarlo. Aunque lo que vio fue a Ayame, de pie, corriendo hacia él y a Naraku, cayendo al piso, con un disparo en el corazón.

    -¿Estás bien, amor? –dijo Koga, emocionado porque todo había terminado.

    -No estoy embarazada de Naraku, Koga, -decía Ayame con lágrimas que no la dejaban hablar bien. – el me hizo mentirte, pero estoy bien, no me hizo nada.

    Koga la abrazó fuertemente, todo estaba bien ahora.

    Pero… ¿Quién disparo a Naraku? Ninguno de los muchachos podía hacerlo, ya que desde cualquier punto hubiesen herido a Ayame;

    ¿O no era así?

    De repente, vieron a alguien acercarse al cuerpo moribundo de Naraku.

    -Aquí me tienes, Naraku King –dijo la misteriosa voz, que mas bien sonaba a la voz de una mujer.

    -Rin King –dijo él, dejando sorprendidos a todos

    -Rin ¿Disparó a Naraku? –preguntó Ayame, mas todos deseaban saber lo mismo

    -Siempre fuiste muy lista, además de bella. – Dijo él, estaba a un paso de morir -¿Cómo pudiste dispararme con tanta exactitud? -

    -Tú me enseñaste bien, Naraku. Lamento decirte adiós, pero es que no me gusta fingir –dijo ella con un fingido puchero.

    -¿Q-Qué pasó con Kikio y mi hijo? –dijo Naraku, muy débil. Rin le estaba proporcionando la más dolorosa de las muertes.

    -Tu cómplice murió en el momento de dar a luz. Sólo se pudo salvar a la pequeña –dijo ella con indiferencia.

    -¿Niña? –Dijo él – Espero que la cuides mucho.

    -Por supuesto. Supongo que no le hiciste nada a Ayame –dijo ella con la misma actitud

    -Claro que no, aunque los muy imbéciles se los creyeron – dijo riéndose, escupiendo un poco de sangre.-Hoy tuve un sueño: Hacia el amor contigo, tú me esperabas con un baby doll rojo, me envenenabas y moría –dijo él, casi sin fuerzas.

    -Eso demuestra que así sea en esta vida o en la otra, tu tenias que morir – ahora era ella la que se reía

    -Nos veremos en el infierno, Rin.

    -Guárdame un puesto allá, Naraku –dijo ella

    Al instante, Naraku murió, Ella se levantó y abrazo a su prometido. Dos meses más tarde se llevó a cabo una boda quíntuple. El Sacerdote estaba realmente estresado al tener que casar a tantas parejas juntas.

    Los años pasaron, pero la amistad seguía intacta, perfecta. Aunque todos tenían unos hijos hermosos y familias felices, Rin nunca supo como las cosas se complicaron tanto, pero ahora se sorprendía de la inmensa felicidad que ahora existía.

    -¿Qué haces, amor? –dijo Sesshoumaru, entrando en el cuarto.

    -Revisando el diario que escribí, cariño. – le dije

    -Así que revisabas todas las tragedias que te pasaban. –Me dijo

    -Si mi amor, son las Tragedias de Mi Vida, aquellas que me ayudaron a salvar a mi hijo y a los seres que amo.

    Mi esposo me abrazó y puso mi diario encima del escritorio. Ahora serán mis hijos los que escriban sus tragedias; pequeñas o existenciales ó grandes y dolorosas, pero todas les dejaran una lección que no podrán olvidar. Amo a mi familia y espero entregarles a mis hijos este diario, para que se den cuenta de la lucha de sus padres por su felicidad.

    Hasta Luego

    FIN​

    Agradezco a todas por haberme acompañado en mi primer fic, de verdad, muchas gracias! espero que sea de su agrado! Chao! gracias por todo!
     
  7.  
    pomy

    pomy Usuario popular

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    Re: Las Tragedias de Mi Vida [Sesshoumaru y Rin]

    jajaja :O sorpresa


    muy original, megusto mucho MUCHO!!

    y obvio, contas con el apoyo de la Pomy para tus proximos fics

    me gsto el final, lamento hqaberme perdido el cap anterior a este final... lo unico que eh de confesarte, sinceramente, es que no me gusto que al final sesshomaru volviera con ella, pero por otro lado respeto u historia y te ganaste mi respeto, asi que

    ANIMOS!!

    aca tenes una porrista para apoyarte :D

    beso y suerte

    nos veremos (no de manera literal je)

    la pomy
     
  8.  
    my_lady

    my_lady Usuario común

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    Re: Las Tragedias de Mi Vida [Sesshoumaru y Rin]

    El final ToT Pero... Estuvo bárbaro! Me encanto la charlita de Rin y Naraku, en los últimos momentos de él. Como si fueran amigos xD pero... Naraku recordó lo que paso con Rin? o solo fue esa partecita de que ella lo enveneno?

    Pobre Ayame! Pobre Kouga! Cuando deben haber sufrido! Pobrecito él, que le mienten y lo hacen sentir mal, ¡Terrible!

    La verdad amiga, tu fic estuvo bárbaro! Y el final muy original!

    espero leer más fics tuyos ;)

    Kisses
     
  9.  
    leti

    leti Guest

    Re: Las Tragedias de Mi Vida [Sesshoumaru y Rin]

    Chín, me desaparezco unos días y zás!! No sólo me pierdo unos capítulos, sino que ya hasta final hay!!

    Bueno, pues te comento que tu fic me gustó mucho amiga, por que es bastante original y por demás acorde con su título.

    Kouga y Ayame me dieron penita.

    Y pues el final estuvo genial, me alegra que Rin haya decidido escribir su diario, por que así pudimos enterarnos de todo. Ahora sí, la verdad yo espero que sus hijos no sigan su ejemplo, el de escribir tragedias, ojalá que a ellos les toque una vida más feliz.

    Amiga te felicito. Estuvo muy tu primer fic. Espero que pronto nos traigas más historias.

    BESOS!!!!!
     
  10.  
    olga

    olga Usuario común

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    Re: Las Tragedias de Mi Vida [Sesshoumaru y Rin]

    estoy = q lety me desaparesco ammm unos dias por asi decirlo y ya esta el final buaaaaa no puede ser lo bueno q rin no murio jejeje ammm = q pomy io tmbn soi porrista de tus fics vamos!!! si si jajajaja cuidatheee bye!
     
  11.  
    Graciela C.

    Graciela C. Usuario común

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    Las Tragedias de Mi Vida [Sesshoumaru y Rin]
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    Re: Las Tragedias de Mi Vida [Sesshoumaru y Rin]

    Muchísimas gracias por su inmenso apoyo! No pensé que les gustara tanto, agradezco a todos su cariño xD Saben? siempre quise hacer un fic anti - novelesco, de esos en que la protagonista llora y llora y tiene que esperar al final para ser feliz y para que el malo sea castigado. Me pareció interesante mostrar que las mujeres somos mas fuertes no? :P ya estoy pensando en otras locuras, no se preocupen, después de todo, siempre van a tener mi apoyo en sus respectivos fics. Nos estamos leyendoooo!
     
  12.  
    emi

    emi Guest

    Re: Las Tragedias de Mi Vida [Sesshoumaru y Rin]

    hola!!!
    esta es una de las mejores historias que eh leeido sobre Sesshoumaru y Lin ( y vaya que e leeido muchas xD ) me gusto muchisiimo la originalidad del fic, en verdad me has hecho gritar, llorar, reir de todoo !!!!
    simplemente me encantoo!!!, me fasinooo!!! estuvo genial la historia.

    estuvo muy bien planeado todoo!!! y me gusto mucho lo que le paso a cada personaje... al final claro esta xD

    el caracter de Rin sin duda me encantabaa a veces tan fria y despues tan dulce y adorable, llore cuando pusieron el video!!! y conto todo :(
    en el primer final me parecio bastante triste :(
    pero el segundo sin duda se lleva el premio...
    te juro que me encanto eso del sueño!!!!!!

    bueno, cuidate muchisiimooo!!!!

    bye

    PD: espero con ansias tu siguiente fic!!! :D

    atte.


    emi-chan :rosa:
     
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