One-shot de Naruto - Las palabras cobran sentido según cómo uno las dice

Las palabras cobran sentido según cómo uno las dice.

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Capítulo 6:​

“En su vida, ¿Qué había hecho?”​

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Al poco tiempo de aquel beso, Tenten comenzó a trabajar. Dejó de depender del dinero de sus padres y comenzó a defenderse con su propia fuerza de voluntad ante el mundo.

Neji aún no se enteraba de lo que la castaña sabía: Su pasado. Quizás no lo conocía al pié de la letra pero aún así, entendía.

-Supongo que es inteligente. —Dijo el Hyuuga mayor viendo entrar a su hijo.



-Hmn. —Esbozó una leve sonrisa –Es extraña. —Responde. El mayor se rió.



-Me dejaste olvidado, ¿eh?... ¿Qué tienes en la cabeza? Dejar a tu padre con la duda de quién es la señorita y ni siquiera venir a verlo de vez en cuando. —Se volvió a reír. El joven en frente no dijo nada por unos pequeños minutos.



-Vámonos. —Ordena el menor. Al principio Hizashi duda pero al ver la determinación de su hijo, lo comienza a seguir.

Divisa la luz como si fuera algo precioso que anhelaba ver. Su encierro llevaba más de dos años y junto con ello, jamás había tenido la oportunidad de estar en las afueras ¿Por qué? Simple, estaba loco.

Era como una prisión con buenas camas. La gente que pasaba por allí te veía sin disimulo alguno. Sí, están locos ¿Y a quién le hacen mal? No se contagia; No es como cualquier enfermedad ¿Por qué la gente los ve como si fueran escoria? Alguna vez el Hyuuga fue un genio respetado y honrado, ¿Por qué no seguir viéndolo de la misma forma? Claro, su esposa murió y él se desahogó en el alcohol y en las drogas; Su hijo lo comenzó a odiar desde ese momento y jamás le dio el apoyo correspondiente y aún así, el siguió pensando que alguna vez, ambos serían una familia feliz. Siempre lo siguió amando a pesar de que jamás lo veía. Y ahora, su sueño: Volver a ser una familia, estaba allí, frente a sus ojos.



-¿Ves a la joven sentada en aquella banca? —Pregunta Neji. El mayor gira la cabeza y se encuentra con la silueta de la mujer. Asiente de inmediato –Ella se llama Tenten Amma. —El Hyuuga mayor volvió a su pensamiento…

…Amma, ¿Dónde había escuchado aquel apellido?

Comenzó a retorcerse en sus recuerdos…

Diarios, televisión, radio…

“Se ha reportado un asesinato. La mujer Amelia Hyuuga, empresaria de exportación de automóviles Hyuuga, ha fallecido en manos de un homicida anónimo”


“Amma’s incorporated ha subido su índice de ventas desde la muerte de Amelia Hyuuga. Jamás en la historia se había visto tal rendimiento en sus autos”
“Hasumo Amma es baleado por policías luego de crímenes de gran intensidad”…


Su cabeza ardía en memorias. No, no era posible. Jamás debió salir de la rehabilitación.

Comenzó a correr sin dirección fija. Veía a su rededor buscando algo, cualquier cosa que lo ayudara; Buscando una salida… ¿Morir? No, su esposa no hubiera querido eso. Debía ayudar a su hijo. Si el moría, Neji se casaría con una asesina… Una asesina; Una desgracia para los Hyuuga; Una desgracia para él…; Una desgracia para su hijo.

La mujer se percató de los gritos del castaño mientras que este, trataba de detener a su padre. La muchacha siguió la dirección.

-¡Espera, ¿qué haces?! ¡Papá, no corras! —Gritaba desesperado. La gente los veía pasar pensando en cómo el mundo había empeorado de tal forma tan denigrante.


El hombre seguía desconcertado. Recordaba a su mujer sangrando en sus brazos, sonriéndole. Se seguía preguntando: ¿Por qué sonreía? Siempre estuvo pensando en aquello y jamás había encontrado la respuesta. En estos momentos, deseaba ver su sonrisa…; No, quería verla completa, siempre para él.

El Hyuuga mayor sintió un peso. Luego de ello, cayó al suelo.


-Papá, ¿qué sucede? —Preguntó el chico encima –Papá, responde. —Pidió al no ver respuesta.



-Es ella. —Dijo por fin.



-¿Tenten? ¿Quién es ella? —Preguntó confundido el castaño, aún sobre su padre.



-Es la fiel copia de su padre… Hasumo Amma. —Continuó no siendo claro para su hijo –Esto es mi culpa. —Terminó diciendo mientras se levantaba dejando a un Neji confundido completamente.

Claro que era la copia de su padre ¡Era su padre! ¿Quién no tiene cierto parecido a su padre? Quizás algunos, pero siempre hay un rasgo parecido ¿No es obvio?


-Tú no tienes idea de lo que pasó, ¿cierto? De seguro no sabes nada de aquel día. —Luego el hombre mayor suspiró y salió de aquella escena ésta vez, caminando.


Tenten por fin los alcanzó. Le sonrió al castaño, siendo correspondido de inmediato por él pero, no era de corazón como las otras veces.
Hizashi vio de reojo a la chica y grabó su imagen cuanto pudo. La mujer al percatarse de aquel pequeño análisis, sintió un escalofrío. El chico por su parte seguía pensando: ¿Qué se supone que debería saber?


La gente a su alrededor seguía viéndolos; Hablando de ellos sin importar que ellos los estuvieran escuchando. Los comentarios resonaron en la cabeza de ambos castaños. Decidieron por lo tanto, salir de aquel lugar.

La mujer comprendió de inmediato quién era el padre de Neji, sin embargo, al ver el rostro del Hyuuga, decidió que era mejor callar. Se veía afligido; Confundido… Como si fuera un niño pequeño corriendo por el supermercado.


-Neji. —Logró decir la castaña. El aludido no se inmutó por el llamado.


De un momento a otro, el hombre sintió el calor de la fémina. Sus brazos envolvieron su cintura pequeña y su cabeza reposó sobre su hombro. La Amma había logrado leer el pensamiento del Hyuuga; Él necesitaba saber que tenía a alguien al lado.

Sin tener mucha idea de lo que había pasado, ella había sentido lo que el Hyuuga. Quería decirle que no lo dejaría; que ella estaba allí para él.

No lloraba, solo pensaba. Sus ojos blancos no mostraban nada y a la vez, todo. ¿Confusión?... Pegó un suspiro que se llevó el viento.

Al salir de aquel abrazo, se miraron… ¿Dónde estaban? ¿Cómo habían llegado ahí?

Estaban en medio del parque en el que Neji había hablado por primera vez en tanto tiempo. El hombre cambió su pensamiento ligeramente… Los únicos que han escuchado su voz han sido Tenten y su padre. Y en estos momentos, quería volver al silencio… ¿Por qué?

¿Es necesario expresar sólo con palabras?

La chica dirigió su mirada al castaño quién, seguía divisando el lugar, recordando cómo había sido; Cómo la chica le había hablado con tanta facilidad…; Cómo lo había hecho hablar.

Y, ¿su padre? Jamás existió en su vida. Nunca había hablado con él hasta que encontró a Tenten. El hombre mayor le mandaba cartas de vez en cuando. A veces le contaba de sus compañeros o de lo que le ocurría; No le hablaba de su avance ni de su alcoholemia o de la muerte de su esposa. Simplemente, él trataba de mantener contacto con su hijo ya que él, no tenía la culpa de nada; Sólo tuvo la mala suerte de nacer en una familia en la
que ya no tenía madre.

¿Por qué había dejado de hablar?...


Recordó haber guardado algunas palabras en hojas de papel blanco. Se le vinieron a la cabeza cada una de ellas y se imaginaba las acciones, viviendo de nuevo sus recuerdos, pensando en la vida tan triste de aquel niño. Y ahora analizaba su vida, ¿Había cambiado aquel niño? ¿Su tristeza se había ido?


Pensó en su rutina diaria: Levantarse e ir a su trabajo. A veces se le olvidaba comer.

Vacío…

¿Cuántas habían sido las veces que analizó su vida? ¿Cuántas en las que odiaba a todo ser que viviera? ¿Cuántas en las que no encontraba una razón para vivir? ¿Cuántas cosas malas habían pasado en el transcurso de su vida? Y ahora lo más importante…


¿Por qué?... ¿Por qué sólo a él?


Y fue entonces que volvió en sí. No era sólo a él… Tenten también había pasado por lo mismo y peor.

¿Dónde estaban ahora? Su cabeza reposaba en la falda de la castaña. Una de sus manos estaba entrelazada con la de la mujer. Sentía las caricias de la chica sobre su cabello largo.

Ella sonreía a pesar de su preocupación por el Hyuuga. Él aún estaba confundido… La amaba infinitamente, ¿Cómo habría sabido lo que necesitaba?
Al chico comenzó a luchar contra una lágrima traviesa. Levantó su cabeza sin soltar la mano de la castaña y la miró. Ella seguía sonriendo.

-Gracias. —Dijo el Hyuuga devolviéndole la sonrisa. La Amma se rió por lo bajo y se levantó animada.



-¿Un helado? —Invitó extrañamente. El hombre acostumbrado a ese tipo de cosas provenientes de la mujer, asintió. La chica comenzó a correr como si fuera una niña, buscando una tienda de helados. Él por su puesto, la siguió.



Ella realmente era su razón para vivir. Lo hacía olvidar sus penas. ¿Un helado? ¿A quién se le habría ocurrido eso ante tal caso? Pero no era el helado, era ella la extraña. Una tonta única en su especie que había robado su corazón.


La roca sobre la cual estaba fundado…

…Era ella.
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Pucha Vania, ¡Me avisaste tarde! Jajaja, me hubieras dicho antes, te hubiera hecho caso de inmediato pero, no importa. Muchas gracias por corregirme. La verdad es que no estoy muy segura si en este capítulo apliqué bien lo que me enseñaste. Pero, corrígeme cualquier cosa que notes mal.
¡Muchas gracias a todas por leer! Espero les guste.
PD: No lo revisé muy bien... Si hay errores ortográficos o problemas con la narración, lo lamento de antemano jajjaa.

 

Las palabras cobran sentido según cómo uno las dice

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Capítulo 7:​

“La historia perdida ¿Quién la sabe realmente?”​

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Volvió a despertar por enésima vez en la noche. La oscuridad le daba algo de pavor en aquellas circunstancias pero, no se comparaba con los sueños que siempre lo acosaban.

Otra vez estaba su madre ahí y a él corriendo por las escaleras. Artimañas lo perseguían y su rapidez disminuía. ¿Por qué su madre sonreía? Una bala en la cabeza y sangre derramada a su alrededor.

—Descuida, aún somos una familia. —Le decía a su padre quién, lo miraba perdido.





Poco a poco, lo dejó de ver. Nunca se presentaba en las comidas y jamás lo iba a dejar a la escuela. Las pocas noches en las que estaba en casa, lo veía borracho y durmiendo encerrado en su habitación. No se hablaban.


Un día se le informó que viviría junto a su tío y a su prima. Más tarde, al cumplir los doce años, se enteró de en dónde estaba su padre realmente.

Dieciocho años y su tío se deshizo de él yéndose a Inglaterra. Aprendió a vivir solo y a trabajar. Como era un genio, no le costó entrar a la ética laboral sin recibir algún estudio de preparación.

Y así comenzó a perderse en su historia. Sin embargo, seguía torturándose con sus memorias.

Cómo deseaba tener a la castaña a su lado, abrazándole; reconfortándole.


Las horas se le fueron pasando rápido y la alarma sonó por fin, dejando sus pensamientos de lado. Se metió a la ducha con agua helada para tratar de no pensar pero claro, es en esos momentos en los que uno más piensa.

Se olvidó del trabajo, tomándose el día libre; Debía hablar con su padre.



Fue en busca de la castaña. En estos casos, necesitaría un hombro en el cual apoyarse.

—No, ella no se encuentra aquí como verá —contestó la mujer de ojos grandes— ¿Desea que le de algún recado?



—Hmn, cuando la vea entréguele este papel y dígale que estuvo aquí Neji Hyuuga. —Contesta el hombre entregándole en las manos aquel papel.



—Está bien. —Termina la mujer y el castaño se dirige a la puerta no sin antes agradecerle.



A las pocas horas después, se dirigió al hotel que hospedaba a su padre. Luego de pedirles permiso a los guardias y a los encargados, tomó el ascensor y recorrió los extensos pasillos dando con una de las puertas enumeradas.

—403. —Dijo en alto, recordando el número escrito en aquel papel que puso en manos de la mujer. Hizo sonar la puerta con ayuda de unos golpes minúsculos. Su cara pálida y tensa trataba de no mostrar su impaciencia.



—Pasa. —Le dio permiso mientras que este, acataba las órdenes del mayor—Toma asiento —dijo el hombre y el joven nuevamente le obedeció.
Pasaron unos minutos en silencio completo. Incluso se podía oír la respiración de ambos Hyuuga.


El menor impaciente no aguantó más la incomodes y decidió romper con la frustración de su garganta.


— ¿Me dirás o tendré que buscar yo? —Preguntó el chico en modo de amenaza; No aceptaría un “no” por respuesta. En cambio, el hombre se rió provocando que el castaño se enojara un poco.



—No has cambiado nada, hmn… —Comenzó a pensar en cómo empezaría a relatarle los sucesos pero mientras, trataría de hablarle de padre a hijo— dime, ¿cómo conociste a esa chica? —El Hyuuga menor lo miró extrañado.



— ¿Qué tiene que ver ella en esto?



—No te imaginas cuánto —Cortó. De inmediato al castaño se le vinieron recuerdos de lo sucedido en el parque cuando su padre vio a la chica.



—Entonces hazme el favor y cuéntame todo desde el principio. —Contestó hábilmente. Más que nada, porque temía que la Amma estuviera en medio de la historia.



—Hmn… —Pronunció— entiendo que no hablarás de la chiquilla. —Al referirse a la mujer tomó un tono de repugnancia casi imperceptible pero notable para el chico.



—Comienza. —Apuró el joven algo enojado por la actitud de su padre hacia la castaña. El hombre mayor sorprendido por la impaciencia de su hijo, suspiró, preparándose para relatar.



—Cuando tenía más o menos tu edad conocí a una chica y pronto me enamoré de ella. Su nombre era Amelia Hyuuga, tu madre. Era una mujer vaya, encantadora de ojos característicos y brillantes. De cabello marrón y labios rosáceos ¿Cómo no enamorarse de ella? Su actitud extravagante la hacía resaltar. Era extraña pero eso la hacía más especial. Luego de unos años, logré casarme con ella —inhaló. — De pronto comenzaron a haber ciertos “incidentes” en la planta de trabajo de tu madre. Cuando se comenzaron a hacer más frecuentes, deduje que todo tenía que ver con tu madre —Luego se tornó aquel silencio incómodo que los había acompañado anteriormente.



—Y… ¡¿Qué sucedió?! —Gritó su hijo al ver que su padre no seguía con el relato.



—Tu madre era una Amma… Su nombre real era Sasami Amma, esposa de Hasumo Amma. —Ante las palabras, ambos Hyuuga se quedaron analizando hasta que el mayor decidió continuar. —Fue enviada por su padre como espía para sacar información de la empresa Hyuuga. Sin más poco a poco, se comenzaron a dar cuenta de la información que faltaba. Planos; Porcentajes; Escalas…



—La mataron los Hyuuga. —Dijo el menor apretando su puño con furia.



—No… —Llamó la atención a su hijo—… tu madre fue acusada de traición por su propia familia por haberse casado conmigo, un Hyuuga…



—Entonces fueron los Amma. —Volvió a interrumpir Neji con una ceja arriba.



—En parte fue así. Como ambas familias tenían algo de qué acusarla decidieron, asesinarla. Sin embargo, alguien se les adelantó:… Hasumo Amma, el padre de Tenten. —Terminó de contar el hombre viendo la reacción del Hyuuga menor.



—Eso quiere decir que… ¿Tenten y yo…?

El hombre asintió mientras que el chico colocaba sus manos en su cabeza como si quisiera arrancársela.

—No puede ser… —Se decía entre algunas “sacudidas de cerebro”.



—Hmp. —Pronunció el hombre al ver la reacción de su hijo.



—Eso no es verdad, Sr.Hyuuga. —Interrumpió la de ojos marrones ganándose la atención de ambos presentes. Venía algo agotada por el trayecto que había tenido desde su trabajo hasta el hotel.



— ¡¿Qué haces tú aquí?!...y-y-y, ¡¿cómo se supone que entraste?! —Gritó exaltado Hizashi.



—Este hotel no es tan seguro como piensa a pesar, de su costo elevado. —Responde la castaña. —Ademas, fui invitada por su hijo.

El Hyuuga dirigió la mirada a Neji con reproche quién por su parte, miraba a la chica intrigado por su seguridad.

—Señor, si quiere difamar aquellas ideas en su hijo, es mejor hacerlo cuando esté seguro de que no vendré, ¿no cree?



—Tenten, ¿no? —La joven asiente— lo que le estoy diciendo a mi hijo es la verdad tal como lo he confirmado en muchos lugares.



—Pues hay algo que no calza —El hombre la mira con sorpresa— Mi madre murió cuando yo tenía 15 años en cambio, la madre de Neji falleció a sus 8 años. Ahora dígame, ¿Cómo es eso posible siendo que él y yo tenemos dos años de diferencia?



— ¿Qué… dices niña…? —Pregunta con asombro— ¿Qué pruebas tienes?



—Si quiere comprobarlo, podemos pedir los papeles de las defunciones de las Señoras Ammas.



— ¿Cómo?...



—La madre de Neji, Amelia Hyuuga o Sasami Amma, si estuvo casada con mi padre pero yo no soy su hija ¿Por qué? porque al igual que ella sostenía un amante, mi padre también tenía a una amante, Mina Amma quien si fue mi madre. —Inhaló tranquilamente pero adolorida por recordar la historia. —Hasumo mató a su esposa legítima, Amelia, por haberlo engañado y además de haber tenido un hijo de diferente linaje, porque quería encubrir su vida con Mina y su hija, Tenten.


Pronto unas lágrimas comenzaron a vagar por las mejillas rosáceas de la fémina.


—Lo lamento, no quiero llorar en un momento como este sin embargo, no puedo evitarlo. —Seca sus lágrimas— Cuando acabó con la vida de su mujer, Amelia, se casó con su amante, Mina y, emprendió un viaje con ella y su hija en el cual, luego de algunos años con la mujer, se dio cuenta del parecido que llevaba con su difunta ex esposa. Odiaba su risa y la maltrataba por ello digamos, “castigándola” por su felicidad. Ella por su parte, jamás se quejó sólo sonreía ignorando los moretones e incluso algunas fracturas —comenzó a llorar con mayor intensidad y continuó cuando se calmó. —Un día no logró contener su mano ni su mente, y sin más, la mató como a muchas personas luego de perder la cordura.
Los hombres la veían caer al suelo inconsolablemente.


La fémina pronto sintió un calor envolviéndola y vio al genio abrazándola y besando su cabello.

—Tranquila —decía entre caricias.

El hombre mayor guardaba silencio entre pensamiento y pensamiento… Tantos años creyendo tener la verdad y ahora una muchacha que tuvo peor suerte que ambos al vivirlo todo en sus recuerdos, decía la verdadera historia.

¿Cómo le fue posible…? No conllevaba alcohol en sus venas como él; ni drogas ni ninguna especie de vicio… ¿Cómo?
Su admiración hacia ella subió en un grado extremo. No había ensuciado su cuerpo con sustancias ilícitas…


— ¿Cómo pudiste… aguantar tanto dolor…? —Preguntó con real asombro.



—Créame que estuve al borde del suicidio —los presentes abren los ojos sorprendidos. —Amaba a mi madre tanto que me era imposible vivir sin ella. Me sentía realmente sola y eso es lo que le daba a entender a la gente; Pero luego, al comenzar a trabajar para no depender de las herencias de mi padre más que nada, para no recordarle, escuché a un cliente decir: “acaba de morir mi hermano” y fue entonces cuando me di cuenta de que no era a la única que le pasaban cosas así. No estaba sola. Comencé a ignorar mi dolor igual que mi madre cuando la golpeaban; disimular mis penas y poco a poco, olvidarlas.



—Ya veo —dijo Hizashi. —Eres muy fuerte.



—Gracias Señor pero, su hijo también lo es, ¿no lo cree?



—Si… realmente lo son, ambos. —Dice el hombre levantándose para entregar un abrazo a los jóvenes.

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Se comenzaron a despedir del Hyuuga mayor y Tenten salió corriendo por los pasillos felizmente.

—Neji, espera. —Llama el hombre.



—Sí, ¿qué sucede papá?



—Invítame a tu boda, ¿sí? —Dice el hombre guiñándole el ojo.



— ¿Q- qué dices? Papá no digas esas cosas… —Contesta Neji con algo de nerviosismo y rubor en sus pómulos.

El padre le iba a responder cuando fue interrumpido por la chiquilla que había logrado escuchar un poco.

— ¡No se preocupe Señor Hyuuga; De eso me encargo yo!



— ¡Tenten…! —Reprocha Neji a la fémina mientras sale a perseguirla. Claro, ambos salieron del edificio corriendo y jugueteando por las calles.

Luego de ciertos intentos por alcanzarla, logra atraparla cayendo al césped con ella en sus brazos.

— ¿Cómo es eso de que tú te encargarás? Yo soy el hombre en esta relación. —Dijo mientras la femenina reía.



—Te amo Neji —el aludido la ve intrigado mientras ella seguía sonriendo. —Por favor, cásate conmigo —pide la chica.



—Por supuesto que sí. —La besa riendo por lo dicho.



Las palabras cobran sentido según cómo uno las dice. En ello se encuentra el tono, el timbre…

Realmente no es necesario expresarse sólo con palabras pero sea como sea, ¿eso importa? Un te amo puede ser vacío, ¿no? Entonces, ¿por qué existen las palabras? Algunas causan daño pero, ¿acaso un golpe no?

Los sentimientos, las palabras y las acciones van de la mano y es así como cobran sentido… según cómo uno las dice.


El sentimiento: …

La palabra lo dice…

La acción lo demuestra…

Dos formas distintas de expresarse. La Amma utilizaba las palabras y el Hyuuga las acciones, ¿Qué no es lo mismo?

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Estaba guardando algunas de sus cosas en una caja preparándose para la mudanza hasta que algo cayó encima de él: Su diario o más bien, hojas sueltas, sucias y viejas.

Decide abrirlo. Recorre algunas palabras y se acuerda de todos sus sueños inalcanzables hasta que por fin haya las palabras que quería leer.


“Mi mamá es la única persona con la que puedo hablar con claridad y sin miedo; Perdón, podía. Mi papá ya no pasa tiempo en casa como antes, así que no puedo hablar con él. No tengo a nadie con quién hablar… Así que para no molestar, callaré hasta que encuentre a alguien con quien me pueda expresar con claridad y sin miedo como solía hacer con mamá…
…Es una promesa”

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— ¿Un helado? —Preguntó él mientras veía a su mujer a los ojos.



—Claro, después de todo tú eres la mujer en esta relación. —Contestó ella burlándose.

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Las palabras cobran sentido según cómo uno las dice.​

Fin.


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Quizás no es el final que todas esperaban, lamento si no cumplí sus expectativas sin embargo, yo estoy complacida.
Espero haya sido de su agrado el fic y que lo hayan disfrutado tanto como yo.
Muchas gracias a todas por leer y comentar.
Se despide, una chilena (Adalia, ¡compatriota!)
¡Besos!