Las llaves de la caja maldita

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Arua, 14 Agosto 2007.

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    Arua

    Arua Guest

    Título:
    Las llaves de la caja maldita
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3235
    Las llaves de la caja maldita

    Fic de fantasía que va de unas llaves con poderes que sirven para abrir la caja de la magia negra. Unos jóvenes tendrán que evitar que las utilicen para abrir la caja.











    1 UNA EXTRAÑA HABITACIÓN

    A las afueras de la ciudad de El Cairo una mujer estaba dirigiendo unas excavaciones. Era una arqueóloga novata que nunca había descubierto ningún yacimiento ni ningún objeto de la antigüedad era la doctora Julia Martínez Abad una mujer ligeramente morena con el pelo castaño y los ojos de un tono azul oscuro tenia la cintura bastante ancha y los labios pintados de un color tierra . Parecía malhumorada porque echaba de menos a su marido

    - ¡Venga! Que os he contratado para algo.

    En ese momento el jefe de los excavadores apareció se llamaba Alí Mansaray. Un hombre joven de 28 años, muy moreno y vestido de blanco. Este se acercó a Julia y le dijo con su típico acento árabe:

    - Se puede saber porque tenemos que excavar en un sitio donde ni "siquierra" sabemos si hay algo aparte de "arrena".

    - Porque tengo una "corrazonada"- dijo Julia imitando su acento- Y he soñado con este sitio "segurro" que es un sueño de esos que se hace realidad.

    - ¡Ja! "Erres" muy "grraciosa"- dijo irónicamente Alí.

    - Disculpa estoy de mal humor y tengo que llevar este maldito velo! , ¡que no veas lo poco que me gusta llevar cosas en la cabeza! ¡Mi compañera arqueóloga Diana está mala y lo tengo que dirigir todo! - Julia se pone a mirar el reloj que también era termómetro - y también el impresionante calor que hace aquí, no hay ¡ ni una maldita nube que tape el Sol!, he cejado a mi marido en España por mi maldito trabajo estoy pensando en dejarlo para hacerme profesora de historia, para irme a vivir con él y ¡ un hombre al que quería que le contratara me ha preguntado que por cuantas alfombras o camellos me podía darle a mi marido para comprarme a mí y ser su mujer¡

    - Pues hoy en día no se utiliza eso del intercambio de "mujerres" por mercancía.- dijo Alí mientras se iba poniendo más y más triste por cada palabra que decía.- Eso por "desgrracia".

    Julia se comenzó a enfadar:

    - ¡A que te despido! Yo no soporto a los machistas.

    - ¡No! ¡Noooooo! Que estoy huérfano de padres y tengo que cuidar a mis hermanos pequeños. Si solo lo decía por que me "enamorré" de una chica y ni "siquierra" sé si se ha a fijado en mi. No es que “fuerra” muy guapa “perro” es que "erra" muy amable y yo la "querría" con todos mi “corrazón”.

    - Pues no tuvo la amabilidad de corresponder a tus sentimientos. Anda lo que hagas hoy te doblo el sueldo y que conste porque me dan pena tus hermanos. Y no creo que sea mentira.

    - Julia “Grrasias” “erres” muy amable.

    - Seguro soy más amable que esa mujer.

    - ¡Ja! ¡Ja! “erres” muy “grrasiosa”- exclamó Alí irónicamente y enfurecido.

    Pasaron horas y ya era noche hacía un frío que pelaba (era normal estaban en el desierto). Julia se estaba apunto de ir porque pensaba que no había nadie cavando pero fue a revisar el trabajo que habían hecho y vio a Alí cavando.

    - Alí ¿que haces a estas horas?

    - Pues cavar me dijiste que lo que "trabajarra" hoy me "duplicarrias" el sueldo. "Perro" yo creo que aquí no hay nada.

    - Pero mi corazonada...

    -¿Tu "corrazonada"?... ¿tu "corrazonada"?... ¡Pues que sepas que tu ”corrazón” y tus sueños son idiotas- interrumpió Alí enfadado- pero que conste que aunque no encuentres nada me tienes que dar el “dinerro” que me prometistes.

    -Se dice prometiste

    Julia entra con una cuerda por el hoyo que había echo Alí.

    - Calla que en cualquier momento podía coger la pala así cavar un poco así y...

    Se escuchó un ruido como si la pala se hubiera tropezado con una piedra. Julia quitó la tierra de encima y vio una piedra escrita además de en jeroglíficos egipcios y griegos también había unos idiomas desconocidos.

    -... Y encontrar algo

    - ¡Caray! Nunca había visto una tumba o templo egipcio de esta “manerra”.

    Julia se puso a leer los jeroglíficos.

    -“Esta habitación fue creada cuando la especie humana era joven, para guardar un objeto maligno. En esta habitación hay una caja maldita si la caja fuera abierta...” Y aquí ya no pone absolutamente nada más. Bueno de lo que puedo leer lo demás está enterrado. Por toneladas de arena

    Alí estaba muerto de miedo y le temblaba casi todo el cuerpo casi ni se sostenía en pié de tanto que le temblaban las piernas.

    -¿y cómo se sabe si es una habitación si no la has visto? Es completamente imposible que aquí haya una habitación a tantos metros debajo tierra o mejor dicho debajo “arrena”.

    -¡Calla! Alí ¿cómo puedes decir eso? Es sólo improbable además si de verdad esto es tan antiguo es normal que esté tan enterrado. Aunque me sorprende que haya escrituras además algunas sorprendente modernas y unas que no deberían de estar aquí en Egipto.

    Se oye un crujido y se hunde el techo en el que Julia había leído la inscripción. Caen los dos pero salen ilesos y sin un solo rasguño. Alí ya había llegado a su límite del miedo que podía soportar y dijo con voz temblorosa:

    - Doctora Julia yo me voy que esto me da miedo. Me da igual el dinero pero no quiero la maldición caiga sobre mí.


    Alí subió a la superficie por la cuerda y se fue corriendo. Julia se quedó sorprendida.

    - Alí ¡pero si no hay ninguna maldición! Solo habla de una caja maldita ¡Eso no es ninguna maldición! - comienza hablar sola- Que hombre más cobarde y pensar que a los cobardes muchas veces les llaman nenazas, les deberían llamar “nenezos”.

    Julia miró a su alrededor y vio un montón de objetos de todas las épocas, una cosa extraña que tenía aquel lugar es que tenía iluminación propia, habían como unas lámparas a las paredes pero que en lugar de tener bombillas tenían una cosa extraña eran como unas esferas de luz azulada que no estaban unidas a la lampara sino que levitaban a uno o dos centímetros de ella, estas esferas brillantes se semejaban a unas estrellas en miniatura. A Julia le pareció aquello muy extraño y comenzó a pensar si aquello podía ser extraterrestre o si era una antigua nave espacial pero era imposible puesto que las escrituras que habían allí eran humanas aunque algunas de ellas tan antiguas que ni se conocía de su existencia.
    Julia sacó un aparato para medir la radiación y lo acercó a las lamparas-miniestrellas, el indicador no indicaba radiación alguna y parecía que no emitían calor a pesar de que brillaban más que el fuego.
    Julia aún seguía dudando si aquel sitio era de verdad tan antigua como nombraba la inscripción así que agarro otro aparato que medía el Carbono 14 ( una sustancia para saber que antigüedad tenía aquel lugar). Esperó un rato cuando finalmente procesó los datos en la pantalla surgió una palabra “ERROR” ¿Verdaderamente sería tan antiguo aquel sitio como para que la máquina indicara error cuando podía indicar que objetos tenían 195.000 años de máximo? Aquello era la cosa más rara que había visto en toda su vida. Más tarde iba paseando por la enorme sala cuando vio una caja la que le asustó mucho por la inscripción que había visto antes de entrar en aquel misterioso sitio. Y se dijo para si misma con la voz temblona:

    - No me digas que esa es la caja maldita, ¡Caray! Aquí hasta hay escritura maya.

    Julia vio una inscripción delante de una especie de vitrina donde estaba colocada la caja en una mezcla de griego maya y egipcio antiguo leyó con dificultad:

    “Esta caja si fuera abierta sólo traería desgracias en ella fue encerrada toda la magia negra de la Tierra la magia negra más poderosa de todos los mundos y universos fue encerrada por un grupo de Hechiceros que vivieron en la edad prehistórica mucho antes de cualquier civilización. Las infinitas llaves de esta caja... ” Ya no pudo leer más porque eran unos idiomas que ella no podía entender.

    Julia empezó a sacar unos objetos que había allí, los había de todas las épocas sacó casi todos porque no se atrevió a sacar la caja por miedo. Pero más tarde cuando fue a mirar haber si había algún objeto más revisó todos las esquinas y luego volvió a mirar todas las escrituras se fijó en un lugar concreto donde vio una inscripción en su idioma natal el español había aparecido de la nada y aquella escritura curiosamente comentaba sobre ella. Julia se quedo muy sorprendida.

    - Aquí pone “ Profecía por cumplir número 1: Julia Martínez tus hijos tendrán el símbolo de las llaves y serán los...”

    Le dio demasiado miedo como para poder seguir leyendo y se salió corriendo. Estaba pensando en volver a sepultar bajo toneladas de arena aquel sitio. Ya bastante raro le parecía que hubiera tantas variadas escrituras, que hubiera objetos de todos los tiempos, que ese objeto fuera de la prehistoria, que hubiera una especie de caja de Pandora pero que en lugar de encerrar todos los males del mundo encerraba la magia negra y que además para colmo una de las inscripciones brillara y hablara sobre sus hijos.

    A pesar de que no le habían dado ningún permiso para que fuera a utilizar alguna excavadora intentó contratar alguna. Se puso a llamar como una loca pero por desgracia ninguno de los lugares donde se podían conseguir excavadoras: alquilada, comprada, con trabajadores o sin trabajadores; estaban abiertos. Se enfadó y maldijo a los que trabajaban con excavadoras “No me puedo creer que sean tan vagos como para que no estén por lo menos uno o dos las veinticuatro horas del día, ojalá se estropeen todas las excavadoras del mundo y que a sus dueños les parta un rayo” pensó.

    Cuando acabó de llamar porque se le quedó el móvil sin batería miro al lugar donde estaba la excavación y empezó a ver un brillo el techo de la misteriosa sala se restauró solo quedando como estaba antes. Julia no daba crédito a lo que veía estaba alucinada y pensaba que se había vuelto loca. Más raro fue cuando más tarde volvió a surgir un haz de luz de aquella sala pero no una cualquiera porque justo en aquel momento empezó a temblar el suelo parecía que había un terremoto, en efecto lo había porque no podía ser ninguna otra cosa. La sacudida hizo que la excavación quedara otra vez enterrada.

    Julia metió los objetos encontrados en el Jeep y se fue hacia el hotel ya era demasiado tarde y ya había tenido bastantes sorpresas y no quería que le diera un infarto. Al día siguiente se fue a la excavación para pagar a los cavadores y decirles que habían suspendido la excavación. Después fue al museo más cercano de allí y le pagaron generosamente por el trabajo que había hecho. Entre los objetos habían cosas muy raras. El director del museo que era estadounidense y era medio tonto ni se fijó lo raros que eran esos objetos. Habían algunos que nunca se habían visto antes había unos báculos idénticos uno era negro y violeta con una espiral dibujada en medio y el otro blanco y azul con la espiral también en medio, hasta entonces sólo se habían visto en Egipto cetros utilizados por los antiguos faraones egipcios que solían ser de oro u otro metal precioso, pero aquellos dos eran totalmente diferentes y eran de un material extraño y muy ligero, eso hizo pensar a Julia que en esa sala se guardan objetos alienígenas y que los aliens sabían hablar en bastantes idiomas humanos.
    Cuando el director de aquel museo le preguntó cómo es que habían objetos así tan “fuera de la región donde eran originarios”, Julia le respondió que acababa de descubrir que en Egipto se reunían todas las civilizaciones conocidas de Europa, África y Asia para celebrar el gran encuentro de artesanía mundial donde intercambiaban objetos y luego los enterraran para ser desenterrados en el futuro y recordar cosas . El director William como era un poco bobalicón le creyó. Estuvo revisando los objetos, cogió una especie de amuleto de la cruz de Osiris (un amuleto típico del Egipto Antiguo). El director dijo sorprendido:

    - ¡Ay! Todos estos objetos son normales pero este no, nunca había visto una cosa como esta.

    - Señor director si es una de las más comunes, se han encontrado montones de esos. ¿Seguro que es Egiptólogo como dice serlo?- le pregunto Julia dudando de que verdaderamente fuera un verdadero Egiptólogo.

    - Claro señora Martínez y ya se que es común lo que digo es que está muy caliente toque la cruz y no la cadena, porque la cadena no quema - se corrigió William intentando hacer creer que ya no tenía demencia senil. Ya tenía 69 años y al pobre ya se le había olvidado un montón de cosas que todo arqueólogo o egiptólogo debía saber.

    Julia pone el dedo:

    - ¡Ay! Es verdad Será que le a dado el Sol mucho aquí en Egipto el sol es abrasador- disimuló Julia pensando “ ¡Ala! Más cosas raras pero no debo de estar loca también a notado que estaba caliente”

    Julia se fue un momento al servicio a hacer sus necesidades. Cuando volvió estaba el director del museo algo enfadado.

    - Oiga señora Martínez si usted hace inventos como esta calavera de cristal lanza luz no los traiga al museo que es una exposición de objetos históricos no de inventos de la señora Julia Martínez. Pero ¿qué se a creído?

    - Disculpa se me coló no volverá a pasar- mintió Julia con el corazón a mil por hora de los nervios.

    Julia cogió la calavera de cristal (o al menos eso parecía) y se la guardó de recuerdo y pensó que el director de aquel museo estaba completamente loco ¿cómo podía una simple calavera de cristal hacer luz?, eso ya era demasiado raro.

    Habían muchos más objetos pero no se sabía ni lo que eran y otros eran conocidos.

    - Oiga ¿cómo es que le pararon la excavación?

    - Porque el epicentro del terremoto fue en donde estaba haciendo la excavación y por medidas de seguridad y que por culpa de el terremoto lo que habíamos cavado se volvió a cubrir de arena, tuve que suspender la excavación. Ya sabe seguridad ante todo.

    - ¡Guau! No sabía que los egipcios antiguos usaban llaves dicen que esta llave tiene unos 3000 años. Es una llave muy extraña parece que esté hecho de un material extraño no parece metal tampoco parece madera, será alguna aleación que usaban en la antigüedad.- se quedó mirando a Julia de reojo y corrigió- Bueno si que lo sabía pero no sabía que las pintaban de blanco.

    “Este hombre es tonto” pensó Julia para sus adentros.

    - Y estos báculos señora Martínez no me tome el pelo están demasiado nuevos para ser unos objetos antiguos. No me tome el pelo son objetos para disfrazarse. Llevelos y no me tome el pelo.

    Julia pensó “bien ya se ha dado cuenta de algo por un momento pensé que era uno que se había escapado de la clase de preescolar y había sido envejecido por la máquina de algún científico chiflado y se había hecho pasar por un Egiptólogo y dueño de un museo. Creo que tengo demasiada imaginación, después de ver esa sala ya me imagino hasta cosas que no podrían pasar ni alucinando ”

    Una vez ya habiendo salido del museo se fue al hospital donde había ingresado su compañera arqueóloga diana. Había cogido una gripe ligeramente mutada pero ya se encontraba bastante bien y le estaban a punto de dar el alta.

    - Hola Diana.

    - Hola ¿es verdad que has encontrado objetos muy extraños?

    - Si ¿Cómo lo supiste?

    - Me lo contó Alí- dijo Diana poniéndose roja como un tomate. Es muy majo ese chico ¿no crees?

    -Que quieres que te diga a mí el único que me parece majo es mi marido.

    Julia pensó ¡Uy! Estos estos forman buena pareja seguro que Alí se refería a ella cuando me hablaba ayer.

    2 EL SIMBOLO

    16 años después Julia ya había dejado de ser arqueóloga y dejó el trabajo para estar con su marido y los hijos que había tenido posteriormente. Tenía dos hijos los dos habían nacido con un símbolo extraño en el brazo, a Julia no le asustó eso porque eso no era una maldición aunque le estrañó.
    En aquella calle reinaba el silencio pero fué roto por una típica escena familiar:

    -Mamá Luis me ha robado el móvil. -dijo una chica de unos 16 con una coleta y ojos verdes.

    Julia al ver aquello se enfadó un poco.

    -Jandro devuelvele el móvil a tu hermana

    -!Joooo¡- exclamó un niño de 8 años, de nariz chata, pecoso de pelo castaño y ojos negros como el carbón.- Que no ves que por ser una adicta a ese trasto a repetido curso.

    -Tu caya que si no me hubieras gastado tantas bromas no hubiera repetido curso

    -Mira soy Elena y para no decir que soy tonta le hecho la culpa a mi hermano.

    -Cállate no tienes ningún derecho a insultarme ¡ENANO!

    -Tonta

    Julia se enfadó e intervino.

    -Como no os calleis os dejo sin paga todo el trimestre. Es que vuestro padre tiene la gripe y lo vais a despertar.

    Elena y Alejandro agacharon la cabeza arrepentidos y dijeron al unísono.
     
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