Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Terminé de comerme la manzana, y miré el despertador que estaba en la mesa para ver qué hora era.
Dejé escapar un suspiro.Aún era temprano.
Cerré los ojos, mientras notaba una leve patadita.
-Pobre, a ti también te despertó la caprichosa de tu tía...-dije mientras reía. Supe que mi hermana me escuchó, porque la oí quejarse de mi comentario.
Me senté en una forma donde estubiese muy cómoda y que podría jurar, que no me iba a cansar pronto de estar sentada de tal forma. Entonces, me entró muchas ganas de ver la televisión.
Busqué con la mirada el mando, pero no lo veía. ¿¡Dónde podía estar!?
-¡Sango!- la llamé.- ¿Está el mando de la televisión por ahí?
-Si, Kagome, ahora te lo llevo.-dijo mi hermana al rato. Escuché como se acercaba a la habitación, hasta que la ví entrar por la puerta con el mando a distancia de la televisión. Mi hermana me entregó el mando.- Toma.
-Muchas gracias.- le dije mientras recogía el mando.-Siento haberte molestado.
-Tranquila, no es molestia.- dijo Sango mientras sonreía. Después, se fue de la habitación.
Encendí la tele, gracias al pequeño botón rojo que tenía el mando para encenderla a distancia, y estube un buen rato mirando algunos canales. Lo dejé en una pelicula que estaba echando en una de las cadenas, pero la quité de inmediato al ver como metían a un niño en quirófano para operarlo.
-¿No podrían poner otra cosa más alegre?- murmuré bajito mientras que alzaba la mano la cual tenía libre hacia la bandeja y cogía lo primero que toqué.
Dí un mordisco a lo que cogí, ya que era una pieza de fruta mientras cambiaba canales. Entonces ví que en otro canal estaban echando una pelicula la cual me llamó la atención, por eso la dejé en ese canal.
No pude evitar romper a llorar, cuando en la pelicula, uno de sus protagonistas habla por última vez y luego muere en los brazos de su amada justamente cuando el Rey aceptó que ella lo amaba; luego, plantaron dos sauces sobre sus tumbas...
Me sequé las lágrimas con la manga del pijama.
-Justamente cuando van a poder ser felices... todo se va al chasco...- murmuré mientras me volvía a restregar la mejilla con mi mano.-Tal como le pasó a Eishi y a Midoriko...
Quité ese pensamiento de mi cabeza, y me lamenté de haber visto esa pelicula porque me había recordado a lo que le pasó a Eishi y Midoriko.
Recordé lo que tantas veces, me había repetido Inuyasha desde que me dieron el alta.
Como ya estaba semirecostada, entrecerré mis ojos mientras dirigía mi mirada al techo.
Escuché un pequeño rugido que provenía de mi estómago, y se me apeteció comer algo de chocolate.
-¡¡¡¡¡Sango!!!!!
Escuché a mi hermana acercarse después de haberla llamado.
-¿Sucede algo?- me preguntó.
-Se me apetece chocolate...- le respondí a mi hermana.
-¿Chocolate?¿Desde cuando se te apetece a tí, comer chocolate?- me preguntó Sango mientras alzaba una ceja.
-¡Y yo que sé!- le contesté-¡Lo único que sé, es que se me apetece chocolate!
-Bueno, bueno ahora te traigo chocolate.- dijo Sango mientras se marchaba hacia la cocina.
-¡Sango, trae un zumo!- le avisé desde la habitación.
Al rato pude ver a mi hermana entrar a la habitación con un zumo en la una mano.
-¿Y el chocolate?- le pregunté.
-¿También?- me preguntó mientras ponía el zumo sobre la mesa. Asentí con la cabeza a su pregunta.- Yo pensé que solo el zumo... Bueno ahora voy a por el chocolate...
Volvió a salir, y al rato, entró con una tableta de chocolate.
-Toma, más vale que sobre a dar un nuevo recorrido.- dijo Sango.
-Lo siento...- balbuceé.
-Esta bien, bueno voi
-Sango... ven por favor- la llamé de nuevo desde la habitación.
Al rato vi a mi hermana asomarse por la entrada de la habitación.
-Sango, ¿me puedes traer el discman?- le pregunté mientras le miraba con cara de suplica.
-¿Ahora quieres escuchar música?-me preguntó intentando parecer tranquila, aunque se notaba de que se estaba enfadando un poco. Hice un leve puchero.
-¡Oh!¡Está bien!- exclamó irritada mientras me miraba con reproche.-¡Pero cambia esa cara!
Sonreí como gesto de afirmación, y vi como mi hermana dejaba escapar un largo suspiro. para luego salir de la habitación, y a los pocos minutos, volvió a entrar.
-¡Toma el discman!- dijo mi hermana mientras me entregaba el discman y el guarda discos en mis manos.
-¡Gracias!- le dije mientras sonreía.
-Bueno me voy para terminar de limpiar.- me avisó.
-¿Estás limpiando?- le pregunté.
-Si, es que mi cuñado se fue y no limpió la cocina, y todo está echo un desastre...- me confesó.
Dejé escapar un suspiro. Mi hermana iba a limpiar lo que Inuyasha ensució, pero, no era capaz de recoger lo que ella ponía en medio.
Vi a Sango salir, y abrí la tapa del discman para ver que disco tenía. Lo cerré apretando con fuerza, y luego le dí al botón del play. Cuando empezó a sonar un piano, reconocí la canción.
Era una de las canciónes, de las cuales me harté de escuchar una y otra vez, cuando recaí.

You come to me with your scars on your wrist.
You tell me this will be the last night feeling like this.
I just came to say goodbye.
I didn’t want you to see me cry, I’m fine.
But I know it’s a lie.


Con la pequeña estrofa del principio de la canción, recordé que siempre deseaba que por fin llegase mi última noche de eso y decir por siempre adiós...

This is the last night you’ll spend alone.
Look me in the eyes so I know you know.
I’m everywhere you want me to be.
The last night you’ll spend alone.
I’ll wrap you in my arms and I won't let go.
I’m everything You need me to be.

Recordé que siempre necesité un abrazo. Y era eso lo que siempre había faltado.

Your parents say everything is your fault.
But they don’t know you like I know you they don't know you at all.


-Mentira. Mis padres no solo me culpaban...- pensé mientras le daba al stop y así dejar de escuchar ésa canción.
-Pero todo ya pasó.- me dije a mí misma. En esos momentos noté otra patadita.- Ahora no estoy sola. Te tengo a tí y a tu papá; así que adiós a los recuerdos tristes.
Continué escuchando música pero me volvió a entrar hambre, y comencá a comer mientras escuchaba música y cantaba.
Me acerqué un trozo de snack para darle un mordisco, mientras no para de cantar. Entonces el ruido que hizo la puerta al abrirse, me hizo sobresaltar.
-¿Kagome?- me llamó una voz que conocía muy bien.
Me giré, y entonces ví a Inuyasha el cual me miraba con un rostro que no supe descifrar.
-Inuyasjá- dije sin apartar el trozo de de ni boca. Entonces, al oir como sonó mi voz, caí en la cuenta. Estaba comiendo mientras cantaba. Y para ir peor, Inuyasha me había visto en plena faena.
-¡Ay!¡Qué vergüenza!- exclamé sin darme cuenta, mientras me sonrojaba.

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Escuché como mi hermana e Inuyasha se reían por lo que pasó antes en la habitación. Ellos dos se reían, pero a mí no me hacía gracia, porque Inuyasha me había pillado en un momento muy vergonzoso.
- Parad un poco de reiros, ¿no?- les pregunté mientras hacía una pequeña mueca, al escuchar como mi hermana se tiraba al suelo, sin parar de reír.-A mí no me hace gracia...
-Es que no te viste, hermanita.- dijo Sango sin parar de reirse.
-Tú tampoco me viste, me vió Inuyasha.- dije mientras fruncía levemente el entrecejo.
-Bueno, bueno, vamos a dejarnos de reirnos y a dejarlo como parte del pasado...- dijo Inuyasha mientras intentaba aguantar la risa, y se sentaba en la cama, estando así a mi lado.
-Si,... pero cómo se nota que vosotros no tenéis antojos...- balbuceé tan bajito, que fue como un susurro.

------ 3 Meses después--------------

Algunos días, el médico estuvo llegandose al departamento, para ver como iba el embarazo. Todo iba bien y normal, según él, pero para mí ya era desesperante. ¡Me había tirado desde los cinco meses sin moverme por mí misma!
Para las cosas se le complicaron a Inuyasha y Sango, porque, aparte de que cada vez debían de tener más cuidado con mi sensibilidad, los antojos fueron cada vez mayores, y se me antojaba tanto alimentos como objetos. Supuse que debía de ser un incordio tanto para ellos, porque estaban todo el día pendiente de mi. Si, la paciencia de ambos, tendría que estar a punto de reventar...
-Estoy como una ballena...- dije mientras intentaba sentarme en la cama. Me resultaba dificil sentarme por culpa de la barriga, la cual aumentó muchisimo de tamaño.
-Kagome, deja de decir tonterias...- me pidió mi hermana mientras iba de un lado para otro.
-No son tonterias, ya apenas me puedo mover...-me quejé. ¿Es qué no podía entenderlo?
-Antes tampoco te podías mover.- dijo mi hermana sin darle importancia, mientras se refería, que antes no podía andar. .
-Ya, pero antes podía sentarme y sin embargo, ahora no.
-¡Ya, eso lo sé!- exclamó Sango.- Pero ya estás de nueve meses ¿o qué esperabas?¿qué la tripa no creciese?
-No, yo solo pensaba que no pesase tanto...- balbuceé algo triste. Yo no sabía casi nada sobre embarazos, era una completa necia e inexperta en esto. Para mí todo era nuevo.-Sango, ¿tan necia soy?
-Bueno, Kagome no eres necia, solo eres una novata.- dijo mi hermana contradiciendome.
-¿Y cómo es...?- empecé a preguntarle.
-Kagome yo ya había nacido cuando nuestra madre estaba embarazada de ti.- me respodió Sango, a la pregunta que no logré de terminar de formular.-La escuché quejarse desde el comienzo, hasta el final del embarazo.- concluyó mientras ponía los ojos en blanco.
-¿Tan pesada fui para ella?- le pregunté mientras reía.
-¿Pesada?- me preguntó Sango con algo de sarcasmo.-No, que va. ¿Recuerdas cuando se te antojo ver la pelicula rara de miedo, mientras cenabas?
-Si, si. No hace falta que me lo recuerdes, por favor...- le dije mientras hacía un gesto con la mano, para hacerla entender de que ese día lo recordaba perfectamente. ¿Y cómo olvidarme de ese día?

U_-º Flash backº-_U
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Estaba sentada en en la cama. Era de noche, y hacía poco que Inuyasha se había marchado a trabajar. Acaba de llamar a mi hermana para avisarle de que tenía hambre y que se me apetecía comer algo con queso fundido, y Sango, empezó a prepararme una pizza.
Al rato, Sango trajo la pizza que me preparó y una cinta de vídeo, la cual, captó mi atención de inmediato.
-¿Qué hay en la cinta?- le pregunté a mi hermana.
Mi Sango se volteó, y después de mirarme, miró a la negra cinta de vídeo que estaba en sus manos.
-Es una pelicula de Miroku...- me respondió Sango sin darle importancia.-Por lo visto es de miedo y según él, es bastante buena.
-¿Si?- le pregunté alegre. Para mí, no había nada mejor que una pelicula de miedo, o al menos de momento. Me encantaban, y cuanto más buenas y más miedo diesen, mejor.
-Si.- asintió mi hermana.
-Y... ¿puedo verla?...- le pregunté en un balbucceo. Quería ver esa pelicula.
-Esta bien, pero no estoy muy convencida del todo...- dijo Sango mientras vacilaba un poco.
Miré de forma acusadora a mi hermana mientras cogía un trozo de pizza.
-Lo tomo como un antojo, ¿no?- me preguntó mientras se acercaba al vídeo y metía la cinta, para luego darle al play.
La pantalla del televisor se puso de color gris, pero al instante empezó la pelicula. Yo me recosté sobre la cama para ver la pelicula más cómoda. Ví la pelicula tranquilamente mientras me comía la pizza, hasta que en la pelicula salió como el monstruo, -ya que no había otro nombre para llamarlo- hizo un nuevo juego que fue bastante desagradable. El monstruo le clavó como unas argollas de hierro a un hombre que salía, en las muñecas y en el cuello, y le dio un tiempo -el cual me pareció muy escaso- para quitarse las argollas como pudiese, sino moriria el hombre. El hombre acabó arrancandose las argollas de su cuerpo de raíz, y ver esa imágen tan desesperante y tan desagradable, hizo que sintiese como si me diesen la vuelta a mi pobre estómago.
Me agarré en la colchá cuando el tiempo del hombre, se le agotó. Ahora ese ser iba a matarlo, y no de una "bonita" manera. Lo mató de una forma desagradable y sangrienta. Al verlo, noté como mi rostro pasaba por todos los colores, hasta acabar en el color del yeso; y sentí como si clavasen los dedos fuertemente en mi estómago, el cual se hallaba al revés.
Mi hermana lo notó, y al ver que me tapaba mi boca con una mano, previó lo que iba a suceder en unos instantes y fue corriendo hacia algún sitio y luego volvió lo más rápido que pudo a la habitación, sujetando un cubo. Sango acercó a mi rostro el cubo, y en un acto desesperado arrimé, lo más rápido que pude, mi rostro al cubo y comencé a vomitar.
-Que "bonita" peli para verla cenando.- dijo Sango en tono sárcastico y en modo de reproche, mientras aguantaba firmemente el cubo.

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-Bueno, pues mamá se tiró los nueve meses así,- dijo Sango mientras recordaba algo. La verdad es que no supe el qué estaría recordando si cuando mi madre estaba embarazada de mi o ese día de la pelicula.
-Ya sabemos otro por qué madre me odia tanto...
Sango suspiró mientras asentía, aunque las dos sabíamos muy bien de que por eso no era.