Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Hola!!!!!
esta se la dedico a tres personas!
a mi Gem que sé que le hace mucha ilusión xD a mi amiga Inu-kagome15 y a mi amiga Jesireth
besootes a todos!!!

Mi hermana me alejó un poco de la casa, y después se sentó al lado mía pero en el bordillo de la acera.
Miré de reojo a Sango, la cual parecía pensativa; lo que es sumamente raro. Mi hermana no era de esas personas que se ponían a pensar, por no decir, que jamás lo hacía, ni siquiera un poquito.
-Sango.- la llamé sin apartar la mirada de ella.- Pareces algo ausente, ¿ocurre algo que no sepa?
-No, nada, no ocurre nada.- me respondió mientras me miraba de reojo.
-Y si no ocurre nada, ¿por qué estás pensativa?- le pregunté. Algo me ocultaba, y no me lo quería decir.
-Es que... esto...-empezó a balbucear. Estaba nerviosa. Bastante nerviosa.
-¿Por qué balbuceas?- le pregunté.
-¿Por qué no me dejas?- me preguntó algo enfadada.
-¿Por qué no me respondes a mi primera pregunta?- le pregunté.
-Porque,... no puedo...- se limitó a contestar.
-Claro que puedes,... solo que me quieres ocultar.
Ví a mi hermana bajar la mirada hasta posarse en un punto del suelo. La había descubierto, y ella lo sabía.
-Oh, venga cuéntamelo.- le supliqué a mi hermana desde la silla de ruedas, mientras ponía cara de perrito abandonado en la calle en un día de lluvia.- Por fa... dímelo... es un antojo del embarazo...
-Esta bien, te lo diré.- dijo Sango mientras rolaba sus ojos.-Pero no me creo que sea un antojo.
Maldecí por lo bajo. Me había pillado, pero sabía que si no lo hubiése dicho eso, no me lo diría.
-Bueno, ¿me lo vas a contar?- le pregunté para evadir lo que me dijo.
-Si, te lo contaré.- dijo mi hermana dejándo escapar un suspiro.-Sólo si me prometes que no te digustaras, ni cogerás un berrinche ni nada parecido.
-Si, te lo prometo.- dije mientras la miraba a los ojos. Por lo que me dijo mi hermana, supuse de queno era nada bueno.
-Verás Kagome, cuando entráste para ser hospitalizada, Inuyasha se enteró de lo que te hizo papá...- me explicó Sango mientras se levantaba y se acercaba un poco a mí. Noté como mi rostro palidecía de golpe.- Y bueno... Inuyasha fue a la casa y le pegó.
-¿Inuyasha le pegó?- le pregunté algo asustada, pero aún así, estube tranquila para que no le pasara nada a mi hijo.
-Si.-asintió Sango mientras agarraba mis manos, las cuales estaban aferrándose fuertemente sobre los posamanos de la silla.-No te preocupes y relájate.
-¿Y qué pasó con papá?-le pregunté mientras hacía lo que me dijo.
-Pues estubo encamado en un hospital distinto, y aún no le han dado el alta.-me confesó.
-¿E Inuyasha?¿Le pasó algo o resultó dañado?- le pregunté preocupada, mientras que incoscientemente cerraba de nuevo mis manos fuertemente.
-Relajáte...- me ordenó.-Mi cuñado salió ileso.
-Menos mal...- susurré para mí misma.
-¿Dijiste algo, Kagome?- me preguntó Sango.
-Si, pero por lo visto pensé en voz alta...-le expliqué.
-Esta bien... mira ya están saliendo de la casa.- dijo alegre mientras volteaba la silla de ruedas para que pudiera ver.

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Inuyasha y Miroku estában metiendo las cosas en maletero del coche de Miroku. Sango me acercó donde estaban, y me dejó cerca de la puerta de los asientos de atrás, mientrás que ella también se puso a ayudarles.Me sentía inútil al no poder ayudarles a guardar las cosas...
Cuando terminaron, Inuyasha me cogió en brazos y me metió en el coche, mientras que Sango y Miroku guardaban la silla en el maletero. Después de que me sentará sobre el asiento de cuero, salió para dar la vuelta al coche y sentarse a a mi lado.
Al rato, también se se sentaron en los asientos delanteros del coche, mi hermana y Miroku, y Miroku comenzó a conducir. Miré por la ventañilla mientras contemplaba como los edificios y las casas se movían, o al menos eso parecía, al pasar el coche.
-Inuyasha, ¿en qué calle has dicho que está el departamento?- le preguntó Miroku al rato.
-En la calle Fujikawa.- contestó Inuyasha.
La verdad es que el rato que estubimos en el coche, me parecieron eternas, pero cuando menos me lo esperé, ya habíamos llegado. Miroku aparcó con cuidado, y luego, escuché la puerta del asiento de al lado se abría. Me giré, pero Inuyasha ya no estaba.
El ruido que hizo la puerta que estaba a mi lado al abrirse, me sobresaltó un poco. Me volteé, y pude ver a Inuyasha en la puerta; luego me volvió a coger y empezó a caminar hacia una casa que tenía la puerta abierta.
-Está es nuestra nueva casa.- anunció Inuyasha, mientras entraba conmigo aún en brazos.
Me quedé boquiabierta al ver la casa. Desde la entrada, se podía ver un salón muy espacioso donde estaba dos sofás de color beige oscuro y una mesilla de madera. Luego a mi derecha del salón, se encontraba una televisión y una estantería de madera, la cual tenía muchos libros. El suelo era de madera y las paderes estában pintadas de color crema.
Si así es el salón, no me puedo imaginar el resto...
-¿Te gusta?- me preguntó mientras me miraba.
-Si, me encanta.-le respondí mientras le sonreía.
Inuyasha me llevó hasta uno de los sofás, y me sentó con cuidado sobre él.
-Voi a ayudarles a traer las cosas que hay en el maletero.- me avisó.-Kagome, espera aquí sentada y no te muevas, ¿vale?.
Asentí su petición con un movimiento de cabeza sin apartar la mirada de él. Inuyasha sonrió, y después de decirme " prometo que no vamos a tardar mucho", salió por la puerta.
Estube un rato sin hacer nada. Me sentía tan aburrida y sumamente inútil...
Por el mismo aburrimiento, me puse a juguetear con un mechón de mi cabello, mientras lo enroscaba en dedo para luego desenroscarlo.
Lo que hace el aburrimiento...

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Hola!!!!!!
esta conti se la dedico a mi amiga Inu-kagome15
muchas gracias por ayudarme ;)


---------------- Pov´s Inuyasha----------

Después de dejar a Kagome en el interior de la casa, me acerqué al coche donde Miroku y Sango descargaban las cosas.
-Inuyasha, tengo que decirte una cosa.- me avisó Sango mientras se volteaba para mirarme. Sango dejó la caja que tenía en el suelo.- Kagome ya lo sabe.
-¿El qué?- le pregunté confundido. No entendía lo que quería decirme, ¿Qué era lo que sabía Kagome?
-La pelea que tuviste con mi padre.- me respondió con el ceño frucido. La verdad es que me quedé bastante sorprendido cuando Sango me dijo que ya le había dicho a Kagome, que había pegado a su padre.

Flash back :----------------------------------------

¿Se puede saber a que has venido maldito muchacho?.- me preguntó mientras me miraba con un rostro lleno de repugnancia y desprecio.
-A darte lo que te mereces ¿Como pudiste hacerle eso?- le pregunté. Ése sujeto, era una persona despreciable.
-Ella es una mal nacida y no podia permitir que ese bebé naciera, y si ella no abortaba por su voluntad, haría que abortara por la fuerza.- dijo como si fuese algo normal.
-Maldito- susurré en voz baja mientras le miraba con odio e ira.
El padre de Kagome, se hacercó hasta mí y me dio un fuerte puñetazo en el estómago haciéndome caer de rodillas al suelo. Cuando me iba a dar una patada, le sujeté el pie haciéndole caer espalda, parando así el golpe que me iba a dar.
Después, me coloqué encima de él, y empecé a darle puñetazos.
-El único mal nacido que hay aquí es usted- le dije sin parar de golpearle.
Lugo, me hizo caer a su lado porque me empujó fuertemente para apartarme. Mientras me intentaba reponer, el padre de Kagome se levantó y me cogió del cuello de la sudadera para hacerme chocar contra la pared.
-No tienes ni idea de lo que dices muchacho, esa niña esta loca y no puedo permitir que otro como ella, venga al mundo- dijo mientras me daba otro golpe. Me medio encogí en el suelo por el golpe que me dio.
Luego, le vi andar hasta la chimenea que había en el salón y cogió unas unas grandes pinzas de hierro que se utilizaban para avivar el fuego. y luego se volvio a acercar a mí con las pinzas en las manos, preparándose para golpearme con ellas, pero la esquivé sin mucha dificultad.
Después de esquivar algunos golpes que me intentaba dar, me dirigí hacia el paragüeros que había junto a la entrada y cogí un paragüas de color negro para colocarlo enfrente de mí y así frenar los golpes que me intentaba dar con las pinzas. Todas las veces que lo intento, no tuvo exito alguno.
Cuando me cansé de verle la cara a ése idiotal, le di un golpe en el estómago. El padre de Kagome, se encogió por el dolor, y aproveché esa oprotunidad, para darle otro golpe con la punta del paragüas en la frente, haciéndole caer inconsiente y con algo de sangre, ya que se golpeó con las pinzas al caer.
Permanecí unos minutos allí de pie intentando tranquilizar mi respiración y asumir lo sucedido, hasta que escuché que la madre de Kagome se acercaba para salir de la casa. Me encontré con ella, pero salió huyendo de la casa.
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-Kagome me preguntó si saliste herido, pero le dije que no para que estubiera tranquila y no le pasara nada. -me confesó.
-Esta bien, gracias.- le dije mientras miraba al suelo.
Me dolía mentirle, pero no podía correr el riesgo de que a ella o a nuestro hijo, le pasara algo.

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Al rato de estar en la casa tan aburrida y sin hacer nada, Inuyasha, Miroku y Sango entraron.
-Bueno, de lo demás ya me encargo yo.- le dijo Inuyasha a Sango y a Mitoku mientras dejaban las cosas en el suelo del salón.-Gracias por ayudarme.
-De nada cuñado pero, ¿estás seguro que no necesitas más ayuda?- le preguntó Sango.
-Si no te preocupes, puedo encargarme de todo.- le respondió Inuyasha.
-Bueno pues no tenemos nada más que hacer aquí. Kagome te vendré a visitar casi todos los días para que estés acompañada.- dijo mi hermana, mientras se despedia de mí con la mano.
Miré a mi hermana sin entender nada. ¿Acaso iba a estar sola?
Después de despedirse se marcharon, e Inuyasha se sentó en el sofá que estaba, quedándose a mi lado. Noté como uno de sus brazos, se pasaba por detrás de mis hombros, mientras que su otra mano, se posaba ya en mi abultado vientre.
-Ahora voi a preparar el almuerzo y luego, vamos a descansar y a relajarnos un rato los tres juntos.-me avisó.
Asentí lentamente mientras fijaba mi mirada en el suelo, algo avergonzada. Tenía dieciséis años, e Inuyasha tenía que hacer todo por mi.
-Bueno, me voi a poner a cocinar...-dijo mientras se levantaba del sofá, y se dirigía hacia la cocina.
-Vale.- le dije mientras lo veía ir hacia la cocina.-Pero no quemes la cocina.
No pude evitar reirme cuando le oí decir que era muy bonito de mi parte, que me preocupase más por la cocina que por él.
Al rato de estar sentada ahí, el rico olor de lo que Inuyasha estaba cocinando, llegó hasta mi naríz.
Por puro aburrimiento, miré todo el salón desde el sofá. Pero mi mirada, se fijó en un punto concreto: la estantería.
En la estantería había un libro que me había llamado la atención y que quería leerlo.
-Inu.- le llamé sin retirar mi vista del libro.
-¿Pasa algo, Kagome?- me preguntó desde la cocina, algo preocupado.
-¿Estás muy ocupado?- le pregunté.
-No, no lo estoy ¿por qué?- me preguntó.-¿Quieres algo?
-Si.- asentí.-Quiero que me acerques un libro de la estantería, si no es molestia...
Escuché sus pisadas acercarse al salón, hasta que lo ví salir de la cocina.
-Claro que no es molestia tontita.- dijo mientras me regalaba una sonrísa.-¿Qué libro quieres?
-Ése, el de la cubierta azul.- le respodí mientras señalaba al libro con la mano.
Inuyasha alargó un poco su brazo, al libro que le señalaba, y lo cogió. Luego, miró la cubierta del libro con el ceño frucido.
-Toma.- dijo mientras me lo entregaba.
-Gracias, Inu.- le dije mientras le regalaba una sonrísa.
-Espero que no te traumatices con el libro.- dijo mientras me daba un beso en la frente, y luego irse de nuevo a la cocina.
¿Traumatizarme? Si solo es un libro...
Abrí el libro por una página al azar, y cuando lo abrí, vi una fotografía de un parto por cesárea. Cerré rápidamemte el libro e intenté borrar de mi mente la imagen de la fotografía.
Mejor, no leo nada...
Dejé el libro a un lado, intentando tenerlo lo más lejos de mí.
-Pequeñin, no nazcas así, por favor te lo pido...- le dije a mi hijo mientras ponía mis manos donde crecía.
-Parece que si te traumó...- dijo Inuyasha, el cual tenía una bandeja con comida en sus manos.
-Haber visto la imagen que vi...- le señalicé mientras me estremacia.-Era horrible...