Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Hola!!!!
Aviso que el lunes no puedo poner
conti. Disculpenme si?¿


Abrí mis dolidos e hinchados ojos de tanto llorar. Me sentía un poco cansada, porque no había dormido bien. Me levanté de la cama, cogí la ropa que me iba a poner, y me metí en el baño.
Después salí a la calle para intentar despejarme, ya que era eso lo que necesitaba.Andé sin rumbo por las calles hasta la tarde, pero ya mismo iban a regresar mi hermana e Inuyasha, y quería recibirles, por eso decidí que lo mejor era que me fuera a casa.
Anduve hasta llegar a mi casa, y pase lo más rápido que pude por la cocina para coger algo para comer, y así irme a mi habitación.
Cuando entré, lo primero que hice fue encender la luz, pero me quedé sorprendida al ver a mi padre ahí. Mi padre estaba sentado sobre la silla con los brazos cruzados y mirándome con asco, estaba bastante cerca. Mi padre, se levantó y me enseñó un sobre blanco que tenía escondido, sin apartar esa mirada. Reconocí el sobre. El sobre tenía en su interior los resultados de los análisis y las ecografías. Le miré con horror y pánico, al ver que había descubierto de que estaba embarazada.
Retrocedí todo lo que pude, pero él andaba más deprisa, y cerró la puerta. Me volteé para encararle. Me daba miedo tenerle detrás de mi espalda, ya que así no sabía lo que iba a hacer. Cuando iba a alejarme de él, recibí un guantazo de su parte, el cual me hizo caer al suelo.
-Con que estas embarazada.- afirmó mientras se acercaba a mí. Intenté levantarme del suelo, pero no me dio tiempo, porque me agarró del cabello y me tiró contra la pared.-Maldita loca...
Ahogué un grito de dolor, al sentir como mi espalda chocaba contra la pared. Tenía miedo, mucho miedo. Mi miedo se convirtió en pánico, al ver como se acercaba de nuevo a mí. No me importaba lo que me sucediéra a mí, pero no quería perder a mi hijo; por eso, me tapé el vientre con mis brazos y encogí mis rodillas mientras escondía mi rostro entre ellas. Para crear algo que lo preotegiéra.
Gritaba con cada patada y golpe que me daba mientras me insultaba. E incluso se me escaparon las lágrimas que estaba reteniéndo, cuando de una patada, me di otro golpe en la espalda contra la pared.
¿Por qué ese deseo hacia la muerte del bebé que esperaba?¿Por qué quería matar a un ser indefenso que no le había hecho ningun mal a nadie?
Por desgracia, sabía la respuesta a ésas preguntas. Querían matarlo por creían que yo estaba loca. Querían matarlo por mi culpa.
Sentía mi cuerpo dolorido y herido por culpa de los golpes; pero más dolorida y herida se encontraba mi alma por lo que estaba intentando.
Mi vista estaba fija en un punto en la nada. Y noté mi cuerpo temblar por el dolor que sentía mi maltratado cuerpo. E incluso me costaba respirar.
Le ví buscar algo en el bolsillo, y ví que era algo pequeño y metálico. Después, se agachó hasta quedar a mi altura, mientras jugaba con el objeto que estaba entre sus manos.
-Bueno, "querida" ya acabó la diversión.- dijo mientras reía y jugaba con el objeto, que resultó ser una navaja. ¿Qué estaba tramando?-Ése bastardo que estás esperando morirá, e incluso si tenemos un poco de suerte, hasta tú puedes morir.
Intentó mover mi cuerpo, pero algo hizo que se tensara y evitó que me moviera. Depués, lanzó enfadado al navaja, y se marchó de la habitación.
Puse como pude mis manos sobre mi vientre ya que sentía dolor en él, apesar de que lo había protegido, mientras dejaba que las lágrimas bañaran mi rotro
Por favor... resiste... no te mueras...
Escuché como la puerta de la habitación se volvía abrir. Veía borroso y me dolía todo, pero aún así le reconocí.
-¿Kagome?- me llamó Inuyasha atónito al verme tirada en el suelo y medio encogida mientras lloraba.
-I-Inu-u...- le llamé mientras iba cerrando los ojos lentamente, mientras caí incosciente.

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Bueno este capitulo esta narrado por Inuyasha


Versión Inuyasha:

Acababa de llegar de mirar un departamento ya que era lo mejor tanto para Kagome como para nuestro bebé. Temía que su padre se diera cuenta y se atreviera a hacerles algo.
-Gracias por ayudarme.- les agradecí a Sango y a Miroku el echo de que me llevaran al lugar del departamento.
Cuando entré en la casa, todo me pareció muy extraño porque todo estaba en completo silencio y no había ni un alma en ella. Pero yo sabía donde podía encontrar a Kagome, así que subí las escaleras y me dirigí a su habitación. Cuando estube enfrente de la puerta de su habitación, pude escuchar un débil sollozo que procedía desde su interior.
Asustado abrí la puerta, y se me heló la sangre al ver lo que había en su interior. Ví a Kagome tirada en el suelo encogida en sí mientras lloraba.
-¿Kagome?- la llamé sin poder creer lo que veían mis ojos.
-I-Inu-u...- me llamó mientras cerraba sus ojos.
-!No¡- grité asustado mientras corría hacía ella. La cogí del suelo intentando no hacerle daño.-Por favor Kagome, reaciona...
Al verla más pálida que de costumbre, la acerqué a su cama y tumbé mientras que iba a llamar a una ambulancia. Cogí el telefono con bruquedad y marqué el número de emergencia lo más rápido que pude.
-Hola, es una urgencia por favor necesito que me mande una ambulancia a la calle de Yiosakima a la casa de los Higurashi.- les pedí nervioso.-Mi novia está embarazada y cuando llegué me la encontré incosciente en el suelo.
-Esta bien, la ambulancia llegará en unos minutos.
Colgué el teléfono, y subí de nuevo a la habitación. Cuando entré y la ví ahí tan pálida, me sentí destrozado a la vez que culpable de haberla dejado sola. Con mi pulgar, le borré las huellas que tenía de haber llorado, y después estube un rato contemplándola hasta que escuché el sonido de las sirenas de la ambulancia.
Cuando iba a volverla coger, ví como dos enfermeros entraban a la habitación y se acercaban a ella. Uno de ellos la cogió y la bajó hasta la ambulancia seguido por su compañero y por mí. Cuando su compañero y yo llegamos a donde estaba la ambulancia, ví como la tumbaban en una camilla y la metían en el interior de la ambulancia.
-Inuyasha, ¿qué paso?- me preguntó angustiada Sango mientras corría hacia aqui.
-No sé, cuando subí a su habitación me la encontré tirada en el suelo mientras lloraba.
-¡¿QUÉ?!- exclamó Sango asustada.- Pero, ¿ella y el bebé está bien?
-¿Quién de vosotros...?- empezó a preguntar uno de los enfermeros.
-Yo.- le dije interrumpiéndole mientras me acercaba a él.-Yo iré con ella.
-Se vé bastante mal.- dijo el enfermero que llevó a Kagome a la ambulancia, el cual le ponía un aparato en la boca y que le tapaba su naríz y que apretaba una cosa que tenía forma de pera.-Hay que sarnos prisa.
Me subí corriéndo a la ambulancia, y me senté en unos asientos que hay. El otro enfermero se fue a la parte de los conductores.
Verla en ese estado me recordó cuando la ví por primera vez en el hospital, cuando el desgraciado de su padre le pegó. Cerré mis ojos sintiéndo como la ira gobernaba mi cuerpo. Si ése maldito le había hecho algo, le iba a dar una paliza que como mínimo lo dejaba en coma.
Cogí aire para calmar mi ira. Ahora lo que más me importaba era la salud de Kagome y la de nuestro hijo.
-Pequeña debes de ser fuerte.- le dije suavemente mientras agarraba su blanca mano, la cual estaba un poco fría y le di un beso. Varias lágrimas se escaparon de mis ojos y calleron sobre su mano, al sentirme impotente mientras que ella estaba en muy mal estado.-No os quiero perder... sois la única cosa por la que vivo...
Noté como la ambulancia se paró. ¿Acaso ya habíamos llegado al hospital?
-Ya llegamos.- nos avisó el conductor mientras nos abría la puerta para que saliera y así pudieran sacar la camilla donde estaba Kagome.
Corrimos hasta que entramos a una especie de pabellón. Pero un doctor se puso delante de mí, mientrás me detenía.
-Lo siento jóven, más de aquí puedes llegar.- me avisó el doctor.-Lu único que puedes hacer es esperar.
Me sentía nervioso y preocupado, y no era capaz de poder aguantar quedarme sentado en una silla a esperar por eso empecé a dar vueltas de un lado ha otro mientras esperaba a que me dijeran alguna información sobre el estado de Kagome y del bebé.
Me sentía tan culpable por haberla dejado sola, y destrozado que me entraron ganas de darme golpes contra una pared. Convertí mi mano en un puño y dejé que mi flequillo tapara mis ojos.
-Maldición... si no hubiera ido a ver el maldito departamento...- dije mientras golpeaba la pared con mi puño.-Maldito sea...
Cuando me quedé sin fuerzas para aguantar las ganas de llorar que tenía, dejé caer mi cuerpo al suelo mientras apoyaba mi frente sobre la pared.
-Maldito sea cien veces...- me dije para mi mismo mientras descargaba todo lo que sentía.
Las horas se me pasaron muy lentas hasta que el doctor salió para decirme como era el estado de Kagome y del bebé.
-¿Cómo están?- les pregunté pregunté preocupado.
-Bueno la jóven llegó en muy mal estado, pero hicimos todo lo posible y pudimos estabilizarla pero va a tener que estar en la UCI por unos días.- después de decirme eso, se marchó.

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Aviso: Mañana no puedo ponr la conti
por eso antes e puesto el capitulo
narrado por Inu.
Bsos y cuidense!!!!!!

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Hola!
siento el retraso per no e estado
bien para escribir la verdad
bueno este es el ultimo
capitulo narrado por Inuyasha
pero no el ultimo del ficc


Continuación Inuyasha versión:

-¿Cómo están?- les pregunté pregunté preocupado.
-Bueno la jóven llegó en muy mal estado, pero hicimos todo lo posible y pudimos estabilizarla pero va a tener que estar en la UCI por unos días.- después de decirme eso, se marchó.
-¡Espera, doctor!- le llamé.-¿Y él bebé que espera?¿Está bien o ha...?- no pude continuar la pregunta, porque esas palabras se quedaron mudas en mi garganta con tan solo pensarlo.
-¿El bebé?- me preguntó. Ésa pregunta me puso más nervioso.- Es verdad la jóven está embarazada. El bebé esta bien, y por suerte no ha presentado ningún daño ni tanto en el resultado de la operación ni con el de las máquinas.
-¿Qué?- le pregunté exaltado. Los habían operado y no me habían avisado.
-Tranquilícese muchacho.- me pidió el doctor. ¿Cómo podía pedirme eso?-Solo le hemos abierto el vientre a la jóven percartarnos de que el bebé no tiene ningún daño, que no se puede percivir con las máquinas, y para ver que la madre no sufría ninguna hemorragia interna.
¿Y me dijo qué solo le habían hecho eso?
-Pasarán unos días en Unidad de Cuidados Intensivos, por si la cosa empeora; aunque de momento los dos están bien.
-¿Y puedo verla?- le pregunté nervioso. Necesitaba verla. Necesitaba comprobar con mis propios ojos que estaba bien.
-Si, claro que puede. Pero deberá de ponerse un uniforme.- me avisó.-El uniforme sirve para no meter bacterias.
-Ah, esta bien...- le contesté. El doctor me guió hasta una sala donde me dio un traje verde. Miré extrañado el traje.
-Póntelo encima de tu ropa.- me advirtió para después irse. Me puse el pantalón, los zapatos y la bata, pero aún me quedaba por poner la mascarilla y el gorro.
-Doctor, ¿y ésto?- le pregunté mientras le mostraba el gorro y la mascarilla.
-Agáchate muchacho.- me ordenó. Le obedecí y me agaché hasta quedar a su altura. Después me amarró la mascarilla y me ayudó a ponerme el gorro. Los hilos atados de la mascarilla debían de estar en el interior del gorro. Luego el doctor me señaló una puerta.-Ya, ya puedes pasar.
Asentí con la cabeza, y entré a la sala por la puerta que me indicó. Al pasar por la puerta, pude ver a Kagome tumbada sobre cama y muy pálida con una mascara de oxígeno, algunos cables y amarrada. Me fijé en que tenía dos holmet conectados.
-Uno indíca el pulso del bebé.- me dijo una enfermera que estabaconectando un cable a su blanca muñeca.-No te preocupes, de momento están bien los dos... dentro de unos días se recuperaran.
A pesar de que la enfermera me habló, no la miré para nada. No aparté la mirada de Kagome, la cual, se veía muy frágil y débil. La impotencia y el dolor que se siente al ver a la persona que amas postrada en una cama mientras que su vida corría peligro y le administraban oxígeno, era incréible.
Estube un rato contemplándola. Parecía que dormia pacíficamente, aunque no sabía si sentía dolor o lo que le sucedía. Tal vez ella notaba que estaba a su lado contemplando como estaba mientras me sentía como un verdadero inútil.
Al rato me fui porque una enfermero me avisó que quería hablar conmigo. Fui forzado, porque realmente, quería estar allí a esperar que despertara. Cuando salí de la sala, pude ver a Sango y a su novio Miroku, pero, también había dos personas más. Las dos personas eran Måne y Kouzla.
-¿Cómo están?- me preguntó al verme Sango mientras se escapaba del abrazo de consolación que le daba Miroku y se levantaba.
-Están bien... o al menos eso fue lo que me dijéron.-le contesté. Después me acerqué a Kouzla y Måne que estaban apartados en una parte del pasillo.
-Hola Inuyasha, ¿cómo se encuentran?...- me preguntó tristemente Måne mientras me abrazaba. La verdad es que me sorprendía la facilidad que tenía Måne para encariñarse con las personas.
-Me han dicho que bien,... pero Kagome está tan pálida...
-¿Puedo ir a verla?- me volvió a preguntar.
-Tal vez, pregúntale al enfermero.- le contesté. Måne se dirigió lo más rápido que pudo al enfermero.
-Ya verás que se recuperaran...- me dijo Kouzla una vez que estábamos solos. Nos sentámos en los asientos para poder conversar.-Hijo, además no tienes la culpa de nada...
-Pero la dejé sola... y algo le ocurrió...- le confesé mientras miraba al suelo.
-Hijo, tú no tenías ni idea que eso iba a suceder. Tú fuiste a buscar un sitio para que Kagome y tu hijo no corriéran peligro.
Dejé escapar un suspiro.
-Inuyasha, escúchame.- me pidió.-Tú no tienes la culpa de nada, y Kagome y tu hijo están bien, son fuertes y los tendrás que cuidar, pero aún así están bien tanto como en el presente como en el futuro.
Al rato Måne salió de la sala mientras sonreía.
-Valla eres muy lista Måne.- le felicitó Kouzla. ¿De qué hablaban?-Veras Inuyasha, Måne ha entrado para curarlos. Mañana por la noche, Kagome despertará.
Me quedé impresionado. Måne había entrado para utilizar uno de sus poderes y curarlos; mientras que Kouzla ya sabía cuando iba a depertar.
-Presentaba muchos moratones y golpes, aunque aún no eran visibles para el ojo humano.- explicó Måne.
-Kouzla, ¿usted sabe de lo que quiere hablar el doctor conmigo?- le pregunté nada más acordarme de que el doctor quería hablar conmigo.
-Si, lo sé. Quiere hablar contigo para explicarte de que el embarazo de Kagome es de alto riesgo y lo que debes de hacer para que ninguno de los dos le pase algo.
-¿El embarazo es de alto riesgo?- le pregunté preocupado.
-Si, lo es desde que el padre de Kagome le pegó esta tarde.- me explicó. El padre de Kagome había ocasionado todo esto. Ése maldito la había tocado otra vez.
Maldito... no me conoces...
Me levanté del asiento y empecé a caminar hacia la salida furioso.
-Inuyasha, ¿a dónde vas?- me preguntó Sango al ver que me iba.
-A darle una paliza por todo lo que ha ocasionado al infeliz de tu padre.- le contesté mientras me iba.

la foto del uniforme verde
muchas gracias Kxito por la foto =D

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Estaba todo tan oscuro que no sabía donde estaba, y me sentía tan perdida. Estaba todo en silencio escepto por los dos pitidos que se escuchaban al fondo. Entreabrí mis ojos ya que no podía abrirlos más, y pude ver un techo blanco. Me dolía el cuerpo, pero aún así, no tanto como cuando eso sucedió. Tenía miedo de que hubiera perdido al bebé, y si eso hubiera llegado a pasar, jamás me lo perdonaría. Cuando iba a levantar mis temblorosas manos para tocar mi vientre, escuché como la puerta se abría, y al rato ví a una enfermera.
-Valla, ya has despertado.- dijo la enfermera al verme con los ojos entreabiertos.
-¿C-cómo es-stá m-mi b-be-b-é...?-le pregunté mientras que la enfermera agarraba mis manos y las bajaba con cuidado.
-No te preocupes, tu bebé esta bien.- me dijo la enfermera.-Tranquilizate y descansa, lo necesitas.
Después escuché como salía. Pero, ¿cómo había llegado allí?. Cerré mis ojos, pero a los poco minutos, vi entrar un doctor. Empezó a revisar algunos de los aparatos que estaban conectados a mí, y después se acercó a mí.
-¿Te duele el cuerpo?- me preguntó.
-S-si... - le contesté.
-Entonces sigue descansado que os hace mucha falta.- me aconsejó.- Debes de guardar mucho reposo y tranquilizarte.
Quería reprocharle de que me era imposible tranquilizarme, al no saber completamente de que mi bebé estába bien, pero no tenía fuerzas suficientes.
-Y-yo qu-uie-ero...
-Mira, vamos a quedar en un acuerdo. Tu descansas todo lo que queda de noche, y mañana ves a tu bebé, ¿te parece bien?.-me preguntó. No me pareció mala idea, y por eso, asentí.-Está bien, entonces a descansar.
Después, salió de la sala, dejándome sola en ella; y al rato, dejé vencer al cansancio que sentía para quedarme dormida.

Abrí mis ojos, y ví la sala donde me encontraba vacía. Me sentía tan pequeña en esa sala tan grande y vacía. Estube tumbada y asumida en mis pensamientos mientras recordaba lo que me había sucedido en mi habitación, pero me salí de golpe de ellos porque escuché un ruido.
-¡Kagome, ya has despertado!- exclamó Inuyasha mientras se acercaba a la cama donde estaba.
-I-Inu...-le llamé alegre.
-Kagome, pequeña, ¿cómo te encuentras?- me preguntó mientras apartaba un mechón de mi cabello de la frente.
-Un-n poc-co mej-jor...-le contesté. De los mismos nervios que sentía, empecé a hipar, lo cual hizo que lo que quería decirle, fuera menos entendible..-Sol-lo... es-spero-o n-no hab-berl-lo... pérd-dido...
-No pequeña, nuestro bebé está bien. No le pasó nada.
-T-tuve tan-nto mied-do...
-Lo siento, Kagome. No estube ahí para protegeros; no cumplí con mi promesa...
Le iba a pedir que se tranquilizara, que no era su culpa de que sucediera eso, pero el sonido que hizo la puerta al abrirse nos distrayó.
-Kagome, ¿te hacemos la ecografía del trato?- dijo el doctor desde la puerta.- Ah, hola, espero no haber interrumpido nada.