Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Pude notar como él hombre estaba de cuclillas a mi lado mientras intentaba descubrir quien era yo.
-Muéstrame quién eres, jóven.- me dijo el hombre dijo mientras se acercaba a mi, y alzaba un poco su mano para retirar mi cabello.-Déjame ver tu rostro...
Negue con la cabeza a lo que me pidió, sabiéndo de que si hablaba me reconocería la voz.
No paraba de mirar de reojo para saber lo que iba a hacer, y empecé a sentir alivio al ver que se alejaba de mí y dejé que mi cuerpo borrara mi "posición de defensa"; pero lo que sucedió en realidad me dejó paralizada. El hombre alargó de un rápido movimiento su mano mientras me agarraba bruscamente de la barbilla y le hacía girar hacia él. Me quedé mirándole un rato a los ojos sintiéndo como el miedo se iba apoderando de mí.
-Lo sabía...- susurró mientras se ponía de pie mientras que aún me agarraba de la barbilla.
No recordaba al hombre tan alto desde la última vez que le vi, pero si lo era ya que por su culpa me tuve que poner de puntillas para que mis pies rozaran el suelo.
-Déjala.- le avisó Inuyasha.
-Vaya, no sabía que los locos andaban en compañía por las calles.- dijo el hombre mientras me agarraba más fuerte del mentón.
-Será mejor que la dejes.- le avisó Inuyasha enfadado y con voz fría.
-¿Y qué di no lo hago?- le preguntó el hombre con tono de burla.
-Esto.- dijo Inuyasha mientras cerraba su mano convietiéndola en un puño, y dándole un puñetazo en la cara.
El hombre me dejó caer cuando lo recibió, pero Inuyasha me agarró de los hombros para que no me cayera al suelo.
-Te avisé,- murmuró Inuyasha mientras me escondía detrás de él.- y el que avisa, no es traidor...
-Eres un maldito mocoso.- gruñó el hombre mientras se ponía la mano en el lugar donde recibió el golpe.
-Siempre habla el que debería de callar.- le contestó Inuyasha. Era como si sus palabras destilaran veneno.- Tú estabas haciéndo daño a una jóven todo por una tontería que se inventaron los padres. Das vergüenza...
El hombre frunció tanto el ceño, que parecía que tenía las cejas juntas. El autobús se pasró en una parada y abrió sus puertas.
-Higurashi, la próxima vez no habrá nadie.- me avisó mientras me señalaba con el dedo y salía por la puerta.
-Eso jamás pasará...- susurró Inuyasha. Inuyasha miraba al suelo dejándo que su flequillo tapara sus ojos. Estaba enfuerecido. Tan enfurecido que daba miedo.
-Inu...- le llamé mientras posaba mi temblorosa mano en su hombro.
-Kagome, ¿estaís bien?- me preguntó mientras se giraba para mirarme. Su rostro se mostraba como siempre.
-Si, no nos ha pasado nada.- le dije mientras intentaba tranquilizarle.
O al menos, eso espero...

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Hola
esta conti se la dedico a mi amiga daniela_yaco
que se que le va a acer muy feliz

Inuyasha y yo nos bajámos en la parada que nos dejaba a tres calles de la casa. Inuyasha me tenía agarrada de la cintura porque me sentía muy mareada.
-Siéntate.- me ordenó mientras me bajaba un poco y así pudiera sentarme. Le obedecí, y me senté en el murillo de la carretera.-¿Estás mejor?
-No.- le contesté mientras posaba mis manos sobre la frente y miraba un punto fijo, el cual, veía borroso.
-¿Tienes ganas de vomitar?- me preguntó un poco preocupado.
-No, no te preocupes...- le contesté sin cambiar de posición.
-Será mejor que nos marchemos, puede ser peligroso.- susurró Inuyasha mientras miraba el horizonte.-No creo que puedas andar erguida.
-Yo creo que si...- dije mientras me intentaba levantarme, pero perdí el equilibrio y casi me caí al suelo.
-No, no puedes.- dijo mientras me agarraba, y me guiaba a su espalda.- Súbete.
-Pero...
-No pesas y no me vas a hacer daño, así que, por favor súbete.- dijo mientras ponía mi manos en sus hombros.- Agárrate fuerte.
Le obedecí, entonces, noté como pasaba sus brazos por dabajo de mis piernas y me alzaba de un solo movimiento. Mis pies no tocaban el suelo, y mi cabeza estaba apoyada sobre la espada de él.
-Inuyasha.- le llamé.
-¿Ocurre algo malo Kagome?
-¿Tú crees que por culpa de ése hombre...?
-No, claro que no. Ése sujeto no te pondrá un dedo encima.- gruñó Inuyasha. Por su voz, se notaba que estaba muy enfadado, e incluso susurró por lo bajo algo, pero no pude escucharlo.
Inuyasha anduvo por las calles hasta que llegamos a al casa, donde me subió inmediatamente a mi habitación, donde me depositó en mi cama.
-Voi a por los medicamentos.- me avisó.
-Esta bien, ten cuidado.
Inuyasha salió de mi habitación, pero no estube sola por mucho tiempo, porque vino mi hermana a hacerme compañía.
-¿Qué tal en el ginecólogo?- me preguntó mientras se sentaba en la cama.
-Bien.- le dije mientras sonreía.
-¿Y ése brillo en los ojos?- me preguntó confundida.
-Vi al bebé.- le dije mientras buscaba la ecografía para mostrarsela. Cuando la encontré le la enseñe.
-¿Dónde está?- me preguntó confundida mientras miraba la ecografía.
-Aqui.- le dije mientras le señalaba donde estabael bebé.
-¿Y se sabe ya lo qué es?- me preguntó mientras su rostro cambiaba a uno lleno de ilusión.-¿Se sabe si es niña?¿O es un niño?
-No, aún no se sabe.- le dije mientras reía por su actitud.-Solo tengo un mes y medio de embarazo...
-¡Ay!¡Qué emoción, voi a ser tía!- dijo alzando un poco la voz, pero no lo suficiente.
-¡No!- le dije mientras le negaba que para que no hiciera eso de nuevo.-No hagas eso.
-Esta bien.- dijo sin hacerme mucho caso.-¿Y qué más te dijo?
-Qué debía engordar...- le dije mientras agachaba un poco la cabeza. Mi hermana empezó a reir como si le hubiesen contado un chiste.
-¿Tú?¿Engordar?- dijo mientras reía.-En mi vida me imaginé que esas palabras fueran en una misma frase...
-¡Pues a mí no me hace gracia, porque eso le puede hacer daño!- exclamé enfadada.
-¿Le puede hacer daño?- me preguntó mientras dejaba de reír. Asentí lentamente con la cabeza.
-Si, porque no peso equilibradamente.- le dije aún con la cabeza gacha. No quería que le pasara nada malo.
-¿Y cuanto pesas?- me preguntó seria.
-Pesaba 45, pero he perdido peso, y ahora peso 42 kilogramos... y como mínimo debería de pesar 47 kilogramos...
-Kagome, ¿cómo puedes pesar tan poco?- me preguntó, aunque su voz sonaba más a un regaño.
-Es que no sé...
-Kagome tu vas a engordar como yo me llamo Sango Higurashi, ¿oístes?
-Si...- dije asustada por el tono de voz que utilizó Sango para hablarme. Sabía perfectamente que cuando Sango se enfadaba, podia ser muy peligrosa...

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Hola!!!!
dejo conti!
3 meses después...

Me moví en mi cama, intentando buscar una manera más cómoda para poder dormir. Me sentía un poco nerviosa, y por culpa de los nervios, no podía descansar. Después de unas vueltas más, decidí que lo mejor era que me levantara.
Me levanté, y me puse a buscar en el armario la ropa que me iba a poner. Me empecé a probar ropa, pero ya casi nada me estaba bien. Los jeans apenas me cabían; los vestidos y las camisas me quedaban ajustadas lo cual me resultaba un problema porque se me notaba el vientre abultado, sobre todo si quería evitar que mis padres se enteraran de mi embarazo.
Busqué el vestido, de cuatro tallas más de la que utilizaba ahora, que me compró mi hermana el otro día. Eran cuatro tallas, por lo cual, me estaría enorme, pero prefería eso, antes de que se enteraran. Cuando lo localicé, lo saqué y me metí en el baño para alistarme.
Salí del baño, y bajé para desayunar. Por suerte no había nadie en la cocina, lo cual me animaba ya que así corria menos riesgo de que me pillaran.
Estaba comiéndome una tostada, cuando escuché como alguién se acercaba, y como acto reflejo, me senté en una silla.
-¡Hola Kag!- me saludó Sango mientras entraba a la cocina acompañada de Inuyasha. Llevaban muchas bolsas en sus manos.
-No sabeís el susto que me habeís dado...
-Hola pequeña.- dijo mientras me daba un beso en la frente.- ¿Cómo te has levantado?
-Mal, no tengo nada para ocultarlo.- les expliqué.
-No, ahora si tienes.- me dijo mi hermana mientras me mostraba las bolsas que llevaba en su mano.
-Éste es el por qué de nuestra desaparición de esta mañana.- dijo Inuyasha.
-Valla... gracias...- les agradecí sorprendida.
-Ah, Kagome, dentro de poco vendran nuestro padres ya que hay una cena.- me avisó Sango.
-¿UNA CENA?- le pregunté.
-Si, claro como la que hay cada cinco o siete meses....- me recordó Sango.-¿No te aucuerdas?
-Si, claro que me acuerdo, solo que antes no estaba embarazada...
-Kagome, si apenas se te nota...- dijo Inuyasha mientras posaba sus manos en mi vientre.
-No, que va.... si ya mismo soy una bola....
-No, no vas a estar hecha una bola...- me susurró Inuyasha.-Tú vas a estas simpre bella para mí..

Continuara............................

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Después de que desayunara, nos fuimos al salón y nos sentamos en el sofá. Sango se puso a leer unos mensages de su celular, mientras que Inuyasha y yo nos pusimos a ver la televisión.
Escuchamos como la puerta de la entrada se abrió, dejándo pasar a mis padres al interior de la casa, los cuales se dirigieron a la cocina.
Mientras tanto, mi hermana y yo nos métimos en mi habitación para que me probara la ropa que, ella e Inuyasha, me habían comprado. Me había probado tanta ropa ancha, que me sentía hasta cansada.
Me senté en la cama, mientras miraba con miedo la última y gran bolsa donde se encontraba otro montón de ropa que me debía de probar.
-Sango no quiero probarme más ropa...- me quejé sin apartar mi mirada de la bolsa.-Estoy cansada...
-Esta bien, descansa. Ya te lo probarás mañana.- dijo mientras guardaba la bolsa en el armario.Después ví como se sentaba a mi lado.- En la última ecografía, ¿pudísteis saber si era niña o niño?- me preguntó. Negué con la cabeza a su pregunta.
-Aún no me lo han dicho porque aún no se ve.- le expliqué.-Pero se ve muy sano.
-¡Jo, yo quiero que se sepa ya!- se quejó mientras cruzaba los brazos.-¡Quiero empezar a comprarle ya cositas!.
-Pero aún es muy temprano para que compres cosas, además de que nuestros padres se darían cuenta.
-No importa, no se lo tomarían tan mal.
-No, que va...- dije irónicamente.-Se lo tomó mal el médico, no se lo van a tomar mal ellos...
-Bueno vale...- dijo mientras rolaba sus ojos.-Vamos a bajar que la comida está lista.
Bajamos a almorzar, y para comer, me senté en medio de Inuyasha y de mi hermana. Estábamos comiéndo en silencio hasta que mi hermana rompió el silencio.
-Papá, hay una pregunta que me ronda por la cabeza...- le avisó mi hermana. Yo la miré confusa. ¿Qué quería de preguntarle?
-Pues pregunta.- le animó mi padre.
-Verás imáginate que yo con esta edad me quedo embarazada, ¿cómo reaccionaríais?¿hariaís algo para impedir que tenga a mi hijo?- le preguntó sin rodeos. Inuyasha y yo nos qudamos impresionados. Algo estaba tramando. ¿Pero el qué?
-Pues no lo tomaríamos bien, ya que nuestra hija nos haría abuelos. No haríamos nada para impedir el nacimiento, pero respetaríamos la decisión que tomaras.
-¿Y si no fuera yo la que estaba embarazada?¿Y si la embarazada, fuera Kagome?¿Cómo reaccionaríais?
Dejé caer el tenedor sobre el plato.¿A dónde demonios quería llegar con ésa pregunta? ¿A qué se enteraran de que estaba embarazada?
-Dudo que eso llegara a suceder, pero si sucediera, abortaría con la paliza que le daría.- dijo mi padre con odio mientras fruncía el ceño.-No podríamos dejar que "ésa criatura" naciera.- dijo mientras remarcaba la palabra.
Me quedé helada por lo que acababa de decir. No quería estar sentada allí, y mucho menos con dos personas que le tendrían odio a mi hijo, por eso, me levanté de mi asiento, y me fui a mi habitación sin decir una palabra.
Cuando llegué a mi habitación, me tumbé en la cama y empecé a llorar. ¿Cómo podían odiar tanto la gente a mi bebé?.
No paré de llorar hasta que mis ojos se quedaron sin lágrimas y quedarme dormida por culpa del cansancio.