Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

disculpen la demora de la continuacion
pero es que e estado enferma pero
hoy os la he puesto porque
que me encuentro un poco mejor

Salimos del hospital y empezamos a caminar por la calle hasta que llegamos al parque.
Nos sentamos en un banco de madera que estaba debajo de un árbol. La suave brisa primaveral movía con cuidado las hojas de árbol.
-Está todo tan tranquilo...- dije mientras miraba como las hojas se movian.
-Si, demasiado tranquilo.- dijo Inuyasha mientras miraba al mismo sitio que yo.
-Inuyasha es primavera.- le recordé.-La primavera es más tranquila, o al menos aquí.
-Tal vez, pero, ¿siempre es tan tranquila, que ni siquiera hay nadie en el parque?- me preguntó mientras miraba de nuevo al horizonte. Imité su acción, y pude ver que el parque estaba desierto.
-Pues la verdad es que no...- le dije impresionada. ¿Dónde estaba la gente?-Puede ser que no haya nadie por la hora que es.
-Kagome son las una del mediodía.
-Es raro, a esta hora simpre estar lleno...
-Bueno, que más da.- dijo mientras se encogía de hombros.-Estamos solos tú y yo.
-No tienes remedio.- dije entre risas.
Estubimos un rato mirando el horizonte en silencio.
-Inu, ¿tú que quieres que sea?- le pregunté mientras me sonrojaba.
Inuyasha me miró sorprendido a la vez que confundido, pero después, me miró tiernamente mientras me sonreía.
-La verdad es que no me importa, ¿y tú, qué quieres que sea?¿niño o niña?- me preguntó.
-A mi tampoco me importa si es niño o niña, pero tú crees que si es niña... ¿pueda ser Aiko?
-No Kagome, si tuvieramos una niña, hay muy pocas posibilidades de que fuera Aiko.
-¿Por qué?-le pregunté extrañada al no encontrarle .-Nosotros en nuestra otra vida tuvimos a Aiko, entonces, ¿por qué ahora hay pocas posibilidades?
-Porque Aiko ya se rencarnado. Aiko se rencarnó hace siete años.
-¿Ya se ha reencarnado?
-Si, nació hace siete años bajo el seno de una familia de origen italano.
Con esa información, supe que no debía de hacerme ilusiones con la idea de que nuestro bebé podría ser Aiko.
-¿Quieres comer algo?- me preguntó Inuyasha mientras me miraba atentamente.
-No, gracias.- le contesté a su pregunta mientras negaba con la cabeza.
-Bueno yo voi a por algo que me muero de hambre.- me informó mientras reía.
-Eres un glotón.- le dije mientras reía. ¿Cómo podía comer tanto?
-Ya lo sé, pero no puedo hacer nada.- dijo sin parar de reir mientras se encogía de hombros.
Le ví andar hasta un kiosco que había a unos metros de donde estabamos nosotros sentados, pero no tardó mucho en volver.
-Ya volví.- me avisó mientras se sentaba de nuevo en el banco. Tenía en una mano un paquete de patatas y en la otra una coca-cola, que acabo devorándo al poco tiempo.
-Glotón.- le dije devertida cuando terminó de comer.

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Hola!!!!
Eiri_Miroku me alegra que te guste. Y bueno es verdad reconozco que aveces suelo confundir bastante la "x" con la "s" y que aveces tengo algunos fallos (casi siempre son tonterias xP). Jajaja bueno, Miroku ya está fuera de peligro.
Inuandagome si ya se que te dan un poco de miedo estas cosa xD
pero amiga solo es un parque vacio nada mas xD
Bueno os dejo la conti
bsos a tod@s!!!!!!!


Después, estubimos un rato más sentados en el banco hasta que el reloj marcó las cinco de la tarde.Nos levantamos y empezamos a caminar sin rumbo fijo.
Más o menos a las seis de la tarde, llegamos a la calle en la cual estaba mi casa.
-¿Quieres ir a tu casa?- me preguntó.
-No, quiero estar un poco más en libertad.- le dije mientras me sentaba en el bordillo de la acera.
-¿Cansada?- me preguntó Inuyasha mientras se sentaba a mi lado.
-Honestamente, si.- le respondí mientras echaba un poco mi cuerpo para atrás mientras apoyada con mis brazos, para no rozar el suelo.
-Y entonces, ¿por qué no quieres descansar?
-Porque no quiero estar encerrada.- le expliqué.
-Ah, vale.- dijo mientras me miraba un poco mal.
-¿Ocurre algo?- le pregunté al notar ésa mirada clavarse en mí.
-No, solo que deberías de descansar si estás cansada.
-Y, ¿qué crees que hago?- le dije mientras dirigía mi mirada al suelo, para que entendiera de que no estaba en el suelo por gusto.
-Esta bien, estas descansado, pero no de la mejor manera.
Inuyasha se levantó de mi lado sin dejar de mirarme. Escuché como empezaba a reirse.
-Me vas a matar por lo que voi a hacer.- me avisó sin dejar de reir.
-¿Qué est...- empecé a decir, pero no pude continuar, porque Inuyasha empezó a correr en dirección a mi casa.
Apoyé mis codos sobre mis rodillas con fuerza, mientras refunfuñaba. Me sentía un poco enfadada por su forma de irse, sin decir nada y déjandome sola en la calle.
-Ya volví.- dijo al rato Inuyasha mientras me abrazaba por la espalda. Ése acto hizo que mi enfado disminuyera.- Te he traído esto.
Inuyasha me mostró un cojín que se me hizo un poco familiar.
-Te he traído esto, para que estés más cómoda.
-Gracias Inu, pero no hacía falta.- dije mientras miraba el cojín. Cada vez que lo miraba con más detenimiento, más familiar se me hacía.
-Inuyasha, ¿de dónde sacastes el cojín?- le pregunté.
-De tu casa.- me dijo así sin más.
-¿Qué?¿Tú quieres que mis padre se den cuenta y me maten?
-No, no te van a matar ya que tú no lo has cogido; y dudo que se den cuenta tus padres de que falta un miserable cojín.- me dijo mientras fruncía un poco el ceño.- Además debes de estar cómoda en tu estado.
-Inuyasha nos van a matar a los dos: a tí por llevartelo y a mi por romper una de las reglas.
-¿Reglas?- me preguntó con el ceño fruncido.
-Si, tengo totalmente prohibido tocar sus cosas.
-No sabía que un cojín causaba tantos problemas.- dijo mientras cogía el cojín.- Y que hago con él.
-Déjalo aqui mientras y después lo tendremos que tirar.
-¿Y por qué lo debemos de tirar?- me preguntó.
-Porque le dan asco tener todas sus cosas que hayan sido tocadas por mi.
-¡Eso es pasarse!- exclamó enfadado.
-Ya, pero no puedo hacer nada.- le expliqué mientras bajaba la mirada.-Ya que si me quejo o hago algo mediante eso me pegan, y no puedo arriesgarme a eso.
-Kagome, ¿tus padres te han pegado más de una vez?- me preguntó mientras fruncía más el ceño.
-Si, muchisímas veces.- le confesé.- Me han pegado, humillado y burlado de mí montones de veces, aparte de hacerme infeliz y hacerme mi existencia imposible.
Vi como sus manos se cerraban hasta convertirse en dos puños.
-Tengo miedo de que se enteren de mi estado y de lo que puedan hacer mediante eso.
Noté como pasaba sus brazos por mis hombros y como me atraía hacia él. Me sentía segura estando así con él.
-No te preocupes, no te harán nada, ni a tí ni a nuestro bebé.

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

daniela_yaco te deseo mucha suerte con los examenes de la universidad!!!!! y aprueblaos toditos eh?¿?
sirenita espero que te lo hayas pasado en grande!!!!!
Vimos como el sol se escondía entre las montañas, y después, nos levantamos para ir a mi casa.
-Kagome, mañana iremos a un ginecólogo.- me avisó.
Me quedé sorprendida. Una parte de mi si quería ir pero la otra no, ya que era un médico y me daba miedo.
-¿A un ginecólogo?- le pregunté sin salir de mi sorpresa.
-Si, ¿o hay algo que haya en contra de ir?- me preguntó mientras se paraba. Sabía que él podía sentir mi pánico a los médicos.
-Esta bien, iremos...- dije resentida mientras caminaba.
Continuamos andando por la calle hasta que llegamos a la puerta de mi casa. Entramos en la casa intentando hacer el menor ruido posible, para luego dirigírnos a mi habitación.
Cuando llegamos a mi habitación, abrí la ventana y me tumbé sobre mi cama. Inuyasha se sentó en la silla del escritorio.
-¿No está todo esto muy silencioso?- me preguntó Inuyasha.
-Si, tal vez sea por la ausencia de mi hermana.
-Yo no creo que sea eso...- opinó Inuyasha mientras fruncía el ceño.
-Entonces, si no es eso, ¿qué puede ser?- le pregunté con un poco de miedo
-Sinceramente no lo sé, pero esto es muy extraño.- me dijo mientras se giraba y miraba por la ventana.-Primero estabamos solos en el parque y ahora en tu casa...
-Ahora que lo mencionas, si es bastante raro...
-Bueno, pero no hay que preocuparse.- dijo Inuyasha mientras cambiaba de tema velozmente.-¿Estas nerviosa?
-No.- le dije mientras le miraba confusa. ¿A qué venía ésa pregunta?-¿Por qué?
-Por nada, solo lo preguntaba ya que como mañana vamos a ir a...
-Si, a un ginecólogo...- teminé por decir lo que me quería contar.-No, Inuyasha, no estoy nerviosa por eso.
-¿Y por algo?- me preguntó mientras sonreía levemente.
-Tampoco, no estoy nerviosa por nada.- le expliqué.-¿Y tú?
-Un poco.- me confesó sinceramente. Le mire un poco preocupada, ¿por qué estaría nervioso?.-Pero no debes de preocuparte por eso, es solo una simple tonteria.
-Y si es una tonteria, ¿por qué estás nervioso?
-Bueno... no sé si es una tonteria lo que dijo Kouzla pero me pone nervioso...
-¿Estás nervioso por lo que nos dijo Kouzla?
-Si, no sé lo qué no debo de permitir que surja, ni cuándo será...- me explicó.-Y como Kouzla no explicó nada...
-La verdad que es un motivo para estar nervioso.- le dije comprendiendo y preocupada por la situación.
-Pero Kagome, no te debes de preocupar.- me aconsejó mientras se levantaba y se acercaba a la cama para luego sentarse sobre ella.-Yo os pienso proteger de lo que sea, aunque me quede sin vida en el intento; por eso no debes de preocuparte, ¿entendistes?
No pude evitar empezar a balbucear mientras mis ojos se llenaban de lágrimas. Yo no quería que Inuyasha se muriera. No quería eso. No quería que se
-No, pequeña, no llores...- dijo mientras me abrazaba.
-P-pero yo n-no quiero q-que te m-mueras...- le expliqué mientras lloraba.
-No, yo no me voi a morir.- dijo mientras intentaba consolar.-Peque, yo no me voi a morir, al menos no por ahora.
Inuyasha levantó un poco mi rostro con una mano y empezó a quitar mis lágrimas con su pulgar.
-Además, yo no pienso dejarte sola.- me explicó.-Por eso no llores, ¿si?
Inuyasha estubo un rato abrazándome, hasta que me empecé a sentir cada vez más cansada.
-Creo que necesitas descansar.- me aconsejó mientras acariciaba mi pelo.
-Pero...- iba a quejarme pero no me dió tiempo.
-Y yo descanso contigo, ¿vale?
Asentí con la cabeza, y me volví a tumbar en la cama. Inuyasha me imitó, y posó un brazo por mi cintura. Me sentía segura así.
-Que duermas bien.
Asentí de nuevo, y fui cerrando mis ojos hasta que perdí completamente la conciencia, para caer en mi único sueño.

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Sentía como alguien me mecía con cuidado. Fruncí el ceño aún dormida. Quería dormir un rato más.
-Vamos Kagome.- me llamó Inuyasha mientras me mecía.
-¿Es mucho pedir un ratito más de...?- le empecé a preguntar medio incosciente.
-Si, es mucho. Además de que en media hora debemos de estar alli.- me recordó Inuyasha.
-Jo... y ¿no puedo dormir diez o veinte minutitos más?
-Haber,... no.
-Esta bien, ya me levanto.- dije perezosamente mientras me sentaba sobre la cama.
-El desayuno está abajo.- me avisó mientras salía de mi habitación.
Me levanté de la cama y cogí la ropa que me iba a poner, para luego meterme en el baño. Me metí en la ducha y luego me vestí y me terminé de arreglar.
Bajé las escaleras, pero tube que darme media vuelta para ir de nuevo al baño para comitar, por culpa del olor del desayuno.
Después Inuyasha y yo salimos de mi casa, y nos dirigimos a un hospital que estaba casi a las afueras de la ciudad en auntobús. Una vez dentro del hospital, empezamos a esperar en la sala de espera de la parte de ginecología.
-Higurashi Kagome.- me llamó el doctor.Me acerqué seguida de Inuyasha hacia donde estaba él doctor.-Pasen.
Inuyasha y yo entramos en el extraño directorio donde había un escritorio donde habia un ordenador y varios papeles. En la pared había varios posters del aparato reproductor femenino, sobre el embarazo y sobre las fases del parto y a la derecha había una puerta de madera.
El doctor se sentó en la silla e Inuyasha y yo le imitamos.
-Buenos días.- nos saludó cordialmente.
-Buenos días.- le saludamos Inuyasha y yo.
Hubo un silencio bastante incómodo, ya que ni Inuyasha y yo, nos atrevíamos a hablar.
-Bueno, ¿cuál es el motivo de vuestra visita?- nos preguntó el doctor mientras rompía el silencio.
-Es que veras...
-Ella está embarazada.- dijo Inuyasha interrumpiéndome.
-Vaya, si pareceís muy jóvenes.- dijo el doctor mientras nos miraba sorprendido. Se me escapó una risa bastante nerviosa.-¿Qué edades teneís?
-Dieciséis años.- le respondimos dejándolo un poco más sorprendido.
-Bueno, a mi me faltan setenta días para cumplir los diecisiete.- dijo Inuyasha. ¿Ya tenía contados los días que le faltaban?
-Bueno, ¿de cuantos meses estás, Kagome?- me preguntó el doctor.
-No lo sé.- le dije un poco avergonzada.
-¿Sabes qué estás embarazada, sin en cambio, no sabes de cuanto tiempo estas?
-No, porque no me lo dijeron.- le confesé mientras me acordaba de lo que pasó aquel día.
-Bueno no pasa nada, ahora lo mirarémos.- dijo mientras se levantaba de la silla y abría la puerta de madera.-Pasad y muchacho, ve ayudando a que la señorita se siente sobre la camilla.
-Esta bien.- asintió Inuyasha mientras me cogía de la mano y me conducía al interior de aquella habitación.
Miré la habitación sorprendida a la vez que me empezaba a poner nerviosa. Había muchos aparatos y una especie de camilla un poco rara, la cual tenía unos hierros para poner las piernas y así tenerlas separadas.
-¿No será ésa camilla de la que hablaba verdad, Inu?- le pregunté mientras señalaba la camilla rara.
-Pues me parece que si.- me respondió. Inuyasha me acercó a la "camilla" hasta que estubimos al lado de esta. Cada vez que miraba a la camilla, mas rara y extraña me parecía.
-Venga vamos a subirte.- dijo Inuyasha mientras me cogía por la cintura y me subía, dejándome sentada sobre la camilla.
-Inuyasha, me quiero bajar de aquí.- le dije nerviosa mientras miraba los temibles hierros separados.
-No te va a pasar nada malo.
-Como se nota que no vas a estar ahi...- susurré sin apartar mi mirada de los hierros.
-No voi a estar ahí en la camilla, pero si aquí.- dijo un poco divertido por mi actitud.
Entonces, el médico entró a la habitación donde estábamos junto a una enfermera.
-Señorita Higurashi, para empezar vamos a hacerle un análisis de sangre.- me avisó el doctor mientras se acercaba.- ¿Se marea con la sangre?
-Si.- le contesté. Para mí, un análisis de sangre no era un comienzo.
-Entonces, túmbese en la camilla y mire hacia el lado contrario.-me recomendó.- Pero he de avisarle de que le pincharemos tres veces en un brazo y otras tres en el otro.
-¡¿Tantas?!- pregunté alarmada.-Bueno esta bien...
La verdad es que no sabía como tumbarme, pero el doctor cerró los dos hierros para que pudiera tumbarme. Me tumbé con cuidado y giré mi rostro mientras cerraba mis ojos para evitar mirar.