Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Entramos a la habitación, y vimos al doctor sentado en una silla enfrente de su escritorio mientras escibía algo sobre un papel. El doctor era un hombre un poco bajo y de avanzada edad, el cual, ya presentaba signos de calvicie.
-Buenos días.- nos saludó.
-Buenos días, doctor.- le saludó Inuyasha sin bajarme.
-Puede soltarla. dijo el doctor.
-No creo que eso sea apropiado.- dijo Inuyasha mientras se sentaab en una silla mientras me ponía un poco más recta, hasta sentarme, sobre su regazo.
-¿Por qué?- preguntó el hombre.
-Apenas se mantiene en pie.- le explicó Inuyasha.
-¿Se niega a andar?- le preguntó.
-No, claro que no. Lo que le pasa es que lleva varios días vomitando continuamente, y está bastante cansada y débil.- le explicó Inuyasha.- E incluso, hoy se ha desmayado.
El doctor se levantó de la silla.
-¿Se marea con la sangre?- le preguntó a Inuyasha.
-Si.- le respondió Inuyasha.
-Esta bien, tumbala en aquella camilla.- le indicó el hombre, mientras señalaba una camilla que había en la habitación.- Le haremos una analítica de sangre.
Inuyasha se acercó a la camilla, y me tumbó con sumo cuidado sobre ella.
-Enfermera Kiyo, venga por favor.- llamó el doctor a una enfermera.
A los pocos minutos, una enfermera alta, de tez oscura y de cabellos caobas, entró a la habitación, y después, se acercó a mi mientras sacaba algunas probetas, una cinta y una jeringuílla.
La mano de Inuyasha, me tapo la visión ante todo; pero aún así noté como me clavaba la aguja y como empezó a sacarme sangre.
Después de eso, la enfermera se marchó, y el doctor se volvió a acercar a mi.
-¿Desde hace cuántos días te llevas encontrando mal?- me preguntó.
-Desde hace seis días.- le respondí.
-Esta bien.- dijo mientras se alejaba de mi, y se sentaba en la silla de antes.- Los resultados del análisis estaran dentro de tres días. Si ve que tiene otros sintómas las trae de nuevo.
-Vale.- le dijo Inuyasha.
Inuyasha se acercó a mi, y me cargó de nuevo en sus brazos mientras me sacaba de allí.

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Llegamos a mi casa, e Inuyasha me dejó en mi habitación para que descansara.Me senté sobre la cama, no quería estar tumbada.
-¿Te traigo algo?- me preguntó Inuyasha mientras se sentaab en el borde de la cama.
-Si puedes...- le dije mientras me encojía de hombros.
-¿Qué tonterias son esas?- dijo un poco frío mientras me miraba con sus ojos dorados y con el ceño fruncido.- Aunque no pudiese, iría para traerte algo.
Bajé mi mirada, no podía aguantar esa mirada, con tal tipo de voz, clavarse en mí.
-¿Y qué te traígo?- me preguntó.
-Me da igual.
-Está bien...- dijo mientras rolaba sus ojos.-Te treré algo no muy fuerte para que no te sienta mal.
Le ví salir de la habitación con un paso tranquilo. Eché mi espalda hacia atrás, hasta que me apoyé sobre el cabecero de la cama.
¿Qué es lo que me pasaba? Reconozco que no tenía ni idea de lo que me sucedía, o si estaba realmente enferma.
Mejor que no piense en eso...
Me giré de lado para poder ver el poco paisaje, que tenía desde la ventana de mi habitación. Tenía ganas de llorar. Ganas de llorar, por la forma en la que me había hablado.
-Kagome.- me llamó Inuyasha. No puede evitar dar un pequeño bote al escuchar su voz. No le había escuchado subir, y me había sorprendido haberle visto tan pronto en mi habitación.
Pude ver como Inuyasha dejaba el zumo en el escritorio, y luego acercarse a mi.
-Pequeña, ¿por qué lloras?- me dijo mientras me acunaba como a un niño chico.
-Es que... t-tú...- intenté decirle el por qué estaba llorando, pero con sólo pensarlo, empecé a llorar más.
-Cariño, perdóname por haberte hablado así- dijo mientras me apretaba un poco hacia él.-Estoy nervioso y un poco exaltado por lo que puedes tener o no; no me dí cuenta de que te había hablado de ésa forma y no supe que te iba a herir. Pequeña no fue mi intención.
Poco a poco me fui tranquilizando, pero me entraron ganas de dormir.
-Lo siento Inu... siento preocuparte...- dije mientras entrecerraba mis ojos.Inuyasha, al ver que estaba cansada, me tumbó sobre la cama y luego, se tumbó a mi lado.
-Kagome, eso no es tu culpa.- dijo mientras me acariciaba mi mejilla.- Descansa un poco, ¿si?
Asentí con la cabeza, mientras terminaba de cerrar mis ojos. Y cuando estaba en medio de la conciencia y de la incosciencia, noté unos cálidos labios posarse en mi frente dándome así, un beso.
-Que descanses bien.

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Hola a todas!!
inuandagome te doi la bienvenida
me alegra mucho que te guste mi ficc
deniela_yaco voi lo mas rapido que puedo xD
Jesireth yu nu sep nada pero lo de la jeringuilla
estubo muy bueno xD
como se nota que que intentas matarme de la risa ¬¬
Bueno os dejo la conti espero que os guste
Bsos!!!!

Escuché sonar el teléfono de la casa, haciéndome despertar. Miré desoriéntada el reloj, y abrí lo más que pude mis ojos al ver que eran las doce y media del mediodía.
Me levanté de la cama y miré el trozo de papel que había sobre la mesita que había al lado de la cama. La cogí y comencé a leerla.

Buenos días pequeña dormilona:
Espero que ya te encuentres mejor peque. Y que estas horas de más durmiendo, te hayan compensado el cansancio que tenías.
El doctor ha llamado y ha dicho que ya puedes recoger los análisis de ayer ya que lo han mirado antes, al haber poco análisis.
Tu hermana y yo estamos en el hospital, porque Miroku ha tenido un pequeño accidente, bueno ya te contaremos.
Nos vemos en el hospital.
Muchos besos para mi niña consentida de:

Inuyasha.​

Guardé la nota en un cajón de mi escritorio, y comencé a vestirme. Me puse un tejano pirata y una camiseta de palabra de honor ancha de color celeste y unas bailarinas del mismo color.
Tuve que ir dos veces al lavabo antes de irme. Iba caminando por la calle que estaba llena de gente, y a pesar de notar las miradas de las personas clavadas escuchar muchos murmullos sobre mí, continué con mi camino hacia el hospital.
No sabía que le había ocurrido a Miroku, y eso me tenía muy preocupada. ¿Y si había sido grave? Me intenté quitar esa idea de la cabeza.
Cuando menos me lo esperé, me encontraba enfrente de la puerta del hospital.
Bueno ahora, a saber la verdad...
Cogí una gran vocanada de aire antes de entrar. Para mi gusto, ese lugar apestaba a medicinas y me estaba revolviéndo el estómago.
Llegué a la misma sala de la otra vez, y llamé suavemente a la puerta de la habitación que entré la otra vez. Me encontré al doctor sentado en la silla detras del escritorio.
-Buenos días.- saludé por pura cortesía, ya que la mirada de asco que puso nada más verme, me desagradó.
-Buenos días.- me saludó con voz de asco.-Por lo visto recibió la llamada.
-Si.
-Más o menos tienes una idea de lo que te pasa, ¿verdad?
-Pues sinceramente, no.- le dije mientras le miraba atentamente a los y mantenía el ceño fruncido. No me gustaba para nada la actitud de ése hombre.-Ya que si lo supiera, no estaría aquí.
-Si, eso es cierto, señorita Higurashi.
Le ví como se levantó, y empezaba a dar vueltas a mi alrededor.
-Le voi a ser sincero con los análisis, señorita.- dijo sin parar de dar vueltas a mi alrededor.-Y la verdad, es que no me importa como se lo vaya a tomar.
Me encogí de hombros sin prestarle importancia al hombre.
-Usted, señorita, está embarazada.
-¿Qué?¿Embarazada?- grité exaltada entrando en un estado de shock.-¿Pero cómo es posible?
-Señorita creo que usted ya es mayorcita como para saber como vienen los niños.- dijo el hombre fríamente.
No pude evitar sonrojarme. Si, sabía perfectamente como venían los niños, pero jamás me imaginé que yo estubiese embarazada.
Me sentía en shock, tanto en cuerpo como en mente. Me sentía confundida, pero una alegría inundó mi cuerpo al saber de que iba a ser madre.
¿Cómo se lo tomará Inuyasha?
Me sobresalté cuando ví a aquel hombre, el cual era doctor, delante de mi observándome con sus ojos negros.
-Pero usted, debe de abortar.- me avisó frialdad y dureza.-No puedo permitir, de que hayan más locos en ésta tranquila ciudad. Además es lo mejor para todos...
El aviso que me dió ese hombre, me sentó como si me hubiesen tirado una cubeta de agua fría por encima sin previó aviso. Noté mi cuerpo tensarse sobre la silla, al saber que no querían que mi bebé, nunca naciera.
Me levanté lo más rápido que pude mientras cojía el papel de los resultados del análisis, y me marchaba por la puerta.

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Andé por el solitario pasillo con la cabeza gacha por la tristeza que sentía. Tenía ganas de llorar al saber que no querían que tuviese a mi hijo, que jamás naciese; y todo porque yo era su madre y supuestamente, estaba loca.
A lo lejos pude ver a mi hermana junto a Inuyasha, los cuales, estaban sentados en unas sillas que estaban enfrente de una habitación. Supuse que en esa habitación, debía de estar Miroku.
-Hola.- les saludé intentado parecer normal.
-Hola Kagome.- me saludó Sango. Mi hermana parecía triste, y tenía los ojos hinchados y rojos por haber llorado.
-Hola pequeña.- me saludó Inuyasha mientras me abrazaba.- ¿Has ido a por los análisis?
-Si.- balbuceé mientras miraba al suelo. No debía de llorar, y mucho menos delante de ellos. No quería preocuparles y mucho menos en ésta situación.
-¿Y qué es lo que te pasa?- me preguntó mi hermana.
-Esto... yo...- me sentía nerviosa. Sabía como se lo iba a tomar Sango, como se lo iba a tomar Inuyasha, no lo sabía.
Notaba la mirada curiosa y a la vez preocupada de ellos clavarse en mi, cosa que no me ayudaba nada para la hora de decirselo.
-Venga Kagome, dinoslo.- dijo Sango con una mirada que decía "o continúas o te juro que no podre aguantarme más"
Le debía de contar todo. Mis piernas empezaron a temblar y no sabía como calmarme.
Yo... yo no puedo.
Empecé a correr todo lo que me permitían mis pies. La presión y los nervios que sentí en esos momentos, hicieron que me fuera imposible contarles la noticia.
Miré a mi alrededor, ya no estaba en la misma planta. Cerca de mi, había sillas y al final, estaban los lavavos, los cuales eran perfectos por si volvía a sentir naúseas.
Me senté sobre unos de los sillones del pasillo mientras abrazaba mis piernas con los brazos, y apoyaba mi cabeza entre las rodillas manteniendo mi rostro oculto con las piernas.
Escuché sus pisadas que me indicaba que se estaba acercando a mi, pero no le presté importancia.
-Kagome.- me llamó una voz, que la reconocí de inmediato.
Moví mi cabeza, y pude verle. Vi a Inuyasha en cuclillas, mientras me miraba preocupado.
Me dolieron mis ojos por retener mis lágrimas que no pude detener por mucho tiempo, ya que nada más verle, me abalancé sobre él mientras lloraba.
Inuyasha me abrazó, y aguantó el equilibrio evitando así caernos.
-Kagome, ¿qué te pasa?- me preguntó mientras me abrazaba más fuerte, mientras lloraba. Noté como Inuyasha se ponía tenso.
-Kagome por favor... dime que es lo que tienes...
Inuyasha me ayudó a ponerme de pie mientras que él, tambien lo hacía; para hablar mejor.
-La verdad es que no sé como voi a empezar...- le dije mientras me secaba las lágrimas con las manos.-Además no sé como te lo vas a tomar...
-Tal vez si empiezas desde el principio.- me dijo mientras apartaba cuidadosamente mi mano y me secaba él las lágrimas.
-Esta bien.- afirme mientras asentía con la cabeza.