Historia larga Las Crónicas de White Dream

Hola a todos, sé que hace mucho tiempo que no me pasaba a publicar por aquí ya que el fic estaba acabado. Pero puede que esto pueda provocar alegría a la gente que leyó y les gusto este fic tan especial para mí...

Decidí participar en el Concurso Literario 2010 de Cemzoo, en aquel momento era allí. Era mi primer concurso y no sabía sobre que escribir, así que sabiendo que las Crónicas de White Dream habían sido tan especiales para mí, decidí participar con un fic sobre las Crónicas. Me esforcé todo lo que pude y utilicé toda mi imaginación para sorprender a los jueces. Al ser mi primer concurso pensaba que sería lo típico de: "Otra vez sera..."

Pero cuando dieron los resultados y vi que quedaba 2ndo del concurso detrás de Rwida, una gran escritora sin duda, me sentí feliz. Por haber ganado ese puesto con un fic que es especial para mí, un fic que ha gustado a muchos y que espero que con el paso de vuestras lecturas por los capítulos también se haya convertido en un fic especial para vosotros.

Después de decir esto, ahora que lo colgaré, lo dedicó a todos aquellos que creen en mi, que me han apoyado y ayudado en todo momento tanto para el capitulo a capitulo como para el concurso. Y también por supuesto a todos aquellos lectores que han seguido cualquiera de mis escritos. Sin ninguna de estas personas no sería lo que soy. Muchas gracias a todos! Aquí tenéis un fic dedicado para vosotros espero que lo disfrutéis.

Y ahora es vuestro turno... De sorprenderos...

La Redención de Clemens​

Hay recuerdos que jamás se borran de la memoria de un ser humano, sobretodo aquellos recuerdos de momentos que se pasan con un ser querido que hoy se encuentra ausente. Yo soy una de esas personas y, a pesar del paso del tiempo, sigo enamorada de él.

Mi nombre es Asuka Daidoji y por motivos bélicos en mi país, Green Earth, tuve que convertirme en OJ a una edad muy temprana. Mi cometido o el de cualquier OJ era dar órdenes a las tropas militares de mi país con el objetivo de proteger a mi nación de Black Hole. Un país con un ejército que tiene intención de conquistar el mundo con sus soldados que eran experimentos biológicos, comúnmente llamados monstruos, y que era liderado por un enmascarado llamado Sturm. Debido a todo eso no logré establecer una vida más o menos normal hasta después del incidente de White Dream, un país aliado.

Una vez Black Hole se puso en marcha y se detectaron sus ataques, los cinco países de Macroland: Orange Star, Blue Moon, Yellow Comet, Green Earth y White Dream decidieron hacer una alianza, la llamada Alianza de Naciones, con el objetivo de acabar con Black Hole de una vez por todas.

La reunión se celebraría en White Dream, el país situado en la isla de mediano tamaño al sur de Macroland. Pero aquello no era normal. ¿Cómo podía ser que se celebrara la reunión en un país que acababa de reconstruir su ejército? No lo entendía, pero gracias a muchos rumores y al poder confirmarlos con mis propios ojos lo comprendí todo.

Un chico de pelo rubio y ojos verdosos se presentó allí como Aitor Clemens, el líder de White Dream. No podía creer que un chico de dieciséis años, una edad aproximada a la mía, pudiese ser el líder de aquel nuevo ejército formado en tan poco tiempo por White Dream. Pero conforme pasó el tiempo me di cuenta de lo que ese niño era capaz de hacer. ¿De qué era capaz? Se preguntaban más de uno, pero solo había una respuesta, aquella que hoy en día hace que haya un poco de fe en mi corazón.

No es un Dios, ni un ángel ni un demonio… Solo es un soñador capaz de lo posible y lo imposible…

Fui conociéndole y me di cuenta de que él estaba tan solo como yo en este mundo. Sus padres fueron OJ que acabaron muertos por las garras de Black Hole. En cambio mis padres murieron en un accidente de tráfico, un secreto que pocos sabían y decidí contárselo. ¿Por qué a él? Me di cuenta de que era alguien especial y que me estaba empezando a gustar, por eso le hice prometer que siempre estaría junto a mí.

Todavía tengo en mi mente el recuerdo de esa promesa a pesar de que finalmente no pudieses cumplirla…

Pensaba que por fin podría ser feliz en este mundo que solo me había dado sufrimiento, pero el destino como siempre me demostró lo contrario. Black Hole lanzó un ataque a gran escala contra White Dream, pero en realidad era un complejo plan de Aitor para acabar con ellos. Todos fuimos evacuados aunque hay un detalle que jamás olvidaría.
Antes de que yo fuera evacuada, él me dio un libro titulado “Las Crónicas de White Dream” en el que escribió toda la historia desde que se convirtió en líder. Pero al mirar su última pagina… Maldecí haber abierto aquel libro para saberlo antes de tiempo… Porque todavía sé de memoria aquellas últimas líneas que él escribió…

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Esta es una guerra entre yo y Sturm, por eso no dejaré que nadie se interponga en ello. Puede que parezca idiota escribirlo, pero más que el sentimiento de venganza siento un sentimiento de proteger a los demás. Esta guerra entre White Dream y Black Hole provocaría grandes bajas en ambos bandos, así que no puedo meter en ello a todo White Dream. Saldaré la cuenta pendiente con Sturm yo solo… Y aparte acabaré con casi todo su ejército… Todo de una vez y con solo una baja, la mía.
Pero soy yo el responsable de todo esto así que asumiré las consecuencias. Pero lo peor de todo es que me siento como uno más de Black Hole por mi intención de querer destruir White Dream… Pero prefiero morir como alguien malvado y que todos se salven, que no que muera la gente por mí. Pero lea quien lea este libro, hay una cosa que siempre será verdad y quiero que se recuerden como mis últimas palabras:
Hay muchas cosas que ya nunca sabré…
Pero sé destruir…
Y sobre la destrucción se crea…
Puede que haya quien crea que esto no es cierto…
Pero yo, sobre mi destrucción…
He creado un mundo de paz…

Aitor Clemens Ibsen
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Todavía recuerdo como si fuera ayer… El día en que te fuiste de mis brazos…

Me encontraba en el F-ZERO, un avión de tamaño descomunal construido por el mismísimo Clemens, cuando leí aquellas líneas. Después derramé un mar de lágrimas mientras pude observar con mis propios ojos como White Dream quedaba hecho cenizas por una gran explosión y junto a su país cayó él con su característica sonrisa. O al menos eso creímos todos, pero dos años después apareció…

Apareció delante del museo que se construyó en su honor después de que acabara la guerra, situado en una pequeña isla en medio de los demás países, provocando que viéramos algo que ninguno de nosotros esperábamos. Él se encontraba muerto en forma de monstruo, ya que una vez fue raptado y Black Hole experimentó con él haciéndole tener dos personalidades y la capacidad de transformarse en un monstruo con alas y afiladas garras, pero Sturm estaba muerto delante de él con clara evidencia de hemorragias provocadas por garras. Sin embargo lo más misterioso es que me pareció escucharle decir que buscara su libro favorito.

Por la noche fui a la biblioteca para encontrarlo, el libro se titulaba. “No existen los sueños imposibles”. Estaba bien forrado, pero un lado despegado en la contraportada escondía un sobre para mí con una carta que jamás me cansaré de leer.

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Querida Asuka.

Si estás leyendo esto es porque ya sabes de mi trágico final. Pero no todo esto que ha pasado en estos dos últimos años. ¿Qué cómo logré sobrevivir a la explosión? Debajo de mi ropa llevaba un traje especial capaz de resistir unos 3410ºC, el punto de fusión más elevado de un metal, el llamado Volframio. Y una vez hice explotar la bomba que cayó de un bombardero invisible que estaba quieto sobrevolando White Dream, yo resistí la explosión a pesar de quedar con quemaduras graves, pero Sturm logro escapar sano y salvo. Aquellas quemaduras no eran buenas para mí, ya que mi salud fue empeorando día tras día, pero siempre que Sturm creyese que estaba muerto tendría una oportunidad para acercarme a él. Pero nunca encontraba la ocasión y mis días estaban finalizando, así que acabaré mostrándole mi existencia con tal de atraerlo hacia mí y acabar con él. Pero bueno lo importante es que os salvé a todos, y sobretodo me alegro de haber librado de todo este mal a esa persona tan importante para mí. Porque todo resurgirá de las cenizas… Y creará un nuevo mundo…

Nunca me atreví a decirle que me gustaba, ya que al fin y al cabo soy malísimo al tratar estos temas con chicas, pero al final me acabo arrepintiendo. Aunque más vale tarde que nunca como decía mi abuelo.

Asuka, yo te quiero. Tú eres esa importante persona para mí. Aquella que me ha sacado una verdadera sonrisa entre tantas otras falsas. Eres mi persona especial, a la que nunca pude declararme. Si pudiera volver hacia atrás lo haría sin importar nada, pero, por lástima, no existe vuelta atrás. Te dejo ya tranquila con todos estos sentimientos de golpe hacia ti, pero de verdad has sido alguien especial para mí.

Te quiero ahora y te querré siempre.

Firmado: Tu querido Aitor.

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Después de que leyera aquella carta, empecé a llorar ya que yo tampoco le había dicho lo que sentía por él. Pero lo más impresionante fue que apareció Zaran con una pistola y me disparó. Su cara al dispararme mostraba rabia y terror, ya que leyó la carta, me culpo de la muerte de Aitor y salió corriendo. Instantes después yo tuve una ilusión de que Aitor me besaba por última vez y caería muerta por el disparo, pero para mi sorpresa acabe despertándome en el hospital. Una vez se me pasó la anestesia empezó a dolerme la herida pero también noté que tenía algo en la mano. Era un papelito el cual al leerlo no pude evitar sonreír ya que en el ponía: “Nunca dejaré de existir mientras tú me recuerdes…”

Yo todavía creo que sigue vivo… Y esa esperanza permanecerá en este mundo de paz… Hasta que en un día lejano vuelva a estallar otra guerra… Y vuelva a aparecer para devastar a todo aquel que se interponga entre él y la paz… Por tal de salvarnos a todos…

Ese fue mi duro pasado lleno de recuerdos. Hace diez años que desapareció White Dream y sigo estando sola en este mundo podrido esperando a que mi corazonada de aquel día en el hospital fuera cierta. Lo que si que es verdad que hace mucho que no se sabía nada de Black Hole…

Puede que los fantasmas del pasado… Hayan perdido fuerza de una vez por todas…

De repente, se escuchó una gran explosión que hizo que me asustara ya que no la esperaba. Miré a un lado y a otro algo intranquila comprobando que la casa no se cayera en pedazos y al observar que estaba de una pieza decidí salir a la calle donde no pude creer lo que veía.

Al salir pude ver a lo lejos centenares de explosiones en tierra y al mirar al cielo pude divisar aquellos temibles aviones que hacía tiempo que no veía. No, no podía ser. Black Hole había vuelto. Corrí lo más rápido que pude, con cierto temor al ver aquello, hacia dentro de la casa para hacer una llamada que me diera autorización de entrar en acción, pero las líneas estaban saturadas.

—Mierda —No pude evitar decir colgando el teléfono violentamente.

Al no poder hacer nada decidí salir a la calle para ver lo que sucedería como público ya que las normativas de OJ habían cambiado y sin autorización no podía hacer nada.

Los bombarderos y cazas de Black Hole estaban cada vez más cerca arrollando todo ser viviente que encontrara por su camino. Se trataba de un ataque sorpresa que sería difícil de contraatacar debido a la alta tecnología de esos aviones que ni nuestros radares los habían podido detectar, pero la cosa cambió en un instante.

En cuestión de segundos, cazas de Green Earth sobrevolaron mi posición y se dirigieron hacia las unidades de Black Hole. Esa respuesta debía significar que Águila, OJ de Green Earth as de los cielos, había recibido la autorización. Águila era muy bueno en combates aéreos pero un contraataque sin preparar era muy arriesgado. ¿Cómo? ¿Águila arriesgándose? No podía ser. Águila no solía hacer temeridades de esas… Pero mientras pensaba quien podía ser mis dudas y mi mente se quedaron en blanco por lo que mis ojos me dejaban ver.

Después de que pasaran los verdes cazas de Green Earth, pasó un avión negro que para nada seguía el modelo de fabricación de nuestros cazas. Pero mis dudas se despejaron al ver el símbolo del país que se encontraba en el lateral del avión. Era un caza de White Dream…

Me quedé estupefacta viendo como los cazas de Black Hole llegaban a mi posición adelantándose para hacer paso a sus bombarderos. Nuestra supervivencia residía allí mismo delante de mi casa y yo no podía hacer nada. Sonidos graves de aviones, disparos, explosiones de los cazas tocados. Eso era la guerra.

En la guerra… Nunca hay un soldado sin herir…

Los cazas de Green Earth caían como las moscas ante los de Black Hole, pero al llegar aquel caza negro los de Black Hole parecían que fuesen aviones de papel a su lado. Perdí la cuenta de todos los aviones que cayeron por aquel caza negro, pero Black Hole no tardó en reaccionar y con un misil antiaéreo lo derribaron. Aquella unidad cayó rápidamente aunque la destreza del piloto hizo que cayera perfectamente y efectuó un aterrizaje forzoso acabando delante de mi casa.

Todo se llenó de polvo debido al rozamiento del caza con aquella trazada poco asfaltada y pude observar como el compartimento de la cabina se abría dejando ver la silueta del aviador. El piloto bajó del caza y empezó a caminar en dirección a mi casa. Seguramente estaría lastimado y buscaba algún lugar donde poder curar las heridas. ¿Pero desde cuando Green Earth tenía un caza de White Dream?​

El polvo se fue esparciendo gracias a ráfagas de aire que empezaron a producirse, pero antes de llegar a mí el piloto se debió de dar la vuelta mientras el poco polvo que iba quedando se esfumaba con el viento. Una vez con la polvareda disuelta pensé que aquellas partículas debían haber afectado a mis sentidos ya que aquello era imposible…​

El piloto era rubio, pero ese no es el detalle más importante. Sino que llevaba una sudadera negra con letras blancas en las cuales de podía leer CLEMENS. Aquella sudadera había sido del abuelo de Aitor y actualmente… La tenía él…​

Me sentía como en un sueño… ¿Pero es un sueño o la triste realidad?​

No sabía como reaccionar en este momento. Crucé los dedos deseando que su regreso fuera real, caí de rodillas al suelo de lo impresionada que estaba e intenté decir bien las pocas palabras que pude decir en aquel momento.​

—Aitor… ¿Eres tú? —pregunté todavía con la mente en blanco solo observando sin dejar de cruzar los dedos.​

Un instante después de mi pregunta, escuché el sonido de un disparo y pude ver como aquella bala impactaba en la cabeza del piloto y le hacía caer al suelo para crear un charco de sangre que aumentaba por momentos.​

— ¡No! —grité mientras empezaban a caérseme las lágrimas y golpeaba el suelo con mis puños.​

— ¿Porqué Dios porque? —acabe diciendo mirando al cielo con mis azulados ojos llenos de lágrimas.​

Pero de repente escuché una voz dentro de mi cabeza.​

— ¿Crees que te mereces esto?​

—Porque siempre estoy sufriendo Dios. Yo no me merezco esto —susurré con las pocas fuerzas que me quedaban después de volver a mirarle y ver que el charco cada vez era más grande.​

-Pues simplemente ven conmigo…​

Una vez escuché eso noté como mi cuerpo me pesaba y mis fuerzas flaqueaban. Así que caí al suelo sin poder ofrecer resistencia mientras mis ojos se iban cerrando poco a poco observándole hasta que me introduje en la mismísima oscuridad.​

Iré hasta donde haga falta… Con tal de estar junto a ti…​

Una vez volví a abrir los ojos estaba todo oscuro. No sabía donde me encontraba ni que haría allí, pero en poco tiempo todo se iluminó con una luz cegadora y una vez mis ojos se acostumbraron pude ver que me encontraba sobre una plataforma que parecía de cristal.​

— ¿Hay alguien? —pregunté para ver si la voz respondía.​

—Sí, si que lo hay —se escuchó la voz y de repente apareció un encapuchado delante de mí.​

—Ya estoy aquí. ¿Qué quieres de mí? —le pregunté mientras intentaba descubrir su rostro.​

— ¿Crees que te mereces esa vida? —me preguntó.​

—No, no me la merezco —le respondí fríamente.​

—Pues entonces dame la mano y sal de aquí —dijo ofreciéndome la mano.​

— ¿Cómo sé que puedo confiar en ti?​

Una vez le pregunté eso se quitó la capucha y me dejo ver su rostro. Era imposible, pelo castaño, ojos azules… Era como mirarme en un espejo.​

—Puedes confiar en mí porque soy tu misma —dijo cogiéndome de la mano.​

Una vez me la cogió, la luz cegadora volvió de nuevo y una vez se fue observé que me encontraba en otro sitio. Paredes blancas, techo blanco, el sonido de unos pitidos y estaba bastante cómoda. Al mirar hacia los lados pude ver que me encontraba sobre una cama, exactamente en la habitación de un hospital. ¿Qué hacia yo allí?​

La puerta se abrió y entró un hombre de unos cincuenta años con el pelo canoso y con una bata impecable. En ningún momento me miró pero cuando se dio cuenta de que le observaba se sorprendió y vino corriendo hacia mí.​

— ¡Por Dios! ¡Ha despertado! —gritó.​

No entendí aquella reacción, pero después de que gritara aquello entró un chico bastante familiar para mí. Aunque en ese momento vestía ropa de calle.​

— ¡Asuka has despertado! —dijo gritando mientras corría hacia mi y acabó cogiéndome de la mano.​

— ¿Qué ha pasado? —pregunté sin saber de que iba la cosa.​

Miré a Aitor para que me respondiera, pero entonces el doctor hizo unos cortos tosidos para llamar mi atención.​

—Señorita hace diez años usted entró en coma debido a una depresión. Y hasta hoy no ha despertado —respondió seriamente.​

—Es verdad Asuka —dijo Aitor mirándome a los ojos.​

Después de aquella serie de información mi cabeza quedó bloqueada. Es decir, después de la explosión de White Dream y de la supuesta muerte de Aitor entre en depresión y así al paso de los días entré en coma. ¿Era esa la verdad? Pero mientras estaba introducida en mis pensamientos alguien hizo que dejara de pensar.​

—He venido cada día a verte y llevo diez años esperándote Asuka. Estoy tan feliz de que hayas despertado —dijo llorando mientras apretaba más mi mano.​

-Muchas gracias Aitor, sabes de sobras que te quiero y siempre te querré.-dije emocionada por la situación.​

Yo creía que estaba sola.
Que mi única compañía era la soledad.
Pero ahora me doy cuenta de que él siempre ha estado a mi lado.
Solo que yo tenía los ojos cerrados.

La verdad es que era muy feliz sabiendo que a pesar de lo que me pasó haya esperado por mí durante diez años. Por fin podremos estar juntos y recuperar el tiempo perdido pensé mientras él me miraba y sonreía.

Pero de repente encontré algo raro, había algo que no cuadraba y no tarde mucho en darme cuenta. Me levanté de la cama con la ropa del hospital y me quité todos los cables que estaban conectados a alguna maquina de aquella habitación.

—Lo siento, no caeré en un truco de su otro yo —dije saliendo corriendo hacia la puerta con tal de irme de allí.

— ¿Cómo te has dado cuenta? —me preguntó.

—Esa no es su sonrisa —le dije mientras atravesaba la puerta.

Atravesé la puerta y al pisar mi pie se hundió y caí. Sin saber cómo me encontraba tirada sobre la arena de una playa por la noche. Las estrellas y la luna brillaban radiantemente como nunca y conforme las observaba me levanté y continué caminando hacia donde el cielo me llevara, pero no pude ir muy lejos gracias a alguien conocido con quien choqué y seguidamente caí de espaldas de nuevo a la arena.

—Ya te vale. Hoy te ha dado por fastidiarme. ¿Eh?

—No es culpa mía que tu vayas distraída —dijo mirándome y sonriendo.

Aquella sonrisa fue la que esbozaste en el momento de tu perdición… Pero hoy puedo comprobar que todavía no la has perdido…

Después de decirme eso se sentó a mí lado y continuamos hablando.

—Aitor. ¿Dónde estoy?

—Si te lo dijera no tendría gracia —dijo con una sonrisa.

—Sigues como siempre. ¿La edad no te ha hecho madurar?

—Eso no lo sé. Pero hace mucho que no hago esto…

Después de pronunciar aquellas palabras acercó su cara lentamente a la mía y cerré los ojos para que me besara debajo de aquel cielo estrellado y de aquella luna que parecía una lamparita que iluminaba ese pequeño trozo donde nos encontrábamos él y yo. Un beso que disfruté con todo mí ser y no pude evitar agarrarle la mano para que no volviera a desaparecer.

No sabía si aquello era un sueño o no… Solo sabía que no quería que acabara…

Una vez abrí los ojos vi un techo de un color violeta. Me incorporé para ver donde estaba y pude observar que me encontraba sobre una cama en mi habitación. Todo había sido un sueño y en ningún momento mis manos lo agarraron lo suficientemente fuerte para que no desapareciera. ¿Pero porqué aparecía de repente él en mi sueño?

Me levanté y me vestí con una camiseta roja de tirantes y unos shorts tejanos. Abrí la ventana de par en par para que la luz del atardecer iluminara completamente mi habitación. Pero de repente me di cuenta de que encima de mi escritorio había un papel que no había dejado yo.

Seguramente sería de Yami, mi compañera en casa, que habría ido a comprar o que esa noche saldría con sus amigos. Pero el contenido de aquella nota era totalmente diferente ya que ponía: “Aparezco en tus sueños porque todavía no me has olvidado…”

La nota estaba escrita a mano y era imposible que antes de echarme la siesta estuviera ahí y no me hubiera dado cuenta. Así que salí corriendo escaleras abajo y salí a la calle inundada por el atardecer.

Al salir pude ver como él se encontraba allí de espaldas con la sudadera de su abuelo. Era igual que en el sueño, pero a decir verdad ahora me parecía que su rubio pelo brillaba más con el crepúsculo delante de él.

No quería que pasara lo mismo que en el sueño y que alguien acabara con su vida de un disparo. Así que corrí hacia él y me puse delante de él observando aquellos ojos verdosos que brillaban como nunca con el atardecer. Yo me quedé sin palabras y a él le bastaron dos para expresarse.

—He… Vuelto…—dijo con su sonrisa que le caracterizaba mirándome a los ojos.

Hace mucho que perdí la noción del tiempo.
Pero el tiempo pone a cada uno en su sitio.
Muchos os preguntareis el porque lo sé.
Porque el mundo de los sueños.
Alberga nuestros deseos.
Porque el mundo real.
Alberga nuestro sufrimiento.
Pero aún si vivo entre esos dos mundos.
Mi sitio…
Era y siempre será…
Estar junto a ti…

Un sueño dentro de un sueño… Una vida real de sufrimiento… Una vez no sabes en cual de los dos lugares te encuentras… Tienes que comprobar si el sueño es real… Y solo los pequeños detalles te mostraran la verdadera realidad… Una realidad que yo perdí… El día que desapareciste sin dejar tu fin…