Las calabazas de Adeline

Tema en 'Relatos' iniciado por Ichiinou, 3 Noviembre 2015.

  1.  
    Ichiinou

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    Título:
    Las calabazas de Adeline
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    691
    Este relato es para la actividad "¡Pidamos dulces!", el dulce en cuestión me lo ha dado @Chelsea , a la que se lo agradezco mucho, en este caso es una palabra "Calabaza". Espero que le agrade el resultado y a todos vosotros.

    Las calabazas de Adeline

    Adeline había estado toda la tarde tallando aquellas calabazas para que quedasen ideales para la noche de Halloween. Le gustaban mucho aquellas fechas, poder decorar la entrada de su casa y la misma por dentro era algo que le encantaba. Aunque con el paso de los años y con el devenir de los rumores cada vez menos niños se animaban a tocar a su puerta por la noche. Pero a ella siempre le habían gustado las calabazas, por alguna razón darle forma a aquellas tétricas caras le relajaba muchísimo.

    Aquella misma mañana había ido a la tienda a comprar chucherías, no sabía si vendrían muchos niños, pero quería estar convenientemente preparada por si se daba la ocasión.

    Lo cierto era, que recientemente había desaparecido un niño y Adeline todavía estaba dolida con la población, porque le habían señalado a ella, con la conveniente visita del Sheriff, el cual también desconfiaba de la anciana. No se podía creer aquello, la verdad, ella siempre había sido una buena persona y había tratado de hacer lo mejor para la comunidad, pero su soledad y su carácter reservado, avivaban las malas lenguas del lugar.

    No tenía ni idea de si aquella noche iba a ser buena, pero tenía la esperanza de que sí. Que los niños vendrían y les daría chuches y se deleitaría con sus disfraces que intentando ser terroríficos eran tan tiernos.

    Una vez hubo terminado de decorar convenientemente todo, se sentó en su mecedora y se dejó vencer por un ligero sueño.


    *****​

    Adeline despertó súbitamente de su sueño, ya se había hecho completamente de noche y sentía unos golpes y las risas de los niños. Se acercó a su ventana y pudo ver como unos pequeños gamberros disfrazados se divertían lanzando huevos contra la fachada de su casa. No pudo evitar que las lágrimas amenazasen con derramarse por sus mejillas, pero hizo acopio de valor y se dirigió a la puerta para enfrentarse cara a cara a esos granujas.

    —¡¿Qué demonios estáis haciendo aquí?! ¡Largo pequeños vándalos! ¡Si no queréis dulces no pintáis nada aquí! ¡Se lo diré a vuestros padres!

    —¡La bruja se ha enfadado! —dijo uno de ellos.

    —¡Será mejor que huyamos o también nos matará a nosotros!

    Aquellas palabras le sentaron como una jarra de agua fría a Adeline. Pero trató de disimularlo y miró con cara de pocos amigos a los chicos, para que se fueran finalmente.

    Pero nada más lejos de la realidad, uno de ellos, empezó a pisotear con fuerza una de las calabazas que había preparado con sumo mimo Adeline y los otros, al ver que eso la estaba molestando, hicieron lo mismo. Aquello fue la gota que colmó el vaso. No había sido siempre una buena ciudadana para aquello. Para que se burlasen de ella y la tratasen como un despojo social.

    Entró en casa y se apresuró a coger la escopeta que reposaba al lado de la chimenea. Cuando salió, todavía estaban allí los niños, regocijándose con cada calabaza, estropeando sus preciosas obras, las que tanto adoraba, cada Halloween. No, aquello no podía permitirlo.

    Los chicos no habían reparado en ella, con la escopeta y pensó por un momento lanzar un tiro al aire, para que estos se asustasen y huyesen, pero ese pensamiento fue tan fugaz, que en cuestión de unos segundos se evaporó.

    No pasó mucho tiempo, pero el ensordecedor sonido de los disparos se escuchó en todo el barrio. Y cuatro cuerpos cayeron sin vida en el jardín de Adeline.

    —Al fin y al cabo, si me van a odiar, que me odien por algo.

    La anciana sonrió y pensó que aquellos cadáveres sí eran una bonita decoración de Halloween.

    Pronto se empezaron a escuchar gritos y sollozos, pero a Adeline no le importaba en absoluto. Se había cansado de ser una buena vecina.
     
    Última edición: 5 Noviembre 2015
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    Black Kat

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    Guau... muy buena... me dio escalofríos.... Al inicio me confundio un poco porque no pensaba que Adeline fuera una anciana pero en fin...
    Me gusto mucho :3

    Meow :3
     
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