Microrrelato Las brujas en el salón de clases

—¡¿Pero cómo lo hiciste?!— preguntaba desesperado Jack, chico de secundaria común.

—Es meramente agilidad con las manos— respondió Isabel, su compañera de clase.

—Supéralo, Jack— Mary puso los ojos en blanco. —Hay muchos ojos sobre ella, sobre sus manos, el mazo de cartas, las cartas que te está mostrando: nadie ha visto cómo lo hace.

—Como dice Isabel, es agilidad con las manos— añadió Nina. —Así hacen otros magos.

—¿Podemos cambiar de tema y dejar las cartas de lado?— bostezó Iris.

—¡No!— exclamó Jack. —Es brujería: eres una bruja, Isabel.

—Okay, Jack, como tú digas— dijo Isabel finalmente guardando su mazo de cartas.

—De por sí eres una niña rara, sales con esto— continuó Jack.

—¿Podrías ser un poco menos exagerado, ridículo?— Mary lo hizo a un lado. —Ya vete a tu asiento, tenemos cosas más interesantes que hablar entre nosotras, si no te molesta.

—Sí me molesta— renegó. —Apuesto a que todas ustedes son brujas.

—Jack, ¿no crees que si fuéramos brujas haríamos mejores cosas que trucos de cartas para entretener a tontos chicos de nuestra clase como lo eres tú?— argumentó Nina.

—Sí, como por ejemplo cerrarte la boca de una vez por todas— dijo Iris.

Y en lo que decía eso, señaló el rostro de Jack con su dedo índice, moviéndolo en círculos frente a él y llevándolo luego a sus propios labios haciendo la seña que significaba silencio, murmurando unas cuantas palabras en un idioma que Jack no entendió y finalmente solo sonrió.

Jack iba a replicar pero inmediatamente se dio cuenta de que literalmente no podía abrir la boca.

—¿Hmm? ¿…Hmmm? ¡¿HMM?! ¡¡HMMM!!— sonidos similares eran lo único que emitía.

Las demás chicas simplemente imitaron la sonrisa de Iris, conteniendo una verdadera risa.

—Voy a deshacer mi hechizo, pero vas a dejarnos en paz; y a tomar en cuenta que nadie te va a creer cuando intentes explicarles lo que acaba de suceder. Así que, relájate ¿okay?

Iris murmuró otras palabras en un idioma extraño antes de repetir los movimientos de su dedo pero en reversa; provocando que Jack fuera capaz de abrir la boca, y de inmediato empezara a gritar y a salirse corriendo de ahí, causando enseguida las risas de las chicas.