Las aventuras de bianca, una chica singular

Tema en 'Fanfics Abandonados Pokémon' iniciado por Philou, 5 Abril 2015.

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    Plushy

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    ¡Por fin la conti! Por las fechas no te preocupes, escribir no debería ser manda y cada quien escribe cuando puede o se siente a gusto.
    Veo este capítulo como una introducción a cosas más interesantes que vendrán después. Debo decir que al principio pensé que el villano se trataba de un simple cazador pero por lo del videomisor me supongo será integrante de cierto equipo malvado y eso mola. Ahora que bianca tendrá un pequeño Cleffa me pregunto si lo veremos usando metrónomo y sus consecuencias azarosas.
     
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    Las aventuras de bianca, una chica singular
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    Un enorme tragaluz dejaba entrar los rayos de sol de mediodía que descargaban su calor sobre el piso de madera, ahora resquebrajada, que daba forma al rectángulo de combate del gimnasio pokemon de Ciudad Esmalte. La batalla había sido terrible desde un principio, y ahora solo esperaba el inevitable final. Desde su sitio, una mujer refinada, mas no por eso de carácter suave, empujaba a su pokemon a dar su todo por defender el honor del gimnasio local, a unos metros de ellos, una joven dulce y delicada, se había armado de valor y dirigía a su ultimo pokemon con temple y entusiasmo, y éste, adquiriendo un poco de la voluntad que caracterizaba a su entrenadora, luchaba con toda su fuerza, a pesar de que su rival lo superaba en experiencia y poder.


    Capitulo 8: Luka


    Había pasado una semana desde que Bianca se enfrentó a un grupo de ladrones de pokemon en la Cueva manantial, desde entonces, ella y su equipo pokemon se abrieron camino luchando con ferocidad ante otros entrenadores, enfrentándose a los peligros de la pradera, al punto que su vinculo se había vuelto infranqueable, tal era ese vinculo que los había llevado a obtener la siempre difícil de ganar medalla base.


    Una vez mas, pero esta vez conciente de su logro, Bianca se abrazaba con sus pokemon, el combate los había llevado a todos al agotamiento. Muchas imágenes quedarían grabadas para siempre en las retinas de la joven rubia, como así también de la lidereza, la voluntad de Watchog, la audacia de Pampour, la fuerza del Herdier de Aloe, la determinación de Pulgas, ese día se pudo ver un ejemplo de combate.


    Mas tranquila, y luego de una merecida noche de descanso, Bianca había salido del centro pokemon y se preparaba para poner marcha rumbo a su próximo destino cuando una voz llamó su atención
    —Apártate, apártate, apartateeeee.


    Bianca estaba desparramada en el suelo cuando tomó conciencia de lo sucedido, a unos metros de ella, un chico se esforzaba por ponerse de pie. Antes de pedir explicaciones, Bianca se fijó en aquel joven, el cual era un poco mas alto que ella, tenia buena contextura física a pesar de su edad, su cabello era rubio y sus ojos eran azules
    — ¿Te encuentras bien? —preguntó el muchacho, quien corrió a toda prisa para ayudar a la niña
    —Si, estoy bien pero...


    Bianca gritó con furia, su reloj pulsera se había roto tras la caída
    —Era... un... regalo... de mi abuelaaaa
    —Lo siento mucho, no quise golpearte, llevaba prisa porque mi pokemon fue gravemente envenenado y me quedé sin antídotos —explicó el chico.


    Al saber aquello, Bianca decidió dejar de lado el asunto del reloj y acompañó al chico hasta el centro de curaciones de pokemon. Ya en el sitio, y mientras esperaban que el pokemon del muchacho se cure, ambos chicos comenzaron a charlar, allí Bianca supo que el chico se llamaba Luka y era un entrenador novato, y que como tantos otros, estaba siguiendo la ruta de las medallas, sin embargo, sus motivaciones eran distintas a las de otros entrenadores, tanto, que el chico prefirió no compartir eso con Bianca.


    El sonido de un timbre indicaba que el pokemon de Luka ya estaba recuperado. Ya mas tranquilo, el joven entrenador pidió nuevamente disculpas a Bianca, quien las aceptó con calidez
    —Pero Bianca, déjame compensarte por el reloj —insistió el joven tras varios intentos de invitar a almorzar a la niña
    —Es que no hace falta, fue un accidente — respondió la niña, algo cansada por tanta suplica.


    Bianca comenzaba a alejarse y a Luka se le acababan las ideas, ciertamente le había gustado la rubia y quería pasar más tiempo con ella
    —Ya sé —exclamó el entrenador y se acercó con prisa a Bianca — ¿Eres entrenadora verdad? Si te reto a un duelo, no te puedes negar.


    Ya en la parte trasera del centro pokemon, en un improvisado campo de batallas, Bianca sacó a luchar a su mas reciente adquisición, Cleffa, por su parte, el retador liberó a una criatura bípeda y de rostro muy alegre, la pokedex de Bianca la identificó como Palpitoad.


    Una vez libre, el pequeño pokemon de Bianca, el cual fue llamado Luna, comenzó a dar saltitos, y es que a pesar de su aspecto tierno, a Luna le gustaban las batallas, al otro lado del rectángulo, Luka retaba a niña y pokemon
    —Bianca, si te gano me debes dejar invitarte a pasear
    — ¿Como una cita? —inquirió la niña
    — ¿Ci, Cita? —Pensó el chico, y su voz se volvió temblorosa —Eco voz.


    Con sus patas afirmadas en la tierra, Palpitoad tomó bastante aire y exhaló un tremendo grito dirigido al pokemon hada de Bianca
    —Canto.


    Casi en una pose similar a la del pokemon rana, Luna usó su poderosa voz para hacer frente al ataque enemigo, y el choque de ambas ondas sonoras provocó una violenta explosión. Desde uno de los extremos de la plataforma, el Cleffa se puso de pie, y extendiendo sus brazitos, liberó varias hojas que brillaban con tonos multicolores y las lanzó contra el Palpitoad, el pokemon rana, débil por cuatro al elemento planta, buscó con prisa el punto de tierra mas débil del campo y cavó un pozo y pudo eludir la ofensiva, aunque no pudo evitar que algunas hojas le provocaran profundas cortadas.


    Bianca y Cleffa estaban en silencio, buscaban poder oír al pokemon de Luka que en su elemento era muy peligroso. Un breve temblor anunció lo inevitable, un violento cabezazo lanzó por los aires al Cleffa pero el pequeño pokemon, sin darse aun por derrotado, comenzó a mover los brazitos de izquierda a derecha y de derecha a izquierda
    —Oh, no, va a usar el metrónomo... Vamos, termínalo con hidropulso —gritó Luka, conociendo lo impredecible de aquel ataque
    — ¿metrónomo? pensó Bianca y tan rápido como pudo indagó en su pokedex, pero sus ojos no daban crédito a lo que estaban viendo.


    Aun en el aire, Cleffa fue envuelto por vientos huracanados que curiosamente, el pokemon hada parecía controlar. De pronto, zas, tras un movimiento de las manos de Luna, los vientos fueron dirigidos contra el pobre Palpitoad quien no pudo ante tamaña ofensiva, impactado, Luka retiró a su pokemon caído, por su parte, Bianca mirada boquiabierta a su pokemon, quien bajaba lentamente al suelo, mientras que la pokedex repetía constantemente "Cleffa usó aerochorro".


    Luego de la intensa batalla ambos entrenadores charlaban sentados en un banco de madera perteneciente a la estación de tren abandonada
    —Eso no fue justo — reprochaba Luka
    —Ni siquiera conocía ese ataque, lo siento —se excusaba la niña, sin saber exactamente que decir
    —Aun puedes compensarme.
    En ese momento Bianca sonrió
    —Nos veremos en Ciudad Mayólica, allí será nuestra revancha, y si me vences, iremos a pasear en la noria
    —De acuerdo, nos veremos pronto —dijo Luka, y tras darle un apretón de manos, se alejó de Bianca quien puso rumbo al bosque Azulejo.


    Luka marchaba muy alegre cuando su videomisor lo sacó de sus hermosos pensamientos. Un rostro siniestro se dejaba ver a través de la pequeña pantalla
    — ¿Que averiguaste de esa niña? —preguntó aquella persona
    —Nada interesante, no parece ser alguien especial —contestó el chico, quien sonaba bastante asustado
    — Ya veo... Sigue vigilándola, espero mucho de ti Luka
    —De acuerdo.


    Continuará.
     
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    Philou

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    Lo prometido es deuda y bueno, aca estoy con un nuevo capitulo de las aventuras de Bianca, espero les guste... A leer!!!


    Capitulo 9: La furia verde


    Bianca se alejó de su nuevo amigo y estaba bastante contenta, no obstante, una sensación extraña la embargaba, al parecer se sentía observada, pues cada cierta cantidad de pasos la niña oía ruidos y murmullos, por eso, miraba en todas direcciones pero no veía nada, pero pese a su preocupación, la muchacha caminaba con bastante prisa, quería atravesar el bosque azulejo lo antes posible para así poder llegar por fin a Ciudad Porcelana, y no, no deseaba enfrentar al líder de gimnasio, ella solo quería ir de compras.


    El Bosque azulejo es un intrincado laberinto de plantas donde viven pokemon muy heterogéneos, es un sitio bastante parecido a sus similares de Kanto Y Hoenn, aunque la gente que vive cerca de este bosque dice que si un humano se pierde entre las plantas, jamás podrá salir, pero para fortuna de Bianca, hace bastante tiempo se construyó un paso recto para conectar Ciudad Esmalte con el puente saeta, lo que ella no sabía es que a mitad del camino, algunos pesados troncos y ramas espinosas interrumpían el paso.


    Lo miró desde muchos ángulos, buscó alguna explicación lógica, y la única conclusión a la que pudo arribar Bianca es que fue algo intencional, la cuestión ahora era saber quien lo había hecho y porque. Bianca liberó a sus tres pokemon para que le ayudasen a despejar el camino, pero cuando los monstruos se acercaron a la enredadera, algo los golpeó, lanzándolos bastante lejos
    — ¿Pero que? —gritó la rubia y por si misma se acercó a investigar, y al igual que sus amigos pokemon, fue empujada a varios metros, aunque ella si pudo ver al responsable del ataque, mejor dicho, los responsables.


    Bianca ahora sabía quien la había atacado, eran pokemon planta, varios de ellos, aunque entre el montón destacaba un Servine, ahora su curiosidad radicaba en querer conocer que motivaba a los pokemon a no dejar pasar a nadie, pero tenia claro que sola no iba a poder enfrentar a una treintena de pokemon furiosos, por eso, y con algo de enojo la niña regresó a la ciudad para buscar algo de ayuda.


    Mientras volvía en sus pasos, Bianca oyó nuevamente los pasos y murmullos de antes, era una figura humana. Deseosa por saber quien la observaba la niña se metió entre la espesura
    —Espera, por favor —imploraba pero antes de poder dar alcance a aquella persona, Bianca pisó un objeto que la hizo tropezar, el objeto en cuestión era una superball que la rubia guardó en su desordenado bolso.


    Ya era de noche cuando Bianca regresó a la ciudad, y al entrar en el centro pokemon para buscar un cuarto donde descansar, se encontró con varios entrenadores que habían corrido la misma suerte que la niña al querer atravesar el bosque. Muchas personas estaban enojadas, la policía no se atrevía a intervenir pues algunos ecologistas protestaban violentamente, Aloe, la lidereza local, también estaba atada de manos, su agenda estaba demasiado apretada y no quería faltar a su compromiso firmado con la liga pokemon, era bastante difícil llegar a un acuerdo, incluso había algunos quienes querían quemar todo el bosque, pero pronto llegó la ayuda.


    La noche transcurrió en calma, y con las primeras luces del día, los entrenadores que estaban varados en Ciudad Esmalte pusieron rumbo al bosque para poder atravesarlo, Jens y Romina, dos entrenadores que estaban de paso, habían diseñado un interesante plan, la idea era usar al Larvesta del chico para que provoque un pequeño foco de fuego y así los pokemon planta se vieran obligados a escapar, lo que haría mas fácil su captura y luego la apertura del camino. En efecto, las cosas salieron como habían sido planeadas, aterrados por el humo y el olor a quemado, los pokemon planta comenzaron a correr en todas direcciones y los entrenadores, que esperaban agazapados, los recibían con una lluvia de pokeballs, Bianca por su parte y con ayuda de sus pokemon se concentraba en intentar controlar el fuego, aunque por su cabeza también pasaba la idea de tener al Servine.


    Pasaron los minutos y la mayoría de pokemon fue capturado, muchos entrenadores incluso se quedaron sin pokeballs, y aunque el Servine no aparecía, Bianca sentía que era su momento. Con ayuda de su Pampour la niña se abrió camino entre la verdura, y pese a que recibió un tremendo castigo de unas largas cepas, se mantuvo firme y mandó a Pulgas al combate. La lucha fue muy violenta, una sucesión de mordiscos, placajes y cabezazos casi noquea a ambos pokemon, pero gracias a su habilidad, la cual bajó la fuerza en los ataques de su rival, Pulgas logró vencer, y fue entonces que Bianca usó el objeto que casi provocó la rotura de sus anteojos, la superball.


    Tras un trabajo bien hecho, todos los entrenadores retomaron su camino y se alejaron del bosque, nadie se preocupó en ver que había provocado tan extraña reacción en los pokemon, nadie excepto Bianca, quien a pesar de estar ansiosa por recorrer la mayor urbe de Teselia, también deseaba resolver ese problema, su naturaleza de investigadora la empujaba a ir hasta el final, quien sabe, a lo mejor podría obtener mas de una respuesta a sus dudas.


    Continuará.
     
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    Empecé a leer el cap 8 y fue de awww qué bonito todo, luego leí al final y se rompió mi corazoncito. Luego el 9 deja nuevas interrogantes y aunque tengo mis teorias ansío ver más capítulos para ver como se van atando todos los cabos sueltos planteados en estos dos capítulos.
     
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    Holita, Hoy capitulo importante del fic... A leer!!!


    Capitulo 10: Subestimar, no


    En el interior del Bosque Azulejo, solo se podía ver oscuridad, incluso los sonidos eran escasos, aun cuando la población pokemon del sitio era incalculable, solo, y contando con una vista bastante aguda, se podía divisar a algún que otro Yanma husmeando los rincones en busca de alimentos. Al mirar al cielo, Bianca solo podía ver una bóveda verde, producto de la densa arboleda, aun así, la entrenadora no se iba a quedar de brazos cruzados, a diferencia de otras personas, a ella le importaba la naturaleza y sabía que lo ocurrido en el bosque tenia responsables humanos.


    Tras un breve pero merecido descanso, Bianca liberó al Servine recién capturado, y mientras le efectuaba algunas curaciones con ayuda de pociones, la niña intentaba explicarle a su nuevo compañero el porque de algunas cosas
    —Siento haberte hecho daño, la tecnología de las pokeball nos obliga a debilitar la energía del pokemon para que el dispositivo de reprogramación funcione —explicaba la joven, aunque al pokemon parecían importarle poco los conceptos que ella narraba, pues su miraba estaba perdida en la espesura.


    Tras su parlamento, Bianca pidió explicaciones al Servine sobre su agresivo comportamiento, la criatura, hablando en su singular lenguaje, pero mas que nada con gestos, daba a entender que algunas personas acompañadas de pokemon habían llegado al bosque y lo estaban dañando. A Bianca le llamó la atención que su pokemon hacía énfasis al momento de señalar una roca, y con sospechas basadas en algo que la niña había vivido tiempo atrás, pidió al Servine que la guíe hasta el problema.


    Por fin Bianca estaba nuevamente en movimiento, con ayuda de sus pokemon, la entrenadora se introdujo entre la verdura, y si bien alguna que otra rama golpeaba el tierno rostro de la rubia, y aunque varias espinas lastimaban sus piernas, el andar del grupo era bastante tranquilo, excepto cuando algún pokemon salvaje interrumpía el paso, aunque estos ya no representaban un gran problema, ciertamente, tanto sus pokemon, como Bianca se habían vuelto bastante fuertes con el transcurso del viaje.


    Tras un buen trecho recorrido, Bianca por fin dio con lo que estaba buscando. A través de las ramas, la niña podía distinguir figuras humanas, y al oír sus suaves pero constantes carcajadas, la oriunda de Pueblo Arcilla se daba cuenta de que aquellas personas estaban sosteniendo una charla agradable, pero grande fue su sorpresa cuando una de ellas habló
    — ¿Por que no te muestras de una vez? —indagó.


    Sin opciones, Bianca se abrió camino entre las plantas y pudo ver con claridad a las personas a las que Servine hacía referencia, se trataba de dos mujeres, dos chicas que no tendrían mas de dieciocho años cada una, la mas alta, lucía un cabello negro como la noche, a través de sus ojos marrones se podía ver una gran fuerza pero a la vez un inmenso odio. Su compañera era un poco mas baja, las facciones de su rostro eran bastante parecidas a las de Bianca, aunque su cabello era de tono castaño, y llevaba algunos mechones de color blanco. Algo llamó poderosamente la atención de Bianca, ambas mujeres vestían un uniforme de algún material elastizado pues dejaba notar las figuras bien proporcionadas de ambas chicas, dicho uniforme tenia estampado en su pecho un pequeño escudo el cual mostraba una letra "J" y fragmentos de cadenas rotas también, junto a las extrañas había dos pokemon, un Slugma acompañando a la mas alta, y un Kirlia al lado de su compañera
    —Parece que son ustedes quienes han alterado a los pokemon del bosque —reprochó Bianca
    —Los pokemon se alteran por cualquier cosa —comentó divertida la dueña del Slugma
    —Al menos me podrían decir sus motivos —pidió la rubia
    —Míralo tu misma —dijo la mas pequeña de las uniformadas y señaló un objeto que estaba a varios metros de ella.


    Al mirar con atención, Bianca pudo ver una enorme roca de color blanco la cual estaba cubierta de musgo, dicha roca emitía un brillo muy característico
    —Para que lo sepas, esta es una roca que permite la evolución de cierto pokemon, pero también, al fragmentarse, da forma a las conocidas piedras hoja, nosotras la estábamos buscando para usarla en nuestro beneficio, vamos a fortalecer a nuestro equipo —expresó con calma la dueña del pokemon psíquico
    —O sea que van a robarla... tal como hicieron con la piedra lunar en la Cueva manantial —respondió con enojo Bianca.

    Las chicas del extraño uniforme se miraron entonces
    —Tú debes ser Bianca, nos habían hablado de ti —dijo la mujer de cabello negro
    —En efecto, yo me llamo Laura, y mi amiga se llama Sara, ambas pertenecemos a una organización llamada Equipo Juventus, y si no te molesta, queremos comprobar algunos datos —agregó la mas baja del par, y después de mirar a su pokemon, este alzó sus manos, y como si hubiesen sido convocados por alguna fuerza mística, varias decenas de pokemon salvajes salieron de todos los rincones con el único objetivo de atacar a Bianca y los suyos.


    Una cruenta lucha dio inicio entonces. Custodiada por su equipo, Bianca intentaba obtener información sobre sus ahora enemigas
    —Nuestra organización hace tiempo viene trabajando entre las sombras, no buscamos dominar el mundo ni tenemos el deseo de crear un mundo ideal y justo, solo buscamos reconocimiento, vamos a hacer que todos aquellos que nos han subestimado se traguen sus palabras —gritaba Sara
    — ¿Y por que saben sobre mi? —inquirió Bianca tras rematar con una roca a un Venipede que trataba de atacarla
    —Por que tú eres como nosotros, solo que tu bondad duerme tu fuerza verdadera, quien nos habló de ti, nos dijo que con un buen entrenamiento te podías convertir en un arma letal —Respondió Laura.


    En ese momento Bianca, eludiendo el combate pokemon, corrió hasta ponerse cara a cara con las soldados del equipo Juventus
    —Yo no soy como ustedes —expresó con claridad
    —Entonces, Slugma.... Polución —mandó Sara.


    Pero justo antes de que la nube de gas toxico creada por el pokemon de fuego pudiese hacer contacto con Bianca, un ataque de un pokemon del tipo agua, explotó en el cuerpo del pokemon magma provocando una violenta sacudida la cual arrojó a las tres chicas y los pokemon Juventus a distintos rincones. Al mirar de donde venía la ofensiva, Bianca pudo ver a un magnifico ejemplar de Dewott, y junto a él a un muchacho de cabello negro y grandes gafas, era su amigo Cheren
    —Mmm, parece que tu novio vino a salvarte Bianca —exclamó sonriendo Sara
    —Te estaremos esperando, ahora nos vamos de aquí —añadió Laura, y con ayuda de Kirlia y su tele transporte, las soldados Juventus desaparecieron en un as de luz.


    Un poco mas tranquila, Bianca se sentó en el pasto a analizar la situación, su amigo, quien estaba sobre la rama de un árbol, saltó y se acercó con prisa
    — ¿Estás bien? —preguntó
    —Hola Cheren, pensé que estabas camino a Ciudad Mayólica en este momento... pero parece que mi padre te pidió que me cuides —respondió Bianca, con enfado.
    En ese instante el chico desvió la mirada, al parecer, un secreto había sido descubierto
    —Mi propio padre no cree en mis capacidades —gritó la rubia y estrelló uno de sus puños en el pasto
    —No digas eso —rogó Cheren
    —Esta bien amigo, sé que tu tampoco confías en mi habilidad pero sé también que tu ayuda fue de corazón, aun así, te voy a pedir que no me sigas nunca mas —en ese momento Bianca se puso de pie —Creo que los juventus tenían razón —comentó algo triste la niña.


    Bianca no pudo evitar el llanto, saber que su propio entorno la estaba subestimando le destrozó el corazón, por eso, y tras despedirse de su amigo, y luego de dejar tirada en el suelo una cadenita de oro que su padre le había comprado tiempo atrás, la rubia partió rumbo a Ciudad Porcelana, acompañada de un sentimiento oscuro.


    Continuará.
     
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