Las apariencias engañan

''Las apariencias engañan

Prólogo.

La mañana se fue calentando por los luminosos rayos de sol que se iban dando paso por todos los lugares.

Uno de ellos se centro en una linda habitación, grande y lujosa. La luz se poso suavemente sobre el rostro pálido y angelical de una chica, la cual fue abriendo lentamente sus ojos verdes mientras se sentaba y quitaba las blancas sabanas de la parte superior de su cuerpo, dejando ver una figura delgada y bien formada. Aun adormilada se termino de quitar las cobijas y se levantó de su cómoda cama, extendió sus brazos y se quito la moña que sostenía su largo y lacio cabello negro que le llegaba casi al principio de sus caderas.

Después de un largo bostezo se dirigió a su balcón, abrió el ventanal que lo mantenía cerrado y se poso levemente sobre la barandilla de mármol blanca, dejando llenar a sus pulmones del aire fresco que circulaba por el hermoso lugar.

Miro sonriente el paisaje lleno de arboles y de naturaleza, luego se dio media vuelta y camino hacia una puerta marrón, se adentro en el gran baño de color lila y se miro en el gran espejo. Había pasado tanto tiempo desde que había visitado la ciudad, que si sus anteriores amigos la vieran ahora no la reconocerían.

Se despojo de su camisón blanco y dejo su esplendida figura al desnudo, luego se metió a la tina y se aseo.

Después de unos largos veinte minutos salió con dos toallas: una enrollada en su cuerpo húmedo y la otra sobre su cabeza sosteniendo todo su cabello.

Se miro en el espejo de su tocador, saco un poco de rubor y un brillo suave que luego se aplico; saco de su armario una camisa de seda, muy linda, de un suave color lila que hacían conjunto con un jean azul oscuro y unos zapatos de tacón bajo color blanco.

—Frannie Elizabeth, baja ya— se oyó a lo lejos una vos femenina, la chica, la cual respondía al nombre de Frannie, se apuro, dejo su cabellera suelta y cogió su mochila. Se paro agitada frente a sus padres: Melanie Hansen, una atractiva mujer de unos 36 años de edad, sus cabellos rojizos cortos hacían juego con sus ojos verdes. Traía una falda hasta las rodillas color ceniza al igual que su camisa de manga tres cuartos, y unos tacos que combinaban.

La mujer era tomada del brazo por un hombre apuesto, unos dos años menor que su esposa, su nombre era Jonathan Larsen, de cabello semi -corto color negro azabache, y sus ojos azul cuarzo; vestía un esmoquin negro y solo de color una camisa blanca debajo.

— ¡Hermana!— el grito se oyó a lo lejos, haciendo que todos los presentes se voltearan.

Una linda niña de 10 años iba corriendo, su cabello era ondulado y rojo y sus grandes ojos eran del mismo color que el de su padre. Traía un lindo vestido azul turquesa y unas sandalias blancas, en sus manos traían una pequeña bolsa de colores.

— ¡Christine, cuidado con Golgo!— Grito Frannie tratando de advertir a su hermana que estaba a punto de tropezarse con el pobre perro alto y de pelaje rubio.

La pequeña chica no pudo evitar al gran animal y los dos cayeron al piso, haciendo que casi por reflejo Frannie colocara una mano sobre su cara.

—Señorita Christine, ¿está usted bien?—pregunto asustada una nana de Christine mientras ayudaba a la pequeña a pararse.

Los padres y la hermana también fueron ayudarla.

—Oye, hermana... quiero darte esto antes de irte a estudiar—hablo la pequeña con vos dulce mientras extendía sus manos y dejaba ver la anterior mencionada bolsa.

La Chica sonrió a su hermana mientras abría el paquete. Su vista se torno sorprendida al ver un lindo medallón.

—P-pero… esto es tuyo. Nunca se lo dejaste tocar a nadie, ¿Por qué me lo das ahora a mí?—pregunto aun sorprendida Frannie. Christine sólo sonrió sin responder.

—Es hora de que te vayas hija—

Melanie se despidió de su hija con un beso en la mejilla, al igual que su padre.

Después de salir por el gran jardín empezó a correr por toda la calla. Aunque iba temprano tendría que caminar mucho… aun recordaba lo que le había hecho retirarse de la escuela y tomar clases particulares.

Flash Back.

La escuela por fin acababa después de un largo y cansador día, dando paso a las nuevas vacaciones de invierno. Eso sería divertido, todos jugando en la nieve y cosas por el estilo.

Algunos chicos estaban cerca de una pequeña fuente hablando y arreglado sus cosas.

—Eh… etto…E-Erik—tartamudeo una pequeña niña de nueve años de edad, su cabello sin brillo color negro era recogido por unas coletas semi- deformes, sus ojos eran poco visibles por unos grandes lentes y su linda sonrisa era trastornada por unos feos aparatos.

El chico de la misma edad se volteo a ver a su mejor amiga, su nombre era Erik Johnson: De lindos cabellos azules oscuros casi llegando a un violeta negro y unos hermosos y penetrantes ojos negros-azulados.

— ¿Si?... Dime Frannie—contesto con una tierna sonrisa que hizo sonrojar de sobre manera a Frannie.

—E-es… yo… te quería decir… que…—hablo pausada pero no pudo continuar porque una vos detrás de ellos le interrumpió.

—La fea te quiere decir que le gustas—conto con indiscreción y vos alta una linda niña de cabellos marrones ondulados y ojos rojos. —Pero ella sabe que tu nunca te fijaras en ella amor—termino diciendo coqueta y burlonamente mientras se acercaba a Erik y le robaba un beso rápido. —Hazte un favor fea… mejor dicho háznoslo a todos y vete de una vez— esto fue lo último que escucho Frannie antes de ser empujada y perder el equilibrio cayéndose así en la fuente de agua helada.

Las carcajadas no se hicieron esperar y la pobre Frannie salió corriendo de allí dándole un último vistazo a su amigo que sin poder evitarlo se estaba riendo también… definitivamente esto fue lo que más le dolió.

Salió corriendo de allí y prometió nunca volver a verlos.

Fin Flash Back

Una lagrima traicionera bajo por su mejilla sin poder detenerla. Ahora estaba rompiendo aquella promesa que con tanto odió formo es su corazón, pero lo tiempos pasaron y ella creyó que ya esa heridas habían cicatrizado, ahora estaba lista para enfrentar lo que tanto la hizo sufrir.

Y le enseñaría a los demás que las… las apariencias engañan. ´´

Por otro lado un chico se despierta, los ruidos del despertador la luz que se escurre entre las sabanas de la ventana agregada al ruido intenso del tren. El muchacho que se encontraba encima de una pequeña cama con sábanas blancas, el minúsculo cuarto posee las paredes de color caoba, espabila para levantarse tranquilamente y llegar al pequeño baño color celeste, limpio su cara en el lavamanos y luego se quita su ropa para ducharse tranquilamente.

El muchacho de ojos carmesí y cabello castaño, despeinado por obviamente una agitada noche, su tez pálida le daba el aspecto de un vampiro, mas eso no lo asusto, relajadamente entro a la ducha.

Sale de la habitación esperando que sus padres siguieran abrazados a Morfeo, cosa que para su fortuna pasaba, rápidamente tomo un pan de la pequeña cocina y parte del apartamento donde se ubicaba con.

En el camino un mal recuerdo abarca la mente del joven, su boca se seca ya que le parecía amargo y frustrante.

—No más…—murmuro para sus adentros el oji-rojo.

Flashback:

Un pequeño niño con enormes ojos carmesí vestido muy formalmente con el cabello con el parecido de que algún animal fue quien se dignó a hacerlo, estaba sentado mirando a los demás jugar a toda clase de juegos, el en un momento duda, más, traga su miedo y se acerca a una chica de tez blanca con ojos azules y cabello rubio.

—E-este… ¿A-akisa?—la muchacha llamada Akisa volteo mirando confundida al muchacho.

— ¿Que te sucede Criss?—pregunto curiosa la rubia.

—Y-yo me preguntaba si…tu quisieras—fue interrumpido por ella.

—Dímelo rápido estoy apurada—cruzo sus brazos y golpeaba el suelo con su pie en señal de impaciencia.

Todos miraban atentos a lo que seguía, querían ver como el chico “vampiro” sufría.

—B-bueno… ¿Q-quieres ser mi novia?—lo ultimo lo dijo rojo como tomate, juntándose con el color intenso de sus ojos.

—Deja de bromear vampiro —replico la chica enojada.

El castaño volteo y salió corriendo, unas risas se escucharon e insultos también. Siempre fue así, en cada momento su apariencia mostraba miedo.
Fin del Flashback.

—Estúpidos…—murmuro enojado, odiaba la idea de la escuela.

Esta historia es 100% creada por mi pequeña hermanita yuki-chan, por razones que no pienso expicar a mi se me dio la magnifica tarea de traerselos, COMENTEN!