LAGRIMAS DE SANGRE (completo)

Re: LAGRIMAS DE SANGRE (completo)

Hola muchachos... les agradezco mucho sus post, son muchos los que me lo han pedido pero sobre todo a esos que siempre están pendientes y que no dejan que este fic se lo trague el agujero negro del olvido, sé que tardé mucho en poner conti, pero finalmente la he terminado. Debo perdirles el favor de disculparme si tengo errores de tipéo u ortográficos, pero es que escribí la historia en un block de notas porque mi querido hermano tiene la máquina vuelta un desastre!! ¬¬ y no tuve ayúda de ningún corrector :mad: ... porque no tengo oficce!! bueno eso no viene al caso, espero disfruten de mi conti y dejen sus post... ahhh y no creas q me olvido de ti amiga Sonya gracias por tu ayuda :)

Prewie

Inuyasha apretó sus puños y sus ojos perdieron todo rasgo de color, como una fiera tiró todas las cosas que tenía encima de
la mesa de la peinadora y con un fuerte golpe rompió el espejo cortándose la mano, estaba siendo manipulado por la ira, es por ello que recurrió a desahogarse de alguna manera para no tomar represalias en Ahome, esas palabras le habían rasgado el alma, el dolor de la cortada era insignificante comparado con el que le había causado ella.

Ahome al verlo sangrar se preocupó mucho, pero aún así le daba miedo acercarse a él –Inuyasha… yo… - Ella pensó en
disculparse, sabía que esas palabras además de no ser completamente ciertas habían sido muy hirientes, pero él no la dejo continuar y se acercó rápidamente a ella y la tomó fuertemente de un brazo para impedir que se alejara
-Sé que mi hermano es mil veces mejor que yo, sé que hubiera sido mejor para todos que yo hubiera ocupado el lugar de mi hermano en ese ataúd realmente si hubiera podido tomar su lugar lo habría hecho- Ahome temblaba al verlo tan cerca, no sabía si era por miedo o por otra cosa, aunque pronto observó que la sangre no dejaba de correr –Inuyasha te lastimaste, debe dolerte demasiado déjame curarte- dijo ella mientras trataba de levantarse para buscar algo con que cubrir su herida pero él no se lo permitió la tomó de nuevo halándola bruscamente, haciéndola caer acostada sobre la cama y posandose sobre ella –Te puedo asegurar que esa herida no me duele ni la cuarta parte de la herida que me provocaron tus palabras!! Y ya que piensas
que soy una sabandija, voy a demostrarte lo que puedo llegar a ser-

Capitulo XXXII "Cuidado con los deseos"

La joven no daba crédito a sus oídos ¿Acaso Inuyasha había perdido la razón? ¿Por qué se comportaba de esa manera? ¿Iba a violarla? Oh no! Eso no podía ocurrir, no de esa manera.

-Inuyasha por favor! Detente!…- Su boca fue sellada con un abrasivo beso del chico, lo había previsto, estaba preparada para resistir, pero no para la imprevista participación del resto de su propio cuerpo, sobre el cual se le había dificultado
ejercer algún control. La lengua de Inuyasha rozó los labios de Ahome, y ella experimentó sensaciones en el vientre, sus
labios la quemaban por dentro y aunque ella en un principio se negó a recibirlos no pudo contenerse por mucho tiempo, minutos más tarde ella estaba correspondiéndolo, le permitía explorar la esencia de su ser.

A medida que ella se entregaba él tomaba más campo, pronto comenzó a acariciar su cuerpo con suaves movimientos, la tersa piel de la muchacha que se encontraba descubierta debido al sensual traje de baño hizo que los deseos del Inuyasha se incrementaran, con un movimiento más violento y desesperado cerró sus manos sobre los pechos de Ahome despojándola de la pequeña tela que los cubría su piel, ella al caer en cuenta sobre la situación volvió a forcejear para quitarlo de encima pero sus esfuerzos resultaron en su contra, ya que lo único que logró fue que el se acomodase entre sus piernas inmovilizándola aún más –No te resistas Ahome!! Te deseo demasiado y puedo sentir perfectamente que tú también sientes lo mismo-

Ahome sabía que tal vez él no se encontraba equivocado pero aún así, no estaba dispuesta a hacérselo saber y mucho menos ahora que estaba obligándola de esa forma –Estás loco!! Yo lo único que siento por ti es odio!¡ Te maldigo Inuyasha!-

La expresión del joven cambió y su rostro tomó un tono rojo de indignación y la sacudió bruscamente contra la cama –Ya
basta!! Eres una bruja!!! ¿Acaso disfrutas al lastimarme?-
¿Pero qué rayos estaba diciendo si él era el que se empeñaba en lastimarla? ¿No lo estaba haciendo en ese momento?

Entonces le contestó –Tú eres el que está lastimándose al verme como un objeto de tu propiedad- Se estremeció cuando las manos del hombre le apretaron con más fuerza los brazos casi al punto de lastimarla, entonces buscando amedrentar su ira agregó –Además tú estás creyendo lo que deseas creer, te dije que ese beso no era lo que parecía, pero tú has creído lo que has querido-

-¿Te tocó?- Ahome parpadeó ante la pregunta que se salía un poco del tema y que venía a acentuar su amargura, y la inducía a manifestarla.

-No, pero ¿qué importa si lo hizo? Tú no eres quien para meterte en mis asuntos!.

-No lo he sido hasta entonces pero esa situación va a cambiar!!! Y no puedes oponerte a lo que yo te haga, no permitiré que nadie más que yo te toque!.- Como para confirmar sus palabras, la mano de Inuyasha se cerró sobre el cabello para sostener inmóvil la cabeza de Ahome, y su boca se cerró sobre los labios de la Joven. Fue un beso irritado, de castigo y reclamo al mismo tiempo. A ella no le agradó. Le agradó todavía menos que hubiese una ola de calor en sus entrañas, como preparándose para afrontar una invasión más profunda.
Supo que no lograría nada en ese momento provocando su ira, las cosas empeoraban cada vez que ella daba rienda suelta a sus emociones, por lo que decidió cambiar de estrategia.

Aunque Inuyasha estaba demasiado seguro de lo que iba a hacer, estando encima de la chica rodó rápidamente, presionado con el bulto duro de su virilidad entre las piernas de Ahome ; y el pulso de la joven se acentuó, y sintió que sus entrañas se conmovían, y el corazón le latió desesperadamente. Él la observó sagazmente detallando su hermoso cuerpo, ahora desnudo ante él y después sus manos provocaron un jadeo tras otro mientras ascendían lentamente por el vientre femenino para cubrirle los pechos.
Capturó uno y lo llevó a la boca, y se inclinó para acariciar el tierno botón con su lengua antes de intentar que
toda la esfera redonda cupiese en su boca.
Ella Jadeó con el siguiente intento, y no advirtió siquiera que arqueaba el cuerpo para acercarlo más a Inuyasha, que
sostenía la cabeza del hombre en una suerte de llave, inconscientemente exigiendo más. –Inuyasha por favor!! No sigas!- le suplicó mientras sus ojos se cristalizaban al ver que su cuerpo ya no respondía a sus ordenes, él intentó inútilmente detenerse –No puedo Ahome… por favor déjame amarte- ella sintió que sus suplicas y esfuerzos eran inútiles y sólo dejó escapar unas lágrimas que se hicieron invisibles a la oscuridad de la habitación.

La necesidad de Inuyasha era excesiva, y en ese momento no dejaba espacio para atender ninguna suplica ni siquiera si
provenía de ella misma. Sus ojos no se apartaban de Ahome mientras intentaba desprenderse de sus propias ropas. Finalmente su virilidad quedó entre ellos, inflamada como si se tratase de acero con terciopelo, El aspiró con fuerza antes de gemir –perdóname Ahome, ya no soy dueño de mis actos- dijo como una disculpa a lo que iba a seguir y tomó las manos de la joven y las sujeto contra la cama para dominarlo todo, ella gimió ante aquella contención y después su cuerpo descendió para abrir los muslos de la muchacha, y a ella ya nada le importó, sólo aquel fuego que se disponía a penetrarla.
Sólo podía esperar que todo sucediera rápido, sabía lo que se avecinaba, podía soportarlo, ya había vivido algo similar con su amado Sesshomaru, aunque las circunstancias no eran iguales, ese recuerdo se le devolvió como un trago amargo que se disipó cuando sintió que Inuyasha finalmente se adentraba en su cuerpo, no resulto una experiencia dolorosa ya que el la había preparado para recibirlo, aunque ella no se sentía preparada para estar con otro hombre –Ahome te amo demasiado- gimió el en un suspiro entre cortado de una forma dulce, pero ¿Qué demonios decía? ¿Cómo podía decir que la amaba si la obligaba de una forma tan cruel a hacer algo que ella no deseaba? Esa frase turbó sus sentidos y en un tono frío respondió –Si me amaras realmente
serías incapaz de violarme como lo estás haciendo-
Inuyasha deteniendo sus movimientos pero sin retirarse de su cuerpo se acercó y le dijo en un todo ronco rozando con sus
suaves labios el lóbulo de su oreja –No me digas eso por favor, yo puedo sentir que tu cuerpo responde a mis caricias, eso no
es una violación o ¿acaso Vas a negarme lo que sientes también?- El cuerpo de la muchacha se endureció al oír esas palabras y sintió impotencia de ver que él tenía desgraciadamente la razón, pero ella no pensaba aceptarlo y mucho menos pensaba hacérselo saber a él –Mi cuerpo podrá traicionarme contigo, pero mi corazón y mi alma siempre van a pertenecer a Sesshomaru,
en cambio pediré todos los días hasta mi muerte que tu alma se pudra en el infierno!!!-
El muchacho rechinó sus dientes y sujetándola fuerte gruñó –¡¡¡pequeña bruja!!! Nunca permitirás que me acerque a ti, así mis
intenciones sean las mejores verdad?-

-Nunca! Te he dicho que te desprecio con todas mis fuerzas-

-Entiendo, entonces puedes entregarte a cualquier hombre excepto a mi!!-

-Si es lo que quieres creer así es- respondió ella en un tono desafiante.

Esas palabras hicieron que su actitud cambiara de forma iracunda ¿Por qué esa mujer se comportaba de esa manera tan tozuda?
¿Por qué insistía en rechazarlo si él deseaba hacerla feliz? Deseaba que ella lo amase, quería que fuese su esposa… pero no!
Ella prefería entregarse a cualquier hombre que no fuera él ¡Maldita mujer! Cómo podía sacársela de la mente si lo tenía
hechizado con su belleza, con su aroma, con su voz… definitivamente él parecía estar destinado a ser infeliz, pero esa noche, aunque fuese en contra de su voluntad, iba a ser suya… así sería. Entonces se arrojó sobre Ahome, empujó con dureza y con fuerza y la tomó de una manera violenta e implacable, no fueron más de 10 minutos y ella grito en la culminación, llegó antes que él y él continuó con tanta intensidad que casi se desmayó.
Estaba flotando en su extenuada satisfacción y se dejo caer sobre la joven, su sudor mojó las suaves mejillas de Ahome, cuya humedad se confundió con la de sus lágrimas.

Ahome había sentido una sensación exquisita, no podía negarlo, pero era una sensación impúdica y eso la perturbaba y llenaba de impotencia, poco había importado su voluntad, él la había obligado, no iba a perdonarlo nunca!! Bueno, al menos ella estaba convencida de eso entonces, sin embargo, en ese momento, yacía en la cama sin fuerzas al igual que él, era una agotación inesperada, ninguno de los dos tenía intenciones de separarse del otro hasta que alguien interrumpió ese momento tocando a la puerta

-Ahome! Inuyasha! ¿Están bien?-

-Claro que Inuyasha está bien! Debes hablarle a Ahome, pudo ocurrirle algo, Inuyasha estaba totalmente fuera de si- Respondió
una voz masculina que inmediatamente fue identificada por los dos.

-¡Miroku!- Dijo Inuyasha en voz baja levantándose de la cama –Maldición!- gruño cuando se dio cuenta de la incomoda situación ¡Había forzado a Ahome! Podía decirse que la había violado, miró a la cama hacia donde ella se encontraba y la atravesó al ver que ella se levantaba de manera violenta y se cubría con la sábana, tomándola fuertemente por un brazo
–Espera- le dijo -¿Piensas tenerme encerrada en tu cuarto para siempre? O acaso no fue suficiente con lo que me hiciste?-

-yo… - las palabras se atoraron en la garganta del muchacho, no era gratificante haberla tomado de esa manera ¿Pero qué
demonios podía hacer si la deseaba desde la primera vez que la había visto? Además ella lo había provocado ¿Por qué demonios tenía que ser una mujer tan libertina? Porque lo era ¿O no? –Ahome tú buscaste lo que ocurrió- fue lo único que se le ocurrió decir en ese momento y ahome no le dio ninguna otra oportunidad luego que le propinó una fuerte bofetada

-Eres un cínico Inuyasha!! No entiendo cómo pude pensar que tú…- Prefirió no decir nada mas, estaba demasiado alterada y no era para menos, al señalar a Inuyasha sentía cómo todo su cuerpo no dejaba de temblar…

-¿Qué ibas a decir? ¿Qué fue lo que pensaste de mi?- preguntó él tratando de que ella terminara la frase que había comenzado

-Ya no importa, no tiene caso-

-Dime- le ordenó mientras le apretaba más fuerte el brazo con una expresión dura.

Ella de un manotazo se soltó de su agarre –Muérete Inuyasha!!- terció y luego se puso el pequeño traje de baño y con una toalla puesta abrió la puerta, Inuyasha ya no pensaba detenerla, no tenía caso… Además ya no pensaba seguirle rogando, no era una muchacha que lo mereciera ¿O si? Maldición por supuesto que no!! Tal vez hasta se había acostado con Miroku, Sesshomaru y quien sabe con cuantos más…

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La tarde pasó rápido, Inuyasha había estado encerrado un buen rato en su habitación, al parecer Ahome no había dicho todo lo que había ocurrido a Sango ya que ella no había ido a reclamarle y tampoco Miroku… Él al igual tampoco se había preocupado en decirle lo que había hecho su adorado novio… No era su problema, además no tenía ánimos de verlos…
Sin embargo Miroku y ahome no corrieron con la misma suerte, su amiga Sango exigía una explicación y era AHORA!

-¿Qué miroku hizo qué?- rezongó Sango que miraba con indignación a su novio.

-Pero te juro que no fue mi culpa, yo sólo quería ayudar Ahome-

-¿Cómo crees que voy a creer algo tan descabellado Miroku? Yo sé que eres un mujeriego y siempre andas seduciendo todas la mujeres que se te atraviesan!! Pero… ¿Cómo pudiste propasarte con la pobre de Ahome?-
El joven desesperado y arrodillándose a los pies de su amada

-Te lo juro que esta ves si estoy diciendo la verdad!! Por
favor créeme T.T –
Sango estaba demasiado molesta como para darle crédito a sus palabras así que sólo sacudía la pierna para que Miroku la
soltara y dejara de besarla –Déjame en paz Miroku!! Dije que no voy a seguir contigo!!- -¿Además estás aceptando que todas la veces anteriores si has dicho mentiras???-

-Ohh no por favor! Las otras veces también eran ciertas ^^ es sólo que ésta ocasión en especial, es más cierta q todas- agregó con una sonrisa obligada.

Y antes de que Sango golpeara a su novio con un objeto de la mesa Ahome intervino benefactoramente -Sango él dice la verdad, yo fui la que lo obligué para que me besara-

Sango abrió los ojos como platos aunque igual no confiaba plenamente en sus palabras –Ahome no tienes por qué defenderlo, además no lo iba a golpear tan fuerte-

-Es cierto- repitió ella y le pidió a Miroku que las dejase solas, él accedió desinteresadamente sin quejarse y luego ella contó todo lo que había pasado por su mente antes de haber pensado hacer lo que había hecho, contó cada detalle a excepción de lo que había ocurrido con Inuyasha… sólo contó su reacción anterior pero ocultó lo que él le había hecho. Era lo mejor –pensaba- no quería preocupar a el señor Inutaisho y mucho menos a Izayoy, ellos habían sido demasiado buenos con ella, además ella pensaba volver muy pronto a Tokyo, para estar lejos de Inuyasha.
No podía hacerlo de una vez porque Inutaisho le había
advertido que no era conveniente, aún había muchas cosas que arreglar antes de que ella pudiese regresar. Maldición!! Todo era por ella ser un clon? ¿Por qué había tenido tan mala suerte? ¿Por qué tenía que ser ella un clon? Por esa razón carecía de libertad, por eso Inuyasha quería doblegarla, por eso las personas querían acabar con su vida y por ello también estaban muertos sus amigos y su querido Sesshomaru…

Cuando ahome terminó de contarle todo a su amiga ella no pudo contener su risa, entonces ahome se quedó mirándola
desconcertada, no esperaba esa reacción de ella, Sango al ver la cara de su amiga dejó escapar una risotada aún mayor –¿Te volviste loca?- preguntó ella con algo de timidez en su tono Sango calmó su risa y le explicó –No puedo creer todo el desastre que se armó en media tarde que estuve ausente-

-Entones no te molestó que besara a tu novio-

-Debo confesarte que en un principio sentí celos, pero entiendo que lo hiciste por otras razones, además dijiste que con eso despejaste tus dudas sobre Inuyasha… eso quiere decir que aceptas que sientes algo por él -¿o me equivoco?

Ahome guardó silencio por unos momentos, tratando de ocultar el desagrado que le producía recordarlo, ella le había
asegurado a su amiga que él no le había hecho nada… pero ¿podría ocultárselo siempre?

-¡Ahome!- llamó Sango para tratar de sacarla del estado absorto en el que se había sumergido -¿Qué te ocurre?-

-No… nada… es sólo que me siento muy mal por lo que hice, no debí besar a Miroku, estuvo muy mal- mintió tratando de ocultar las verdaderas razones.

-Tranquila!! No te preocupes por eso Ahome, sólo espero que no vuelvas a hacerlo, debes entender que no está bien-
-Si… no te preocupes… puedo irme a descansar? Es que este día ha sido realmente agotador-

Sango le dio una mirada suspicaz, sabía que algo le estaba ocultando, aunque sabía que no le sacaría nada en ese momento así que solo asintió con su cabeza –De acuerdo ahome, si necesitas algo no dudes en llamarme-

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Los días siguientes fueron muy aburridos, en especial para Ahome, ya no nadaba en las tardes como acostumbraba a hacerlo, a veces no comía a las horas para evitar encontrarse con Inuyasha, de hecho, casi no salía de su habitación. Inuyasha había tomado una actitud parecida, pero en las escasas ocasiones que se encontraban apenas cruzaban miradas y pequeñas palabras.
A Sango no le agradaba de ninguna forma esa situación, estaba empeñada en ser la cupido entre esos dos, a su parecer, hacían la pareja perfecta por tanto no había motivo para que estuviesen separados.

Buscando cumplir con su objetivo ideó una forma que
según ella suavizaría las asperezas de ambos. Había llegado su cumpleaños y aprovechandose de esa carta a su favor les
propuso algo a lo que no podrían negarse, no si tomaban en cuenta que se trataba de su dulce amiga Sango.

Miroku no titubeo en aceptar su propuesta y era mejor que así fuese, Sango lo tenía fichado. Ahome no pudo rechazar la
invitación y a pesar de que no deseaba compartir con Inuyasha de cerca, no podía negarse a los deseos de su amiga si era su cumpleaños, además aún estaba apenada por lo que había sucedido con Miroku, de alguna forma debía enmendarse.

Inuyasha por el contrario si resultó un verdadero problema, Sango no tenía ninguna ventaja sobre él más que su amistad y esas razones, al parecer, no eran sufientes para persuadir la insensatés del muchacho.

-Demonios! dije que lo siento Sango... pero no puedo ir, entiéndeme! No quiero ir con ese imbécil de Miroku y mucho menos con... esa mujer- alegó con un tono taciturno.

Sango apuntándolo con una mirada inquisitiva se le acercó -Te refieres a Ahome?- Inuyasha la miró con incomodidad y caminó hacia el otro lado de la sala dándole la espalda
-Crees que el la forma de ganártela?- -eres un tonto Inuyasha!! lo haces todo al revés- -Mira!! yo te pienso ayudar con ella- ¡Déjamelo todo a mi!-

Inuyasha tomó su cabeza,abrumado -Ayudarme?- mofó -Creo que te has perdido de muchas cosas Sango, entre Ahome y yo no hay futuro. Ella me odia-

-No seas tonto!!- reprendió sango -Hazme caso!! yo sé que le gustas a Ahome, es sólo que ella está confundida y afectada
todavía por la muerte se Sesshomaru, debes entenderla-

Inuyasha bajó su mirada y recordó la muerte de su hermano, sin duda era algo que también lo afectaba demasiado, aunque
trataba de no recordar -No deseo hablar de eso- dijo y con pasos rápidos se dirigió a a la puerta -Entre Ahome y yo no
existen oportunidades, ella ama a Sesshomaru y aunque yo fuera el último hombre sobre la tierra, creo que ella seguiría rechazándome-

Sango se quedo pensativa, y vinculó la actitud de Inuyasha con la verdad parcial que le había contado su amiga Ahome
-Sé lo que ocurrió ese día Inuyasha y sé perfectamente las razones que impulsaron a Ahome a hacer lo que hizo-

-Son más que obvias!!- respondió irritado -A esa mujer no le interesa verme arrastrado a sus pies implorandole amor!! sólo le importa estar con cualquier hombre que no sea yo!!! y merezco esa suerte! es mi calvario- reiteró tirándose en uno de los sillones.
Sango ignorando la actitud cerril del muchacho, se sentó a su lado y lo obligó que la viese llamando su atención con una pequeña patada en el tobillo -Inuyasha!! Ahome lo hizo por confusión!! escúchame bien -le ordenó y él, de manera
arregañadiente, sin decir nada, se limitó a orírla
-Días antes del problema que tuvieron ustedes, Ahome se había acercado a mi en una oportunidad pidiéndome consejos, ella estaba muy confundida, me confesó que se sentía mal, era una culpabilidad que la traía enferma, me contó que alguien la había besado y ella había sentido un hormigeo parecido a el que sentía con Sesshomaru- Sango sonriéndole -¿Sabes lo que significa eso?

El muchacho arrugó el ceño y con una mirada fría gruñó -Eso significa que soy un completo idiota!! maldición!! -Se levantó
furioso -Esos dos tenían un romance furtivo y yo como un estúpido detrás de esa mujer!!... pues merecía lo que le hice!!-
Sango lo tomó fuerte del brazo y le propinó una mirada que helaría a cualquiera -Deja de decir estúpideces!! no seas tonto!!! Yo me refería a ti!!! Ella llegó a mi regazo porque el beso que le robaste una noche le había hecho arder las entrañas! ¿Entiendes eso o deseas que sea más clara contigo?-

Ante esas palabras Inuyasha quedó atónito y tartamudeando se aventuró a preguntar -¿Pe.. pero entonces por qué besaba a Miroku? Sango dejó escapar un suspiro -No creas que fue algo de mi agrado... dígamos que me mostré comprensiva ya que conozco demasiado a Ahome, lo suficiente para asegurar que esa descabellada idea salió de su inocencia e inexperiencia, entiende Inuyasya!, Ahome es una mujer que es adulta sólo en apariencia, apenas ha vivido aproximadamente dos años, existen muchas cosas, reglas y costumbres que ignora-

-no entiendo a dónde quieres llegar con eso-

-¿Escuchaste las razones que ella quería darte antes de que la gritaras y la arrastraras hasta tu cuarto para intimidarla?-
Inuyasha no dijo nada... no sabía que Ahome había ocultado parte de la verdad, sólo hizo una negación con su cabeza

-Ahome...- continuó ella -Sintió la curiosidad de aclarar lo que sentía por tí, ella pensó que al besar a Miroku conseguiría la respuesta a sus interrogantes, es decir, quería comprobar si sentía lo mismo al besar cualquier hombre-

-pero eso es una locura!!-

-Locura era pensar que se podría crear una persona geneticamente idéntica a otra a partir de un resumen molecular o una prueba de ADN y te preguntó ¿Estamos locos?-

Totalmente confundido, se dejó desplomar sobre el sillón del que se había levantado y con inseguridad preguntó -Y... te dijo qué fue lo que descubrió?
Ella dejó escapar una sonrisa y en una actitud altiva le contestó-Si... efectivamente-

Inuyasha se armó de valor, temía ilusionarse aunque fuera un segundo, necesitaba esa respuesta, tenía que conocer lo que
ahome había sentido -Te suplico me digas lo que ella te contó-
-Mi respuesta depende de ti Inuyasha- -Por favor sango, no me dejes con ésta duda que me carcome por dentro- suplicó él -Yo haré lo que me pidas-

-¿Hasta acompañarnos a la costa mañana?- se adelantó ella... ¿Qué demonios importaba ya el orgullo? por supuesto que iría, así que sin titubear respondió -Claro!-

Sango sonrió de satisfacción, todo se adaptaba a sus planes -Que bueno!! ya verás que no te arrepentirás vamos a...-

Inuyasha la interrumpió -Aún estoy esperando la respuesta- Sango lo miró irritada ¿Dónde estaba el sentido común de los hombres? Por Dios!! Era más que obvia la respuesta ¿Acaso se ofrecería ella a ayudarlo si supiera que su amiga lo detesta? Vahh Hombres!!! Nunca perciben nada aunque la verdad se les estrelle en las narices- pensó para sus adentros y suspiró -Inuyasha!! por supuesto que ella no sintió nada al besar a miroku, eso quiere decir que tú no le eres indiferente, ella siente algo por ti-

-¿Amor?- preguntó con el rostro iluminado, realmente sentía que asu corarzón quería salir, era la primera vez en mucho tiempo que experimentaba esa emoción

-No lo sé inuyasha- Sango no podía crear falsas esperanzas en él, sabía perfectamente que ellos se atraían, pero el amor
dependería de muchos otros factores -Sabes perfectamente que el amor no nace tan rápido, es un sentimiento que debes cultivar y eso lleva tiempo

-Ahhg...- se quejó Inuyasha como si se le hubiese infligido una herida, su rostro palideció y sus ojos perdieron el brillante
resplandor que habían tomado hace un momento -Te sucede algo?- preguntó sango preocupada -pasa que arruiné todo!! estoy seguro de que maté cualquier sentimiento que hubiese nacido en ella hacia mi - La joven muchacha no entendía a qué se refería con esas palabras, entonces preguntó lo que había ocurrido e Inuyasha no se negó en explicarle detalles, todo lo que había sucedido lo relató sin importar las razones por las cuales ahome lo había ocultado.

Sango no podía dar crédito a lo que escuchaba, parecía increíble, nunca hubiera creído que inuyasha fuese capáz de tal atrocidad!!! ohh por Dios! eso sí que complicaba las cosas -¿Pero cómo pudiste hacer eso Inuyasha?-

-ES que yo... yo estaba muerto de celos, no sabes lo que sentí cuando la ví besando a mi mejor amigo.. sentí ganas de matarlo!!! pero igual me contuve... pero ella, ella avivaba mi furia, ella me retaba a hacerlo!!! no sé, ¡¡demonios!!- explicó tomándose el cabello desesperado y arrepentido -Creo que es mejor que me vaya de aquí!! todo está perdido!!! Mañana regresaré a tokyo. No deseo seguir arruinando la vida de Ahome-

-Ella te correspondió?- Él miró a Sango desconcertado ¿A qué venía ese cambio de tema? -¿Eso qué importa ahora?-

-Sólo respondeme Inuyasha!!- ordenó ella sin dar otra explicación, él sin entender acató la orden -No podría asegurártelo Sango... pero yo sentí respuesta de su cuerpo... aunque ella lo negaba, sentía que lo disfrutaba tanto como yo-

sango tras un momento de silencio le dijo -No te irás a ninguna parte... aunque no apoyo lo que hiciste ¡Y TE RECOMIENDO QUE
NO VUEVAS A REPETIRLO!- Le aclaró -Debo decirte que según lo que me dices tienes mucha oportunidad!!, además, estoy segura que me lo ocultó porque no quería que le hiciera la misma pregunta que te hice a ti, ella no acepta lo que siente por ti, eso
es lo que debemos cambiar-

-¿¿Pero cómo rayos haremos algo así después de lo ocurrido??-

-Tú sólo debes hacer caso a lo que te digo y seguir mis instrucciones al pie de la letra!!-

Y así fue... Sango no había aprobado la actitud de Inuyasha... era un acto punible, aunque también comprendía la frustración
que había sentido él al ver a ahome en esa situación y ella no había actuado de la mejor manera, en definitiva, ambos tenían la culpa en parte. Además sabía que esa situación tenía arreglo y mucho más ahora que conocía la impresión de Inuyasha.

Al fin amaneció, todos complacieron a Sango en su día de cumpleaños... No estaba tan mal como habían pensado, era un hermoso día, iluminado por un cielo totalmente despejado con un sol radiante. Ahome estaba facinada por el paisaje, desde que la habían llevado a esa isla no había salido de la casa, sólo contemplaba el paisaje desde la terraza pero jamása había visto la playa tan cerca, ni mucho menos había sentido el agual del mar.
Aunque él continuaba allí, ese hombre que sin ninguna
contemplación se había burlado de ella y además había actuado siguiendo sus instintos sin importarle lo que ella sintiera. ¡Desgraciado!

-¿Deseas una fruta?- le sorprendió inuyasha sacándola de la ensoñación en la que se hallaba sumergida y lo vió cerca de ella con una bandeja llena de deliciosas frutas frescas cortadas de una manera muy delicada, Ahome al razonar lo que ocurría arrugó la frente enfadada -Eres un cínico Inuyasha! aléjate de mi! no quiero nada que provenga de ti, déjame en paz!- y se levantó para marcharse en dirección de sus amigos pero él la sostuvo del brazo -Te suplico me dés una oportunidad, necesito disculparme contigo-

-¿Disculparte?- preguntó ella enfadada -Eso no arreglará las cosas, lo que hiciste no se repara con una disculpa y una bandeja de frutas! es mejor que me sueltes si no quieres que comience a gritar ahora mismo-

Ante tal advertencia el joven aceptó sin protesta pero antes de que Ahome se alejase más de dos pasos él musitó -Te suplico
me perdones, siento mucho lo que sucedió, es que los celos no me dejaron pensar ni escuchar razones más que las que habían testiguado mis ojos yo...-

-Yo lo siento mucho más que tú Inuyasha!- interrumpió Ahome -Tú padre me envió a este lugar para que estuviese protegida de las personas que querían herirme por ser diferente, pero nunca se imaginó que me pondría junto al peor de los agresores, un hombre que está loco!!-

-Si!! no te lo niego, estoy loco Ahome, pero tú eres parte de las razones que me han hecho perder la razón!! te amo! te amo demasiado y aunque lo intento no puedo cambiarlo- repitió el con desesperación y angustia, ella por unos omentos sintió compasión de él, pero no le iba hacer saber que ella tenía ese tipo de sentimientos, lo único que él conocería de ella era su odio y nada más! bastánte daño le había ocasionado -Tú no conoces el significado del amor, así que no uses esa palabra conmigo-

Inuyasha bajó la mirada con desaliento, aparentemente ella nunca lo perdonaría y eso no podía cambiarlo, entonces como una última súplica -Pídeme lo que sea, que soy capáz de complacerte a cambio de una gota de tu comprensión-
Ahome con una sonrisa que él no supo descifrar, se acerco de una manera que podía describirse como inocente y sensual a la vez.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca, sólo a pocos centimetros de su rostro, las enormes ganas de besarla volvieron a nacer en su pecho, la fuerza que debía ejercer para controlar sus instintos era abismal, al punto que comenzó a temblar y una gota de sudor resbaló por su frente y él conocía perfectamente que no se debía al calor de la playa y al igual que él, Ahome notó el efecto que producía en Inuyasha, era demasiado evidente, lo que hizo que una sonrisa de satisfacción revelara lo que sentía, claro que debía satisfacerla ese tipo de reacciones de Inuyasha ¿o no? por supuesto que si! -pensaba- él tenía que pagar lo que le había hecho y eso no era nada comparado con lo que se merecía ese patán, ella estaba decidida a que él jamás tendría el placer de tenerla de nuevo, sin importar lo que ella sintiera, que estaba segura que no era amor, al menos eso creía -¿Dices que cumplirías cualquier cosa que te pidiera?

Inuyasha trago saliva dolorosamente, sabía que el brillo en los ojos de la muchacha no destinaban un buen augurio para él -Todo lo que pidas- rartificó a la muchacha bajándo la mirada y esperando nervioso su petición

Ahome tomó un respiro como preparándose para jactarse de su idea y luego lo soltó con una actitud lacerante -Quiero que no vuelvas a hablarme, ni siquiera mirarme y si es posible puedes hacerme el favor de morirte Inuyasha!-

Los ojos de Inuyasha perdieron todo destello de color, increiblemente habían tomado un tono grisáseo carente de brillo, el rostro de el joven cambió tan drásticamente que el dolor asemejó el rostro de él al de su querido Sesshomaru... Era cierto que eran hermanos, pero jamás había visto una similitúd tan desmesurada, la sorpresa de Ahome se notó en su expresión y por un momento quedó inmóvil, unas ganas enormes de consolarlo se apoderaron de su ser, pero ¿Sólo se debía al parecido que había tomado con su hermano? o talvés se trataba de remordimiento hacia el propio Inuyasha?... No podía saberlo y de deberse a la segunda opción no lo aceptaría, al menos no en ese momento.

Sango había observado detalladamente todo lo que había ocurrido y a pesar de que se encontraba a una distancia considerable, había leído casi toda la coversación en sus labios y lo que no llegaba a descifrar de tal manera lo entendía en sus expresiones, se le hacía demasiado sencillo ya que ella era muy intuititiva y además de ello los conocía a ambos como la palma de sus manos -Demonios! Ahome es demasiado obstinada!-

-A qué te refieres mi amor?- preguntó Miroku que no se había fijado de nada por estar abanicando a su novia, ella le echó una mirada altiva y pensó en no responderle, después de todo lo había castigado convirtiédolo en su esclavo hasta nuevo aviso pero en ésta ocasión hizo una excepción -Me refiero a que Ahome no ha perdonado a Inuyasha, es demasiado terca! debería reconsiderarlo, él la quiere mucho y yo sé que la hará feliz si se lo permite, para eso somos las amigas, para ayudarnos a
encontrar la felicidad-

-Es normal que ella no lo perdone, él le hizo daño, yo sé que es mi amigo pero después de lo que hizo lo desconozco- respondió el con algo de encogimiento y en voz baja pero Sango llegó a escucharlo.

-Claro te refieres a lo que hicieron, eso es algo normal entre dos personas que se gustan-

-pero no fue acuerdo de ambos!! él la tomó a la fuerza... él...- Miroku se quedó callado al ver el rostro de enojo de su
novia.
-Entonces tú lo sabías y me lo ocultaste!!!- gruñó ella quitándole la rama con la que la estaba abanicándola y
pegandole con ésta -Perdóname mi amor- respondió él lloriqueando y sobándose la cabeza -Ahora dormirás en el piso!! ¿Cómo pudiste ocultarme algo a mi?-

-Mi amor es que no entiendes, ahome me lo pidió, me hizo prometerle que no te dijera nada-

-¿Pero por qué ella pediría algo así? yo soy su amiga!-

-A ella le daba mucha verguenza, pero no me explicó muy bien la razón, sólo mencionó algo de que tú te empeñarías en unirla con Inuyasha y que eso no lo iba a aceptar-

Sango se quedo pensativa... eso era cierto, si Ahome le hubiese contado la habría obligado a decir lo que ella había sentido al estar con Inuyasha y como era Ahome de terca seguramente habrían discutido, ella sonrió satisfecha, eso significaba que estaba acertada en sus suposiciónes, esos dos terminarían junTos ^^

-Mi amor, ¿Ya no estás molesta?- preguntó Miroku al verla sonreir sola
Ella cambió su sonrisa de satisfacción por una maliciosa -¿Por qué habría de estar molesta ahora tendré la cama grade para mi solita- y soltó una gran risotada

Miroku soltó un suspiro y se limitó a seguirla abanicando esta vez con mas dificultad ya que la rama estaba rota

::::::

Ahome e Inuyasha se habían unido al grupo, todos estaban conversando y compartiendo, reían al escuchar las quejas de miroku sobre el trato de su patrona, bueno... todos a excepción de Inuyasha que parecía estar en otro mundo.
Ahome trataba de no mirarlo porque a pesar de que ya no era tan evidente la similitud de los hermanos, sus ojos aún no
volvían a la normalidad, sentía nervios al mirarlo, por suerte, la mirada de él no se posaba en ella desde que habían terminado aquella discusión.

La jovén finalmente sintió remordimiento, después de todo no era una persona que disfrutaba al dañar a los demás, a pesar de que había querido en un principio lastimarlo ya no le estaba haciendo mucha gracia la situación. -Voy a caminar un rato- dijo mientras se ponía de pie y sacudía la arena de su pequeña falda, Sango la miró y sólo asintió moviendo su cabeza, deseaba decirle a Inuyasha que la acompañara pero sabía que sería inútil en ese momento, nínguno de los dos aceptaría, los conocía demasiado bien.

Miroku la miró preocupado y miró a Sango como diciéndole ¿La vas a dejar ir sola? Es demasiado peligroso! Sango también
respondió su mirada, una más gráfica aún que la de él -¡No te atrevas a ofrecerte a acompañarla! Es mejor que cierres la
bocota!!-

Pero aunque ninguno de los dos dijo nada, ahome se adelantó diciendo -Iré sola, quiero relajarme un poco- sango le sonrió respondiendo -Claro amiga, sólo trata de no tardar demasiado, nosotros estaremos aquí esperando.-

Sango conocía perfectamente bien a Inuyasha, si le decía de una vez que fuera tras ella se negaría rotundamente, sólo esperó, una, dos, tres horas, se hacia muy tarde y ella no regresaba, ella notaba su preocupación, estaba muy impaciente, pero aún así había que darle un empujoncito y ella se encargaría de ello -Inuyasha... hace más de cuatro horas que Ahome salió de aquí, estoy muy procupada por ella ¿No crees que deberías buscarla?-

Él con una sonrísa irónica y con algo de meláncolía respondió
-Dudo que le agrade la idea de que yo la busque, ¿Por qué no le dices a Miroku?-

Miroku se levantó y se sentó de nuevo obligado por el dolor de un puntapie que le propinó su cariñosa novia -Miroku no puede ir a ninguna parte, me dijo que hace rato se había lastimado el tobillo y no puede caminar bien ¿No es verdad mi cielo?- le preguntó sarcásticamente

-Si, es cierto, Me duele mucho, tú si que me conoces "mi amor"- respondió el quejándose ¿Hasta cuándo Sango seguría castigándolo? -Hasta que esos dos estén
juntos- le respondió ella al oído, sin que Inuyasha escuchara

Miroku pensaba que Sango si que era impresionante, aveces hasta le daba miedo ¿Cómo era posible que le leyera los pensamientos?... se preguntó dejándo escapar un suspiro de resignación.

Inuyasha dudó mucho hacer caso de la chica, se sentó y espero unos momentos más, no era normal que Ahome tardase tanto, ¿Y si había sido víctima de un robo? ¿O se había metido al mar y le había pasado algo? ya casi iba a anochecer, ella no conocía el lugar quizás estaba perdida... ¿O si algún rufian se había aprovechado de ella?... ¡Rayos! por más que intentaba no pensar en ello era inútil! ¿Por qué no simplemente podía olvidarla? Ella se lo había pedido, bueno, le había pedido que desapareciera para siempre... que gracioso, él también había coincidido con ella, talvés lo mejor era terminar con todo, él no merecía vivir, era un ser despreciable, hace tres años atrás jamás habría pensado que terminaría así... ¡Que asco de vida! Miró el orizonte y ella aún no aparecía... en menos de dos horas el sol daría paso a el anochecer ¡no puedo esperar más! -pensó- levántandose y volteándose hacia sus amigos -Iré por ella- les dijo mientras tomaba una navaja de su bolso, por si tenía que luchar contra algún rufian, no conocía las razones por las cuales ella no regresaba así que era mejor que fuese prevenido.

:::::::

Caminó varios minutos por la costa, no habían rastros de ella, cada minuto que pasaba incrementaba su angustia ¡Ahome por Dios... espero estés bien! repetía mirándo hacia todos lados, pero no la veía en la playa, ni en la orilla.
Él no había pensado en llamarla ya que si ella escuchaba su voz seguramente se escodería más rápido pero, ya había decidido desistir de su idea, ya le parecía inusual su desaparición.

Ahome mientras tanto se encontraba en un hermoso pero resguardado lugar, había caminado bastante para encontrarlo, pero valía la pena, era espectácular!. Se trataba de una hermoza posa de agua dulce procedente de las corrientes internas de las montañas que desembocaban allí. El agua era muy fría aunque ahome había nadado tanto que había olvidado ese detalle, sus ropas yacían sobre una roca, no había resistido la tentación de nadar libre y sin ataduras... con nada más que la cubriese más que su suave y dorada piel tostada por el sol. Era una sensación tan placentera que había olvidado el pasar del tiempo, para ella todo se había ongelado en ese momento hasta que escuchó su voz.

¡Rayos! si!! no podía equivocarse, él estaba llamándola y su voz se acercaba cada vez más. Sintió que el corazón se subía a su garganta, ella estaba desnuda y él se acercaba, era terrible! no quería que le hiciese daño de nuevo así que nadó fuertemente hasta la roca en que se encontraba su ropa y salió del agua, no había tiempo de vestirse así corrió hacia el primer lugar donde pudo ocultarse para así ganar tiempo.

A pesar de que la famila de Inuyasha tenía mucho dinero y vivía en la ciudad, su padre les había enseñado desde pequeños el arte de la caza, para Inutaisho era importante agudizar los sentidos ya que él aseguraba que eso les ayudaría en cualquier situación, hasta en los negocios de ser necesario. Por tal razón esa tradición se había sucedido a través de muchas generaciones por lo que al muchacho se le facilitó escuchar el movimiento entre las hojas... sabía que se trataba de una persona, no podía asegurar que fuera ella pero aún así se acercó al lugar... tuvo que bajar entre las rocas y quedó fascinado con el hermoso paisaje y el relajante sonido de la naturaleza, pero sólo por un momento ya que algo llamó su atención, como lo había supuesto, habían pisadas recientes, se veía con facilidad hacia donde llevaban.

Ahome que se había escondido en una especie de ubral de rocas ya estaba vestida pero aún así esperaba silenciosa que él se cansara y se fuera de allí. Pero no había ocurrido lo que ella esperaba él estaba caminando hacia ella ¿Cómo era posible que tuviese tan mala suerte? ¿Por qué él la estaba buscando y no los demás? ¿Y cómo de tantos lugares había dado exactamente con su paradero?...

-¿Ahome?- Preguntó el al ver una persona entre la sombra de las rocas, no podía verla muy bien pero aún así esperaba que se tratase de ella, Ahome pensó que él la había reconocido de inmediato y le gritó -¿Qué rayos haces aquí?-

-Estaba preocupado por ti, pensé que te había sucedido algo malo... no pude contenerme de venir y asegurarme que estabas bien- repondió el mirándola de una forma muy amable, realmente parecía preocupado y se acercaba cada vez más a ella

-Aléjate!- le advirtió -No quiero que te me acerques y mucho menos ahora que estoy sola-

Inyasha en un gesto de molestias -Ahome por Dios!! yo no soy un mounstruo!! no voy a acerte daño! preferiría morir antes
que..- -¡¡Cállate!!- interrumpió la chica saliendo de la oscuridad -¿Cómo te atreves a decir eso? ¿Acaso olvidaste la forma en que me trataste hace unos dias? y lo que me hiciste?-

Él tomándose le la cabeza y tratándo de hacerle entender que él no había actuado así de no haber presenciado aquella escena -Ahome es que no entiendes!! yo siento mucho lo que hice... por favor perdóname! no pude contener mis celos-

- Tú no tienes por qué tener ese tipo de sentimientos hacia mi!! entiéndelo! yo nunca te voy a amar como lo hice con
Sesshomaru-

El rostro de Inuyasha cambió esta vez, pero Ahome no pudo descifrar su expresión, no parecía desolada como la vez anterior en que habían discutido y tampoco parecía estar molesto que era lo que ella esperaba ver después de decir esas palabras, el parecía... ¡Era inútil! no sabía qué podía estar pasándo por su mente.

-No te muevas- fue lo único que él dijo y luego metió la mano en su pantalón sacándo una navaja

-¿Qué te sucede Inuyasha- preguntó ella totalmente nerviosa ¿La mataría? ooh por Dios! hasta qué punto llegaría la locura de éste hombre? -¿Qué piensas
hacerme?- volvió a preguntar en un intento de hacerlo razonar.

Inuyasha acercándose lentamente como para no alarmarla y empuñándo su arma -Ahome por lo que más quieras, te suplico no vayas a moverte, lo hago por tu bien-

-Por mi bien?... Ohhh Dios!!! se volvió completamente loco!!! ¿Cómo podía razonar con alquien así?- pensaba, cómo ella no
deseaba corresponder su enfermo amor se desharía de ella... era lo más lógico, por eso le temía. Pero eso si... no pensaba
facilitarle las cosas, si iba a morir lo haría luchándo, sólo debía dejar que él estuviese lo suficientemente confiado como
para ella aprovechar el momento perfecto de atacarlo. Era un plan algo desesperado pero no tenía tiempo de pensar en nada más.

El chicó se abalanzó sobre ella con su arma pero entre lo nervios, Ahome no notó que el ataque no iba dirijido a ella, se
trataba de una serpiente que estaba a punto de arremeter contra ella posada sobre una rama muy cerca de su cabeza, el logró tomarla pero cuando se dipuso a matarle Ahome le propinó un fuete golpe en el estómago que lo hizo flaquear y soltar la serpiente, entre el dolor Inuyasha empujó lejos a Ahome para evitar que el reptíl la atacase ahora que se encontraba perturbada, sabía que atacaría a quien se encontrase más cerca y así fue, los ponsoñosos dientes de la serpiente fueron a dar en la pierna del muchacho, él dejó escapar un quejido junto con una expresión de dolor.
No supo si fue obra de su imaginación, pero sintió como una gran cantidad de veneno se introducía por sus venas, tomó de nuevo a la serpiente y atizó su navaja hacia la cabeza cortándosela de un solo esfuerzo.

Ahome tirada aun lado no entendía bien lo que había ocurrido,
corrió hacia donde se encontraba Inuyasha y observó la herida que despedia un poco de sangre y luego observó el cuerpo del
reptíl que aún se movía sin cabeza en las manos de Inuyasha...

Ahome se llenó de nervios y preguntó -¿Qué es eso?- -Es una... ser-piente y muy venenosa Ahome... no vuel-vas a venir sola... a un lugar como este, es hermoso pero... hay mucho peli-gro... y ya no estaré para protegerte- le dijo con una sonrisa frágil -¿A qué te refieres con eso?-

Él sin quitar su mirada de ella aún sin perder aquellos tonos grisáseos que escondía su resplandeciente color dorado -Creo
que finalmente te haré feliz al menos una vez-
Ella sin entender -¿Qué dices? no entiendo a qué te refieres...-

Imprudentemente el chico se levantó y guardó la serpiente en una pequeña bolsa, -Debemos regresar, si encontramos esta
serpiente es muy probable que hallan muchas más en éste lugar, es muy peligroso para ti- Subió con mucha dificultad el risco, Ahome en varias oportunidades tuvo que ayudarlo para evitar que cayese. Su respiración era muy corta y rápida, sudaba más de lo normal... cuando finalmente estuvieron arriba el se sentó, se veía muy agotado -Ahome...- le dijo
-Realmente te pido perdón por el daño que te hice, fui un imbécil- Ahome contuvo las ganas de llorar -No digas tonterías, por mi culpa ese
animal te hizo daño, debí confar en ti-

Él le dio una sonrisa tranquilizadora -Era normal que no lo hicieras, yo te había lastimado una vez y pensaste que volvería a hacerlo, no te preocupes Ahome -le repitió tomando su mano y dándole un pequeño beso -...yo tampoco deseaba seguir viviendo-

Ahome lo soltó aterrada y se llevó las manos a la boca, ya sabía a qué se refería con eso de hacerla felíz!!!

FLASH BACK

Inuyasha bajó la mirada con desaliento, aparentemente ella nunca lo perdonaría y eso no podía cambiarlo, entonces como una
última súplica -Pídeme lo que sea, que soy capáz de complacerte a cambio de una gota de tu comprensión-
Ahome con una sonrisa que él no supo descifrar, se acerco de una manera que podía describirse como inocente y sensual a la
vez. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, sólo a pocos centimetros de su rostro, las enormes ganas de besarla volvieron a
nacer en su pecho, la fuerza que debía ejercer para controlar sus instintos era abismal, al punto que comenzó a temblar y una
gota de sudor resbaló por su frente y él conocía perfectamente que no se debía al calor de la playa y al igual que él, Ahome
notó el efecto que producía en Inuyasha, era demasiado evidente, lo que hizo que una sonrisa de satisfacción revelara lo que
sentía, claro que debía satisfacerla ese tipo de reacciones de Inuyasha ¿o no? por supuesto que si! -pensaba- él tenía que
pagar lo que le había hecho y eso no era nada comparado con lo que se merecía ese patán, ella estaba decidida a que él jamás
tendría el placer de tenerla de nuevo, sin importar lo que ella sintiera, que estaba segura que no era amor, al menos eso
creía -¿Dices que cumplirías cualquier cosa que te pidiera?
Inuyasha trago saliva dolorosamente, sabía que el brillo en los ojos se la muchacha no destinaban un buen augurio para él -
Todo lo que pidas- rartificó a la muchacha bajándo la mirada y esperando nervioso su petición
Ahome tomó un respiro como preparándose para jactarse de su idea y luego lo soltó con una actitud lacerante -Quiero que no
vuelvas a hablarme, ni siquiera mirarme y si es posible puedes hacerme el favor de morirte Inuyasha!-

FIN FLASH BACK

-No! yo no lo decía en serio Inuyasha! yo estaba muy molesta pero no quiero que mueras- replicaba ella mientras trataba de hacerlo levantar -No te vas a morir Inuyasha! tienes que ser fuerte! te llevaré donde los muchachos y ellos te llevarán a un médico todo estará bien- se decía más para ella que para él, pero era inútil Inuyasha daba dos pasos y volvía a caer al suelo

-No puedo más...- sururró él y ella sintió que esas palabras se le incertaban en su corazón, ya no quería ver más muertes y mucho menos la de él... no sabía qué le sucedía pero por nada del mundo quería perderlo ahora que sabía que no era tan malo después de todo.

 

Re: LAGRIMAS DE SANGRE (completo)

Pues si, coloqué ésta discusión porq mi otro fic fue descompletado. aunque no me cambié completo para acá ya que todos siguen entrando es a la otra discusión, así que tendré que seguir llevando ambas :P... bueno aqui les dejo los ultimos capítulos que por supuesto están publicados también en la otra discusión de lágrimas de Sangre...

Capítulo XXXIII “Un amor a las orillas de abismo”

Ahome no podía creer que la suerte hubiese cambiado de tal forma, cómo imaginar que de un momento a otro Inuyasha pasaría de estar bien a estar al borde de la muerte… y aunque ella no sabía bien lo que estaba ocurriendo, podía presentir la gravedad del asunto, no era necesario tener conocimientos médicos para deducir que el muchacho podía morir en cualquier momento, su semblante era lúgubre, pálido y cada vez empeoraba, era un momento parecido al que había vivido con Koga en esa horrible tumba…

-Inuyasha por favor! Levántate!!!- Le suplicaba ella angustiada, pero Inuyasha no podía respirar, sentía el pecho presionado y conocía perfectamente las causas, el veneno de la serpiente había ocasionado una contracción de los músculos de todo su cuerpo como era común en estos casos y eso incluía los pulmones, esto le impedía la entrada de aire y cortaba su respiración, si no se le era suministrado el antídoto podía sufrir un paro cardíaco en cualquier momento, para empeorar las cosas ya no veía muy bien y la voz de su querida Ahome se escuchaba cada vez más alejada. No había esperanzas de vida, jamás llegarían a algún hospital lo suficientemente rápido como lo ameritaba su situación.

¡¡Maldición!! al parecer así terminaría su miserable vida, nunca hubiera pensado hace algunos años que pasaría de ser un exitoso inversionista heredero de la corporación Akagi, con una aparente vida perfecta a ser un vil asesino, violador y mentiroso, admitía que no merecía una muerte mejor pero en el fondo de su corazón hubiera deseado que las cosas terminaran diferentes, tal vez un poco de felicidad… tal vez una oportunidad con Ahome ¡Rayos! Si que hubiera hecho todo lo que estuviera a su alcance para hacerla feliz… aunque… aunque ¿Qué tonterías decía? La había tenido cerca y sólo la había herido, que imbécil se sentía! Pensándolo bien si merecía una muerte así o la peor de ellas tal vez.

-Disculpen jóvenes, el estado del chico es crítico-

-¿A qué se refiere con eso?- preguntó la angustiada joven que no se apartaba de la puerta de la habitación en la que Inuyasha luchaba entre la vida y la muerte…
Miroku y Sango compartían su preocupación, todos esperaban ansiosos la respuesta del médico pero su expresión no era alentadora, después de darles una mirada que destrozó todas las esperanzas que habían guardado les explicó –No es fácil para mi decirles que… bueno lo que sucede es que tienen que entender que el veneno de la serpiente que infectó a su amigo es demasiado potente, de hecho, me sorprendió que llegase vivo después de 30 minutos que fue lo que tardaron ustedes en traerlo al hospital… entiéndanme! fue demasiado!! El veneno está disperso por todo su torrente sanguíneo el medicamento nos es 100% seguro, de hecho… para ser más exactos les confieso que sólo podría salvarlo un milagro-

-Un Milagro??- exclamó Ahome- Eso quiere decir que no se mejorará!- reprochó mirando al médico que no hizo ningún comentario ante tal afirmación lo que destrozó aún más el corazón de la chica -Ohh no!! Todo esto es mi culpa- dijo Ahome entre sollozos antes de dejarse caer en lágrimas desconsoladas –es mi culpa- repetía –Soy una maldición!! Todas las personas buenas que se acercan a mi terminan muertas!!! Es mi culpa- Sango no pudo evitar que sus lágrimas salieran también y abrazó a su amiga intentando darle consuelo –Ahome no digas tonterías no fue tu culpa, yo fui la que deje que te fueras sola sin saber a donde irías y también yo fui quien obligó a Inuyasha a ir por ti, para que ustedes limaran sus asperezas, si hubiéramos ido los tres por ti nada de eso habría ocurrido-

-Ya es suficiente- medió Miroku –No es momento de echarnos la culpa, nadie es responsable de nada, las cosas suceden simplemente porque es el destino. Además… todavía no debemos adelantarnos a los acontecimientos, no podemos dar por hecho la muerte de Inuyasha!! Que poca fe tienen en Dios y en la fortaleza de nuestro amigo- con tal sermón las chicas quedaron en silencio, Miroku tenía razón, lo último que podían perder era la esperanza.
Ahome limpió sus lágrimas y se levantó con una nueva fortaleza pero antes de que pudiera preguntarle algo al médico éste se adelantó diciéndole –Supongo que usted es la esposa del chico- Ella lo miró confundida -¿Por qué me pregunta eso?- al ver su reacción se disculpó por haber tomado tal atrevimiento y rápidamente explicó sus razones –Disculpa si mal interpreté las cosas, es sólo que pensé que así era, usted no es Ahome?-

Ella asintió con la cabeza sin dejar su expresión de desconcierto, el doctor con su mirada indescifrable le explicó –pensé que era su esposa porque desde que llegó ese muchacho a pesar de su estado inconsciente entre delirios repite su nombre… creo que sería de gran ayuda que él sintiera que usted está cerca-

El rostro de Ahome no ocultó su desmedido asombro, no esperaba eso, bueno… no después de lo que le había hecho, a fin de cuentas lo de la serpiente era culpa suya ¿Por qué Inuyasha continuaba con ese capricho? A quien él realmente amaba era a Kikyo… ¿o no era así? Tal vez el médico se había equivocado –¿Está seguro que él dijo Ahome? ¿No sería más bien Kikyo?- preguntó involuntariamente sin pensarlo, cuando se dio cuenta de su acto sus mejillas tomaron un acalorado rojizo, eso demostraba que si era de su interés y Sango lo había notado aunque permaneció callada.

-Estoy completamente seguro de lo que digo- respondió el médico –Pero no está obligada a nada señorita, era sólo una sugerencia, ya que no puede acompañarlo más de una persona debido a su condición pensé que sería apropiado que lo acompañara la persona que él estaba llamando pero puede pasar cualquiera siempre y cuando sea una sola persona.

Miroku de inmediato se ofreció pero Ahome pidió ser ella la que lo acompañara, el médico le sonrió y la tomó amablemente de la espalda –debes respirar profundo y pensar en que todo va a mejorar…- le dijo mientras la conducía al interior de la habitación

-¿Por qué le decía eso?- no entendió muy bien lo que el doctor le había dicho hasta que estuvo dentro de la habitación, Inuyasha tenía un lánguido semblante, los cercos de sus ojos se había oscurecido y hacían un fuerte contraste con el blanco pálido de sus rostro, sus labios habían perdido todo el color provocativo que solían tener y gotas de sudor se resbalaban por su frente aceleradas por un continuo temblor de su cuerpo. Se veía tan débil y vulnerable, nada que ver con ese hombre tosco y salvaje que la había lastimado. Sintió un nudo en su garganta, sus ojos se humedecieron pero contuvo las lágrimas, no podía arriesgarse a que el médico pensara que estaba impresionada, luego de ver a Inuyasha mucho menos permitiría que la separaran de él.

Después de una larga charla de las normas que debía seguir para estar dentro y lo que debía hacer si se presentaba algún tipo de anomalía el médico se fue, Ahome permaneció de pie un buen rato junto a Inuyasha, estaba tan quieto, su rostro reflejaba mucho dolor pero aún así dormía, aunque sabía que era casi imposible que lo hiciera no se atrevía a tocarlo por miedo a que despertara, entonces se quedó contemplándolo, detallando cada centímetro de su cuerpo, nunca había podido hacerlo con tanta libertad sin ser acosada por su penetrante mirada la cual la intimidaba infinitamente… Debía aceptar que era muy atractivo, a pesar de que su imagen estaba bastante demacrada seguía siento muy apuesto, su largo cabello negro, sus cejas tupidas y oscuras, sus perfectos labios y sumándole su atlético y dorado cuerpo… Demonios!!! Sus piernas habían comenzado a temblar ¿sería el frío?... que tonterías! Por supuesto que el frío no tenía nada que ver en esto, ya debía aceptarlo! Era otra cosa, Inuyasha había logrado lo que quería, ella sentía algo por él, era hora de aceptarlo!!! Debía enfrentar que no le era indiferente… vaya ironía, aceptar algo así en estas circunstancias, cuando era probable perderlo de un momento a otro.

Vaya, si que se habían complicado las cosas entre ellos dos, Todos sus encuentros habían estado llenos de mal entendidos y problemas, aunque realmente desde que tenía memoria nunca había salido de un problema sin meterse en otro peor, Ahome dejó escapar un suspiro, al parecer las cosas en su vida nunca serían normales pero algo la saco de sus pensamientos, Inuyasha había comenzado a quejarse, movía su cabeza de un lado a otro y un sudor frío corría por sus sienes. Al parecer la fiebre había aumentado pero el médico ya la había advertido, era de esperarse –Inuyasha por favor tienes que ser fuerte- le dijo suavemente mientras tomaba unas compresas de manzanilla fría que le habían dejado preparadas en caso de que su temperatura aumentara pero al parecer no le hacían mucho efecto, el chico deliraba constantemente murmurando cosas in entendibles.

Ahome estaba muy preocupada, el doctor le había advertido que ya no había nada que hacer, sólo esperar a ver si él se recuperaba, todo las esperanzas se basaban en la fortaleza y la juventud de Inuyasha, sumándole sus deseos de vivir, los que ella había hecho trizas con sus palabras…

La noche llegó pronto, Ahome no se había movido ni un segundo de la habitación, aunque había aprovechado para descansar en el sofá que estaba junto a la cama cuando Inuyasha se había quedado un poco calmado, durmió un rato que le pareció muy corto ya que al cabo de un rato Inuyasha comenzó de nuevo a hablar, pero esta vez no decía cosas locas, esta vez la llamaba por su nombre

–Ahome por favor… perdóname- repetía delirando en fiebre –Perdóname!!- Ahome preocupada quitó la compresa y tocó su frente, de nuevo su frente ardía pero temblaba como si estuviera congelándose ¿Cómo podía estar pasando eso? ¿Acaso tenía lógica?, debía llamar al médico, no era normal que eso estuviese pasando, corrió por el pasillo dejando a sus amigos preocupados ya que ni siquiera se volteo a mirarlos, luego regresó con el médico y entró a la habitación… -¿Qué es lo que le sucede?- preguntó con un hálito entrecortado por el cansancio…

El hombre puso su mano en la espalda de la chica como si deseara consolarla y le dijo –No sé si decirte esto sea lo correcto muchacha... pero el paciente está muy grave-

Ahome miró a Inuyasha y luego reteniendo las lágrimas le exigió al médico –Dígame qué le está sucediendo de una vez!-

El hombre se mordió los labios y luego con una mirada consoladora le respondió –El paciente no ha reaccionado positivamente con el antídoto, al parecer su cuerpo no lo ha asimilado, lo sé porque esos son los síntomas del veneno, primero el cuerpo tiene altas temperaturas internas mientras su cuerpo permanece frío en el exterior pero lo peor ocurre cuando el calor abandona sus entrañas, eso indica que ha entrado en la fase Terminal, es como si el cuerpo se marchitara de adentro para afuera, todo el calor vital lo abandona-

-No puede ser!!- dijo Ahome horrorizada -esto es terrible!!- musito tapando su boca, luego como era de esperarse las lágrimas se asomaron en sus preocupados ojos mientras el médico se iba de nuevo sin hacer nada, pensó que lo mejor sería que sus amigos lo vieran por última vez pero cuando iba a atravesar la puerta escuchó de nuevo su nombre, Inuyasha la llamaba de nuevo, ella se acercó y tomó su mano.

-Ahome perdóname! Por favor- le suplicaba él como si eso fuera lo que necesitaba para descansar... su perdón...

Ahome sorprendida de que estuviese consiente se acercó con una media sonrisa sin entender su actitud -Pero si yo soy la que tiene que pedir disculpas Inuyasha, por mi culpa estás postrado a esta cama!!- dijo mientras le tomaba dulcemente de las manos

-No!- reprochó él apretandola –Yo impedí tu felicidad con Sesshomaru y además abusé de ti, podré irme tranquilo si sé que al menos pude cumplir uno de tus deseos, quiero hacerte feliz-

-¿Qué tonterías dices Inuyasha? -Acaso se refería a ese tonto deseo?- pensó- Yo estaba molesta cuando te dije que deseaba verte muerto, por supuesto que las cosas no son así!! Yo no quiero que mueras!! Por favor!- le explicó ella agachándose para que él no pudiera ver su cara llorosa.

Inuyasha sonrió y llevo la mano de la chica con hacia su boca dándole un dulce beso –Yo no deseo seguir viviendo Ahome, no tengo motivos.- luego de decir eso se desmayó, Ahome pensó por un momento que había muerto y sintió como si su corazón tendía de un hilo pero no, aún respiraba y temblaba mucho más que antes a pesar de hervir en fiebre, ella se subió a la cama y se acostó a su lado abrazandolo fuertemente, no iba a quedarse de brazos cruzada mientras él se congelaba por dentro, así tuviera que quedarse junto a él una semana no lo dejaría solo, aunque no estaba segura de que sirviera de algo le daria calor –Te quiero Inuyasha, de verdad, no deseo que mueras y si sobrevives juro que me casaré contigo si así lo deseas-

Capítulo XXXIV “Recuerdos de esperanza”

-Papá!!! Tienes que salvarla!!! Tienes q salvarla por favor… o moriré yo con ella- gritaba una mujer desesperadamente mientras abrasaba a una pequeña niña que yacía inmóvil en el suelo. El hombre angustiado al ver a su hija llorar de esa manera no sabía qué hacer, era médico, no necesitaba tocar a su nieta para inducir que estaba ocurriendo pero… ¿Cómo podía hacerle entender eso a su adorada hija?

-Hija, ella está…- no pudo completar su frase, era demasiado ver a su hija destrozada como para acrecentar su agonía ¿Pero cuánto tiempo más podía esperar ella por esa respuesta? Uno? O dos minutos quizás?

-Papáaaa!! Tienes que salvarla!!!- vociferó ella levantándose con la pequeña en sus manos. El hombre parecía pasmado.

La niña había estado patinando sobre la pista de hielo que le había provisto el frío invierno, algo llamó su atención y se separó del grupo de niños con los que estaba jugando, su madre y su abuelo estaban entretenidos comprando unas bebidas calientes para sobrellevar el gélido ambiente por lo que no notarón que la niña había abandonado la zona segura de patinaje, la pequeña caminó un poco en dirección del objeto brillante pero sin poder evitarlo resbaló de un montículo de hielo y cayó en una zona de superficie frágil, el hielo no soportó el peso de ella e inevitablemente calló en el agua helada del río interno, las corrientes la arrastraron metros y pudieron rescatarla una hora después.
Era ilógico que su hija le pidiera ayuda, indiscutiblemente la niña estaba muerta… pero, debía hacer algo por su nieta, las quería demasiado a ambas… y pues… conocía mucho de la mecánica humana, había hecho diversos postgrados sobre genética, podía probar en su nieta algunas teorías, si que sonaba descabellado, pero… parecía no tener otra salida, además ¿Qué podía perder?

Semanas más tarde la niña jugaba en el patio trasero de su casa, tan sana como lo había hecho antes de ese incidente, bueno, a excepción de un problema respiratorio severo que su abuelo había dominado de una forma sagaz, era de esperarse que un inconveniente de tal índole se presentara, por lo tanto se había preparado para combatir cualquier infección que pudiese arremeter contra su sistema respiratorio, a fin de cuentas él no permitiría que nada le ocurriera luego de que la había rescatado de las garras de la muerte.

15 años después

-Pero Rin! Es una locura!!-

-Una vez lo hiciste conmigo abuelo!!, debes regresarlo a la vida, yo lo amo!-

-Pero son situaciones muy distintas, tú sólo estuviste muerta una hora, Sesshomaru tiene cinco!! Además, recuerdas lo que le sucedió a tu madre?-

La chica bajó la mirada y con sus ojos triste le musitó en súplica –abuelo al menos inténtalo- -Sé que mi madre murió luego de que la habías regresado, pero al menos hicimos el intento, debemos intentarlo con Sesshomaru también! ¡Por favor Abuelo!-

El abuelo caminaba de un sitio a otro tomándose la frente -no no no… es imposible!!! Le harán la autopsia, además lo enterraran en unas horas, es demasiado tiempo, no podré recuperar sus organos en esas condiciones-

-Pero…- replicó la muchacha que luego fue frenada por un reproche del anciano

-Pero nada!! Sabes lo que sufrió tu madre? Incluso tú también tuviste que sufrir demasiado para regresar, es doloroso y además no es un método confiable sus posibilidades son incluso menores que las que tuvo tu madre!-

La chica apretó sus puños hasta que sus nudillos se tornaron blanquecinos, sus ojos se nublaron por las lágrimas y corrió hacia la habitación en la que yacía el cadáver del muchacho… el anciano suspiró y por un momento se quedó pensando, era muy difícil lo que le pedía su nieta, pero le recordaba tanto a las lágrimas que había derramado su hija por ella, no sabía si era un berrinche de niña caprichosa o era verdadero amor lo que si sabía era que era extremadamente complicado.

Decidió explicarle mejor a su nieta, no deseaba que ella engendrara algún resentimiento hacia él.

Cuando llegó y contempló el rostro de la chica junto al cadáver se su supuesto amor hizo añicos su corazón, en ese momento decidió que haría lo que estuviese a su alcance para regresar el brillo de sus ojos, después de todo, lo único que le quedaba era ella y estaba dispuesto a dar su vida si era necesario por conseguir su felicidad.

-Debes apartarte, yo me haré cargo de la autopsia del chico, después de todos mis años de médico, algunos me deben favores- escuchó la chica desde sus espaldas en una conocida voz.

-Abuelo…- le dijo aún sin poder dar crédito a sus palabras –¿Hablas en serio?-

-Yo nunca bromeo con este tipo de cosas y tú sabes que es así-

Ohh que feliz estaba, no podía creer que su abuelo hubiera accedido, había creído que sus ultimas palabras eran irreversibles, pero no le importaba a que se debía su cambio de opinión, lo único que deseaba era ayudarlo en todo lo que estuviera a su alcance para poder llevar a cabo la difícil tarea de regresar a Sesshomaru a la vida ¿Sería posible eso?

 

Re: LAGRIMAS DE SANGRE (completo)

[FONT='Arial','sans-serif']Capítulo XXXIV [/FONT]
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[FONT='Arial','sans-serif']La brillante luz del sol se coló entre las cortinas de la habitación, pronto su cuerpo comenzó a sentir el suave calor en su piel, lo que lo hizo reaccionar y volver de aquel pesado sueño del que había sido preso la noche anterior. [/FONT]
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[FONT='Arial','sans-serif']El dolor aunque no estaba extinto, había dejado de atormentarlo. Por un momento consideró la posibilidad de estar muerto, pero desechó completamente aquella posibilidad al darse cuenta de que estaba en una habitación, al parecer de un hospital ya que el ambiente esterilizado no daba lugar a dudas. Pronto su corazón se estremeció al darse cuenta de la persona que lo acompañaba, ella estaba allí, tan hermosa, tan angelical… Aún dormía, allí, junto a él, en una esquina de la estrecha cama con la mitad de su cuerpo en una incómoda silla. [/FONT]
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[FONT='Arial','sans-serif']Él no podía dar crédito a lo que veían sus ojos, qué felicidad sentía al ver que ella se había preocupado hasta el punto de quedarse toda una noche a su lado en esas incómodas condiciones, después de todo, ella no tenía ningún tipo de obligación con él, bastante sufrimiento le había ocasionado –Ahome- musitó suavemente, ella parecía estar profunda en sus sueños, se podían observar rastros de cansancio en sus hermosos ojos –No puedo creer que te hallas quedado cuidándome después de todo lo que te hice- Ahome en esta segunda oportunidad si escucho su voz y confundida abrió sus ojos -¡despertaste!- exclamó, luego revisándolo cuidadosamente con su mirada preguntó contenta -¿Ya estás bien? ¿No te vas a morir verdad?- Inuyasha ante tales preguntas curvó sus labios y luego dejó escapar una espléndida y blanca sonrisa, se veía muy hermoso cuando sonreía de esa forma tan dulce, al menos así pensaba Ahome que no pudo mantener su mirada al sentir como sus mejillas le comenzaban a arder –Creo que es mejor que me vaya, voy a avisarle a tu primo que estás bien-[/FONT]
[FONT='Arial','sans-serif']-Por favor no te vayas- le suplicó reteniéndola de un brazo -Quisiera que te quedaras conmigo al menos un rato más-[/FONT]
[FONT='Arial','sans-serif']Ahome no sabía qué decirle, no deseaba estar allí, él la ponía muy nerviosa, al menos cuando estaba despierto, su mirada, ¡rayos! si que le temía a esa mirada, era como si pudiese leer todo lo que ella pensaba, no podía soportar esa sensación de desnudez ante él –Es mejor que me vaya Inuyasha, los médicos tienen que examinarte, no sabemos si te encuentras totalmente bien-[/FONT]
[FONT='Arial','sans-serif']Ella esperaba que con esa explicación él la dejase ir pero, él parecía no oírla porque seguía sujetándola con la misma intensidad, el chico se sentó en la cama y le dijo mientras ella seguía dándole la espalda –Tú eras la única razón que tenía para luchar por mi vida- ¿Por qué tenía que decirle eso? ¿Acaso ya no estaba lo suficientemente confundida como para que él empeorara las cosas? –Inuyasha éste no es el momento para hablar de eso, primero debes recuperarte y ya veremos lo que pasa después- -suéltame- le ordenó de un modo tajante y él obedeció sin resistirse, ella caminó hacia la puerta y luego se detuvo -¿Te sientes mal?- le preguntó al ver como ella palidecía –si, yo estoy bie…- no terminó la frase cuando de repente ella perdió el equilibrio –¡Ahome!- exclamó el muchacho mientras corría a tomarla en brazos –Ahome, Ahome!! Qué te sucede?- preguntaba él angustiadamente, no entendía qué podía estarle ocurriendo ¿Qué podía ser? ¿Por qué no reaccionaba? En un intento desesperado la alzó con todas sus fuerzas y la acostó en la cama, inmediatamente después salió a toda velocidad por los pasillos buscando un médico –ayúdenme por favor!! Necesito un doctor urgente!!!-El doctor que lo había tratado la noche anterior se encontraba entregando la guardia en recepción junto a otros dos doctores y varias enfermeras, al ver al muchacho tan alarmado creyeron que se trataba de un shock emocional propio de las secuelas de ese tipo de casos.[/FONT]
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[FONT='Arial','sans-serif']-Preparen una jeringa con 30 ml de anestesia de tipo general intravenosa[/FONT][FONT='Arial','sans-serif']- dijo el doctor que estaba tratando a Inuyasha –Pero es demasiado!!!- replicó el más joven de todos –es una dosis muy alta, el muchacho sólo está alterado, ni siquiera sabemos qué le pasa!!-[/FONT]
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[FONT='Arial','sans-serif']Inuyasha tomó el brazo de uno de ellos, ni siquiera se molestó en explicar primero lo que ocurría –debe acompañarme!! Es una chica, se desmalló, necesita ayuda por favor… no se qué le ocurre pero yo…- un pinchazo que sintió en su espalda hizo detenerse, de pronto sintió que su cuerpo no le respondía y luego cayó al suelo sin más, trataba de hablar pero ni siquiera su boca le respondía… pronto todo se oscureció, estaba preso en su propio cuerpo, cuando al fin pudo abrir sus ojos estaba de nuevo en esa fría habitación, igual como había despertado la última vez, sólo que en esta oportunidad todo estaba oscuro y se podía sentir la brisa de la noche, supo que alguien más estaba con él -¿Ahome eres tú?- preguntó esperanzado, pero no contestó en ese instante, sólo percibió cuando esa figura se levantaba del sofá y estiraba su mano para encender una pequeña lámpara cercana.[/FONT]
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[FONT='Arial','sans-serif']-Miroku! ¿Por qué te quedas cayado? ¿Acaso querías matarme de un susto?- [/FONT]
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[FONT='Arial','sans-serif']El chico lo miró medio dormido, se rasco la cabeza y luego suspiró aliviado –Que bueno que ya estás bien, si que nos tenías preocupado, ahh y no fue mi intención asustarte, discúlpame amigo-[/FONT]
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[FONT='Arial','sans-serif']Inuyasha recorrió con su mirada cada rincón de la habitación y preocupado preguntó -¿Dónde está ella? Necesito verla ahora mismo!- se levantó y sintió un fuerte mareo, cerró sus ojos y tomó su cabeza en un intento fallido de aliviar su molestia [/FONT]
[FONT='Arial','sans-serif']–Inuyasha debes tranquilizarte o volverán a sedarte otra vez-[/FONT][FONT='Arial','sans-serif'] le advirtió miroku [/FONT]
[FONT='Arial','sans-serif']–Lo único que podría tranquilizarme es saber que ella se encuentra bien y saber ¿ por qué se desmayó?-[/FONT]
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[FONT='Arial','sans-serif']-Si prometes no alarmarte te diré todo- [/FONT]
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[FONT='Arial','sans-serif']Esas palabras empeoraron las cosas ¿qué podía alterarlo más de lo que ya estaba? ¿Ella estaría bien? ¿Y… si algo malo le había ocurrido? Era demasiada tensión… él deseaba saber fuera lo que fuera –Habla de una buena vez!!- le ordenó obstinadamente, mientras lo acercaba del cuello de la camisa con una mirada amenazante y llena de una combinación de ira y desesperación…[/FONT]
[FONT='Arial','sans-serif'] [/FONT]
[FONT='Arial','sans-serif']-De acuerdo Inuyasha, te lo diré… Ahome se desmayó porque estaba muy débil, por estar preocupada había olvidado comer y…-[/FONT]
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[FONT='Arial','sans-serif']-Ahome…-[/FONT][FONT='Arial','sans-serif'] susurró entre sus labios, con un hálito de felicidad y preocupación –No debiste dejar que eso sucediera miroku!! Pero entonces ella ahora bien ¿No es cierto?[/FONT]
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[FONT='Arial','sans-serif']-Aún no te he dicho todo Inuyasha… ella está bien pero…-[/FONT]
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[FONT='Arial','sans-serif']-Pero qué? Demonios Miroku!!! Ya déjate de rodeos y habla de una buena vez-[/FONT][FONT='Arial','sans-serif'] reprochó al ver que la verdad no salía completa de los labios de su amigo…[/FONT]
[FONT='Arial','sans-serif'] [/FONT]
[FONT='Arial','sans-serif']Miroku no tuvo de otra y respiró profundo –No sé cómo vaya a caerte esto amigo pero te lo diré… Ahome está embarazada y el niño que espera es tuyo- [/FONT]

 

Re: LAGRIMAS DE SANGRE (completo)

Hola no sé si se acordarán de mi... tanto tiempo si postear... creerían q no volvería jamás pero no es así. El capítulo anterior fue como una recapitulación que ya estaba publicada en otra discusión pero ésta si es nueva aqui les dejo el capítulo 34

Capítulo XXXIV “Una bebé… una nueva esperanza”

Embarazada… ¿Cómo podía haber pasado? Un bebé era una bendición, pero no en las circunstancias en las que había sido concebido. Inuyasha permaneció callado por un rato, y comenzó a caminar de un lado otro en la habitación, no sabía las consecuencias que podía traer éste hecho –¿Y ella ya lo sabe?- preguntó angustiado –¿Dónde está? Necesito hablarle, necesito verla-
-Ahome está en otra habitación, Sango está acompañándola- respondió su amigo algo incómodo.
-Pero… ¿ella sabe lo de nuestro hijo?-
-Sí, los médicos se lo dijeron-
Inuyasha tragó saliva con dificultad, deseaba hacer otra pregunta pero temía la respuesta que podía obtener –Y… y… ella… pues yo…- pronunció titubeando y su amigo sin necesidad de escuchar el resto de la pregunta supo de qué se trataba y se adelantó respondiendo -No lo sé, yo sólo supe lo de su embarazo por Sango pero ella no me contó mucho, además Ahome ha estado mucho tiempo dormida y ni siquiera he podido hablar con ella después de lo ocurrido-
Inuyasha puso sus manos en la cabeza y comenzó a caminar preocupado otra vez, no sabía qué sentir, era un hijo, un bebé, había estado feliz cuando se enteró del embarazo de Kikyo ¿Pero ahora qué debía sentir? Quizás ella lo odiaría mucho más de lo que ya lo odiaba o peor aún, podía desear deshacerse de su hijo. Aunque parecía una idea alocada estaba en todo su derecho, después de todo, él había abusado de ella… no era un hijo que ella hubiese deseado concebir.
El muchacho no podía con la agonía que lo ahogaba cada vez más dentro de su ser, sentía su corazón oprimido, debía buscarla pero no tenía suficiente valor como para enfrentar las acusaciones que podía propinarle. Miroku por un momento no dijo nada, conocía demasiado bien a su primo como para entender lo que sentía –No tienes más remedio que ir a hablar con ella, no te queda otra salida Inuyasha-
-¿Pero y si ella odia a ese bebé? ¿Y si no desea tenerlo? Yo… yo la amo a ella y quiero que ese niño nazca!- bramó una maldición golpeando la pared y luego derrotado agregó- Tengo miedo Miróku… ella me odia y va a odiarme mucho más por esto, estoy seguro!!- -Temo que se desquite con mi hijo-
Miroku tomó a su amigo de un brazo y lo jaloneó fuertemente –Ya deja de ser tan pesimista Inuyasha!! Por tu terquedad siempre andas empeorando las cosas!! Lucha por que todo sea diferente, no ganas nada lamentándote, además, un hijo podría ayudarte a conseguir que ella te dé una oportunidad- Nunca había visto a su amigo en una actitud tan dictatorial, estaba atónito, aunque debía aceptar que tenía toda la razón, por lo que se decidió a hablar con ella lo más pronto posible.
Lo pensó mucho antes de dirigirse a su habitación, le pidió a su amigo que lo dejase solo, meditó casi media hora lo que le iba a decir pero al final no concretó nada, estaba aterrado, sudaba frío. Caminó por el pasillo, por más desquiciado que pareciera no había nadie cercano, la distancia se le hizo larga al atravesar ese frío y desierto trayecto, cuando llegó finalmente a su puerta se detuvo a pensar una vez más, algo que le resultó inútil, nada podía decir, todo dependía de ella.
-¿Ahome?- dijo suavemente al atravesar la puerta, ella no respondió nada, se encontraba acostada con los ojos entre abiertos con la mirada perdida en el horizonte que le ofrecía su ventana, no estaba llorando pero sus ojos guardaban rastros de lágrimas.
-¿Cómo te sientes? Me preocupé mucho cuando te desmallaste- dijo torpemente al no saber cómo comenzar la conversación, ella no emitió comentario alguno, ni siquiera le dignó una mirada, Inuyasha sentía una agonía peor a la que había sentido al estar cercano a la muerte, pronto gotas de sudor comenzaron a correr nerviosamente por su frente, el nudo que sentía en su garganta se hacía cada vez más insoportable, apretó sus puños buscando liberar su tención tan fuertemente que sintió como sus uñas perforaban las primeras capas de sus palmas. Cuando se vio las manos pudo comprobar que se había lastimado, aunque ese dolor no era nada comparado con el que le producía el desprecio de Ahome. –No sé cómo disculparme Ahome, pídeme lo que sea-
Finalmente con esa frase la joven levantó su mirada hacia él, una mirada indescifrable, inhóspita, tan fría y distante que heló en un segundo el corazón de Inuyasha, quien se tiró de rodillas al suelo –No sabes cuánto me lastima tu mirada, preferiría una cachetada, un golpe o un montón de insultos pero no tu indiferencia por favor… Te suplico que me perdones- no podía seguir mirándola, sólo se apoyo en el suelo esperando oír su voz pero ese momento no llegaba… ¿Cuál sería su destino? ¿Y su hijo? Como añoraba que las cosas fueran distintas, si ella le diera una oportunidad, si ella lo amara aunque fuese sólo la cuarta parte de lo que él la quería…
-Todo este embrollo comenzó con esa frase de pídeme lo que quieras, deberías ser más cuidadoso, además no sé qué demonios haces en mi habitación-
Inuyasha dudó de expresarle sus verdaderas intenciones, pero no tenía otra salida ¿Qué otra cosa podía decirle mejor que la verdad? -Yo quería pedirte, no… suplicarte que por favor no le hicieras daño a nuestro hijo yo… yo puedo hacerme cargo completamente de él, te juro que si lo dejas nacer nunca va a molestarte.
Ahome se encogió y puso las manos en su vientre, luego lo miró pensativa -Debo confesarte que no me alegró saber que de aquel percance contigo hubiera tenido fruto, pero no puedo odiar este hijo que llevo dentro, ya lo siento como parte de mí, lo quiero. Además él no tiene la culpa. Obviamente no permitiré que me alejes de él Inuyasha!!-
Inuyasha levantó la cara sorprendido, no esperaba que ella le respondiese de esa manera, definitivamente ella era un ángel, de eso no le quedaba ninguna duda, cada vez que la conocía más era inevitable quedar enredado en el rosal de sus encantos. -¿Eso significa que no te desharás de mi hijo?-
-No por supuesto que no.- Aseguró ella –No tengo el derecho de quitarle la vida a otro ser-
-Pero, tampoco lo separaras de mi ¿Verdad?- preguntó el chico en un tono dudoso
-No-
Esa breve respuesta lo hizo soltar un aliviado suspiro, pero inmediatamente sintió unos fuetes deseos de preguntar más, quizás ella aceptaría casarse con él aunque fuese sólo para darle un hogar a su hijo, eso le daría una oportunidad y un fuerte lazo que podría ayudarlo a conquistar su cariño pero… ¿sería prudente preguntar algo así tan apresuradamente?... En definitiva consideró que así sería, después de todo era la primera vez que hablaban sin discutir… además ella se mostraba muy diferente a las otras veces que habían estado juntos.
-Inuyasha… quería disculparme por lo que te pasó con aquella serpiente, fui una tonta y por mi culpa casi pierdes la vida. Tuve mucho miedo de que murieras, por desgracia parece que ese es el destino de las personas que se acercan a mí para ayudarme- El joven muchacho la miró atónito, ¿Estaría soñando? ¿Ella preocupada por él? Sonaba irónico siendo que le había pedido que muriera para dejarla en paz.
–Pareciera que tuviera una especie de maldición, por mi culpa mueren todas las personas que quiero- Inuyasha no pudo soportar ver la amargura y preocupación en sus ojos y la abrazó con fuerza mientras le propinaba un apasionado beso, no pudo contenerse y no escuchó razones en su mente, sólo se dejó llevar por el impulso de su corazón y cuando entró en razón de lo que hacía sintió miedo de empeorar las cosas con ese beso, pero al darse cuenta de que ella lo recibía sin rechazo sintió que su corazón quería escapar de pecho, nunca había sentido felicidad y paz desde que Kikyo había muerto… parecía que el infierno en que se había convertido su vida al fin lo dejaría escapar.
-¡!Inuyasha no!!- dijo ella cuando finalmente pudo zafarse de sus brazos opresores –Quiero que entiendas que acepto una tregua entre los dos por el bien del bebé, pero no estoy preparada para olvidar todo lo que ha ocurrido, entiéndeme por favor-
-Pero yo te amo Ahome, no tienes ni idea de lo que siento por ti- musitó como un soplido mientras continuaba aferrado a su espalda. Luego la tomó de los hombros, como para no perder ni un segundo su atención, con sus labios a unos pocos centímetros respirando su tibio aliento le dijo en una súplica –Déjame entrar en tu vida Ahome, déjame mostrarte lo feliz que puedo hacerte, te juro que daría mi vida por tu felicidad, por tener una oportunidad a tu lado-
Ahome sintió un temblor interno, esos ojos que parecían una llamarada ardiente, dorados, brillantes como dos pequeñas centellas de sol que además la miraban de una forma tan intensa y apasionada lograban que lograban acobardarla cada vez más, era realmente atractivo si tal vez nunca hubiera conocido a su adorado Sesshomaru sin duda se hubiera enamorado perdidamente de él pero las cosas eran diferentes. Sesshomaru estaba muerto pero todavía no podía dejar de pensar en él ¿Cómo podía olvidarlo? Ella lo había amado con toda su alma, aunque tenía totalmente claro que no regresaría jamás. Pero también debía pensar en su bebé, necesitaría un padre y ¿qué mejor padre que quien lo había engendrando?
El silencio de Ahome desmoronaba las entrañas del muchacho, sólo se podía deber a una cosa… a que ella lo rechazaría ¿O no? ¿Qué podía hacer con eso? No podía obligarla, era su decisión… -Cásate conmigo Ahome- Esas palabras se le escaparon sin siquiera haberlas pensado, obviamente deseaba casarse pero que idiota había sido, ahora si ella lo rechazaba sería el último recurso ¡Maldición! Como odiaba ser tan estúpido, ella seguramente se asustaría con esa proposición tan apresurada, él no se atrevió a mirarla más a los ojos, no deseaba leer la respuesta en su rostro antes de que ella la pronunciara, un silencio breve que para inuyasha marcó una eternidad terminó con un –De acuerdo-
¿De acuerdo? ¿Acaso estaba escuchando bien? No podía creerlo… ¿Eso significaba entonces un sí? La expresión de confusión de Inuyasha era muy evidente por lo que Ahome repitió de nuevo su respuesta –Acepto tu propuesta, sí me casaré contigo-
Inuyasha no cabía de la felicidad, parecía un sueño, finalmente ella lo había aceptado pero ¿Tan fácil? Aunque le carcomía la curiosidad no iba a dañar el momento, después de todo, no debía negarse a la felicidad si le tocaba la puerta finalmente… No esperó un segundo más y la abrazó fuertemente para asegurarse de que no fuera una alucinación, luego de tenerla entre sus brazos sonrió plácidamente y susurró en su oído –Gracias Ahome, voy a dar hasta mi vida con tal de hacerte feliz a ti y a mi hijo- La joven correspondió no con la misma intensidad pero era un comienzo, al menos eso pensó él.
Ella había aceptado por varias razones; sentía que sí había algo que la atraía de él, tal vez porque era lo más cercano a Sesshomaru, en ocasiones hasta su aroma era similar. Además, su hijo necesitaría de un buen padre y ella lo había prometido esa noche, él había luchado con la muerte y por primera vez alguien había evitado la muerte, se sentía feliz de que Inuyasha estuviese vivo y aunque todavía guardara un profundo sentimiento de amor por Sesshomaru era hora de comprender que él no regresaría jamás.