Tokorozawa Lago Sayama [Lago]

Mire como la chica centro su atención en mi después de que el chico se fue, había pedido disculpas por que ni yo misma me centre por donde caminaba, esa era la absoluta realidad. Si estuviera centrada hasta me fuera apartado antes de chocar con el chico.

It was not my fault

Eso había dicho ¿no? Que no fue mi culpa. Talvez me iba a tardar demasiado en aceptarlo como tal.

—Si estoy mejor —inquirí devolviéndole la sonrisa, aunque después mi mirada la lleve en mi brazo cuando ella hizo lo mismo, note que saco una botella de agua, solo la mire un poco sin decir nada, hasta que hablo y dijo para que podía usarla.

—Thank you —murmure con agradecimiento ante de cogerla y ponerla en mi brazo, entonces levante mi vista para verla cuando escuche su pregunta, cosa que no alcance a responder ya que ella se tenia que ir. Solo asentí ante su despido, seguro que la volvería ver.

Entonces moví mi cabeza y una sonrisa tiro de mis labios cuando me di cuenta que tenia su botella de agua, ella no me la había pedido y yo estaba demasiado concentrada en ella para poder devolvérsela. Bueno, ya no había nada que hacer, si la volvía a ver por aquí pues se la recompensaría dándole algunos de mis jugos que había traído.

Antes de mirarla marcharse, seguí mi camino para poder ver si encontraba a mis compañeras, entonces cogí una bolsa y en eso escuche un para de voces, pude distinguirlas por el ligero acento Italiano, seguro que eran ellas ya que por lo que había escuchado sus nombres también se notaban de lejos que eran Italianas.

—Hola —murmure al acercarme, escuchando como la otra chica le respondía que no sabría como encontrarme, y desde hay supe que hablaban de mi—. Soy Isla su compañera de equipo —entonces note la sonrisa de una de ellas.

—Mira parece que ella vino a nosotras —inquirió sonriendo—. Soy Fiorella Bianchi y ella es Numéria Russo —asentí ante la presentación y note que su vista fue a la bolsa—. Veo que ya la trajiste.

La mire a ella y después a la bolsa, asentí en el proceso.

—Supongo que les ahorre la caminata —murmure con una sonrisa, escuche el silbato de la profesora sonar, cosa que llamo mi atención. Ella empezó a decir directrices sobre la actividad de las carpas, solo sonreí un poco y me gire a mis compañeras—. Entonces a donde la ponemos?.

—¿Puede ser en ese lugar? —Fiorella señalo un lugar con sombra vacío, ante de volver a nosotras.

—Por mi no hay problema

—Bien —murmuro ante empezar a caminar hacia el lugar que dijo.

La cosa fue que después de murmurar aquello sin ningún problema, o sin mayor vergüenza siquiera solo pare mi caminada hasta que llegamos al lugar y por encima pude escuchar la voz de Anna, asentí cuando dijo que ella también sabia, cosa que me alegro.

Dos cabeza pensaban mejor que una ¿no?

Entonces escuche con gracia lo que ella le dijo después; sobre el muchachote fuertote. La cosa fue que alce una ceja por lo que dijo Alisha después, suspire un poco sin murmurar nada y solo me dispuse ayudar a Anna a sacar las herramientas, mientras lo hacia lleve mi vista a la chica que estaba recostada con su espalda en el árbol.

Verdaderamente parecía que no iba ayudarnos.

¿O tal vez estaba equivocada y si iba hacerlo?~

No tenia nada que pensar, después de todo conocía a personas como ella.

Después de sacar lo ultimo que quedaba, me pare, y en el proceso escuche un poco lo que la profesora dijo sobre la actividad, antes de mirar a mis compañeras y en el proceso escuche lo que dijo Anna.

No dije nada relevante a lo que le dijo a Alisha, mi rostro seguía serio y en su momento se que seguiría hasta que no hubiera nada interesante de ver.

—Supongo que ya puedes empezar ayudarnos armar la carpa ¿no? —murmure después de ver como Anna separaba los elementos de la bolsa sobre el césped, y para decir verdad la pregunta iba para Alisha.

Contenido oculto

Corrigiendo xd, para que el post de Adara tengo sentido con lo que dijo Ana uwu.

 

[Zona de Acampada]

Levanté una ceja en cuanto oí como pronunciaba las "cosas más osadas". Suponía que la forma en la cual lo había dicho le había impreso más misterio o epicidad de lo que realmente se merecía todo eso. Me volví a encoger de hombros, antes de responder.

— Eh, tampoco pienses que tuve una increíble aventura en algún paraje desolado. Hablaba más que nada de subir como cinco pisos de escaleras con las muletas, principalmente. O seguir entrenando y demás —le dediqué una sonrisa traviesa.— Aunque creo que lo que querías saber era si me había acostado con alguien en muletas. Lo hice, obviamente, pero sin las muletas. A alguna persona le gustará, supongo, pero pienso que sería incomodísimo.

Solté una risotada, para luego asentir ante la explicación de Joey sobre nuestro otro compañero. ¿La cara llena de tatuajes? Creía haber visto entonces al gemelo "malo" durante la escuela. Esa característica era bastante notable. Además, ¿toda la cara llena? Que ganas. Yo tenía tatuajes, obviamente, y me gustaban, pero la verdad no sabría si me gustaría hacerme algo a la cara. Cada oveja con su pareja, suponía.

La pregunta sobre si Joey había acampado anteriormente pareció llevarlo durante unos segundos a algún lugar del pasado. No conocía casi absolutamente nada de la vida personal de Joey, siendo sincero, pero el muchacho siempre se había visto bastante reacio a comentar nada. Su respuesta fue algo escueta, de hecho, pero decidí no insistir. Me aboqué a investigar lo que traía la bolsa de la tienda, para distraer la mente, mientras el muchacho hablaba de los baños. Sinceramente, esperaba que estuviera en lo cierto. Sería engorroso tener que despertarse flotando sobre un charco de agua. Aparte de incómodo. Y levemente gracioso.

No mucho después, el silbatazo de la profesora se escuchó de vuelta, llamando nuestra atención. Al parecer, era hora de armar las tiendas. Le presté una atención parcial a las explicaciones que hacía, junto a la demostración entre los dos profesores, más que nada para refrescar conocimientos. Fruncí el ceño en cuanto mencionó que esto iba a convertirse en una competencia a contrarreloj. Pero si lo hacían todo apurados, muchos iban a cometer errores. E iban a tener que hacer la carpa de vuelta. No tenía mucho sentido esto.

Suspiré y me encogí de hombros. Supongo que buscar la lógica detrás de todo eso era algo fútil. Probablemente era un incentivo para los que estaban algo dudosos se pusieran a trabajar de una vez.

— Bueno, toca empezar, Joey. Me encargo de las sogas, y tú de las varillas, ¿quieres? Ah, y ahí parece que llega nuestro tercer miembro del equipo. ¡Buenas, Zoldryck! Soy Jack. ¿Te puedes encargar de las estacas?

Y así, nos pusimos a trabajar. Sinceramente, andaba tranquilo. Prefería armar bien mi carpa antes que ganar una competición. Ya había tenido muy malas experiencias, y no me gustaría repetirlas.

 

Zona de acampada


Observé a mis compañeras con gran curiosidad, ojos repletos de interés.

Yup, definitivamente no las vi nunca. Éramos desconocidas.

Un pequeño sonrojo adornó mis mejillas al darme cuenta y me sentí algo expuesta. Últimamente cuando hablaba con gente nueva lo hacía con Haru a mi lado. Creí que él era quien más necesitaba mi apoyo… ¿pero y si era al revés?

Por un momento recordé la época en la que estuvimos alejados, el día que se marchó de casa, las semanas que me sentía tan sola e incomprendida en mi propia casa. Podía jurar que fue la peor etapa de mi vida, al menos hasta ahora.

Y todavía… no le había contado nada de lo que sucedió.

Pero él tampoco me había contado nada.

Nos guardábamos un secreto entre ambos.

Era justo, asumí. Y quizá era lo mejor.

Sabía que Haru esta vez estaba cerca, estuve con él durante el camino, nos despedimos hacía apenas nada, pero… algo me impedía estar segura de ello. De que estaba aquí. ¿Por qué me sentía así?

—Yo soy Aya. — Correspondí el saludo de Clementine con una sonrisa tímida, y de pronto las palabras parecían muy pesadas para pronunciarlas. Aun así seguí hablando, mostrándome lo más amigable que podía en ese momento—. Me esforzaré mucho para que puedas sacar una foto muy bonita. Quiero decir… esforcémonos. Lamento decir que tu apellido no me suena… pero no es que los apellidos importen mucho aquí, ¿no es así?

Sin dar lugar a más charla me volteé y me quedé observando cómo los profesores montaban la tienda para guiarnos, tratando de estar super atenta a cualquier detalle, y el ruido del silbato aun así me asustó. No estaba interesada en ganar, solo quería divertirme y no pensar en competir. Pero a lo mejor no era lo mismo para ellas, éramos un grupo y debía dar lo mejor de mí.

Miré a mis compañeras con algo de inseguridad y cogí las estacas sin dudar mucho, parecía un trabajo arduo y prefería quedarme con la carga.

—Yo me ocuparé de las estacas si os parece bien.

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Ikoma-kun había pensado lo siguiente: Ayako se queda con las estacas, Génesis las varillas (que voy a tirar yo por ella), y tú te quedas con las sogas y también te encargas de tirar el dado de 50 que determinan los minutos extra. Así ambos tiramos dos y dos y nos dividimos aunque no sea muy balanceado. Espero que esté bien así <3

También decir que ando enfermita desde hace días así que perdón por tardar sfksjflfk me cuesta hacer cositas

 

Zona de acampada

El silbato logró que irguiera mi espalda aún acuclillado y prestará atención al vozarrón de la profesora. Miré la situación con cierta preocupación, no sabía qué tanto quería participar en una competencia, esperaba que a los otros no les molestara tanto perder en algo así, no quería ser pesimista, pero me preocupaban sus reacciones si quedábamos en ridículo... Aunque recordar cómo habían sido hasta el momento y las palabras que habían brindado al respecto fueron suficientes para evitar caer en una bruma sin mayores fundamentos que un miedo algo irracional. Suspiré y miré con desagrado cuando oí el siguiente pitido, como odiaba esas cosas.

Kenneth y David no demoraron en actuar, el pelirrojo se acercó a mí y habló con un tono suavizado, lo noté, estaba lejos de desagradarme aquel gesto que incluso podía ser considerado de su parte, así que sabía apreciar el gesto. Esa gratitud se reflejó en la suave sonrisa que le devolví, asintiendo con la misma naturaleza.

—Claro —musité paea incorporarme—, ¿Por dónde empiezo?

Fuí siguiendo las instrucciones de mi senpai lo mejor que podía, cada que trastabillé en algo mi ceño se frunció preocupado, pocas veces solté el disculpa, pero siempre se reflejaron en mi rostro esas palabras cuando buscaba la vista de David al cometer un erro, un perrito abandonado, corderito degollado, lo que quisieras metaforizar.

Tan centrado estaba en pifiarla lo menos posible que lo último de lo que me habría enterado era de lo que se susurraban los chicos. Una vez la carpa montana me permití un suspiro, luego busqué la botella de agua que me había brindado la chica y di un buen trago, si es que parecía sudar por solo respirar incluso. Y aún en mi condición, con esa preocupación en el rostro, me dirigí al par alzando hacia adelante la botella. Los miré un breve segundo antes de desviar la mirada.

—¿Quieren? —fue suave y aún así no titubé al hablar, solo tenía un volumen muy bajito, casi siempre.

Zona de acampada

Ethans respondió con una sonrisa calma que observé con seriedad, con eso me pude hacer mejor a la idea de cómo me iría con ella, la verdad es que en ese preciso momento no llegaba a astiarme, lo que era bueno. Tocaría comprobar cuánto duraría eso. La otra chicuela iba y venía irradiando energías, pero más me irritó el pitido de la profesora y esas ganas de volver todo una competencia, el desagrado con la que la miré fue incluso palpable, pero bueno, me resigné a observar con brazos cruzados la explicación, pues supuse que la necesitaríamos.

Una vez finalizado el monólogo de la docente observé en qué andaban las otras dos, la cría ya había colocado todas las cosas sobre el césped y yo no pude hacer más que enarcar una ceja, cuando nos incitó a empezar cerré los ojos con el ceño un poco más fruncido en mi seriedad habitual y exhalé para luego observar con la seriedad calma la situación.

—¿Cómo lo hacemos?

De tal manera terminamos por organizarnos y fui al final la encargada de las sogas, me gustaba aprenderme nudos tanto como trucos con la navaja, así que fue lo mejor, siendo sincera.

Una vez armada solo quedaría esperar a que no se callera, como bien dijeron los profes, a mitad de la noche.

Zona de acampada

El chico parecía bastante tranquilito y supongo que eso era más bueno que malo, el otro tenía altas pintas de bully, ojalá estar equivocado, aunque sus tatuajes me molaban un montón. Cuando me apuntó la sombra giré de inmediato la cabeza hacia el lugar y la sonrisa amplia no demoró en regresar, se la dirigí luego al pelirrojo cerrando los ojos.

—¡Desde aquí se ve perfecta! Vamos— Emprendí la marcha y el senpai no demoró en indagar un poco en mi, lo que me pilló con la sorpresa en el rostro—. ¿Uh? Ah, no— Mi expresión lastimera se hizo presente, aunque era más como de cansancio que real tristeza, luego hice un pucherito mirando al frente, no fuera a ser que chocará contra algo. Manos tras mi nuca seguí hablando—, la única amiga mía se quedó en casa—. Sentía que no podía quejarme mucho, pero Nagigi en verdad se estaba perdiendo una aventura de lo más grande. ¡En fin! Al menos algún recuerdo lograría traerle, ¿No? Un poquito de natura para su citadina vida.

>>Pero bueno, ¡Creo que he visto a otras compañeras por ahí! —agregué otra vez con una sonrisa, ¡Había visto a la inconfundible de Shichi-rin! Era la ocasión perfecta para conocernos mejor, ¿No? En fin, que calmé mi culo inquieto cuando le regresé la pregunta a Dunn-senpai, sonriendo suave y toda la cosa, aunque seguía irradiando esa energía de crío que me acompañaba varias veces—, ¿Qué tal tú? ¿Te has encontrado con algún amigo?

En verdad, debía ser un fiasco que tuviera que compartir carpa conmigo teniendo a sus amigos por ahí, pero bueno, algo encontraría para mejorar su experiencia, ya pensaría en qué. Cuando llegamos a la sombra la profesora no demoró en pitar, escuché lo que dijo y la ignoré poco después que empezará la explicación, esas cosas ya me las sabía. Al final nos organizamos de modo que el bandalo colocara las estacas, fueguito-senpai se encargaría de las sogas y yo colocaría esas estafas como todo un profesional, claro que sí... más me valía no pifiarla ahora que tenía tanta confianza.

—¡Listo!— Me incorporé sonriente una vez terminé de colocar la última estaca, manos sobre la cintura y toda la cosa—, ¡Ahora a esperar que no nos aplaste de noche!

Demasiado contento para hablar de infortunios, Vite.

Zona de acampada

La tercera integrante no demoró en aparecer justo delante de nuestras narices, la miré con esa ligera sorpresa y la chica no demoró en presentarse. Smith, eh, nos había tocado un grupito de extrenjeras~ Cuanto menos curioso.

—Asi es —respondí al comentario de Fiorella con una sonrisa suave, bastante relajada la verdad, siempre sujeta a su brazo como la buena lapa que podía llegar a ser. Y, antes de siquiera poder abrir la boca la pelirroja me había presentado y todo, vaya, que amable~ Logró que brotara una suave y grave risa—. Un gusto, Smith —agregué con esa sonrisa suave, pero mis ojos irradiaban una confianza casi chispeante. En eso Fiorella reparó en que la chica había traído con ella la tienda de acampar y la sorpresa se reflejó en mi rostro, luego la sonrisa jocosa cubrió mis labios—, wow, how considerate~ —terminé con una sonrisa bastante felina al punto de que entornaba mis ojos, para qué negarlo, de vez en cuando gustaba de presumir y si podía sacar a relucir el inglés al que le había hechado muchas horas para aprender no sería yo quien se limitara.

Luego las chicas decidieron a donde ir y ya que parecían tan entusiasmadas en tomar el mando ni me molesté en intervenir, ya si encontraba algo muy de mi desagrado, pues hablaría.

—Eso, eso, ustedes piensen y yo solo las sigo~ —comenté como si nada con la gracia impregnada en la voz.

No es que me gustara quedar como tonta, pero bromear de vez en cuando no venís mal, a que sí.

 

Zona de acampada

Después de todo nuestra compañera había llegado antes que nosotras las fuéramos por ella, y lo agradecía realmente, no demore mucho en fijarme en ella cuando Numéria hablo, primera vez que que conocía a una estadounidense, había viajo un par de veces a Estados Unidos pero nunca había llevado una relacion de amistad o algo por el estilo con alguien que fuera de allá. Aunque pensándolo bien no sabría reconocer de que parte de ese pais fuera.

—Lo mismo dijo Numéria, mucho gusto.

Para decir verdad no dije nada mas, hasta que llegamos al lugar donde había señalado, Isla dejo la bolsa en el suelo y solo se dispuso a sacar las herramientas. Hasta que llego la ahora de distribuirnos los materiales y sin mayor problema yo ayudaría con las varillas, Isla con las estacas, y Numéria con las sogas.

Junte las varillas para poder ponerlas en la carpas y Isla clavo las estacas cuando la carpa ya estuvo lista juntamente con las sogas. Y para decir verdad no se nos complico mucho, tenia la ventaja de por si, ya que los padres de Adara me había enseñado como hacerlo, y eso si nunca me lo olvidaría.

—Listo terminamos, ahora toca ver si no se, nos cae a la mitad de la noche.

Zona de acampada

Pude escuchar su conversación después de decirle esas palabras Alisha, note su expresión pero solo la ignore como si nada, tenia cosas mejores que hacer, empecé a juntar las varillas aunque cuando ya iba a cavar recibí la ayuda de Anna, deje que me ayudara sin mayor problema. Podía decir que se me hizo fácil por la practica que había tenido con mis padres cuando íbamos de acampar con Fiorella, y estaba segura que a ella tampoco se le haría tan difícil.

Suspire cuando terminamos, y estaba sorprendida por que nos coordinamos sin mayor problema, cosa que talvez agradecía, me aparte un poco de la carpa para verla mejor, y como aun tenia mi cámara colgada en mi cuello, pues le tome una foto.

Quedaría de recuerdo.

Sonríe un poco al verla, y para no mentir tomar fotos era lo único que realmente me sacaba una sonrisa sincera en esta vida. Aparte de Fiorella claro estaba. Mire Anna cuando hablo sobre el trabajo, solo asentí en modo de respuesta, y después escuche la voz de Alisha, había entendido algunas cosas que había dicho en ingles por que mi padre me obligo a estudiarlo.

—¿Un nombre dices? —pregunte alzando una ceja y en el proceso me senté en el suelo, notando como todos los demás trabajaban,—. ¿Se te ocurre alguno?, después de todo la tres tenemos nombres que empieza con la "a" —no la mire cuando termine de decir eso, solo me dispuse alzar mi cámara, y fotografié todo lo que me llamo la atención.

 

Ayame Sabaku

La competencia de carpas estaba servida y era nuestro deber dejar atrás al resto de campistas, revise entre todas las cosas para armar la tienda; debía ir lo más rápido posible si no quería ser la vergüenza del campamento.

—equipo ¡me las arreglaré con la soga si no les importa!

No tuve que esperar mucho para enredarme con las sogas cómo siempre solía ocurrir, pero ni eso me detuvo y logré dominar la situación con esas trampas mortales.

—Descuiden se de ventarrones y les juro que ninguna soga escapara ni con un huracán.

Clevert White

—Muy bien debemos salir de esto, los pies están matándome ahora.

No me importaba si daba señales de ser un flojo de primera, pero había sido un camino largo desde la academia cargando el equipaje de Clementine por el camino.

—Si no hay inconveniente me encargo de las estaca—dije al tomar las estacas de metal—creo que así no perdemos demasiado tiempo.

Busque hasta dar con el lugar más refrescante y sin el peligro de ser cocinados por el sol de mediodía.

 

Zona de acampada

El senpai de momento se veía relajado y eso no hacía más que alegrarme, quitando de momento mis temores inciales de que las cosas fueran mal. Me contó que se había encontrado con compañeros de clases y que sus amigos habían venido también, que suerte~

—Pues me alegra saber eso —fue mi respuesta sonriendo de oreja a oreja—, ¿Piensas ir a buscarles luego? —indagé con calma mientras buscaba las estacas.

Colocarlas see dificultó más de lo que pensaba y parece que Dunn iba por las mismas, pero el tatuado lo hizo suuuper bien y no pude hacer más que mirar su resultado con ojillos impregnados de admiración. Una vez terminado el trabajo coloqué las manos sobre mi cintura y sonreí bien pancho.

—¡Se ve genial!— Ignoremos todos los minutos que nos llevó armar esto—. ¡Me pido el costado izquierdo!— No demoré en hacerme con mi mochila, deshacerme de mis zapatos y entrar a la tienda para marcar el cual sería mi territorio esta noche, aunque no sería de extrañar que terminara en la otra punta del lugar una vez me durmiera, porque lo inquieto no se iba ni en el sueño profundo.

Zona de acampada

Aún sin preocuparme por terminar primero y no siendo de las mejores en lo que armar carpas se refería, sentía que avancé a un buen ritmo y una vez terminado el trabajo no pude hacer más que sonreír con bastante orgullo, el gesto se tornó más desenfadado y radiante cuando me dirigí a las damas de mi equipo.

—Buen trabajo, chicas~ Ahora habrá que ver cómo nos colocamos dentro de la tienda —comenté con calma mientras iba a buscar la mochila que dejé por ahí— ¿Alguna preferencia?

Tenía un montón de ganas de hacerme con una orilla, así que me tocaba saber con cuál de las dos me tendría que pelear por conseguirlo. Una batalla mental, claro~.

Zona de acampada

La chica no había alcanzado a responder mi pregunta cuando tuve que alejarme, pero al menos parecía estar bien a excepción de la marca que le dejó Kenta, cosa que no dejaba de ser un alivio. La leve sorpresa al recordar que olvidé mi botella con ella se reflejó en mi rostro cuando estaba ya con mi grupo correspondiente, pero no había nada que hacer, ya vería cómo conseguirla de regreso. Le sonreí al grupo, la pequeña se veía bastante contenta, Nieves... supongo que estaba dando lo mejor de si. Di una suave palmada cuando Aya-chan contó lo de encargarse de las cuerdas.

—Te dejamos eso, entonces. ¿Intentas tú con las estacas, Nieves-chan? —pregunté con la sonrisa suave, manos sobre mi regazo, ella me respondió frunciendo el ceño reflejando la duda que tenía.

—¿Estarás bien con las varillas?— Sonreí apretando el músculo que formé al doblar el brazo.

—Tengo experiencia—. La chica respondió mi gesto con una sonrisa suave que yo no demoré en reflejar con alegría, así que luego de que me afirmara un "De acuerdo" no colocamos manos a la obra.

Zona de acampada

Miré al menor con una seriedad algo falsa, aunque no era consciente de lo real que se veía, y le piqué la nariz con la punta de mi índice, muy centrado.

—Hey, chicuelo, no olvides la mucho muy importante pregunta de sí eres nuevo.

Al final Fujiwara se encargaría de las sogas, el otro de las estacas y yo de las varillas. Con el ánimo en el rostro y la sonrisa confiada empecé a trabajar, ojalá y las cosas salieran bien para no marchar el renombre que le había dado a entender a Fujiwara que tenía, al decirle de mis experiencias y todo eso.

Supongo que ya podría castigarme luego de no lograrlo~

 

Al parecer, Joey había esperado que le narrara alguna loca aventura que había tenido cuando estaba tullido (o al menos, más tullido que ahora), porque su cara de decepción cuando simplemente le describí cosas mundanas fue todo un espectáculo. Todavía no sabía identificar cuando estaba bromeando o cuando estaba serio, así que decidí simplemente pensar que de verdad había pensado en que había hecho algo épico. Pareció interesarse cuando le dije que me había encamado, pero bueno. Eso sí era de esperar.

Su comentario sobre las posiciones me tomó algo por sorpresa, la verdad, en especial con la naturalidad con la que lo dijo. Había que ver como todavía no me acostumbraba a la soltura que tenían él y Ali con estos temas. Iba a decir que en general me gustaba estar debajo, excepto en ocasiones particulares, y recalcar que el último comentario había sido algo extraño, pero tuvimos que ponernos a armar las carpas, así que no hubo mucho tiempo para hablar. Nos abocamos a la tarea, aprovechando que Zoldryck parecía bastante rápido con las manos, y pudo ayudarnos apenas terminó sus tareas.

Había que ver la velocidad con la que algunos se habían puesto a armar sus carpas. El grupo de Alisha de hecho terminó siendo uno de los primeros. Yo solía ser competitivo, pero había cosas que era mejor hacerlas con calma. A pesar de todo, las carpas parecían estar en buen estado, y tampoco había mucho riesgo de que se desmoronaran. Al parecer, había bastantes chicos con experiencia en acampada.

El estómago me rugió, y justo a tiempo, porque anunciaron el almuerzo justo después de los ganadores. No me había dado cuenta del hambre que traía encima, tan compenetrado como estuve con la carpa. Se me hizo agua la boca en cuanto olí la carne siendo braseada. Vaya lujo este campamento. Más que un campamento parecía una simple salida al campo. Lo cual tampoco estaba mal.

— Bueno chicos, supongo que los veo luego. Mi estómago me llama —saludé, con una sonrisa, y me dirigí hacia la fila, para recibir mis cubiertos.

Fui luego hacia las parrillas, quizás con un poco más de ímpetu del que debería (pero bueno, me estaba muriendo de hambre, no era chico el cuerpo que había que alimentar), y pedí que me sirvieran todo lo que pudiera entrar en el plato. Le sonreí a los profesores mientras me miraban con cara de que no iba a poder llevar todo lo que tenía solo con una mano, pero ellos no sabían que ya tenía mucha práctica. Lo primero que uno aprendía cuando tenía que usar muleta o bastón era a llevar platos de comida con una sola mano. Era una habilidad fundamental.

En eso pude notar a Alethea, que también estaba buscando su almuerzo junto con la que seguramente había sido una de sus compañeras para armar la carpa. Vaya, al parecer estaba conociendo gente ya. Sonreí para mis adentros, y pensé en acercarme, pero luego me detuve. ¿No iba a ser muy cargoso? Es decir, ya había estado hablando con ella durante la mañana. Tal vez ahora solo quería un rato de calma para almorzar, conocer a la que sería su compañera de carpa por la noche, y listo. Fruncí el ceño. ¿Por qué me estaba preocupando por eso ahora? Ya varias veces la muchacha dijo que no le molestaba. Y si no me equivocaba, la pasaba bastante bien conmigo. ¿A qué venía esa aprensión imprevista?

Meneé la cabeza, para despejar los pensamientos, y me encogí de hombros. Si le molestaba, estaba seguro de que me lo iba a decir. Además, no podía perder la oportunidad de conocer más personas. Zoldryck había estado bastante callado durante el armado de carpas, así que tal vez no le gustaba mucho hablar. Ya podría abordarlo luego a la noche.

— ¡Hola! Parece que no te vas a poder librar de mí, Ale. Voy a aprovechar el campamento para ponerme al día contigo —le sonreí, divertido, y luego desvié mi atención hacia su acompañante.— ¡Y hola a ti también! Soy Jack, por cierto. ¿Cuál es tu nombre? ¿Te tocó armar la carpa con Alethea? Ah, por cierto. ¿Cómo les fue con eso? ¿Pudieron armar todo bien? ¿Tuvieron algún problema?

De repente, recordé que todavía estaba parado, con el plato lleno de comida, en el medio del campamento.

>> ¿Les parece si buscamos un lugar para sentarnos? ¿O ya tenían en mente algún lado?

Contenido oculto

Amane Mori holu

 

Contenido oculto: The last dance

Zona de acampada

La voz de la pequeña me provocó un leve tic en el ojo, pero pronto se vio deshecho y tan solo me limité a mirarla con seriedad, aun con mi actitud estaba prestándole la debida atención y eso al menos era algo. Para mi propia sorpresa sus palabras fueron... bastante lógicas y su entusiasmos se limitó a un nivel normal, por lo que en realidad no me desesperó más de lo que ya había hecho hasta el momento. Insisto, Sabaku me sentaba peor. Cómo fuera, los profesores no demoraron en llamar a comer cuando terminamos, nos habíamos demorado bastante, así que tampoco era de extrañar. Di un suspiro, la verdad es que sí tenía algo de hambre con toda la caminata, socialización y la armada de carpa, así que me dirigí al lugar a un paso calmado y aproveché de hacerme con uno de mis coles, para poder amarrarme el cabello en una coleta alta, pues el calor empezaba a volverse insoportable.

Sin querer terminé en la fila junto a Ethans, me importaba poco, la verdad, pero para sorpresa de ambas, o al menos eso supongo, un chico bastante alto no demoró en abarcarnos. Entrecerré un ojo y no demoré en enarcar una ceja, mirándole en silencio. Bueno, parece que solo venía por Ethans, así que me iba a desatender de la situación, ese era mi plan hasta que se le ocurrió dirigirse hacia mí, no sé sí era la mejor opción, aunque era claro que mi cara de culo no le alertó de las consecuencias que podía acarrear el asunto. Inhalé hondo, seria, recibiendo toda sus preguntas y preguntándome por qué no me iba de una buena vez, en fin, que asentí a lo de que era compañera de Alethea.

—Fiore —respondí a cuál era mi nombre, los tres ahí teníamos todas las pintas de extranjeros, pero aprovecharía el beneficio del país para solo darle mi apellido, eso era una de las cosas que más me encantaban del lugar, porque podía distanciarme más de las personas con el simple hecho de dar solo mi apellido. Me quedé en silencio luego, seria, aunque de momento en ningún momento reflejé real enojo, ni siquiera desinterés, mi voz solo había sonado muy calma y un poco apática. Miré de reojo a Ethans y luego volví mi vista al chico, Jack, buen nombre. Esperaría a que la de cabellos celestes respondiera, porque la verdad poco me importaba almorzar con ellos o ir a hacerlo sola... No, la verdad es que era preferible quedarme con alguien que conociera, aunque solo hayamos armado una carpa juntos, que irme sola y correr el riesgo de que alguien más irritante se sentara cerca mío.

Sí, definitivamente podría ser mejor almorzar con ese par.

 

Antes de sentarme en el suelo Anna se había acercado para ver la foto que le había tomado a la tienda, la mire por encima del hombro como si nada, antes de responderle a la pregunta que me hizo; solo murmure un "que había salido muy bien". De pronto nos encontrábamos hablando sobre el nombre del equipo, que para ser sincera no preste mucha atención ya que estaba demasiado entretenida fotografiando cualquier cosa que me gustara, solo podía decir que tenia bastante relleno para colocar en mi cuarto de colecciones.

Entonces escuche algo que dijo Anna por encima, gire a mirarla cuando le pregunto Alisha como se decía alfajores en ingles, si no mal recuerdo eso era un postre dulce, y eran muy ricos para decir verdad, lo sabia por que a Fiorella le gustaban, ella amaba el dulce como no hay idea. Claro esa era la segunda cosa que ella amaba, primero y antes que todo estaba el piano.

Y si el haber aprendido ingles me sirvió de algo, creo que alfajores se decía caramel cookies.

Pero no pensaba decirlo, a los cuatros vientos.

La cosa fue que una de las profesoras hablo, ya tenían ganadoras, y bueno nosotras habíamos quedado en el tercer lugar, solo reí entre dientes ante el resultado, suspire al levantarme de una vez en el momento que escuche que ya era hora de comer, colgué mi cámara en mi cuello, pues ese seria su lugar por un buen rato.

Me acerque a mi mochila, para sacar algo que había traído, en el proceso escuche la voz de Anna solo me erguí para mirarla. Parpadee un poco pensando en su pregunta, busque con la mirada a Fiorella notando que estaba con sus compañeras seguro almorzaría con ellas. Como si nada intercale mirada entre las dos.

—Si a tu amiga no le molesta —alce mis hombros—. Pues por mi no hay problema.

Después de terminar de armar las carpas pues solo la mire un poco, había quedado bien de lejos, solo sabría decir como estaría en la madrugada, ojala no se nos caiga encima. Mire a Fiorella y después a Numéria cuando hablaron, sonreí por encima por lo que dijo después.

—Yo puedo acomodarme en cualquier puesto —murmure alzando los hombros.

—Por mi lado seria lo mismo —inquirió Fiorella, la mire para sonreír un poco.

Entonces llego la ahora de decir quien gano, pues después que la profesora lo dijera, escuche la risa de Fiorella.

—No me sorprende que el equipo de Adara este entre los ganadores —susurro, pero logre escucharla.

—¿La conoces? —pregunte mirando por encima a los demás.

—Aja es mi mejor amiga —sonrió—. Pero no hay que desanimarse chicas, de seguro de que hay mas actividades que serán muy divertidas.

Asentí y en el proceso escuche la voz de otra de las profesoras estaba indicando que ya era ahora de almorzar.

—Si quieren podemos almorzar juntas —murmure con una sonrisa en mis labios—. Claro si no tienes con quien hacerlo.

—Por mi esta bien —saco algo que su bolso, mas bien eran galletas—. Siempre las cargo conmigo, puedo decir que soy amante a todo lo que tenga dulce —explico mirando a Numéria—. Podremos usarlas como un postre, y si estamos demasiados llenas pues nos la comemos mas tarde.