Tokorozawa Lago Sayama [Lago]

Tema en 'Ciudad' iniciado por Gigi Blanche, 23 Junio 2021.

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    Gigi Blanche

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    Asentí con calma ante su respuesta y pensé que él, quizá, fuera de las personas que concebía las novelas de misterio como un desafío, una carrera contra el propio autor. Al menos, solía ser el caso para quienes mencionaban este como uno de sus géneros favoritos. Ponerse en la piel del protagonista y descubrir al culpable antes de que la prosa lo devele sonaba interesante y satisfactorio. De cualquier forma, personalmente nunca me había interesado mucho. ¿Por qué? No estaba segura.

    —¿Fan de Christie y Conan Doyle? —indagué, en voz baja, con un tono de cierta familiaridad.

    Noté que Mattsson compartía, a su vez, la información con Hiradaira, quien le dedicó su entera atención pero sólo se limitó a sonreírle. Supuse que no era de leer libros. El muchacho, entonces, me regresó la pregunta, y fui extrañamente consciente del fuego repiqueteando a nuestro lado. La calidez sutil que emanaba, el juego de luces doradas en el rostro de Mattsson, el chasquido desapercibido de la leña.

    —Últimamente me he visto volcada hacia la tragedia, en especial obras griegas y de Shakespeare. Digamos que las estoy redescubriendo. Y si tuviera que elegir un favorito histórico... Hesse, quizá.


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    Cuando Fiorella cuestionó mi naturaleza angelical lo único que hice fue mantener allí la carita de niño bueno, sin flaquear ni un ápice. Luego dijo que me quedaría debiéndole el premio por haber ganado y asentí, aceptando mi destino. ¿Quizá fuera algo relacionado al club? Bueno, no importaba demasiado. Sea lo que sea, no me molestaba la idea de cumplírselo. Estaba por responder una tontería para cerrar la promesa cuando la chica alzó la voz, llamando a su famosa mejor amiga. Su cara me quería sonar vagamente de las veces que había husmeado en la 3-2, o quizá me estaba sugestionando sin más. Makris se acercó a nosotros y su actitud condijo con lo que Fiorella me había advertido de ella.

    Y yo, como era un buen niño que hacía caso, le sonreí bien inocente. El gesto me cerró los ojos en el momento que asentí a modo de saludo cuando Fiorella me presentó como el líder del club, y desde ahí me dediqué a alternar mi mirada entre ambas conforme se desarrollaba el intercambio. Una vez llegó la presentación oficial de la chica, me pilló algo desprevenido que estirara la mano. Bueno, era extranjera, ¿no? Decidí amoldarme y la acepté, estrechándola con movimientos delicados y un nivel de presión ligero.

    —El gusto es mío, Makris-san —murmuré con suavidad—. Justo Bianchi-san estaba comentándome sobre ti.

    ¿De qué forma, exactamente? Ah, detalles, detalles.

    —Huele bien —mencioné, mirando la comida, y la sonrisa me iluminó brevemente el semblante al ver a Adara a los ojos—. ¿Te molesta si comemos contigo, Makris-san?


    ¿Qué pretendía exactamente? ¿Demostrar lo que le había asegurado a Fiorella? Bueno, podía ser que sí.
     
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    Bruno TDF

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    Cuando Bleke quiso indagar sobre mis autores predilectos con la mención de dos nombres muy conocidos, recibió como respuesta un movimiento silencioso de mi cabeza que no llegaba a ser afirmación ni negación, sino un punto intermedio entre ambas expresiones. Era como una forma de decir que sí y que no. Pero lo cierto es que había algo en la conversación que prevalecía por sobre todas las cosas: mi interés por descubrir hacia qué tipo de lecturas se volcaba la chica frente a mí. Por eso le cedí espacio para que continuara hablando. Yo me consideraba un lector muy dedicado, como un lord de los libros. Pero hasta el momento siempre fue una actividad más bien solitaria, que en muy pocas ocasiones llegué a compartir. Y siempre que surgía la chance de hablar con alguien sobre qué nos gustaba en el amplio universo de los libros, mi interés y gusto eran genuinos. Así, descubrí que se encontraba redescubriendo el género de las tragedias. Y además….

    —También siento preferencia por Hesse —dije—. En cuanto al género policial, creo que mi gusto está más inclinado hacia Doyle; no obstante, el personaje que me ha resultado más impresionante es el detective Auguste Lupin, de los cuentos de Edgar Allan Poe. Los crímenes de la calle Morgue me sigue sorprendiendo hoy día, a pesar de haberlo releído en bastantes ocasiones.

    Hice una pequeña pausa antes de continuar hablando, como para dar un tiempo de asimilar la opinión compartida. El crepitar del fuego rompía el silencio. Observé el rostro de Bleke con una expresión serena.

    —¿Qué tragedia me recomendarías? —le pregunté. Y tras un instante de observación, mostré una sonrisa amable— Y… ¿No quieres sentarte con nosotros un rato?

    Era cierto que no tenía intención de sacar conclusiones apresuradas sobre las compañías de Bleke, pero opté por tomar el atrevimiento de buscar sumarla a nuestra mesa porque algo de culpa me daba tenerla allí de pie, con el plato de comida en sus manos. Además, con la compañía de Anna y el abrigo de la fogata, era una buena oportunidad de volver la noche incluso más amena.
     
    Última edición: 7 Agosto 2023
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    Gigi Blanche

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    Una muy ligera sonrisa se dibujó en mis labios al oír que también le gustaba leer a Hesse. Su carácter existencialista volvía al público algo más reducido, así que aquellas eran noticias agradables. Mencionó un cuento de Poe que aún no había leído, de modo que me limité a asentir y mencionar que planeaba leerlo en el futuro. Mientras pensaba qué tragedia recomendarle, su sonrisa se suavizó ligeramente y me invitó a sentarme con ellos. Recordé que llevaba aún la bandeja en las manos y deslicé la mirada a Hiradaira. La chica dio un leve respingo al saberse observada y le tomó un instante conectar cerebro con lengua.

    —Siéntate, si quieres —acordó, sonriendo—. Te vas a acalambrar así y se te va a enfriar la comida.

    Tomé asiento junto a Mattsson, entonces, con movimientos tranquilos y silenciosos. Casi al mismo tiempo, Hiradaira se incorporó.

    —Buscaré algo de comer mientras charlan —avisó, retirándose.

    —Antígona, ¿la has oído nombrar? —murmuré poco después de que Anna se fuera, girando el rostro hacia Hubert, y comencé a relatar con voz suave y calmada—. Es la tragedia de Antígona, hija de Edipo y Yocasta. Según el mito, los hermanos de Antígona, Eteocles y Polinices, debían gobernar Tebas juntos tras la muerte del rey Edipo. Eteocles, sin embargo, incumple este acuerdo y traiciona a Polinices, quien busca apoyo en Argos, una ciudad enemiga, y reúne un ejército para enfrentarse a su hermano. Ambos mueren en la batalla, tal y como la maldición de Edipo había vaticinado, y su tío Creonte asciende al poder. Pero Creonte era un tirano y, mientras que declara a Eteocles un héroe de guerra, se niega a enterrar dignamente a Polinices. Aquí es donde entra Antígona.

    Una ligera sonrisa curvó mis labios, satisfecha con mi propia construcción del relato. Además, Antígona me parecía un gran personaje.

    —Antígona se rebela contra su tío y toda su familia, va donde yace el cuerpo de Polinices y lleva a cabo los ritos fúnebres. Creonte lo descubre, sin embargo, y decide castigarla. —Suspendí un pequeño silencio y detallé los ojos de Hubert, mi sonrisa ensanchándose apenas—. El resto podrás descubrirlo leyendo la obra.
     
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    Habia decido sentarme sola desde que habiamos llegado a la zona de acampada, y en si no me importaba demasiado me distraje tomando una que otra foto, en ese momento estaba viviendo mi momento de felicidad, fotografiar cosas o a personas era algo que me apasiona, podria dejar de hacer cualquier cosa menos esto, esta era la unica cosa que me distraia del mundo exterior aparte de leer.

    No paso mucho hasta que decidi ir por algo para comer, acomode todo en mi plato era una persona que le gustaba el orden, y con los platos de comida me podia quedar atras. Lo que no esperaba era que al pasar casi por el muelle escuchara a alguien llamarme solo me quedo buscar el producto de la voz, asi que cuando me di cuanta que era Fiorella solo frunci el ceño levemente mas al ver quien estaba a su lado.

    ¿Para que me llamaba si estaba, acompañada?

    Ni la menor idea.

    Solo me acerque para saludarla de la forma en la que siempre lo hacia, no le decia "Roja" o "Rojita" e incluso "Zanaoria" cuando estaba enojada con ella aunque las dos bien sabiamos que eso duraba poco. Me presento al chico solo lo mire fijo y cuando el me acepto la mano que tenia extendida en modo de saludo pude ver que lo habia agarrado algo desprevenido, en si me olvidaba que aqui no estabamos en Grecia, si no en Tokyo.

    Entonces dijo que Fiorella justamente le estaba hablando de mi, con eso lleve mi vista hacia ella para mirarla con una ceja alzada.

    —¿Asi? Espero que haigan sidos cosas buenas —eso lo habia dicho tranquila y neutra.

    La expreciones de Fiorella cambiaron.

    —¿Que te hace creer que hablaria mal de ti?.

    —¿No se dimelo tu? —ella solo me entrecerro los ojos, pero no dijo nada. Y ahora que lo pensaba bien, siempre que me encontraba con ella nos poniamos asi, yo la provocaba a ella y ella pues me respondia de la misma forma.

    Entonces lleve mi vista al amigo de Fiorella pero lo que el chico dijo despues me saco de onda a mi, no lo espere para nada, note que Fiorella lo miro levemente entre sorprendida y con una ceja alzada para despues mirarme.

    Le heche una mirada al plato para despues volverlo a ver fijo.

    —Para nada —conteste—. Pero ahora me pregunto si ¿no pensaba hacer otra cosa antes de que yo apareciera?
     
    Última edición: 9 Agosto 2023
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    El comentario de Jack en respuesta a las palabras de la peli-azul me hizo su relativa gracia, a decir verdad, porque hablar de las "personas adecuadas" para referirse a Joey y a mí parecía un chiste de mal gusto. Aunque, por otro lado, también era cierto que estábamos hablando de salidas nocturnas con todo lo que eso podía conllevar y definitivamente no se me ocurría nadie mejor para aquello que nosotros. Cuestión que, después de eso, nos despedimos de la muchacha y Jack me acompañó hasta que estuvimos lo suficientemente alejados, diciéndome entonces que no tenía a nadie más en mente y que si podía acompañarme a cenar.

    —Para nada, Jackie-chan, tu compañía es todo un honor para mí~ —le contesté, correspondiendo a su sonrisa sin mayor problema, y no tardé en redirigir la marcha hacia la zona de comida—. Aunque no tengo mucho que contar yo, la verdad... así que dime, ¿qué ha sido de tu vida, Jackie? ¿Ya te llevas mejor con el japonés y las japonesas~?

    Decir que no tenía mucho que contar era decir algo, pero en fin, poco importaba en aquellos momentos; lo que realmente me importaba en esos momento era la comida. Y vaya que no tuve reparo en literalmente llenarme el plato de toda la variedad de comida posible mientras esperaba la respuesta del muchacho, casi como si él no estuviese viéndome, así como tampoco los profesores. ¡La comida era importante, tho!

    perdona por la tardanza tomtom unu hasta el finde estuve fuera de casa y luego he tenidos unos días un poco extraños, pero prometo retomar el ritmo a partir de ahora <3

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    Sasha me recibió sentada en el muelle, girando la cabeza para sonreírme a medida que yo me iba acercando. Le correspondí al gesto sin mayor problema, claro, y no pude evitar soltar una ligera carcajada divertida después, al comprobar su reacción de sorpresa tras mi pequeña revelación sobre saber navegar. Quizás había exagerado un poco todo el asunto, no iba a negarlo, ¿pero acaso se me podía culpar? Dudaba ser el primer y único muchacho en decorar la realidad para poder impresionar a una chica bonita, al fin y al cabo; tampoco podía ser tan difícil manejar una barca de esas, ¿verdad?

    —Los piratas suelen ser más sexy, ¿no? —fue todo lo que comenté tras encogerme ligeramente de hombros, ampliando la sonrisa con una leve chispa de diversión al hablar.

    Vi que la chica se inclinó para hacerse con los chalecos salvavidas y aproveché el momento para dejar mi parte del decorado del pícnic en el interior de la barca, aceptando la prenda al erguirme justo después. Me lo coloqué sin mayor problema, y una nueva sonrisa divertida se apoderó de mis labios al notar el movimiento de la pelirroja mientras hablaba para llamar mi atención. Asentí con la cabeza, acortando las distancias entre nosotros, y me encargué de abrocharle los cierres con extremo cuidado; no me separé de ella al finalizar con la tarea, sin embargo, y en su lugar deslicé una mano por su brazo hasta alcanzarle la suya propia, cogiéndosela con el mismo cuidado con el que me había encargado de su seguridad segundos antes. Le sonreí de nuevo, en aquella ocasión con cierto aire caballeresco extra, y la guié hasta la barca.

    >>Las damas primero, ¿verdad?

    a ti ya te dije por privado, bebi, pero weno, sorry once again por la tardanza unu prometo que la cita hará que merezca la pena uwu espero
     
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    Gigi Blanche

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    El intercambio entre las chicas fue breve y un poco... intenso, si se quiere. Desde luego me faltaban datos, pero me había dado la sensación de que Fiorella reaccionó un poco más de la cuenta al comentario de Adara. ¿Quizá fuera habitual que la picara? En cualquier caso, aproveché el primer silencio que hubo para poner paño frío.

    —Sólo me dijo que su mejor amiga también estaba aquí —murmuré, incluso si era mentira, y le lancé un breve vistazo a Fiorella que pretendió volverla mi cómplice, si se quiere—. Y cuando hablábamos de que podría conocerte, justo apareciste. Qué coincidencia, ¿no?

    Ahí iba de nuevo, la sonrisa de ángel. Luego básicamente nos autoinvité y noté la sorpresa de Fiorella por el rabillo del ojo, aunque mantuve mi atención en Adara. La chica accedió sin problema y mi sonrisa se ensanchó un poco, contento.

    —De momento tenemos que comer, así que no. —Giré el rostro hacia Bianchi, y le hablé en voz baja—. ¿Quieres ir con Makris-san y yo nos busco algo de comida?

    Lo formulé como una pregunta, pero realmente no dejé espacio a muchas réplicas. Me desvié a las parrillas, apilé dos bandejas y pedí dos platos de comida bastante variada. Una vez ubiqué a las chicas, fui hasta la mesa que habían ocupado y me senté, separando las bandejas para alcanzarle una a Fiorella. Agradecí los alimentos en voz baja y luego, antes de llevarme el primer bocado a la boca, reanudé la conversación.

    —¿Cómo te fue en la prueba de valor, Makris-san?
     
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    En si molestar a Fiorella era una pasión que siempre me cargaba encima, por más que lo hiciera todo los días cuando la veía serca ella tenía el don de contestarme de la misma forma. Pero suponía que debía de comportarme después de todo tenía un extraño serca (amigo de Fiorella) no tan extraño.

    Entonces escuché lo que dijo sobre lo que estaba hablando con Fiorella, note que le hecho un vistazo y ella solo asintió a la pregunta. No dije nada y tampoco quise.

    No hasta que en mi mente se produjo la invitación que me había hecho, estaba perpleja si, pero si había aceptado era para indagar como era el chico que tenía al frente, después de todo puede que no hablara mucho, pero era experta leyendo a los demás.

    Entonces giro su rostro hacia Fiorella para decirle si podía ir yendo conmigo, mientras que él le buscaba algo de comida para ellos, y supuse que debíamos de buscar una mesa, ella lo miró por algunos segundos para asistir, después de todo no le dio tiempo de decir nada. Como fuese, nos sentamos en la mesa que habíamos encontrado libre.

    Mire brevemente a Fiorella después de sentarme junto a ella.

    —¿Así que él es Kohaku?

    —Sip —me miro fijo—. ¿A qué viene la pregunta?

    Alce los hombros, y mire la cara de horror que se creó en su rostro en sí para no mentir, me dio ganas de reír, lo que fuera que se le fuera cruzado por la mente, pues no tenía el caso.

    Simplemente, había quería saber si este chico era tan simpático a como ella me había dicho.

    No dije nada, ya en ese momento llegó su amigo le extendió un plato a Fiorella y ella lo aceptó con gusto.

    —Gracias —le agradeció en un murmureo mientras que yo me disponía y comer de mis alimentos. No pasó mucho hasta que escuche su voz y su pregunta, ya había terminado de masticar.

    —¿A mi? Creo y supongo que más o menos no soy ese tipo de persona que se asusta con rápididez —lo mire para después llevar mi vista a mi plato—. Nada más que casi un compañero muere ahogado, y a una compañera casi le arrancan el brazo —alce mi vista hacia el —. Pero supongo que todo esta bien

    Mire a Fiorella y por último al chico

    —¿Y a ustedes?.

    Note que Fiorella alzó los hombros simplemente.

    —Podemos decir que paso casi de todo ¿no Kohaku?
     
    Última edición: 5 Enero 2024
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    Gigi Blanche

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    Le creía, vaya, probablemente ni haría falta oírla decir que no se asustaba con facilidad, pero preferí guardarme mis pensamientos y mantener la sonrisa en mi rostro. Tuve que alzar las cejas, eso sí, cuando Adara mencionó tan tranquila los intentos de ahogo y desmembramiento. Deslicé la mirada a Fiorella brevemente antes de regresarla a Makris, soltando una risa breve.

    —Todo en orden, veo —murmuré, disimulando la pequeña broma personal.

    Comí un poco mientras Adara preguntaba por nuestra experiencia y Fiorella le contestaba primero. Asentí y tragué antes de hablar.

    —Sí, supongo que a tu lista podemos agregar... ¿intento de secuestro? —propuse, corroborando con Bianchi, y mi sonrisa se ensanchó un poco—. Pero salimos todos de una pieza, que es lo que importa. A todo esto... —Alterné la mirada entre ambas, notando que, quizás, andaba más parlanchín que de costumbre—. ¿Cómo se conocieron? Vienen de países diferentes, ¿verdad?
     
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    Bruno TDF

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    Una sonrisa diferente se dibujó en su fisonomía cuando le mencioné mi inclinación por las obras de Hesse. Además de la cordialidad tan digna con la que se mostraba ante nosotros, parecía ser una persona cuyas reacciones estaban marcadas por la discreción. Sin embargo, de forma intencional o no, alguien observador como yo tenía la capacidad de percibir más elementos en gestos tan leves como los de Bleke, por lo que me pareció que el gusto común por Hesse le había provocado complacencia. En respuesta a mi invitación, miró por unos instantes a Anna, como buscando un mutuo acuerdo de quienes ocupábamos la mesa; tras un leve sobresalto, la chica también la instó a ser parte de la reunión. Bleke, entonces, tomó asiento junto a mí. Sus movimientos los desplegaba con una suavidad que casi no emitía sonidos, como si el silencio fuera una capa rodeando sus hombros. Era un parecido que compartíamos, al menos yo consideraba que la serenidad formaba una parte mayoritaria de mis ademanes. Casi en simultáneo, Anna se incorporó con el anuncio de que buscaría algo para comer, ante lo cual aseguré que la esperaría.

    Bleke y yo quedamos solos en la mesa.

    Me giré hacia ella para recibirla con una sonrisa, pues me complacía que se hubiera acercado. No era solamente el hecho de que su compañía traía la promesa de una conversación fructífera sobre literatura. Encontraba alivio en su actitud formal y educada. Me hacía guardar la creencia que nos comprenderíamos con facilidad, al tener formas parecidas de expresarnos.

    Entonces nuestra conversación siguió fluyendo con el abrigo de la fogata y el aroma de la comida. Bleke me preguntó si había oído hablar sobre Antígona. Asentí, tenía algunos entendimientos sobre las escrituras de la antigua Grecia. Pero de la misma forma que Middel no conocía Los crímenes de la calle Morgue, en la misma situación me encontraba yo en lo concerniente a las tragedias griegas. Y ahí se hallaba la esencia de aquella conversación: el descubrimiento. Por eso escuché con devota atención el relato que me ofreció. Su voz era tranquila, pero sabía cómo suspender los momentos precisos, con los cuales retener el interés del oyente. Aquello me recordó al relato que sobre los yokai que le había contado a Anna minutos atrás.


    —Conozco quién fue Sófocles, pero hasta el momento no me he detenido a leer sus tragedias —mencioné con voz calma cuando dejó en el aire el misterio del final, fue un movimiento astuto de su parte—. Tomaré tu invitación de descubrimiento y leeré Antígona luego del campamento. Será interesante intercambiar impresiones luego, ¿no? —sugerí.

    La fogata seguía fulgurando suavemente cerca de nosotros. Miré a Bleke con un ligero destello de curiosidad en los ojos.

    —¿Has contado historias en voz alta? —le pregunté— Hace unos momentos improvisé un relato con Anna, referido a los hechos de la prueba de valor. Al hablarme sobre los hechos de Antígona, no he podido evitar pensar en eso.



    Sólo quiero mencionar que Bleke me parece muy, muy cute uvu
     
    Última edición: 11 Agosto 2023
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    Amane

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    [Bosque #5]

    Jackie-chan y yo estuvimos poniéndonos al día un buen rato, aunque para ser más certera, realmente Jack se la pasó hablando como radio descompuesta mientras yo devoraba comida a un ritmo que posiblemente fuese digno de estudio. Hey, hacía falta comer con ganas para sobrevivir a la vida tan ajetreada que me gustaba tener, ¡era cosa de pura necesidad, nada más! La cosa es que estuvimos con eso hasta que consideré que había pasado el tiempo suficiente (a.k.a., cuando me sentí satisfecha con la comida), momento en el que invité a Jackie a levantarnos para poner en marcha nuestro plan.

    El plan en cuestión trataba de ir hacia el Bosque Cinco llamando lo menos posible la atención, objetivo bastante difícil de conseguir teniendo en cuenta quiénes éramos, ¡pero eh! ¿Y lo divertido que era intentar pasar desapercibidos~? No creía que hubiésemos salido especialmente victoriosos de la misión, pero realmente daba igual, porque a los profesores no parecía importarles menos lo que estuviésemos haciendo en tanto no nos perdiésemos demasiado por el bosque. Y después de la prueba de valor, nadie parecía muy dispuesto a internarse más allá de la zona de acampada, anyway.

    Me estiré por completo en cuanto llegamos a la orilla, dejando escapar un sonidito de satisfacción al terminar, y me llevé las manos tras la espalda antes de girarme para poder ver con la mayor claridad posible quiénes iban llegando a nuestro lugar de reunión clandestina.

    Reual Nathan Onyrian perdona tomtom, pero belu y yo hemos hablado de ir iniciando esto ya para no estancar mucho más el campamento uwu
    Gigi Blanche here we are, baby <3
     
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    Gigi Blanche

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    [Zona de acampada]

    Una parte de mí conservaba la fiel creencia de que disfrutar de la literatura implicaba, por encima de todas las cosas, saber escuchar. Los libros eran para aquellos capaces de detenerse a absorber historias, imaginarlas y darles forma en la mente bajo el ritmo y las reglas que otra persona, el autor, impusiera. Leer y oír no eran muy diferentes entre sí; al ver la atención que Mattsson me prestaba, las micro variaciones en su semblante conforme narraba, supe que sería un gran compañero de club si decidía unirse. Además, parecía amable y gentil, educado también. Eso seguiría dejando a Morgan como la única irreverente del grupo, suponía.

    —Claro —accedí, asintiendo—. Estoy segura que debo tener ese cuento de Poe en alguna de mis antologías, lo buscaré y lo leeré.

    Era una forma humilde de decirlo. La verdad era que no me cabían dudas de que aquel relato existía en la inmensa biblioteca de los Middel. Acomodé parte de mi cabello tras la oreja y me llevé algo de comida a la boca por primera vez, masticando con calma. La nueva pregunta de Hubert me alcanzó en ese momento, inesperada. Lo miré sin modificar mi semblante, en todo caso, y aguardé a tragar antes de hablar. Ya de paso, empleé aquellos segundos para construir mi respuesta. Había sitios donde... prefería no ahondar demasiado.

    Nada era casualidad.

    Ophelia me había hablado de Antígona a principio de año.

    —No, realmente, no habitúo hacerlo —reconocí con calma, y sonreí levemente—. ¿Por qué lo dices? ¿Se me dio bien?

    Ophelia siempre había sido la fanática de la tragedia y la epopeya, de las emociones exaltadas, los héroes implacables y las artes. Su recuerdo me evocaba la poesía, la melancolía y la música clásica. Quizás estuviera absorbiendo más de su personalidad conforme pasaba el tiempo, incluso sin notarlo. Quizá la hubiera buscado entre las páginas de Antígona, donde, eventualmente, me encontré a mí misma. Puede que todo se tratara de una paranoia lucubrada con impecable empeño o puede que estuviera enloqueciendo. Daba igual.

    Si debía ser sincera, lo cierto era que la extrañaba.

    —Yo no, pero mi prima sí —proseguí tras soltar un poco de aire—. Mi abuelo, también. Son personas muy extrovertidas y parlanchinas. Si habré tenido que oír al abuelo fanfarroneando sobre sus anécdotas de juventud durante las cenas de San Nicolás, exactamente las mismas cada año. No lo he pensado demasiado, pero supongo que también se me da bien.

    Mi mirada se había distraído brevemente en el color del fuego durante aquel pequeño viaje en el tiempo. Era la chimenea, la estufa con los zapatos alineados delante. Hubert me había dicho que había hecho algo similar con Hiradaira y lo miré, ladeando apenas la cabeza. Mi sonrisa, si se quiere, adquirió una chispa de perspicacia.

    —¿Me permites tener una opinión, también? Cuéntame de qué trata Los crímenes de la calle Morgue.


    owww ;; No es algo que piensen mucho de Blee, así que gracias, Brunito <33 Sha te dije en su momento que Hubby también es re cute uwu

    Kakeru 2.png
    [Bosque #5]

    La cena con Verónica fue muy tranquila y entretenida. Comimos y charlamos de cualquier tontería, incluso rememorando pequeños episodios de la prueba de valor que acabábamos de vivir, cuando le eché un vistazo a mi móvil y comprobé que había pasado media hora de nuestro encuentro con Wickham. Bueno, más o menos. Debía insistir, a mí no me hacía especial ilusión ni nada, pero tampoco me negaría a la posibilidad de disfrutar de aquella playa y beber un rato. Le di un toquecito en la mano a Verónica, entonces, y tras recoger nuestras bandejas nos alejamos de la zona de acampada con la mayor discreción. Por un momento me sentí un ninja y la tontería me divirtió más de lo que admitiría nunca.

    —¿Quizá juguemos a algo? —comenté durante el camino, mientras nos iluminaba con la linterna del móvil—. ¿A ti se te ocurre algo?

    Tras alcanzar la playa notamos que ya había allí dos personas: Alisha, nuestra capitana, y un muchacho super alto que no conocía.

    —Llegamos temprano a la fiesta, veo —bromeé, apagando el aparato, y me lo guardé en el bolsillo—. ¿Haremos un fuego? Puedo ir buscando leña, no sé si alguien quiera acompañarme.


    Amane Bruno TDF Reual Nathan Onyrian eeeeh party timeeeee
     
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    [Zona de acampada]

    Después de haberle contestado la pregunta al chico y escuchar que Fiorella me respondía primero y después el solo asinti en poco, cuando dijo que le podían agregar intento de secuestro solo alce la ceja. Por lo que iba escuchando de el, y en poco me daba a entender que a cada grupo le había tocado algo diferente en efecto lo único que estuvo casi igual fue el niño que por qué entendí fue el mismo.

    Seguí comiendo tranquilamente pero pare en seco a escuchar la pregunta que él hizo, le heche un vistazo a Fiorella y note que su cuerpo se tensaba, aquí entre las dos a la que más le costaba hablar de ese tema era a ella aunque me suponía que, ya debió haberle hablado de sus padres.

    Sonreí en boca cerrada.

    Tocaste algo profundo en las dos Kohaku.

    Pero si ahora lo pensaba bien la pregunta no me molestó solo me cogio desprevenida eso sí, al ver solo a Fiorella pues me pareció que le causo lo mismo.

    —Nos conocimos de una manera para nada casi peculiar, sus padres y los míos eran mejores amigos pero nosotras no nos conociamos en persona, tal vez si no me recordó bien pues solo por nombre —suspire antes de cerrar los ojos para así volverlos abrir y fijarme en el—. Pero todo cambio cuando sus padres y mi madre e abuelos fallecieron en el mismo día, y ni idea de cómo llamarle.

    No sé si fue solo casualidad, o parte de la vida a querernos joder alas dos al mismo tiempo.

    Mi vista bajo a mi plato por algunos segundos hasta que mire a Fiorella, ella estaba comiendo tranquilamente como si lo que estaba hablando no le afectara de nada.

    «Asi que despues de eso pues no volvimos como hermanas, empecé llamarla Roja y todos los apodos pudieran existir con el tono de su cabello —despues de decirle eso escuché la risa baja de Fiorella, miestras que yo volvía mi algo inexpresiva mirada en el—. Y también la llamaba pecas, y si te preguntas porque no le ves ninguna es por qué se le fueron llendo y las pocas que tiene en las mejillas pues las oculta.

    En eso Fiorella alzó los hombros levemente.

    —Y si somos de diferentes países pero en ese tiempo yo vivía en Italia —intercale miradas entre ellos—. ¿Y ustedes dos como se conocieron? Lo pregunto por qué Fiorella puede ser un poco tímida a la hora de hacer amigos.
     
    Última edición: 14 Agosto 2023
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    Bruno TDF

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    La invitación a Jez quedó en manos de Sir Joey. Me había dicho en perfecto inglés que se lo iba a pensar. No comprendí el motivo por el que respondió de esa manera, pero asumí que el caballero solamente quería hacerse el misterioso. No solamente era gracioso, también parecía ser alguien bastante juguetón. Todo cuanto hice fue asentir frente a su recordatorio de que en media hora debíamos ir al Bosque Cinco, y lo vimos marcharse. Cuando quedó fuera de nuestras miradas, Fuji me dirigió una sonrisa que no tardé en devolverle, y estuve de acuerdo con su sugerencia de alimentarnos como era debido. Sentí un poco de intriga por el presentimiento que tenía, así que mejor hacerle caso.

    Nuestra cena fue muy relajante. Hablamos de bastantes cosas y también repasamos todo lo que ocurrió durante la prueba, que por suerte se convertía, de a poquito, en una anécdota para compartir. Dado que ahora charlábamos con más tranquilidad, comiendo algo rico, podía detenerme a apreciar mejor la tranquilidad que parecía caracterizar a Fuji. El chico me caía excelente y además era muy tierno. No me extrañaba para nada que Copito hubiera confiado en él desde el principio.

    Y hablando de pajaritos, el tiempo pasó volando. Con un toque en la mano, Fuji dijo que era momento de ir a la ansiada playa, ante lo cual asentí con una sonrisa divertida. Dejamos nuestras bandejas donde debían quedar y se puso en marcha el plan de escape. Caminamos con muchísimo cuidado, para no llamar la atención de nadie, como ninjas de la noche. Sin embargo, yo opté por aprovechar la diferencia de altura e ir medio escondida tras el cuerpo de Fuji, porque mi cabello podía llegar a delatarnos. Fui la ninja del ninja.

    —No me sé muchos juegos de campamento, la verdad —le respondí ya yendo entre los árboles con la guía de su linterna telefónica, donde ya no era necesario esconderme en sus espaldas—. Se me ocurren cosas como cantar, lanzar piedras al agua o juegos de pelota. Cualquier cosa será genial en la orilla de una playa, seguro la pasaremos muy bien —dije con plena seguridad en mis palabras.

    La playa se veía espléndida bajo la luna. Contuve un suspiro de asombro cuando llegamos, al ver el agua acariciando la orilla, bajo un cielo estrellado, y mi rostro volvió a iluminarse ahora que la tenía enfrente. Era un hermoso sitio para desvelarse.

    —Qué linda playa —mencioné, encantada, hasta reconocí la cabellera dorada de nuestra capitana; pero quien de verdad absorbió mi mirada fue la persona que estaba al lado de ella. Bajé la voz para que sólo Fuji me oyera— ¡Y qué chico tan enorme! —contuve una risa ante mi comentario, porque me tuve que poner de puntas de pie para estar a la altura de su oído, Fuji también era alto y Ali lo mismo.

    >>Iré contigo —añadí, refiriéndome a lo de recolectar leña para una fogata— O mejor dicho: iremos.

    Le señalé la rama de un árbol cercano, desde donde un pequeño gorrión blanco nos miraba.
     
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    Gigi Blanche

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    [Zona de acampada]

    Mi pregunta fue indiscreta, lo noté al instante al ver sus reacciones. Y yo pensando que sería de lo más inofensiva, vaya. Me quedé en el molde, alternando la mirada entre ambas y esperando no haber generado nada demasiado desagradable, y el silencio fue bastante pesado hasta que Adara respondió. Al oír que sus padres habían sido mejores amigos intuí que el problema venía de lo que Fiorella me había contado en el muelle, pero la información nueva logró desencajarme.

    ¿La madre y los abuelos de Makris también? Joder.

    Arrugué el ceño, sintiendo un indiscutible pinchazo de culpa en el pecho, en especial al ver que Fiorella empezaba a comer con naturalidad. El discurso de Adara se tornó algo más liviano, por suerte, mencionó los apodos que se había estado inventando y lo de las pecas. Decidí equipararme a la situación y no tornarla más dramática de lo que era, así que me incliné sobre la mesa y escruté a Fiorella fijamente, con los ojos entrecerrados.

    —Es verdad, no veo pecas —resolví, volviendo a mi posición—. ¿No te gustan? Yo creo que te quedarían muy lindas.

    Tomé aire por la nariz, intentando deshacerme de la pesadez, y atendí a la pregunta de Adara. Deslicé la mirada a Fiorella con una sonrisa ligeramente divertida. ¿Que le costaba hacer amigos, decía?

    —Casi nos chocamos en su primer día —recordé, en tono risueño—. Hablamos un poco y cuando quise acordar, estaba ofreciéndome de sus galletas y su jugo. —Hice memoria y miré a Fiorella, soltando una risa suave—. Otro día también me trajiste unas galletas de limón, ¿no?

    Ahora que lo pensaba, hacía menos de un mes de aquello y habíamos estado pasando bastante tiempo juntos, fuera en el aula o en la sala de música. Los recuerdos se solaparon con su voz en el muelle hablándome de sus padres, con la piedra que acababa de pisar también, y exhalé con calma.

    —Estuvo cuidando bien de mí —murmuré, mirando a Fiorella, y al regresar a Adara, la sonrisa me cerró los ojos—. Es una muy buena chica, ¿cierto?


    No respondo con Kakeru así esperamos por si Jack o Ali quieren sumarse a la juntada de leña uwu7
     
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    [Zona de acampada]

    Ya sabía yo que la pregunta del chico iba a dejar muda a Fiorella, aunque ahora que me preguntaba si ella ya le habría contado algo de lo que le pasaron a sus padres. Suponía y creia que ya lo habría hecho por qué note que sus expresiones cuando mencioné lo de mi madre y abuelos.

    Fiorella seguio comiendo tranquilamente, pero paro cuando el chico se inclinó en la mesa para escrutarla fijamente con los ojos entrecerrados, ella alzó su mirada para verlo sin ningún problema note que una sonrisa alcanzo sus labios ante su pregunta.

    —No, no me gustan si fuera por mí no las tuviera, después de todo las herede de mi madre —respondio una vez que se tocaba las mejillas—. A veces tenemos algo en nosotros que simplemente quisiéramos borrar, pero no sé puede.

    Con eso bajo su mirada a su plato miestras que yo escuchaba lo que respondía a mi pregunta, alce una ceja por lo que iba diciendo al mismo tiempo que escuchaba la risa de Fiorella.

    —Eso de que casi se chocaban ya es propio de ella —murmure para mirarla de reojo—. Es un milagro de la vida si alguna vez no anda desconcentrada.


    Después de decir aquello seguí comiendo unos bocados, no pasó mucho hasta que Fiorella dejo de hacerlo para respónderle a lo que él había dicho.

    —Si —una sonrisa suave se posó en sus labios—. Te las traje por qué me parecíste una buena persona, además había recordado después de que dijeras que te gustaban las cosas de limón, que también había galletas de ese sabor, además creo que eso de regarle cosas a las personas ya es propio de mi.

    Había agregado eso para seguir disfrutando de sus alimentos en eso escuché lo que él dijo después.

    —Puedo decir lo mismo —agregue para verla, para así regresar mi vista a el—. Entonces me alegro que te haya conocido, algo me dice que si se llevó bien contigo fue por qué vio algo en ti que se reflejará en ella.

    Sonríe.

    >> Y si es una buena chica, a veces prefiere mil veces procuparce por los demás que por ella.
     
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    Reual Nathan Onyrian

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    [Bosque #5]

    Acompañé a Ali mientras cenaba, conversando de la vida y otros temas intransigentes, o más bien, yo era el que llevaba la conversación mientras ella se dedicaba principalmente a llenarse el buche. Tal vez debería decir que la forma en la cual la muchacha tragaba me podría llegar a sorprender, pero la verdad, no lo hacía en absoluto. No sé como hablaba eso de mí, pero tampoco me importaba. No mucho después, la chica pareció haberse ya saciado, y se incorporó, invitándome a que nuevamente la siguiera para ir comenzando con los preparativos de esta noche.

    La primera fase consistía en escabullirse del campamento para dirigirnos hacia la playa del Bosque #5, lo cual de por sí era toda una aventura, teniendo que en cuenta que Alisha llamaba la atención de manera pasiva y yo podía disfrazarme de puerta en Halloween, pero eso era lo divertido. Estaba más que seguro que, mientras los profesores supieran en donde estábamos, o nos mantuviéramos comunicados, no iba a tener mayor problema en que nos distendiéramos un poco algo alejados del grupo principal.

    Llegamos hasta la orilla, y Ali soltó un suspiro de satisfacción mientras se estiraba. Le dediqué una sonrisa, y me quedé mirando la playa y el lago, con un ligero nerviosismo creciendo en mi estómago. Los pasos de más gente que se acercaba hicieron que me diera vuelta, y pude encontrarme con una muchacha bajita (bueno, todos eran bajitos para mí) de cabello blanco, y otro chico que traía la linterna del celular prendida. Prontamente la apagó al vernos, y les dediqué a ambos un saludo alegre.

    — ¡Buenas! Soy Jack. Sí, recién estamos arribando y empezando a organizar todo. Supongo —dije luego, mirando a Ali con un gesto interrogativo. La verdad, ni idea de que tenían planeado, si había que traer más cosas, acomodar algo, o lo que fuera.

    El otro chico tiró la idea de buscar leña para una fogata, lo cual parecía un buen inicio.

    >> Puedo ayudarlos, si quieren. Deberían haber algunas ramas secas tiradas por ahí. Pero igual necesitaríamos un buen tronco que funcione de base, de otra manera se nos va a acabar el combustible bastante rápido. También hojarasca seca, si hay, ya que no creo que encontremos papel de diario por ahí tirado para usar... —seguí enumerando cosas, mientras me encaminaba hacia el bosque, haciendo una lista mental. Me frené de pronto y giré la cabeza, mirando a mi amiga.— ¿No hay problema que te quedes un rato sola, no? Supongo que Joey estará por llegar en algún momento.
     
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    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado

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    [Bosque #5]

    Apenas unos cuantos segundos después de habernos adentrado en el bosque, un par de nuevas voces juveniles se colaron entre los árboles, haciendo que mi atención se centrase todavía más en la dirección de la que provenían, es decir, el campamento. Primero fue un haz de luz e, inmediatamente después, las figuras se hicieron lo suficientemente nítidas como para distinguir que se trataban de dos alumnos; ni más ni menos que dos de mis compañeros durante la prueba de valor, funnily enough.

    Heyo~ —saludé con la mano y una sonrisa enorme, repasando al par de invitados con la vista a consciencia mientras los mismos hablaban con Jack.

    El muchacho de la prueba propuso ir a buscar leña, y tanto Verónica como Jackie se unieron a la tarea, lo que significaba que iba a tener que quedarme a solas en mitad de un bosque oscuro para esperar al resto de invitados. Me encogí de hombros, indiferente, y estuve a punto de contestar cuando un nuevo movimiento a espaldas de los otros llamó de nuevo mi atención, haciendo que ladease la cabeza para mirar hacia allá con una sonrisa.

    >>No biggie, Jackie Chan, yo me quedo esperando. Joey estará al caer indeed, y además... por ahí viene Alethea-chan para hacerme compañía~ —saludé con la mano justo en el momento en el que la chica se nos unió, sonriendo con suavidad—. Podéis ir a coger leña como buenos machos alfa~
     
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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    [Zona de acampada]

    Fiorella reconoció que no le gustaban sus pecas, al parecer, porque las había heredado de su madre. No iba a inmiscuirme en los detalles ni en sus razones, cada quien era un mundo. Personalmente, poco a poco comenzaba a valorar y atesorar los pequeños recuerdos que Chiasa había dejado desperdigados por el mundo. El cerezo del patio norte, la guitarra que tocaba, los dibujos que me había obsequiado de pequeña y las escrituras furtivas en las paredes del almacén, detrás de las cajas. Creía que era un proceso natural, ese de rechazo y aceptación, y quizá...

    —No le des mucha cabeza, con el tiempo todos cambiamos —murmuré, con una sonrisa—. Quizá llegue el día que empiecen a gustarte, quién sabe.

    Hice memoria de nuestro primer encuentro, de las galletas de limón también, y su respuesta fue bastante bonita. Dijo que me creía una buena persona y le sonreí con suavidad, asintiendo ligeramente. Quizá no fuera mucho, pero era mi forma de agradecerle. La construcción de Adara fue un poco más compleja, algo de que lo que encontrara en mí se reflejaría en ella. No me consideraba una persona muy inteligente y solía esquivarle a las cuestiones complicadas, pero no importaba demasiado. Creía que lo importante eran las intenciones de las personas, y Adara sólo intentaba decir algo bonito, ¿verdad? Lo que agregó después confirmó mi suposición.

    Su expresión era algo sobria, pero no me parecía que tuviera un carácter demasiado peculiar.

    Sonreí cuando la oí soltándole un cumplido a Fiorella, bastante satisfecho, y comí un poco antes de volver a hablar.

    —Pareces una persona muy inteligente, Makris-san —destaqué, y en tono de broma agregué—: ¿Das tutorías? Probablemente no me vendría mal una mano en ciertas asignaturas.


    Ko logró que Adara diga algo bonito de Fiore??? déjenme agregarlo a su cv

    Kakeru 2.png
    [Bosque #5]

    La sorpresa de Verónica ante el amigo de Welsh me ensanchó ligeramente la sonrisa, pues yo había pensado lo mismo pero ella, a diferencia mía, lo externalizó. Señaló a Copito, que aguardaba por nosotros desde lo alto de una rama, y tanto ella como Jack se unieron a la causa de recolectar leña. El muchacho, además, detalló la lista de materiales necesarios. Me alegraba que pareciera saber lo que hacía, puesto que yo en mi vida había armado una fogata.

    —Yo soy Kakeru Fujiwara —me presenté en un pequeño silencio, sin alzar demasiado la voz.

    Una muchacha de cabello celeste apareció en el momento justo para hacerle compañía a Welsh, que un poquito me inquietaba que se quedara sola, y con eso resuelto nos adentramos en el bosque. Reactivé mi linterna y pegué mi vista al suelo, atento.

    —Muy bien, entonces... Un tronco grande, ramas y hojarasca seca —recapitulé—. Podemos dividirnos los materiales, así vamos más rápido. Yo puedo encargarme de las ramas.


    como lo hablamos por el grupo, les propongo un pequeño minijuego para la recolección de leña <3 Habiendo tres materiales a recolectar (troncos grandes, ramas y hojarasca seca), cada uno de los personajes puede pickear uno. Kakeru eligió las ramas.

    Por cada bosque, cada personaje lanzará un dado de cinco caras y el objetivo es alcanzar, como mínimo, una puntuación de siete. Deberemos movernos entre los bosques aledaños hasta llegar a siete y luego regresaremos a la playa. Para agregarle un condimento extra, y como asumo que los tres vamos a andar juntos, se me ocurrió que, por cada bosque al que entren, el grupo lance una lista de eventos peculiares. Podemos agregar más si se les ocurren, de momento tengo estos:

    1. Una ardilla aparece de la nada y choca con uno del grupo (lanzar lista) en su intento por esquivarlos.
    2. Entre los arbustos encuentran... ¿una botella de ron? ¡¿Qué es esto?!
    3. Uno del grupo (lanzar lista) se tropieza y se lastima un poco.
    4. La linterna del grupo se apaga por cinco minutos.
    5. Escuchan algunos ruidos de las copas de los árboles y les caen frutos y hojas sobre las cabezas.
    6. Pasan cerca de una pendiente y se resbalan ligeramente, perdiendo parte de lo recolectado (-2 puntos).
     
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    Gigi Blanche ha tirado dados de 6 caras para Evento Total: 1 $dice
    Elegir, al azar, de una lista

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    • Jackie
    • Vero
    • Kakeru

    Ha salido: Jackie

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    Bruno TDF

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    [Bosque #5]

    El muchachote de elevada estatura se dirigió a nosotros y se presentó como Jack. Estábamos a una pequeña distancia de él todavía, pero incluso así seguía viéndose como una imponente torre entre los árboles. Me tenía un poco fascinada, para ser honesta, porque era la persona más alta que había visto hasta el momento, y eso que Kenny, Ali y Fuji no se quedaban atrás. Era seguro que mis sensaciones estaban potenciadas por la realidad de que yo, en cambio, era una chica más bien bajita.

    —Encantada, Jack, yo soy Vero —me sumé a las presentaciones, también con voz alegre— .O sea, Verónica, sí.

    Respondí al saludo de Ali con un movimiento de mano y de la misma forma recibí a la chica de cabellos celestes (¡qué color tan bonito!) cuando apareció en el bosque. Pero con ella no hubo lugar para darnos los nombres, pues nos pusimos en marcha con la recolección de materiales para una fogata. Al menos me tranquilizaba ver que estarían bien acompañadas: mis ojitos me decían que eran dos chicas fuertes, así que creí en la intuición.

    Ramas, hojarasca seca y un tronco. Fuji eligió las ramas, decisión que aprobé con un "OK!", tras lo cual vi cómo se iba a recolectarlas. Yo, por mi parte, me acerqué a Jack. Le toqué el codo con un índice para hacer que mirara hacia abajo.

    —Qué alto que eres, me haces sentir más chiquita de lo que en realidad soy —le dije con una risa, ya en entera confianza con él aunque nos conocíamos hace menos de cinco minutos. Así de cerca, pude determinar que me llevaba una cabeza de ventaja—. Voy a recolectar la hojarasca. Pero si necesitas ayuda con el tronco me avisas, ¿sí?

    La palmeé el brazo para darle ánimos y me dediqué a mi tarea con tranquilidad. Mirando hacia el suelo con atención para identificar hojitas secas. Si bien mis movimientos fueron tranquilos, por dentro ardía de entusiasmo. Como una fogata, justamente.
     
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    En si estar junto a Adara me desequilibraba, ella sacaba una parte de mi que ni siquiera había llegado a pensar que existía, todo había empezado cuando nos conocimos en el cementerio ella me había dicho algo que simplemente no me gusto y yo pues, le dijo el doble de lo que me había dicho, y para no mentir aun me acuerdo la cara de horror que de seguro se cruzo por mi rostro. Pero de hay había surgido nuestra amistad.

    Escuche atenta a lo que hablaban, bueno excepto cuando Kohaku hizo la pregunta de como nos conocimos, Adara le respondió con tanta naturalidad que esta olvide que estaba incomoda y tensa en mi lugar, ella sabia muy bien que entre la dos la que mas les costaba superar eso era a mi, como tal lo que dijo después Adara me hizo verla de soslayo, de por si sabia yo que si Kohaku me había caído bien fue por su forma de ser y tal vez lo que hizo que me sintiera bien a su alrededor era por que a el también le gustaba la música.

    A eso se refería Adara cuando dijo que yo miraba algo en el que se reflejara en mi ¿no?.

    Alce mi vista a el después de comer un poco cuando escuche lo que dijo sobre que llegara el día en que me gustaria mis pecas, ojala fuera tan fácil simplemente verme en un espejo era recordarla a ella, lo único que cambiaba de las dos era el color de ojos y claro ella tenia muchas mas pecas que yo, a mi solo se me notaban en los cachetes. Y no era que no me gustara recordarlos, si no que aun sentía el peso de lo que casi me la mentaba cuando llegaba el día de mi cumpleaños.

    Solo le sonreí en poco a lo que dijo, como una respuesta mas acertada que podría darle sin mucho problema, baje mi vista para mirar mi plato en eso escuche el cumplido de Adara, esa niña era alguien demasiado difícil para decir algo bueno de alguien, y si lo decía era por que así lo sintió, por que en si ella pensaba mas de lo que hablaba.

    Adara siguió comiendo como si nada, después de notar la sonrisa que Kohaku tenia en los labios, suponía que estaba satisfecho por lo que había logrado ¿no?, bueno pero lo que dijo después hizo que ella alzara su ojos hacia el, y alzo una ceja en el proceso.

    —Dependiendo, ¿Cuánto tengo a cambio?

    —¡Adara! —exclame dándole un leve codazo en modo de reprenda.

    —¿Que? el solito me pregunto que si daba tutoría, y por lo que se, la tutoría no se obtiene gratis —alzo levemente sus hombros, solo la mire con los ojos entrecerrados, para después mirar a Kohaku.

    —No le hagas caso, no sabe lo que dice.

    —Claro que se lo que dijo, pero tranquila —note su sonrisa burlona, antes de ver como ponía su mano en el borde de la mesa y lo miraba en modo pensativo —. Ya que eres amigo de Fiorella, te lo hare pasar —su voz inquirió en mismo tinte de broma que el que, el había usado —. ¿En cuales asignaturas necesitas ayuda?.

    ¿Adara siguiendo una broma? eso ya era algo nuevo.

    JAJAJAJ, algo increíble de ver pero si lo consiguio uwu.
     
    Última edición: 21 Agosto 2023
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