Tokorozawa Lago Sayama [Lago]

[Zona de acampada]

Asentí ligeramente con la cabeza ante la respuesta de Joey, pues de todas formas ya sabía por Sasha que ellas habían pasado un rato bastante malo; sí que le sonreí con cierta cuota de diversión al escuchar la primera parte de su respuesta, sintiéndome cómodo con ello gracias a la risa que él mismo dejó salir mientras hablaba. Después vino la invitación a su plan, mi consecuente rechazo y... una petición para esperarlo, acción que hice sin mucho problema, especialmente por la curiosidad que sentí ante la misma. El chico volvió no mucho después, en aquella ocasión con una botella en la mano, y no pude evitar soltar una carcajada ligera cuando procesé toda la situación.

—Eres una mala influencia, ¿eh? —murmuré, aunque no hubo ni una pizca de resentimiento en mi tono de voz, y simplemente negué con la cabeza en un gesto de derrota mientras me guardaba la botella entre mis cosas—. Claro, luego nos vemos y te cuento —acepté sin mucho problema, dándole una par de palmadas suaves en el hombro a modo de despedida antes de alejarme hacia la zona de las mesas.

Contenido oculto

a la siguiente voy a secuestrarte a la niña ;) esto es un aviso típico de phantom thief, para que veas (??)

[Zona de acampada]

Al pobre Jackie lo pillé en medio de un bocado de comida de lo más apetitoso, aunque darme cuenta de ese detalle lo único que hizo fue sacarme una sonrisa divertida; para nada tuve la intención de soltarme o dejarle algo de espacio para poder comer como las personas, eso sí. Su comentario ante la estupidez de turno que había soltado logró hacerme ladear la cabeza, en un gesto de curiosidad, pero bastante poco tardó aquella duda en transformarse en una sonrisa pícara que apenas pude controlar.

—No estoy segura de a qué te refieres, pero yo me visto de lo que tú quieras, Jackie-chan~ —canturreé divertida, en voz baja para aprovechar la cercanía que manteníamos, pero inmediatamente después recuperé la energía algo más inocente de antes—. Habíamos pensado en ir al Bosque cinco, por donde hemos pasado esta mañana, you know, in case de que a algún profesor le dé por salir de su tienda por la noche o algo... ¡Puedes traerte la guitarra, sure! Aunque... habíamos pensado en invitar a algún par de personas más, ¿sabes? Por ejemplo... ¿Alethea-chan~?

Había dejado caer aquello último con toda la intención del mundo y, como tal, me había mantenido bien atenta a sus posibles reacciones por ello. En algún momento, sin embargo, el muchacho dirigió su mirada hacia el frente y yo lo seguí, manteniendo la vista fija en el lago un par de segundos antes de volver a recibir su atención. La pregunta que me hizo después logró recuperarme la sonrisa animada del principio y, queriendo indicarle la intención de mi respuesta antes de dársela verbalmente, lo que hice fue dar un saltito para permitirme subir las piernas hasta engancharlas alrededor de su torso, afianzando lo máximo posible el agarre.

>>¡Me tienes que llevar, claro! Pero primero tienes que llevarme donde tu amiga para que podamos invitarla. Let's go, let's go!

 

[Zona de acampada]

Supe que iba a cumplir mi pedido cuando, en vez de responderme, bebió agua y carraspeó la garganta. Me removí ligeramente, expectante, pero me quedé calladita hasta que dio inicio al relato. En cierta forma, que fuera de noche y tuviéramos una fogata al lado volvía todo mucho más interesante y misterioso. Así, empezó a hablar. Mi primera reacción fue de sorpresa al deducir el nombre de nuestros yokai, ¿lo había logrado con lo poquito que le dije? ¡Debía ser muy inteligente! La idea me hizo ilusión y también me causó algo de gracia, porque se me ocurrió que llevaba una Wikipedia metida en la cabeza y no era la primera persona que conocía así. Malditos niños genio, ¡qué envidia me daban!

En realidad ambos grupos habíamos topado con tres yokai y me generó un poquito de culpa que se quedara con la idea errónea, pero tampoco quise hacer las aclaraciones pertinentes. Era una mentira piadosa, ¿no? No le hacía daño a nadie. Descarté esa preocupación, pues, y me aboqué de lleno a su relato. Su primera aparición resultó ser tímida, lo cual me dibujó una sonrisa dulce en el rostro. La segunda... no corrió la misma suerte; o su compañero, más bien. Habían sido Altan, Cayden y él, ¿no? En mi mente imaginé instintivamente a Cay Cay comiéndose la desgracia, lo cual me hizo gracia y me dio pena a partes iguales. Hubert era bueno contando historias, le imprimía a la historia las emociones apropiadas y se me reflejaban en el cuerpo.

—¿Y le hizo algo? —murmuré, preocupada, cuando dijo que lo rescataron arrojando piedras.

No era un miedo infundado, vaya. A Jack le habían dado con una pala y a mí me... habían... lamido la cara, ugh. El recuerdo intrusivo me lanzó un escalofrío leve a la espalda y me abracé los antebrazos apoyados sobre la mesa. El tercer y último yokai no fue una mejor noticia. ¿Monos altos, feos y que los labios le tapan la cara? La imagen mental me dio algo de asco e hice una mueca. Este también los había jodido, al parecer hubo un forcejeo y Hubert se fue de cara al suelo. Decirlo lo ruborizó un poco, pero yo fruncí el ceño y le escruté el rostro, más preocupada por ver si le habían quedado raspones. Había poca luz y era tan cálida que no ayudaba a distinguir detalles, al final no encontré nada y cerró su relato. Deseó que no se me hubiera hecho muy largo y sonreí amplio, sacudiendo la cabeza con vehemencia.

—¡Nada de nada! —Alcé las cejas, recién procesando lo que diría al haberlo notado justo ahora—. Por un segundo casi me lo creí. O sea, no que hayas mentido, técnicamente es una historia real, ¡pero tú me entiendes! Eres muy bueno contando historias, Hubert, ¿te gusta hacerlo? Como... —Me reí por la tontería que aún no había dicho—. Como los trovadores medievales.

Relajé la postura, ahora que la historia había acabado, y apoyé la mejilla en el dorso de mi mano.

—Hmm... Eran todos de tercero. Espera, ¿tú a qué año vas? Y son... Espera que hago memoria —pedí, lanzando la vista a cualquier otra parte y haciendo movimientos con la mano en el aire—. Jack, creo que va a la 3-1; David, ¡pero le dicen Maze! y va a la 3-2, me parece; y luego estaba con Fiorella y Kohaku, que los conocía de antes y van a la 3-3. Ko es amigo mío, y Fiorella es amiga suya. Toda una triangulación. ¿Conoces a alguno?

Sonreí, divertida, regresando la mejilla a mi mano.

—De tu grupo soy amiga de Al y Cay Cay, así que contigo completé las figuritas masculinas. No sé qué esperan para darme un super premio.

[Muelle]

—Sí, es bonito —acordé en un murmullo, esbozando una pequeña sonrisa. Los recuerdos palpitaban—. Significa "mil amaneceres". Siempre me pareció muy apropiado.

Me confió el nombre de sus padres, Bianca y Alonzo. ¿Con quiénes viviría ahora, si los había perdido a tan temprana edad? ¿Algún familiar? ¿La habría adoptado otra familia, quizá? Eran dudas que surgieron pero no vi apropiado ni pertinente indagar, no era mi estilo y menos con asuntos tan delicados. Noté de soslayo que miraba hacia atrás, hacia la zona de acampada, y giré el rostro en su dirección al tiempo que regresaba la atención a mí. Comer aún no me apetecía mucho, así que agradecí que ofreciera una nueva alternativa. La idea de lanzar piedritas me pilló desprevenido y sonreí con algo más de ganas, girando al lago.

—Nunca fui bueno con estas cosas —admití, junto a una risa floja, y empecé a incorporarme.

Ya tenía varias piedritas en la mano de las que había pillado antes. Le extendí la mano libre para ayudarla a levantarse si quería y le cedí la mitad de mi tesoro con movimientos suaves.

—Muy bien, las damas primero~ —Poco después, agregué—: Iba a encontrarme con Anna dentro de un rato, cuando terminara de hablar con... quien sea que quería hablar. Digo, por si quieres quedarte con nosotros.

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sale minijuego? sale minijuego

Podemos tirar tres piedritas cada uno y determinar la distancia que recorren con un dado de cincuenta caras. El mejor de tres gana uwu7

[Zona de acampada]

Solté una carcajada cuando Kenneth dijo que era una mala influencia y me encogí de hombros, alegando tanto indiferencia como inocencia. Lo dejé marcharse y husmeé un par de segundos a ver si averiguaba quién era su famosa cita, pero al final me aburrí y decidí seguir cazando gente. En mi recorrido vi a lo lejos a Jack con Ali y, regresando la atención, distinguí al muchachito del almuerzo. Estaba sirviéndose comida junto a una chica albina, que resultó ser la que había visto con Jez en el humedal. Pero qué pequeño era el mundo, ¿eh?

—Loner~ —canturreé, colándome entre ambos sin una pizca de vergüenza—. Good to see you, ¿hiciste la prueba? ¿Perdiste tantos años de vida como yo?

Solté una risa fresca y giré el rostro hacia la chica, como si acabara de verla.

—¿Hmm? ¿Y esta muchachita tan bonita? —Codeé a Fujiwara, hablándole en "confidencia"—. ¿La tenías escondida, eh, cabrón? ¿Sabías que eso es pecado capital en cuarenta y nueve Estados? ¡Ah! Estuvieron juntos en el mismo equipo, ¿no? Bueno, entonces está perdonado. Puede descansar, soldado. —Y volví a dirigirme a la albina, sin dejarle espacio al pobre chico de responderme—. ¿Usted cómo se llama, señorita?

 

[Zona de acampada]

La tontería del trovador estuvo a punto de arrancarle una risa, o al menos así me lo pareció, y la idea me puso muy contenta. El humor servía al único propósito de entretener, y ser capaz de relajar a alguien más mediante chistes tontos era una cosa muy bonita. En la expresión siempre había un ida y vuelta.

Conque iba a la 2-3, ¿eh? Se sumaba a la lista. Mantuve la sonrisa en su lugar, aunque sentí algo extraño que quedara suspendida en el aire esta idea de que era amiga de Altan. Tampoco podía decir otra cosa, vaya. Fue amargo y, como estaba de brazos cruzados, acaricié apenas la manga de mi sudadera con el dorso del pulgar. No expresé ninguna emoción negativa, en definitiva, y asentí ante Hubert.

—¿En los famosos almuercitos? Si ustedes quieren, claro. Ya comprobaste que a veces no soy buena auto imponiéndome —dije en tono de broma, y solté el aire por la nariz—. La 2-3. Te sumas a mi lista de desgracias, querido Hubert. Tengo a todos mis amigos de segundo ahí, ¿sabías? Todos. ¿Puedes creer mi mala suerte? Es de locos.

Resoplé, meneando la cabeza, y otra idea repentina me iluminó el semblante. Con él completaba el álbum del cuarto grupo y estaba un paso más cerca de completar el de la 2-3.

—¡Otra figurita! —exclamé, alzando el brazo. Éste descendió extendido e hice la mímica de tocar la punta de su nariz sin hacerlo realmente, acompañado de un suave "pop"—. Bueno, no importa. Al menos me quedo contenta de que mis amigos comparten aula con buenas personas. Por cierto, seguramente los conozcas. Son Emily, Dante y Aleck. —Fruncí el ceño—. Bah, a Greenie... digo, a Aleck hace mucho no lo veo, ¿cuándo entraste tú a la escuela?

[Zona de acampada]

—Me quedo con Vero —resolví, radiante como siempre, y carraspeé con cierto aire teatral antes de llevar una mano a mi pecho e inclinarme en una reverencia suave—. Joseph, bella dama. Joseph Benjamin Wickham. —Me erguí, recuperando la jovialidad—. Pero puedes decirme Joey, todos me dicen así.

Miré a Fujiwara cuando Verónica le preguntó si era amigo suyo. El muchacho se había quedado quieto y sin demasiadas intenciones de intervenir. Miró a la chica, luego a mí, y se encogió de hombros.

—Nos conocimos hoy, en el almuerzo —respondió.

—¡Motivo más que suficiente para ser amigos! —repliqué, retrocediendo un paso para poder verlos a ambos—. Y ya sabes lo que dicen, los amigos de mis amigos también son mis amigos. ¿Tienen planes para más tarde? —Estábamos literalmente frente a los profesores, así que volví a inclinarme y bajé la voz—. Si les apetece, este caballero los invita formalmente a reunirse en la playa del Bosque Cinco luego de cenar. Ah, lo estoy organizando con Ali-chan, su líder de grupo~

Les regresé su espacio, sonriendo de oreja a oreja.

—Así que, ¿los cuento adentro?

Fujiwara tomó aire por la nariz y miró a Verónica. Probablemente se amoldara a lo que ella prefiriera.

[Muelle]

La primera piedra de Fiorella llegó bastante lejos, considerando nuestra falta de fuerza y de experiencia. La oí picar suavemente hasta que se hundió en el lago y separé otra del montón para mí, moviéndola dentro de mi palma.

—¿Anna? No, no te preocupes. Creo que había mencionado a Emily, también. A ella no la conoces, ¿cierto? Te la puedo presentar. —Sonreí, bastante más tranquilo—. Es una buena chica, te caerá bien.

Y lancé la piedra, siguiendo su recorrido con la vista.

—Esa mejor amiga de la que hablas, ¿es de aquí?

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Pium pium pam

1° ronda (Fiore)
Fiore: 3.2 metros
Ko: 2.9 metros

2° ronda
Fiore:
Ko:

3° ronda
Fiore:
Ko:

 

[Muelle]

Asentí ligeramente cuando el asunto de los planes a futuro quedaron zanjados. Sabía que Anna no tendría problema, respecto a Emily me preocupaba un poco que llegara a sentirse incómoda, pero Fiorella no era una persona metiche ni abrasiva así que debería ir bien. Mi piedra desapareció en el agua apenas unos centímetros antes que la suya y atendí a su respuesta, preparando otra piedrita. Adara Makris... No me sonaba de nada, no.

—¿Va a tercero también? —inquirí, dedicándole una sonrisa suave—. Claro, me la puedes presentar cuando quieras. —Solté una risa breve, relajada—. Tengo cierta fama de llevarme bien con los... carácteres peculiares, así que quizá funcione.

Con eso dicho, ambos lanzamos nuestras piedras.

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acabo de darme cuenta que narrativamente deberían lanzarlas al mismo tiempo, si no tu vieja va a saber cuál cayó más cerca o más lejos JAJAJA so that uwu

1° ronda (Fiore)
Fiore: 3.2 metros
Ko: 2.9 metros

2° ronda (Fiore)
Fiore: 1.4 metros
Ko: 0.9 metros

3° ronda
Fiore:
Ko:

edit: bueno Ko, sos re choto hermano JASJAJA. Ya ganó Fiore, pero si querés podemos lanzar igual la tercera

 

[Zona de acampada]

Las reacciones de Jackie fueron bastante... predecibles, y también algo neutrales, ya de paso; se avergonzó ligeramente por mi sugestión, por lo que prefirió centrarse en el tema de la playa, y luego solo me pareció verle fruncir el ceño por un nano-segundo cuando mencioné a su amiga, pero fue algo sumamente fugaz y al final aceptó la idea, así que bien podía haber sido imaginación mía. No importaba demasiado, porque estaba cien por ciento convencida de que lo realmente interesante sería durante la salida nocturna, y ese era mi objetivo principal.

—¡Tú tranquilo, Jackie-chan! Puedo ser muy persuasiva~

Con eso dicho, el muchacho aceptó llevarme a cuestas a pesar de que... joder, siempre se me olvidaba que tenía la pierna pachucha. Si me hubiese dado cuenta antes, me hubiese soltado antes de siquiera pretender montarme, pero qué va, para cuando me percaté ya tenía las manos del chico sujetándome las piernas, y no me quedó más que dejarme llevar por el mismo. Si nos caíamos... bueno, podía ser un problema con los tres metros de Jackie, pero golpes peores me había llevado en mi vida, así que no me preocupaba demasiado. ¡Además! Las vistas desde allá arriba hacían que el riesgo mereciese completamente la pena.

Después de un rato, el chico interceptó a Alethea comiendo en una de las mesas y nos llevó hasta allá, donde la chica nos recibió con una obvia expresión de sorpresa por... well, la escena en particular. Le sonreí como si nada mientras Jack la saludaba, levantando apenas la mano para también dedicarle un saludo, y después giré un poquito la cabeza para corresponderle la mirada a Jack. Ensanché la sonrisa, ligeramente divertida por ello, y aproveché el momento para bajarme de un salto de su espalda, sentándome en el banco opuesto de nuestra invitada especial.

>>¡Una reunión de amigos! Vamos a estar de chill en el Bosque Cinco, tomando algo y charlando un poco, ¡nada muy loco! Quizás juguemos a algo para matar el tiempo, pero tranquilito. ¡Y Jackie-chan nos va a amenizar la velada con su guitarra! —eso último lo añadí girando la cabeza para mirar al susodicho, sonriente.

—¿En serio? —escuché que la muchacha murmuró, intercalando un par de miradas entre ambos, y la sorpresa que había mantenido se le transformó en una sonrisa bastante bonita—. Me encantaría unirme, la verdad. Muchas gracias por invitarme.

—¡Sin problema! Jackie fue quien quiso que vinieras~ —solté bien pancha y descarada, sonriendo con una inocencia absurda mientras veía a Alethea volviendo a centrar su atención en el moreno, claramente curiosa por esa información.


[Zona de acampada]

Mi idea inicial tras haberme despedido de Joey había sido sentarme a comer tranquilamente en alguno de las mesas disponibles del lugar, pero mi plan se vio truncado por dos principales motivos: quedaban pocas mesas sin estar ocupadas por al menos una persona y, en mi búsqueda de aquello mismo, di con la melena rojiza de Sasha en una mesa algo apartada. Estaba sola, así que me permití acercarme sin mucho problema y sentarme justo enfrente, dejando el plato con suavidad delante de mi asiento.

—¿Cómo una señorita tan linda comiendo tan sola? ¿Acaso voy a tener que denunciarle a los profesores tal ofensa criminal~? —solté, con el tono más descarado que fui capaz de encontrar, y le sonreí sin poder esconder la chispa de diversión que sentí por toda la tontería—. Oye, ¿te apetece jugar a algo? —murmuré justo después, inclinándome sobre la mesa para poder hablarle bajito y que nadie más me escuchase además de ella—. He conseguido algo para beber. ¿Qué te parece si intento buscar una manta, tú intentas llevarte toda la comida posible de aquí y nos escapamos los dos hacia el estanque? Tenemos que conseguir hacerlo sin que los profesores nos pillen, claro.

Aunque viendo que Joey me había dado alcohol tan impunemente en medio de la zona de acampada, y que los profesores estaban demasiado ocupados con la cena como para vigilarnos (aparte de que parecían bastante pasotas en general), realmente dudaba que hubiese algún problema real con ir a cenar en otro lado de la reserva. Pero intentar hacerlo a escondidas le daba un toque extra de emoción, y esa misma sensación se tuvo que ver reflejada en mi rostro cuando me erguí para volver a sonreírle como si nada.

>>Realmente no tienes escapatoria, porque si me dices que no simplemente te voy a secuestrar, pero sería más divertido si participas voluntariamente~

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Gigi Blanche tienes derecho a guardar silencio, todo lo que diga podrá ser usado en su contra *le pone las esposas* 7u7

 

[Zona de acampada]

—¿Qué dices? ¿Que me recibirás con un abrazo cada que me veas? ¡Dime dónde firmo! —bromeé, tergiversando la intención de sus palabras, y oí el resto—. Bueno, si quieres te puedo presentar a Emi más tarde, planeaba buscarla ya que no hizo la prueba de valor y quizá se está aburriendo.

Aquello último lo dije mirando alrededor, por si daba con la chica, pero no tuve suerte. Había fingido demencia respecto a la suerte de cumplido que me otorgó, aquello de que era amable, ya que me había pillado en frío y me dio miedo llegar a sonrojarme o algo si lo pensaba demasiado. Podía recibir sin problema los halagos que implicaran aquello donde sí me creía buena, como bailar, pero lo demás...

Hubert había ingresado a la Academia más o menos al mismo tiempo que yo. Asentí, comprensiva, y alcé las cejas cuando me dijo que le gustaba leer. Me hacía un poco de gracia la forma tan ceremoniosa en la que a veces hablaba, era adorable. Dijo que conocernos había sido algo positivo y sonreí, enternecida.

—Gracias, cielo —murmuré, sin regular aquel apelativo a consciencia, y me removí un poco—. Eres como... No, no eres como un trovador medieval, ¿has visto Bridgerton? ¡Bueno, no importa! Eres como un príncipe o un duque, ¿no? De esos que toda la vida les enseñan a ser respetuosos, cordiales y rectos, que disfrutan de un gran libro y una buena taza de té, pero que también son muy amables y sinceros cuando los conoces. Por cierto, te gusta leer, ¿sabes del club de lectura que hay en la escuela? Un par de chicas van a la 2-2 conmigo, aunque no sé si... ¡Ah, Bleke!

Vaya golpe de suerte. En ese momento reconocí a la chica, que justo estaba pasando detrás de Hubert con un plato de comida. Se detuvo, giró el rostro hacia nosotros, y tras reconocerme reemplazó aquella expresión seria con una pequeña sonrisa, cordial. Era alta y muy pálida, se acercó un par de pasos y mantuvo una distancia prudencial con Hubert. Sus ojos celestes, de por sí oscuros, lucían bastante opacos bajo la luz del fuego.

—Hiradaira-san —saludó, con voz suave, y deslizó la mirada a mi compañero—. Y... Mattsson-kun, ¿verdad?

—Justo acababa de mencionarle a Hubert el club de lectura y me di cuenta que no tengo idea qué hacen —le expliqué, tranquila.

Era una chica que de lejos parecía sumamente fría, pero una vez le hablabas no estaba tan mal. Sus ojos regresaron a mí y me respondió sin titubeos ni intervalos de reflexión.

—Solemos acordar una lectura semanal o quincenal, dependiendo la extensión del libro, y acabado el plazo, nos reunimos para hablar al respecto. También podemos acudir a la biblioteca cuando queramos y juntarnos a leer. Básicamente esa es la actividad del club de lectura. —Alternó la vista entre ambos—. ¿Tienen alguna otra duda?

Miré a Hubert. Yo, por mi parte, ya había cumplido mi trabajo.

[Zona de acampada]

Mis planes nocturnos, que de por sí eran bastante vagos, definitivamente no habrían incluido nunca a Wickham. Estaba el asunto del almuerzo, y de por sí había algo en su energía que no me gustaba. No estaba seguro si era por cómo trataba a las chicas, por sus aires risueños de plástico o el puto apodo que me había adjudicado por la cara; prefería pasar de su existencia, en lo posible. Era la clase de tíos que me resultaban repelentes.

Había dado con Verónica en la línea de parrillas y decidí acercarme a ella, con la esperanza de distraerme un poco de los pensamientos de mierda. No pasó mucho hasta que Wickham nos interceptó y nos invitó a una quedada o no sé qué. Dudaba que mi existencia le interesara un pelo, sólo me estaba usando de nexo para invitarla a Verónica, ¿cierto? Los de su tipo eran todos iguales.

Pero vaya, al cabrón lo conocía de hace doce horas y no quería seguir metido en la labor de hacerle caso a la paranoia. Hice lo de siempre, lo dejé fluir y me mantuve relativamente al margen. Wickham lucía complacido ante la idea de ser apodado "Sir Joey" y asintió solemne, acabando de erguirse. La verdad era que no tenía motivos de peso para ir a la dichosa playa, pero tampoco tenía mejores planes y... quizá me viniera bien distraerme un rato, ver caras nuevas. Además, Verónica lucía tan emocionada ante la idea que no me dio el corazón para seguir de amargado. La chica conectó con mis ojos y yo le sonreí, encogiéndome ligeramente de hombros. Bueno, qué más daba, ¿cierto? No sería tan malo.

Wickham siguió atendiendo a Verónica, acompasándose a su energía y sus expresiones con una facilidad irrisoria. Al ésta inclinarse, él le prestó la oreja. Fue sumamente breve y sutil, pero por un segundo me pareció que su sonrisa había amenazado con flaquear. O quizá yo estuviera delirando, vaya.

—I'll think about it —fue toda su respuesta, lo cual me pareció algo extraño, y comenzó a caminar en reversa—. Remember! Bosque Cinco, en media hora. Nos vemos~

Con su presencia fuera del radar, me desinflé los pulmones y una muy ligera cuota de tensión abandonó mi cuerpo. Le sonreí a Verónica.

—Bueno, vamos a comer, ¿te parece? Tengo un... ligero presentimiento sobre esta reunión, así que nos conviene comer bien.

[Muelle]

La aparición de Kenneth no me sorprendió demasiado, pero sí me puso muy contenta. El hecho de que supiera estar sola no implicaba que no disfrutara mucho más de la compañía ajena, y además, que cumpliera su pequeña promesa de venir a buscarme lo volvía aún mejor. Se sentó frente a mí y yo suspiré, sincronizándome a su broma.

—Ya ves, mis pretendientes son todos unos pasotas y me dejaron comiendo sola, ¿cómo se atreven?

La oferta del supuesto juego captó toda mi atención y reflejé su movimiento sobre la mesa, con una sonrisilla divertida plantada en los labios. No estaba segura a qué se refería exactamente con eso que había encontrado para beber, pero si lo decía así había pocas opciones, ¿verdad? Su plan maestro era básicamente un picnic nocturno en el estanque de luciérnagas y no tuve forma de explicar la ilusión que me hizo la simple imagen mental. Me esforcé por moderarla, claro, but gosh. ¿Cuándo había sido la última vez que me invitaron a una cita así? Siquiera lo recordaba.

Cerró la invitación diciendo que me secuestraría si me negaba y la tontería me aflojó una risa breve.

—Got it —murmuré, hablando con cierta suavidad en mi voz—. Te espero en el muelle, entonces. Go big or go home, right?

Cuando Kenneth se fue, puse el plan en marcha. Recordé que había traído unos tupper, así que fui a las parrillas y armé dos raciones de comida. Los guardé en la mochila, junto a otras tonterías y los brownies que le había traído, y hablé con Akuma-sensei, quien me facilitó dos chalecos salvavida. La había elegido a ella por la simple razón de que parecía la más proclive a permitirme la tontería, además de que la conocía mejor que al resto. Me recibió con una sonrisa sedosa, me miró varias veces de pies a cabeza y me dejó ir, con un muy malintencionado deseo de que "nos divirtamos". Y que volvamos antes de las doce, claro.

Con todo listo, fui hasta el muelle, lo recorrí y lancé tanto la mochila como los chalecos dentro de una de las canoas, que era para dos personas. Me había alejado del gentío, el agua se mecía con suavidad y alcé la vista al paisaje, la luna y las montañas a lo lejos, cargándome los pulmones de aire. Me daba hasta vergüenza, pero lo emocionada que me sentía frente a esta pequeña travesura no era ni normal. Me senté en el muelle, entonces, a la espera de que Kenneth llegara.

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*extiende las manos para que la espose* i'm all yours, bebi u///u

 

[Muelle]

Sasha se acopló a mi broma con una rapidez envidiable, con una respuesta por su parte que por supuesto logró ensanchar mi sonrisa con aún más diversión. Negué con la cabeza un par de veces, con una expresión de obvia decepción por sus pretendientes, pero dejé pasar el tema con bastante facilidad para poder centrarme en lo que realmente me interesaba. Una vez más, la muchacha no tuvo problema alguno en seguirme el ritmo, y me sonreí con satisfacción cuando finalmente escuché su afirmación de que participaría voluntariamente; asentí con la cabeza cuando mencionó el muelle y, finalmente, nos dividimos para cumplir con nuestras respectivas misiones.

Esperé un par de minutos extras tras haber dejado marchar a Sasha, para no levantar demasiadas sospechas en caso de que alguien nos viese, y poco después me dirigí hacia mi tienda de campaña; no recordaba haberme llevado nada parecido a una manta, sábana o mantel para pícnic, pero no perdía nada por intentar encontrar algo con lo que improvisar, ¿cierto? Estuve un rato relativamente largo, pero al final no pude hacerme con nada que mereciese la pena y tuve que chasquear la lengua, ciertamente molesto por mi falta de previsión de que algo como aquello pudiese suceder. Por suerte para mí, la bombilla se me iluminó justo en el momento preciso y no tardé en dirigir mis pasos hacia la tienda de Emily, pues estaba completa y absolutamente convencido de que ella tendría algo con lo que arreglarme la vida en ese instante.

—Emi, necesito tu ayuda~ —susurré contra la tela de la tienda, esperando bien cerca de la misma para poder escuchar lo movimientos que hubiese en su interior—. Rápido, ¿has traído alguna manta que pueda usar para sentarme sobre el césped?

La chica me miró con cierta confusión en sus ojos, pero por el momento no preguntó nada y volvió a meterse en la tienda para buscar lo que le había pedido. Mi rostro se iluminó en cuanto volvió a salir, en aquella ocasión con un trozo de tela colgando de sus brazos, y le sonreí con agradecimiento mientras recibía el mismo entre mis propios brazos.

—¿Para qué lo necesitas?

—Un pícnic...

—¿Acompañado?

—Mhm.

No me avergonzaba ser sincero con Emily, precisamente, aunque no podía negar que la mirada que me echó un instante después de responderle me hizo sentir algo... no exactamente culpable, pero sí como si mi hermana pequeña me hubiese pillado haciendo alguna travesura que no debería haberme visto hacer con su edad. No tenía ni idea de dónde venía todo aquello, pero no era el tipo de persona de preocuparme demasiado por ese tipo de cosas, así que ignoré todo el asunto de llano y simplemente extendí el brazo para revolverle cariñosamente el pelo a la morena.

>>Deberías ir a comer algo. Tu hermano me pidió que te cuidara, ¿recuerdas?

—Lo sé, ahora iré. Pásalo bien en tu pícnic~

Solté el aire por la nariz en una risa floja al escuchar su comentario, volviendo a repetir el gesto de antes en su cabello antes de finalmente alejarme de la zona de acampada. El muelle no quedaba muy lejos, y casi todo el mundo se había aglomerado en el lugar de la parilla, por lo que no fue especialmente difícil dar con ella una vez me adentré en la zona donde me había citado. Quise acercarme por su espalda e intentar asustarla, pero después recordé lo que me había contado sobre la prueba y decidí comportarme mejor, pues genuinamente quería que aquello saliese bien.

—Buenas noches~ —canturreé, una vez alcanzada su posición, y mi mirada no pudo evitar danzar hasta la canoa donde muy obviamente se veían todas las cosas que ella debía haber preparado—. Ah, ¿quieres que te siga impresionando con todas mis capacidades? Porque se me da bastante bien llevar una de estas~

Contenido oculto

*la arresta y se la lleva de nuevo* all mine, muehehe

[Zona de acampada]

Haber visto a los tortolitos después de la prueba de valor había sido una experiencia divertida, but oh God, verlos en aquel momento delante de mis narices estaba siendo puro oro en bruto. Jackie estaba a literalmente una batida de pestañas de esta chica para ponerse a sus pies, pero ella se veía tan absurdamente unaware de todo que no pude evitar pensar en lo mucho que todo aquello parecía ser sacado de una de esas películas rom-com que Joey y yo nunca acabábamos de ver por ser demasiado empalagosas. Ah, pero en vivo y en directo era otro mundo completamente diferente, ¿verdad?

Jack también estuvo a un segundo de matarme con la mirada en cuanto solté lo de que había sido su idea, reacción que solo consiguió hacerme sonreír con aún más inocencia mientras me encogía de ligeramente de hombros. Se inventó un buen número de excusas para intentar justificar su pseudo-idea de invitarla, para finalmente dirigirse de nuevo a mí con claras intenciones de que lo sacase de ahí cuando antes. Podía salvarlo así cómo lo había metido en el lío, pero en su lugar dirigí de nuevo mi atención hacia la peli-azul, sonriendo como si nada.

—Nunca me han invitado a algo así, así que muchas gracias por pensar en mí, Jack —explicó, sin haber apartado la mirada llena de curiosidad del muchacho, y pude ver como le sonreía con genuina agradecimiento antes de virar su atención hacia mí de nuevo—. Y a ti, claro... Welsh-san, ¿cierto?

—Dime Alisha, bonita~ —le pedí sin poder evitar cierta suavidad en mi tono de voz, y después, así como si nada, di una palmada mientras me levantaba del banco—. ¡Bueno! Te dejamos que comas tranquila entonces, ¿sí? ¡En un rato en el Bosque Cinco, no te olvides! See ya~

Me despedí de la chica con un gesto de mano y miré a Jackie con una renovada sonrisa divertida a la pasada, esperando que me siguiese mientras me alejaba hacia la parilla de comida.

>>Yo no tengo a nadie más a quién invitar, Jack-O-Lantern —admití después de un rato, en un punto medio entre Alethea y los profesores—. Y a menos que tú tengas a alguien más en mente... I'm gonna go eat something. Ya sabes, para tener algo que absorba el alcohol. I don't wanna be too hangover tommorow~

 

[Muelle]

Hice un paneo mental de la 3-2 por pura manía, era demasiado improbable que pudiera descartar la suficiente gente hasta dar con su amiga. No llevaba tanto en la escuela ni le prestaba tanta atención a los demás. ¿Que la gente le arruinaba la existencia? Vaya, qué señorita dramática. Sólo por la gracia de demostrar mi punto, me eché encima la mejor sonrisa de angelito que tenía a la venta y miré a Fiorella.

—Ah, pero yo no hago esas cosas, ¿verdad?

Técnicamente ella ya había ganado, de todas formas lanzamos la tercera tanda de piedras y ahora sí se me dio por iluminarme. Sonreí, encogiéndome de hombros, y me incliné un par de centímetros en su dirección.

—Felicidades~ —murmuré, con voz suave, y por la gracia agregué—: ¿Qué te gustaría de premio por tal hazaña?

Contenido oculto

dejé colgaditta la última pregunta de Fiore porque me pareció como más orgánico primero esperar a que le responda esto JAJAJA suena muy messy pero eso. Also, el dado de Ko lo lancé en el post anterior suyo

1° ronda (Fiore)
Fiore: 3.2 metros
Ko: 2.9 metros

2° ronda (Fiore)
Fiore: 1.4 metros
Ko: 0.9 metros

3° ronda (Ko)
Fiore: 2.5 metros
Ko: 4.5 metros

[Zona de acampada]

Había decidido permanecer ajena a la prueba de valor sin ningún motivo de peso. Ya había asistido al campamento del año anterior y participado de su actividad especial, e incluso si no era de nervios débiles, pues tampoco disfrutaba de asustarme. Por el tiempo que duró, busqué el libro que había traído y me quedé leyendo frente al lago, en la zona de acampada. Fue un momento que disfruté.

La cena se inauguró junto a la llegada de los demás. Cuando me acercaba a las parrillas reconocí a Joey con Kenneth, pero no me apeteció particularmente acercarme y los dejé ser. Recogí un poco de carne y verduras, armé mi plato de forma equilibrada sin premeditarlo realmente y, en lo que buscaba una mesa libre, oí una voz llamándome. Era Hiradaira, la chica algo ruidosa de mi clase. Me acerqué un poco y reconocí a su acompañante como un alumno de la 2-3, de los tantos que se habían transferido este año.

No estaba segura de dónde surgía la curiosidad sobre el club de lectura, pero tampoco necesitaba las razones para responder a su pregunta. Los asistí con una cordialidad un poco indiferente pero cordialidad en fin, ¿o acaso no eran similares todos los buenos modales bien aprendidos? Mattsson tomó la palabra, deslicé mi mirada a él entonces, a sus ojos oscuros, y le concedí una sonrisa pequeña a modo de respuesta. ¿"En persona"? Lo hacía sonar como si fuera una celebridad. La idea me causó gracia, mas no la reflejé y su pregunta despejó el misterio de antes. Conque él era el interesado.

—Siempre hay lugar para recibir a más personas, Mattsson-kun —murmuré, asintiendo levemente para enfatizar mis palabras—. Somos un club pequeño, después de todo. No nos ponemos quisquillosas.

Claro, eso lo convertiría en el único chico. Lo repasé brevemente con la mirada, en un análisis silencioso. Bueno, eso no le molestaría, ¿verdad?

—¿Qué tipo de literatura sueles leer?

[Muelle]

Estaba bastante relajada sentada allí, con el paisaje, las piernas colgando del borde del muelle y el sonido del agua chocando suavemente contra sus troncos de base. Quizá fuera el movimiento de la marea, grande o pequeña, el que me ayudaba a calmarme. Había crecido con esta clase de ruidos y olores, recordaba a casa. El tiempo discurrió inadvertido, mientras las estrellas titilaban y murmuraba una canción en voz baja, cuando los pasos haciendo eco en la madera captaron mi atención. Alcé el rostro e identifiqué a Kenneth del revés, dedicándole una sonrisa.

—¿Ya has navegado antes? —indagué, incorporándome, y repasé sus facciones un instante antes de agregar—: My, oh my. Sailor Kenny? Privateer? Maybe a pirate?

Sus colores eran de por sí bastante pálidos. Bajo la luz de luna, su cabello y sus ojos adquirían una tonalidad aún más plateada, se fundían en su tono de piel y le brindaban un aspecto casi... etéreo, pero de una forma ligeramente oscura. Me estiré para alcanzar los chalecos y le pasé uno. Supuse que sabía ponérselo, así que hice lo propio y, digamos que por la gracia, recogí mi cabello y le di la espalda.

—¿Me ayudas? —murmuré, señalándole los abrojos con el rostro a medio girar.