--Pero, entonces... ¿Articuno estará por aquí? Igual... este sitio al ser bastante frío, encaja perfecto con él. Combusken me miró unos segundos, y luego volteó a mirar a todos sus alrededores. Creo que sentía que algo pasaría en algún momento... pero, ¿qué será?
-- Despiertame si "el" llega ¿vale?-- Solté a mi pokémon Psiquico/Volador y le ordené que me hiciera dormir con su Hipnosis
Tras salir de aquella mini avalancha, miré a Pikachu seria y este se limitó a subirse a mis brazos, divertido. Caminé un rato para quitarme la nieve d encima y subirme a una rama de un arbol. Otro escalofrio recorrió mi cuerpo y empecé a tiritar. Mala señal. Empecé a pensar que eso que me dijo el viejo había sido un engaño y suspiré. Un sentimiento muy fuertr recorrió todo mi ser y me dije en voz alta. --Quiero volver a casa... --y abracé fuerte a Pika con los ojos un poco humedecidos.
--Dalo por hecho.--Le prometí mirando para todos lados. No veía a nadie, todo vacío. Me acerqué un poco más a Lucario para no tener tanto frío,pero no surgió mucho efecto
Mis lágrimas empezaron a caer sobre Pikachu, el cual se percató que estaba llorando y me abrazó más fuerte. Le miré fijamente...soy tan débil. Llevé una de mis manos a mi cara y me sequé unas cuantas lágrimas. --¿Por qué...por qué soy tan débil...? Solo soy una niña frágil y a la que tienen que estar ayudando constantemente. No se cuidarme sola...soy una inmadura... --me decía en voz alta, martirizándome por haber llegado a este extremo en el que por confiar demasiado, llegué a quedarme sola. Levanté la mirada y tirité fuertemente. Me estaba quedando congelada y mi pokémon igual. Llevé mi mano a mi cinturón de balls y lo metí dentro para que estuviera resguardado del frío. No saqué a ningún pokémon de fuego porque no quería que pasaran frío también. Me recosté en aquella rama y contemplé todo a mi alrededor. Destiny tenía razón...solo era una niña... --Pero eso va a cambiar. --salté de la rama y me ajusté la gorra. --Tengo que dejar de lamentarme y seguir adelante. Los pokémon son mis únicos amigos, y en los que puedo confiar. Llevé mi mano a dentro de mi chaqueta y saqué un collar que ponía: L+D, y me lo quité del cuello. Lo miré llena de ira y en uno de mis impulsos lo lancé lejos de mi, hasta que lo perdí de vista. Era hora de madurar, y de cuidarme por mi misma. Dicho esto, me fui de allí, hasta que encontré a Steve a lo lejos y me acerqué. Me debía de dar a Mienshao.
De repente, a lo lejos, entre el constante granizo de la zona, se vieron cuatro siluetas que se acercaban. Alpha dormía plácidamente junto a su Sigilyph, ignorando lo que sucedía. Un chico de unos 17 años, con pelo azul que caía sobre su frente, tapando a la mitad ambos de sus ojos, se acercó a él y se arrodilló junto a él. --Vaya, vaya... duermes como un bebé, ¿eh? --dijo con malicia, mientras el pokémon pájaro se percató de su presencia y se dispuso a obedecer a su entrenador y despertarlo, como le prometió. Mientras, los otros tres permanecían alejados. --Brrr... tenemos que proponer que hagan uniformes para invierno --sugirió Ípsilon. --Sí... H-Hace frío, demasiado --comentó Épsilon. Ambos parecían proteger a un hombre que llevaba bata blanca, prominente bigote y excéntricos pelos grisáceos. El hombre con pintas de científico colocaba en el suelo gélido una especie de artefacto que comenzó a proyectar luces azuladas hacia el cielo. --Bien, que comience la captura --dijo el científico, antes de que varias personas se acercasen a ellos. Al poco tiempo, se oyó un fuerte graznido en el aire, el graznido de Articuno. (NOTA: posiblemente os conteste dentro de bastante, por la noche. Esto van a ser cuatro batallas: uno se enfrentará 1vs1 a Ípsilon, otro 1vs1 a Épsilon, otro 3vs3 al científico (cuidado, porque va a ser muy duro, recomiendo que sea alguien que pueda megaevolucionar a uno de sus pokémon). El último será Alpha, el cual va a tener su batalla especial. Así pues, tres tenéis que rolear que veis al científico y sus dos escoltas y, como a los dos escoltas creo que todos los conocéis, vais a evitar lo que estén haciendo; y Alpha, por su parte, solo tiene que rolear que se va a despertar xD)
A lo lejos vi a unos tipos muy raros. Ni idea de quiénes eran, pero a lo mejor eran los que Alpha buscaba. Le di una patada suave para despertarlo. --Oye, el tipo vino.
Vi que una chica se acercó a mí y a Combusken. Era... ¡Liza! --¿¡Qué estás haciendo aquí!? Deberías estar en el Centro Pokémon recuperándote. Además aquí hace mucho frío. De un momento a otro, un fuerte alarido se escuchó a una cierta distancia. Inmeditamente, Combusken rugió con furia, definitivamente, algo raro estaba por venir... --¿Qué fue eso? --pregunté sorprendido. --Combus.... Combusken... --gruñó mi pokémon inicial. --¿Será quién creo que es...? --dije en mis pensamientos
Me limité a mirarle y no responder a su pregunta. --¿Y mi pokémon? --le pregunté cortante. Una ráfaga de aire frío se levantó de repente y con ella un rugido bastante fuerte. Solo puede ser de un pokémon legendario...
Mis piernas eran gelatina. Temblaban y ya ni siquiera las sentía. Había camino por horas y horas, sin descansar y con Treecko molestándome. Viajar sin mi bicicleta era lo peor que podía hacer. Terminaba más que cansada, lo que no me daba tiempo de entrenar debidamente. Treecko se estaba volviendo un vago y Elekid estaba más inquieto que nunca. El único tranquilo que por lo menos entendía mi cansancio era Magby. Un fuerte viento helado me azotó y me di cuenta de que ya había llegado al Lago Helado. Esperaba por lo menos capturar a algún pokémon tipo hielo. Eran buenos para los concursos.
--Lo tiene la enfermera Joy --me limité a responder frente a la actitud de la chica mientras mi pokémon y yo nos cubríamos de la tormenta de nieve.
--Genial... --murmuré por lo bajo, al final tendría que ir para allá. Me di la vuelta y cogí de mi mochila una capa de lana que llevaba para protegerme del frío y me la puse encima para cubrirme lo mejor posible y salir de allí rápidamente.
Y allí, apareció un Smoochum. Su rostro me parecía tan gracioso que reí fuertemente. Estaba decidida a atraparlo, pues sería una agradable compañía. --¡Adelante, Magby, ve!--dije. Allí apareció Magby, listo para la batalla. MAGBY: Fuego (Potente) Salud: 90/90 Fuerza: 160 (15) Resistencia: 100 (8) Agilidad: 3/3 (90 de Velocidad) (7) Movimientos: -Puño Fuego (50 Potencia, Fuego) -Fuego Fatuo (Quema) (Usos: 2/2) -Puño mareo (20 Potencia, Normal; además, confunde) (Usos: 2/2) -Malicioso (Baja 5 Resistencia rival) --¡Magby, usa Puño Fuego!-- grité. Magby obedeció y dio en el blanco. Smoochum fue golpeado y cayó en el suelo. Lo había tenido muy fácil... hasta que Smoochum se volvió a levantar y usó Confusión. Dio en el blanco y Magby dio unos pasos hacia atrás; no había sido muy efectivo--. ¡Bien, Magby, usa Puño Fuego otra vez! Esta vez, funcionó de verdad. Smoochum volvió a caer y no se levantó, era el momento--. ¡Ve, pokéball! Lancé la pokéball y esperé. Se movía ocasionalmente hasta que ¡por fin! Smoochum había sido capturado. Salté de alegría y abracé a Magby.
Volví a entrar al lago helado, y me crucé de brazos mientras caminaba lentamente por el lugar, observando detenidamente el cielo. ¿Dónde estará...? Miré a lo lejos a un grupo de hombres muy peculiares quejarse del frío y otro con un artefacto bastante extraño que me llamó la atención.
El hombre que lo miraba de cerca sonrió al ver como aquel chico seguía igual que siempre. --Veo... --que no has cambiado absolutamente nada, Alpha. Sigues tan... tan "Alpha" como siempre. ¿No te acuerdas de mí? --dijo, mientras se incorporaba y se echaba el pelo hacia atrás con su mano derecha--. ¿No te acuerdas de tu "amigo" Beta?
Al ver como Liza se acercaba, el científico que manipulaba la máquina le dijo a sus guardas: --Vosotros dos, haced algo útil y alejadla de aquí. Épsilon e Ípsilon miraron a la chica que miraba desde cierta distancia y tragaron saliba al recordarla. --Ép... esa es la de Ciudad Lienzo, la de la nutria... --Ya lo sé, Íp. P-Pero tranquilo, somos dos contra uno, no va a poder contra nosotros --alzó la voz y dijo--. ¡Eh, tú, fuera de aquí! ¡Estamos realizando experimentos privados! Mientras, el científico parecía estar a punto de acabar su trabajo. De nuevo, el graznido de Articuno se oyó a lo lejos. El hombre de bata blanca y cabellera de excéntrico alzó la vista, se cubrió sus ojos de la nieve que caía, y dijo: ---Muy bien, parece que este cacharro funciona mejor que el Zapdos virtual. A lo lejos, Articuno se acercaba...