Drabble de Naruto - La voluntad del fuego

Actividad: Instagram ninja

Recurso:

Contenido oculto

Personajes: Mito Uzumaki y Hashirama

La voluntad del fuego​

El peligro se filtraba en el aire y recorría las vidas de cada uno de los habitantes de la aldea y todos los aledaños: el mundo ninja se veía en peligro si es que no se movían rápido para buscar una solución al problema que Kurama representaba.

Hashirama, como nunca, se mostraba preocupado y realmente nervioso ante la única alternativa que tenían:

—Sé que es riesgoso, pero quiero hacerlo —dijo Mito. Ya se lo había dicho antes, pero ahora estaban a solas y quería intentar convencerlo de alguna manera, de tranquilizarlo. Ella misma estaba nerviosa. Confiaba en su familia, eran expertos en las técnicas de sellado, pero esto… era la primera vez que hacían algo como eso. El jutsu de sellado podía fallar, Kurama podía escapar y en el peor de los casos… ella podía no soportar el poder de bijuu y verse destruida al albergar tanto poder en su cuerpo.

Mito no quiso hablar de eso, debía verse como la mujer fuerte y valerosa que era porque la necesitaban en ese momento y flaquear no estaba permitido si iba a salvar a la aldea.

—Mito, no tienes qué hacerlo —le dijo arrimándola a él y rodeándola por la cintura con sus brazos. Ella respiró e inhaló su esencia y se sintió segura entre sus brazos. Deseó con todas sus fuerzas que pudiera estar así durante el ritual de sellado que todo sería mucho más sencillo.

Un mar de emociones se debatían en ella, entre todas sus inseguridades y los sentimientos que tenía por Hashirama. Alzó la vista y como si no hicieran falta más palabras, los dos se miraron y se dieron un tierno beso antes de que la puerta se abriera y la llamaran.

Él dudó de soltarla, había más contras que pro en la idea de que ella fuera su contenedor, pero la mujer estaba decidida no sólo a hacerlo, sino, a conseguirlo.

—No creas que te vas a salvar de los gastos de la fiesta de boda —le dijo ella tomando sus manos y quitándolas de su cuerpo. Le dio un beso en la mejilla y acomodó su traje antes de salir por la puerta.

No sólo sería el recipiente del zorro, saldría victoriosa y podrían celebrar felices su boda. Con más de un motivo.