La tierra media

Tema en 'Fanfics abandonados sobre Libros' iniciado por Fénix Kazeblade, 11 Enero 2012.

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    Fénix Kazeblade

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    La tierra media
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    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    9
     
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    En medio del bosque negro resurge una de las dos torres que tanto tiempo después de que las tinieblas la envolvieron busca recuperar su resplandor perdido, albergando en su interior al poderoso mago blanco y a su aprendiz y próximo predecesor, en la última de sus habitaciones, Gangalf instruye con los últimos encantamientos al joven prodigio. Empujado contra la pared por una enorme ráfaga de energía busca con premura su báculo que es idéntico al de su maestro cuando su vestidura era gris y sosteniéndolo con ambas manos repele el encantamiento.

    — ¡Bien hecho! Avgrunn

    Le dice el hechicero maestro a su pupilo mientras que con un gesto casi paternal le acaricia la cabeza.

    —Es una gran responsabilidad, ¿no es cierto? —Cuestiona el joven mago mientras toma asiento.

    — ¿A que te refieres? —.Le responde su maestro extrañado.

    — Sabes a que me refiera Gandalf, no se si podré con esta responsabilidad, hace 5 años era un campesino y en mi vida no había hecho otra cosa mas que eso.

    — Pero joven mago tu fuiste elegido, pocos son aptos para transformarse en uno de los Istari, tu dotes te otorgaron ese honor.

    — Eso no es cierto y tú lo sabes, fui elegido solo por que mi hermano pereció en la guerra en la batalla de Gondor.

    —Tu responsabilidad es muy grande tu eres lo que eres y lo eres por que debes serlo, esa inseguridad no te permitirá ser mi predecesor, existe una razón por la cual los Istari son necesitados y por eso tu fuiste preparado.
    El joven permanece callado y cabizbajo con la mano introducida en su bolsillo como jugueteando con un objeto dentro de él, Gangalf recuerda en ese momento aquella terrible escena y el oscuro presagio que conlleva, sus manos se ponen frías y su corazón se acelera al recordar las penurias de los pequeños hobbises y su infortunado destino al hacer estado ligados al anillo único y como aquello estuvo apunto de consumirlos, aquella mirada corrompida por el poder y las tinieblas ahora surgiendo en su joven y prodigioso aprendiz, intenta borrar esta idea de su cabeza y le observa.
    — ¿Que haces?, ¿Que tienes allí? —Le pregunta haciendo un intento por sacar la mano de su bolsillo.

    — ¡Nada, déjame! —Le responde el muchacho separándose bruscamente, esta reacción pone mas nervioso al hechicero y lo vuelve a intentar con mas fuerza pero el muchacho sale corriendo rumbo a las escaleras.

    — ¡Muéstrame!

    — ¡No!, ¡déjame en paz!, es mió, es mió.

    La mano del muchacho queda expuesta dejando ver en su índice un anillo dorado con marcas rúnicas a su alrededor, esta imagen hace temblar Gandalf al ver su peor pesadilla realidad.

    — ¡No, No, No puede ser, Frodo lo destruyó! ...¡Es de uno de los espectros!

    — Me lo dio mi hermano -dice sonriendo maliciosamente- .Entonces yo era un niño escondido en las minas temeroso del mal que nosotros mismos echamos sobre nosotros, la guerra jamás debió de haber sido, el siempre ofreció poder solo teníamos que aceptarlo.

    — Pero de que estas hablando, todo lo que te he hablado, Sauron solo atrae muerte y destrucción, ¡Quítate ese maldito anillo!

    —Solo para su enemigo y yo no soy uno de ellos, puedes sentir el poder no es cierto, un nuevo señor oscuro esta apunto de surgir, tu pudiste ver la oscuridad en mi desde el primer momento pero creíste que podías cambiarme, él le a dado poder a los nueve anillos pero serán los pilares de su imperio.

    Gangalf se apresura a tomar su báculo al otro lado del salón, pero es tarde, su cuerpo esta completamente paralizado, cada célula de su organismo parece pesar 10 veces más, la presión es tal que comienza enterrarse en mármol mas y mas, cuando el efecto desaparece herido y maltrecho se levanta para ver que se ha ido.

    Continuara...

    El mal resurge y la comunidad se ha desintegrado, pero sus miembros aun existen, alguien de ellos será capaz de detener esta nueva amenaza.
     
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    Buenos días.

    Tenés una buena narración, nada más que te faltan varias comas. Te aconsejo que cuando escribas, luego leas tu propio escrito en voz fuerte para que te des cuenta cuando necesitas una pausa, y así vas a saber más o menos cuando colocar las comas.
    Otra cosa, los diálogos deben ir entre guiones, y se utliza el guión largo —(alt0151). De la manera en que lo pones parece formato script, pero ni siquiera se asemeja a tal. Aunque debo decir que me gusto mucho el contenido del diálogo, más por la manera en que se expresan los personajes.

    Noté también que te faltan algunos signos de pregunta, o los colocas mal. Así como también, en algunos casos, faltan mayúsculas al comenzar la pregunta o la exclamación.

    Debería ser:



    Y un último consejo, deberías separar la narración del diálogo, esta todo muy junto.
     
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    Fénix Kazeblade

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    Corregido y anotado, me ayudo a percatarme de otros errores que había dejado fuera, que bueno que te haya gustado, busco estar evolucionando constantemente aunque aun no logro librarme de todos, ojala pueda verte por aquí para los próximos capítulos.
     
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    Fénix Kazeblade

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    Esta nueva aventura es una continuación de " El señor de los anillos" escrita por Tolkien, en la cual el mal comienza a resurgir en forma de los nueve anillos que ya existían pero con nuevos poderes en ellos, de igual manera para quien no tiene idea de lo que les menciono, también puede disfrutarla si gusta de las historias de aventuras con magia, criaturas mágicas, ciudades encantadas, objetos poderosos, amistad, acción épica, suspenso e incluso y por que no algo de romance.

    Aquí les dejo el segundo capitulo.

    Capitulo 2: El elfo y el enano


    A las afueras del pueblo humano de Tserof, se encuentra una pequeña y ruinosa cabaña, alguna vez hogar de un humilde granjero, hoy guarida de unos malignos gorras rojas; criaturas que día tras día se han dedicado a atormentar a la gente del pueblo, raptando y matando a sus pobladores, que estos ingenuos y temerosos solo buscan que esto pronto acabe.
    Una joven de 15 años y una pequeña niña de ocho años se encuentran sollozando temerosas entre lóbrega y húmeda habitación cerca de un anticuado molino donde permanecen cautivas, fuera de esta las malévolas criaturas preparan su ejecución, afilando unos con otros cuchillos y machetes oxidados mientras unos cuantos mas custodian los posibles accesos de la casa por si alguien se atreve a ir por allí, no por que teman por eso, sino, para estar preparados y obtener una victima mas.


    — Ya es hora humanas—dice en un tono cínico uno de los esperpentos. —No se preocupen, será rápido.


    La niña se pone a llorar y su hermana mayor sin posibilidad de hacer otra cosa la abraza amargamente en un vano intento de protegerla y consolarla, el "gorro rojo" se dispone a dar la primera tajada, cuando una flecha rompe el cristal frente a él y una flecha queda clavada justo en su pecho, emitiendo un desagradable chillido cae muerto al piso, el ruido alerta a otras criaturas que acuden para ver que sucedió.


    — ¡Malditas!— Dice una de las criaturas furiosa, después ver a su camarada muerto en el piso— ¿Quien de ustedes dos lo hizo?


    Temerosas no contestan nada lo que enfurece mas al horroroso ser que se dispone a golpear a la mayor, en este momento por la ventana como disparado con una catapulta se ve entrar a un enano de barba larga y pelirroja que arremete con su hacha contra el agresor, en un intento de contraatacar dos monstruos mas arremeten contra él pero con una sorprenderte agilidad esquiva sus ataques y los dos engredos terminan atravesándose uno al otro.


    — ¡Ese el elfo me las pagara, le dije que no me arrojara!—refunfuña. — ¿Se encuentran bien?— Dice cambiando a un semblante mas amable— sus padres nos envían, las sacaremos de aquí, vengan conmigo.


    Las dos mujeres se disponen a levantarse y huir pero uno de los engendros aun malherido, se levanta y se pone frente a la puerta armado con un cuchillo.


    — ¡Enano infeliz!, Consigue tu propia comida, las mujeres son nuestras. —Dice rabioso el gorra roja.


    — Creo que no.


    Le contesta el enano con una mirada retadora. Apenas dice esto, unas manos demasiado blancas para un humano rodean al gorra roja por el cuello y una daga plateada es puesta en su garganta.


    — Suficiente sangre se ha derramado hoy— dice el elfo a sus espaldas presionando más la daga en su cuello— pero si tus intenciones es dañarlas no dudare en hacerlo.


    El duende maligno suelta el cuchillo y el elfo lo libera, apenas lo suelta este se escabulle y sale corriendo.


    — Ese era el ultimo, los demás están muertos o huyeron, hasta ellos son lo suficientemente listo para no volver por aquí, ¿Cómo están ustedes?—Pregunta sonriendo.


    — Estamos bien, no lo lograron hacernos ningún daño, aunque mi hermana aun se encuentra muy asustada. —Dice la chica esforzándose por devolverle la sonrisa.


    — Me alegro que estén bien, ¿que hay de ti, Gimbli?


    — No representaban gran amenaza esas cosas


    Contesta el enano airoso.


    — Solo espero que no te confundan con uno de ellos cuando volvamos al pueblo.


    Se carcajea el muchacho de orejas puntiagudas.


    Varias horas después.


    Poco a poco el pequeño pueblo va recuperando la paz y tranquilidad que lo caracterizaban, en una pequeña taberna el enano se encuentra dormitando en una de las mesas mientras bebe cerveza y juguetea con un hueso de cordero que devoro previamente, es un lugar modesto y apacible donde apenas unos cuantos parroquianos acuden cuando el trabajo se los permite, no pasa mucho tiempo para cuando se ve entrar al elfo portando la misma capa verde que llevo en aquellos días de la comunidad, con su característica jovialidad le saluda a lo que el enano responde apenas moviendo las cejas.


    — Ya se fueron, parece que se encuentran mejor.


    — Que bueno— Gimbli tose para aclarar su garganta— este clima de montaña no me va bien, más 50 cincuenta años en cuevas provoca que cambios como estos sean fatales, ¿me voy a dormir?

    Ante el carácter testarudo del enano, Legolas opta por no decir nada y se despide de él con una palmada en la espalda.

    — Que duermas bien

    Le dice el elfo a su fiel compañero de aventuras. El enano levanta la mano para responder y como quien tuviera varias copas de más, tropieza con sus mismos pies y cae de bruces arremetiendo con una de las mesas, varias cosas que descansaban en esta la mayoría con contenido en su interior salen por los aires, mientras su amigo de orejas puntiagudas acude en su ayuda.

    — ¿Estas bien amigo?

    Pregunta.

    — No, la cabeza me da vueltas y creo que he comenzado a alucinar.

    La mirada casi perdida del enano se dirige lentamente hacia encima del techo por encima de su amigo, atento a esta sutil señal Legolas dirige la mirada a hacia este lugar, tanto los trastos como su contenido permanecen suspendidos en la parte superior de la posada como si el lugar hubiese vuelto de cabeza.
     
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    Tarsis

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    Omg! El cambio es considerable! De verdad se nota. Me alegro muchísimo, claro, aún tienes detalles, pero, bueno, ya vendrá Renée a seguirte ayudando. =)

    Sobre la temática, muy buen desarrollo. ;) Fluidez...

    ¡Sigue así!
     
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    Aquí estoy. :3

    La verdad sí hay un cambio bastante notorio, y me agrada el modo en que narras. Ahora colocas mejor las comas que antes y eso se nota, es agradable leerte.
    Una cosa, no cambies el formato de la letra, si lo cambias que sea completo porque hay partes que están cambiadas y otras que no. No es un error fatal, pero queda mal, y siempre acordate de buscar letras que se entiendan bien (Arial, Verdana, Trebuchet).

    Debo recalcarte de nuevo el tema de los guiones. Sin embargo rescato el hecho de que utilices el guión largo, eso esta muy bien, pero ahora hay que corregir el modo.

    Lo que marqué en rojo es porque el guión del comienzo debe ir pegada a la palabra, y debe comenzar con mayúscula. Además había una palabra de más.
    Lo que te marqué en azul es porque eso va después de un guión, es decir, luego de que el personaje diga lo que deba decir se coloca de nuevo el guión largo, pero esta vez se deja un espacio entre el guión y lo que dice el personaje y luego, pegado al guión, se pone la acción del diálogo; dice, respode, comenta, murmura, etc.

    Quedaría así:

    —Bien, no lograron hacernos ningún daño, aunque mi hermana aun se encuentra muy asustada —dice la chica esforzándose por devolverle la sonrisa.

    Otro cosa es que a algunas palabras le faltan acentos: último, llevó, quién.


    Bien, me alegra que estes progresando. Espero leerte pronto. :3
     
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    Fénix Kazeblade

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    ok es que no lo escribi todo en el mismo lugar y por alguna razon no me permitia corregirlo
     
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    Fénix Kazeblade

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    Bueno pues un capitulo mas, ojala esta vez no se me pase nada o sea menos, hehe, que lo disfruten.

    Capitulo 3: Hechicera

    Aquel era su noveno día entre las montañas, el rojizo y melancólico sol ocultándose entre las montañas evocó ante ella, varios recuerdos de sus épocas pasadas, donde ella y su padre viajaban por estos mismos parajes cada verano, como jugaban con la nieve haciendo figurillas y con un ligero vaivén de su mano su padre les otorgaba conciencia para que bailaran y cantaran, las noches de luna y el sonido fantástico de aquella flauta que tantas veces la había hecho sentir elevarse entre las estrellas y atraparlas entre sus manos, como solían elevarse por los aires como plumas y remontarse hasta los cielos, y aquel primer día que ella logro hacerlo sola apenas a los ocho años de edad y su padre estaba mas que orgulloso por ello, sonrío mustiamente mientras una lagrima rodaba por su mejilla, que no daría para que pudiera hacerlo solo una vez mas, pensó, se mantuvo un momento en silencio y suspiro, aspiro el aire profundamente, tomó algunas cuantas de las ramas que había recolectado y empezó a formar una fogata, después de un rato el fuego encendió y ella recostó frente a él, con su mano busco un pequeño morral que traía consigo y vertió su contenido con suavidad.

    — paso mucho tiempo, pero al fin, lo he logrado.

    Dijo mientras tomaba entre sus manos un pequeño huevo no más grande que el de una gallina, pero de un rojo intenso.

    — ¿eso es lo que creo que es?, un huevo de salamandra.

    Pregunta una voz masculina detrás de ella. La chica se levanta alarmada y busca su báculo.

    — ¿Quien eres?

    Pregunta.

    — Hola, Kenda, ha pasado tiempo.

    — ¿Cómo te atreves a venir aquí, Faratan?

    Le dice la chica completamente furiosa dándole una cachetada.

    — Kenda, yo lo lamento, mira, aun conservo el dinero que me dieron por él, tómalo.

    Le dice el muchacho delgado extendiendo su mano hacia ella un saco lleno de monedas.

    — Ese libro era el único recuerdo de mi padre y lo mas valioso para el
    Faratan extiende las manos inocentemente.

    En serio, debiste de habérmelo dicho para mi era una baratija.

    Las hermosas facciones de Kenda se fruncen y enrojecen, el chico se da cuenta tarde que hablo de mas, ella extiende el báculo hacia él y se dispone a lanzarle un hechizo, pero de pronto algo ocurre, una leve melodía, una casi imperceptible para el oído humano comienza tintinear en el viento la chica suelta su báculo y se dirige hacia su morral apresuradamente.

    — ¿Están aquí?, no creí encontrarlos tan rápido.

    La joven toma sus cosas y saca de la bolsa una especie de brújula que en lugar de tener una aguja de metal emana por encima de ella una de energía pura.

    ¡Wow! ¿Qué es eso?, ¡Oye!, Kenda ¿a donde vas?

    Le pregunta desconcertado.

    Tengo una misión, después arreglare asuntos contigo.

    Diciendo esto desaparece entre la oscuridad.

    No muy lejos de allí, en una especie de caravana varios orcos caminan por uno de los senderos del bosque, en una carreta tirada por algún extraño animal similar a un camello, se ven dos bultos en unos sacos, dentro se encuentran Legolas y Gimbli.

    Lo triste es que me estoy acostumbrando a esto, aunque lo de la poción fue nuevo lo acepto.

    Dice Gimbli aun somnoliento.

    — ¿Quiénes crees que sean? — Pregunta el elfo mientras hace un intento por encontrar un puñal que guarda en su tobillo. — ¡Demonios! Me lo quitaron.

    No me sorprende, en lo personal me preocuparía mas por lo que quieren de nosotros, por cierto que hay de tus sentidos elficos ¿no lo viste venir?

    Dice el enano en un tono sarcastico.

    No leo la mente enano, bueno ya no importa, por cierto estoy apunto de desatarme, espero que tu también.

    Responde Legolas.

    Listo ya esta

    Contesta Gimbli.

    Bien, será la táctica que utilizamos con los goblins ¿te parece?, donde fingiste asfixiarte.

    Me estaba asfixiando realmente

    Responde furioso.

    Entonces lamento no haberte ayudado en ese momento.

    El orco que resguárdala la carreta comienza a ver que uno de los sacos se mueve y el enano a comenzado a toser como si se ahogara, el elfo asoma la cabeza fuera de su saco y advierte al orco que los observa.

    Vamos se ahoga, ayúdenlo, se que nos quieren para algo, si no por que dejarnos con vida.

    El orco emite un rugido para sus adentros y da aviso a otros dos, en pocos instantes la actuación del enano ha llamado la atención de media caravana, ya lo bastantes cerca, Legolas y Gimbli salen de sus sacos y rápidamente se apoderan de unas espadas.

    ¡Era una trampa! ¡Atáquenlos!

    Chilla una de las criaturas.

    A pesar del número uno a uno comienzan a caer mientras los dos amigos intentan abrirse paso hacia el bosque.

    Legolas, encontré nuestras armas están en aquel caballo.

    Señala el hombrecillo con la vista.

    Vamos por ellas.

    Diciendo esto el elfo ejecuta un salto acrobático y cae encima del caballo.

    No pretenderás que haga eso mismo yo

    Exclama Gimbli.

    — Pasa por debajo enano gruñón.

    Le responde Legolas señalando con su dedo.

    Con la pericia característica de todos los de su clase se desliza por varios orcos, lo bastante tontos para ni siquiera rozarlo con la espada. El enano llega del otro lado y su compañero le ofrece su mano, ya encima del caballo, El elfo toma las riendas y arrea al caballo, este con un relincho se dispone a avanzar, pero algo lo saca de control e inquieto tira a los dos y se hecha a correr.

    ¿Qué paso?

    Se pregunta Legolas.

    Que estas encima mió, quítate.

    Ambos se levantan, todos los orcos se han quedado callados y le abren paso a una persona, viste completamente de negro y tiene encapuchada el rostro, porta en su mano izquierda un báculo color negro y en la derecha un guante metálico.

    Que demonios es eso

    Dice el enano

    Es un hechicero eso es seguro.

    Contesta el elfo tomando una de sus flechas.

    Entre los árboles por encima de ellos la joven hechicera vigila sigilosamente esperando el momento indicado para actuar.



    Dos nuevos hechiceros han aparecido, ¿Quienes son?, ¿ Que intenciones tienen?, ¿A donde llevaban a Legolas y a Gimbli?, el mal avanza poco a poco y sin detenerse.
     
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    Fénix Kazeblade

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    Preparándose ya para su película en Live Action (ya quisiera xD) el cuarto capitulo.

    Capitulo 4: El inicio del viaje

    Cae la tarde en el Bosque y la mayoría de las criaturas diurnas se disponen a buscar un lugar donde pasar la noche, fuertes pisadas entre la maleza proclaman la presencia de una enorme criatura, cerca de un pequeño arrollo se a detenido, inclinándose para beber agua, parecería un carnicero de cualquier pueblo rollizo, obeso y vestido de blanco a no ser por que su piel era de un tono azul grisáceo y cualquier hombre por mas alto que estuviera apenas le alcanzaría la cintura, era un Troll, bastante inofensivo y un poco mas avispado que los de su clase, cualidades que no le habían servido mucho cuando aquellos orcos y el hechicero habían arrasado con el puente que había pertenecido a su familia por mas 500 años y los habían encarcelado como si hubieran hecho la cosa mas terrible de todas, ¿Por qué? Era la pregunta más recurrente en su cabeza mientras llorando de impotencia y rabia huía dejando todo lo que amaba atrás prometiéndoles que volvería, pero de eso hacían 5 días.

    — Me encantaría volver— Dijo para si mismo mientras se recostaba en el piso por el extremo agotamiento que sentía, observó su ropa manchada y rota pasando algo de saliva.

    — ¿Quisiera saber donde están?, mi cuerpo no resistirá mucho así que debo apresurarme.

    Diciendo esto se dispone a levantarse pero sus extremidades ya exhaustas se niegan a responderle, desde otra parte del boscaje ocurre un gran estruendo, un ruido similar al que escucho mientras su hogar de derrumbaba, sacando fuerzas por que creer haber encontrado los captores se levanta y se dirige corriendo a donde ocurrió el suceso, para su sorpresa todos se encuentran inconcientes en el piso incluyendo al hechicero, a lo lejos se ven alejarse tres figuras.

    Algunas horas antes.

    Varias flechas yacen el piso destrozadas y Legolas ayuda a levantar a Gimbli después de un fulminante ataque del hechicero.

    — 14, 16, 40 ¿Quién fue el ganador? ¿Quien extermino más Uruk Hai? ¡Les haré un corte por cada uno hasta que muera! — Exclama el hechicero empuñando una espada en su brazo izquierdo y diciéndola hacia el enano y el elfo— ¿No eran así sus competencias?, debieron de asegurarse de no dejar ninguno vivo.

    Al decir esto retira su capucha y muerta su rostro de piel ceniza, ojos resptilescos color amarillo y colmillo, adornado con símbolos rudimentariamente marcados.

    — Estoy seguro que ese era tuyo.

    Dice molesto el enano.

    — Gimbli, no es momento para bromas, trato de pensar en algo.

    — ¡Silencio!, el manchar mi espada es demasiado, se supone que lo llevaría vivos pero los accidentes pueden suceder.

    El hechicero sombrío levanta ambas manos y al hacerlo ocurre un breve temblor a causa del báculo que empuñaba, al recitar un encantamiento una esfera de luz opaca comienza formarse por encima de él.

    — Bien, ¿que haremos Legolas? nunca hemos podido enfrentar hechiceros.

    Dice el enano preocupado, el elfo parece ni siquiera prestarle atención.

    — Espero que no te equivoques— Murmura el elfo apuntando con su flecha hacia el hechicero.

    — Perdiste la cabeza eso no le hace ni cosquillas— Profiere el enano casi histérico.

    — Nos iremos de aquí prepárate— Le responde Legolas mientras se muerde el labio.

    El elfo arroja su proyectil mientras que el hechicero seguro de su poder no hace el mas mínimo intento de esquivarla pues cree que este será suficiente para repelerla, pero con pequeño destello la flecha se transforma en un corpulento centauro que embiste contra el Uruk hai dándole apenas tiempo de contraatacar, el hechizo que preparaba se desintegra y el cae de espaldas por el golpe, de entre la maleza surge la hechicera.

    — ¡Cúbranse los ojos! — Le advierte a los dos guerreros que atienden al instante, mientras ella arroja unos pequeños artilugios de metal que detonan emanando un haz de energía que provoca la inconciencia de todos los orcos al instante.

    El brujo ya reincorporado se enfrenta a su adversaria dispuesto a acabar con ella.

    — ¿Una hechicera? — Gruñe el Uruk Hai, mientras intenta alcanzarla con una oz.

    — Hay que ver quien lo dice— Responde Kenda desenfundado su espada y parado el seco al hechicero, retrocede un paso y emite una serie de tajazos suaves, ágiles y fuertes que su contrincante con sabe responder.

    — Tus trucos baratos no me sorprenden, bruja puedo vencerte— alardea la criatura.

    — Pues deberías sorprenderte

    El brujo ataca furioso a la chica pero su arma la atraviesa como si fuera un fantasma para luego desvanecerse, la real se encuentra detrás de el y apenas se da cuenta lo noquea con el mango del arma.

    — ¿Se encuentran bien? — Pregunta la chica.

    — Si— Responde el elfo mientras se acerca a ella, Gimbli la sigue de cercas.

    — Habla por ti, Legolas a mi me apalearon—Agrega el enano.

    — ¿Quién eres?

    Pregunta Legolas.

    — Me llamo Kenda, Gandalf me envía—Contesta la chica mientras les muestra una insignia de hojas similar a la que ellos llevan colgada en el cuello.

    — Si no les importa, quisiera hablar en otro lugar, mis hechizos no duran mucho y me agotan mas de lo que quisiera y esos orcos y el mago tardaran mucho en despertar.

    Los tres se disponen a partir cuando escuchan una voz.

    — ¡Esperen!

    Al voltear se encuentran con un enorme Troll.

    Continuara…
     
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    Esperando un poco menos errores de mi parte y mas opiniones de la suya:D les ofrezco humildemente el quinto capitulo.

    Capitulo 5: Asedio

    Han pasado cuatro días desde que los cuatro viajeros emprendieron su viaje, unidos por el destino cada uno con un propósito y un ideal, han partido rumbo a la Torre blanca donde los espera el último Istari, el ultimo protector de esta tierra que nuevamente se encuentra en peligro, un hechicero llamado Gandalf. Urik un provincia comercial de la Capital del Norte, a dos días de la torre blanca, observa a las lejanías de sus fronteras a cuatro forasteros de peculiar aspecto adentrándose al Bosque, los viejos habitantes que han sobrevivió a varias guerras y el pasar de varios años se extrañar al contemplar a los integrantes de este: un elfo, un enano, una hechicera y un troll.

    — Excelente por fin nos vamos, esto es otra cosa que jamás cambia los prejuiciosos humanos y sus miradas, por que no se miran el rostro son bastante feos, ¡que diablos nos ven!

    Exclama el enano con sorna mientras mira a varios campesinos que han interrumpido su arado y los observan fijamente.

    — Por lo menos distinguimos fácilmente entre nosotros cuantas ocasiones habrás estado apunto de besar a uno de tus hermanos enanos antes de darte cuenta que era varón.

    Le responde la hechicera molesta mientras le adelanta el paso.

    — Oye, oye Kenda no lo decía por ti, pero sabes a lo que me refiero, un momento… ¿quien te dijo sobre eso fue Gisen? Fue un accidente, ¿acaso lo conoces?.

    Algunos pasos más atrás Legolas y el Troll charlan.

    — Puedo confiar en tus poderes de elfo, no han fallado hasta ahora, si dices que ellos se encuentran con vida es un gran alivio para mi.

    Dice el Troll mientras toma entre sus enormes manazas unas cuantas conchas de mar y un brazalete oxidado.

    — Eso fue lo que dijo la gente del ultimo pueblo al parecer a tu familia la intercambiaron con otra caravana para ir a capturarnos, estoy seguro que Gandalf sabrá que hacer.

    Responde tratándole de dirigir al gigante azul una mirada de esperanza. El juguetea melancólicamente con los objetos entre sus manos.

    — esto se lo di a mi hija cuando cumplió 4 ¿sabes? — Suspira — Desde entonces no se había separado de él, ojala pueda ayudarnos.

    Voltea y le sonríe.

    — ¡Legolas, Unka la brújula detecta algo! — Expresa Kenda acercándose a ellos seguida por el enano. — Al parecer ahí una gran aglomeración de gente en las cercanías y si no me equivoco en este bosque no existe ninguna población.

    Agrega mostrando en esta unos pequeños puntos rojos que sobresalen por encima de su superficie.

    — ¡Una caravana!

    Exclaman al unísono.

    Los cuatro salen corriendo liberados por la chica y su extraño artefacto que entre mas se acercan mas fuerte emite una especie de zumbido.

    —Estamos cerca escucho algunos ruidos detrás de esa colina, deberías cerrar esa cosa si no los alertaras.

    Dice el Elfo.

    — Listo para recuperar a tu familia grandote.

    Expresa Gimbli dándole al Troll unas palmadas en la espalda. Los cuatro envainan sus respectivas armas dispuestos a arremeter con cualquier enemigo, escalan airosos la pendiente que los separa de donde creen se encontraran con una tropa de orcos.

    — ¡Se acabo, acabare con cada uno de ustedes ahora mismo!

    Surge el enano eufórico de entre unos arbustos convencidos de acertar el primer tajazo con su hacha, pero en lugar de aquellas criaturas que esperaban encontrar, yace frente a él una pequeña personita de ojos grandes color avellana, bastante delgada y con enormes orejas que terminan en punto, temblando de miedo escondida detrás de un jarrón, detrás de él yace un pueblo destruido.

    — Glimbi ¡no!, temí no llegar a tiempo, es solo una comarca de duendes lo supe en cuanto subí la pendiente.

    Le explica Legolas al avergonzado enano mientras este intenta tranquilizar a la criaturita.

    — Pudiste habérmelo dicho, creo que ya tuvo suficiente con lo que sea que haya pasado aquí.

    Le replica el enano.

    — Es algo mas complicado que eso Gimbli, las criaturas como los duendes y hadas emiten glamour una sustancia que probablemente afecto los sentidos de Legolas, aunque eso no impidió que esos malditos dieran con él.

    Agrega la hechicera mientras retira el cabello de su rostro, tras de ella se acerca Unka.

    — ¿Él se encuentra bien?

    Pregunta el troll.

    — ¿Estas bien? —pregunta la hechicera al hombrecillo que aun permanece oculto. — vamos, no te haremos daño, lo de hace un momento solo a sido una equivocación, ¿te gustaría un dulce?

    Exclama Kenda mientras introduce la mano en una de sus bolsas y saca caramelo, el duende lo toma desconfiado y lo introduce a su boca.

    — Oye tienes comida y hace días estuvimos que estar cazando por horas.

    Replica Unka.

    — no son dulces normales, con uno de esos ayer por la tarde hicimos cruzar a Gimbli el lago ¿lo recuerdas?

    Le explica Legolas mientras toma el hombro de Gimbli.

    — ¿Que hicieron que…?

    — O mira ya causa efecto.

    El duende antes aterrorizado ahora los observa con curiosidad.

    — ¿Quiénes son ustedes?

    Pregunta el curioso ser con una voz en extremo aguda.

    — Me llamo Kenda hija de Valar, ellos son Unka, Legolas un elfo de las tierras altas y Gimbli un enano de las minas de Miunir.

    — Mi nombre es Rib.

    Responde el duende haciendo una reverencia.

    — ¿Qué sucedió aquí?

    Pregunta el elfo que el mayor tacto.

    — yo soy uno de los pocos adultos que quedan aquí, la razón es que en mi condición no podía servirles, hace unos años sufrí un accidente y mi pierna no funciona bien desde entonces, llegaron en la madrugada, un desafortunado campesino fue el primero en encontrarse en su camino intento alertarnos y así encontró su muerte, entonces comenzaron a incendiar los techos de las casas para obligarnos a salir, afortunadamente el pueblo se encuentra repleto de túneles y por allí pudieron escapar nuestros hijos, la mayoría de nosotros nos dejamos capturar para que no fueran en su búsqueda, a los orcos los acompañaba un hechicero, en cuanto tuvieron al ultimo de nosotros él los hizo desaparecer.

    — No puede ser, creí que los habitamos dejado atrás como pudieron ganarnos el paso.

    Exclama Legolas furioso.

    — No son las mismas personas, la habilidad de la que él habla, pertenece al antiguo aprendiz de Gandalf.

    Continuara.
     
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    Neko Nyan

    Neko Nyan Hola, soy nueva♥~ (?)

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    Hola!! gracias por la invitación n.n bueno, me encanto y como me lo mandaste y me acabo de dar cuenta, tuve que leer todos los capítulos.
    Bueno en una pregunta no le pusiste el acento, y cuando empezaba el dialogo de uno se te pasaba a veces, solo vi unas dos. Y yo que pensé que troll iba con una l, bueno cuando escriba trol lo voy a poner con dos.
    Bueno solo esas fallas vi, pero no es demasiado grave n.n, fuera de eso, me gusto mucho, espero tu conti! le veo mucho futuro a esta creación ;)
     
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    Fénix Kazeblade

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    gracias mooni-chan, te invitare mas seguido, que bueno que cada vez me equivoco menos, ok ps hasta el próximo capitulo.
     
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    Fénix Kazeblade

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    Le puse mas empeño tanto en la trama como en lo técnico ojala se note, sin mas preámbulos el capitulo 6, que lo disfruten leyéndolo como yo escribiéndolo.:D

    Capitulo 6: Niebla

    — Esté es el último

    Exclamo Legolas después de vendar el pie lastimado de un pequeño duende.

    — Ya tienen suficiente comida para estar bien un par de semanas

    Dijo el enano, mientras que junto con el Troll postraba a los pies del único duende adulto algunos sacos con comida.

    — Dentro hay fruta y varios animales que cazamos

    Agregó el Troll.

    — He logrado neutralizar el hechizo del que eran presos, ahora si así lo desean serán invisibles a los ojos de la mayoria de las criaturas.

    Explicó Kenda mientras volvía a tomar su morral entre sus manos.

    — Tendrán que caminar por esa dirección no se dejen guiar por la apariencia, allí se encuentra una ciudad elfica abandonada, les servirá de refugio mientras volvemos.

    Indicó el Elfo mientras se ponía su capa señalando a una parte del bosque que parecía inaccesible.

    — Su gente volverá

    Concluyó el Unka con el deseo de poder transmitir un poco de la fe ciega que en él residía.

    Así pues los cuatro caminantes se embarcaron una vez más en marcha hacia la Torre, que después de tan solo un día y medio lograron divisar con una sombra blanquecina que se esbozaba en el horizonte, pero además en su camino se encontraron con aquel sendero de destrucción entre aldeas incendiadas y pueblos destruidos que marcaban el realce del terrible señor del anillo.

    — Espero su amigo el hechicero pueda terminarme por enseñar los hechizos que me faltaron por aprender, por la desafortunada intervención de alguien que creía mi amigo perdí el libro de mi padre.

    Señaló la hechicera.

    — Estoy seguro que si, él es una persona excepcional para todos los asuntos de la hechicería.

    Respondió el enano.

    — Vaya, al fin los dos intentan llevarse bien.

    Interrumpe el elfo poniéndose en medio de los dos.

    — Solo para eso, viniste elfo.

    Contesta el enano algo molesto.

    — No, de hecho, disculpa Kenda podrías revisar ese aparato tuyo, ¿Cómo se llama?..., tu brújula para ver si detectas algo.

    — Esta bien— Saca el artilugio y al revisarlo coloca una cara de extrañeza— Esto es inusual, no detecta nada.

    — No creo que eso sea problema, aun estamos muy lejos de su amigo el mago tal vez esa cosa no alcance a percibirlo.

    Afirma el Troll que hasta ahora permanecía abstraído por el paisaje.

    — No, este objeto puede detectar a personas desde muy lejos y mas alguien al nivel de él, es tan sensible que logra percibir hasta un retoño de árbol que se esconda bajo la tierra, el hecho es que al parecer aquí no hay nada.

    — Me lo temía, este lugar no es precisamente el más ruidoso pero conforme nos fuimos adentrando todo sonido comenzó a ceder.

    Explica el elfo.

    — Ya lo venía venir, un elfo y una hechicera juntos y aun caemos en estas tretas.

    Refunfuña Glimbli.

    — ¿Qué hay de Gandalf, el no pudo haber hecho esto?, no se, tal vez como una especie de prueba.

    Exclama la hechicera tomando firmemente su báculo.

    — Él jamás se comportado así.

    Dice Legolas negando con la cabeza.

    — Entonces es una mala señal, ¿no creen?

    Exclama el Troll.

    — El grandullón tiene razón, si no pudo impedirlo, entonces él debe estar en peores problemas.

    Acierta el enano.

    La Torre Blanca y sus alrededores se encuentran rodeados por una inmensa bruma, una niebla asfixiante y espesa que parece estructurarse de cientos de almas en pena que acarician lúgubremente los cuerpos de los vivos en un vehemente añoro de poseerlos. Entre esta, sombrías y sedientas venganza y sangre figuras reptantes avanzan sigilosas hacia los cuatro guerreros anunciando su llegada con lamento ahogado y fantasmal

    — Unka deja por favor de hacer ese sonido, este no es momento para bromas.

    Dice asustando Glimbli

    — Yo no soy hombrecito…

    — Maldición, quien diría que alguna vez yo añoraría tus ruidos estomacales.

    Figuras dignas de la peor pesadilla de un escritor de terror, avanzaban rumbo ellos con el sigilo de un depredador que busca alcanzar a su presa.

    — Gimbli, amigo, si no salimos de esta debo decirte que aquella aldea de Solance no te dejo plantado y yo no fui a practicar ese día, lo siento.

    Exclama el elfo preparando su arco y flecha.

    — Lo dices enserio, saldremos de esta, por que después tengo cuentas que arreglar contigo.

    — Concéntrense

    Interrumpe Kenda.

    Con una especie de grito ahogado el que parece ser el líder de las cadavéricas criaturas anuncia el inicio del ataque, ante aquel paisaje yermo con una velocidad totalmente insospechada dado su estado de descomposición estos zombis mágicos arremeten contra los guerreros.

    — ¡Cuidémonos las espaldas!

    Profiere Legolas.

    Varios de los engendros ceden ante el filo de las interminables flechas del elfo, mientras el Troll a pesar de su vida pacifica tomando un tronco como mazo enfrenta a las putrefactas criaturas con gran pericia, el enano ahora con dos hachas gemelas rebana y taja cuanto se le pone enfrente, la hechicera intenta mantener la atención entre el calor de la pelea y el encontrar algo dentro de su bolsa.

    — ¡Que haces!, si tu magia no sirve, entonces utiliza la espada

    Le reclama el enano.

    — ¡Lo encontré!, Claro que lo hace ahora veraz de que forma.

    Diciendo esto arroja una pequeña muñeca de bronce similar a una bailarina lo mas lejos que puede, antes de Gimbli pueda reclamarle nuevamente, la hechicera extiende sus manos y de su báculo surge un enorme resplandor, la muñeca hasta entonces inerte se levanta la maestría y gracia de lo que representa comienza a danzar mientras con cada moviendo ejecutado aumenta su tamaño hasta sobrepasar la talla de un humano mientras de su espalda de un corte finísimo del mismo material emanan dos alas como de insecto así como de su mano un florete.

    — ¡Este lugar ya había sido purificado por la magia blanca, como se atreven a corromperlo de nuevo!

    Ama y creación como una misma pelean al unísono, evocando con cada tajada una onda de poder.

    — Eso es impresionante Kenda ¡eres maravillosa!

    Dice el elfo atinando su última flecha, la chica al escuchar esto a pesar del ajetreo del enfrentamiento no puede evitar sonrojarse ligeramente ante el cumplido.

    Con el último golpe propinado por el troll cae destrozado el último de los muertos vivos.

    — Chica pelirroja debes hablarnos más sobre tus trucos.

    Exclama el Troll atónito.

    — Eso es cierto hasta a mi me sorprendes.

    Completó el enano.

    — Tuve que aprender a ingeniármelas por si misma, creó que deberíamos ver si su amigo esta bien.

    Ya a la puerta de la Torre dispuestos a cruzar su umbral, el eco provocado por el crujir de los huesos de aquellos que creían vencidos, les hizo comprender que la verdadera batalla apenas comenzaba, una especie monstruosa de un golem necrotico alzaba su temible sombra por los cielos mas haya de la punta de la alguna vez imponente atalaya, marcando tal vez el ultimo destino de los héroes.
     
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    Neko Nyan

    Neko Nyan Hola, soy nueva♥~ (?)

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    Hola! gracias por invitarme a tu continuación, bueno se ve que estas mejorando, ya que solo vi como dos palabras que estaban mal, aunque solo son acentos, no hay tanto problema con eso, en fin, me gusto muchooo! espero la conti muy pronto!

    NOS VEMOS!!
     
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    Fénix Kazeblade

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    • Con este capitulo acabaría la primera fase de la historia, ojala les guste.


    Capitulo 7: Luz y oscuridad


    Una maldad intoxicante de una umbra maligna, invadía mi alma y espíritu, podía sentir a mis hermanos arboles ahora destrozados por el poder asesino de Død, uno de los nuevos guardianes de los anillos de poder, a pesar del ardor y dolor de mi cuerpo me levante tambaleante y descubrí con terror los restos de corteza de un amigo a mi lado, no pude evitar llorar al ver el bosque totalmente consumido, en cenizas moribundas del esplendor que había alcanzado, escuché un extraño ruido que me extrajo de la aquellas pesadillas que se formaban en mi cabeza, fue entonces cuando quede paralizado al ver aquel armatoste cadavérico y fantasmal realzado aun lado de la Torre Blanca compuesto por restos mortales de millones de orcos, observé que la abominación se enfrentaba a varios sujetos que desde mi posición no lograba apreciar su naturaleza, en contra de cualquiera de mis instintos me arrastre entre el follaje muerto conteniendo mi repulsión y entonces los vi, era un enfrentamiento terrible digno de aquellas criaturas que entre humanos, elfos o un simple lobo no eran muy distintos todos se guiaban por su instinto, despejando un poco el ramaje chamuscado de mi cabeza percibí mejor, eran 6 los oponentes, un troll, un elfo y tres mujeres aunque dos de ellas lucían bastante raras con una piel de metal.


    ¡Reagrúpense!— gritó el elfo, mientras se esforzaba por mantener el arco firme en su brazo herido— sí nos mantenemos juntos, tal vez podamos hacerle mas daño— exclamó.


    Atendiendo a la orden del guardián de los bosques, el enano corrió hacia él.


    ¡Gimbli, cuidado!— le advirtió el Troll, aunque su aviso no llegó a tiempo.


    La inmensa garra de la criatura le asestó un zarpazo en la espalda que lo dejo gravemente herido y fuera de combate con la cara al piso, la hechicera volteó hacia él y al hacerlo una de las criaturas metálicas se quedó inmóvil y terminó bajo el pie del monstruoso golem.


    ¡Los Ayudaré!— rugió el Troll afectando al mismo tiempo el acto de mas desinteresada valentía, que desde entonces cambió mi percepción sobre esas criaturas, soltando el tronco que empleaba como mazo se abalanzó sobre aquel portador de la muerte y con uso de su descomunal fuerza se aferró de su pierna, por unos segundos, ante el asombro de todos lo que lo presenciamos, la criatura quedó en los aires por unos segundos, creó que su idea era lanzarlo, cosa que hubiera logrado si su fatiga y cansancio no hubieran ya menguado su espíritu, aunque tuvo un gran propósito, ya que la hechicera y el elfo corrieron hacia su amigo caído que a causa de la ferviente ansia de lucha intentaba pararse a pesar de sus heridas.


    ¿Te encuentras bien amigo?— preguntó el elfo para mi sorpresa, mientras sus manos temblaban intentando volverlo en si.


    Esa cosa... esa maldita cosa tiene algo, mi cuerpo arde....Unka debe soltarlo— sollozó.


    Lamentablemente el efecto funesto había ocurrido, pues el gigantesco cuerpo del troll cayó inerte y pálido al pisó.


    ¡¡Unka!!— Gritaron al unisono.


    Parecía todo perdido, un pensamiento fugaz me sugirió escapar mientras aún podía, pero algo mas profundo en mi corazón no me lo permitió, probablemente era el único Ent con vida, mi destino era permanecer allí con mis hermanos perdidos, además de que aquellas criaturas, tal vez por sus propios interés, habían buscado enfrentar a la creación del responsable de la perdida de mi amado bosque entonces con lágrimas en los ojos me levante para morir con orgullo a su lado.
    La segunda criatura de metal cayó, la chica ya había agotado todo su poder en aquella lucha despiadada y ya no tenia fuerzas para manipularla, con su ultima flecha rota empuñada en su mano, el elfo y la hechicera se miraron, sus rostros llenos de tierra y cansancio sonrieron, como un el ultimo acto solemne ante una inevitable despedida, miraron los cuerpos de sus camaradas caídos y no pudieron impedir que el llanto nublara su vista, aspiraron fuertemente, él busco acariciarla pero solo consiguió un leve roce de su mejilla, emanando desde sus miradas un deseo oculto que se lamentaba al no haber tenido la oportunidad de conocerse un poco mas y como los mas valientes y decididos empuñaron sus armas probablemente por última vez, yo vacilante y débil corrí hacia donde estaban, mientras el monstruo insensible dirigió su mano hacia ellos dispuesto a extinguir el ultimo rastro de vida con su poder mortal.


    ¡¡¡DETENTE DEMONIO, TE LO ORDENO!!!


    Una voz majestuosa e imponente retumbó en todo el valle marchito que pareció renacer ante la entonación de la voz del poderoso mago blanco.


    ¡Gandalf!— Alcanzó a esbozar el elfo mientras que se desvanecía.


    Aunque mal herido por un enfrentamiento anterior, yacía encima de la Atalaya entonando un antiguo conjuro arcano.


    ¡Que aquellos que han decidió adorar al mal perezcan ante la luz divina de mi poder!
    Exclamó con poder y brío.


    Del cielo hasta entonces sombrío, surgieron varios ases de un resplandor puro y celestial del que se forjaron enormes, bellísimas e imponentes águilas blancas que al surgir arremetieron contra la criatura que chillaba de dolor ante cada envestida de las aves sagradas.


    Joven Ent...—Escuché la voz del del mago en mi cabeza— Recoge a mis amigos por favor, ya todo a terminado.


    En cuanto tuve al ultimo de ellos entre mis ramas una enorme luz, me cegó.


    Continuara....
     
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    Daffy Duck

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    Vaya, tiempo sin pasarme, mil perdones. Estuve con algunas cosas de la facultad, y se me complica. º-º

    Bien, debo felicitarte porque por fin cambiaste esa manía de escribir los diálogos "separados", es decir, mejoraste en ese aspecto. Aún tenés detalles que pulir, pero acá vengo para ayudarte.

    Primero las comas, tenés comas mal puestas o faltan. Tené en cuenta de leer lo que escribís en voz alta para darte cuenta vos mismo, pero acá un ejemplo notorio:

    Debería ser:
    "Probablemente era el único Ent con vida. Mi destino era permanecer allí con mis hermanos perdidos, además de que aquellas criaturas, tal vez por sus propios intereses, habían buscado enfrentar a la creación del responsable de la perdida de mi amado bosque; y con lágrimas en los ojos me levante para morir con orgullo a su lado."

    Primero te agregué un punto seguido, luego dos comas que aclaran "algo" de la criaturas, en este caso sus intereses. Habían palabras mal escritas, como "interés" que debía estar en plural al igual que "había", y pusé un punto y coma (para variar de tantas comas y dar como un resultado de todo lo que paso el orgullo que siente el prota). Todo lo marqué en rojo.


    Pasemos al tema diálogo. Te dije que mojaraste pero aún te falta pulir algunas cosillas:


    El guión rojo que marqué es que esta mal ubicado. En vez de estar pegado a la palabra "¡Reagrúpense!" debería estar pegado a la palabra "gritó". Acordate que las descripciones van entre guiones. Esquema:
    —Palabra, palabra, palabra —dijo—. Palabra, palabra, palabra.


    Otra cosa, no es necesario poner la oración en mayúscula y colocarle muchos signos de exclamación para resaltar una frase:

    Sería: —¡Detente demonio, te lo ordeno!


    También tenías palabras mal escritas: Piso (de suelo), reagrúpense, decididos, última, ayudaré (verbo en futuro), efectuando,cadavérico, retumbó, quedó, escuché (verbos en pasado). Más (de cantidad), aún (sinónimo de todavía), sí (de afirmación).



    Bye, bye.
     
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    peste

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    Hola: la verdad ( como había dicho en otro comentario) me siento un poco tonta al criticarte la ortografía, pues yo no soy precisamente la octava maravilla.
    Pero, no pude evitar notar que te hace falta pulir el uso de los puntos, ya que en muchas ocasiones la frase ha terminado pero solo la separas con comas. Por lo demás, me llama la atención que este fic es muy diferente a otros que he leído tuyos. Eso me gusta, ya que cuando leo escritos del mismo autor me parece que todos son iguales (para ser honesta, creo que yo tengo ese problema) pero tus escritos son muy diferentes entre ellos. Además la descripción de la acción me gustó mucho en este capítulo.
    Bueno… sin más que decir me despido. Nos leemos.:)
     
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    Fénix Kazeblade

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    Quize dejar descansar un poco a los personajes despues de su gran batalla, pero ya estan de nuevo listos para mas aventuras, ojala les guste.

    Capitulo 8: Resurgir


    En los días antes de la primera gran guerra por el anillo se diera, antes que el reinado del hombre siquiera hubiera sido soñado, en las profundidades del místico bosque negro era habitado por uno de los ya entonces escasos linajes elficos aun aliados y amigos de las otras razas, entre un claro cercano a un cristalino manantial, un pequeño el mas joven de ellos permanece recostado observando al cielo mientras sueña despierto.

    – ¿Qué estas haciendo pequeño? – Dijo el que en entonces fue el monarca de los elfos.

    – Hola papa, estaba mirando un pajarillo, creo que ha venido al mismo lugar todos los días. – Responde el pequeño.

    – Nuestra raza tiene una gran armonía con la naturaleza, por que no intentas preguntárselo alguna vez – Dice su padre ofreciéndole una sonrisa.

    – ¡Sabes, casi atrapo un pez hace un momento.– Exclama el elfo.

    – ¿En serio?, me alegro mucho, oyes Legolas, hijo mió, sabes tengo algo para ti –Expresó mientras desenvolvía una pequeña cajita.

    – Es como un regalo – Respondió emocionado el niño.

    – Si algo así, pero es mucho mas que eso, te explicare – Le indicó mientras lo observaba a los ojos – Te contare una pequeña historia, en el principio cuando Yssdrasil le dio vida a todo, a cada una de las razas primigenias de esta tierra los enanos, los elfos y los hombres nos designo una tarea y con ella nos entrego un objeto mágico para cumplirla, a los enanos les entrego una gema con la cual se puede manipular todo lo.que se encuentra por debajo de la tierra, al los hombres les entrego una espada con la que rigen sobre sus ciudades y ante casi cualquier criatura y a nosotros se nos entrego esto.

    – ¡Wow!, ¿pero que es? – Exclamo con los ojos brillantes de la emoción.

    – Nadie lo sabe, se nos designo como guardianes, en el momento indicado tu sabrás que hacer.

    En el presente.

    En un valle yermo e inhóspito yacen desconsolados los prisioneros de una guerra a la que por siempre habían querido permanecer ajenos, temerosos de desaparecer como ya tantos lo habían hecho, perseveran en el fondo de sus celdas esperando solo un funesto final.

    En la parte de abajo del peñasco un orco despiadadamente empuja a varias criaturas fuera de unas jaulas gigantescas jaladas por gigantes.

    – ¡Vamos inútiles! – Prorrumpe salvaje. – No tengo todo el día y ustedes tampoco, la mayoría no sobrevivirá la tarde – Exclama mientras emite una risa desagradable y nasal.

    – ¡Sigan avanzando! – Chilla otro de los orcos armado con un tridente, mientras otro mas va uniéndolos uno a uno a oxidadas cadenas.

    Entre el grupo de prisioneros, débil en cuerpo y espíritu un hobbit avanzando vacilante arrastrando los pies, cuando una roca en el camino lo hace tropezar, uno de sus crueles captores se acerca dispuesto a arremeter con fuerza por esta acción, cuando la garra de otro de ellos detiene el látigo en el aire.

    – Los llevare desde aquí, el general clama tu presencia – Exclama con un rostro severo.

    El cruel verdugo enrolla su látigo y se retira emitiendo una especie de gruñido.

    – ¡Maldición!, mas vale que sea algo importante, pronto regresare para darle una lesión a ese estupido hobbit. – Susurro mientras ríe malévolamente

    Un improvisado campamento surge en la cima de uno de los montículos que rodean el lugar entero, una lona de hecha de pieles de los animales que han cazado, así como una tétrica decoración de varios huesos como trofeos entre lanzas y armas de los que han derrotado exhibidas como trofeos, el soldado orco avanza hasta la entrada de esta y se introduce haciendo una reverencia.

    – Solicito mi presencia mi lord…

    Impulsado por una increíble fuerza se impacta en la pared cercana a este, el aclamado líder de los orcos, sorprendido el soldado se encuentra frente a frente con un enorme troll.

    – Si no quieres correr con la misma suerte que ellos, respóndeme ¿donde están los prisioneros?

    Mientras tanto en otro lugar.

    Ante las fronteras de una comarca de Reevewich se encuentra instalado un campamento habitado por la hechicera, un enano y el elfo que se prepararan para entrar a esta ciudad ahora dominada por la oscuridad.

    – Nada como introducirse a una ciudad orco, para festejar el apenas sobrevivir el ataque de un nigromante – Exclama el enano sarcástico – esto es una misión suicida ¿Qué quiere Gandalf con una persona de este lugar?.

    – Ten un poco de confianza amigo, Gandalf no es alguien que haga algo sin pensar – Responde el elfo.

    – Si de cualquier manera debemos de aprovechar cada oportunidad que tengamos para obtener aliados, además con algo de suerte pasaremos desapercibidos – Propone Kenda desde el interior de la tienda.

    – ¿En serio? – Dice Gimbli incrédulo – ¿Qué truco tienes en mente?

    – Bueno nos haremos pasar por alguien mas, tomen ustedes utilizaran esto.

    – ¿Qué ahí de ti Kenda? – Expreso el elfo mientras se probaba la ropa.

    – Bueno pues…

    La chica sale de la tienda, la muchacha había cambiado su ropa de viaje por un hermoso vestido color blanco adornado con varios grabados color dorado de algunas flores, su pelo rojizo caía suavemente a los costados y dejaba libre su delicado rostro, su mirada comúnmente en ferviente batalla, hoy emana dulzura.

    – ¿Sucede algo?... – Pregunta la muchacha inocentemente ante la mirada atónita de sus compañeros de viaje.

    – Kenda…te vez…– dijo entrecortadamente Legolas.

    – Debemos darnos prisa, ¿me acompañaran? o seguirán admirándome por mas tiempo.– Concluyó sonriendo.

    Mientras tanto.

    Entre las celdas el hobbit temblaba pensando solamente que sus días habían terminado.

    – Todo estará bien – exclamo el orco que lo custodiaba con una voz pasiva y tranquila impropia de los de su especie, el hobbit lo volteo a ver, poco a poco comenzaba a recuperar su verdadera apariencia.

    – ¡Es usted! el mago blanco – Exclama el hobbit con furor.

    – Retrocede amigo, pronto estarán libres – Con un toque de sus manos las cadenas que aprisionaban a el y sus compañeros cautivos desaparecen.

    – Se donde se encuentra mi familia – Exclama Unka sin poder ocultar ni un poco su felicidad, mientras aparece en el pasillo – …el Treant se encarga de los orcos restantes, debemos apresurarnos.

    – Esta bien, no te preocupes pronto te reunirás con tu familia – Le dice el mago a su compañero. – Hobbit.

    – ¿Si?

    – ¿ Te encuentras bien?

    – Claro, mejor ahora que puedo volver a casa.

    – Por favor ayuda a los otros a salir – Le indica.

    – Claro – Responde sonriendo.

    – Ahora si Troll apresurémonos. – Concluye el mago.

    Minutos después ambos aventureros se encuentran en un sitio sombrío oculto entre las montañas, era una cueva alumbrada entre resplandores taciturnos de luz amarilla, sombras torcidas y chillidos presagian la presencia de cientos de orcos en su interior.

    – Tal vez deberíamos de haber traído mas hombres, tal vez caímos en una trampa – reflexiona el hechicero.

    – Creo que no queda tiempo, debemos de encontrar a mi familia – Exclamo el Troll mientras se apresura.

    – ¡No!¡Unka espera! – Advierte el mago blanco.

    Una especie de zumbido tortura sus oídos, una temible alarma es emitida, desde el techo el techo de la cueva algo comienza a surgir, unas monstruosas criaturas con un cuerpo de león, cola de escorpión y alas de murciélago emiten una especie de rugido mientras rodean a los intrusos.

    – Comúnmente estos lugares se encuentran resguardados – Dice Gandalf – pero descuida, yo habría hecho lo mismo en tu situación.

    Las rocas del piso ceden fácilmente ante el punzante golpe de la picadura de una de las criaturas mientras el troll apenas logra esquivarla, con una fuerza impactante taclea al monstruo estrellando contra la pared.

    – ¡Son manticoras, una gota de veneno y estarás muerto! – Advierte el mago mientras con un tajo de su espada logra despojar a uno de los monstruos su arma principal, mientras la criatura chilla de dolor.

    Mientras tanto en la comarca de Reveewich.

    En la alguna vez prestigiosa taberna “ el Proto y el Gnomo”, se encontraban los tres viajeros rodeados de cientos de alimañas.

    – No puedo creer que haya funcionado…– Susurra el enano a su amigo, en ese momento disfrazado de un uruk hai.

    – Si, verdad, es raro que como enano no hubieras necesitado disfraz – Le responde el elfo.

    – Por cierto, ¿saben como lucirá la persona que encontraremos aquí? – Cuestiona la hechicera.

    – ¿Qué dices preciosa, bailamos? – Le propone a la chica un orco bastante ebrio, con un gesto obsceno.

    – Ahora no me siento muy bien querido, pero aprecio tu invitación – Responde la chica apretando los dientes mientras el orco cae a la barra inconciente – Les juro que si me vuelven a decir eso, bailare pero encima de sus ojos.

    – Y por que esperar amiga, no se merecen menos estas cosas – Dice una voz femenina que se oculta tras una capucha – Lamento no llegar a tiempo, por poco no los reconozco.

    – ¿A que hora apareciste?, no se encontraba allí o si – Pregunta el enano desconcertado.

    – Luego te explicare pequeñín, ahora tengo algo que mostrarles, síganme por favor – Dice la chica.

    – Espera – Exclama el elfo – ¿Como podemos confiar en ti?

    – Bien, desde luego no puedo decir mucho pero por lo menos me presentare, me llamo Sif y yo soy una valkiria – respondió la chica mientras mostraba su rostro.
     
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    Fénix Kazeblade

    Fénix Kazeblade Creador de mundos Comentarista destacado

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    La tierra media
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    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    9
     
    Palabras:
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    Capitulo 8: Insurrección de los pueblos.

    Miro melancólicamente los restos calcinados de la comarca en la que había vivido toda su vida, respiro profundo pensando en lo lamentable que seria que sus nietos no pudiesen ver el maravilloso paisaje que a pesar de sus condiciones aun escondía el lugar, una mano tomo la suya, observo hacia donde se encontraba y se encontró con el rostro de su mujer cansado y mas insensible que nunca, ella le intento sonreír pero solo logro una especie de mueca.

    – Debemos irnos, sabes que volverán y acabaran con el resto de nosotros.

    A su mente vinieron vanas escenas del día anterior, de aquellas terribles batallas que se suscitaron donde tantos de sus camaradas perdieron la vida, si se le puede llamar batalla a un enfrentamiento entre campesinos armados con palos y herramientas de arado contra miles de guerreros en armadura y varios hechiceros de refuerzo. Un pequeño jalón de la mujer lo hizo volver en si y comenzó a avanzar, vio el gesto de aquel su pueblo devastado y exiliado, tristeza e impotencia al haber visto partir a tantos que amaban y no haber podido haber hecho nada y ahora huían, como si nadie hubiese sabido jamás que fueron un pueblo prospero y reconocido como si todo ese legado se hubiese desaparecido, no tenían identidad ni un hogar, otros ni la fuerza para vivir, no podía, no debía ser el final.

    – No…Susurró mientras se paraba en seco y corría hacia una de las rocas. – ¡No podemos permitirlo hermanos!, ¡Este es nuestro hogar! – Proclamo con lágrimas en los ojos.

    La gente continúo avanzando sin prestarle mucha intención.

    – Ya hemos perdido todo que mas nos queda perder, nuestros hermanos, padres, amigos, hijos caídos, habrán muerto en vano pues nosotros decidimos huir… ¡Luchemos, hagámoslo hasta el fin, por sus memorias, que este sea nuestro nuevo legado!.

    Entre la multitud se escucho una voz.

    – Yo lo haré, yo si luchare Zartos mi hermano así lo habría querido.

    La multitud se detuvo y uno a uno fue proclamándose a favor de aquel hombre y así comenzó, pueblo a pueblo que había sido vencido fue uniéndose a la campaña, entre las cenizas resurgían dispuestos por lo menos a no verse consumidos por la oscuridad sin pelear, humanos, hobbits, enanos, elfos, gnomos y cientos de criaturas mas se vieron por momentos como iguales.

    Mientras tanto.

    Gandalf y Unka se veían atrapados a pesar de ya haber derrotado a varias de las manticoras, el ejercito de orcos ya les hacia frente y su tiempo se agotaba.

    – ¿ Por que no lanzar un hechizo, mago blanco?
    – No es algo que se haga como respirar, consume muchos de mis recursos y quiero mantenerlos si ahí algún otro hechicero en este lugar, ¡Ese maldito Treant ya debería de estar aquí?

    Se vieron surgir entre las fauces de la cueva cientos de orcos montados en criaturas como perros monstruosos, que rugían y aullaban a cada segundo. El Troll con su enorme manaza tomo a varios y con suma facilidad los arrojo contra la pared pero otros cientos mas arremetieron con el con flechas disparadas con ballestas, pero antes de llegar a el las flechas quedaron hechas polvo por la magia del hechicero.

    – Es el ultimo…– Replico Gandalf.

    Se encontraban apunto de ser acribillados por varios disparos cuando del suelo surgieron varias raíces que estrellaban sin piedad a todos sus enemigos al piso.

    – Arbol tonto, casi nos matan – Prorrumpe molesto el Troll.

    – Estoy aquí todavía había muchos enemigos afuera –Respondió bajo la tierra – Vayan yo me encargo.

    El Troll y el hechicero se apresuraron a llegar al lugar donde el primero tenia esperanzas de encontrar a su familia pero habían llegado un poco tarde, alertados por su presencia habían optado por acelerar el proceso y su familia para este momento ya se encontraba apunto de sufrir lo que muchos ya habían pasado, amordazados y encarcelados varias cajas metálicas se dirigían hacia el interior de un enorme armatoste que parecía devorarlos para no volver, bajo el control de una alimaña goblin que maliciosamente reía cada vez que la activaba y custodiado por cientos de orcos. No había tiempo que perder. Unka salio expulsado antes los agresores acabando con golpes y manotazos con cualquiera que se le atravesase en su camino, hasta llegar hasta el goblin que al verse amenazado antes de huir trabo la maquina.

    – ¡Detenla, Gandalf! – Dijo el Troll desesperado.

    – No tengo idea de cómo funciona.

    – Entonces no queda otra opción – Diciendo esto con su descomunal fuerza tomo parte de la maquina y la estrello contra si misma, descomponiéndola.

    No caben las palabras para describir la emotiva escena dada al reencontrarse él con su querida familia, imaginar cuanto tuvo que pasar y ahora estaba de regreso con ellos, estaban vivos, podía abrazarlos y jamás volverían a separarse. Mientras esto ocurría Gandalf se encargo de liberar a los otros prisioneros.

    Mientras tanto.

    Se adentraron hasta lo profundo del bosque siguiendo a la misteriosa forastera, para como estaban las cosas si alguien no quería atravesarte con una espada era tu amigo, en los pies del enano tenia un extraño presentimiento, esta inusual sensación no la tenia hace tiempo, según pensaba el era el que corría mas riesgo si las cosas se ponían hostiles, aunque odiaba aceptarlo se estaba poniendo viejo.

    – Cuanto mas vamos a caminar– Exclamo el enano.

    Intentado sacar alguna conversación, el silencio lo ponía nervioso. Pero la mujer continuó caminando.

    – Tranquilo amiguito, yo no detecto ningún peligro, mantente cerca de mi y te protegeré– Exclamó Kenda intentando contener la risa.

    Legolas pudo ver como la cara de su amigo se ensombrecía y sabia que no lo iba dejar así, se apresuro hacia la joven hechicera para decirle unas cuantas cosas cuando la valkiria paro en seco.

    – Es aquí prepárense….–Dijo como un murmullo.

    Legolas se disponía a preguntar que ocurrió pero una especie de impulso los alcanzó era como el mas fuerte viento que hubiesen sentido, como encontrarse en medio de un tornado, los tres aventureros cubrieron su rostro con los brazos e intentaron sostenerse de algo pero la valkiria parecía permanecer indiferente a este hecho.

    Cuando el efecto de esto paso se encontraban en otro lugar, este emitía constantemente una luz intensa, tanto que tenían que tener sus ojos entrecerrados para no ser dañados, esta parecía provenir de una niebla que rodeaba cada edificio de oro, plata y bronce que engalanaban el lugar.

    – ¿Dónde estamos? –Cuestionó el elfo.

    – Este es el Valaha, aquí vienen los guerreros que mueren en batallas a pasar el resto de sus días.

    – ¿En serio?, me quieres decir que podré volver a encontrar con varios de mis colegas – Exclamo el enano entusiasmado.

    – Me temo que no Gimbli…–Respondió Sif secamente.

    – Pero tu dijiste que…, seria posible no existe nada que lo impida. –Replico Kenda poniéndose cara a cara con la valkiria.

    – Recuerdan lo que enfrentaron hace tiempo, este mundo tiene varios reinos cada uno es gobernado de manera independiente pero todos proporcionan un equilibrio a la tierra y la tierra a estos, ¿recuerdan lo que enfrentaron?, hechicera sabes que hace tiempo se prohibió la nigromancia ¿sabes por que?...

    – No yo jamás termine por aprender del todo. –Dijo la chica algo apenada.

    – Se prohibió por que rompía ese equilibrio, se han forjado nueve anillos uno con el control en las fuerzas de cada reino y como cualquier cosa que se forza su uso todo acabara. – Sentenció la joven valkiria.

    – ¿Para que nos trajiste aquí? – Cuestiono el elfo austeramente.

    – Los nueve reinos buscan defenderse, cada uno de ustedes representan a una raza y con ella a un reino, yo soy represento a otro, los demás llegaran pronto, formaremos una nueva comunidad.
     
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