La segunda vida de Inuyasha (Inu Kag)

Re: La segunda vida de Inuyasha (Inu Kag)

Capítulo XXIV​

Era increíble ¿Acaso ella nunca se cansaría de culparlo de todo? ¿A qué se debía su odio? Definitivamente él estaba muy lejos de entender a las mujeres, así que sólo soltó una sonrisa amarga reprimiendo los deseos de reprenderla por su inapropiada reacción. – ¡No seas tonta!- dijo finalmente modulando su tono -Si he venido acá sólo por ayudarte, tu hermana me dijo que corrías peligro en este lugar-

- ¿Mi hermana? ¿Ella está bien?- Inquirió la chica con mucha preocupación.

-Sí, está con Inuyasha. Están huyendo del desquiciado de Náraku, él es el culpable de lo que ocurrió aquí en el apartamento- Dijo Sesshomaru mientras se acercaba a tomarla de un brazo –Debemos irnos-

La chica le propinó una mirada desdeñosa y se soltó con fuerza de su agarre –No me iré contigo, puedo cuidarme sola-

Sesshomaru volvió a tomarla con fuerza iracundo, le ponía los nervios de punta aquella conducta tan terca e infantil -¡Tu hermana me pidió el favor de protegerte de Náraku!- espetó apretando su brazo obligándola a dar un paso en su dirección -…ese maldito te está buscando… tienes que venir conmigo, no te daré otra opción ya que gracias a tu insensatez podrías poner en peligro a tu hermana y a Inuyasha-

Ella lo miró dudosa, pero le molestaba cuando usaba ese tono imperante y prepotente, no se iría con él, ella ya lo había decidido –No hay nada que me garantice que dices la verdad, iré a buscar ayuda porque no sé cuáles sean tus intenciones reales-

Sesshomaru quedó sorprendido, apretó la mandíbula con tal fuerza que se pronuncio la vena de su cuello ¿Ella pensaba que él podía estar interesado en sobrepasarse con ella? ¡No necesitaba la fuerza para lograr algo así! Estaba seguro que podía con astucia lograr que ella fuese la que le pidiera su cuerpo o al menos él estaba convencido de ello. -¡Me tienes harto! Si acaso crees que yo estoy interesado en ti como mujer, quiero que sepas que estás equivocada… ¡No eres mi tipo de mujer! Te falta demasiado en esa cabecita tonta, además no me pareces nada atractiva y ¡Eres una vulgar malcriada!-

Kikyo ofendida se irguió y levantó la mano tratando de propinarle una bofetada pero Sesshomaru la sujeto fuertemente conteniendo sus intenciones y en un intento más de razonar con ella le explicó –Ellos están siendo perseguidos por Náraku y ese desgraciado a herido a mi hermano, ahora ellos están en un lugar seguro pero Ahome me advirtió sobre ti; dijo que lo más seguro es que él vendría a buscarte para obligarlos a entregarse, por eso necesito que vengas conmigo y lo vas a hacer quieras o no…-

La mirada de Kikyo fue indescifrable pero pudo él pudo sentir que ella estaba sonrojada y eso hizo que él también tuviera una reacción similar, ¿Por qué ella lograba confundirlo de esa manera? ¿Acaso le atraía esa chica tan caprichosa? ¡No! Eso no podía ser, lo más seguro y lo que él deseaba creer era que estaba perdiendo la razón… ¡Sí! Eso debía ser.

Kikyo desvió la mirada enfurecida de darse cuenta que él había notado su sonrojo y en un tono nervioso pero buscando los rastros de su herido orgullo le respondió en un tono altanero -…yo no soy ninguna vulgar malcriada, además no me interesa gustarte tampoco… ¡Sólo quiero que me dejes en paz! Me produces tanta repulsión como Náraku-

Sesshomaru la soltó sorprendido ¿Hasta dónde podía llegar la insolencia de esa mujer? Era demasiado obstinada y él no pensaba seguir arrastrándose para protegerla, si quería ponerse en peligro no iba a impedírselo, total ella no era su responsabilidad -De acuerdo…- Dijo finalmente tajante -…quédate sola, ya agotaste mi paciencia, no me interesa. De todas maneras te iba a ayudar porque tu hermana me lo pidió con mucha insistencia, nunca lo hice porque me importara lo que te sucediera a ti, por mi puedes morirte si lo deseas.-

Los ojos cafés de Kikyo quedaron totalmente descubiertos ante su expresión de asombro, sin duda resultaron hirientes más de lo ella hubiera pensado, sintió un nudo tan fuerte en la garganta que le impedía pronunciar palabra alguna… sus ojos pronto se comenzaron a cristalizar, sabía que no podía contener por más tiempo las lágrimas, pero no quería que él la viera llorar.

Sesshomaru callado le quitó la mirada y se volteó para marcharse, Kikyo dejando caer las lágrimas que le producían ardor al salir por tanto contenerlas salió corriendo dejando a Sesshoamru atrás, necesitaba correr, no sabía por qué razón le dolían tanto los insultos cuando venían de él, pero si algo sabía era que no quería seguir ahí.

Sesshoamru al verla correr, quiso llamarla o detenerla. –Creo que fui demasiado duro con ella… no debí decirle esas cosas pero… es que no entiendo porque ella es así… es que es muy hiriente, yo tampoco le he hecho algo tan malo- suspirando –¿Qué hago? Es demasiado peligroso dejarla sola-

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Kikyo corriendo demasiado fuerte, para tratar de dejarlo muy lejos cruzaba las calles sin siquiera mirar, ocasionado que los carros frenaran de golpe y le gente le gritara cosas por ser tan imprudente, finalmente se detuvo en el parque central de Yokohama, totalmente cansada se sentó en la grama debajo de un árbol y se soltó a llorar.

-¡Soy una tonta! ¿Por qué me duele tanto lo que Sesshomaru me dijo? ¿Acaso me duele que no le importe nada o que no le parezca bonita? -Tengo que dejar de ser tan tonta!- -¡Kikyo él te estaba inventando todas esas tonterías! ¡Eso es mentira!- Se repetía entre sollozos- -Es un mentiroso, un falso y un bruto- ¿Será que te gusta ese tipo?- Pensó para sí misma limpiando sus lágrimas -¿No será que todo este odio que sientes es porque estás enamorada de él? –Sacudió su cabeza desechando esa posibilidad que para ella resultaba tan absurda -¡No! ¡Deja de decir tonterías!, tú no estás enamorada de nadie y menos de un patán como él…-

Entonces sintió unos pasos en la grama que se acercaban en su dirección -¿Qué te sucede preciosa? ¿Estás bien? ¿Quieres que te ayude?- Preguntó una voz masculina.

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Sesshomaru pensando –¡No debí ser tan duro con ella! Ahora corre peligro sola, tal vez Náraku la encuentre y le haga algo. Tengo que encontrarla antes, no puedo dejar que le pase nada-

Salió corriendo le preguntó al jardinero por Kikyo y éste le orientó un poco sobre la dirección que ella había tomado, se subió al auto y arrancó en ese camino.
Por más que recorría no encontraba rastros de ella, la preocupación comenzó a invadirlo y decidió llamar a Ahome, iba pasando por el puente elevado que cruza el lago de Yokohama, casi no había tránsito, la llamada pronto cayó y Ahome contestó el teléfono.

-¿Ahome?

-¿Sesshomaru? ¿Pudiste encontrarla?- Preguntó ella antes de que él lograra pronunciar alguna otra palabra.

-Sí, conseguí a tu hermana pero la volví a perder… te dije que esto no iba a funcionar, ella me detesta. Y lo peor es que no conozco la causa.-

-¡Ayyy no! ¡Qué terca es Kikyo! ¿Pero no le dijiste lo que está ocurriendo?-

-¡Sí! Pero ella dijo que yo estaba mintiéndole para aprovecharme… - Tomó una pausa y luego de una maldición agregó en tono confuso -¿QUÉ DEMONIOS LE PASA A ESE TIPO???-

Un automóvil se puso frente al d Sesshomaru obstruyéndole la vía, éste frenó lo más que pudo para impedir chocar, el rechinar de los cauchos sobre el pavimento sonó demasiado fuerte pero milagrosamente pudo evitar la colisión que parecía inminente.
Enojado Sesshomaru abrió las puerta del auto para reclamarle al tipo por la locura que acababa de hacer –¿PERO QUE DEMONIOS TE PASA? ¿ESTÁS LOCO? ¿ACASO QUERÍAS QUE OCASIONAR UN ACCIDENTE?-

Las cuatro puertas del vehículo se abrieron con violencia y de cada una se bajaron unos hombres tan altos y fuertes como Sesshomaru y un último hombre bajó soltando una escandalosa risotada –El accidente te lo voy a ocasionar fuera del vehículo Sesshomaru-

El cuerpo de Sesshomaru se tensó al reconocer la identidad de aquella voz –Náraku- Pronunció mientras empuñaba sus manos esperando cualquier reacción violenta de aquellos hombres que comenzaban a rodearlo. -Debí sospechar que se trataba de ti… ¿Acaso no fue suficiente la paliza que te di en el hospital que ahora trajiste a tus hombrecitos para que te defendieran?-

Náraku cambió su expresión de satisfacción y frunciendo el ceño le profesó una advertencia -Vas a pagar con sangre esa burla y la de tu hermano también… pero yo no me ensucio las mano con una escoria como tú… para eso tengo a mis hombres…-

-Maldito cobarde- -Vas a ver como destrozo a estos payasos y a ti también yo solo…-

Los hombres se cuadraron a atacarlo, Sesshomaru indudablemente era un hombre demasiado fuerte, a pesar de su desventaja de un golpe tiro a dos de los hombres, los otros dos sacaron unas navajas y se abalanzaron sobre él, ágilmente los esquivo golpeándolos y dejándolos aturdidos, los despojó de sus armas y las lanzó por el puente cayendo estas al lago.

-¿…es que nadie pelea como un hombre en estos tiempos? Si son cuatro contra mi solo ¿Cómo es posible que utilicen armas? Definitivamente Náraku se nota que los entrenaste tú mismo… son unos completos ineptos.-


Uno de los hombres en el suelo sacó una pistola, le disparó a Sesshomaru, pero éste se movió tan rápido que la bala no le rozó, de una patada golpeó la pistola del hombre y está cayó al suelo, ambos se arrastraron para alcanzarla pero Sesshomaru fue más veloz y la tomó primero, luego lo golpeó en la cabeza dejándolo inconsciente, luego se levantó y limpió su camisa apuntando a Náraku con una sonrisa socarrona.

-Náraku ni que me traigas todos los juguetitos que quieras vas a poder derrotarme se nota que no me conoces… ¿Vas a pelear como un hombre ahora o qué? Por tu cara parece que no esperabas esto ¿Verdad?-

Náraku soltó otra carcajada, era evidente que algo se traía entre manos -Tú tampoco me conoces Sesshomaru, yo siempre guardo una carta bajo la manga- Le dijo el oscuro hombre en respuesta- Y para que veas lo bueno que soy, voy a mostrarte un regalito que te traje -BAKURA BAJA LA SORPRESA QUE LE TRAJIMOS A SESSHOMARU-

Por la cabeza pasó una idea que lo hizo helar –¡NO! Que no sea lo que creo que es… no que no sea…-

Una mujer se bajo del auto y tenía a Kikyo atada con las manos en la espalda apuntándola con una pistola en su cabeza.

Sesshomaru abatido sabía que Náraku lo tenía en sus manos, sabía que tenía la batalla perdida, no podía poner en peligro la vida de Kikyo, ninguna idea se le venía a la mente, no tenía alternativas.

Náraku con una sonrisa en la que no le cabía más satisfacción rio de nuevo -¡Qué divertido es esto! ¡Dios amo estos momentos! ¿Qué te parece Sesshomaru ahora quién es el que ríe? Te dije que nadie que se metiera conmigo salía ganando-
Sesshomaru sin decir ninguna palabra sentía que sudaba frío, su mente estaba bloqueada… ¿Qué podía hacer? No podía arriesgar la vida de ella. -¡Maldición!- dijo mientras soltaba el arma derrotado.

-Me alegra que al fin estés reconociendo tu inferioridad-
Kikyo estaba totalmente arrepentida, todo era su culpa, ella debía haberle hecho caso pero no lo hizo, ahora las consecuencias las iba a pagar él. –Náraku déjalo en paz, tú a quien querías era a mí, ya me tienes déjalo tranquilo-
Náraku se encogió de hombros ignorando sus palabras –No pienso menguar mi diversión- Pero una idea se le vino a la mente –pensaba matar a este payaso de una vez, pero parece que ella siente algo por él, eso puede servirme para manejarla a mi favor…-

-Sesshomaru perdóname, es mi culpa, toma el arma y escapa de aquí. Yo merezco lo que me está pasando ¡Pero tú debes irte ya!

-No pienso irme Kikyo… ¿Recuerdas lo que te dije?...pues no era verdad… sí me importa lo que te suceda… no voy a dejarte sola…-

Ella se quedó sorprendida ante esas palabras, bajó su mirada aún más atormentada y
llena de culpa.

Los hombres de Náraku ya se habían puesto de pie, el último tomó el arma que Sesshomaru había colocado en el suelo y le dijo… -Señor déjeme que yo acabe con este desgraciado, déjeme matarlo por favor-

Náraku llamó a uno de sus hombres y le dijo sutilmente en el oído –Diviértanse con él pero no lo quiero muerto… pueden golpearlo pero si muere los asesino a los cuatro- el guardaespaldas acepto y le dijo a los otros.

-Pero sujétenlo el primero que va a divertirse soy yo…- Ordenó Náraku mientras se remangaba la camisa sonriendo.

Dos de los tipos, los más fuertes lo tomaron cada uno de un brazo dejándolo inmovilizado, Náraku comenzó a golpearlo de una manera brutal repetidas veces, Sesshomaru aunque sentía demasiado dolor no se quejaba para no desesperar tanto a Kikyo, con los golpes sentía que las piernas le fallaban pero los hombres de Náraku lo volvían a subir.

Kikyo desesperada comenzó a forcejear para liberarse –¡NO! ¡DEJENLO!! ¡POR FAVOR NO LO SIGAS GOLPEANDO! ¡NÁRAKU YO HAGO LO QUE SEA PERO NO SIGAS PEGANDOLE POR FAVOR!- comenzó a llorar como una niña –¡NOOO NO SIGAS! ¡TE LO SUPLICO! ¡VAS A MATARLO!

Sesshomaru sentía demasiado dolor, pronto la boca le sabía a sangre, varias de las heridas ya estaban sangrando, el último golpe de Náraku fue una fuerte patada en el estomago que lo lanzó al suelo, haciéndole toser sangre sin poder detenerse. El aire le faltaba y cada vez que tocía sentía como si se le desgarrara algo por dentro.

-Eso es para que aprendas a respetarme Sesshomaru. Nadie se mete conmigo y sale ileso. –Entonces le dijo a sus hombres- Si quieren diviértanse un rato con él pero ya saben lo que les dije.

Kikyo desesperada -¿Pero cómo lo van a golpear más? ¡YA ES SUFICIENTE! ¡NO SIGAN! ¡NO MÁS! ¡NO MAAAAAS!- gritaba pero no difícilmente podía moverse.

Náraku se acercó y la tomó por la quijada con mucha fuerza -¿De verdad harías lo que fuera por que dejara de golpear a tu novio?-

Los cuatro hombres estaban realmente molestos con Sesshomaru ya que les había dado una paliza.

-Vamos a darle pero con esto - Dijo el más moreno de los cuatro sosteniendo un cable que acababa de sacar de la maleta.

Los otros dos tipos lo levantaron y lo sostuvieron ya Sesshomaru no podía mantenerse por sí mismo de pie.

Comenzaron a darle fuertemente azotes en la espalda, cada azote dejaba su rastro en la camisa con la tela que era despedazada como papel y le seguía la sangre que pronto brotaba de cada rasgadura, se podía leer el dolor en su rostro a pesar de que trataba de disimularlo con todas sus fuerzas. La piel le quemaba y sentía como el líquido caliente avivaba el dolor de su piel abierta. Las punzadas no se detenían pensó que pronto perdería el sentido hasta que oyó la voz de Náraku.

–¡Ya es suficiente! Mi querida Kikyo y yo llegamos a un acuerdo, vamos atenlo y métanlo al auto… tenemos que encontrar a los otros dos tortolitos…-

Los hombres acataron la orden, lo ataron con mucha fuerza y lo tiraron dentro de la cajuela riendo burlonamente, a lo lejos escuchó el sonido del motor del vehículo pero pronto todo quedó a obscuras y en absoluto silencio.


Holaaaaaa... Finalmente les pude colocar la conti. Pues como ya les dije a algunas me habían robado mi laptop y pues realmente no tenía computadora ni internet ni nada. Hace unos días me compre una nueva compu y de nuevo solicité el internet. Espero les guste la conti y me posteen porque realmente no tienen idea de todo lo que tuve que hacer para conseguir los capitulos ya q todos mis archivos se fueron en mi computadora. Bueno nos veremos más seguido besitos bye!

 

Re: La segunda vida de Inuyasha (Inu Kag)

Muchas gracias por sus post, me alegra que muchas no se han olvidado d mi historia. Quería saver Zaireth si estos capítulos ya los había leído. Bueno aqui les dejo una parte del siguiente capítulo espero les guste.

CAPITULO XXV 1era parte

Aquella habitación apestaba a humedad y otro olor que no lograba identificar, su cuerpo le dolía tanto que permanecía inmóvil, respirar se le hacía bastante doloroso pero debía ser fuerte, debía averiguar dónde se encontraba ella. Levantó su tronco con dificultad y sin siquiera darse cuenta de ello un grito de dolor se escapó de su garganta, pensó que vomitaría porque un mareo lo hizo tambalearse en el suelo.

-Kikyo…- Se escapó de sus labios como un murmullo ahogado ya que ni siquiera podía pronunciar palabra sin que el dolor hiciera mella en él.

-Será mejor que no te muevas querido- Una mujer de contextura delgada y cabello obscuro no muy largo estaba asomada por una pequeña ventana que se encontraba cercana a la puerta.

-¿Quién eres?-

-Eso no importa, confórmate con saber que me llamo Kagura--
No tardó en reconocer a aquella menuda mujer, se trataba de la misma que se había bajado del carro Náraku usando a Kikyo como rehén. -¿Qué quieres mujer? ¿Has venido a burlarte de mí?-

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-Escúchame Náraku, no puedes dejar a Sesshomaru en ese horrible lugar, ¡Por Dios!! Él está demasiado herido y ese lugar tiene condiciones inhumanas, puede morir a parte de todo de una infección si no es que lo matan las contusiones que le causaste!-
Náraku miraba divertido la expresión de preocupación en la hermosa chica, a su parecer esa expresión resaltaba su belleza y ahora era tan frágil, estaba a su completa disposición como normalmente tenía a la mayoría de las personas que lo rodeaban.

-Exiges demasiado preciosa ¿Acaso crees que los traje a mi casa para que pasaran unas hermosas vacaciones?- Dijo Náraku tomando la barbilla de la chica, haciendo un sarcástico gesto de amabilidad fingida

-Agradece que no lo asesiné, esa alimaña forjó su suerte ¡Nadie se mete con Náraku sin sufrir las consecuencias! Así que considera que aún respire como un gesto de misericordia de mi parte-

Kikyo se alejó apretando los labios en señal de protesta, caminó unos cuantos pasos poniendo una distancia prudente entre ellos y con los brazos cruzados mirándole con desdén le dijo –Sólo te advierto que si el muere tendrás que asesinarme a mí también porque no pienso ayudarte en nada-

-¿Y qué tienes en mente muchachita? ¿Acaso quieres que le dé mi habitación? ¿O mejor les alquilo una en el hotel más costoso de Japón?-

-Al menos déjame quedarme con él y quiero que me traigas un botiquín de primeros auxilios para poder curarle sus heridas, también un calmante para menguar su dolor.-

-De acuerdo- Respondió sin más tomando un abano y sentándose en un sillón del despacho –Pero quiero que sepas que estás en deuda conmigo-

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La habitación internamente era peor de lo que ella había imaginado, se sentía un fuerte olor a humedad en el ambiente y las corrientes heladas que se colaban por las descubiertas ventanillas empeoraban el lúgubre aspecto.

-No intentes nada estúpido- le advirtió aquella mujer llamada Bakura, al parecer se tomaba muy en serio el trabajo de aborrecerla, cerró la puerta de un portazo y luego se escucharon sus tacones alejarse.
Kikyo suspiró aliviada de no tener que lidiar con su presencia y corrió hacia Sesshomaru quién permanecía inmóvil aparentemente inconsciente – ¿Sesshomaru estás bien?- preguntó ella no sin sentirse tonta al analizar aquellas palabras, no había que ser muy inteligente para saber que estaba lejos de estarlo.

El cuerpo de Sesshomaru yacía sobre el suelo de espaldas y ella no lograba verle el rostro, vaciló un poco antes de tocarlo para volver su cuerpo hacia ella pero aguantó la respiración y posó su mano en la maltratada espalda pero algo inesperado la tomó por sorpresa; el cuerpo de Sesshomaru se movió con violencia y un fuerte sonido que no sabía si identificar como un quejido la hizo retroceder inútilmente ya que él la tomó por la muñeca fuertemente al punto de lastimarla, su mirada denotaba una mezcla entre agonía y odio que le hizo sentir miedo –No me lastimes por favor- fue lo que instintivamente pudo decir y la expresión de él cambió inmediatamente al oír su voz, aparentemente no la había reconocido en aquella obscuridad.

-¡Estás bien! ¡Gracias a Dios!- Exclamó él mientras la atraía a su pecho acunándola con sus gruesos brazos.

¿Acaso podía hacerla sentir más miserable? ¿Cómo podía preocuparse por ella si estando él en tan patéticas condiciones? Inmediatamente pudo sentir el calor de su pecho, hervía en fiebre, ella se alejó casi con violencia, no deseaba esa reacción de él pero Sesshomaru respondió a su brusquedad con un pequeño gemido de dolor -Lo siento ¿Te lastimé? Ohh Dios que tonta- Se reprochó con torpeza y luego miró sus manos y se alarmó cuando sintió una humedad tibia –Continúas sangrando- Se dijo mientras sacaba rápidamente los implementos que le había dado Náraku.

-No voy a morir por esto- Aseguró él mientras con dificultad volvió a tenderse en el suelo sobre su costado, su cuerpo temblaba.
Kikyo suspiró no muy convencida de esa afirmación y con unas tijeras terminó de cortar lo que quedaba de camisa descubriendo su torso para poder limpiarlo, sacó una pequeña lámpara de baterías ya que la habitación no tenía luz y apretó los labios al ver con más detalle el aspecto de sus heridas –Dios- repetía dándose ánimos mientras lo lavaba.


Sesshomaru apretaba los puños y ahogaba quejidos por más delicada que ella trataba de ser pero su piel estaba demasiado lastimada y ella sólo quería que aquellas heridas no provocaran algún tipo de infección, debía ser meticulosa en su trabajo. Le preocupaba moverlo, no sabía cómo no lastimarlo ya que era difícil conseguir algún lugar en donde no estuviese lastimado -Discúlpame Sesshomaru… la que debería tener esas heridas soy yo –se secaba las lágrimas con la gasa- te juro que estoy muriéndome al verte de esa manera, dime como puedo moverte para no lastimarte…-

Sesshomaru levantó la mano, acarició el rostro de Kikyo secando sus lágrimas y dejó ver sus hermosos y blancos dientes –Es la primera vez que oigo que te diriges a mí de una manera amable-

-¡No me digas eso por favor! Me haces sentir terrible- le pidió mientras más amargas lágrimas caían por sus mejillas.

- …no lo digo para que te sientas mal, sino que después de todo
aunque me duele demasiado todo el cuerpo, al menos con esto conseguí agradarte ¿O es que acaso si no hubiese ocurrido esto estuvieses cerca de mí?- Prosiguió -…es un precio alto por tu cariño, pero vale la pena… al menos para mí…-

Kikyo se sonrojó ante esas palabras y se quedó cayada unos segundos luego una débil sonrisa suavizó sus facciones -…desde la primera vez que te vi sentí algo extraño, tenía miedo de enamorarme, entonces prefería mantenerte distante y como tú insistías en acercarte yo trataba de ser pedante para que no lo hicieras. Claro yo no pretendía aceptar que me atraías, creo que mi orgullo a veces toma el dominio sobre mí. Pero no voy a permitir que sigas hablado, déjame terminar de curar un poco tus heridas y ayúdame a llevarte, tengo que ponerte el calmante para que no sientas tanto dolor…-

Ella trató de moverlo pero este soltó un fuerte quejido, lo que la hizo alarmarse, sabía que por más que lo curara él no estaba bien, necesitaba un doctor y medicinas más potentes, lo más seguro es que tuviera alguna fractura o quizá uno o más huesos rotos…- Finalmente hizo lo que pudo, le inyectó el calmante y Sesshomaru se quedó dormido, de vez en cuando se movía quejándose, era difícil conciliar el sueño en esas condiciones.

Unas horas después:

La hermosa chica esperaba sentada al lado de Sesshomaru, abrazada de sus piernas, casi dormida pero él comenzó a moverse -necesito que busques en mi chaqueta, el celular que cargo conmigo. Por favor llama a mi casa y vas a hablar con mi hija diciéndole que no voy a ir en unos días porque debo quedarme trabajando, tienes que decir que…- Se tomó de un costado y arrugó el rostro, cualquier leve movimiento le causaba dolor.

Kikyo se acercó a ayudarlo aunque no dejaba de sorprenderle que tuviera una niña ¿Era casado? ¡No podía estar pasando! (Aunque tenía demasiada curiosidad decidió no preguntarle ya que temía escuchar algo que no quería) –Sesshomaru no puedes esforzarte tanto debes descansar-

-¡No! mi hija debe estar preocupada, además debo hablar con Haken para que se la lleve a un lugar seguro, no quiero que corra ningún riesgo, después que hables con la niña le pides que te pase a Haken para que yo pueda hablar con él.

Increíblemente su celular aún seguía en aquella chaqueta, no se había percatado de él gracias a su diminuto tamaño, marcó el número que él le dijo y habló con la niña Sesshomaru después, dio las órdenes a Haken…

Luego buscó en el directorio y le dijo -…éste número es del lugar donde se están quedando tu hermana e Inuyasha, llámalos. Diles que estamos bien ya que si ellos se enteran de lo que está ocurriendo vamos a ayudar a Náraku a conseguir lo que quiere…-

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Paso un día completo Inuyasha y Ahome aún estaban en su refugio ignorando lo que le ocurría a Kikyo y a Sesshomaru.
Kikyo estaba demasiado preocupada Sesshomaru no mostraba ningún tipo de mejoría al contrario; su estado se agravaba sus heridas no curaban y parecía que las heridas habían tomado una infección que se reflejaba en una fiebre que no disminuía.

–tengo que hacer algo, Sesshomaru necesita un doctor urgente, ya casi no se despierta y la fiebre no baja… ¿Qué hago? ¿Cómo puedo ayudarlo?- Entonces se levantó y camino hasta la puerta, llamó al hombre que estaba de guardia y le dijo –Por favor dile a Náraku que necesito hablar con él… es importante que venga… dile que es urgente-
En menos de 5 minutos Náraku la había mandado a llamar hasta la sala de su casa…