La segunda vida de Inuyasha (Inu Kag)

Re: La segunda vida de Inuyasha (Inu Kag)


hola sé que he estado un poco perdida pero es que me fui de viaje y no me dio tiempo de publicarles la continuación, les escribo para avisarles que hoy pondre la continuación después de las 6 pm hora venezuela ya que estoy revisándola bueno eso era todo gracias por sus post.

 

Re: La segunda vida de Inuyasha (Inu Kag)

Espero la continuación sea de su agrado, si tengo errores me avisan porque la hice muy rápido ok se las dejo...

Capítulo XIII

Los ojos de Sesshomaru tornaron de una expresión preocupada a una incontrolable furia, se levantó y comenzó a hablarle en un tono más que descortés -¿Tú? ¿Te das cuenta de lo que has hecho por andar con tus estupideces niña? ¿Atropellaste a un Taisho por buscar tu celular en la cartera? ¡Pudo haber muerto por tu inconsciencia! – le reclamó con desdén

Ahome sabía que esas palabras estaban llenas de razón, no cabía de la vergüenza –…Perdóname, no fue mi intención- respondió débilmente mientras los ojos se le llenaban de lágrimas –Haré lo que sea por compensar mi error…- dijo buscando una forma de reparar su acción sin poder mirarle a los ojos.

Sesshomaru se contuvo, no estaba acostumbrado a herir a nadie, mucho menos una mujer y tomando en cuenta que era ridículamente atractiva lo hacía aún más difícil, gruñó reprimiendo el deseo de seguir discutiendo con ella y le dio la espalda apoyando sus manos en el barandal de una ventana, necesitaba tomar aire, estaba demasiado molesto y podría herirla aún más.

Se escuchaban los sollozos de ella al otro extremo de la habitación, reprimió unos fuertes deseos de consolarla pero antes de que pudiese si quiera pensar en ello sintió cómo se mojaba su espalda. Sorprendido se volvió y lo primero que vio fueron unos zapatos de tacón traqueteando en el suelo. Su mirada ascendió lentamente detallando todo el plano y pudo ver a otra hermosa mujer muy parecida a primera pero un poco más adulta, se dio cuenta que llevaba un vaso vacío en la mano, era más que obvio que ella lo había mojado. – ¿Cómo te atreves a tirarme agua encima? – protestó irritado.

Kikyo había notado que él había hecho llorar a su hermana, Ahome permanecía helada a su lado tapando su boca con las manos en señal de sorpresa, había intentado en vano detenerla y ahora se sentía obligada a reparar el daño entonces le dijo nerviosa -Lo siento mucho señor, mi hermana es muy impulsiva ¡Buscaré una toalla para secarlo!- pero antes que pudiese moverse Kikyo la tomó de un brazo inmovilizándola –No irás a ninguna parte Ahome, él se lo buscó. Además querido…- Agregó divertida mirándolo con aires de superioridad -…no te he bañado con agua, es jugo de naranja- culminó soltando una desvergonzada carcajada.


Sesshomaru de nuevo estaba rojo de la furia –Tu hermana se merecía el regaño, arroyó a mi hermano por estar jugando con su celular-

-Ahome no tiene la culpa de que tu hermano sea un borracho que cruza las calles sin siquiera mirar a los lados, que yo sepa las calles fueron hechas para que los vehículos transitaran, las personas caminan en las aceras… además eran las 2:00 am ¿Qué hacía solo en una calle desierta?-

El la miró con sus ojos encendidos y arrancó el informe de la puerta de su hermano, lo revisó y luego se lo mostró groseramente –No había una gota de licor u otra sustancia estupefaciente en su sangre ¿No sabes leer?- completó con una nota de sarcasmo.

Pues estaría entonces vendiendo droga o será un psicópata lunático que siendo millonario anda como loco en la madrugada paseándose por lugares oscuros y solitarios.

El atractivo y educado hombre no pudo contenerse y se acercó violentamente hacia ella tomándola del brazo, Ahome lo abrazó por la espalda –No por favor Sesshomaru ella es muy necia no le hagas caso, tu eres bueno -¿No era así?- Eso le había dicho la adivina, es sólo que su hermana podía sacar a cualquiera de quicio y ella debía tranquilizarlo.

Sesshomaru se sorprendió ante la reacción de la chica y se sintió algo confundido ¿Por qué aquella chica se comportaba de esa forma con él? Desde que la había conocido tenía un comportamiento indescifrable. Se soltó de su abrazo y se volteó a verla. Ella tenía mucha preocupación en su rostro y las lágrimas seguían brotando de sus ojos, era hermosa, era tan frágil y inofensiva –Por favor discúlpame- le dijo sintiéndose ahora él culpable, ya no seguiría atormentándola, estaba más que seguro que no tenía la culpa, había sido un accidente. –Mi hermano no vende drogas…- agregó amenizando la tensión del momento.

-Si de eso no tengo dudas- sonrió secando sus lágrimas con las manos, él al verla sacó un pañuelo muy bien doblado del bolsillo de su chaqueta.

-¡Gracias!- sonrió ella complacida. Sesshomaru era tan perfecto, tan caballeroso, tenía que ser él, el príncipe que siempre había soñado, por el que dejaría a su tan desperfecto novio Náraku. Antes había dudado de aquella adivina pero todo lo que predijo estaba sucediendo tenía que ser real, ahora si creía completamente.

-¡Que asco!- aseveró molesta la otra chica que comprendía el rostro embobado de su hermana -…me voy antes de que tanta dulzura me empalague aún más- culminó marchándose del sitio dando un portazo.

Ahome se sonrojó ante el comentario de su hermana y él devolvió una mirada incomoda, los dos permanecieron callados, Sesshomaru la miró confuso al parecer iba a preguntarle algo pero en eso un sonido vidrioso se produjo dentro de la habitación de Inuyasha, algo se había quebrado, ambos se quedaron petrificados y antes de que alguno pensara en entrar divisaron la figura de Inuyasha apoyado en el marco de la puerta.

El se quedó mirando a la chica sonriendo débilmente –Ahome… estás bien- dijo suspirando aliviado.

Sesshomaru la miró sorprendido –No me dijiste que conocías a mi hermano-

Ahome boquiabierta -yo… yo… no, no conocía a tu hermano hasta el día del accidente fue la primera vez que lo vi-

Inuyasha después de siete horas de estar inconsciente, al fin había despertado ayudado quizá por la escandalosa discusión de Kikyo y Sesshomaru, pero no importaba porque gracias a eso estaba allí. Implicaba un gran esfuerzo mantenerse de pie debido a los efectos del golpe y la anestesia que aún no pasaban pero aún así se sentía como en un sueño, estaba feliz de verla sana y salva… La última vez que había visto a Ahome era un cuerpo sin vida, pero ahora la volvía a ver y su mirada no estaba perdida, su piel tenía color, parecía imposible. Sacudió su cabeza desechando aquella idea, no era un sueño porque sentía el dolor que sus heridas le proporcionaban al cuerpo e irónicamente estaba agradecido de ello.

-¡Estas viva!- exclamó con una expresión de extrema felicidad

Sesshomaru que veía con cara de asombro y confusión a Inuyasha –Inuyasha no debes estar de pie, no creo que sea bueno para tu salud, además ella nunca ha estado en peligro, tú fuiste el que casi no la cuenta ¿No recuerdas nada?-

Inuyasha ignorando las palabras de su hermano comenzó con dificultad a caminar hacia Ahome, deseaba tocarla sentir que era real, tenía que salir de la duda. Dio dos pasos y no se percató del catete encajado en su brazo por el que los doctores le suministraban el suero, y éste se estiró clavándose aún más en su piel, el fuerte dolor hizo doblegar y caer al suelo… Ahome se dio cuenta de que Inuyasha se estaba lastimando con la aguja, corrió hacia él y alargó la mangera para que no siguiera enterrándose. Sostenía su brazo y presionaba la herida con el pañuelo que le acababa de dar Sesshomaru para detener el flujo de la sangre.

Inuyasha casi alucinaba, el dolor no era nada comparado con la felicidad de verla junto a él preocupada de nuevo como solía ser siempre, sin contener sus deseos la abrazó fuertemente –Ahome pensé que te había perdido…- repetía sin soltarla.

Ahome estaba apenada y confundida –Creo que te equivocas, nosotros no nos conocemos…- le explicaba ella tratando de soltar su asir, pero el chico era muy fuerte y no tenía intenciones de dejarla.

Sesshomaru no se aventuró a tocar a su hermano, no deseaba lastimarlo así que corrió a buscar un doctor, Kikyo que se encontraba en la habitación conjunta lo siguió al ver su preocupación y cuando vio a aquél muchacho abrazando a la chica quedó confundida –Ahome creí que no conocías al chico-

-Inuyasha por favor, suéltame – le repitió ella y luego dirigiéndose a su hermana –No nos conocemos, creo que está confundiéndome con alguien más-

-Vaya…- soltó Kikyo y por intuición algo a sus espaldas llamó su atención por lo que se volteó hacia el pasillo y su expresión cambió a una alarmada -¡AHOME SUELTA A EL MUCHACHO AHÍ VIENE NÁRACU!!!-

Ahome sintió demasiado miedo porque sabía que él era excesivamente celoso y podía desatarse un problema grave si la encontraba con ese muchacho por lo que desesperada trató de soltarse pero fue en vano –¡NO PUEDO! NO ME SUELTA ¡AYÚDAME!- pidió.

Finalmente Inuyasha al escuchar el nombre de Náraku se volteó y pudo percatarse de que efectivamente se trataba de Náraku quién se dirigía hacia él totalmente enfurecido, se había dado cuenta a pesar de las advertencias de Kikyo de su comportamiento.

–¡Imbécil! ¿Cómo te atreves a ponerle las manos encima? ¡Agradece a Dios que estas en un hospital! Aunque después de la golpiza que te voy a dar no creo que los médicos puedan hacer algo por ti…- lo amenazó enfurecido precipitándose sobre él pero Sesshomaru lo detuvo en seco.



-Veamos quién es el afortunado de estar en el hospital- respondió él y en menos de un segundo regresó el golpe lanzando el cuerpo de Náraku hacia el otro lado del pasillo, éste aterrizó sobre una mesa que se encontraba en el pasillo, la cual se partió al caer al suelo. Naraku aturdido tardó apenas segundos en recobrar el equilibrio y se abalanzó sobre Sesshomaru, éste le propinó un nuevo golpe el cual él esquivó fácilmente eso tomó a Sesshomaru desprevenido y no pudo esquivar un fuerte golpe en el rostro que hizo que perdiera el equilibrio cayendo sobre un carrito de instrumentos quirúrgicos que habían dejado en el pasillo junto la entrada del quirófano.

Ahome aterrada comenzó a gritar desesperada –¡NARAKU POR FAVOR! ¡YA CALMATE! No es lo que piensas ¡YA NO SIGAS!- Comenzó a llorar, no deseaba que su agresivo novio lastimara a nadie así que tratando de tranquilizarlo –Naraku, te explicaré todo si nos vamos-

Inuyasha se estremeció al oírla hablar de esa manera ¿Por qué tendría que irse con él? Ella no debía marcharse con ese desgraciado ¡No se lo permitiría!

Náraku miró a Ahome muy enojado –No creo que tengas explicación para lo que está ocurriendo Ahome, ahora entiendo porqué me apagaste el celular y no respondías mis mensajes… pero tú eres mi mujer y no voy a permitir que ningún imbécil cambie eso…- se agachó y tomó un bisturí que había caído cerca –primero voy a acabar con este entrometido y luego sigues tú- dijo señalando a Inuyasha.

Inuyasha se puso de pie y arrancó la aguja de su brazo, contuvo el quejido y se levantó iracundo -¡No es tu mujer maldito!- gruñó apretando los puños –No se irá contigo, ¡Tendrás que matarme primero!-

Ahome estaba boquiabierta, ¿Por qué él se comportaba de esa manera? Como si ellos tuvieran algo, empeoraría todo. Y así fue, Náraku se aprovechó del descuidado Sesshomaru y lo inmovilizó clavándole el bisturí en la pierna, este cayó herido y el obscuro hombre empuño ahora el arma hacia el desamparado Inuyasha –No sabes con quién te has metido niñito- estaba enfurecido, esas palabras le dieron a creer que efectivamente era el amante de Ahome, o al menos eso pensó.

Inuyasha se rió amargamente por supuesto que conocía a ese desgraciado, lo conocía mejor que nadie entonces le dijo -Te equivocas, sé perfectamente lo despreciable que eres- respondió poniéndose en guardia, Naraku bufó su comportamiento ¿Creía que podría vencerlo con las manos desnudas y en el estado que se encontraba? Definitivamente era un acto suicida al menos eso pensaba Náraku mientras se dirigía a él con intenciones asesinas.

-¡Inuyasha!- gritó Ahome al verlo indefenso y sintió una extraña sensación de protección hacia él, no podía permitir que lo lastimaran, entonces se guindó del brazo de Naraku para detenerlo -¡Basta déjalo en paz!- Ahora Naraku estaba aún más molesto y la tomó fuertemente de los brazos inmovilizándola –¡Eres una cualquiera!– gritó propinándole una cachetada que la hizo caer sentada en el suelo.

-¡Ahome!- gritaron los dos hermanos, Inuyasha corrió a su lado y Sesshomaru le metió una zancadilla que lo hizo caer, mientras Kikio corrió hacia donde estaban los doctores para llamar a la policía, todo se estaba saliendo de los límites.

Sesshomaru trataba de quitarle el bisturí a Náraku pero este alcanzó a herirlo en el brazo, Sesshomaru soltó un quejido pero eso no impidió que golpeara su mano haciendo que el arma saliera disparada cerca de su hermano quien la tomó cubriendo a Ahome. –¡Cobarde! ¡Siempre jugando sucio! Pero ahora te demostraré cómo pelean los hombres de verdad…-

Sesshomaru se tomaba del brazo, le dolía demasiado la herida –Inuyasha ten cuidado- le advirtió a su hermano quien le devolvió una mirada de desconcierto –No estaba acostumbrado a la protección de su hermano mayor, se odiaban… o así había sido siempre-

Éste sin embargo le dio el bisturí a Ahome y se lanzó sobre Náraku, este último cayó a raíz de un golpe de Inuyasha. Se levantó para contraatacarlo pero al parecer el chico no era tan débil como aparentaba ser -¡Ahome!- gritó Náraku para confundirlo y el chico se volvió para cerciorarse de que estuviera bien, el descuido le dio oportunidad de devolver un fuerte patada en la pierna que tenía rota rompiendo el yeso y a su vez su recién soldado hueso, Inuyasha gritó fuertemente al sentir su hueso quebrarse de nuevo y cayó de golpe en el suelo retorciéndose de dolor.

-¡Inuyasha no!- gritó enérgicamente la chica, sintió una fuerte punzada en su alma al verlo sufriendo, algo despertó en su interior y en defensa lanzó con una puntería increíble el bisturí clavándolo en la pierna de Naraku haciendo que este se separara del herido muchacho, en eso llegó la policía y la enfermera dijo –Están armados son peligrosos, están poniendo en peligro la seguridad del hospital-

-¡No!- gritó Kikyo –¡Es Náraku! Aquél hombre llego de una forma agresiva y atacó a los señores Taisho incluso a su hermano que se encuentra convaleciente-

Los policías miraron sorprendidos a los dos hombres en el suelo, Sesshomaru se levantó con dificultad, estaba sangrando en su brazo y pierna y su hermano Inuyasha estaba en el suelo tomando su pierna y con una expresión de profundo sufrimiento, Ahome permanecía a su lado preocupada y procedió a hablar –Ese hombre era mi novio y ha venido a poner en peligro la vida de estos hombres sólo por un mal entendido-

Los policías se acercaron a Sesshomaru señor Taisho es eso cierto –¡Por supuesto! Ese hombre ha perdido la razón…- respondió él indignado señalando a Naraku quien sostenía el Bisturí aún enterrado en su pierna, unas enfermeras se acercaron y comenzaron a revisar su herida y el doctor preocupado se acercó a Inuyasha revisándolo –Se ha partido el hueso de nuevo, debemos operar nuevamente- dijo mientras le entablillaba la pierna para levantarlo, Inuyasha se quejaba de dolor pero estaba feliz de que Ahome no se separara de él ni le soltase la mano.

-Claro ese desgraciado a sabiendas de que estaba lastimado lo golpeó en su pierna con toda la intención para rompérsela de nuevo, es un cobarde- acusó Sesshomaru enojado –¡Arréstenlo!-

Los policías conocían la respetable familia Taisho y aunque Náraku también era poderoso y millonario se caracterizaba por estar siempre metido en problemas –Señor Naraku tendrá que acompañarnos a la comisaría- le dijeron sacando sus esposas, él les clavó una intimidante mirada –Los acompañaré, pero no querrá ponerme eso…- le dijo en un tono de advertencia –De acuerdo- respondió el joven policía un poco intimidado. Esperaron que sellaran su herida y luego lo sacaron del hospital.

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Ahome esperó toda la tarde, se veía muy cansada pero aún así deseaba estar segura de que Inuyasha estuviera bien, se sentía culpable ya que por segunda vez él había salido lastimado por su causa –Siento mucho lo sucedido- dijo ella al fin rompiendo el silencio.

Se encontraba sola en la sala de espera junto a Sesshomaru quien no había vuelto a pronunciar palabra alguna –No fue tu culpa ser la novia de un lunático psicópata…- la miró con indiferencia y luego agregó -…debiste irte a tu casa con tu hermana, te ves cansada necesitas dormir un poco…-

-¡No!- repitió ella por decima vez, se negaba completamente a regresar, ella se aseguraría de que el hermano de Sesshomaru estuviera bien, además deseaba preguntarle por qué se comportaba así con ella…-

FLASH BACK

–No creo que tengas explicación para lo que está ocurriendo Ahome, ahora entiendo porqué me apagaste el celular y no respondías mis mensajes… pero tú eres mi mujer y no voy a permitir que ningún imbécil cambie eso…- se agachó y tomó un bisturí que había caído cerca –primero voy a acabar con este entrometido y luego sigues tú- dijo señalando a Inuyasha.

Inuyasha se puso de pie y arrancó la aguja de su brazo, contuvo el quejido y se levantó iracundo -¡No es tu mujer maldito!- gruñó apretando los puños –No se irá contigo, ¡Tendrás que matarme primero!-

END FLASH BACK

¿Por qué reaccionaba de esa manera? Parecía conocerla de antes ¿Estaría perdiendo la razón por el accidente? Ella estaba segura de no haberlo visto nunca, aunque no podía negar que tampoco le era totalmente indiferente pero él no llevaba el signo. Se quedó mirando de nuevo aquél llamativo talismán que llevaba en el cuello Sesshomaru, era un demonio perro, su abuelo se lo había mostrado en sus libros de leyendas, de eso no tenía duda pero ¿Sería él el hombre de su vida? Era demasiado atractivo y al parecer no era una mala persona sin duda sería fácil enamorarse de él, pero ella no notaba ningún tipo de interés de su parte y la adivina dijo que él la amaría incluso antes de conocerla… todo estaba tan confuso.
Inuyasha parecía paranoicamente interesado en ella pero no llevaba el signo del demonio perro y Sesshomaru se mostraba algo indiferente pero si llevaba la señal ¿Cómo demonios sabría cuál de los dos era el hombre de aquella predicción?

Sesshomaru notó el peso de sus ojos y se dio cuenta de que ella miraba su talismán –Es un demonio perro, sé que es un poco estrafalario pero mi padre me la regaló cuando cumplí la mayoría de edad, es un símbolo familiar y por eso jamás me la quito-

Ella se sorprendió -¡Un símbolo familiar…!- eso significaba que Inuyasha también tendría una, eso lo haría el más acertado. “Lo había conocido de una forma inesperada, incluso antes que a Sesshomaru y además parecía conocerla y estar extrañamente interesado en ella”

No pudo soportar la curiosidad –Si es un símbolo familiar entonces Inuyasha también tendrá uno igual, no lo llevaba al momento del accidente, debes preguntarle porque realmente podría haberla perdido cuando recibió el golpe- Ahome cubrió su rostro preocupada, ahora también podría tener la culpa de la pérdida de una reliquia familiar.

-No…- respondió él al notar su expresión -…soy el único que lleva ésta joya-

Ahome sintió un pálpito nervioso, entonces él si era quien ella pensaba, Sesshomaru era el único que llevaba ese símbolo. La verdad la impresionó un poco y la hizo sentir intimidada del apuesto hombre quien se acercó a ella y amablemente le dio un vaso con agua –Toma un poco, veo que se te han subido los colores al rostro ¿Estás segura de que no deseas irte? Puede deberse al cansancio-

Ella negó con su mirada posada en el vaso, su proximidad la ponía muy nerviosa, es decir, un hombre con cara de ángel con la mirada más penetrante que hubiese visto y resultaba ser el hombre con el que viviría por siempre. Era demasiada información para tan poco tiempo, sus manos temblaban incontrolablemente y ella estaba segura que no se debía al frío de la sala. Antes de que pudiese darse cuenta sintió calor y notó que él había puesto su chaqueta sobre sus hombros –Espero no te molestes…- le dijo sonriendo irresistiblemente -…Estás temblando de frió…- aseguró, pero ella sabía que el frió era lo de menos, ahora sus mejillas ardían y seguramente su impertinente rubor la dejaría al descubierto.

 

Re: La segunda vida de Inuyasha (Inu Kag)

Ahhh vaya!! veo que no tienen nada de paciencia.. jejeje no se preocupen les va a gustar la historia. Gracias Sumomo y Puca_desire por sus post.

Estoy completamente extrañada me gustaría saber qué se habrán hecho mis otras posteadoras Zaireth? Windmiko? Hotaru? y todas las demás ToT no se vayan!!!
Espero vuelvan :( aquí les dejo la continuación... Y en serio chicas deberían opinar si no les gusta la historia podría culminarla y tal vez escribir una nueva, digan sus opiniones sean buenas o malas, lo que realmente me interesa es la sinceridad...

CAPITULO XIV

Inuyasha finalmente reposaba en su habitación en el hospital, su rostro demostraba que estaba demasiado distraído, concentrado en sus pensamientos -Ahome no puede recordarme, no entiendo qué hiciste Mirodiko. Y Sesshomaru ¿Ahora es un hermano abnegado? ¡Demonios! Ésta vida era totalmente independiente de la otra, no le agradaba pero si ese era el precio que tenía que pagar para que ella estuviese con vida lo pagaría, no importaba su poder, no importaba la perla ya nada importaba, sólo recuperarla, hacer que ella nuevamente lo amara porque si antes lo había hecho sería más fácil conquistarla ¿O no era así? No estaba seguro de la respuesta, no sabía si ella podría volver a amarlo como antes, apretó sus parpados y sus puños tratando de olvidarlo todo, enloquecería si no hacía algo rápido y ahora su pierna, le recordaba con el dolor a cada minuto que ahora era un simple humano, tardaría meses en recuperarse totalmente.

-¿Te duele la pierna? ¿Quieres que llame al doctor?- Esa voz… era ella, abrió los ojos totalmente ilusionado y ella pudo notarlo por lo que respondió con una mirada suspicaz ¿Por qué tenía que mirarla de esa forma? Debía preguntarle –Inuyasha no entiendo tu actitud conmigo, realmente no sé por qué no te comportas como normalmente lo haría alguien que acaba de ser atropellado ¿Acaso no sabes que es mi culpa que estés postrado en esa cama?-

Inuyasha desdibujó su sonrisa y tragó amargamente, ella no le había hecho nada comparado con lo que él le había hecho a ella en el pasado –Estoy vivo Ahome y si éste era el precio que debía pagar por encontrarte puedo decir que fue una ganga- aseguró señalando su pierna rota.

Ahome retrocedió aquellas palabras tuvieron un efecto contrarió ¿Encontrarla? ¿Por qué quería él encontrarla sin siquiera conocerla? Hablaba como un psicópata -¡Demonios Inuyasha! Estás asustándome ¿Por qué hablas así si ni siquiera nos conocíamos?-

Él chico bufó ante tal comentario, no tendría caso explicarle la verdad, nunca le creería y quizás lo tomaría por loco –No creo que estés lista para entender mi verdad Ahome-

Ahome apretó sus labios estaba molesta –¡Ponme a prueba!- gritó -Pero quiero que seas totalmente sincero-
Los ojos de Inuyasha se posaron en los suyos, eran tan hermosos como los de su hermano Sesshomaru pero su mirada era aún más cálida, en su mirada había algo que lograba intimidarla en gran medida, desvió sus ojos, no podía mantenerla –Inuyasha… ¡Por favor!- replicó con la mirada en el suelo.

Inuyasha suspiró rendido, no podía decirle todo pero… –Lo único que te diré Ahome es que te amo y no de ahora, te amo de hace más tiempo del que puedes imaginar.- Él mantenía su mirada posada sobre ella pero ella ahora temblaba, y él podía sentir la irregularidad de su respiración –Ahome por favor, debes creerme yo te amo y te protegeré con mi vida, no pienso perderte de nuevo…-

-¡Basta!- gritó ella con los ojos llenos de lágrimas -…no sé qué te traes entre manos Inuyasha pero no creas que soy tan tonta para creer en tu locura ¿No volverás a perderme? ¡Pero si nunca me has tenido!- replicó con desprecio y salió corriendo de la habitación –¡Ahome!- escuchó cómo la llamaba preocupado y luego se escuchó un grito, tal vez había intentado seguirla, ella se detuvo al pensar que podría haberse lastimado y sin pensar siquiera se regresó a la habitación pero Seshomaru estaba dentro junto con una enfermera -¿Qué rayos es eso?- preguntaba Inuyasha alejando a la enfermera con aquella jeringa.

-Si no lo sedamos señor jamás soldara el hueso de su pierna, al parecer usted no se quedará quieto-

Ahome estaba preocupada mirándolo desde la puerta, -¡Ohh pobre Inuyasha! ¿Por favor realmente es necesario?- preguntó

Sesshomaru se volvió hacia ella –Trató de ponerse de pie, sin duda es necesario- respondió dándole la espalda.

-¡Ahome! Por favor no te vayas- le suplicó Inuyasha mientras el sedante surgía efecto –Ahome…- repitió con debilidad mientras sus parpados se hacían cada vez más pesados.

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Una semana después finalmente fue dado de alta del hospital, aún llevaba aquél molesto yeso pero podía caminar con las muletas, odiaba ser tan débil se hubiera curado hacía días si siguiera siendo un Hanyou pero debía olvidarse de su vida pasada ahora tenía una nueva, una nueva oportunidad.
Sesshomaru lo acompañaba, él se había negado a ser ayudado así que sólo se limitaba a tratar de seguirle el paso. El carro de Sesshomaru era un hermoso deportivo amarillo, hasta él había quedado boquiabierto ante la imponencia de aquél vehículo a pesar de no estar para nada empapado sobre el tema.

Cuando finalmente llegaron a la casa Inuyasha quedó sorprendido con la belleza de la fachada, no tenía nada que ver con la única casa de esa época que conocía. La casa de Ahome era demasiado sencilla para compararla con aquella hermosa mansión. Los jardines multicolores se esparcían en la hermosa fuente que adornaba la entrada principal, la puerta era enorme y con vitrales de cristal que filtraban la luz del sol por el pasillo. Las ventanas tenían la misma línea de la puerta y eran casi tan enormes lo que le daba al interior una hermosa vista a los jardines traseros. Todo se veía demasiado delicado, Inuyasha apenas podía caminar, temía romper algo, Sesshomaru casi leyó su mente y sonrió complacido –Si, tienes razón Inuyasha, es mejor que tengas cuidado de no romper nada, recuerda que Izayoi sería capaz de matarnos si dañamos algo de su decoración-
Inuyasha no respondió nada aún le parecía mentira que su estuvieran vivos sus padres –¿Ellos están aquí?- preguntó retraído.

-Por supuesto que no, están en Paris celebrando su vigésimo aniversario y tranquilo no les dije nada de tu accidente, sé lo paranoica que puede ser tu madre cuando cree que su bebé está en peligro-

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Dos meses pasaron volando, Inuyasha apenas pudo salir. Cuando su madre llegó de vacaciones lo llenó de múltiples atenciones nunca había sentido algo similar. La comida era deliciosa, su cama era tan suave que jamás hubiera imaginado dormir tan bien e increíblemente su hueso soldó con rapidez. Los médicos estaban sorprendidos aunque él se quejaba todo el tiempo de que dos meses eran demasiado.

-¿Tío Inuyasha estás feliz de haberte curado tan pronto?- preguntó aquella pequeña niña que ahora resultaba ser la hija del primer matrimonio de su hermano.
Sesshomaru era joven a lo sumo tendría 26 años pero se había enamorado perdidamente de una muchacha y a los 18 años accidentalmente ésta quedó embarazada, juntos decidieron que se casarían luego de que ella diera a luz pero trágicamente murió durante el parto, dejándolo como un atractivo y joven padre.

Inuyasha arrugó el seño y enfurruñado le respondió a la pequeña -No me cure pronto Rin, dos meses es demasiado tiempo para mí-

La niña sonrió –Tienes razón tío, tú eres demasiado fuerte para tardar dos meses en sellar un hueso- le siguió el hilo dándole un beso en la mejilla. Inuyasha quedó sorprendido, realmente esa niña parecía quererlo y ahora entendía por qué Sesshomaru le había tomado tanto cariño en el pasado, era una pequeña tan dulce que era demasiado fácil prenderse de ella.


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Hacía meses que ya no vivía en el viejo templo, su madre había decidido remodelarlo luego de que su abuelo ganara un número de la lotería y los tres ahora vivían a dos horas de Tokio en una hermosa casa que a pesar de no ser muy grande tenía piscina. Ellas habían decidido permanecer en la ciudad ya que Kikyo estudiaba enfermería e iba muy adelantada y Ahome comenzaría sus estudios de música en algunos días.

Su madre había decidido alquilarles un cómodo apartamento en el que vivían tranquilas, el apartamento era muy cómodo y espacioso. Su madre se había encargado de que su decoración las hiciera sentir muy acogidas en su nuevo hogar.

–Ahome ¿Dónde estás?- Llegó Kikyo quien había salido minutos antes a hacer unas compras. El apartamento parecía estar solo pero se extrañó ya que Ahome no le había avisado que saldría –¿Ahome?- volvió a preguntar sin recibir respuesta, cuando finalmente dio con su paradero la encontró en el balcón sentada en el suelo con la mirada en la nada…

-¿Qué te sucede?- preguntó ella al notarla extraña.

Ella no escuchó su pregunta, se encontraba sumida en sus pensamientos -¡Ahome!- gritó y la chica se incorporó de un salto -¡Hermana! ¿Cuándo llegaste? No me di cuenta…-

Desde aquél accidente su hermana actuaba muy extraño, se la vivía soñando despierta y casi no hablaba, Kikyo sintió molestia de su comportamiento y la reprendió -¡Ya basta Ahome! ¿Qué rayos te sucede? Pronto comenzarás las clases, no puedes darte el lujo de seguir con tu mente en el espacio exterior-

-Tienes razón-

Eso era lo que siempre ella respondía, Kikyo bufó enojada –¡Suficiente! No seguirás rehuyendo a tus problemas, te digo que aquél chico Inuyasha está perfectamente bien, ya le han retirado el yeso y está feliz con su familia y su hermano Sesshomaru me enteré de que estudia derecho en nuestra universidad-

Ahome se había negado a saber más de ellos pero su hermana se había empecinado en mantenerla informada –¡Rayos!- si que podía ser molesta cuando se lo proponía.

Pero su hermana ignoraba la verdad completa, normalmente estaba triste por no saber de ellos pero además esa tarde había tenido un encuentro con su ex novio, el despreciable Náraku.


FLASH BACK

El timbre sonó, Ahome pensó que su hermana había dejado las llaves así que confiada abrió sin mirar -¿Qué haces aquí?- Preguntó molesta, realmente era una visita inesperada.

-Soy tu novio ¿No es normal que un novio visite a su amada?-

Ahome aventó la puerta pero él la detuvo y entró tomándola a la fuerza –Esa no es forma de tratar a tu dueño- Ella se quejó por la brusquedad de su enganche -¿Qué quieres Náraku? Fui clara cuando te dije que no seguiría contigo-

-¡Eres un tonta! ¡Cambiaste tú suerte!! ¡Tenías lo que cualquier mujer podía desear! ¿Qué más querías??-

Ahome lo miró con desprecio –Quería fidelidad y respeto pero al parecer es algo que sobrepasa tu límites- le gritó con sarcasmo

Náraku soltó una carcajada sin soltarla -Eso ningún hombre podrá dártelo ¿No sabes que la naturaleza de los hombres es infiel?-

-Entonces mi naturaleza es estar sola- respondió ella tratando de soltarse -¡Suéltame ya! ¡No quiero que vuelvas a acercarte a mí!- dijo mientras se soltaba y corría a la puerta pero él la alcanzó y de un tirón la hizo caer sobre el mueble y la apresó con su cuerpo inmovilizándola –Escúchame tonta, tú estás conmigo porque yo así lo deseo, tú no eres la que decide cuando esto se acaba… Eres mía y lo que hiciste empeoró las cosas para ti… ¡Quiero que sepas que yo siempre consigo lo que quiero!- le dijo como en advertencia. Finalmente conocía la verdadera cara del que había sido su novio.

-¿Qué piensas hacer? ¿Matarme acaso?- Él gruñó y se puso de pie y la levantó de un tirón como si su cuerpo no pesara nada, antes de que pudiera contestar le devolvió una fuerte cachetada que la hizo caer al suelo golpeándose en la espalda con una mesa, ella soltó un fuerte quejido y comenzó a llorar al darse cuenta de la gravedad del asunto -¡Te odio Náraku!!!- gritó mientras intentaba ponerse de pie -…no puedo creer que no me di cuenta en tres años de lo que eras realmente…- y comenzó a llorar -¡Pero igual no pienso seguir contigo eres un maldito!- repitió enérgicamente entre sollozos.

Náraku sonrió y se lanzó sobre ella inmovilizando sus brazos de nuevo –Sueltam…- Sus labios fueron enmudecidos con los de él, ella luchaba por apartarlo pero él era demasiado fuerte, sintió temor al pensar hasta dónde quería llegar aquél hombre. Sus labios se movían punzantemente obligándola a responder pero ella se negaba y él no era indulgente con ella la lastimaba más, finalmente se detuvo y la tomó por el cabello acercando sus labios a su oreja, le pasó la lengua asquerosamente, jamás la había tratado de tal forma, ella estaba horrorizada –Soy capaz de matar cuando no consigo lo que deseo Ahome y no estoy hablando de ti. Sabes que tienes una hermosa familia-

–¡Por favor no les vayas a hacer daño!

FIN DEL FLASH BACK


Ahome apretó los parpados tratando de mitigar el miedo que le producía recordar aquél encuentro, Náraku la tenía en sus manos. Ahora sabía lo peligroso que podía ser y eso le producía mucho temor, no por ella sino porque él también estaba implicando a sus seres queridos ¿Qué podía hacer para protegerlos?

Kikyo se percató de que su hermana de nuevo la estaba ignorando por completo entonces crispada la sacudió -¿Qué te sucede? ¡Dime la verdad!-

Ahome rehuyó a su mirada, sabía que no era buena ocultando sus emociones –No me pasa nada, iré a darme un baño, tengo que ir a escoger las materias que veré en éste semestre-
Su hermana sólo se quedó observándola, tratando de descifrar su comportamiento, buscando algo que le hiciera entender lo que le ocurría a su hermana y entonces cuando ella se puso de pie dejó al descubierto un enorme morado que se extendía en un costado de su abdomen. Alarmada le terminó de subir el suéter -¿Qué es esto? ¿Cómo te hiciste éste morado?-

Ahome le quitó las manos de un sobresalto, no debía implicar a su hermana, sabía que si ella se enteraba de la verdad no dudaría en meterse en un problema con Náracu y tal vez podría hacerle daño a ella también.
-Me caí y me di un golpe, ya no empieces con tus cosas- dijo la chica retirándose del lugar.

Kikyo sabía que su hermana solía ser torpe pero ese golpe no aparentaba ser producto de un simple accidente, es decir ¿Cómo podía habérselo hecho sola? Entonces una siniestra idea cruzó por su mente y sus ojos se abrieron como platos -Júrame que ese hombre no te golpeó… no me mientas hermana-

Ahome agradeció estar de espaldas cuando su hermana hizo tal afirmación, su expresión la habría dejado al descubierto de inmediato –Creo que estás paranoica hermana, es mejor que dejes de leer tantas novelas…- fue lo único que pudo decir antes de retirarse a su habitación.


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Era difícil olvidar lo que había ocurrido pero ayudaba el hecho de que Náraku no había regresado a molestarla, sabía que eso no sería para siempre pero estaba tranquila porque no había aparecido en una semana.


Cepilló su cabello hasta que quedó totalmente liso, merodeó un buen rato pensando cuál sería la ropa más apropiada para el primer día de clases. Finalmente decidió que no deseaba demasiada atención así que se resolvió por unos jeans y una hermosa blusa rosada con una chaqueta blanca que combinaba con sus zapatos y bolso. Se veía muy hermosa a pesar de que estaba vestida de una forma muy sencilla.

-¡Ahome Higurashi! No puedo creerlo-

Al escuchar su nombre dirigió su vista hacia aquella familiar voz –¿Sango?- preguntó al ver una conocida pero sumamente cambiada amiga.

-¡Si!- respondió ella revelando una hermosa y sincera sonrisa abalanzándose sobre ella para abrazarla efusivamente. –No puedo creerlo, dime por favor que piensas estudiar música conmigo- pidió ella juntando sus manos como en un ruego.

Ahome soltó una carcajada contenta y asintió con la cabeza, ambas gritaron contentas y se abrazaron a pesar de las miradas desconcertadas de los presentes.

Sango había sido su mejor amiga en primaria, se querían mucho pero su padre era un militar de muy alto rango y nunca solía quedarse más de un año en un sitio. A pesar de eso su padre había hecho una enorme excepción quedándose tres largos años, sólo porque su hija se lo había suplicado para continuar estudiando en Tokio junto con sus mejores amigas entre las cuales Ahome era la más allegada.

Pero hacía más de 10 años que no la veía y estada totalmente cambiada, tenía su hermoso cabello castaño hasta la cintura tan liso y hermoso como lo recordaba pero era extraño verla así ya que siempre lo había usado corto, además su cuerpo era bastante exuberante sí que era afortunada pensó aunque era casi tan alta como ella y sus ojos seguían siendo los mismos. Muchas cosas continuaban iguales a pesar de haber tenido tanto tiempo separadas.

Todo el mundo corría a sus salones, el gran reloj que guindaba del más alto de los edificios ya mostraba las 7:30 las clases daban comienzo -¡Es la hora!- gritó emocionada Sango jalándola de un brazo… gritaron de nuevo cuando se dieron cuenta que les tocarían casi todas las clases juntas, sólo dos clases las verían con diferentes profesores.

-Buenos Días- dijo una hermosa mujer vestida de azul marino y blanco, llevaba el cabello recogido y unos coquetos anteojos que le daban un aire de intelectualidad y elegancia –Mi nombre es Kagura y soy su profesora de Lenguaje Musical I estaremos juntos 3 meses espero nos llevemos bien- sonrió al culminar su presentación, sin duda sería una buena materia, ella se veía demasiado agradable y además joven.

Ahome comenzó a sacar su PC personal para poder tomar apuntes y la conectó en la red del salón, inmediatamente comenzaron a descargarse guías sobre la materia y además de el orden en que se desarrollarían los temas de la materia –¡Ahome!- susurró su amiga y comenzó a jalarle la chaqueta de una de las mangas -¿Qué sucede?- respondió intrigada.

-¡Mira el monumento que va entrando!- señaló disimuladamente con sus labios hacia la puerta, Ahome se dio la vuelta y quedó petrificada al darse cuenta de quién se trataba… -¡No puedo creerlo!-

 

Re: La segunda vida de Inuyasha (Inu Kag)

Espero les guste dejen sus post...

 

Re: La segunda vida de Inuyasha (Inu Kag)

Hola!!! me alegra mucho que mis desaparecidas lectoras hicieran de nuevo acto de presencia jejeje bueno muchas gracias y a las que no desaparecieron también jajaja. Bueno este capítulo no pensaba publicarlo hoy pero como Sumomo se va de vacaciones lo hice lo más rápido q pude, espero puedas leerlo y que les guste a todas... espero sus opinioes bsos bye!





CAPITULO XV

Ahome se quedó boquiabierta observando al nuevo alumno que se había integrado a la clase, ella no daba crédito a lo que veían sus ojos -¿Qué hacía él allí? No tenía sentido ¿Acaso podía estar pasando algo tan ilógico?- El rostro de la chica fue tan expresivo que la profesora sonrió disimuladamente pensando que tal vez su indiscreta alumna se había quedado pasmada ante la imponencia del muchacho –Parece que se te hizo un poco tarde jovencito- agregó la mujer para llamar su atención -¿Podrías presentarte? ¿Cuál es tu nombre?- El chico al igual que Ahome tampoco le quitaba la mirada de encima. La profesora tosió llamando la atención de ambos, Inuyasha le devolvió la mirada –Mi nombre es Inuyasha Taisho-

-Taisho- repitió ella resoplando –Bueno, toma asiento detrás de Ahome, al parecer ya se conocen-

Ella se respingó al escuchar el comentario y escondió un poco el rostro entre su cabello para disimular su evidente y muy imprudente rubor, Sango sonrió divertida y le dijo en susurro –Que suerte tienes, parece que le gustas…- luego disimuló una carcajada tosiendo un poco.

Ahome la miró ceñudamente y su corazón comenzó a acelerarse cuando sintió que él se acercaba a tomar su nuevo puesto -¡Demonios!- susurró para sus adentros cuando notó que le temblaban las manos y luego estúpidamente dejó caer su cartera esparciéndose todas sus cosas, golpeó su frente maldiciendo su torpeza y antes de que pudiera agacharse a recogerlas Inuyasha ya se encontraba hincado entregándole el bolso con todas sus pertenecías dentro, estaba sorprendida mirándole con incredulidad, él leyendo su expresión curvó la comisura de sus labios dejando entrever sus blancos y perfectos dientes, ante tal estímulo ella quitó su mirada susurrando un apenas audible –¡Gracias!- y postró sus ojos en su portátil, no podía seguir mirándole, no deseaba que él notara lo nerviosa que podía ponerla. Él se levantó y tomó su puesto sin pronunciar alguna otra palabra.

Sango soltó un silbido divertida, a pesar de no haber visto a su amiga en tanto tiempo se daba cuenta que ella no había cambiado en nada, era fácil saber todo lo que pasaba por su mente pero aún así deseaba escucharlo de sus labios. La clase había dado comienzo pero ella se moría de ganas de que llegara el descanso para acribillarla a preguntas sobre su comportamiento Podía estar segura de que se conocían ¿Pero habría algo entre ellos? Se preguntó.

La clase fue muy breve, la profesora sólo explicó su forma de evaluación, los horarios y un poco de los temas que abordarían en esa semana. Además les pidió leer las guías que habían descargado de la red institucional. Ahome estaba preparada para salir de un salto, ya había recogido sus cosas, deseaba huir tanto de Inuyasha como de su amiga que no la dejaría tranquila hasta sacarle toda la información incluso la que ella no conocía.

La profesora finalmente salió y ella se puso de pie pero cuando iba a marcharse sintió que era detenida, la sostenían del brazo y con una fuerza tal que adivinó que no sería Sango –Necesito hablar contigo- tal y como lo temía el tono de aquella conocida voz la hizo estremecer.

-Creo que iré a conocer el resto de las instalaciones amiga, nos vemos en la clase de Complemento Musical- se despidió Sango guiñándole el ojo de forma cómplice. Las preguntas serían para luego aunque sonrió al pensar que serían mucho más interesantes ahora.

Ahome trató de detenerla pero ella ya cruzaba la puerta, se volvió hacia él y finalmente pudo hablarle -¿Qué estás haciendo aquí?-

Él soltó su brazo y pero aún así la mantenía inmóvil con su mirada –Al igual que tú he venido a sacar una carrera universitaria-

Ahome apretó sus labios molesta -¿Estás diciendo que es coincidencia que ambos estemos estudiando en la misma universidad y la misma profesión?-

-Creo que si- agregó encogiéndose de hombros despreocupadamente.

Ahome resopló frunciendo el seño –Yo creo que sigues con tu locura y sólo has venido a seguirme Inuyasha, no sé hasta dónde quieres llegar-

Ella tenía mucha razón, Inuyasha con ayuda de su hermano había averiguado casi toda su vida. Sabía que ella era amante de la música, que pertenecía a un coro en sus tiempos libres y su afición por el piano. Sabía que tomar esa carrera le permitiría estar a su lado más tiempo del que podía permitirse si no, pero ¿Acaso eso importaba? Él la amaba a ella y si ella amaba la música entonces él también aprendería a hacerlo.

-¡Inuyasha!- pronunció ella al notar su ensimismamiento – ¿Me das la razón entonces?-

-Ahome estás equivocada, la música es mi pasión- respondió, aunque realmente hubiera preferido contestar que era ella su pasión pero sabía que empeoraría las cosas.

Ahome lo miró inquieta ¿Estaría diciendo la verdad? No podía ser tan vanidosa de pensar que alguien sería capaz de tomarse tantas molestias sólo por permanecer a su lado. Así que prefirió confiar en su palabra.

Ella aceptó finalmente su versión y se disculpó nuevamente del accidente, él como era costumbre minimizó el hecho y alegó lo rápido que se había mejorado. La hora de la próxima clase llegó y fue casi el mismo proceso. Finalmente asistieron a la última materia pero Sango se despidió porque era una de las pocas que no compartían juntas. Inesperadamente y por sorpresa para Ahome, Inuyasha si compartía cada clase, era increíble su suerte pensó no muy satisfecha.

El profesor era un hombre un poco mayor, su nombre era Mioga Takani y su materia era Piano Complementario I. Ahome estaba totalmente feliz, adoraba el piano y consideró la clase como una de sus preferidas. Ella no era la mejor pero aún así tocaba muy hermoso.
La clase se basó sólo en un resumen de lo que sería el desarrollo de los objetivos pero ella estuvo muy atenta. Inuyasha por su parte tenía una expresión preocupada. Desde que había averiguado la nueva pasión de Ahome su hermano le había recomendado tomar clases particulares y comprar un piano. Izayoy estaba feliz, le emocionaba mucho que su hijo se interesara en la música y habían mandado a traer un hermoso y enorme piano de cola. Apenas y lo había tocado le parecía tan hermoso que temía romperle algo.

-Jóvenes necesito que formen parejas, los ejercicios y las investigaciones serán en parejas y las parejas que escojan hoy serán sus compañeros por los tres meses que dure la asignatura- Ahome sintió un espasmo cuando el profesor dio aquella orden, no deseaba estudiar con Inuyasha tres meses seguidos, sería demasiado dificil soportarlo obligadamente, o al menos eso creía por lo que bajó su mirada.

Inuyasha notó su comportamiento -¿Acaso le parecía él tan despreciable? ¿Por qué era para ella tan difícil aceptarlo?- pensaba afligido, permaneció inmóvil y callado, imitó su expresión esperando que ella le diera una razón para él ofrecerse, razón que tal vez no se presentaría nunca.

No pasó mucho tiempo para que tres chicas muy hermosas se le acercaran, las tres venían discutiendo, al final la más atractiva de las tres de ojos verdes y cabello largo y dorado tomó la iniciativa –Me llamo Linda y me encantaría que fueras mi pareja… es decir, de estudio- aclaró ella riendo pícaramente.
Una de las chicas que la seguía se abrió paso – ¡Linda! No puedes obligarlo, que sea él que escoja – También muy hermosa pero no era rubia como la anterior sino más bien un poco morena, lo impactante en ella eran unos hermosos ojos verde clarísimos que se escondían bajo unas espesas y rizadas pestañas-
La tercera permaneció callada sonriéndole, su piel era muy blanca como la porcelana y sus ojos eran tan azules como el cielo despejado, las pecas en su rostro le daban un aire de frescura e inocencia pero su cuerpo contradecía esa teoría.

-Yo…- titubeó algo confundido, no esperaba nada parecido y pensándolo bien parecía ser una difícil elección. Él prefería la compañía de Ahome pero ellas parecían ser sus únicas opciones, tal vez escogiendo a otra persona borraría su idea de que él era un asechador psicópata -¿Cómo dicen que se llaman?- preguntó pensando por quien decidirse.

-¡Linda!, ¡Alicia!, ¡Roxana!- respondió cada una en el orden que habían aparecido.

-Inuyasha ya tiene pareja chicas, será en otra oportunidad- Aquella femenina voz no se alejaba de parecer una advertencia. Y las muchachas la miraron sorprendidas.

-Parece que nos llegó competencia – agregó sarcásticamente la morena y Ahome crispada le propinó una mirada asesina.

Inuyasha se levantó y notó la tan conocida expresión enfurecida de Ahome, sabía que explotaría en cualquier momento así que trató de alivianar la tensión del ambiente –Lo siento chicas pero Ahome es mi amiga desde hace mucho tiempo y ya habíamos decidido formar grupos de estudio-

Ahome bufó al darse cuenta de lo que acababa de hacer ¿Por qué demonios se comportaba de esa manera? ¿Qué importaba que Inuyasha hiciera otras amigas? ¡Qué estúpida! ¡Qué estúpida! Se repetía mentalmente –Ohh discúlpenme muchachas yo sólo digo tonterías, no tengo problemas si Inuyasha escoge a alguna de ustedes es algo que no me incumbe sólo somos conocidos- finalmente dijo retractándose de su errado comportamiento.

Inuyasha la miró contrariado –Quisiera que hiciéramos grupo juntos, si no te importa Ahome…-

Ella no dijo nada pero se quedó mirándolo con una expresión indescifrable

-…bueno sé que eres muy hábil con el piano y yo soy un desastre, te estaré eternamente agradecido si me ayudaras un poco…- agregó él como excusa.

Ella sonrió amablemente y tomó de nuevo su asiento –De acuerdo…-

Las tres chicas protestaron susurrando frases que ella no llegó a entender pero volvieron a sus asientos y él las imitó satisfecho. Ella se había puesto celosa, así parecía ser, él estaba tan feliz que pudiera haber gritado, pero se contuvo, no deseaba que ella notara su reacción.

Ahome por su parte estaba desconcertada por su propio comportamiento, desconcertada y avergonzada, no sabía cuál de las dos sensaciones era más dominante. ¿Qué había sido esa reacción? ¿Por qué le había molestado tanto la idea de que él hiciera grupo con alguna de esas chicas? ¿Acaso sentía celos? ¿Celos por él? Definitivamente estaba enloqueciendo. ¡Sí! Tenía que ser eso.