La señora Uchiha

Re: La señora Uchiha

Capitulo 08: Gracias


Al principio ella trato de separarse para impedirle seguir tocando sus labios, pero todos sus intentos fueron en vano, todas las fuerzas de voluntad al tener aquellos labios sobre los suyos se desvanecieron, los brazos de Itachi se posaron en la cintura de la chica atrayéndola más hacia él. Y Sakura acomodo sus brazos alrededor de su cuello. Rápidamente el beso era correspondido, pero en medio de este, un rostro pasó por la cabeza de la chica. Haciéndola entrar en razón. Apartando así al chico.


-¡Suéltame! – Le dijo empujándolo, y dándole una cachetada. No sabía que iba a dársela hasta que noto a sus manos en la mejilla del moreno. El rostro de este se volteo levemente ante el golpe.


-Sigues siendo tan temperamental como siempre. – Dice tocándose la mejilla afectada. – Por hoy te lo paso… pero, la próxima vez que te atrevas a ponerme una mano encima. – Tomo la mano con la que había sido golpeado. – No dudare en devolvértelo. – Dicho esto le dio un pequeño beso a la muñeca de la Sakura.


-Y crees que va haber una próxima vez para nosotros… Itachi... Esta es la última vez que hablamos.


-¿En serio? – Le preguntó irónicamente. – No notas que quiero ayudarte, y mira como me tratas.


-¿Ayudarme? ¿Cómo?


-Pues veras, estuve pensando en todo esto, y llegue a una conclusión simple… como Sasuke cree que eres su esposa fingirás serlo por un poco más de tiempo… después te divorciaras y tu y yo podremos irnos de aquí.


-¿Qué te hace pensar que quiero seguir contigo?… tu arruinaste mi vida, me metiste en todo esto, ahora estoy casada con un hombre que no conozco.


-De eso hablamos después, ahora no quiero discutir, Sakura por favor trata de portarte bien y de no dar sospechas… mi madre es una mujer muy inteligente y puede darse cuenta de todo, al igual que los sirvientes, y sobre todo mi hermano, cuando hablo de él sabes a que me refiero.


-¿De qué hablas? – Una parte de ella sabía a que se estaba refiriendo. Si él le pedía eso sin lugar a dudas, eso la haría entrar en razón y darse cuenta de que él nunca la amo.


-¡Mi amor!- Con una de sus manos tomo el mentón de la chica para que esta le viera a los ojos. – Esta mañana cuando te vi con mi hermano no voy a negar que ardí de celos, pero sé que es necesario. Yo quería ser el primero en tu vida, pero si Sasuke quiere tenerte tendrás que ceder.


-¡¿Qué?! ¿Estás hablando en serio? ¿Estás siquiera escuchando lo que dices?


-¡Sí! ¡Mi amor! Tienes que entender que…


-¡Suéltame! – Le dijo volteando su rostro para quitar así la mano del chico de su mentón. – Con esto solo me dices que nunca me amaste… espero que cuando Sasuke se entere de esto la pagues muy caro. – Escupió rápidamente para salir despavorida de aquella habitación.
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La puerta de la estación de policías se abrió dándole paso a un hombre. Este traía cara de estar bastante fastidiado. En uno de sus dedos daban vueltas las llaves de su auto tal vez esto lo hacía en modo de entretenimiento. Al acercarse a su auto ve a una persona apoyada en él. Al verlo bien y conocer de quien se trataba suspiró.


-¡TEME! – Gritaron desde el auto, y este salió corriendo a su encuentro. – Pensé en entrar pero me entretuve por aquí.


-¿Qué haces aquí? te dije que iría a la oficina no era necesario que vinieras. – Apretó un botón en su llavero y el auto hizo un sonido. Al hacerlo abrió la puerta del conductor.


-Es que no podía esperarme. – El joven se metió en el auto dejando al rubio hablando solo. - ¡Oye! No me ignores. – Le dijo entrando también al carro.


-Se para que me esperas impacientemente. – Le dice volteando a verlo con los ojos llenos de furia.


-¿Ah sí? ¿De qué? Yo solo quería verte para decirte que mañana tendrás una reunión con los medios. Me llamo tu secretaria y me informo que tienes que hablarle a los medios extranjeros, por el asunto ese de los autos… Y Sasuke.


-Hmp


-Tienes que ir preparado, lo más probable es que te pregunten por el accidente o por, tu esposa… Por cierto… ¿Cuándo te casaste?


-Sabía que ibas a preguntármelo ¡Dobe! Pero Naruto… - Hizo una pausa para encender el vehículo. – El asunto es que yo no me he casado.
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Las horas pasaban muy lentamente, estar sin hacer nada en todo el día era cansado, en aquella habitación no había ni siquiera un televisor para entretenerse. Y tampoco se atrevía a salir al jardín o algún otro lugar de la casa ya que temía encontrarse con Itachi. Sabía que la señora Mikoto hacia horas había llegado de sus clases de yoga pero tampoco se atrevía a ir con ella, ya que esta podría preguntarle cosas sobre su hijo y esta no sabía absolutamente nada de Sasuke Uchiha.


Sakura voltea a ver el reloj que estaba en la mesa junto a la cama y observa que eran las 9 de la noche, Sasuke había salido al medio día ya tenía 9 horas fuera de casa. Lo más probable era que este no quisiera verla y eso era de esperarse.


-¡Te traje la cena! – Se sobresalto al escuchar a Tenten entrando a la habitación. Esta traía en sus manos una bandeja y caminaba con algo de dificultad. – Como no bajaste a cenar pensé que te estarías muriendo de hambre.


-¡Muchas gracias! – Mira la bandeja encontrándose con un plato con pollo a la plancha y papitas fritas. También había un vaso con jugo de naranja. – No era necesario que me trajeras esto.


-Es que no me dormiría tranquila sabiendo que no has comido desde el medio día… anda come algo. – Al decirle esto la pelirrosa comenzó a comer su cena. De verdad estaba muy sabrosa, o acaso seria porque de verdad tenía bastante hambre que la hayo deliciosa. - ¿Sakura-chan? – La interrumpió. Ella solo alzo su mirada para ver a la castaña, que observaba como sus manos jugueteaban con los bordes blancos de su vestido. – Desde que llegaste a esta casa te he visto triste. Se suponía que la noticia de que Sasuke-sama estuviera vivo te haría muy feliz pero en cambio no lo veo en ti.


-Si estoy feliz. – Mintió. – Es solo que, es increíble cómo te cambia la vida en unos instantes, hace dos días estaba durmiendo en un pequeño dormitorio en Yale y hoy estoy aquí. – Continuaría hablando si la puerta en ese instante no se hubiera abierto.
-¡Buenas noches! – Dijo levantándose rápidamente de la cama la chica de ojos café. – Yo ya… me retiraba… - Agarró la bandeja y salió disparada de la habitación.


-¡Hola! – Se atrevió a saludar la chica a su esposo que caminaba hasta uno de los muebles y se sentaba en él se notaba cansado por el modo en que reposo su cabeza en el espaldar. – Te estaba esperando. – Le informo haciendo que este se acomodara en su asiento y volteara levemente el rostro para verla.


-¿Para qué? – Respondió en el tono más agrio que podía usar.


-Para preguntarte ¿En dónde voy a dormir? Tu querrás dormir en tu cama y yo… lo mejor será que me des otra habitación, deben haber varias habitaciones sin ocupar, no importa si me asignas una que solo tenga sabanas y el piso para dormir, creo que me lo merecería dormir en el piso.


Sasuke se levanto y comenzó a caminar hasta el armario, en el camino iba desbotonando su camisa y cayó al piso antes de que este deslizara la puerta del closet.


-Para nada. – Le hablo de espaldas. – Dormirás aquí o mi hermano sospechara algo, y eso es lo quiero evitar.


-¡Esta bien! – Dicho esto comenzó a mover un poco las sabanas para adentrarse en la cama, el moreno en ese instante se volteo y la vio.


-¿Vas a dormir así? – Le pregunta ya que Sakura aun llevaba la ropa de esta mañana. Ella asiente.


-Sí… No traje pijamas, toda mi ropa está en la universidad. Tendré que ir a buscarla.


-¡Toma! – Desde el armario le lanzo una franela de color azul claro. – Te servirá para dormir esta noche. La camisa cayó sobre la cama, Sakura estiro su mano para tomarla. Y sin decir palabras camino hasta el baño para cambiarse.


Al entrar en el baño apoyo su espalda en la puerta con la camisa en sus manos, la cual llevo hasta su rostro y no pudo evitar aspirar aquel olor. Olía de una forma bastante peculiar, era un olor a ropa que lleva tiempo guardada con un leve aroma a colonia de hombre, a pesar de la extraña combinación Sakura no pudo evitar sonrojarse y abrazar más a su cuerpo aquella prenda.


Al cabo de un rato salió del baño, la camisa le quedaba un poco grande y la llegaba hasta un poco más arriba de las rodillas, cual fue su sorpresa al ver al moreno acostado en la cama, sin camisa solo un mono negro cubría su anatomía.


-Etto… creo que yo dormiré en el sofá ¿Verdad?


-Claro que no. – Con su mano derecha le dio una palmada a la cama. – Dormirás aquí, a mi lado.


- “Si Sasuke quiere tenerte tendrás que ceder” – Esas palabras resonaron fuertemente en su cabeza, una y otra vez mientras daba pasos a la cama, temerosa se acostó junto a él.


-¡Bien! – Dijo el chico volteando su cuerpo en dirección al de la chica. – Que duermas bien. – Dicho esto dio un aplauso y las luces de la alcoba se apagaron. Asombro ese era el sentimiento que predominaba ahora en su cuerpo. Como pudo pensar que el la obligaría hacer eso, esas cosas solo eran inventos de Itachi. Y él era una persona en la cual jamás debería volver a confiar.
La pelirrosa se arropo con la sabana después volteo su cuerpo dándole así la espalda a su esposo. Para inmediatamente decirle. - ¡Gracias… Sasuke-Kun!


Gracias por leer...!!!

 

Re: La señora Uchiha

Capitulo 09: Obligaciones


El timbre de un pequeño departamento resonó por todo el lugar, alguien tocaba insistentemente hasta que por fin el mayordomo algo molesto por la forma en que tocaban se acerco abrir la puerta. Dejando así entrar a una chica morena de cabellos negros y cortos, ojos cafés, y no muy agraciada.


-¿Dónde está? – Le preguntó de inmediato al hombre que le abrió la puerta.


-La señorita aun no despierta, aun es muy temprano. – Le reprocho mirando su reloj, eran exactamente las 6 de la mañana.
-Debo verla ahora mismo. – Y al decir esto salió corriendo en dirección a la habitación de la persona que buscaba.
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El sonido de la ducha la despierta de su profundo sueño, sus ojos verdes se abren pesadamente acostumbrándose a la claridad del lugar. Antes de quedarse dormida deseo fervientemente que todo lo que estaba pasando fuera un sueño, pero al despertar se encontró con la realidad. Sakura se sienta en la cama con sus piernas dobladas y reposa su rostro entre sus manos, de verdad había deseado mucho que todo hubiera sido una terrible pesadilla.


-¡Buenos días! – Escucha la ronca voz del joven que durmió a su lado. – No pensé que fueras de las que se despiertan temprano. – Dijo acercándose a su closet en busca de ropa, ella aun no decía nada por lo que continuo con su monologo. – Anoche te escuche sollozar… ¿No dormiste? – Se voltea a verla.


-No mucho… la verdad no sé si pueda con esto… Sasuke-kun quiero regresar a mi vida.


-Dudo mucho que por ahora puedas hacerlo, hoy me reuniré con los medios de comunicación y lo más probable es que me pregunten por ti así que seguirás siendo mi esposa un tiempo más.


-No te conozco. – Escuchó que le decía la pelirrosa. – ¿Como fingir ser tu esposa si no te conozco? Si alguien me pregunta por algo de ti no sabré responder.


-Eso es lo que te preocupa… - Le dijo mientras sacaba dos camisas de su closet, una blanca y otra azul claro, junto con dos corbatas para combinarlas. – Entonces esta noche iremos a cenar y nos conoceremos. Pasare por ti a las 7.30.


-¿A cenar? Y mientras tanto qué. – Se levantó furiosa de la cama. – Me quedare aquí viendo cómo pasa el día, sin hacer nada, no me denunciaste a la policía pero esto es igual a estar presa.


-No estás presa. – La corrigió cuando esta termino de expresarse. – Puedes salir a donde quieras, solo que no podrás hacerlo sola. – En ese momento la puerta se abrió y la joven de cabellos castaños entro con una bandeja llena de comida.


-Disculpen por no tocar pero tengo las manos ocupadas. – Se excusaba ante la mirada penetrante del Uchiha. – Mikoto-San quiso que les trajera el desayuno a la habitación.


-Déjalo allí. – Le indico Sasuke, Tenten se acerco a una de las mesas y coloco la bandeja, de soslayo miro a Sakura que tenía una expresión bastante triste y después comenzaba a retirarse cuando. - ¡Espera! – Le ordenó el joven.


-¿Pasa algo? – Ella se detuvo en la puerta y se volteo para mirar a los señores.


-Sí. – Le respondió el azabache. – Quiero que acompañes a mi esposa al centro comercial, y a partir de hoy solo te encargaras de servirle a ella. – Tenten solo asintió y miro con una sonrisa a Sakura quien también intento sonreír pero no lo logro. – Iras al centro comercial y te compraras ropa, veo que no trajiste mucha. – Hizo una seña con su rostro señalando la pequeña maleta que estaba junto a la cama.


-No es necesario que me compres nada, puedo ir por mi ropa a la universidad, no quiero nada que venga de ti.


-¡Como quieras! – Y allí termino la conversación. Sakura se dirigió al baño a lavarse los dientes y a cambiarse de ropa mientras Sasuke estaba concentrado en la búsqueda del traje que se pondría, no era que le importara mucho pero hoy tendría una rueda de presa. Tenía ambas camisas en sus manos cuando sintió que le quitaron una.


-Deberías ponerte la blanca. – Le indico la pelirrosa con la camisa en la mano. – Aunque esta algo arrugada, ¿Tienes alguna plancha aquí?


-¿Vas a plancharla tu misma? – Indagó algo impresionado.


-¡Sí! Estas son las clases de cosas que hace una esposa y tú insistes tanto en que sea una, entonces déjame actuar como tal. – Le sonrió. Por primera vez desde que estaba en aquella casa sonreía de verdad. – Voy a preguntarle a Tenten en donde puedo planchártela, mientras tanto desayuna.


La pelirrosa salió de la habitación con la camisa blanca en sus manos, se paseo por la sala, por el despacho, por la biblioteca, por la cocina en busca de la castaña hasta que por fin la divisó en el patio trasero de la casa en un pequeño invernadero regando algunas flores.


-¡Hola! – Dijo la pelirrosa al entrar, exaltando un poco a la chica.


-¡Me asustaste! – Le reprocho asiéndose la molesta. - ¿Qué haces por aquí?


-Te estaba buscando, sabes en donde puedo encontrar una plancha. – Decía elevando un poco la camisa.


-Dame yo me encargo de plancharla. – Estiró su mano para coger la camisa pero estas jamás se encontraron con la tela.


-No… le dije a Sasuke-kun que lo haría yo misma, creo que es mi obligación.


-¿Obligación? Eso solo aplica para las familias comunes cuando tienes sirvientes no haces nada.


-Quiero hacerlo… Me podrías decir en donde la puedo encontrar.


-¡Claro! En el cuarto de lavado. – Sakura la miro esperando más información. – Ven te llevare y así aprovecho para darte un tour por toda la mansión Uchiha.


-¿Podrías hacerme un mapa? es tan grande que podría perderme.


-No será ningún problema… - Y así ambas salieron del pequeño invernadero.
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Es increíble cómo te cambia la vida de un día para otro, antes era el soltero más codiciado en la alta sociedad y ahora era un hombre casado. Aunque todo había sucedido de forma muy turbia legalmente estaba casado, y si se llegaba a divorciar legalmente la mitad de su patrimonio pasaría a manos de su concubina. Esas eran todas las cosas que pasaban por la mente de Sasuke Uchiha mientras desayunaba tranquilamente en su habitación, hasta que el sonido de la puerta al abrirse lo saca de sus cavilaciones.


-¡Ya está listo! – Le informó la chica al entrar. – Mira quedo muy bien, ahora si estarás presentable para los medios.


-¿Viste a Itachi? – No sabía porque pero eso era lo que le importaba, saber si se había cruzado con el causante de este problema.


-No… Sasuke-kun estuve pensando y no quiero salir a cenar.


-Eso no está a discusión. – La interrumpió levantándose de su asiento.


-¡Espera! Deja que termine de hablar…- El esperó impacientemente que querría ahora. - Quiero prepararte la cena, ya hable con María la cocinera y me dijo que me sedería la cocina por una hora nada más, parece que es bastante territorial.


-Otro día. – Le dijo levantándose de su asiento y tomando un sorbo de jugo. – Es necesario que nos vean juntos.


-¡Claro! Entonces estaré lista a las 7.30. – Murmuró más para sí misma pero esto llego a los oídos del azabache.


-Eso espero no me gusta esperar. Ya tengo que irme, nos vemos. – Se acercó hasta ella y sin saberlo le dio un pequeño beso en la frente. Cosa que dejo inmóvil a la pelirrosa.


-Adiós. – Musitó cuando este ya había salido de la habitación.

 

Re: La señora Uchiha

Capitulo 10: ¿Te casaste?


Después de dos días en los que su vida había dado un giro de 360 grados todo volvía a la normalidad. El mercedes negro se estaciono frente al gran edificio perteneciente a la familia Uchiha y de ese se bajo el joven que hacía que este propiedad aun siguiera funcionando. Un hombre de baja estatura y con un uniforme rojo atrapo las llaves del auto cuando el azabache las lanzo. Este corrió rápidamente para llevarse el vehículo al estacionamiento.

Una vez dentro observo lo mismo que miraba todos los días. Cientos de personas caminando de un lado para otro, con carpetas en las manos e indiferentes del mundo. Al pasar junto a la recepcionista una hermosa rubia con exuberante delantera esta lo saludo pero el chico ni siquiera volteo a verla y se dirigió directamente al ascensor, el cual tuvo que atajar porque sus puertas ya estaban cerrándose y como ya había dicho, odiaba esperar.


-¡Buenos días! Sasuke. – Lo saludo la única persona que estaba dentro del ascensor. Aquel chico de cabellos negros, de tez pálida, ojos negros y sonrisa increíblemente falsa lo hastiaba.


-Hmp ¡Buenos días! – Se limito a responder. Este chico era el gerente de ventas del concesionario. Si no fuera por su increíble capacidad para hacer negocios ya desde hace mucho tiempo hubiera sido despedido.


-No sabes el alivio que sentimos todos cuando nos enteramos de que estabas vivo.


-Si… como digas. – Las puertas del ascensor se abrieron y el Uchiha salió con su celular en la mano, estaba escribiendo un mensaje de texto y no estuvo al pendiente de las palabras de su empleado. – Llama a mi abogado dile que venga a mi oficina ahora mismo. – Dijo entrando en la pequeña sala que ocupaba su secretaria, una mujer de aparentemente 38 años, robusta, cabellos rapados como hombre.


-De inmediato. – Y obtuvo la respuesta de la puerta de la oficina de su jefe al cerrarse.


Al entrar se sentó detrás de su escritorio, esto era una rutina. Dentro de 3 minutos aparecería Margaret con su café como todas las mañana, le diría todos los pendientes para el día, y saldría rápidamente como si tuviera miedo.


-Buff. – Bufó el chico, como era posible que alguien mayor como ella, le temiera a él, lo soportaba de las jóvenes secretarias pero de ella que lo vio crecer prácticamente era estúpido. La puerta se abrió lentamente y Margaret la secretaria entro con una taza en sus manos.


-Aquí esta su café. – Le anunciaba como todas las mañanas.- El abogado ya salió para acá… - Se sentó en una de las sillas frente al escritorio y empezó a hojear una libreta. – Hoy tiene que ir a la rueda de prensa que se realizara referente al mercado Japonés… después debe evaluar la producción de este mes también. – Esta se calló al ver el ademán que hacia su jefe.


-Deja eso allí yo lo leeré. - ¿Qué acababa de decir? Los ojos castaños de la señora se abrieron bastantes. – Quiero que vayas al centro comercial, y compres esto. – Dice enseñándole su celular. - ¿Podrás hacerlo?


-¡Claro! Iré enseguida Sasuke-Sama… perdone mi imprudencia. – Dijo antes de levantarse para retirarse. – Pero para que quiere usted un vestido de mujer.


-¡Es para mi esposa! – Respondió sin alzar su rostro para observar a Margaret lo más probable era que estuviera llena de asombro, al fin y al cabo ella era quien le organizaba todo, incluido las salidas con las mujeres, esto lo hacía para que no se le olvidaran. -¿Qué esperas? – Le preguntó al cabo de unos segundos, ya que la chica se había quedado estática en la silla, al parecer ella aun no lo sabía.
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El auto rojo se detuvo en el aparcamiento de la universidad. Miles de personas caminaban de un lado a otro, con cuadernos en las manos, con mochilas, algunos iban riendo, otros serios, es aquel lugar se encontraban millones de personalidades diferentes pero todas con un mismo objetivo “estudiar”. Las manos de Sakura se apoyaron en el vidrio oscuro del auto, sus ojos observaban atentamente a cada uno de los que pasaban esperando encontrarse con alguien conocido. La nostalgia empezó a apoderarse de ella, solo había estado fuera dos días pero estos parecían una eternidad.


-¿Qué esperas para bajar? – La voz de Tenten la saco de sus recuerdos, trayéndola de vuelta a esta absurda realidad.


-Nada… no espero nada. – Abrió la puerta para así salir, detrás de ella bajo la castaña.


-¡Wow! – Exclamó estando fuera del automóvil. – Es inmensa, no sabes cuánto me gustaría estudiar aquí.


-Vamos a mi dormitorio, tengo que buscar mis cosas. – La castaña la siguió en silencio por todo el lugar. Estaba maravillada con todo lo que le rodeaba incluido los chicos guapos que pasaban por su lado de vez en cuando.


-Definitivamente podría acostumbrarme a este lugar. – Susurró mirando a un chico que jugaba básquetbol a unos metros de ella.


Entraron al área de los dormitorios, algunas personas saludaban a la pelirrosa y la felicitaban por su reciente boda. Después de subir bastantes escaleras llegaron al dormitorio que estaban buscando.


-Pasa. – Dijo la pelirrosa abriendo toda la puerta. – Puedes sentarte donde quieras. – Acto seguido cerró la puerta, camino hasta la cama y se abalanzo sobre ella. – No sabes cuánto te extrañe. – Le decía a sus almohadas mientras las abrazaba.


-Me pregunto. – Tenten caminaba por la pequeña habitación inspeccionado todo a su paso. - ¿Cómo conociste a Sasuke? O sea ustedes son de mundos tan diferentes, me imagino que tu todo el tiempo te la pasabas aquí en la universidad y él por lo que he visto no sale de la oficina, entonces ¿Cómo se conocieron? – Sakura sentía como su rostro cambiaba de color. Esto era lo que había estado esperando las preguntas, era evidente que empezarían a preguntar, ahora era Tenten, luego seria Mikoto, y después ¿quién seguiría después? La chica abrió la boca para contestar pero el sonido de la puerta al abrirse la interrumpió. Y allí estaba ella, en el borde la puerta, su mejor amiga.


-¡Hinata-Chan! – Exclamó muy emocionada corriendo hasta ella, y abrazándola con todas sus fuerzas. – Me alegra verte. – Le dijo entre el abrazo.


-¿Sakura-Chan? Me tenias preocupada después de tu llamada me quede inquieta ¿Qué paso?


-¡Cállate! – Le susurró en el oído. – Debo hablar contigo pero no aquí no ahora, tú sígueme la corriente. – Concluyó de decirle para soltarla. – Tenten… ella es Hinata mi compañera de dormitorio y mi mejor amiga.


-Mucho gusto. – Saludo la chica de ojos chocolates acercándose y extendiéndole la mano. – Tenten Akame.


-Encantada… de conocerte, Hinata Hyuuga. - ¿Quién era esta chica? Esas eran una de las preguntas que surcaban la mente de la joven.


-Hyuuga como el doctor. – Exclamó la castaña sorprendida. – Viéndote bien se parecen un poco, conoces a Neji Hyuuga.


-¿Neji-Oniisan? – Dijo casi en un susurro. – Claro que lo conozco. – Bajo la vista y camino hasta su cama sentándose en ella.


-Lo conoces, entonces son familia porque tienen el mismo apellido ¿Verdad? – Esta chica era bastante curiosa.


-Sí es mi primo y… - Hizo una pausa. Sakura se acercó a ella y la tomo del hombro.


-Hinata ¿Qué pasa? ¿Por qué te pusiste así? Acaso hay algo mal con Neji tu primo.


-Neji es mi prometido. – Los ojos castaños de la chica se abrieron como platos ¿Cómo era posible aquello? Su pregunta solo había sido formulada para saber un poco más sobre aquel chico apuesto que visitaba constantemente la mansión Uchiha, entre sus planes no estaba encontrarse con esto.


-¿Tu qué? Pero Hinata es tu primo, como puedes estar comprometidos… es… es… repulsivo. – Chillaba la pelirrosa inclinándose en el suelo para poder ver el rostro de su amiga que ahora estaba gacho.


-Es una larga historia que Sakura-chan te podre contar después ahora, creo que tú tienes muchas cosas que contarme.


-Tienes razón…. Lo mejor será salir de aquí. No puedo contarte nada con ella aquí. – Le susurró, para levantarse y mirar a su acompañante o guardaespaldas como le decía en su fuero interno, aunque la misma Tenten no sabía que ocupaba ese puesto. – Tenten. – La llamó. – Bajaré con Hinata por un refresco y también aprovechare para extender mis días libres, puedes ir guardando mi ropa en aquellas maletas. – Señaló unas que estaban en un rincón. – Mi closet el de la derecha, mete toda mi ropa.


-¡Como digas! – El entusiasmo de la joven repentinamente había cedido. – Estaré aquí cuando regreses. – Le informó antes de que saliera.
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El sonido de la puerta lo hizo desesperarse un poco, no había dicho” entre” cuando Margaret entraba sin autorización.


-Ya estoy de regreso, me costó bastante encontrarlo en el color que me dijo. Pero aquí esta. – La caja sonó al chocar contra aquel escritorio. - ¿Quiere verlo?


-No. – Ordenó antes de que empezara abrir la tapa de la caja. – Solo envíalo a mi casa, con esta nota. – Le entrego un pequeño papel blanco doblado.


-Enseguida… Por cierto Sasuke-Sama. – Volteo a verlo, este la miraba fijamente. – Felicitaciones por su matrimonio.

 

Re: La señora Uchiha

Capitulo 11:El regalo.

La chica de cabellos azulados solo escuchaba atentamente todo lo que su mejor amiga le contaba dándole vueltas a su café negro súper cargado. Estaba totalmente muda ante aquellas revelaciones. ¿Cómo había pasado todo esto? En tan poco tiempo.


-Ya entiendo. – Soltó de repente dándole vueltas a su café. – Sasuke quiero decir Itachi siempre se me hizo raro… nunca confié en él.– Sakura la miró esperando que continuara ya que se había callado abruptamente. – Te dijo que estaba haciendo una pasantía aquí y nunca lo vimos por la facultad… también nunca quiso que los vieran en público. Cuando salían siempre era de noche y a lugares pocos conocidos… Por eso todos cuando dijiste que te casabas no te creían.


-Itachi no es nada de lo que yo creí… me engaño, jugo conmigo, y lo peor es que me enamore como una tonta.


-Y… – Volteo a todos lados cerciorándose de que nadie las estuviera escuchando. -¿Cómo es el verdadero Sasuke?


-¡Sasuke-kun! – Suspiró. Su mirada se perdió en las flores que adornaban la mesa del cafetín en el cual se encontraban. – El es… alguien… bastante extraño. – Termino de decir.


-¿Extraño? Me encanta esa definición… porque lo que quiere hacer es realmente extraño… y Sakura-chan ¿Vas a dejar los estudios?


-¡Claro que no! Antes muerta que dejar mis estudios, mañana mismo regreso a clases, claro si Sasuke-kun no tiene inconvenientes… - Su voz fue bajando de volumen cada vez que emitía una palabra. Cosa que no paso desapercibida por su amiga.


-Aun no has hablado con él ¿Verdad? – Ella negó con la cabeza, y dio un gran suspiro, pensar que ahora tenía que pedir permiso para poder continuar con sus estudios era estúpido, una estupidez que en parte era su culpa y de Itachi. –De lo único que hemos hablado es de su “Plan” – Hizo comillas con sus dedos al decir plan. – Pero de más nada… yo solo soy una herramienta en su juego. Pero Hinata-Chan ¿Cómo que estas comprometida? ¿Y con tu primo?… nunca me contaste eso.


-Es una larga historia. – Alzo su vista y observo a su amiga esperando por su historia y no tuvo más remedio que comenzar a contarle. – Mi padre como hijo mayor es el heredero de las empresa Hyuuga, ¿Sabes a que se dedica mi familia?


-Nunca me has dicho…


-Bueno mi familia tiene una empresa constructora mi padre es el presidente el posee el 75% de las acciones… es el heredero principal, pero mi papá solo tuvo hijas mujeres por lo que le está prohibido dejar la herencia a una de nosotras, su hermano el cual sólo tiene un 15 % de las acciones, tiene un hijo varón que por ley tiene que ser el heredero solo por su sexo… ellos hicieron ese arreglo al ver que mis padres solo tenían niñas. Desde que tengo cinco años sé con quién tengo que casarme eso es… Pero Neji-Onichan, no está interesado en el negocio familiar y se fue a estudiar medicina por eso es que estoy estudiando administración por si acaso pero… desde hace dos años no sabemos de él.


-¿Tienes dos años sin verlo? Y tú… ¿Lo quieres?


-Será mejor que regresemos o tu acompañante se molestará, Sakura-chan si no regresas a la universidad me harás mucha falta. – Las dos se levantaron no sin antes dejar el dinero que debían sobre la mesa y se abrazaron, como nunca lo habían hecho, tal vez en señal de despedida, tal vez se despedían inconscientemente.


-Tú ya me haces mucha falta Hinata-Chan. – Dijo la pelirrosa en medio del abrazo.
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La puerta de la oficina del joven Uchiha sonó, unos nudillos la golpeaban con algo de pereza desde el otro lado.


-¡Adelante! – Ordenó el chico desde dentro. Este estaba de pie junto a su ventana, observando desde las alturas a las personas y a los coches que andaban por las transitadas calles. En su mano reposaba un vaso, con un líquido de color marrón, algo demasiado fuerte para esta hora de la mañana.


-¡Uchiha! Ves la hora a la que me llamas. – Se quejó el chico que entraba, este era delgado de piel blanca, cabello marrón amarrado en una cola, sus ojos son negros, vestían un traje casual. Una camisa blanca y un pantalón azul, algo desgastado. No lucia para nada como un abogado.


-Yo te llamo a la hora que se me antoje, para eso te voy a pagar. – Dijo dándose vuelta para ver a su abogado. – ¿Shikamaru? – Hasta a él lo sorprendía verlo así.


-Es tu culpa que ande en estas fachas, estaba dormido cuando tu obsesiva secretaria me llamó, tuve que vestirme con lo primero que encontré. – De su boca se escapó un bostezo. – Y ¿Para qué me llamas? – Camino por la gran oficina hasta el bar, para servirse un trago.


-Necesito asesoría. – Comenzó a explicarse el joven pelinegro.


-¿Sobre? – Le preguntó dándole un sorbo a su trago.


-Matrimonios falsos.
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Por otra parte el auto rojo se estaciono en frente la mansión Uchiha, fuera de esta Mikoto los esperaba con una sonrisa en su rostro.


-¡Sakura-Chan! – Le gritó al verla bajar del auto. – Te tengo una sorpresa. – Le dijo al estar frente a ella. – Lleven esas maletas a la habitación. – Terminó de decirles al chofer y a Tenten, llevándose a rastras a la pelirrosa. La llevó agarrada de un brazo hasta la sala.
-¿Qué es lo que pasa señora? – Por fin se atrevió a preguntar la chica.


-¡Esto! – Dice señalándole una enorme caja que reposaba sobre uno de los muebles. – Sasuke te la enviado, y créeme que he estado a punto de abrirla para ver que es pero tengo que contenerme.


-¿Sasuke-Kun me envió un regalo? – Ella se dirigió hasta el mueble sentándose al lado de la enorme caja de color blanco, sus manos lentamente se posaron arriba de la tapa, estaba nerviosa, no quería abrirla, ¿Qué se podría encontrar allí? Escuchó el ritmo impaciente del pie de Mikoto al golpear constantemente el piso, así que no tuvo más remedio que abrirlo. -¿Esto es? – Saco la tela de la caja y se levanto para verlo mejor. Encontrándose así con un hermoso vestido de color verde.


-¡Es precioso! – Exclamó la señora acercándose a su nuera. – Mira esto, debió caerse cuando agarraste el vestido. -Se agacho y tomó una pequeña tarjeta. La pelirrosa la tomo y comenzó a leerla mentalmente.


“Sé que me dijiste que no querías nada de mi dinero, pero me gustaría que aceptases ese vestido, quiero que te lo pongas esta noche para la cena… creo que se te verá muy bien, combina con tus ojos” Sasuke Uchiha.


-¿Qué dice?


-No… no es nada, permiso, tengo que subir a organizar mis cosas, permiso señora.


-¡Espera! Llévate tu vestido, no querrás que Sasuke llegue y lo encuentre aquí. – Ella abrió sus ojos como platos, acaso se molestaría, mejor no comprobarlo, volvió a meter el vestido en la caja y salió corriendo con él hacia las escaleras. Camino rápidamente por los pasillos ansiando llegar a su habitación, lo que menos quería era encontrarse con Itachi. Pero sus intentos fueron en vano. Cuando abrió la puerta de la alcoba se encontró con este dentro de ella. Apoyado en una de las paredes y con sus brazos descansando a la altura de su pecho.


-Escuche que mi hermanito te había enviado un regalo, ¿Es ese? – Hizo un gesto con sus labios señalando la caja. Ella no respondió, solo se limito a dar pequeños pasos hacia atrás. Saliéndose así de la habitación. - ¡Espera! – La llamó. – No tienes porque irte… solo quería preguntarte algo.


-Déjame en paz. – Le dijo al tenerlo ya frente a ella. – Si alguien nos ve podrían decirle a Sasuke-Kun.


-¿Sasuke-Kun? Veo que ya le tienes confianza para decirle así… ¡Te extraño! – Le dijo en el oído. – No sabes cómo pase la noche imaginándote en los brazos de él… deseando ser yo el que duerme a tu lado. – Al terminar de decir eso se escucharon unos pasos rápidos al otro lado. - ¡Maldición!


-¿Qué? ¿Quién estaba allí? ¿Alguien nos vio verdad? ¿Alguien escucho lo que dijiste? – Los ojos negros del chico la miraron, y en ellos solo se percibía irá, no dijo más nada y se fue en dirección al lugar en donde su habían escuchado los pasos, dejando sola así a Sakura. Esta suspiro de alivio al estar sola. Ahora en lo único que podía pensar era en ¿Quién los había visto? Debía hablarlo con Sasuke en seguida. Pero… y si le molestaba.


Las horas pasaban lentamente y más cuando se está sola y sin hacer nada. Desde que llego de la universidad no había hecho otra cosa que estar acostada viendo el techo, después de un rato decidió empezar a arreglarse para la cena y allí estaba frente al espejo dándose los últimos toques. Su cabello estaba recogido, solo pequeños mechones caían en su rostro. El vestido con forma de V le hacía resaltar sus pechos, estaba realmente hermosa, a pesar de que no se había aplicado mucho maquillaje. Miró el reloj y eran las 7:15 PM ya su esposo estaría por llegar. Suspiró. Volvió a mirarse y se dio cuenta de que el vestido era muy bonito, un muy bonito detalle de Sasuke.


-¡Buenas noches! – Escuchó a su derecha, giro su rostro encontrándose con él. La persona a la que estaba esperando. – Veo que ya estas lista.


-Sí… desde hace mucho, te estaba esperando. – Cuando termino de hablar, vio como la miraba el Uchiha. - ¿Pasa algo? – Dijo viéndose.


El negó con la cabeza para encaminarse al baño. Media hora después salió de este, ya vestido, ¿De donde había sacado la ropa? Sakura no lo había visto meter nada, bueno a lo mejor en la mañana lo había hecho antes de irse, esa era la única explicación lógica. Estaba vestido muy formal, una camisa de mangas largas de color crema, con una corbata negra, un pantalón negro y un sobre-todo negro. Su cabello estaba como siempre a medio peinar, pero igualmente sexi. Las mejillas de la pelirrosa se pintaron de un leve color carmesí.


-Ya estoy listo… - Dijo acomodándose los bordes de su chaleco. – Es hora de irnos… ¡Sakura! – La llamó haciéndole gestos con sus manos ya que está no parecía estar en este mundo. - ¡Sakura! – Le toco uno de sus hombros trayéndola así a la realidad.


-¿Ah? ¿Qué pasa? – Inquirió rápidamente bajando se rostro ahora totalmente rojo.


-Ya es hora de irnos… ¡Vamos! – Su brazo se enlazó con el de ella. Pasa así salir juntos de la habitación. Al llegar al pie de las escaleras el azabache se detuvo. – Espera un momento. – Le susurró. Tomo su mano derecha y le dio una vuelta… - ¡Estas realmente hermosa! – Esas palabras la tomaron por sorpresa.


-Gra… Gracias Sasuke-Kun… tu también estas muy…. – No Terminó de decir lo que tenía pensado ya que las manos del chico tomaron su rostro, atrayéndolo al suyo, y así sus labios se juntaron por segunda vez… esta vez no solo fue un roce de labios, este fue más demandante, al tener los labios de la chica sobre los suyos poso una de sus manos en su cintura para atraerla más a él… sus labios se movían lentamente unos sobre los otros por un breve lapso de tiempo. – Sasuke-Kun… - Habló entre el beso… - Esto… no está…bien…


-No hables… - Le susurró y sus ojos miraron por encima de su cabeza. Sakura volteo para mirar que atraía la atención del pelinegro, encontrándose así con Itachi parado en la planta alta… mirándolos. – Ahora si vámonos. – Volvió a enlazar su brazo al de ella para así dirigirse a la puerta.

 

Re: La señora Uchiha

Capitulo 12: ¿Celos?


El camino al restaurante se hizo prácticamente eterno. En todo el trayecto ninguno dijo nada. Sasuke se limitaba a manejar con su vista en la carretera, y Sakura observaba el oscuro paisaje por su ventanilla mientras miles de cosas pasaban por su cabeza. Al llegar los dos se dirigieron a la recepción donde los atendió un hombre el cual se dirigía a ellos en francés por lo cual la joven no entendió una sola palabra, por su parte el chico contesto con notorio enfado a sus preguntas mientras caminaban a su mesa.


Sasuke separo la silla un poco de la mesa para que su esposa se sentase, luego el hizo lo mismo sentándose a su izquierda, el hombre les trajo las cartas y se retiro diciendo algo que Sakura no comprendió.


-Dijo que viene en 5 minutos a tomarnos la orden. – Le habló por primera vez el joven, su mirada recorría la inmensa lista de comida. – Así que decide rápido.


-Tal vez si entendiera algo de lo que dice. – Masculló la chica, algo avergonzada. – No podíamos ir a un lugar en donde hablen nuestro idioma. – Una pequeña sonrisa se dibujo en el rostro del chico quien seguía leyendo la carta. ¿Acaso se estaba riendo de ella? Un mesero diferente al que los había atendido antes se les acerco y les pregunto si ya se había decidido.


-Sí… - Le informó el moreno, tomando las dos cartas y entregándoselas. – A mi me trae un “Carbonade Flamenca”


-¿Y para la señora? – El mesero se dirigió ahora a ella, esperando que hablase para anotar.


-Bueno… a mí… me traes una ensalada nizarda. – Terminó de decir entre balbuceos.


-Y trae el mejor vino que tengas. – Concluyó de decir el Uchiha antes de que el mesero se retirara. – Hay miles de platos entre los que puedes escoger y eliges una ensalada.


-Es que bueno… como te habrás dado cuenta, no hablo francés y lo único que entendí en toda esa lista fue “Ensalada” y si ordenaba algo y terminaba siendo algo con un sabor horrible…


-Lo que dije en la casa, era cierto… - La interrumpió antes de que continuara hablando. – Admito que lo del beso lo hice en parte porque sabía que Itachi estaba viéndonos pero lo que te dije es cierto, ¡Estas hermosa!


-¡Gracias! – Un sonrojo se apodero nuevamente de sus mejillas. – El vestido es el que es hermoso, gracias por regalármelo.


-Eso es poco para todo lo que tendrás mientras lleves el titulo de mi esposa.


-¡No! Te dije que no quiero nada de tu dinero, y eso incluye regalos, Sasuke-Kun cambio todos los regalos del mundo por una sola cosa. – Ella busco sus manos para sostenerlas entre las suyas.


-Si hablas del divorcio aun no puedo dártelo. – Ella negó con su cabeza, antes de continuar.


-No es eso… se que entre tus planes aun no está ese tema… pero Sasuke-Kun hoy fui a la universidad… quiero volver…. Solo me faltan 3 semestres para terminar mi carrera, soy becada, si falto mucho me quitaran la beca y… cuando todo esto termine quiero que aunque sea algo de mi vida siga allí… mis estudios. – El suspiró aquello que le pedía era algo simple, separo sus manos de las de ella para frotarse las cien. Parecía que de verdad lo estaba pensando.


-¡Esta bien! A partir de mañana puedes regresar a la universidad, es increíble todo esto. – Esto último lo dijo en voz baja, que solo él pudo escucharlo, en el rostro de Sakura había una gran sonrisa, que sin darse cuenta contagiaba al menor de los Uchiha.


La cena paso sin menores contratiempos, después de aquella pequeña plática los dos se perdieron en sus pensamientos, Sasuke inconscientemente miraba de reojo a la chica cada vez que podía y Sakura intentaba comer aquello que había ordenado.


-Aquí tienen la cuenta. – Les dijo el mesero al acercárseles otra vez con una pequeña libreta de color marrón en sus manos.


-Hmp – EL chico tomo la libreta y observo lo que contenía. Después deposito en ella algunos billetes. – Quédate con el cambio. – Le dijo al chico devolviéndole la libreta. – Es hora de irnos. – Ambos se levantaron y comenzaron a retirarse. Cuando estaban llegando a la puerta varios reflejos en el vidrio lo pusieron en alerta. – Sakura dame tu mano. – Y sin esperar respuesta se la tomo, al salir, se encontraron con unas veinte personas con cámaras esperándolos. Al verlos detenerse en la puerta la confusión comenzó y miles de flashes comenzaron a dispararse simultáneamente. Ambos tuvieron que adentrarse nuevamente al restaurante.


-¿Qué es esto Sasuke-Kun? – Preguntaba muy agitada.


-Ellos solo quieren tener una foto tuya para sus exclusivas…


-¿Cómo pasaremos por allí? Tienen toda la entrada colapsada. Si intentamos pasar entre ellos.


-Disculpen… - Escucharon a sus espaldas, era el mesero que los había atendido toda la noche. – Por atrás hay una salida, diré para que lleven su auto hasta ese lugar.


-Se lo agradecería. – Contesto seriamente el joven. – Sakura… ¿Ya quieres regresar a casa? - “A casa” no sabía porque pero esas palabras se escuchaban tan bien saliendo de sus labios. Ella no respondió, no entendía bien el significado de esa pregunta. -Lo pregunto porque tengo que ir a un sitio, claro si tu quieres.


-¡Si quiero! – Esa respuesta salió involuntariamente, no la pensó salió sola, pero era lo que de verdad deseaba, ¿A dónde querría llevarla?


Salieron por la puerta trasera del restaurant y allí estaba el auto esperándolos. Una vez dentro comenzó a conducir a algún lugar de la ciudad. Nuevamente el silencio se hizo presente pero esta vez la pelirrosa estaba decidida a romperlo, si iban a estar casados por un tiempo tenían que conocerse por lo menos un poco.


-Etto… - Comenzó a balbucear. – Sasuke-Kun ¿Cómo te fue en la entrevista con los medios?


-Bien supongo… - No dijo más su mirada seguía en la carretera…


-Así es difícil. – Comentó la chica sentándose en dirección al chico para poder verlo. – Intento conocerte pero no te dejas… así es difícil… ayer Itachi me dijo.


-¿Has hablado con Itachi? – Espetó con notorio enfado en su tono de voz. – Esta vez que te dijo.


-Bueno, es que, me dijo que, tú… que si tú querías tenerme tendría que ceder. – Esto último lo dijo casi en un susurro pero llego a los oídos del chico. – Y yo anoche pensé que tú a lo mejor.


-¿Le creíste? Es increíble que aun creas en lo que te dice, eres muy ingenua Sakura.


-Hoy, cuando llegue de la universidad. – Se calló abruptamente, quizás si le decía aquello se enojaría y eso era lo que menos quería en estos momentos así que decidió no decirle que creía que alguien los haba visto.


-¿Hoy qué? – Le preguntó al notar que no seguiría relatando su historia. - ¿Paso algo?


-No, es que hoy cuando llegue me sorprendí al encontrarme con tu regalo, fue un hermoso detalle solo eso… ¿A dónde vamos?


-Tengo que buscar unos papeles en la oficina, los necesito urgentemente.


Al llegar al edificio en el cual funcionaba su empresa, abrió con sus llaves la puerta principal, el vigilante no estaba, eso no era normal, mañana a primera hora tendría que dar muchas explicaciones. Se dirigieron al ascensor y se dispusieron a subir.


-Va ser rápido, busco los papeles y nos vamos. – Le dijo una vez dentro del ascensor. – Debes estar cansada.


-No para nada, este edificio es enorme. – Las manos de Sasuke se dirigieron a unos de los botones de emergencia y detuvo la marcha de este. - ¿Qué haces?


-¡Shhuu! Tranquila, no pasa nada. – Se acercó a ella arrinconándola contra una de las paredes. – No sabes la envidia que le tengo a mi hermano en estos momentos. – Le susurró en uno de sus oídos.


-¿De… qué hablas? – Decía entrecortadamente, tenerlo tan cerca la estaba volviendo loca.


-De que Itachi te conoció primero, y que se que lo amas a él… - Sus rostros estaban frente a frente, sus ojos se encontraron con los del otro, en ellos había diferentes sentimientos encontrados.


-Te equivocas, yo no lo amo, creo que jamás lo he amado. – Estas fueron las palabras que necesitaba escuchar, los labios del joven se apoderaron rápidamente de los de ella. Sus manos se ciñeron a su cintura y aferraba más sus cuerpos. El botón de emergencia comenzó a sonar indicando que los pocos minutos que el ascensor estuvo detenido se acababa y nuevamente comenzó la marcha.

Ellos seguía besándose, besos llenos de pasión. De repente la puerta del ascensor comenzó abrirse lentamente. Cosa que parecía no importarles o sencillamente no se habían dado cuenta.


-¡Hola Sasuke-Kun! – Escucharon una voz que provenía desde el otro lado de las puertas. – Te estaba esperando. – Había cierta ira en estas palabras.


-¿Qué haces aquí Ino? – Preguntó molesto, y separándose de la chica. – No tardó. – Le susurró para salir. Sakura lo siguió y al salir se encontró con una habitación llena de velas, y con olor a perfume de rosas, en el piso había una manta llena de cojines y una botella de champan.


Sasuke observo toda la decoración pero no le tomo importancia, se encamino a su oficina dejando a las dos chicas solas. Aquella chica era muy hermosa, su cabello rubio era largo, sus ojos de color azul, su cuerpo escultural que se amoldaba perfectamente a su vestido morado… ella era realmente hermosa, tenía aspecto de actriz de cine. Pero ¿Quién era? Y ¿Qué hacía allí?


-No me molestare con Sasuke-Kun por pillarlo contigo, se ve que solo eres otra de una noche nada más. – Decidió hablar la rubia. – Es mi culpa por dejarlo tantos días solo… y también por no llamarlo y decir que estaba aquí.


-¿Para qué es todo esto? – Le preguntó la pelirrosa mirando todos los arreglos a su alrededor. – Esperabas a alguien… - Sabía la respuesta a esto pero quería escucharla de su propia boca.


-¡Por supuesto! Esperaba a Sasuke… sabia que tendría que buscar esos papeles que se le olvidaron esta tarde, su secretaria es muy chismosa… así que decidí recibirlo y sorprenderlo, teníamos muchos días sin vernos pero, parece que la sorprendida fui yo.


-No te preocupes… yo ya… mejor los dejo solos para que disfruten su velada… Permiso. – Terminó de decir para volver a introducirse en el ascensor. Las puertas de este estaban cerrándose cuando el azabache salía de su oficina.


-Hmp… ¿Dónde estás Sakura?


-Se fue… Así es como me recibes amor… debería estar molesta por verte con otra mujer además no es más bonita que yo… así que por esa razón no me molestare contigo. – Se acercó hasta él, y comenzó a acariciarle sus mejillas. – Tengo horas esperándote.


-Recoge todo esto antes de irte. – Se soltó del agarre de la rubia para caminar hasta el ascensor.


-¡Espera! ¡Sasuke-Kun! Vas a dejarme aquí sola… ¿Te vas detrás de esa mujer?


-Esa mujer es mi esposa Ino. – Sentencio dándole la espalda para marcar los botones que llamaba de regreso al ascensor. Tenía que alcanzar a la pelirrosa.


-¡¿Qué?! – Esas eran las palabras que no quería escuchar, su mejor amiga había ido a decirle una mañana de esta noticia pero no la había creído o mejor dicho no quería creerla. Pero la acababa de escuchar de su propia boca, entonces era cierto. La imagen de Sasuke desapareció al cerrarse las puertas del ascensor, dejando a una rubia muy molesta.