La sacerdotisa del infierno azul

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por inariamy, 18 Febrero 2012.

  1.  
    inariamy

    inariamy Usuario común

    Sagitario
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    Escritora
    Título:
    La sacerdotisa del infierno azul
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    12220
    Hola, he aquí una nueva historia, espero que sea de su agrado, espero sus comentarios.

    La sacerdotisa del infierno azul
    Capitulo uno: ojos azules.

    El miedo la embargaba por completo, su cuerpo no reaccionaba, por más que pidiera a su cuerpo moverse, este no reaccionaba, era su fin, definitivamente esa noche de luna llena moriría, y moriría de una forma tan dolorosa.

    No podrás escapar de nosotros humana.

    Los demonios se acercaban a ella, no corrieron, ya que sabían muy bien que la humana no podía correr, estaba acorralada, o se tiraba del acantilado o dejaría que ellos la mataran, definitivamente las dos ideas eran buenas, claro para los demonios, pero para ella no.

    Debiste pensarlo antes de escaparte de tu aldea.

    Estaban ya a unos cuantos centímetros de ella, la chica parecía estar en shock, ya que sus bellos ojos azules estaban tan abiertos, en sus ojos se veía el miedo, la desesperación.

    ¡Hey ustedes!

    Los demonios miraron hacia la persona que recién llegaba, era un joven de mirada ambarina, el cual llevaba una espada atada a su cintura, llevaba puesto un kimono negro y su cabello platinado estaba atado en una coleta.

    ¿Qué quieres demonio?
    Solo quería saber por qué están en mis territorios.
    ¿Tu territorio?
    Así es, mi padre el gran Inu Taisho es dueño de todo el oeste y yo siendo su hijo, el gran Sesshomaru soy poseedor de el también.

    Al escuchar el nombre, los 5 demonios retrocedieron, no solo era por el nombre antes mencionado, sino porque la mirada de aquel joven era muy fría y también calculadora. Un sentimiento de miedo los invadió, por lo que rápidamente se fueron, el joven miro a la humana, una chica con el kimono sucio, tenía el cabello hasta sus hombros y era de un color azabache, sus mejillas estaban cubiertas por lodo y no llevaba puesto zapatos, sólo era una niña humana perdida, una patética humana perdida.

    Los humanos no deberían de estar aquí— Dijo sin mirarla.

    Ella retrocedió, grave error, ya que sentía como caía, cerró los ojos esperando su muerte.
    ********************
    ¿Ya la han encontrado?

    La voz de una mujer hizo que los demás aldeanos la miraran, ella estaba envuelta en un fino kimono, su piel de porcelana brillaba por la luz de la luna llena, hacía más de unas horas que habían buscado pero el bosque, pero no había rastro de su querida hija.

    No la hemos encontrado, Lady Sonomi.

    Ella miro al hombre que recién hablaba, le sonrió, sabía que habían estado esforzándose mucho.

    Ella estará bien ya lo vera.
    Es que apenas tiene 10 años.
    Ella es fuerte, vera que está bien.
    Le creo, pero quiero tenerla entre mis brazos, además no me perdonaría el hecho de que le pasara algo.
    La encontraremos, ya vera.
    Eso esperoDijo la mujer mirando hacia la luna.

    Sabía que era un mal presagio esa luna, y más cuando alguien se extravía.
    ***********************
    No sintió dolor, según le había contado los aldeanos, la muerte era algo doloroso, entonces sí lo era, ¿por qué ella no sentía dolor?, abrió los ojos lentamente, tal vez estaba en el cielo, tal vez Dios hizo que no sufriera mucho; Pero se llevó una gran sorpresa al ver a aquel demonio de mirada dorada, él tenía la mirada al frente, sabía que estaba siendo cargada por el joven, tal vez tenía unos 15 años, sólo tal vez.

    Si ya te despertaste, supongo que puedes caminar— Dijo mirando aun al frente.

    Su voz sonó como una orden, ella se bajó rápidamente y se alejó del demonio, poniéndose de espaldas a el.

    Lo siento mucho— dijo la niña un poco asustada.
    Ahora vete de mis tierras.
    Si, muchas gracias, rezare por ti.
    ¿Rezar? , ¿por qué los humanos creen en que alguien divino los salvara? o peor aún, que con solo rezar sus seres queridos serán bendecidos.
    Mi madre es la sacerdotisa de nuestro pueblo y me ha enseñado que es bueno rezar, creer en Dios.
    ¿Creer? Pero que ingenua eres niña.
    A pesar de solo tener 10 años puedo comprender bien, sé que Dios existe.
    Valla defiendes a tu Dios, pero cuando esos demonios te estaban acorralando ni podías hablar, quiero creer que soportas todo menos que ofendan a tu dios.
    ¿Tú no crees en algo?

    El demonio poso su mirada en la niña, y quedo impresionado con lo que vio, sus ojos brillaban, como si tuviera una luz en ellos, pensó que era el efecto de la luna sobre ellos, pero alzo la mirada, la luna estaba atrás de ella, siguió mirando, eran de un azul increíblemente bello, incomparable, incluso algo extraño para una humana.

    ¿De qué sirve creer? —Dijo mirándola fijamente.
    Sirve de mucho, sea lo que sea pero hay que creer en algo—Dijo la niña con determinación.
    Creo en lo que veo, y veo hambre, pestilencias, guerras, enfermedades, muertes, ¿crees que hay tiempo de creer en que un Dios nos salvara?
    Sí, creo fiel mente en eso.
    Pues deberás que eres ingenua.

    El demonio pudo oír voces de humanos, se estaban acercando, sólo por esta vez dejaría que se vallan sanos, pero la próxima que viera a un humano entrar en su territorio, los mataría sin piedad, así como ellos mataron a su gente.

    Te dejare vivir por esta vez humana, pero la próxima no correrás con tanta suerte— Dijo dándola la espalda nuevamente.
    Ves yo creí en que Dios me salvaría, y lo hizo.

    El demonio fue envuelto en una luz, la chica tuvo que taparse los ojos, ya que era muy luminoso, y cuando se dio cuenta la luz desapareció y junto con ella el demonio, miro a su alrededor, estaba a salvo, no pudo creer que estaba viva, tenía frio, hambre y estaba cansada pero viva, y eso era lo que bastaba.

    ¡Kagome!

    La chica miro hacia la voz que la llamaba, su rostro se llenó de lágrimas, era su madre, su dulce madre, corrió hacia ella y se abrazaron, pero el abrazo entre ellas no duro mucho ya que sin saber cómo, la pequeña se entregó a los brazos de Morfeo.

    Ella esta
    No se altere Lady Sonomi, ella solo está durmiendo.
    Me has asustado Kagome, y muchoDijo mientas apretaba el cuerpo de su hija a su pecho.
    Desde hoy tendremos cuidado con ellaDijo un hombre.
    Lo siento mucho, no volverá a sucederDijo otra mujer.
    No se preocupen, es sólo que mi hija es demasiado inquieta.
    —Lo es, pero después de todo ella es nuestra salvadora, ella es la reencarnación del dios Amida.

    Los aldeanos caminaban alrededor de Sonomi, la cual cargaba a su pequeña que dormía profundamente. Nadie se dio cuenta de que había una persona parada en lo alto de un árbol, la cual había escuchado y visto todo.

    Así que ella es la reencarnación del dios Amida.
    ********************************
    La luz entraba por aquellas grandes ventanas, las cortinas corridas en color azul cielo bailaban con el viento que entraba en el interior de la habitación, el joven envuelto entre aquellas sabanas despertó y se llevó las manos a los ojos.

    Como odio que hagan eso — dijo con voz ronca.

    Se levantó de la cama cerro las cortinas, el cuarto quedo oscuro por un momento, porque antes de que volviera a la cama la puerta se estaba abriendo, dando paso a la luz.

    Qué bueno que despierta, su padre lo busca, joven Sesshomaru.

    Miro al joven demonio, temeroso de el, como todos sus sirvientes. Salió de su cuarto y se dirigió al de su padre, al entrar vio como este se quitaba su armadura.

    — Volviste antes de tiempo padre.
    — Así es, no pude quedarme más tiempo, quería contarte lo que ha pasado, además hoy vendrá el terrateniente del norte, así que quiero que estés presente, por que ahí contare lo que ha dicho el palacio imperial.
    Ahí estaré padre.
    Bien ahora déjame descansar Sesshomaru, nos vemos más tarde.

    El joven salió de la habitación de su padre y se dirigió a la suya, pero antes de llegar pudo ver un gran cuadro en la pared.

    Amida.

    Una de las jóvenes sirvientas, envueltas en un bello kimono verde le hizo una reverencia.

    Su padre lo ha traído, fue un obsequio del terrateniente del Sur.
    ¿Por qué motivo?
    Pues no sabría decirle señor, pero estando esa pintura aquí, es una señal de buena fortuna.
    ¿Por qué?
    Por que el dios Amida es muy grande, su poder no tiene fin, además mi madre me ha dicho que ha aparecido la reencarnación del dios Amida, es una joven, y dicen que muy bella, pero no me crea mucho por que no la he visto, además es una humana.
    ¿Humana?
    — Así es, ¿no es raro que los humanos sean escogidos por los dioses?, pero es increíble, mi madre dice que ella será muy importante en estas guerras que se avecinan.
    — Dile a tu madre, que no crea en todo lo que ha escuchado.

    El chico se fue de ahí, mientras que la yokai miraba el cuadro. Cuando llego a su habitación miro hacia el cielo azul, ya hacía más de 5 años que se había olvidado de lo que pasó en aquella luna llena, la vez que vio a esa niña de ojos increíbles.

    Debe tener cerca de 15 años o más.

    El sólo echo recordar a esa niña, lo hacía enojar, porque fue la primera vez que había mostrado la poca compasión que tenía, pero de eso ya habían pasado más de 5 años, ahora era un hombre, ya no había tiempo y lugar alguno para esos sentimientos.
    *******************************
    ¿Dónde se metió esa niña?

    Una mujer de aproximadamente unos 60 años miraba por todo el templo, no había rastro de ella, camino por los alrededores del templo, siempre era así, se escapaba o simplemente buscaba algo con lo cual entretenerse y a lo lejos escucho unas risitas, se dirigió hacia ahí.

    ¡¿Qué haces Kagome?! — Grito la mujer con voz firme.

    Una hermosa chica miro hacia la persona que la había hablado, la rayos del sol hacían que su piel brillara, y que sus cabellos dorados brillaran aun más, la chica miro a la anciana con una sonrisa, ella miro a su alrededor, habían niños, los cuales estaban jugando con su cabello, y ella estaba trenzando el cabello de una de las niñas.

    Ya te he dicho que no te desaparezcas así como si nada, haces que me preocupes demasiado— Dijo Kaede.
    — Anciana Kaede es nuestra culpa — Dijo una niña — Lady Kagome estaba yendo hacia el templo cuando la encontramos en nuestro camino hacia los prados, por lo cual la hemos convencido que venga con nosotros.
    — Ella tiene razón, fue nuestra culpa.

    Todos los niños protestaban a lo que a la anciana pareció divertirle, la chica termino de trenzar el cabello de la niña y se levantó de la piedra donde había estado sentada mientras se sacudía su traje de sacerdotisa.

    — Vez Kaede-san no fue todo mi culpa, pero gracias por su ayuda niños — Dijo la chica mirando a los pequeños.
    — De nada Lady Kagome — Dijeron a coro los pequeños.
    — Ahora debo irme — Dijo algo triste.
    — Pero antes que se valla señorita, puede decirnos por que su cabello se ve dorado cuando sale el sol y negro cuando es de noche.

    Todos los niños miraban a la chica, la cual les estaba sonriendo.

    — Eso es porque ella aprende mucho de sus lecciones — Djo Kaede al fin.

    Kagome miro a los niños, sus ojos parecían brillar, sintió como era jalada, era hora de irse.

    — Otro día vamos al prado, cuídense niños.
    — Si señorita y estudiaremos mucho para que nuestro cabello quede como el de usted.

    Antes de desaparecer la chica les dio una gran sonrisa, ya cuando estuvieron lejos de los niños ella se dirigió a Kaede.

    — Kaede-san no debió mentirle así a los niños.
    — Entonces que les decía, que te queda así tu cabello porque eres la reencarnación de nuestro más grande dios.
    — Pues lo hubiera dicho, es mejor que se enteren.
    — Kagome ya has cumplido 16 años, ya es tiempo de que aceptes tu destino, además muy pronto dejaras esta aldea.
    — Créame cuando le digo que ya lo acepte, desde la muerte de mi madre he aceptado el cargo de sacerdotisa de este pueblo.
    — Kagome tienes que prepararte, vendrán por ti en cualquier momento.
    — Lo sé, aunque no estoy muy de acuerdo en vivir en el palacio imperial.
    — Tu eres muy importante, después de miles de años por fin ha nacido la reencarnación del dios Amida, debes sentirte bendecida.
    — Lo estoy Kaede-san, le agradezco a Amida por escogerme a mí, aunque aún soy muy joven.
    — Es por eso que iras al palacio, ahí hay gente más experimentada, y también está tu abuelo.
    — Un abuelo que no conozco Kaede-san.
    — Pero es tu abuelo.
    — Lo sé, ahora vamos a practicar.

    Ambas entraron al templo, sería un día muy largo para las dos.
    **********************
    Ya comenzaba a aburrirse, jamás fue su fuerte escuchar las conversaciones y mucho menos estar atento a ellas, simplemente era aburrido, cuando estaba a punto de pararse, el terrateniente que estaba con su padre hablo.

    — Kagome es su nombre.

    El chico miro hacia los dos hombres que hablaban, su padre miraba a Sesshomaru.

    — ¿Es la misma persona que consiste en el bosque hijo? — Dijo Inu Taisho.
    — ¿Ya la conocía? —Dijo el otro terrateniente.
    — Así es — Dijo el chico algo aburrido — hace más de 5 años.
    — ¡Era una niña en ese entonces! — Dijo el terrateniente — ¿Cómo era?
    — Usted lo ha dicho, era una niña, no había mucho que ver.
    — Entiendo, pero ¿era linda?
    — No sabría decirle, creo que todos los humanos ha esa edad son iguales y sin gracia alguna.
    — ¡Sin gracia alguna!, dicen que la chica tiene unos ojos muy bellos que cuando los vez fijamente parece que miras el cielo.
    — Pues no mire sus ojos, además si no lo veo no creo.
    — Valla muchacho piensas como todo un terrateniente, que buen hijo tienes Inu Taisho.
    — Muchas gracias Kotomo-san.
    — Padre puedo preguntar por que el interés en esa humana.
    — Por que ella es la reencarnación del dios Amida, y el mismo emperador ha ofrecido su palacio para que ella se quede, se supone que ella fue criada para ser toda una sacerdotisa, ya que su madre fue hija del gran sacerdote del emperador, ¿es que acaso no escuchaste nada de la conversación hijo?
    — Lo siento padre, mi mente se fue a otro lugar, pero ¿por que has dicho que Fue?
    — Ella falleció no hace mucho, ahora que la joven ha cumplido los 16 años, será llevada ante el emperador, ya que dicen que ella salvara al mundo de las guerras que se aproximan.
    — ¿Cómo un humano puede salvar al mundo?
    — Eso querido muchacho es lo que averiguaremos, pero mientras tanto el emperador ha pedido que todos los terratenientes junto con sus herederos valla a su palacio cuando la luna llena llegue — dijo el terrateniente.
    — ¿Por qué hay que esperar la luna llena?
    — Por que es cuando los poderes de la sacerdotisa se incrementan, dicen que cuando los rallos del sol tocan sus cabellos estos se vuelven dorados y que cuando la luz de la luna tocan sus cabellos estos se vuelven tan negros, que se puede decir que esta más oscuro que la propia noche.
    — Son solo mitos eso mi querido Kotomo-san — dijo Inu Taisho — pero bueno lo veremos cuando la veamos.
    — ¿Veamos? — dijo Sesshomaru.
    — Así es, tú vendrás conmigo, ahora puedes retirarte hijo.

    El chico se fue de ahí, y se dirigió a los jardines, necesitaba despejar su mente, y que mejor que entrenando unas cuantas horas.
    ***************************
    Se estremeció cuando la fría agua toco su piel.

    ¡Kaede-san el agua esta muy helada! dijo la chica alzando la voz.
    Te llame hace más de una hora, pero no me hiciste caso, así que ahora te aguantas le contesto la mujer al otra lado de la puerta.
    De acuerdoDijo Kagome mientras temblaba.

    La chica miro el cubo de agua, introdujo un más pequeño en el y recogió uno poco de agua, se lo tiro en el cuerpo, haciendo que tiemble.

    Realmente esta muy fríamurmuro la chica.

    Unos minutos después se seco y se coloco su kimono, salió del baño en busca de la anciana.

    — No tardaste Kagome.
    — Por que el agua no me permitió quedarme más tiempo desnuda, estaba muy helada.
    — Pues a la próxima cuando te llame para tomar un baño ven a tiempo.
    — Claro lo are.

    La chica miro hacia el cielo, ahora era de noche, había entrenado mucho durante el día y por la tarde iba a rezar en el templo y visitaba a los enfermos, todos los días era así, desde que su madre murió, ahora ella vivía en el templo junto con la anciana Kaede.

    — Kaede-san, ¿Cuándo vendrán por mí? — pregunta la joven mirando la luna.
    — Cuando se aproxime la luna llena querida.
    — Eso será pronto.
    — Te extrañare mucho, aun recuerdo la vez que te perdiste.
    — Si creo que fue la primera vez que sentí tanto miedo.
    — Pues claro por que estabas en tierras de demonios.
    — Si, y fue uno de ellos el que me salvo.
    — Kagome, ¿Cómo era el demonio?
    — Era muy parecido a nosotros, solo que tenia marcas en su rosto y una media luna en su cabeza y unos bellos ojos dorados, Kaede-san te lo he contado muchas veces.
    — Lo se Kagome, pero ahora que lo pienso, debe ser un Taiyokai.
    — ¿Qué es un Taiyokai?
    — Es un descendiente de un gran perro, por eso es que le decimos así, niña tienes que aprender más de los demonios, tu eres la sacerdotisa principal del palacio, es tu deber.
    — Faltan 3 días para la luna llena Kaede-san para ese día ya sabré todo de los demonios.
    — ¿3 días?
    — Así es 3 días, mañana mismo iré con Miroku para que me de los pergaminos que necesitare estudiar, ahora me voy a dormir Kaede-san.
    — Kagome, por favor da tu mayor esfuerzo estando ahí.
    — Todo lo que tu y mi madre me enseñaron lo pondré en practica, seré la mejor sacerdotisa, y cumpliré el deseo de Amida.

    Kaede deposito un beso materno en la frente de la chica, la cual llevaba puesta una yukata blanca y su cabello negro azabache estaba trenzado, había crecido hermosamente aquella niña, la cual cuido por bastantes años, así como lo había echo con su madre, Lady Sonomi.
    Kagome había nacido con unos singulares ojos azules, los cuales estaban asociados con los demonios, pero cuando ella cumplido un año, la imagen de una flor de loto pareció en su espalda, este era el símbolo de que ella era una sacerdotisa y no cualquiera, si no la sacerdotisa del dios supremo, Amida, ya que este dios era representado con esa flor de loto; muchos pensaron que era un tatuaje e intentaron quitárselo, ya sea con cera o con brebajes, la espalda de la pequeña quedo muy sensible, pero milagrosamente sano, por lo que creyeron en aquella historia, donde se decía que cada determinado tiempo la reencarnación del dios llega al mundo de los humanos.
    Una de las cualidades de la chica era que cuando amanecía y los rayos del sol tocaban sus cabellos estos quedaban dorados, y cuando aparecía la luna, quedaban absolutamente negros. Aun no era conocida por todos, por que seria presentada formalmente cuando cumpliera los 16 años, lo cuales ya había cumplido.

    — En tres días dejare mi hogar.

    La chica miro la luna y cerro los ojos en señal de oración, sabía que lo único que quedaba era rogar a Amida que la proteja y que la guíe.
    ****************************
    En el palacio imperial se encontraba el más grande templo de Amida, donde su imponente figura estaba, rodeado por bellos jardines, y estanques; el palacio era considerado como el cielo, ya que cuando entrabas se respiraba un aire de paz y los bellos árboles de Sakura resaltaban sobre el césped verde olivo, los estanques rebosaban de bellos peces y las bellas flores de loto resaltaban aun más la belleza de aquel lugar, había un campo de bambú donde alimentaban a los pandas, habían innumerables estancias, así como cuartos y baños y ni que decir de los salones, donde se practicaba danza, canto y música, aquel palacio lo tenia todo, en el Vivian algunos nobles, los hermanos del emperador, sus esposas y sus hijos, también habían algunos primos y primas, todos miembros de la corte imperial.

    — Emperador — un joven hacia su reverencia — nuestro sacerdote dice que mañana será la luna llena.
    — Gracias por avisarme, ve y prepara la carroza para Lady Kagome, ha por cierto Kohaku.
    — Si mi señor.
    — Quiero que vallas, confió en ti, así que trae a salvo a la sacerdotisa.
    — Si mi señor, la traeré a salvo.

    El joven se retiro del lugar, el emperador camino hacia una de las ventanas, el día era muy bello como para quedarse dentro, el joven sirviente que estaba en la habitación se acerco a el.

    — ¿Desea salir señor?
    — Si, dile a los del establo que preparen mi caballo, daré un paseo.
    — Claro señor.
    — Pero antes de irme, quiero saber donde esta mi hija.
    — Lady Kagura esta ahora en su clase de danza.
    — Bien, entonces la veré luego, ahora ve.

    El sirviente se fue corriendo.

    — Por fin conoceré a la sacerdotisa de los ojos azules, o mejor dicho a la sacerdotisa del infierno azul — una sonrisa se formo en sus labios — ¡Esto será muy interesante!
    **************************
    Kaede limpio las lagrimas que caen por la mejilla de la joven.

    — No llores si no tu maquillaje se arruinara.
    — Es que voy a extrañar a todos Kaede-san, es muy duro desprenderme de lo que por 16 años he conocido y visto, toda la aldea es mi familia.
    — Lo se querida, por eso rezaremos por ti.
    — Y yo también rezare por ustedes, no dejare que mi pueblo esta a la merced de los demonios, es por eso que dejare aquí un mechón de mi cabello.
    — No Kagome, nosotros…
    — No Kaede-san esto es mi decisión, y quiero que tú seas la que corte mi cabello.
    — No, tu cabello esta bien así.
    — Por 6 años no me lo he cortado, me llega hasta el muslo, si me corto solo un mechón no se notara, hazlo Kaede-san.
    — Esta bien, pero cortare la parte de enfrente.
    — Si, de los costados para que parezca un fleco.
    — Bien, si esto es lo que quieres así lo hare entonces.

    Kaede saco una pequeña daga y cortos los mechones de cabello, estos brillaron levemente al ser cortados, Kagome los tomo y los coloco en una pequeña caja de madera y lo coloco como ofrenda ante la figura de Amida.

    — Amida por favor protege a mi pueblo.

    Kaede la miro, por mucho tiempo la cuido y ahora se tenia que despedir de ella, se acerco a la chica y le coloco el velo encima, apenas y podía ver su rostro, sonrió para la chica.

    — Kaede-san siempre estarás en mi corazón.
    — Y tu en el mío querida, espero que la educación que te dimos tu madre y yo, sea puesta en practica, recuerda que tu eres favorecido por Amida.
    — Si, siempre lo recordare.

    El sonido de la puerta hizo que ambas miraran hacia esa dirección, un joven con vestimentas de monje entro y se dirigió a ellas, hizo una reverencia y se acerco a Kagome.

    — Es un gran gusto estar en su presencia, Lady Kagome.

    La chica permaneció en silencio, el ritual de presentación decía que la futura sacerdotisa no podía hablar ni ser vista por alguien que no sea el emperador, este era un ritual, el cual purificaba su mente y alma.

    — Kaede-san el emperador le agrádese por su ayuda.
    — Para mi fue todo un placer.
    — Ahora hay que irnos Lady Kagome, tenemos que llegar al medio día, así que apresurémonos.

    Kagome hizo una reverencia a Kaede y se fue, daba gracias que llevaba el velo, por que si no Kaede la hubiera regañada, ya que lloraba en silencio, no le importaba que su maquillaje se quitara o que su bello kimono rosa se manchara; Diviso el carruaje, había muchos sacerdotes alrededor del carruaje, el cual era de una madera hermosamente tallada a mano, a los lados colgaba cascabeles, ese era señal de que dentro había una sacerdotisa, fue ayudada por un monje a subirse al carruaje, miro por ultima vez el templo, extrañaría mucho a su pueblo, pero tenia que irse y servir fielmente al emperador, vio como la gente la despedían, y como los niños lloraban, saco su mano y dijo adiós hasta que el carruaje se interno en el bosque, miro por una de las ventanillas, los sacerdotes iban cantando, lo ultimo que necesitaba era oír a esos monjes cantar, decidió que dormiría un rato, solo un rato.
    *******************************
    Inu Taisho cabalgaba a toda velocidad, mientras que Sesshomaru le seguía detrás, siempre era así, hacían competencia, siempre ganaba Sesshomaru, pero esta vez no tenía ganas de ganar, se sentía algo ansioso y no sabía el motivo.

    — ¡Esta vez yo ganare hijo!

    No tenía ganas, realmente quería quedarse en su palacio, ahí por lo menos entrenaría hasta que su cuerpo ya no le permitiera más, pero dejar eso por ir a ver a una humana, esa idea no le gustaba nada.

    — Ya estamos llegando Sesshomaru, esta vez creo que yo ganare.
    — Ya lo veremos padre.

    Sesshomaru golpeo con ambos pies la panza del caballo este corrió más rápido, tal vez solo seria la misma niña, miedosa e ingenua, si solo seria así, quería verla hacer el ridículo, temer de los demonios, quería ver todo eso.

    — No podrás alcanzarme padre.

    Inu Taisho vio como su hijo lo pasaba, si que era rápido.
    ***************************
    Las enormes puertas del palacio se abrían, Kagome miraba embelesada aquel lugar, tenía bellos árboles y jardines, había de todo tipo de vegetación, ahora se sentía menos triste, se enderezo, tenia que ser fuerte, por su madre, por su pueblo, por Kaede.

    — Ya hemos llegado Lady Kagome — le dijo el chico por la ventanilla.

    Ella asintió, Kohaku ordeno que el carruaje se detuviera, abrió la puerta y bajo a la sacerdotisa, ella miro el majestuoso palacio.

    — Ahora venga con migo le presentare a su dama de compañía.

    Kagome siguió al joven, al entrar al palacio pudo ver varias figuras y pinturas de Amida, ahora si se sentía en casa, simplemente era bello el lugar, alfombras de seda, bellos muebles y ni que decir de la arquitectura, en los pergaminos que Miroku le daba para estudiar había todo esto, pero nunca pensó en que de verdad lo conocería, pero ahí estaban, era ahí donde viviría de ahora en adelante.

    — Ella será su dama de compañía, mi hermana Sango.

    La chica envuelta en un kimono blanco con suaves toques rosados hizo una reverencia, su cabello castaño estaba en un gran chongo el cual era adornado por un bello colgante en forma de flor.

    — Es un honor poder ser su dama — dijo la chica.

    Kohaku se retiro, dejando solas a las dos mujeres, Kagome miro a la chica, era muy linda y tenia un rostro amable, podía ver en sus ojos la dulzura y el amor.

    — Se que no puede hablar con migo, pero quiero que sepa que yo la cuidare, protegeré y ayudare en todo, así que no dude en decirme, pero por ahora permanecerá aquí, por la noche será su presentación ante los terratenientes y sus descendientes, pero antes de eso se vera a solas con el emperador, ya vera que todo saldrá bien, el emperador es una buena persona.

    La chica asintió, Sango camino hacia las ventanas cerradas, corrió las cortinas, encendió unas velas y la habitación apenas quedo alumbrada.

    — Como nadie puede verla la dejare a solas para que pueda quitarse el velo, ya que hay mucho calor como para llevarlo puesto durante todo el día, así que si se lo ofrece algo por favor, toca esta campanita — Dijo la chica dejando la campana sobre una mesita.

    Sango salió del lugar, Kagome se quito el velo rápidamente.

    — ¡Pero que calor hace! — dijo la chica dejando a la vista sus cabellos dorados.

    Dejo el velo sobre la mesa, junto a la pequeña campana, camino por la habitación.

    — Realmente es muy linda, ¿Será como esta mi habitación?

    La cama era enorme y encima de ella caían unas bellas cortinas transparentes, las cuales colgaban del techo, tenia figuras de dragones bellamente bordados en hilo platinado, las sabanas eran de ceda y las almohadas se veían muy cómodas, la chica se sentó sobre la mullida cama y comenzó a dar pequeños saltos.

    — Si es muy cómoda.

    Se levanto de ella y coloco bien las sabanas, camino rodeando la cama y vio el ropero, echo de madera finamente tallada, tenia pintado un bello mural de flores de loto, abrió las puertas del ropero y vio en su interior con alegría, ya que en el habían un montón de kimonos, Yukatas , también habían zapatos.

    — Es una lastima que tenga que usas pura ropa de sacerdotisa, me hubiera gustado probarme todos esos bellos kimonos.

    La chica cerro el ropero con tristeza, miro hacia la única ventana del cuarto, era enorme, las cortinas eran muy gruesas y no pasaban los rayos del sol, abrió las cortinas dejando pasar a los rayos del sol, miro con gran asombro la vista de la habitación, daba para el templo, ahí era donde estaría la mayor parte del tiempo, diviso el jardín que la rodeaba, era muy bello y más allá habían un campo de bambú.

    — Ahí practicare mi tiro con arco, definitivamente me esta gustando este lugar.

    Quería ir corriendo por los bellos jardines, quería respirar de cerca el agradable aroma del bambú, no lo pensó dos veces, tomo su velo y salió por la ventana con gran agilidad, cuanto estuvo fuera de la habitación se coloco el velo, y comenzó a caminar, pero el ruido de las risas hizo que ella se escondiera entre los arbustos, se asomo por uno de los agujeros del matorral y vio que eran unos niños, eran 3 niñas y 4 niños, los más grandes tendrían entre unos 9 o 10 años y los menores alrededor de los 4 años, los pequeños jugaban con una pelota, los niños la pateaban y las niñas corrían por el balón, decidió salir de su escondite, los pequeños detuvieron su juego y miraron a la figura femenina, una de las niñas, la más pequeña se acerco a ella, los demás niños trataron de detenerla, pero ella ya estaba agarrando la mano de Kagome.

    — ¿Eres una novia? — le pregunto la pequeña.
    — No lo soy.

    Los demos niños sintieron que no había nada que temer, por lo que se acercaron a la joven, ella se quito el velo que la cubría y se arrodillo, poniéndose a la altura de los pequeños, estos la miraron con asombro, la pequeña coloco una mano en el rostro de la chica.

    — ¿Eres un demonio? — Pregunto la niña acariciando la mejilla derecha de la joven.
    — No lo soy.
    — Entonces, ¿qué eres?
    — Soy una sacerdotisa.
    — ¿Una sacerdotisa? — Pregunto la niña más grande.
    — Así es, he venido hoy para quedarme en el palacio, como sacerdotisa del templo de Amida.
    — Entonces tú eres la sacerdotisa de la que mi padre hablo.
    — ¿Y quien es tu padre?
    — Mi padre es el hermano del emperador, y ella es mi hermanita, los demás aquí son mis primos y primas.
    — Así que en el palacio vive la familia real.
    — Así es, también viven hijas de adinerados y el hijo del gran sacerdote.
    — ¿Hijo?
    — Si, así es, pero él no esta por el momento, pero si están sus nietos, Kohaku y Sango, los cuales son muy buenas personas.

    Kagome guardo silencio, así que los dos jóvenes que había conocido hoy eran sus primos, su madre jamás le hablo de que tuviera un hermano, y ni que decir de su abuelo, jamás hablaba de él.

    — Si, son muy buenas personas.
    — Señorita, ¿No quiere jugar con nosotros?
    — Pues claro, en mi aldea yo jugaba con los niños, pero no ha la pelota.
    — ¿A que jugaba con ellos?
    —A las escondidas.
    — Ya lo hemos jugado, pero hace ya bastante tiempo, nos gustaría jugarlo.

    Los niños sonrieron y rápidamente corrieron en direcciones opuestas, Kagome tomo como señal que ella contaría, así que busco un árbol y comenzó a contar, podía escuchar las risas de los niños y también como sus zapatos hacían contacto con la tierra, termino de contar y así comenzó su búsqueda.
    ***********************************
    Sesshomaru y su padre se bajaban de sus caballos.

    — Había olvidado la majestuosidad del palacio — dijo Sesshomaru.
    — Pues estaremos aquí por una semana.
    — No me dijiste que solo era un día.
    — Te lo dijes para que vinieras, por que si te hubiera dicho que era por una semana no hubieras venido, ¿estoy en lo correcto?
    — Así es, pero no debiste callarlo, sabes que no me gusta estar muy lejos de casa, odio conocer gente nueva padre.
    — Sesshomaru debes aprender a convivir con otras personas, tu serás mi sucesor, tienes que comenzar a pensar como uno.
    — Pienso como uno padre, pero no creo que las relaciones publicas sea lo mío, por eso cuando mueras padre y yo sea el terrateniente mandare a alguien en mi lugar.
    — Hay no tienes remedio hijo, pero en fin.
    — Llevare los caballos al establo, te veo adentro.
    — Bien, estaré con los demás terratenientes.

    Sesshomaru tomo la correa de ambos caballos y camino hacia los establos, diviso que no había nadie, mejor para el, no tendría que hablar con nadie, pero ahora que lo notaba no había nadie afuera del palacio, tal vez todos estaban vueltos locos por la llegada de la tal sacerdotisa, llego a los establos y abrió la puerta, estaba por meter a uno de los caballos pero se detuvo al ver que dentro había un niño, un pequeño de unos 5 años, miro sus ropas y supo que era miembro de la familia real, el niño lo miro con miedo y comenzó a llorar, Sesshomaru rodó los ojos en señal de fastidio, no era bueno para tratar a los niños y menor a niños humanos.

    — No te hare nada, así que no llores.

    Pero fue inútil, el pequeño seguía llorando, entonces una voz femenina llamo su atención, voltio hacia donde provenía la voz, vio a una joven correr hacia el, la brisa jugaba con sus cabellos dorados y el adorno de su cabeza sonaba innumerable veces, parecía que estaba tocando una melodía, detrás de ella venían más niños, pero los niños no le preocupo, por que estaba mirando la belleza de la joven, la cual corría ágilmente, cuando estuvo más cerca de el, pudo ver que era muy joven y que tenia unos bellos ojos azules, cuando ella paso junto a el, por un momento sus ojos se cruzaron, y las escenas de aquella noche de luna llena le vinieron a la memoria, trato de ignorar esos recuerdos y voltio rápidamente y vio como la mujer humana abrazaba al pequeño, como lo llevaba hasta su pecho y como le deba pequeñas palmaditas en su espalda en señal de que se calmara, el niño detuvo su llanto y miro a la joven con una enorme sonrisa.

    — Gracias señorita.

    Los demás niños miraban con alegría la escena, Sesshomaru permaneció en silencio, no quería interrumpir y por una parte se alegraba que el humano dejara de llorar, no soportaba ver a la gente llorar, vio como la joven dejaba al pequeño con los demás niños, ahora su atención no estaba en el pequeño si no en él.

    — No le hice nada, sólo me vio y lloro — dijo Sesshomaru.

    Kagome estaba a punto de contestarle, pero la voz de Sango hizo que se detuviera.

    — Escondámonos niños, no nos deben ver.
    — Pero señorita el juego ya termino.
    — Claro pero ella no lo sabe, así que escondámonos.

    Los niños corrieron detrás de ella y se metieron en el heno, Sesshomaru los miraba con cierta duda, Kagome viendo que el demonio no se movía, lo tomo por la mano y corrió hacia uno de los establos donde estaba un caballo, lo jalo para que se agacharan, y el inconscientemente lo hizo.

    — Lady Kagome, ¿esta aquí?

    Sesshomaru al oír ese nombre no pudo evitar mirar a la joven, la cual estaba mirando hacia donde la estaba la chica, se veía que estaba preocupada por que no la descubran, la miro de nuevo, estaba muy cambiada, sus cabellos no eran negros si no dorados, eran muy bellos y largos, sus ojos azules estaban más bellos, su tez era blanca y resaltaba increíblemente con el kimono que llevaba puesto.

    — Ya se ha ido — Dijo Sesshomaru.

    Kagome lo miro como con algo de sorpresa, como si aun se estuviera dando cuenta de su presencia, miro con más detalle al demonio y se sorprendió mucho cuando vio la media luna en su frente, el demonio frente a ella era aquel que le perdono la vida en esa ocasión, se aparto de el, no es que le temiera, pero recordó que el dijo que si la volviera a ver no le perdonaría la vida, así que se aparto de el, además recordó que no podía hablar con nadie, ni menos ser vista, pero eso ya no podía ser posible, que más daba.

    — Le ruego que no le diga a nadie que me vio y mucho menos que le hable, se supone que no debía hablar con nadie ni ser vista.

    Sesshomaru estaba por contestarle, pero los niños llegaron a un lado de la chica.

    — Señorita debe irse, nosotros no comentaremos nada, eso téngalo por seguro.
    — Muchas gracias niños, hoy cuando llegue extrañaba mi hogar, pero ahora que los conocí se que estaré bien aquí, así que espero que cuiden de mi — dijo ella haciendo una reverencia.

    Los niños le sonrieron y le devolvieron la reverencia, definitivamente ellos se llevarían muy bien.

    — Humana.

    Kagome voltio a ver al demonio.

    — Discúlpeme, pero me tengo que ir — dijo haciendo una reverencia — gracias por su ayuda, rezare por usted.

    Sesshomaru miro con sorpresa a la joven, y esta siendo consiente de las palabras que dijo solo le sonrío al demonio y con la misma se fue de ahí. Sesshomaru miro a los pequeños los cuales sonreían.

    — Lady Kagome es la nueva sacerdotisa del templo — dijo uno de los niños.

    La chica que hace unos momentos había ido en busca de Kagome vio a los pequeños y al demonio, se asusto un poco, pero al ver la sonrisa de los niños se tranquilizo.

    — Sango, el nuestro amigo, no nos ha hecho nada.
    — Me disculpo por pensar mal de usted — dijo Sango haciendo una reverencia — niños no han visto a una joven con un velo y un kimono rosado.
    —No sango, no hemos visto nada, solo hemos jugado con nuestro nuevo amigo.

    La chica sonrió y se fue de ahí.

    — Discúlpenos por el atrevimiento de decir que es nuestro amigo, ahora nos vamos.

    Los pequeños se fueron corriendo, Sesshomaru los miro irse, pero aun no podía creer que ella era la pequeña que salvo, definitivamente al saber que crecería así de bonita, hubiera reconsiderado el echo de matarla, pero no podía negar que realmente era muy bella.
    ***********************
    Kagome miraba con vergüenza como un grupo de mujeres le quitaba sus ropas, sabia que era muy normal que la desvistiera, el ritual lo requería, pero sentía una vergüenza horrible, a pesar que las mujeres ni se inmutaban y estaban más ocupadas en quitarle la ropa que en verla, Sango siempre estaba a su lado la miraba con una sonrisa, cuando estuvo desnuda, le colocaron una yukata transparente y camino hasta la gran bañera, la cual contenía agua con sal, eso era para purificar su cuerpo, se introdujo en ella, una de las mujeres hato su cabello en un chongo, para que no se mojara, luego de unos minutos ella salió del agua, las mujeres la secaron bien, le quitaron la bata y le colocaron la bata interior, se sintió bien, ya que no había tanto a la vista, luego le colocaron el kimono, uno completamente blanco las magas eran amplias y largas y en las puntas estaban dibujado bellamente flores de loto en color rosa con sus bellas hojas en color verde, en la parte del cuello era de color rosa y en la parte inferior del kimono estaba bellamente dibujado el dios Amida, al ver el kimono puesto en ella se impresiono.

    — El emperador ha mandado hacer este kimono especialmente para usted — dijo Sango.

    Kagome sonrío, ya que no podía hablar, sabía que había roto eso pero nadie lo sabía más que ella y los niños, así que se lo mantendría en silencio. Las mujeres que la vistieron le hicieron una reverencia y se marcharon, suspiro pensando que era todo pero luego entraron otras, las cuales la peinarían, su cabello aun era dorado, por lo que supuso que aun estaba el sol, decidieron que harían un lindo moño adornado con una bella corona dorada y listones dorados, dejaron mechones de pelo caer sobre su hombro, le dolió bastante el proceso del peinado, pero realmente cuando se vio al espejo se dio cuenta que el dolor valió la pena, ahora Sango le estaba colocando un poco de pintura sobre su rostro, le coloco colorete en las mejillas, algo en los parpados y un color rojo intenso en los labios, haciendo que sus ojos y labios resalten aun mas.

    — Realmente esta muy linda, ahora antes de que anochezca, debe ir a ver al emperador, luego el la escoltara al salón donde están todos los terratenientes y sus descendientes, ahí será presentada como la reencarnación y sacerdotisa del dios Amida.

    Kagome solo le sonrío a la chica, cuanto todo esto acaba le daría las gracias por todo lo que había echo por ella, antes de que le colocara el velo le sonrío, fue guiada por Sango hacia las habitaciones del emperador, ya estando ahí miro por todas partes aun no había rastro de él, aunque jamás lo había conocido había escuchado cosas buenas de él, por lo que había leído sabia algo, era muy guapo y aun contaba con 31 años, eso lo convertía en el emperador mas joven, tenia una hija de su misma edad, Lady Kagura, ella también era bella , pero decían que tenia un carácter muy diferente al de su padre, escucho un ruido y se puso alerta, fue cuando lo vio, entro majestuosamente en la sala, realmente era muy guapo, su cabellos negro caí por sus hombros, estos eran ondulados, sus ojos eran de un negro tan profundo, su kimono era rojo con negro y tenia bordados bellos dragones en dorado, haciendo que su color de piel desataque, en su cabeza llevaba su corona y de ella colgaba bellos cascabeles dorados, ella se arrodillo ante el y este camino hacia ella y para sorpresa de ella, hizo lo mismo, pasaron un minutos hasta que ambos se levantaron.

    — Es para mí un gusto que te quedes aquí, como sacerdotisa del dios Amida es tu deber permanecer en su templo, y también es un gran privilegio el hecho de que te conozca, ahora por favor puede quitarse el velo.

    Kagome llevo sus manos hacia su velo y se lo quito lentamente, el emperador quedo impactado con lo que vio, realmente era muy bella, sus rasgos eran tan femeninos y sus ojos, eso era lo mas impactante, definitivamente era ella, de eso no había duda.

    — Después de todo los rumores eran ciertos, realmente parece una diosa.

    Las mejillas de la chica se tiñeron de rojo, por la vergüenza, el emperador lo noto y sonrío.

    — Lo siento si la avergoncé, pero debe entender que su belleza no es normal, así que debe sentirse bendecida.
    — Lo estoy señor, estoy muy agradecida con el dios Amida por a verme escogido, y a usted también le estoy agradecida por dejar que me quede en su morada.
    — Todas las personas importantes y amadas para mi viven en mi palacio, bajo mi protección, usted también vivirá aquí y estará bajo mi protección, esperemos grandes cosas de usted sacerdotisa de Amida.
    —Muchas gracias emperador, no lo defraudare.
    — Se que no lo hará, Lady Kagome.

    Kagome sonrío.

    — Pero no me digas emperador, tengo un nombre, y quiero que me llames así.
    — Muchas gracias Naraku-Sama.

    Naraku le ofreció su brazo y ella lo tomo, ahora caminaban en dirección a la gran sala de ceremonias, ahí estaría el, el demonio que había conocido años atrás.

    — Ya llegamos.

    Naraku abrió la gran puerta de madera y entro, Kagome pudo divisar a los grandes terratenientes, unos minutos después oyó que era anunciada, así que alzo el rostro y entro con una bella sonrisa en su rostro.

    Continuara…
     
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  2.  
    Yuul

    Yuul Kuro no joō

    Piscis
    Miembro desde:
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    40
    Holap!!..

    Me gusto mucho tu fic esta muy interesante y diferente de verdad me impresionaste mucho !!.. Me encanto!! Y gracias por invitarme...!!
    Me gusto mucho la nueva apariencia de Kagome !!
    Y q lindo Kagome jugando con los niños q ternurita!!!! ..
    Q triste q tenga q dejar a su pueblo!! Pero por lo visto ahi se va a sentir muy comoda por el lindo de sesshy!!!!

    En fin espero la conti xfis avisame!!!! ...

    Pd: Encerio Te quedo muy lindo el fic!!!! Te felicito!!!!

    Pd2: Siiiiiiii soy la primera en comentar!!!!!!!!
     
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  3.  
    razon

    razon Usuario común

    Tauro
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    Pluma de
    Escritora
    Gracias por avisar querida, la idea original era leerlo y comentarte pero me sacaron antes. Pero más vale tarde que nunca! Bueno, en fin, no se si ha sido mi idea pero usas , aquí, más comas que puntos? Me parece que debes arreglar allí algunas cosillas.

    Me gustaría ver a una Kagome con cabellos dorados y mirada azul. aquí la tienes y me la imagino hermosisima. Tal vez allá pretendientes en la corte de los grandes lores.

    Naraku es el padre de Sesshomaru? Ho mi dios.. Se nota demasiado que has cambiado muchas cosas, de echo esta historia me parece que la escribiste años atrás en word y ahora, te dedicaste a ponerla y seguirla. Lo digo por que me parece que tu escritura cambio de forma radical, amiga.


    En fin, ha sido largo y yo no me puedo quejar, ciao ~


    atte:razon
     
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  4.  
    KimNaNa

    KimNaNa Iniciado

    Virgo
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    17
    Hola! gracias por avisarme de tu nuevo fic! ^^
    Y que te puedo decir, siempre me dejas sin palabras, me encantan tus historias.
    Esta esta muy interesante, el hecho de que kagome sea una poderoza sacerdotiza me hace feliz, y mucho mas que este con sesshomaru. Me resulto un poco impactante el hecho del cambio de color del cabello de kagome, pero me acostumbrare.
    Siguelo porfa para saber como se desarrollara la historia.
     
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  5.  
    Circe

    Circe Usuario popular

    Leo
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    8 Febrero 2010
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    534
    Pluma de
    Escritora
    ¡Hola ina-chan! Lamento no haberme pasado todavía por tu otro fic, "Marioneta" pero es que no estuve leyendo mucho y estoy muy atrasada con tu historia D: Igualmente comento en esta que recién empieza :)
    Noté algunos errores: hay mucha redundancia, por ejemplo:

    Utiliza sinónimos u omite las palabras si es posible, no queda bien si usas siempre las mismas; te pasó lo mismo en un diálogo con "vera". Valla con "ll" es cerca, por lo tanto lo escribes mal, es con "y". Te faltaron algunos acentos y deberías reemplazar alguna coma con un punto o punto y coma. Casi no utilizas los signos de interrogación o exclamación y a veces sería mejor que los usases. Haré va con "h" y acento; cuando una pregunta empieza después de una coma va en minúscula y la seda de gusanos, la tela, es con "s". Queda mejor poner los número con letras si son chicos, queda más lindo a la vista.

    Me gustó mucho como empezó la historia, ese encuentro y la forma en que la "salvo" estuvo muy bueno. ¿Quién será la persona que escuchó eso de Kagome? No creo que sea Sesshomaru, aunque quien sabe. Me encantó que Sango haya sido tan buena con Kagome, realmente es simpática. ¡No puedo creer que Naraku es el emperador! Espero que tenga la misma personalidad de la serie, yo lo amo como es ♥ xD

    Amiga, me encantó tu historia. Tienes varios errores pero sé que los corregirás, además está muy interesante la historia.

    Sin más que decirte me voy. ¡Adiós!
     
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  6.  
    inariamy

    inariamy Usuario común

    Sagitario
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    Mensajes:
    428
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    La sacerdotisa del infierno azul
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    9990
    Gracias por su preferencia:]

    La sacerdotisa del infierno azul
    Capítulo 2: irresistible.

    Había comenzado a ponerse el sol, la tarde hacia que aquellos últimos y débiles rayos rozaron sobre su piel de porcelana, era agradable sentir los rayos, no quemaban pero aun así se podía sentir su calor. El aire era tranquilo, refrescante hasta cierto punto, al fondo se podía oír el repicar de algunas campanas, probablemente el sacerdote del templo la estaba llamando o probablemente eran los niños jugando con estas. Estiro sus brazos hacia el cielo y luego se paro lentamente, quito los restos de hierba de su ropa y camino rumbo al templo.

    —No quiero ir.

    Era más hermoso quedarse ahí en la colina, desde ahí podía ver los hermosos pastizales, el lago y a lo lejos, si observabas con atención podías oír como corría el agua por la cascada.
    ***********************
    No entendía por que esas reuniones eran sumamente aburridas, todos parecían estar animados con la conversación, pero el no estaba alegre, jamás lo estaba, pero esta vez no era por el desinterés del tema, si no por que no podía dejar de pensar en cierta humana.
    El verla en la ceremonia, le hizo pensar en una hermosa flor, una que cuando esta cerrada se ve corriente y común, pero cuando brota, es la más hermosa de todas.

    — ¡Sesshomaru!

    El chico miro a su padre, Inu Taisho estaba muy ebrio como para articular otra palabra.

    —Vaya chico, tu padre si que aguanta, ha tomado ya 100 copas de sake y aun sigue en pie.
    —Creo señor Modori, que ya ha llegado a su límite, tengo que llevarlo a dormir—Dijo Sesshomaru levantándose de su lugar.
    —El chico tiene razón Modori-san, Inu Taisho-san esta en su límite.
    —Gracias por su ayuda Tokishi-san—Dijo Sesshomaru.
    —No te preocupes, vamos llevemos a tu padre a su habitación.

    Ambos llevaron a Inu Taisho a su habitación, cuando lo hubieron dejado en su cama, Sesshomaru salió de la habitación.

    —Gracias por su ayuda.
    —No hay de que, además yo también buscaba una escusa para irme, no soy muy bueno aguantando el sake.
    —Gracias.
    —Bien me voy, mi habitación por aquí, ves la de la puerta verde—dijo el apuntando hacia su habitación—Si necesitas algo sólo dime, soy el terrateniente del sur, Tokishi.

    Tokishi sólo era un par de años mayor que Sesshomaru, por lo que le había contado su padre, el verdadero terrateniente estaba muy enfermo, y él como hijo único tenia que hacerse cargo de los asuntos de su padre.
    Decidió ir a pasear por el palacio, su padre no despertaría hasta ya adentrada la noche, tenia tiempo de ir por ahí, cerro la habitación y se fue rumbo al los campos.
    ***********************
    Kagome estaba bajando la colina de flores, sólo faltaban unos pocos kilómetros para llegar al templo, esperaba que no la regañaran.

    — ¡Lady Kagome!

    Kagome respondió al llamado, era la chica de cabellos cafés, Sango.

    — ¡Hola Sango!
    —Señorita, el sacerdote la busca.
    — ¿Por eso sonaron las campanas?
    —Así es, se me olvido decirle que cuando las campanas suenan es por que la llaman.
    —No te preocupes, ya estoy cerca.
    —Lo sé, pero será mejor que corramos, por que el sacerdote no es muy paciente que digamos.
    ¿Es tu abuelo?
    —No, claro que no, él no se encuentra por el momento, pero mañana debe volver por que habrá luna llena.
    —Si, estoy enterada de eso, es una pena que ayer no fuera luna llena.
    —Pues si, los sacerdotes encargados de ver los astros se equivocaron, pero esperemos que todo salga bien.
    —Sí, por que realmente me siento muy cómoda aquí.
    —Me alegra escuchar eso de usted.
    —Sólo dime Kagome.
    —No podría, seria una falta de respeto.
    —Tengo una idea, cuando estemos solas, me llamaras por mi nombre, pero cuando este alguien más me dirás Lady Kagome, ¿te parece?
    —Sí, me parece bien, ahora apresurémonos.

    Sango tomo la mano de Kagome y ambas corrieron rumbo al templo.
    ***********************
    Sesshomaru caminaba por los prados, cuando vio a lo lejos como dos siluetas se dirigían hacia el, pero los últimos rayos de sol le daban de frente por lo que no podía ver de quien se trataba.

    — ¡Por favor apártese! —Grito Sango.

    El ultimo rayo de sol se dejo ver, una luz envolvió a Kagome, Sango que aun tenia sujeta su mano la contemplo perpleja.
    Sesshomaru pudo ver mejor a las dos personas que estaban corriendo a su dirección, ya que el sol se había ocultado, vio a la misma chica que vio en el establo, la que estaba buscando a la humana, pero justo cuando iba a mirar quien estaba a su lado de nuevo una luz lo segó, haciendo que desviar la mirada.

    —Lo siento.

    Sesshomaru supo reconocer esa voz, era la sacerdotisa de Amida, Kagome.

    —Ciento si le incomodo la luz, es por eso que cuando anochece trato de estar en mi habitación—Dijo ella mientras lo miraba con preocupación.
    —Lady Kagome tenemos que irnos—Dijo sango tomando la mano de Kagome de nuevo.

    Sesshomaru esta por contestarle, pero la chica de cabellos castaños ya se la había llevado de su lado, pudo ver como sus cabellos dorados, habían cambiado, ahora estaban de un negro profundo, su padre tenia razón, eran más oscuros que la misma noche.
    ***********************
    Kagome se encontraba de cuclillas en el suelo, sus manos sostenían dos recipientes de sal purificadora.

    —Espero que no vuelva a llegar tarde lady Kagome—Le decía el sacerdote.
    —Lo siento en verdad—Dijo Kagome con voz quebradiza.
    —Si vuelve a llegar tarde, en vez de un kilo de sal purificadora, le pondré 10 kilos.
    —No volverá a pasar, lo siento.
    —Bueno, iré a cenar, cuando vuelva su castigo habrá terminado.

    Ella no dijo nada, simplemente oyó como la puerta se cerraba, alzo la mirada, ahí estaba la figura del dios Amida.

    —Lo siento Amida-san, te he fallado.

    Sabia muy bien que la cena de los sacerdotes tardaba cuando menos una hora, por que había rezos antes y después de la comida, esa noche no podría dormir bien, sus brazos ya comenzaban a cansarse y ni que decir de sus pierna.

    —No soportare una hora.

    La puerta que estaba detrás de ella se abrió de nuevo, ella vio una silueta en el piso, ¿el sacerdote había vuelto ya?, se pregunto la chica.

    —No tardo en cenar—Dijo la chica.
    —No he cenado.

    Kagome reconoció la voz, era el demonio de mirada dorada y cabellos plateados.

    —Nadie más que el sacerdote puede estar aquí—Dijo Kagome.
    —Es un templo—Le dijo Sesshomaru.
    —Lo sé, pero estoy castigada, y los castigados no pueden estar en presencia de otros.
    —Entonces apártate de mi vista.

    Ella giro la cabeza y se topó con unos ojos dorados.

    —Esta siendo muy grosero conmigo lord Sesshomaru.
    — ¿Así que sabes como me llamo?
    —Sí, tengo la obligación de saber quienes viven en el palacio, así cuando rece diga sus nombres.
    —Valla, tus rezos debe tardar mucho.
    —Por favor le pido que se valla.
    —El templo se hizo para orar, no para castigar, creo que la que se debe ir eres tú—Dijo Sesshomaru.
    —No puedo, el sacerdote me ha dicho que me quede aquí.

    Sesshomaru cerró la puerta y camino hacia ella.

    —Por favor vallase no es apropiado que me quede aquí con usted.
    —No quiero irme.
    — ¿Qué debo hacer para que se valla?

    Era demasiado irrespetuoso de su parte preguntar eso, pero no podía dejar que por culpa de él, la vuelvas a castigar.

    —Desaparece de mi vista — Dijo Sesshomaru.
    —Si se va, entonces ya no tendrá que verme más.
    —No quiero irme, mejor vete tu.
    —Soy muy paciente lord Sesshomaru, así que por más que me pida que me valla eso no sucederá.
    —Valla puedes hablar y permanecer de cuclillas—Dijo el demonio mirándola.
    —Así es, para esto me he entrenado.
    —Espero que te hayas preparado para tratar a los seres superiores a ti.
    — ¿Cómo usted? —Dijo ella ocultando su enfado.
    —Así es.
    —Claro que si, se muy bien como tratarlos.
    —Pues no recordaba que supieras tratarlos, bueno no en aquella ocasión.

    Kagome permaneció callada, ¿se estaba refiriendo a aquella noche?, cuándo ella estaba pequeña, cuando esos demonios trataban de comérsela.

    —Para ese entonces yo no sabia que era un Yokai, hasta que me topo con ese grupo.
    —Créeme estoy arrepentido de haberte dejado vivir.

    Pero Kagome no dijo nada, sus ojos azules no perdieron su brillo, no parecía sorprendida.

    — ¿Creía que lloraría? —Dijo la chica tranquilamente—Desde aquel día me dije, que no lloraría más, le tengo miedo, eso no lo puedo negar, pero no por eso dejare de creer que hay algo bueno dentro de usted.
    —Eres muy ingenua.
    —Me lo han dicho en una ocasión, un demonio que me salvo la vida, pero no deseo oírlo de nuevo, así que antes que el sacerdote llegue vallase.
    — ¿Me estas amenazando?
    —No, es una simple sugerencia mi lord.

    Kagome volvió a mirar hacia adelante, tal vez si lo ignorara él simplemente se iría.

    —Aun sigo aquí—Dijo Sesshomaru.

    Tenia que concentrarse, cerró los ojos, tenia que pensar en otra cosa. Si había algo que odiara, era ser ignorado, estaba por gritarle a la chica, pero unos pasos lo detuvieron.

    —Es el emperador—Dijo Kagome.

    Sesshomaru la miro con asombro, ¿Cómo sabia que era él?, cuando el apenas y se había percatado de que alguien se acercaba al templo.

    —Escóndete, detrás de la figura—Dijo ella.

    Sesshomaru hizo caso de ello, y se oculto detrás de la escultura. Kagome dejo a un lado los recipientes con sal, y se enderezó cuando la puerta fue deslizada (recuerden que son de papel y madera XD)

    —Emperador—Dijo la chica mientras hacia una reverencia.
    —Lady Kagome, la he estado buscando por todos lados.
    —Lo siento, debí informarle que estaba en el templo.
    —No tiene la culpa usted, si no el sacerdote, ¿dónde esta el por cierto?
    —Fue a cenar.
    — ¿Ya has cenado?
    —No.
    — ¿Y que hace aquí?
    —Estoy castigada, llegue tarde al llamado del sacerdote.
    — ¿No recordaba que hubiera un castigo para la sacerdotisa de Amida?
    —Por favor no le haga nada al sacerdote, yo tengo la culpa, me he distraído.
    —Se que trata de ser buena, pero esto no tiene perdón, yo no he dicho que se le castigara por esto.
    —Emperador, yo acepto que no llegue a tiempo, merezco el castigo.
    —No lo discutiré más, venga acompáñame a cenar.
    —Mi castigo termina hasta que el sacerdote venga.

    Naraku miro a la chica, tenia unas cuantas gotas de sudor en su frente, ¿desde hace cuanto estaba ahí en el templo?, miro alrededor, no había nada, estaba ella sola, apenas y una vela iluminaba aquel inmenso lugar.

    — ¿Desde cuando vale más las órdenes de un sacerdote que las mías?


    La chica no buscaba que decir, en ese momento llego el sacerdote, el cual al ver al emperador hizo una reverencia demasiado exagerada.

    —No sabia que estaba aquí, al saberlo hubiera terminado rápido de cenar, emperador.
    —No te preocupes, solo he venido por lady Kagome.
    —Pero ella esta castigada.
    —Pues ya no lo esta, acompáñeme a cenar lady Kagome.

    Kagome no sabia que contestar, no quería tener problemas con el sacerdote y menos con el emperador.

    —Con todo gusto aceptare su invitación cuando mi castigo termine.

    Naraku miro al sacerdote con una mirada fría.

    —su castigo ya ha terminado, puedes irse.
    — ¿Enserio? , muchas gracias, no volverá a pasar.

    Kagome puso los recipientes de sal a cada lado de la figura de amida, como una ofrenda, junto sus manos en señal de rezo y después de unos minutos se dirigió hacia el emperador.

    — ¿Qué cenaremos? —Pregunto la chica con una gran sonrisa.

    Naraku sonrió, el corazón de la chica comenzó a palpitar, era algo nuevo para ella, pero la sonrisa de aquel hombre era sumamente bella.

    —Pero antes de cenar, la limpiare.

    Kagome no comprendía, ¿cómo que la limpiaría?, entonces vio como el emperador sacaba un pañuelo de su ropa y se acercaba a ella. Entonces comprendió, que tenía unas gotas de sudor cayendo por su frente.

    —Gracias—Dijo ella sonrojada.
    —Por nada—Dijo el sonriéndole.

    A pesar de que era una sonrisa algo fría, podía sentí como su corazón se iba acelerando, ¿eso era malo?
    ***********************
    Inu Taisho estaba despierto, lo primero que hizo fue ver si su hijo estaba ahí, pero para supresa de el, no estaba.

    — ¿Dónde se habrá metido ese niño?
    — ¿Me buscabas padre?

    Inu Taisho miro hacia la puerta donde su hijo acaba de entrar.

    — ¿Dónde estabas?
    —Por ahí, ¿Acabas de despertarte?
    —Sí, así es, tengo mucha hambre.
    —Los terratenientes deben de estar esperándote para cenar.
    —No quiero cenar con ellos, hace mucho que no ceno contigo Sesshomaru.
    —Si ya mucho tiempo.
    —Entonces diré que cenaremos en la habitación, ya vengo.
    —Bien.

    Sesshomaru se tiro sobre la cama, estaba casado, y todo por esa humana.

    —Solo 5 días más y me largo de aquí.

    Sesshomaru recordó muy bien las palabras de ella, le temía, no era tonta después de todo, pero eso de que dentro de él hay algo mejor, en eso si que estaba equivocada, hace años que dejo ese lado muy lejos de él. Dentro de algo que siempre ha sido malo, no puede existir algo bueno.

    —Ingenua.

    Ahora que lo pensaba su cabello estaba negro, ¿cómo es posible que cambie así como si nada?, eso no era normal. La sacerdotisa de Amida o también llamada la sacerdotisa del infierno azul, es la encargada del templo más grande, el cual estaba en aquel palacio.
    Según la leyenda existían infinidades de infiernos, pero el azul en especial, era acreditado a los grandes dioses, entre ellos Amida, quien fue el creador del cielo y de la tierra, en solo horas creo a la naturaleza y a los animales, por eso es considerado como el padre creador.
    La flor de loto era su signo representativo, ya que decían que el se le aparecía a las sacerdotisas en forma de flor, para que los demás dioses no lo supieran.

    —La sacerdotisa del infierno azul—Susurro Sesshomaru.
    — ¿Qué tiene?

    Su padre ya estaba frente a el, mirándolo de forma extraña.

    —Sólo recordaba la leyenda.
    — ¿Por qué ahora hijo?
    —Por que la vi ayer, solamente por eso.
    —Bueno, creo que todos estamos así, quien se hubiera imaginado que la sacerdotisa elegida por Amida es tan linda, incluso me atrevo a decir que parece una diosa.
    —Dime padre, ¿Por qué le cambia el color de su cabello?
    —No sabría responderte eso hijo, eso es un misterio, hace poco los grandes filósofos han escrito de ello, no hay mucha información.
    —Hoy cuando iba por la colina, la vi, y cuando el último rayo de sol se produjo una luz la envolvió y su cabello cambia a negro.
    — ¿Una luz?, ¡que fantástico!, ¿qué se sintió estar en ese momento?
    —Fue extraño.
    — ¿Extraño?, hijo para ti todo los sentimientos son extraños.
    — ¿Y dices que eres mi padre? —Dijo ofendido Sesshomaru.
    —Pues lo soy, no por nada nos parecemos.
    —Me temo que si.
    —Preparémonos para cenar, no debe de tardar la comida.
    — ¿Qué pediste de cenar?
    —Pues no me ofrecieron mucho, ya que según me dijeron, el emperador cenará con Lady Kagome.
    —Sí, lo sé.
    — ¿Cómo lo sabes?
    —La servidumbre me lo dijo.
    —Bueno, si que los chismes vuelan rápido, bien me iré a bañar mientras traen la comida.
    —Yo espero aquí.
    ***********************
    Kagome sonreía gentilmente mientras que los exquisitos platos eran colocados en la hermosa mesa de madera.

    — ¡Todo luce delicioso! —Dijo con euforia la chica.
    —Espera a probarlo, te sabrán muy bien—Dijo Naraku mirándola.

    Kagome miro alrededor, están en una pequeña bahía, alzo un poco su rostro y pudo ver el lago, como amaba comer a la intemperie, bueno aunque había techo, pero podía sentir el viento corriendo por sus cabellos.

    —Jamás había comido afuera— Dijo Naraku.
    —Perdón si le digo esto emperador—Comenzó a decir Kagome alegremente—Ha desaprovechado mucho su tiempo.

    Naraku permaneció serio, Kagome se llevo las manos a la cara, genial, había echo enojar al emperador.

    —Es la primera persona que me dices eso.
    — ¡Siento mucho si fui grosera!
    —Para nada, eso no fue grosero, fue la verdad, estoy demasiado ocupada que no tengo tiempo de disfrutar mi casa.
    —Pues saque un poco de su tiempo para ver lo maravillosa que es su casa, sabia que en el lago hay mas de 12 especie de peses, entre ellas…

    Mientras la chica conversaba alegremente de lo que había visto en su recorrido, Naraku miraba a la chica, era sumamente alegre y energética, hacia tiempo que no conocía a una mujer como ella.

    —Sacare tiempo para andar por mi casa.
    —Me alegra oír eso.
    —Pero hay una condición.
    — ¿Cuál mi señor?
    —Usted vendrás conmigo.
    — ¿Pero no le estorbaría?
    —Claro que no, seria un gusto para mí que me acompañe en dicho recorridos.
    —Estaría encantada.
    —Bien, entonces comamos.

    Kagome dio gracias por la comida y se dispuso a comer.
    ***********************
    Kagome estaba muy nerviosa, no sabia si era por que se reuniría con su abuelo o por la ceremonia de esa noche.

    —Todo saldrá bien, no tienes por que estar nerviosa—Dijo Sango.
    —No creo que eso ayude Sango, estoy muy nerviosa.
    —Si de algo le sirve, quiero decirle que me entere que el sacerdote es su abuelo.
    — ¿Cuándo lo supiste?
    —Hace unos pocos minutos.
    —Quería decírtelo luego de la ceremonia, ¿qué piensas?
    —Estoy algo molesta, no contigo, si no con mi abuelo, nunca me dijo que tenia una prima.
    —Yo también lo estoy, sólo por tu hermano Kohaku me dijo que era su abuelo, supe entonces que tenía un tío y primos, todo este tiempo pensé que iba a estar sola, me reconforta saber que estoy al cuidado de mi prima.
    —No tienes por que sentirte sola, yo estaré contigo todo el tiempo.
    —Lo sé, me alegra que tú seas mi prima, Sango.
    —También me alegra que seas mi prima.
    — ¿Cómo es el abuelo?
    —El ya esta grande, por lo que es demasiado cascarrabias pero te agradara.
    —Esperemos que si, jamás lo he visto.
    —El también te va a querer.
    — ¿Cómo lo sabes?
    —Guarda una foto de tu madre, tú estas con ella, durmiendo en sus brazos.

    Los ojos de la chica comenzaron a llenarse de lágrimas.

    —No llores, por favor, no lo dije para que llores.
    —Lloro de alegría Sango.
    —Arruinaras tu maquillaje.
    —Lo siento, te costo mucho hacerlo.
    —No te preocupes, así como lo hice lo volveré hacer, todo sea por te veas hermosa, sobre todo para el emperador.

    Kagome se ruborizo, ella como sacerdotisa, jamás conoció el amor de pareja. La anciana Kaede era la encargada de repetirle a diario que tenia que mantenerse pura y casta hasta el momento de ser oficialmente presentada como la sacerdotisa de Amida. No entendía por que, pero tenia que cumplir su palabra, no podía enamorarse de nadie, no a menos que ya sea oficialmente conocida como la sacerdotisa del infierno azul.

    — ¿El abuelo me dirá que debo hacer?
    —Si, el te dirá todo, presta atención.
    —Claro.

    Kagome llevaba un kimono completamente blanco, a pesar de que las ventanas estaban abiertas podía sentir el calor, llevaba cuando menos unas 6 capaz debajo de ese kimono.

    — ¿Por qué tengo que llevar puesto tantas capaz?
    —Es para el ritual, el abuelo te lo explicara todo, ahora estate quite que tengo que volver a maquillarte.

    Kagome cerro los ojos, Sango miraba con asombro las facciones de su ahora prima, era muy hermosa, tenia una nariz pequeña y respingada, unos hermosos ojos azules, unas pestañas tan largas y unos labios rosados y carnosos.

    —Eres idéntica a tu madre.
    —Pues creo que si, ya que nunca conocí a mi padre.
    — ¿Tu madre no te hablaba de él?
    —No, sólo me decía que rece por él y eso es lo que hice durante todos mis 16 años.
    —Yo tengo 18 y mi hermano Kohaku tiene tu edad.
    —Eres realmente linda, ¿No te has casado aun? —Dijo Kagome.
    —No, mi padre insiste en que ya debo buscar marido, pero realmente no me interesa, además creo en el amor.
    — ¿El amor?
    —Se me olvido que sólo conocer el amor fraternal.
    —Me muero por experimentar el amor hacia una persona—Dijo Kagome con una sonrisa.
    — ¿Qué me dices del emperador?
    —Por favor, él solo es amable conmigo por que soy la sacerdotisa de su templo.
    —No lo creo, han habido otras sacerdotisas aparte de ti y con ninguna de ella se comporto como lo hace contigo, eso es raro.
    —Tal vez sólo le agrade más que las otras.
    —No lo creo, dime, ¿No te gustaría convertirte en la esposa del emperador?
    —Pero él es más grande que yo.
    —Solo tiene 31 años, además luce como de 20, ¿no crees que es guapo?
    —Si, es guapo—Dijo Kagome tartamudeando.
    —Ahí esta, te parece atractivo, entonces convive con él y si las cosas se dan te casaras.
    —Sango no me digas esas cosas, me hacen sentir muy avergonzada.
    —Bueno, entonces ya vete, el ritual será a media noche, cuando la luna este en su máximo punto, así que es mejor que te vallas.
    —Pero aun no anochece—Dijo Kagome mientras miraba su cabello dorado.
    —Ya lo se, pero ve, luego regresas aquí para que te vuelva a retocar el peinado y el maquillaje.
    —Bien.

    Kagome se levanto y camino hacia la puerta, ya afuera la esperaba un grupo de doncellas y sacerdotes, por fin había llegado el momento de conocer a su abuelo.
    ***********************
    — ¿Por qué no puedo llevar mi armadura?
    —No refunfuñes Sesshomaru, el emperador ha pedido que nadie lleve armadura ni mucho menos armas, es un ritual de purificación.
    —Ya lo se padre, pero no quiero ir con un simple kimono negro.
    —Pues así iras, es una orden, si no me obedeces te destierro.

    Sesshomaru permaneció callado.

    — ¿Por qué no puedes simplemente hacerme caso? —Dijo Inu Taisho con fastidio.
    —Mi naturaleza lo impide—Dijo Sesshomaru mientras se metía al baño.
    —Hijo, tu y yo somos de la misma naturaleza, no me vengas con esas cosas, se que no quieres estar aquí, pero entiende que como mi sucesor tienes que hacer todo lo que el emperador pida.
    —No se por que le hacemos caso a un simple humano.
    —A su debido tiempo entenderás por que le hacemos caso, ahora vete a cambiar tu ropa.
    —Bien.

    Sesshomaru se metió al baño, ¿qué era lo que su padre ocultaba?
    ***********************
    —No quiero ir.

    Naraku miraba a su hija.

    — ¿Por qué tengo que ir a ese estúpido ritual?
    —Por que te ordeno que vallas.
    —Padre, me esta pidiendo que me rebaje, no quiero estar con esos demonios y mucho menos con esa sacerdotisa.
    —Ella no es cualquier sacerdotisa.
    — ¿Que clase de sacerdotisa es?
    —Una de las más importantes, es por eso que tú como mi hija tienes que portarte bien con ella.
    —Tu no eres así, ¿Acaso te gusta la sacerdotisa?
    —Yo no me casaría con ninguna mujer que tú no quisieras.
    —Por favor, lo mismo me dijiste cuando tomaste una esposa tras otra, ¿Cuántas ya han pasado por tu cama padre?

    Sin pensarlo dos veces Naraku le dio una bofetada a su hija, Kagura miro con odio a su padre.

    —No me trates como tratas a los demás Kagura, yo soy tu padre, pero sobre eso, yo soy el emperador.
    —No iré.
    —Bien, si no te presentas en el ritual, no podrás salir durante un año de tu habitación, no estoy jugando.
    —No te atreverías.
    —Claro que si lo haría hija, como me dijiste, no me importa tu opinión.

    Kagura permaneció en silencio, mientras su padre se dirigía a la puerta de su habitación.

    —Iré padre.
    —Sabia decisión.
    — ¿Qué debo ponerme?
    —Nada ostentoso querida, cualquier color que quieras menos el rojo y blanco.
    —Bien.
    —No llegues tarde, seria de mala educación.

    Naraku salió de la habitación de Kagura, la amaba, pero en ocasiones se preguntaba, ¿por que se parecía tanto a su madre?
    ***********************
    — ¿Así que tu eres Kagome?
    —Así es—Dijo Kagome haciendo una reverencia.

    El sacerdote mayor era un hombre de avanzada edad, tenia barba y era de mediana estatura.

    —Siento lo de tu madre.
    —Yo también lo siento.
    — ¿Sabes algo del ritual?
    —Pues según me contaba mi madre, debo danzar para purificar el lugar, luego ir a la laguna y ahí donde la luna se refleje debo ofrecerme en cuerpo y alma, mientras los presentes, la familia imperial y terratenientes demonios, me ven.
    —Bien, tu madre te informo bien.
    — ¿Cómo debo llamarlo?
    —La mayoría de los presenten se acaban de enterar que eres mi nieta, pero no quiero que me llames abuelo.
    — ¿Cómo debo llamarlo?
    —Llámame por mi nombre, Sonome-san.

    (Lo siento no se me ocurrió un mejor nombre para el abuelo XD)

    —Bien Sonome-san ¿Qué hare ahora?
    —Orar, cuando llegue el momento te avisare.
    —Bien ¿Debo ir al templo?
    —No oraras aquí mismo, aun no anochece, recuerda que son demasiados rituales, esta el del baño purificador, el de la vestimenta y otros más — Sonome miro a la chica—reza y prepárate mental y físicamente para entregar tu cuerpo y tu alma a el dios Amida.
    —Lo hare Sonome-san.
    —Me retiro entonces, hazlo bien pequeña.

    El abuelo de la chica se fue, Kagome estaba apunto de llorar, ¿por qué su abuelo era tan frio?, su madre siempre le contaba que el era una buena persona, amable, servicial y alegre. Pero el abuelo que veía ahora, era todo lo contrario.

    —Debo orar—Dijo ella mientras se secaba las pocas lagrimas que había derramado.
    ***********************
    Inu Taisho se encontraba acomodándose su kimono negro, realmente odiaba ponerse esas ropas humanas, pero tenia que obedecer los requerimientos del emperador, todos los terratenientes y sus hijos llevarían kimonos negros, así estaba previsto, en muchas culturas, el negro significa muerte o incluso luto, pero para ellos, significaba protección contra los espíritus malvados.

    — ¿Ya estas listo Sesshomaru? —Pregunto Inu Taisho a su hijo.
    —No, adelántate—Grito Sesshomaru desde el baño.
    —Bien, ¿Si sabes donde es?
    —Sí, en el templo, junto al lago.
    —Bien, te veo ahí.

    Sesshomaru estaba ya vestido, pero no por ello listo para salir.

    —Odio usar esto.

    El espejo no mentía muy bien que digamos, pero los ojos, ellos si nos mienten constantemente. Él se veía sumamente guapo e imponente, pero eso él no lo notaba.

    —No quiero ver ese ritual.

    Y con esas palabras el demonio salió de su habitación, si el silencio llegara a ser ruido, entonces en ese momento, en el pasillo, había demasiado ruido. Camino unos metros hasta que llego al jardín, ahí no había nadie, salvo las luciérnagas y los grillos que tocaban a dueto.
    Aquella noche cuando la luna era llena, también los grillos tocaban a dueto, pero por que esta no noche no siento lo mismo que aquella, era acaso por ella, sin siquiera pensarlo, ella aparecía de nuevo en su mente, aquellos enormes ojos azules mirándolo.

    — ¿Acaso no lo sabias?

    Su atención pasó hacia un grupo de doncellas, estaban paradas a unos cuantos metros de él, pero al parecer ellas no lo habían notado.

    — ¿Qué debo saber? —Pregunto una doncella.
    —La razón por la que esta aquí lady Kagome—Le respondió la otra.
    —Pues que yo sepa es por que ella es la sacerdotisa de Amida.
    —No es por eso que la han traído aquí.
    —Entonces, ¿cuál es la razón?
    —No se lo digas a nadie, pero la verdadera razón por que la hayan traído aquí es para que se convierta en la esposa del emperador.

    Sesshomaru se quedo mudo, una humana de una familia inferior a la nobleza casada con un emperador, eso era imposible.

    — ¡En serio!
    —Si, eso me dijeron.
    — ¿Estas segura de eso?
    —Si, además una de las chicas dijo que se portaron muy cariñosos la otra vez que cenaron.
    —Pero apenas la esta conociendo.
    —Recordemos que la última esposa del emperador solo vivió un día aquí y se casaron, aunque ese matrimonio solo duro un año.
    —Es posible que al emperador le guste la sacerdotisa.
    —Claro que no, ¿por qué no le gustaría?, ella es muy linda y tiene un aire de diosa.


    ¿Un aire de diosa?, esas chicas si que leían demasiado, pensó Sesshomaru.

    —Pero ella no puede casarse.
    —No es que no pueda casarse, si no que tendría que esperar hasta que tenga 18 años para hacerlo.
    —Para ese entonces el emperador tendrá 33 años, ¿Es muy viejo para ella no?
    —Claro que no, además el emperador luce muy joven.
    —Bueno apurémonos a ir a la ceremonia.
    —Si, pero yo insisto en que los dos harían una linda pareja.
    —Si, además recordemos que por más de dos años el emperador no se ha enamorado sinceramente, todos era matrimonios arreglados.
    —Bueno, vamos chicas, que ya esta por empezar la ceremonia.

    Sesshomaru se dirigió al templo principal, la sacerdotisa humana casada con el emperador, ¿eso seria muy extraño?, pero no por ello imposible, había escuchado que en varias regiones, los señores feudales se casaban con sus sacerdotisas o más bien solo las convertían en sus amantes.
    ¿Acaso ella seria la amante del emperador?, si era eso, sentía lastima por ella, de segura nunca en su vida había experimentado ser la amante de un hombre superior a ella.

    —Lo siento.

    Estaba tan distraído, que no se dio cuenta de que alguien había chocado con el, bajo la mirada y se topo con un gran adorno dorado.

    —Lord Sesshomaru.

    Sesshomaru miro a la chica, estaba envuelta en un hermoso kimono blanco, encima llevaba una amplia capa negra, sus cabellos negros estaban adornados con un sinfín de peines, joyas y su rostro estaba pintado, haciendo que sus labios resaltaran.

    —Lady Kagome.
    —Ciento lo del otro día, me olvide de usted—Dijo Kagome.
    —Olvídalo—Dijo en tono autoritario del demonio.
    —No creo poder olvidarlo, se que se va en unos días.
    —Así es—Dijo Sesshomaru.
    —No quiero que me odio mi lord, solo quiero ganarme su amistad.
    — ¿Mi amistad?
    —Así es, ya que usted me salvo de la muerte.
    —Solo fue por compasión.
    —Fuera por lo que sea, se lo agradezco infinitamente y recuerde que siempre estará en mis oraciones.
    —Creo haber escuchado esto antes.
    —Si, creo recordar cuando fue, cuando usted me dijo ingenua.
    —Aun lo eres, crees en las personas ciegamente.
    —Me inculcaron a creer en las personas, si bien el orar no cura enfermedades, pero te hace creer en algo y aferrarte a ello.
    —Tu filosofía de la vida es muy diferente a la mía.
    —Creo mi lord, que cualquier filosofía de la vida en comparación de la suya será completamente diferente.

    Era ingenua, pero se expresaba de una forma demasiada avanzada para su edad.

    —A pesar que solo tienes 16 años te expresas muy bien.
    —Mi lord, no tengo 6 años, he aprendido mucho durante estos últimos años.
    — ¿De demonios?
    —Es algo básico para una sacerdotisa.

    Cuando sus labios se movían para formular una palabra, era irresistible.
    Cuando sus manos hacían ademanes para expresarse, era irresistible.
    Cuando sus cabellos danzaban al compás del viento, era irresistible.
    Conclusión: Ella era sumamente irresistible para el.

    Continuara…
     
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  7.  
    razon

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    Ho ho ho! Holo! :B

    Bueno, empecemos con lo de las paréntesis. ¿Sabes que no debes poner cosas entre paréntesis que sean de nota de autora no? Si pondrás algo referente al ff, debes ponerlo cuando termine el cap. o antes de que empiece, si no desenfocaras al lector.
    Como se te pudo olvidar niña? Es algo básico, que no se vuelva a repetir. (Si, parezco tu madre o peor xD)

    --


    Lo ultimo de "Conclusión" no me pareció realmente bonito o algo bueno para terminar el ff. Tal vez le daba palabras de más y como sabes "Incluso pequeñas palabras significan mucho." Bueno la cosa es que por alguna razón no me agrado el final del capitulo, aunque realmente me muero al pensar en Sesshomaru pensando algo así.

    Me he quedado intrigada, no lo dudo. Estoy segura que con la danza que haga Kagome todos quedaran aun más perplejos y tal vez sea el golpe final para que Naraku decida tenerla como mujer.... Tal vez a Sesshomaru le pase lo mismo... Y quien sabe? Tal vez los hijos de los demás terratenientes también... Ojojojojojo (Si, imagínate mi risa malvada xD)



    En fin, aun tienes pequeños errores de dedo.



    atte:razon
     
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  8.  
    LucyDei

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    Leo
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    ¡Ahhh me encantó! Gracias por avisarme :3 Yo no sé porque siento que Naraku oculta algo ¬¬ xD espero que si él le pide casarse con él ella no acepte xDD pero no se porqué presiento que si lo hará.
    Sesshomaru comienza a sentir algo por ella que lindo x3 ya quiero ver que pasará entre ellos. Te seguiré de cerca.
     
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  9.  
    KimNaNa

    KimNaNa Iniciado

    Virgo
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    Hola ^^
    estuvo muy buena la conti:
    La meloceria de Naraku me parecio sospechosa al principio pero no pense que fuera enserio, esperemos que no tenga un plan perverso entre manos, aunque no seria extraño, es Naraku.
    Ya empieza a gustarme el extraño fenomeno del cambio de color del cabello de Kagome, me parece que la hace muy interesante a los ojos de cierto youkai :D, que a proposito ya esta pensando demasiado en ella, sera entonces que el sera el primero en enamorarse de ella?, espero que su acercamiento en los ultimos 5 dias que le quedan a sess sean cada vez mas romanticos ^^ (lo se soy un poco cursi xD)
    En cuanto a la ceremonia espero que kagome los deje con la boca abierta a todos, tanto al abuelo para que vea su potencial, como a sess para que piense mas en ella, y al emperador tambien .
    Solo vi unos cuantos errores de redaccion pero nada grave
    A proposito ame las sabia conclusion de sess!! ojala kagome tambien comience a reflexionar de sesshomaru ^^
    Avisame cuando alla conti!
     
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  10.  
    Yuul

    Yuul Kuro no joō

    Piscis
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    Sesshomaru se enamoro de Kagome.? Sesshomaru se enamoro de Kagome!!!!!! Sesshomaru se enamoro de Kagome!!!!!!
    Siiii Sesshomaru se enamoro de Kagome!!!!!! ^.^

    Hay Te quedo muy linda la conti!!
    No puedo creerlo naraku gusta de Kagome!!!! O por dios con quién se va a quedar Kagome!! Yo kiero q se quedé con sesshy!!!!
    Me encanto la ultima parte cuando sexymaru admitió q Kagome es irresistible y ahora q pasara.? Kiero saber kiero saber kiero saber!!!!!!!!!!!! *Callen a esa loca q anda gritando x todo el foro*

    *ok ok me callo*

    Pero plis ina conti conti conti conti conti conti conti conti conti proooonntooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    Pd: Gracias x avisarme de la conti!!..
     
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  11.  
    elizabeth wolf

    elizabeth wolf Entusiasta

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    Pluma de
    Escritora
    me enamore de tu fic realmente es magnifico la trama y la narración, me muero por saber que pasara de ahora en mas ¿ Kagura se fijara en Sessho? Naraku desposara a Kagome? o se quedara con Sessho ( eso es lo que yo haría) por favor avisame de la conti por que realmente esta genial y deseo saber como sigue
     
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