La Reina de los desterrados [Kagome x ?]

La Reina de los desterrados [Kagome x ?]

Hola, aquí les traigo una nueva idea es algo diferente de lo que he leído y me ha parecido emocionante a ver si les gusta, como digo me gusta que dejen post no necesariamente tienen que ser buenos, pero no acepto criticas destructivas, si no te gusta no dejes post, simplemente deja tu opinión de forma civilizada y respetuosa, a todos los espero que les guste y gracias por leerlo.

Summer: Ella era diferente, la reina de los desterrados no podía amar y aunque no sabia nada, tenía que afrontar que ya no iba a poder jamás volver a amar.

Aviso: Este fic tiene contenido adulto, y se podría decir que tiene algunas escenas fuertes, aquel que no tenga la madurez suficiente por favor abtenerse de leerlo.[/center]​

Prólogo​

El grupo se encontraba descansando en un largo prado luego de una ardua batalla con unos monstruos enviados por Naraku, resultando victoriosos y con dos fragmentos nuevos decidieron quedarse allí para descansar.

-Chicos no creen que estamos muy a la intemperie, si llueve no tendremos como resguardarnos-hablo la joven quinceañera que se preocupaba por no coger un resfriado

-Para nada Srta. Kagome, estás tierras son muy exentas de eso, además esto es una especie de prado mágico cuando la tierra siente que necesita agua, el tiempo se pone de acuerdo-dijo sabiamente, colocándose al lado de la hoguera que hace poco se había hecho

-No sabia que todavía existían tierras de ese tipo-dijo Shippo sorprendido, mientras se acurrucaba en el hombro de Kagome

-Pues yo no tenia idea de que eso existía-exclamo sin importancia Kagome

-¡Feh! Bobadas, solo es un prado más-refunfuño InuYasha

-Tu siempre tan amable InuYasha, no me sorprende por que Kagome te dice tanto abajo-dijo Sango mirando a su amiga que se había quedado pensativa

-¿Sucede algo Kagome?-pregunto curioso InuYasha, al no verla responder

-No es nada, solo que sentí una presencia, pero ya no la siento-dijo con tranquilidad mientras se sentaba y habría las sopas instantáneas

-Que raro, no sentí nada-dijo rascándose la cabeza, pero pronto dejo de preocuparse para centrar su atención en el plato de ramen que tenía la frente

-Este chiquillo-dijo Kagome riendo para si misma, desde hace un tiempo para acá sentía un sentimiento súper maternal para con InuYasha, le paso por el lado y le acaricio la cabeza como tal cachorro obteniendo un suave ronquido

-Que raro comportamiento-le susurro Sango a Miroku

-Es cierto tienen ya días así-hablo Miroku mientras se llevaba
un bocado de comida

-Pues a mi me parece normal-dijo Shippo que tenia la boca llena de fideos

-No es de buena educación hablar con la boca llena-le reprendió Kagome a Shippo

-Lo siento-dijo este algo sonrojado

Así pasaron, la verdad el prado en si era muy tranquilo, todos pudieron descansar muy a gusto. En la mañana cuando todos decidieron partir fueron atacados por un grupo bastante grande de ogros, jabalíes, hombres con forma de perros y cosas así.

-Den nos a la mujer-grito el más alto de todos, su forma era como la de un Youkai de alto rango pero en la cara tenia una mano pintada y el cabello recogido en una coleta alta

-Jamás-vocifero InuYasha y desenvaino a Colmillo de Acero

-Pues cera por las malas-así ambos comenzaron una pelea donde chocaban espadas, pronto los demás atacaron a Miroku y a Sango, uno de los ogros la dejo inconsciente, Kagome corrió lo mas que pudo, pero fue alcanzada por un Youkai de largar alas y apariencia algo grotesca.

-Ya eres mía-le dijo su voz era ronca

-Suéltame ahora mismo si no quieres morir-dijo esta con voz tajante en sus ojos se mostraba una infinita decisión

-Lo siento pero tengo ordenes mi señora-hablo con voz pasiva el murciélago

Kagome no pudo entender por que de pronto no se sintió amenazada y se dejo llevar, sentía eso familiar

Por otro lado con el grupo.

-Rayos, se llevaron a Kagome-dijo InuYasha con frustración

-¿¡Ahora que hacemos!?- pregunto histérico Shippo

-Seguirlos-dijo Sango que recién se recuperaba del golpe, todos los ogros, y demás especies habían desaparecido sin dejar rastro en lo que perdieron de vista a Kagome

-No quedara de más no podemos dejar que se lleven así a la Srta. Kagome-dijo Miroku mientras se montaba con Sango sobre el lomo de Kirara, pronto todos se encontraban corriendo en dirección Noreste

***​

-“¿Qué es esto?, ¿Por qué no me siento preocupada?, más bien lo siento familiar”-pensaba la joven protagonista con tranquilidad, entonces visualizo un valle y en el medio había una aldea


-Ya llegamos señora-dijo este mientras la guiaba a la montaña mas alta pronto en la puerta de madera se encontraban dos guardias jabalíes, con unos lobos como compañeros, al verlos los dejaron pasar. Sus ojos se sorprendieron al encontrar una bellísima fuente con forma de ninfa la cual tenía un cántaro por donde salía el agua, unos pastizales alrededor, era como una mansión habían dos plantas llenas de habitaciones, talladas con madera maciza.

La guiaron a la habitación que daba después de la fuente. La aldaba era de oro y la puerta era de roble, como podía distinguir la madera, por el olor.

-“Que extraño desde cuando tengo tan buen olfato, pero tengo que aceptar que para ser seres grotesco tienen un fino gusto para la decoración”-pensaba sorprendida la azabache, en todo el camino no había cruzado palabra con su captor y la verdad no era que le interesase, pronto estuvo frente a frente con la puerta la que se abrió.

-Pase Sra.-dijo el hombre que la llevo hasta allá

-¿Por qué me han traído aquí?-pregunto con determinación no se dejaría ver débil ante aquellos seres

-Veo que a pesar del tiempo no ha perdido su sentido objetivo Sra.-dijo el Youkai que tenia al frente era muy parecido al que los ataco al principio-Mi nombre es Sasuke y soy el guardián de estás tierras

-Yo soy Hishiro, Segundo al mando-dijo este con frialdad, algo que no le sorprendió a Kagome

-Y yo soy Mina tu hermana-dijo una rubia alta de ojos chocolates verdosos, piel bronceada y senos abultados, llevaba un vestido blanco hasta la rodilla y ceñido en la cintura, el pelo recogido con una cinta, y dos dagas en cada pierna

-¡Hermana!-dijo titubeante Kagome cuando miles de imágenes volvieron a su mente y callo desmayada.

Hola, espero que les guste de verdad.​