La Primera vez nunca se olvida

Tema en 'Prince of Tennis' iniciado por Puccapucca, 10 Marzo 2007.

  1.  
    Floo

    Floo Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    pone conti por favor!!!!!!
    me muero d la intriga!!!!



















    conti conti conti conti conti conti conti
    conti conti conti conti conti conti!
     
  2.  
    Puccapucca

    Puccapucca Entusiasta

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    10 Marzo 2007
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    La Primera vez nunca se olvida
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    Re: La Primera vez nunca se olvida

    :altavoz: ya hay nuevo capitulo, en un principio tenía pensado que este fuera el último, pero se alargo mas de lo que creí *verguenza* así que tendran que seguir aguantandome *perverso* lo que no tengo claro es si serán 1 o 2 capitulos mas para el final, todo depende de la escritora:computadora:, pero bueno ahora disfruten lo que hay, de ahi veremos que pasa, jajjaa

    DUDAS E INDECISIONES

    La luz del sol comenzaba a iluminar nuevamente, aquellos acontecimientos que lograron arrebatar la tranquilidad de Sakuno y la de sus hijos, había llegado a su fin. Aunque ya nada podía seguir como antes, no había nada que hacer, pues los días continuarían pasando sin detenerse, así que cada quien debía arreglárselas para continuar el destino que le tocaba vivir.

    El bullicio normal de la mañana, interrumpía suavemente en la habitación de Sakuno, ya que sus hijos recobraban las energías perdidas, y se preparaban para continuar su día, aunque ahora con una gran motivación y alegría, ya que por primera vez, desde lo ocurrido irían a ver a su papá, o sea a Ryoma. La felicidad que demostraban era monumental, pues nada de lo que les dijesen les podía quitar la emoción que estaban sintiendo.

    - Supongo que ya estás lista – decía Keiko, sacando a Sakuno de sus pensamientos.
    - Si… - calló al ver la mirada inquisidora de su amiga.
    - Pero en serio piensas irte antes que despierte – observándola con cuidado, para así poder adivinar que pensaba.
    - Sí…es lo mejor.
    - Lo mejor para quien…se que te vas por miedo a enfrentarlo…Sakuno hasta cuando piensas culparte…no es tu culpa…y aun que lo fuera…no eres tú quien decide que hacer – la sermoneaba su amiga.
    - Pero no…
    - Pero nada…a veces me sorprendes, desde cuando tan cobarde…es que a caso no has aprendido nada todos estos años…todo lo que eres hasta ahora es gracias a quien…y no me digas a mi…mira no te puedo obligar a nada…pero tampoco me voy a quedar callada – la miraba con ternura, pero sin disminuir el tono severo de su voz – creo que haces mal en irte sin hablar antes con Ryoma.
    - Pero debemos ver lo del trabajo – se excusaba la chica.
    - Es cierto, pero ya te dije que yo puedo arreglar eso sola – sentándose a su lado pues al parecer ella no entendía nada – que crees que va hacer Ryoma cuando se despierte y no los vea allí.
    - Nada – con un poco de enfado – él no es de los que se preocupan por alguien…de seguro lo primero que hará es ver cuando podrá jugar, típico de él – con un tono sarcástico.
    - Puede ser verdad, pero ahora las cosas son distintas.
    - No lo creo.
    - Estas segura…digas lo digas, estoy convencida que cuando despierte lo primero que hará será preguntar por ti…y no mires con esa cara de sorpresa…pues pude darme cuenta cuanto lo mucho que te quiere cuando estuvo aquí.
    - Eso fue por lo que paso…de seguro se sentía culpable por lo que hizo esa imbécil.
    - Lo dudo…de todas formas aunque te vayas…no arreglaras nada…espero no te andes lamentado después.
    - No te preocupes… - su voz sonaba apagada, casi sin vida, ella sabía que lo que le decía su amiga era cierto, pero no tenía valor de enfrentarlo.
    - Ya Sakuno…estamos listo – decía desde la puerta Yue, listo para salir.
    - Esperen a donde van tan apurados – aunque lo sabía se quería divertir un poco, además que ella aun no estaba del todo convencida de ir.

    Los chicos la miraron desconcertados, y un poco preocupados, a caso su madre había cambiado de opinión y ya no los llevaría donde Ryoma.

    - Pero...mamá – con un poco de pena interfería Ranko – tú nos dijiste que hoy iríamos a ver a mi papá.
    - Lo sé…lo sé…solo quería ver sus caras
    - No es gracioso – ambos muy serios – entonces ya nos vamos
    - Si…vamos, pero recuerden solo será un momento, pues no permiten niños en el hospital y gracias a Keiko les permitirán entrar, así que se portan bien.
    - Siiiii…seremos buenos ¿Cierto hermanito? – con picardía decía la pequeña.
    - Por supuesto – corroboraba su hermano.

    Aunque esto no convencía mucho a Sakuno, pues el tono con el cual hablaban los mellizos le hacía dudar, pero de todas formas no tenía como echarse hacía atrás con la decisión. Fue así como emprendieron rumbo hacía el hospital, pero esta vez irían acompañados por unos guardias, ya que con lo sucedido era mejor prevenir, sin embargo, esto no era de agrado para nadie mucho menos para los chicos, que veían sus posibilidades de libertad restringidas drásticamente por aquellos mastodontes, pero ya se las arreglarían para hacer sufrir a sus nuevas niñeras.

    El sol ya estaba en lo alto, cuando esta familia llegaba al hospital, más bien una clínica privada donde estaban atendiendo a Ryoma, desde los hechos recién pasados había transcurrido una semana, en los cuales el joven tenista aun permanecía dormido, la herida provocada por el disparo entro por uno de los costados del abdomen, no dañando ningún órgano vital, no obstante, tuvo una gran perdida de sangre que luego del tratamiento realizado lograron estabilizarlo, ahora solo era cuestión de tiempo hasta que recuperara la conciencia.

    Después de recibir las indicaciones del doctor tratante decidieron entrar, el permiso para que los chicos pudieran ver a Ryoma lo habían logrado a través de Keiko con uno de sus contactos, algo que les costo conseguir pues este aun permanecía inconsciente, lo cual impedía que tuviese visitas de cualquier tipo, pero como este era un caso especial habían accedido, no solo por que eran sus hijos, sino por que al día siguientes ellos tendrían que irse, pues debían partir a Londres a solucionar los problemas de trabajo de Sakuno, que insistía en ir en persona, y por lo ocurrido ya se habían retrasado.

    Al entrar en la habitación, se pudo apreciar un cuarto bien iluminado de aspecto sencillo, sin decorados, pero con algunos recuerdos que le habían enviados sus conocidos y fans, en donde se podía ver en el centro sobre una cama acostado el joven tenista. A pesar que ya se encontraba bien, se veía pálido y mas delgado, según los doctores todo estaba perfecto, así que había que tener paciencia para ver cuando el paciente recuperaría la conciencia, aunque Sakuno hubiese querido permanecer hasta que eso ocurriese, su vida se lo impedía, no solo por trabajo sino por ella misma.

    La bella Sakuno al observar a su amado tan desvalido una leve presión en su pecho la turbo, se sentía culpable por lo ocurrido, se cuestionaba mil cosas, una de ella era haberle contado a Ryoma la verdad sobre sus hijos, pues con esto lo mejor hubiese sido esperar otro momento, así él no se habría arriesgado tanto, pero ya era tarde, por lo menos no había pasado a mayores, el solo hecho de pensar que la vida de Ryoma podría haber sido cortada por esto, ella jamás se lo habría perdonado.

    Por tanto, un tumulto de sensaciones hacía eco en su interior, preferiría alejarse por completo antes de ver nuevamente a su querido Ryoma en este estado, después de muchas noches cuestionándose por esto había decidido partir lo antes posible, aun cuando él todavía no despertaba, ya que para ella era lo mejor, pues despedirse viéndolo a los ojos le sería imposible, el solo pensarlo la hacía dudar, como resistirse a esa penetrante mirada color ámbar, de seguro no tendría valor de decir nada, así que lo mejor era, literalmente, huir.

    - Mamá…estas escuchando – interrumpía Yue.
    - Ahh!!! Que – mientras volvía a la realidad y observaba a quien la llamaba.
    - Te preguntamos…que cuando va a despertar – molesta decía Ranko.
    - Bueno…eso no lo sé…hay que esperar – con tristeza hablaba.
    - Nos podemos quedar hasta que despierte – decía el pequeño.
    - Lo siento…ya hablamos de eso…mañana nos tenemos que ir.
    - Pero mamá…si despierta y no nos ve – haciendo pucheros hablaba la niña – se pondrá triste, no hay nadie que lo cuide.
    - Es cierto…será mejor que nos quedemos, tenemos que decirle donde vamos a estar – afirmando con su cabeza.
    - Yue tiene razón…si no como nos va ha encontrar – con un poco de preocupación decía.
    - Es verdad…tenemos que esperar – de pie cruzando los brazos.
    - Si…hasta que despierte – la pequeña imitando a su hermano.
    - Por mucho que ustedes quieran eso no es posible…además les pueden dejar su número con su representante – tratando de convencerlos.
    - Con ese viejo tonto – insultaba Yue.
    - Yue…te he dicho que no llames así a las personas mayores que tú – reprendía con firmeza.
    - Esta bien.

    Los pequeños no se convencían con lo que su madre les explicaba, para ellos el supuesto representante era un viejo tonto, que de seguro no le diría nada, así que mejor planeaban algo para despertar a Ryoma o sino no tendrían oportunidad de hablar con él. Desde que supieron que era su padre, lo único que ocupaba sus mentes era estar mas cerca de Ryoma, a pesar de todo lo sucedido la reciente noticia era mucho más relevantes en sus vidas que cualquier otra cosa, incluso aquella situación tan nefasta.

    Quienes los rodeaban estaban muy sorprendidos con la actitud tomada por estos pequeños, ya que su capacidad de superación ante la adversidad era impresionante, algunos especialistas solo decían que había que darles tiempos a reaccionar, otros en cambio, afirmaban que las situaciones traumáticas como esta por lo general eran bloqueadas por quienes sufrían esto, sobre todo considerando la corta edad de los mellizos.

    Sin embargo, para su madre solo era que ellos deseaban tanto saber y conocer a su padre, que al enterarse quien era realmente, cualquier otra situación por muy extrema que haya sido, lograba superar con creces lo anterior, además, juntos lograban canalizar todas sus energías o posibles temores en ser parte de la vida de Ryoma, ya que al ver peligrar esta situación con lo que le había pasado a su padre, no tenían de otra que concentrarse con mayor precisión en todo esto.

    - Que están haciendo – con estupor al voltearse hacía ellos.
    - Eh!...solo estamos mirando – decía la pequeña, mientras se acomodaba en una silla a un costado de Ryoma, y por el frente, en la escalerilla que le ponían a los pacientes para ayudarlos a subir a sus camas, se hallaba Yue.
    - Mmm…con cuidado no se apoyen mucho en la cama – se había asustado, ya que por un momento pensó que Ranko saltaría encima de Ryoma, como era habitual en ella despertar a su hermano, al ver que eso no era así continuo observando por la ventana, ya que ver a su amado así le haría dudar de su decisión.
    - Esta bien – al unísono los hermanos.

    Al confirmar que nuevamente su madre no los estaba vigilando prosiguieron con sus fallidos intentos por despertar a Ryoma, quien por el momento aun no daba señal de que pronto saldría de su profundo sueño. Sin embargo, esto no disminuía las esperanzas de los pequeños, así que insistían en cuanta cosa que se les ocurría para despertar a Ryoma, claro que con mucho sigilo para que su madre no se percatará de lo que ellos estaban haciendo.

    Mientras Yue vigilaba a su madre, la ingeniosa Ranko no escatimaba en llevar a cabo cada una de sus ideas, entre ellas, le susurraba lo más alto posible a sus oídos, lo suficientemente fuerte como para causar alguna molestia, por no decir un gran dolor de oídos; así también, le hizo cosquillas, enterró sus finos dedos en los ojos ambarinos, abría como podía los párpados, pellizcaba fuertemente sus mejillas, etc.

    Hasta que Sakuno volvió a la realidad acercándose a los pies de la cama, sonriendo levemente al ver que sus hijos no se habían quedado tranquilos, compadeciendo a Ryoma por esto, ya que si despertaba de seguro tendría mas de alguna molestia, ella solo observaba como el rostro de él había comenzado a adquirir un cierto grado de color, y como no, si Ranko se había encargado que las mejillas de Ryoma recuperaran su tono perdido aunque en este caso exagerado.

    - Que se supone que hacen – aunque le divertía verlo así, debía comportarse, era su deber educar a sus hijos.
    - Nada – decían con total inocencia, esquivando la mirada de su madre.
    - Y por que parece que Ryoma esta un poco diferente – señalando el rostro del chico.
    - No sé – decía la pequeña.
    - A lo mejor es por que esta despertando – confirmaba Yue.
    - Ah! Si…entonces por que Ranko esta arriba de la cama.
    - Ehhh… ¿quería ver más de cerca de mi papá? – con un tono interrogativo, para ver si la respuesta era correcta.
    - Como sea…bájate de allí…y vengan los dos pues es hora de irnos.
    - QUEEEE – ambos alzando la voz – pero si todavía no despierta.

    Mientras la discusión proseguía, con unos niños bastante decepcionados y una madre un poco triste por sus hijos. Había una persona que comenzaba a percibir que no estaba solo y en silencio, ya que unos murmullos llegaban a sus oídos, aunque no tenía plena conciencia de que o quienes eran los que interrumpían su placentero sueño.

    Sin que los presentes se percataran aun, Ryoma poco a poco empezaba a reaccionar, pero todavía no abría los ojos que aun le pesaban mucho como para darse el trabajo de hacerlo, sin embargo, estaba atento a lo que lo rodeaba pues escuchaba unas voces desconocidas, y frases que llegaban a él que lo desconcertaban, ya que muchas incluían su nombre combinado con la palabra papá, hasta donde recordaba él no tenía hijos.

    En realidad, su mente recién comenzaba a funcionar, pero todavía no comprendía bien que estaba sucediendo, a caso había gente extraña en su cuarto, si esa era la situación que diablos hacían ellos allí, por unos momentos pensó que estaba soñando o peor se estaba volviendo loco. Por su cabeza circulaban un sin fin de ideas, se maldecía por no poder abrir los ojos y ver quienes eran, que además hablaban de él con tanta familiaridad.

    En un ir y venir de maldiciones que Ryoma se hacía por no poder interferir, escuchó una voz que hizo reaccionar sus sentidos, era una suave melodía que despertaba un cúmulo de sensaciones en él, tratando de reconocer quien era unas difusas imágenes interrumpían en su mente, recuerdos, sueños, aun no era claro, pero un rostro familiar quedo grabado en sus ojos, intentando saber la identidad de lo que veía, empezó lentamente a abrir sus parpados.

    A través de la diminuta abertura que se formaba en el intento de divisar aquellas voces, pudo distinguir unos bellos ojos carmesí que estaban cubiertos por una tenue tristeza, al verlos se cuestionaba por que, había alguna razón que lo involucraba a él. Hasta que nuevamente al escuchar la voz familiar se dio cuenta quien era en realidad, aquel angelical rostro que veía en sus pensamientos era su querida Sakuno, se quedo contemplando unos minutos, mientras trataba de averiguar que estaba pasando y quienes eran las otras voces.

    - Comprendan…no me puedo quedar y ustedes tampoco – rectificaba al ver que ellos tenían pensado pedirle que si podían quedarse.
    - Solo hasta que mi papá despierte.
    - Después no vamos contigo – suplicaba Yue.
    - Lo siento…se que quieren conocer mejor Ryoma…sobre a todo ahora que saben que es su padre…pero les prometo que después podrán verlo – trataba de darles una esperanza.

    Aquellas palabras caían como una densa lluvia de información desconocida, que turbaban su cabeza, pero que con cada frase escuchada una inmensa cantidad de recuerdos pasaban por sus ojos, comenzando a comprender o más bien a recuperar las memorias olvidadas, al menos ahora las frases dichas cobraban sentido, no solo su mente estaba consciente de todo sino que su cuerpo le afirmaba que las imágenes vistas eran su realidad, pues ya los dolores se hacían presente, dándole a entender que despertaba completamente.

    - No tendrán…Cof cof… que esperar a que despierte – una débil voz se escuchaba, sacando inmediatamente de su discusión a los presentes.
    - PAPAAAAA – gritaron sin contenerse los chicos, ya que por fin sus deseos se hacían realidad.
    - Estás bien…Ryoma – una leve sonrisa asomaba el los labios de Sakuno – voy a llamar al doctor – apresurándose a salir, sin darle tiempo a ser detenida o a escuchar respuesta.
    - Papá que bueno que despertaste – en el rostro de Ranko no cabía mas felicidad.
    - Justo a tiempo…ya que mañana nos vamos – decía Yue un poco disconforme.
    - Pero tienes que prometernos que iras a vernos - Ranko.
    - Si…promételo, cuando te recuperes - Yue.
    - Recuerda que dijiste que nos enseñarías a jugar tenis - Ranko.
    - Cuando no estemos contigo tienes que llamarnos - Yue.
    - Tienes el número de Sakuno…bueno sino le pedimos que te lo de – casi sin respirar hablaba Ranko, no dejando a Ryoma contestar.
    - Te podemos llamar nosotros - Yue.
    - También le podemos pedir a mi mamá que nos lleve a los partidos - Ranko.
    - Verdad…le diremos a Sakuno - Yue.
    - Ryo…perdón papá podemos ir a verte – la dulce voz de la pequeña llegaba a sus oídos.

    Al parecer el tiempo se había detenido en los ojos de Ryoma, pues aquella imagen de sus hijos no era normal verla, pero por otro lado, los pequeños no le daban tiempo ni de suspirar, pues lo estaban bombardeando de preguntas y peticiones y aun cuando demandaban pronta respuesta, no le entregaban la oportunidad de emitir palabra, a penas intentaba en pensar una posible réplica a sus exigencias lo volvían a interrumpir con otra tanda de cuestionamientos.

    - Obvio Ranko que podemos ir– afirmaba su hermano, mientras miraba a su padre – papá donde vives, nosotros vivimos en Japón.
    - Vivó en…EEUU – fue lo único que alcanzó a decir.
    - Y eso es muy lejos – decía la niña, pensando en una solución por si la respuesta era afirmativa.
    - Podemos ir a tu casa los fines de semana – interfería Yue – o tú puedes quedarte en nuestra casa.
    - Siiii… duermes en mi cama y yo duermo con mi mamá… – los pequeños solo continuaban hablando sin parar, viendo todas las posibilidades que tenían.

    Aquella escena fue interrumpida, para alivio de Ryoma que ya estaba agotado con tanta información, debido a que entraban al cuarto Sakuno acompañada con el doctor, que al ver la situación en que se hallaba el paciente solo sonrío, pues este presentaba un rostro lleno de color, al menos ya comenzaba a recuperarse y al parecer la dosis entregada por sus hijos era efectiva.

    - Bueno pequeños…cálmense un poco – interfería el doctor – debo pedirles que salgan unos momentos para revisar al paciente.
    - Ehhh…pero – comenzaba a protestar Yue.
    - Vamos que el doctor debe hacer su trabajo – interrumpía su madre.
    - No se preocupen cuando termine les permitiré entrar un momento para que se despidan, ¿le parece bien? – el doctor vio la desilusión reflejada en sus rostro, así que se compadeció.
    - Ya escucharon…vamos por un refresco mientras tanto – a pesar del desgano de sus pequeños obedecieron sin chistar.
    - Veo que tiene una hermosa familia – dirigiéndose a Ryoma, quien veía con tristeza como salían, pero al escuchar esto se sonrojo.

    Algunos minutos después volvían a ingresar al cuarto, pero esta vez se hallaban un poco más tranquilos, aunque igual de emocionados. Mientras los chicos volvían a sus lugares anteriores, el doctor les informaba el real estado de su paciente, indicándoles claramente que todo se encontraba en perfecto estado, la recuperación había sido muy buena, principalmente por el buen estado físico que presentaba Ryoma.

    Sin embargo, aun debía permanecer unos días más en la clínica, hasta que se recobrara completamente, ya que a penas estaba despertando. Aunque esta noticia no fue muy bien tomada por el joven tenista, que no le agradaba para nada continuar siendo tratado como un enfermo, y todo esto considerando que solo habían transcurrido un par de minutos desde que había recobrado la conciencia. No obstante, no le dieron tiempo de hacer ningún reclamo, pues prácticamente lo estaban ignorando, peor tratándolo como si fuera un niño pequeño.

    - Bueno joven…lo dejo con su familia para que se despidan…pero no se demoren mucho…ya que aun debe descansar – indicaba el doctor, que ya comenzaba a salir de la habitación.
    - Vaaa…si ya estoy bien…me iría ahora mismo de este lugar – hablando con su típica arrogancia.
    - Pero no puedes…será mejor que le hagas caso al doctor – con aquel mismo tono maternal con el que le hablaba a sus hijos.

    Aquellas palabras aunque no le agradaban no dijo nada, ya que al ser dichas por ella con tanta ternura lo dejaban totalmente desarmado.

    - Será mejor que no digas nada – una suave voz a su oído le hablaba.
    - Si, papá…Ranko tiene razón – de la misma forma murmuraba en la oreja de Ryoma – cuando se enoja en horroroso – se ponía a temblar.
    - Que tanto murmuran ustedes – los miraba con recelo, pero solo por diversión.
    - Nosotros naaada – desviando la vista Yue.
    - Vez…lo que tenemos que pasar – esto causaba una leve sonrisa en Ryoma, hablaban de su Sakuno como si realmente fuera la peor de las brujas, aunque para él era el mas hermoso de los ángeles.
    - Si quieres que me quede…espero que tú sean mi enfermera personal – con un tono seductor que hizo que a Sakuno le subiera la temperatura instantáneamente.
    - Mamá estas bien…tienes fiebre – preguntaba con toda la inocencia del mundo su hijo.
    - Lo siento…pero mañana nos tenemos que ir…así que tendrás que buscar otra enfermera – no supo como pero habló sin tartamudear, de seguro era por que sus hijos estaban presentes.
    - Y me van a dejar aquí solito – poniendo una cara de niño abandonado, un rato con sus hijos y aparecían los caprichos.
    - Vez mamá…no podemos irnos…pero yo me puedo quedar de enfermera – sus ojitos brillaban de emoción.
    - Si Ranko se queda yo también – afirmaba Yue.
    - Y tú de que vas a ser – objetaba la pequeña.
    - Ehhh…enfermero…cierto papá.
    - Por supuesto…los dos me pueden cuidar…por mi no hay problema – mientras los tres miraban a su madre y “mujer” con cara de perros degollados.
    - Que graciosos…no llevan ni un día con esta relación y ahora los tres en mi contra – los miraba con enfado, aunque solo fuera alegría.

    Varios minutos pasaron antes que Sakuno lograra vencerlos y convencerlos que no era posible quedarse, pero que en otro momento volverían a verse. Por otro lado, Ryoma no estaba muy de acuerdo con esta decisión, ya que el sabía que Sakuno estaba huyendo, pues las excusas que fue creando cada vez eran más absurdas, solo que sus hijos no se darían cuenta de eso.

    Sin embargo, era poco lo que podía hacer, ya que en las condiciones que se encontraba no eran las más óptimas para entablar una discusión, además considerando que estaban los niños, él en ningún caso quería causar un conflicto mayor entre ellos, aunque no podía entender por que su Sakuno quería irse tan aprisa, sabía lo del trabajo, pero cada vez que veían una posibilidad de volver a reunirse, ella iba e inventaba un nuevo pretexto.

    Esto comenzó a molestarle un poco, sabía que todo lo que había ocurrido influía en su reacción, pero ya había pasado. Por otra parte, él no le estaba pidiendo que dejara a sus hijos solos, en ningún caso, en realidad no lo había ni pensado, pues no se imaginaba asumiendo esa responsabilidad, que haría él con dos niños, por muy hijos suyos que fueran no estaba acostumbrado a tratarlos y si pasaba algo que haría, lo mejor era que su madre estuviese con ellos, aunque no era claro si solo era por los niños o por el padre.

    Mientras los mellizos seguían inventado formas de convencer a su madre, Ryoma ya había dejado de escucharlos, no por que no le interesará lo que se hablaba, sino por que estaba analizando cada palabra, gesto o actitud de Sakuno, que de algún modo le permitieran comprender por que lo estaba evitando. Se podía dar cuenta que no fuese tan receptiva con él, debido a que se hallaban presentes sus hijos, lo cual era comprensible, pero ni siquiera le había dedicado una mirada, por fugaz que fuese, mas bien lo había estado ignorando por completo, incluso las pocas frases que le dedico las hizo mirando hacía cualquier lado, menos a él.

    La única conclusión que pudo identificar como medianamente aceptable, era que ella no quería saber nada de él, que después que todo esto ocurrió, se había dado cuenta que realmente no lo quería, que cualquier cosa que hubiese dicho antes ya no tenían validez y que no era capaz de decírselo a la cara, aunque pensando en eso, él también prefería que ella no le informara de nada, al menos por ahora, para así tener tiempo suficiente de pensar en algo que la hiciera cambiar de opinión.

    En realidad, deseaba que esa fuera la razón, ya que sus otras hipótesis eran aun peor, pues al menos si Sakuno dudaba de sus sentimientos hacía él tendría una pequeña esperanza de reconquistarla, pero si las razones eran otras tales como que repentinamente se había dado cuenta que estaba enamorada de Tezuka, ya que a diferencia de él, Tezuka si era un mejor padre para los niños, que además no los pondría en peligro por alguna noviecita psicópata y al parecer era capaz de demostrarle abiertamente que sentía algo por ella, cosa que recién ahora él, estaba descubriendo que si podía expresar sus sentimientos aunque solo fuese con ella, pero que aun no le habían dado la oportunidad.

    - Papá…papá…PAPAAAAAAAAA – con toda su fuerza zarandeaba a Ryoma, que aun permanecía dilucidando las razones de Sakuno.
    - Ah…que pasó – un poco confuso miraba a quien lo llamaba – Ranko…me duele un poco el brazo.
    - Perdón – soltándolo y con una tierna sonrisa lo observaba.
    - Es que ya nos tenemos que ir – con una tristeza en sus ojos decía el pequeño.
    - Tan pronto…no se pueden quedar un poco más – mirando directamente a Sakuno, quien evadió rápidamente la mirada gatuna.
    - Lo siento…ya es tarde y tú debes descansar – acercándose a uno de los costado de Ryoma, para ayudar a bajar a su hija de la silla.

    No obstante, al llegar donde estaba Ranko, sintió como una cálida mano se apoyaba en la suya, presionando con delicadeza, provocando en ella un leve nerviosismo que se tradujo en un suave llanto, pues hasta ese entonces se había estado reprimiendo controlando sus emociones, sobre todo enfrente de ellos tres. Sin embargo, al corroborar que su querido Ryoma ya se encontraba bien no resistió más, intentando en vano controlar las lágrimas que no dejaban de salir.

    Ante esto, Ryoma no sabía bien que hacer, así que solo continuo acariciado aquella delgada mano, para luego pasar suavemente por su rostro limpiando hábilmente las lágrimas que caían. Por unos segundos, el silencio se hizo presente, pues ni los pequeños se atrevieron a interrumpir esta tierna escena, principalmente, por que no estaban acostumbrados a ver a su madre llorar ni que un hombre, distinto a Tezuka, fuese tan cariñoso con ella.

    - Mamá…te duele algo – inocentemente preguntaba Ranko.
    - N-no…estoy bien…no se preocupen – soltándose de Ryoma, para acariciar el cabello de su hija, aunque fuese un pretexto para escapar de él, situación que no paso desapercibida por el tenista.

    Al parecer Sakuno no le haría las cosas fáciles, esos eran los pensamientos del joven tenista, y, por enésima vez, se maldecía por no poder salir de aquella clínica, pues sabía que pronto se marcharían sin dejarle oportunidad de reconquistarla, al ver la reacción de su amada con él, iba a interferir en aquella conversación, no obstante, el ruido de la puerta los interrumpió a todos.

    Al percatarse que alguien entraba al cuarto, los presentes voltearon a ver quien hacía aparición, los más curiosos eran los niños, ya que sabían que nuevamente vendría el doctor para literalmente echarlos, por lo cual ambos fruncieron el ceño al sentir la puerta. Por otra parte, los denominados adultos solo observaban la entrada para confirmar la visita, y cual fue su sorpresa al ver quienes eran los que comenzaban a entrar.

    - Ustedes!!!!…que hacen aquí – entre sorprendido y molesto emitía Ryoma con una voz severa – quien les dijo que yo estaba aquí – sentándose mejor para exigir explicaciones, pues al reconocer a los visitantes comenzaba irritarse gradualmente.

    Continuara...



    Bueno ahora a esperar que se le ocurre a la loca :raro2: de la escritora, :saludar: y muchas gracias por todos sus mensajes, hasta la proxima
     
  3.  
    adrianita_23

    adrianita_23 Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    hi esta super la historia...q Saku se vaaaaaaaaaaaaaa noooooooooooooo........ojala q no.....y haber q hace Ryoma........aunque en el estado q esta .....buuuuuuu....espero la contiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
     
  4.  
    Floo

    Floo Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    cuando pones conti me lastimas mucho ToT
    terminala de una ves asi nos haces feliz :D
    piensalo ;) jajajaja
    beso!
    xaux!
     
  5.  
    aby_ta

    aby_ta Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    olii buaaa
    continuala luego
    me estas matando
    keremos conti conti
    porfavor ta super weo tu fic
    conti conti
    ok ?
    ia conti...
     
  6.  
    luciazanabri

    luciazanabri Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    holasssss!!!. sakuno ¬¬ no estes asi con ryoma xD ... quienes seran la visita inesperada ???? quienes seran quiero saber pronto quiero la conti pronto me encanto tu fic esta fantastico ^^
     
  7.  
    ayame003

    ayame003 Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    hola!!
    yaaapo!!
    qeremos contii!!
    sorry x no postear antes pero con todo eso de las vacas de CZ y demaces no pude
    :D
    conti pliiiis
    y pronto!!!
    (ya lei la conti en otro lado pero = jeje)
     
  8.  
    ryoma_sakuno

    ryoma_sakuno Usuario común

    Capricornio
    Miembro desde:
    18 Febrero 2006
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    340
    Pluma de
    Escritor
    Re: La Primera vez nunca se olvida

    holaaa
    tuve que leer este cap de a poco
    no podía terminaar
    siempre me interrumpian
    pero ahora que lo leí
    quede esperando saber quienes eraaan!!!
    aunque tengo una leve sospecha...
    contiii
     
  9.  
    al-kun

    al-kun Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    hola
    pon la continuacion luego
    sipis?
    esta genial
    tengo la leve sensacion de que se quienes son
    ^^
    conti luego
    cuidate
    chau
     
  10.  
    Puccapucca

    Puccapucca Entusiasta

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    La Primera vez nunca se olvida
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    Re: La Primera vez nunca se olvida

    Al fin vuelve la pagina, así que subo la conti,ToT no tengo mucho que decir...:dormir2:

    ADIOS O HASTA PRONTO

    -Ustedes!!!!…que hacen aquí – entre sorprendido y molesto emitía Ryoma con una voz severa – quien les dijo que yo estaba aquí – sentándose mejor para exigir explicaciones, pues al reconocer a los visitantes comenzaba irritarse gradualmente.
    -Les dije…así nos agradece este ingrato…después que no dimos el trabajo de venir a visitarlo y mira como nos recibe – una voz masculina reclamaba.
    -Nadie les pidió que vinieran…así que pueden volver por donde vinieron – señalándoles la puerta a los visitantes.
    -Ryoma…no puedes actuar así – lo reprendía Sakuno.
    -Quienes son ellos – interrumpían los dos pequeños, quienes miraban absortos como en unos instantes su papá había cambiando tan drásticamente de humor.
    -Nadie…
    -Como que nadie…malagradecido, con lo que nos costo viajar.
    -Ryoma – volvía a interferir Sakuno
    -Ok…ellos dos son Nadie, pero ella es mi madre Rinko – apuntando a su padre y hermano.

    Al ver quienes eran, los pequeños se voltearon completamente para quedar frente a las personas que Ryoma les había presentado, entonces hicieron un leve reverencia y luego al mismo tiempo…

    -Hola abuela Rinko - con ternura saludaron, ignorando por completo a los otros personajes, con igual indiferencia que su padre.
    -Jajaja…aprender rápido – se enorgullecía de sus hijos.
    -Ryoma - por tercera vez Sakuno lo corregía.
    -Jajaja…veo que al fin alguien que te ponga en tú lugar, hermanito – decía burlándose Ryoga, causando un sonrojo en ambos padres.
    -Así que ellos son mis nietos – un poco molesta miraba a su hijo, por la tardanza en la noticia – y supongo que tú debes ser Sakuno – entregándole una cálida sonrisa.
    -Si…mucho gusto señora Echizen – mientras le hacía una leve reverencia.
    -Por favor…solo llámame Rindo
    -Como usted diga
    -Cof…cof…disculpen pero nosotros no estamos pintados – dirigiéndose a las mujeres – yo soy
    -Nadie te pregunto – interfería Ryoma.
    -Ryoma – estaba vez fueron ambas mujeres quienes lo callaron, el aludido solo frunció el ceño molesto.
    -Jajaja…vez hermanito…
    -Ryoga cállate…no molestes a tu hermano que esta convaleciente – al ver que su madre lo defendía iba a burlarse de su hermano, pero Sakuno lo miro seria, desistiendo de proseguir.
    -Sakuno ellos son Nanjiro mi marido y el es mi hijo mayor Ryoga.
    -Un gusto conocerlos – asentía la chica.
    -Supongo que ellos son Yue y Ranko – mirando a los pequeños que estaban atento ante cualquier movimiento.

    Así las presentaciones prosiguieron, entonces un molesto e incomodo Ryoma con toda esta situación interrumpió.

    -Bueno…ya se pueden ir – dando una orden con seriedad.
    -Ehhh…pero si acabamos de llegar…además quiero conocer mejor a mis nietos – decía Nanjiro, mientras se acercaba rápidamente a Ranko, tomándola en sus brazos y refregando su cara sobre la de ella para saludarla.
    -Auch…suélteme viejo me duele – tratando de soltarse de las garra de su abuelo, que no se había afeitado por eso la molestia de la pequeña.
    -Oye papá suéltala – reclamaba Ryoma.
    -Viejo tonto suelta a mi hermana – saltando de no se donde sobre su abuelo.
    -Cuidado Yue
    -Nanjiro deja a la pequeña en paz – le reprendía su esposa.
    -Esta bien…pero es que es igualita a mi hijo cuando era un mocoso.

    Los minutos pasaron lentamente, mientras Sakuno se apartaba a un rincón del cuarto como para poder apreciar mejor lo que estaba desarrollándose a su alrededor, con sus hijos y los familiares de Ryoma. Por una parte, veía a Ranko correr por todo el lugar escapando de los brazos del viejo Nanjiro, quien insistía en abrazarla, todo esto bajo los regaños que Rinko le entrega a su marido, que luego que ella se volteaba continuaba con su persecución.

    Asimismo, el indefenso Yue tenía que lidiar con las burlas de su nuevo tío Ryoga, que había encontrado una nueva entretención, dejando de lado su antiguo juguete, o sea a Ryoma, claro todo esto para mala suerte del pequeño, quien estaba cada vez mas indignado con los sobrenombres que su chistosito tío le decía, quien al ver lo furioso que este se ponía no dudaba en proseguir, ya que era como molestar a su querido hermanito, solo que en miniatura.

    Por otro lado, se encontraba a la madre Ryoma regaloneando a su hijo, quien a pesar de estar feliz con su visita, obviamente sin demostrarlo, se sentía incomodo con cada muestra de afecto que le daba la mujer, quien no escatimaba en formas de acariciar a su retoño, aun cuando sabía perfectamente que este odiaba estas cosas, pero sabía que no haría mucho por detenerla, pues no tenía la fuerza para eso, solo podía reclamar sin efecto alguno.

    Mientras tanto, la hermosa Sakuno observaba con toda calma cada una de las escenas que se presentaban frente a su persona, disfrutaba mucho con todo esto, para ella no era habitual este tipo de representación, pues nunca tuvo una familia tan numerosa, aunque ellos no fueran muchos, fue entonces que sintió una leve nostalgia por algo que siempre añoro pero jamás tuvo, aunque no significa que haya sido infeliz, ya que siempre estuvo agradecida y feliz viviendo con su abuela.

    No obstante, desde que sus hijos vinieron a este mundo, deseaba con ahínco que ellos pudiesen tener una familia normal, con todo lo que eso implica, soñando que algún día eso fuera realidad, aunque con el tiempo eso fue transformándose en una fantasía, pues aun cuando se esforzaba por enamorarse de Kunimitsu no lo conseguía, algunas veces hasta se conformaba con quererlo, pero después se reprimía, ya que no encontraba justo que él se quedara con ella sabiendo que, probablemente, nunca correspondería fielmente a sus sentimientos, situación que comprobó al volver a encontrarse con Ryoma, que sin siquiera pensarlo no dudo de lo que sentía por él, aunque estuvo negándoselo desde el principio.

    Sin embargo, aquellos sentimientos que tanto negaba afloraban sin permiso desde que lo vio, así que por mucho que ella no quisiera aceptarlo era inútil, mas ahora, que sus hijos ya sabían la verdad, por tanto, le seria imposible escapar de su único amor, además, que si lo que Keiko decía era verdad, Ryoma tampoco la dejaría marcharse tan fácilmente.

    Estaba resignada, pero aun así contenta, pues a pesar que sus hijos estaban enfadados por sus impertinentes parientes, parecían divertirse como nunca, ya que no era habitual en ellos ser tan accesibles con extraños, aun que al parecer se encontraban muy enojados, seguían los juegos y burlas que los dos Echizen les hacían, pero claro al igual que su padre sabían disimular perfectamente su alegría, situación que no paso desapercibida por aquellos hombres, que estaban acostumbrados a la actitud de Ryoma, y sabiendo que eran de su sangre no se extrañaban, al contrario lo encontraban de los mas divertido.

    -Disculpen…pero este es un hospital…no pueden estar jugando – entraba una enfermera, pues al parecer el ruido que hacían se escuchaba en los pasillos – y el paciente tiene que descansar.
    -Lo sentimos – decía Rinko, mientras miraba severamente a Nanjiro y Ryoga – nosotros ya nos vamos.
    -Está bien…el doctor me dijo que solo su esposa puede quedarse – estas palabras sorprendieron a todos, sobre todo a la aludida.
    -P-perdón…pero – trataba Sakuno de articular palabras, pero no podía la vergüenza que tenía era monumental, además, de donde había sacado el doctor que ella era la esposa de Ryoma, aunque tampoco era que le molestara tanto.
    -Muchas gracias… no quería dejar a mi hijo solo…que bueno que su esposa lo pueda acompañar un rato más – pícaramente hablaba mientras miraba a los involucrados.
    -Bueno…los dejo para que se despidan…pero no tarden demasiado – emitía la enfermera al salir.
    -Pero señora…yo
    -No te preocupes querida…supongo que ustedes tienen mucho de que hablar – al ver que Sakuno la miraba confundida – claro desde que se reencontraron no deben haber tenido mucho de que hablar y como ustedes viajan mañana, lo mejor es que arreglen cuanto antes cualquier diferencia, no les parece.
    -Si…pero – señalando a su hijos, y pensando que con esa excusa se salvaba de enfrentar a Ryoma.
    -Por eso no te preocupes…nosotros nos podemos hacer cargo de los niños…estamos en el mismo hotel así que nos podemos ver allá…además, me encantaría pasar un rato más con estos niños tan encantadores – cambiando el tono de voz a uno más triste, proseguía – pues me he perdido tanto…no pude verlos crecer…aunque aun son pequeños…pero me gustaría recupera el tiempo perdido…bueno si a ti no te molesta, Sakuno – la miraba con tristeza que la joven no pudo negarse, mientras los hombres suspiraban al ver como su madre manipulaba la situación a su favor, ellos estaban habituados a esto, pero no comprendían muy bien por que actuaba así, pero el menor de los Echizen lo agradecía silenciosamente.
    -Esta bien…me quedaré un rato…por favor cuide bien de ellos.
    -No hay problema…nos iremos a disfrutar de lo que queda de la tarde – cambiando instantáneamente su cara - bueno mis queridos nietos…quieren ir con su abuela a tomar unos deliciosos helados – los chicos estaban atentos a las palabras de estas mujeres, y aunque no comprendían lo que estaba pasando, aceptaron gustoso, sobretodo Ranko, que al escuchar la palabra helado salto de alegría.
    -Siiii…vamos abuela – los pequeños se preparaban para partir.
    -Por favor…obedezcan a su abuela…y – pero fue interrumpida por sus hijos.
    -Ya…ya…ya…si lo sabemos no haremos nada malo – decía la pequeña.
    -Pero tú debes cuidar a mi papá…no lo asusten con tus caras o le digas algo malo – continuaba Yue.
    -Es cierto…no queremos quedar sin padre – insistía la niña.
    -Mejor váyanse ya – la vergüenza que sentía se reflejaba claramente es su rostro para deleite de los presentes, que observaban la escena divertidos.

    *****************************************

    Al fin se marcharon todos, después de una grata discusión entre los pequeños y su madre, ya que estos se encontraban preocupados por la actitud de Sakuno, le dejaron bien en claro que debía comportase y no espantar a Ryoma, pues ellos querían continuar viéndolo.

    Al quedar solos un silencio incomodo cubrió la habitación, ninguno de los dos quería hablar, dudaban por igual de cuales serian las palabras correctas. Por una parte, Sakuno divagaba en quedarse o irse de la vida de su príncipe, cualquier cosa que decidiera estaba en sus manos, aunque hubiese preferido que alguien interfiriera por ella diciéndole que hacer, pero sabía que eso no era posible, tenía que comportarse como una adulta y realmente contestarse para sí que era lo que deseaba.

    Asimismo, el joven tenista estaba atrapado en sus pensamientos, buscando las palabras adecuadas para convencer a su Sakuno que se quedara con él, pero dudaba por la reciente actitud de la castaña; en realidad, era lógico lo que cada uno pensaba, pues a pesar de tener algo en común ellos no conocían nada el uno del otro, pues los pocos momentos que estuvieron juntos no fue suficiente como para entenderse bien, ambos debían ser cuidadosos, pero estaba claro que a estas alturas había que arriesgarse, y alguien tenía que empezar.

    -Sakuno – rozaba su mano con la de la chica, haciendo que volviera a la realidad.
    -….. – ella solo pudo mirarlo, pues las palabras pensadas aun no tenían sonidos.
    -Creo que deberíamos hablar – la miraba con intensidad, sacando un sonrojo en la chica, cuestión que tranquilizó a Ryoma.
    -Cierto – fue todo lo que le salía de su boca.
    -No soy bueno en esto – apretando la mano de la chica con suavidad – pero…no quiero que nos volvamos a separar – la franqueza en sus palabras y su mirada se incrustaban directo en los sentidos de Sakuno, que no sabía como reaccionar.

    Aquellas palabras eran más de lo que ella podía asimilar en ese momento, ya que durante todo este tiempo, desde su separación con Ryoma, había soñado con escucharlas, pero no tenía certeza de cómo contestar a eso, pues la razón y el corazón no le entregaban consenso. Esa simple frase causaba estragos en su interior, era un poco absurdo pensarlo pues ni siquiera tenían una relación, en realidad nunca la tuvieron, fueron solamente fugaces encuentros, aunque solo le pedía que no se separaran, una petición lógica si consideraba que él quería conocer a sus hijos, lo que no implicaba que él quisiera formalizar una relación con ella, bueno al menos eso era lo que ella deseaba pensar, pues no quería hacerse ilusiones en vano.

    -Sakuno…estas escuchando – sonaba un poco confuso, pues no estaba habituado a ser ignorado, menos por ella, que siempre había estado pendiente de su persona.
    -S-si… - volvía en sí nuevamente, sacudiendo su cabeza para concentrarse en lo que estaba sucediendo.
    -Si te pido que te quedes lo harás – una leve suplica salía por sus labios, confundiendo mas a la chica, ya que por un instante dudaba si quien le hablaba era realmente el chico arrogante del que se enamoró.
    -Es que…no puedo – en su interior gritaba “si me quedo aunque no me lo pidas”.
    -Estas huyendo de mí – volvía el antiguo Ryoma, el arrogante y decidido, aquel que Sakuno sí conocía.
    -N-no…por que lo dices – evitando la mirada del chico.
    -Desde que llegaste me has estado evitando – giro con suavidad el rostro de la chica para que lo mirara directamente – ni siquiera me has mirado a los ojos…y me he dado cuenta como has tratado de irte en varias ocasiones…ahora me dirás que rayos te sucede – su firmeza en lo dicho estremecieron a Sakuno, en parte envidiaba la seguridad que tenía.
    -N-nada…es que tú…debes descansar – ni ella misma se creía lo que hablaba, se maldecía por ser tan cobarde.
    -Sakuno…crees que no me doy cuenta...antes que esto pasara no actuabas así... huías de mí…sí, pero supongo que era por que no sabías lo que yo sentía por ti y no querías que te hiciera daño…pero eso ya lo sabes… te lo demostré la noche que pasamos juntos…y te dije lo mucho que te amo la noche cuando ocurrió todo esto – no quitaba la vista de la castaña, si ella no le decía nada al menos quería intentar adivinar que era lo que sucedía.
    -Lo sé…es que…no sé – lo sabía el le decía que la amaba, pero…
    -Dime ya no me quieres… ¿es eso?...pues si es eso entonces…
    -NO…claro que no…yo te amo – volvía a esquivar esa mirada.
    -Mírame…quiero verlo en tus ojos.

    Ambos se observaron con detenimiento, pero una gran duda se reflejaba en los ojos involucrados, al parecer el poco tiempo transcurrido era insuficiente para comprender que era lo que ellos deseaban en realidad, ya que después de tanto años separados no podían confiar plenamente el uno en el otro, algo faltaba que les entregara plena seguridad de sus reales sentimientos, solo un paso más debían recorrer para que por fin formaran la familia que ya eran.

    El joven tenista veía con detenimiento a su amada, que a pesar de tenerla en frente parecía que una fuerza invisible no dejaba que él tomara dominio completo de su corazón, pues podía verla, incluso tocarla, pero que al mismo instante esta grata sensación se diluía como hielo en fuego; que era ese obstáculo que le impedía seguir, por que sentía que al mirar esos ojos carmesí, estos de alguna manera suplicaban que le entregara lo que tanto anhelaba.

    No obstante, que era eso que tanto deseaba, se maldecía por no comprender aquel lenguaje desconocido para su persona, que solo quienes se conocen y han vivido tiempo juntos saben deletrear, aquella intimidad que ellos aun no poseían, la confianza que con solo mirarse podrían saber instantáneamente los sentimientos del otro, casi sin preguntas, pero que en su vida había experimentado, pues nunca se había dado esa oportunidad, claro si jamás se había enamorado y mucho menos interesado en una mujer como para pensar en aquellas cosa, demasiado cursis para un hombre arrogante como lo es él.

    Asimismo, aquellos hermosos ojos carmesí, vacilaban cada vez más por la impertinente mirada ámbar, que penetraba avasalladoramente hacia su interior, buscando respuestas que aun ella misma no podía dilucidar, lo único que provocaba era que una mayor incertidumbre se generara en su cabeza, pues intuía cuales eran las preguntas que Ryoma le trataba de insinuar, aunque ese no era el problema, sino más bien que era lo que debía responder, acaso existía realmente una respuesta a esas interrogantes.

    La indecisa mujer sentía como esa agobiante mirada no le daba tregua para pensar detenidamente, que debía hacer, sus dudas se incrementaban con el pasar de los segundos, pues más que ese tiempo no había pasado. Estaba acorralada, debía enfrentar sus miedos, pero en realidad, no tenía ni la más remota idea de como, por mucho que ideaba potenciales respuestas en su cabeza, estas no tenían concordancia con nada, aunque existía la posibilidad que, en definitiva, no quería contestar, pues hasta ella misma reprimía cualquier acercamiento hacía él, por que razón…solo ella debía averiguarlo.

    El silencio ya comenzaba a ser molesto para ambos, un hombre que impacientemente esperaba una respuesta y una mujer que se negaba determinantemente a enfrentar las preguntas, alguien debía terminar con este incomodo momento, pero quien, ya que ninguno de los dos tenía certeza de estar preparado para escuchar algo no deseado, sin embargo, en estas situaciones siempre existe lo llamado “salvado por la campana”, pues hacía su intromisión un par de enfermeras, para alivio momentáneo de la parejita.

    -Sentimos interrumpir… pero el paciente debe descansar – hablaba una de las enfermeras – Sra. Echizen…debemos realizarles exámenes de rutina a su esposo.
    -Eh… - “Sra. Echizen…que bien suena eso” pensaba la chica – claro pero... yo no… - pero una protectora mano la interrumpió, cuando fijo sus ojos en Ryoma este le daba señales de que no dijese nada, haciéndola sonrojar.
    -Listo Sr. Echizen…espero ya se haya despedido de su esposa, pues la hora de visitas ya termino – otra enfermera que comenzaba a sacar sus utensilios de trabajo.

    Luego de esta interrupción, Sakuno se alisto rápidamente, pues era su oportunidad para nuevamente huir sin dar explicaciones, situación que se estaba volviendo habitual en ella, sobre todo después de la repentina aparición de Ryoma en su vida. Representando el papel que se le adjudicaba, dignamente se paró de su asiento, y deposito un tierno beso en la frente del paciente, algo que molesto un poco al joven, que sin vacilar jalo por el cuello a su esquivo ángel para besarla delicadamente en los labios.

    Con una de sus sonrisas llenas de arrogancia la miro directamente a los ojos…

    -No creas que te libraras tan fácilmente de mí…querida – palabras que estremecieron a la ofuscada Sakuno, por semejante comportamiento, pero continúo el juego.
    -Haber hasta donde llegas – una desafiante sonrisa afloraba en ella, aquellas palabras eran más una solicitud que otra cosa, que el tenista comprendió como una pista para llegar al corazón de Sakuno.

    Aquella escena era detenidamente observada por el grupo de enfermeras, quienes estaban fascinadas por las muestras de cariño que la pareja de casados se expresaba, a su parecer eran unos enamorados encantadores. Sin embargo, cuando los actores de esta representación, se percataron de sus espectadores, simultáneamente sus rostros se tornaron de un color rojo intenso, que por supuesto deleito aun más a la audiencia.

    **********************************

    Los acontecimientos anteriores, daban inicio a nuevas situaciones en la vida de esta pareja, pues lo mas difícil ya había sucedido, ahora les tocaba averiguar como podrían formalizar una relación fidedigna y duradera. Las recientes semanas habían trascurrido demasiado rápido, pues una enorme cantidad de sucesos invadió estrepitosamente la vida de estas personas, y como dicen por ahí “Después de la tormenta, llega la calma”.

    Si se piensa detenidamente en cada una de las cosas que ha pasado, se puede decir que al fin todo termino y que, de una vez por todas, esta disímil pareja debería estar junta, pero no siempre es tan fácil como aparenta, aunque tan poco tan complicado como se cree.

    La pronta partida de la familia Ryuzaki hacia Londres era inminente, pero no definitiva para resolver sus vidas. Pues el solo hecho de marcharse hacia otro lugar no implica que vaya a existir una separación definitiva, con quienes ya eran parte de ellos, pues no se puede negar lo sucedido, así que por muy lejos que puedan estar, nada puede impedir un reencuentro si este es deseado incesantemente por uno de ellos.

    -Sakuno…segura que te quieres ir – insistía su amiga.
    -S-si…ya esta decido – vacilante sonaban sus palabras.
    -No te vas ha…arrepentir mas tarde – proseguía Keiko.
    -Dejémoslo así…ya es hora de irnos – suspiraba la joven.
    -Como quieras…pero – calló de nada servía insistir, a veces Sakuno era más terca que cualquiera.

    Mientras todo era preparado, la joven madre se interiorizaba en sus pensamientos, envuelta en una ola de emociones al recordar cada instante vivido en este hotel, dejando de lado los horribles momentos, muchas cosas sucedieron que la llenaban tanto de alegría como de miedos, pero que con el tiempo podría decir que cada uno de esos hechos había valido la pena vivirlos.

    A cada momento que transcurría una perturbadora tristeza se hacia presente en su corazón, sabía que aquel sentimiento que la invadía era completamente culpa suya, pues una cuestionable decisión le causaba este vacío que sentía, asimismo, ya comenzaba a tener mayor claridad de sus reacciones reciente, pues podía darse cuenta que lo que realmente buscaba, era una intención clara de Ryoma para con ella, no solo que le dijera “te amo” sino también que se lo demostrara, pero de que forma, era algo que aun no podía descifrar, aunque una pequeña idea se formulaba en su mente.

    ************************************

    Por otro lado, en una de las habitaciones de la Clínica, se encontraba un joven paciente junto a su madre, que intentaba infructuosamente animar al menor de sus hijos, pues al parecer las horas de sueño no le dieron la tranquilidad ni las respuestas que necesitaba hallar, en vano, pregunto una y otra vez a su conciencia, por aquellas dudas que generaron su encuentro con la mujer de ojos carmesí.

    -Sigues preocupado – interrumpía su silencio la madre de Ryoma.
    -Mmm…
    -Tienes que estas tranquilo…después puedes hablar con ella.
    -No entiendo…no la comprendo – comenzaba a expresar lo que sentía, luego de varios minutos junto a su madre lograba abrir su interior.
    -Si te puedo ayudar…solo dime – tratando de darle la seguridad que necesitaba.
    -Por que actúa así…no se lo que quiere – hablaba mas para sí que para su madre, pero aun así espera una respuesta.
    -A lo mejor esta confundida…debes darle tiempo – con una ternura maternal inconfundible.
    -Tiempo para que – confundido emitía.
    -Pues, para que aclare sus dudas.
    -Dudas de qué – como buen hombre no podía entender el pensar de una mujer indecisa como lo es Sakuno.
    -Por ejemplo, de sus sentimientos…o de los tuyos – lo miraba con cariño, sabía que su hijo no era muy perceptivo en estas cosas.
    -Mis sentimientos…pero si le dije claramente que la amo y se lo demostré – con incredulidad hablaba, a caso no había sido claro con ella.
    -A veces las mujeres necesitamos más que eso – miraba fijamente a su hijo para ver si comprendía.
    -Más…pero que más quiere…que me humille…es eso – su rostro reflejaba molestia e incertidumbre.
    -No creo que ella quiera eso.
    -Entonces…que es lo que tengo que hacer.
    -No lo sé…es algo que tendrás que averiguar tu mismo.
    -Y como voy hacer eso…si ni siquiera me responde lo que le pregunto – se notaba un poco molesto, por que no era mas concreta.
    -Hijo…a veces las preguntas sobran – sonreía al ver la expresión de enojo que tenía Ryoma – si realmente amas a Sakuno…tendrás que tener paciencia…con el tiempo te darás cuenta que no necesitarás palabras para comprender lo que ella desea – al parecer su madre estaba hablando tonterías, como rayos iba a saber lo que su amada quería sin palabras, a caso aprendería a leer la mente.
    -No entiendo nada de lo que dices.
    -No te preocupes…algún día lo entenderás…por ahora solo ingéniatelas para reconquistarla – con una cálida sonrisa lo miraba, concluyendo la conversación.

    Por consiguiente, aun faltan detalles para que esta joven pareja pueda unir por completo sus vidas, algunos pasos son necesarios para concretar una relación que ha visto truncado su inicio en variadas ocasiones, pero con un poco de paciencia, perseverancia y amor puedan llegar a consumar lo anhelado en su adolescencia.

    Sin embargo, para que esto tenga un final deseado, los involucrados deberán descubrir cuales son las cartas correctas a utilizar, en un juego sin reglas aparentes, ya que una mala elección puede dar por finalizado el juego antes de tiempo, generando una dolorosa separación sin posibilidad de retorno…pero cuales son estas cartas…y, más aun, de cuanto es el tiempo que disponen para encontrarlas.



    Lamentablemente, nadie conoce las verdaderas normas de este juego, llamado presumiblemente “amor”, pero aun sin saber con certeza lo que se espera, muchos son los que osan enfrentarse a esto, que, por lo general, entra en la vida de las personas sin previo aviso, solo obliga a los escogidos a participar, con la esperanza que más de alguno logre el triunfo soñado.



    Continuara...

    :noentiendo: Bueno espero lo hallan disfrutado, todavía no se como irá a terminar esto, así que me tendrán que aguantar un poco mas:kamehame: No olviden dejar comentarios y hasta la próxima
     
  11.  
    /kari/

    /kari/ Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    Holas!!!!
    como siempre tu conti te quedo super linda!!!!
    como dices (o mejor dicho, escribes...jejeje n.n")
    deben pasar cosas q fortalizen su amor....
    espero ansiosa la prox. conti!!!
     
  12.  
    luciazanabri

    luciazanabri Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    holasss!! me encanto espero que sakuno y ryoma hablen de lo que sienten ; sakuno no te vayas ¬¬ no seas asi habla con ryoma .......... bueno espero la continuacion ^^ esta fantastico tu fic
     
  13.  
    ayame003

    ayame003 Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    sra. echizen
    mmm
    de verdad suena bien eso
    jaja
    conti pronto!!!!!!
    muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy pronto pliiiss!!!!!
    quiero saber si se volveran a encontrar y si ryo-chan se da cuenta de lo que quiere sakuno
    cuidate
    bye**
     
  14.  
    Esmeraldy

    Esmeraldy Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    kawaii *-*
    kiero conti si porfis
    te kedo hermoso bueno besos y bye
    ATT: esmy
     
  15.  
    RelMariposa

    RelMariposa Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    Hiooooooooo!!!!

    Creo que ya había posteado el capitulo en otra parte, pero insistire

    Esta muy Beio!!!

    Atte Marie

    PD, ya puse conti en mi fic XD
     
  16.  
    al-kun

    al-kun Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    bonito
    pone la conti luego
    jaja ryoma tiene que soportar a su padre y a su hermano
    sra. echizen?
    que bueno que la hayan confundido con su esposa aunque no puedo creer que ryoma todavia no se de cuenta de lo que quiere saku... aunque yo todavia no lo tengo muy claro n_n
    pone conti luego
    cuidate
    chau
     
  17.  
    Puccapucca

    Puccapucca Entusiasta

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    La Primera vez nunca se olvida
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    Re: La Primera vez nunca se olvida

    :) Hola a todos, me había retrazado un poco, hace días que tenia este capitulo, como lo escribe con poca inspiración esta un poco flojo :llorar:, pero el próximo mejora se los aseguro. Bueno a leer.

    ********************************
    DONDE TODO COMENZO

    La calidez del verano menguaba a medida que avanzaba el tiempo, pronto daría sus últimos momentos de calor antes de dar paso a la suave brisa que traería la nueva estación, cambiando paulatinamente los verdes paisajes por unos contrastantes tonos rojizos, amarillos y anaranjados, indicando que el otoño hacia aparición.

    Así como las temporadas estacionales se van renovando, la vida de las personas también. Retornando luego de una larga estadía fuera de Japón, los Ryusaki llegan a normalizar sus días, volviendo a tomar sus posiciones en su confortable hogar, lugar seguro para la gran mayoría de la gente.

    Desde su último encuentro con los Echizen han transcurrido dos semanas, aunque no perdieron totalmente el contacto, pues los pequeños se encargaron de que así fuera, ya que insistentemente lograron comunicarse casi a diario con su padre, a quien no le daban tiempo de hacerlo el mismo. Sin embargo, los progenitores de estos chicos aun permanecían incomunicados, por una u otra razón no se había dado oportunidad para que ellos hablaran, pero si estaban al tanto de lo que pasaba con el otro, pues para eso estaban los pequeños informantes.

    Llegando a su querido hogar, ingresaban a través de una sencilla puerta de madera, que daba al hall de su acogedora casa, lugar con decorados simples pero medianamente elegantes, cada uno puesto con una clara intención de dar una bienvenida cariñosa a sus visitantes. Los pequeños sin demora corrieron hacia la sala, pues estaban seguros que su querida bisabuela los estaría esperando gustosa.

    Al entrar en la sala…

    -Por fin llegan…no saben lo preocupada que me tenían – abalanzándose sobre sus bisnietos.
    -Auch…duele…estamos bien – rezongaba la menor.
    -Abuela…no te preocupes ya esta todo bien…supongo que Keiko te contó lo que paso – cayendo rendida en un de los sofá de la sala.
    -Si…y no sabes lo preocupada que me dejo…menos mal que todo resulto bien…ayyy – unos pequeños sollozos salían por sus cansados ojos.
    -Ya…ya abuela si todo esta bien…míranos – trataba de consolar a Sumire, que al corroborar que estaban bien comenzaba tranquilizarse.
    -Mamá…tenemos hambre – interrumpiendo Yue, entendible viaje largo, agotador para cualquiera, además hijo de Ryoma, vaya combinación.
    -Es cierto…ya les tengo listo el almuerzo…pasemos a comer y luego platicamos – miraba con detenimiento a su nieta, anunciándole que deseaba muchas explicaciones.
    -Mamá después podemos llamar a mi papá – con alegría se expresaba Ranko.
    -Papá… - preguntaba Sumire, ya que esa información no le había sido revelada por su amiga, al parecer obvio algunos detalles relevantes en esta historia.
    -Es que – Sakuno dudaba, sabía perfectamente que su abuela renegaba de Ryoma cada vez que podía, es que aun no se olvidaba de todo lo que había sufrido su pequeña nieta.
    -Supongo que se refieren a Tezuka – recordando que hasta hace poco ellos así lo llamaban.
    -No…no…no – Yue le negaba con su dedo índice – bis…Tezuka-san no es nuestro padre.
    -Cierto…Ryoma es nuestro papá…Tezuka-san es mmm…ya se – meditaba Ranko, en eso mira a su madre – Tezuka-san será nuestro tío.
    -Después hablamos de eso…vayan a lavarse para comer – esquivando la inquisidora mirada de su abuela, quien comenzaba a demostrar su molestia con todo eso.

    A pesar de estar felices de volver a su hogar, la calma que llega luego de una tormenta no siempre es tan tranquila como se desea, aun quedan cosas que deben ser solucionadas, leves detalles como recoger lo que halla quedado y ver cuales son las cosas que se pueden reutilizar, todo esto es parte de la renovación en la vida de las personas, o sea lo que se entiende por “cambios”.

    Aun cuando Sumire apoyaba en todo lo que podía a su querida nieta, había hechos que simplemente no toleraba, uno de esos era que se nombrara al padre de los pequeños, no podía comprender que después de tanto tiempo, Sakuno siguiera pensando en ese chico que le había roto el corazón y, peor aun, porque no se enamoraba de una vez por todas de Tezuka, su candidato preferido para ocupar el puesto de padre y esposo de Sakuno.

    Lamentablemente, la vieja anciana no tenía control sobre los sentimientos de la joven madre, pues si ese hubiese sido el caso, ya hace mucho tiempo que Sakuno se habría olvidado completamente de Ryoma, para suerte de este último Sumire no poseía este tipo de poder. No obstante, en su intento de proteger a su nieta, mas de alguna vez hacía triquiñuelas para, según ella, ayudar a Sakuno a encontrar la felicidad.

    Luego de un incomodo almuerzo, situación que paso desapercibida para los pequeños, las mujeres Ryusaki estaban preparadas para entablar una conversación. Sakuno al ver que debería aclarar muchas cosas con su abuela, ordeno a sus hijos salir de la habitación, con la excusa que fueran a descansar para recobrar energías después de tan agotador viaje.

    -Bueno…ahora me dirás como es que ellos saben de…ese sujeto – omitiendo el nombre a propósito, y hablando con una recalcada molestia.
    -Es que verás…lo que pasó – en realidad su abuela si que la ponía nerviosa, tanto como su príncipe.

    Ambas mujeres se encontraban sentadas en la sala principal, aunque el lugar era habitualmente acogedor y apacible, en estos precisos instante se había transformado en una zona sofocante y perturbadora, como si intencionalmente hubiesen cambiado la habitación por una especie de prisión o cuarto de interrogatorio.

    Por tanto, en estos momentos la indefensa Sakuno deseaba no haber vuelto nunca, aunque no era para tanto, pues su abuela por muy ruda que fuera no se la iba a comer ni nada parecido, sin embargo, se sentía intimidada con la postura de la anciana, que la observaba impaciente, esperando una explicación convincente, cada segundo que transcurría era peor, así que lo mejor era comenzar ya y terminar con esta agonía.

    En vista que su abuela no la dejaría tranquila hasta escuchar lo que había ocurrido, no le quedo de otra que comenzar el relato, por lo tanto, dio inicio a su narración de los hechos, dándole a entender que su encuentro con Ryoma había sido producto de la casualidad, que el destino misteriosamente los había reunidos en el mismo evento, y para mejorar o empeorar las cosas, según quien lo mire, se habían terminado por hospedar en el mismo hotel.

    A medida que avanzaba la historia, Sumire aun no comprendía que relación había con que sus nietos supiesen la verdad, pero decidió no interrumpir para ver que más le diría la chica, que al no observar cambio en la actitud de su interlocutora, comenzó a explayarse en la historia, contando con lujo de detalles lo que aconteció, haciendo un esfuerzo sobrehumano para no delatarse, pues a medida que hablaba sentía como sus sentimientos por el tenista la terminarían traicionando, cada cuanto respiraba profundamente como para calmar su emoción de haberse reencontrado con su amor.

    No obstante, hubieron sucesos que simplemente tendría que omitir en el relato, por razones obvias, ya que si su abuela se enteraba que había pasado una noche con Ryoma, de seguro sus hijos quedarían huérfanos, no solo de padre sino también de madre. Por supuesto, nadie quería que eso sucediera, sobre todo Sakuno, además, sus pequeños no tenían la culpa de las irresponsabilidades de sus padres, aunque pensándolo bien no se arrepentía en nada de esa noche, pero por si las dudas mejor callar.

    Sin embargo, al momento de llegar a la parte del secuestro, que era lo realmente importante en esta historia, la joven madre tuvo que hacer una pausa, pues las emociones que sentía al recordar aquella fatídica noche, causaban estragos en ella y no era para menos, no había transcurrido mucho tiempo de todo eso.

    No obstante, prosiguió hablando, fue entonces que su abuela quedó asombrada por la actitud que el joven tenista había tenido, aunque oculto un poco su interés por tal comportamiento, pensando que al menos había estado a la altura de los hechos, pero eso no quita en nada lo anterior, de todas formas su terquedad se hacía presente.

    -Era lo menos que podía hacer – restando un poco de crédito al joven.
    -Abuela…no seas injusta…no cualquiera actúa así…además Ryoma estuvo conmigo todo el tiempo…incluso antes de saber que eran sus hijos – por mucho que se esforzaba por ser neutral, aquel brillo en sus ojos la delataba, situación que molesto a su abuela, pero no dijo nada.
    -Está bien…continúa.

    Unos momentos después, la hermosa madre terminaba con el exhaustivo relato, con la esperanza que su abuela comprendiera la razón de sus actos. Al ver que su nieta esperaba por su reacción, solo asintió que estaba satisfecha con lo escuchado, pero prefirió omitir comentarios al respecto, aunque no era lo que Sakuno deseaba por ahora estaba bien.

    Debido que se había hecho tarde se retiró a su habitación, necesitaba darse un baño y descansar del largo viaje, dejando a su querida abuela sola en la sala, quien agradeció este instante para pensar en todo. De algo estaba segura la mayor de las Ryusaki, no podía permitir que nuevamente aquel sujeto detestable, como ella le llamaba, volviera para arruinarle la vida a su linda nieta, si estaba en su persona evitarlo lo haría, ya que por el momento no estaba dispuesta a olvidar tan fácilmente lo que sucedido.

    *********************************

    En otro lugar muy lejos de Japón, para ser más exactos en el “Aeropuerto Internacional John F. Kennedy” ciudad de New York, un joven tenista ya más recuperado de sus lesiones, se alistaba para abordar el próximo vuelo hacia el añorado país del sol naciente, el lugar donde todo comenzó entre él y su querido amor, Sakuno Ryusaki.

    Esta vez su objetivo era claro, reconquistar como sea a la mujer que le quitó su aparente tranquilidad, una vida vacía, sin preocupaciones y cero interés en el bienestar de los demás, solo en su propia persona, pero que hasta ese instante no le había causado ningún problema. Sin embargo, en un par de días provoco un giro de 180º en su vida, que ya no se le hacía indiferente, aunque extraño y, a veces, temeroso, no le desagradaba, más bien le causaba una creciente curiosidad por vivir aquello tan novedoso que se le presentaba.

    No obstante, tendría que poner todo su esfuerzo en conseguirlo, pues ya se había dado cuenta que recuperar la confianza de su ángel iba a ser el reto más grande de su vida, y como era su costumbre, Ryoma Echizen jamás eludía un desafío, menos uno como este.

    Mientras esperaba su vuelo, se percato de la presencia de alguien…

    -Se puede saber que haces aquí – su voz denotaba molestia.
    -No es obvio…este es un aeropuerto – en tono de burla.
    -Eso ya lo sé…a donde vas – proseguía Ryoma.
    -De vacaciones...al igual que tú.

    Fue entonces que varios vuelos fueron anunciados por altoparlantes, así que el joven Joe se despidió de Ryoma caminando rumbo a su destino, este sin mucho interés lo dejó ir sin preguntar nada. Minutos más tarde, el tenista se acomodaba en su lugar, a la espera de pronto llegar a su tan anhelado destino, tratando de pensar en su estrategia de conquista, algo que se le hacía complicado, pues nunca lo había hecho o más bien jamás lo había necesitado.

    -Permiso…- una voz masculina lo saco de sus pensamientos.
    -Eh…- al voltear a ver a quien lo interrumpía – que estas haciendo aquí…
    -No es obvio…es un avión…que crees que hago – Joe continuaba fastidiando a su amigo.
    -No te hagas el gracioso…este vuelo va rumbo a Japón…y no hará escalas…así que a donde se supone que vas – lo miraba con su frialdad acostumbrada, pero su amigo no se intimidaba con esto.
    -Ah…¿en serio?...entonces tomaré mis vacaciones en Japón…que bueno nunca he estado allá…mmm…como será ese lugar…dime Ryoma que lugares me recomiendas visitar – al parecer Joe se divertía mucho fastidiando a su amigo.
    -Ni lo sueñes…bájate ya...
    -Pero si el avión ya esta en vuelo – miraba con toda inocencia como si fuese un niño.
    -Y eso que…
    -Ya…ya…no te preocupes…ni sabrás que anduve por allá…además, tengo unos asuntos de trabajo que debo resolver – y pensado para sí “también quiero estar en primera fila para ver como lo haces para conquistar a Ryusaki, esto no me lo puedo perder, es una primicia, jajajaja” claro por razones obvias no le podía decir a su amigo sus reales intenciones.
    -¿Trabajo?...pero no dijiste que ibas de vacaciones
    -Si…pero también haré otras cosas…a caso no recuerdas que despediste al último entrenador…tengo que arreglar tus caprichos…
    -Era un inútil…pero a quien tienes en mente – ya con curiosidad hablaba.
    -De eso no te preocupes…ya esta todo arreglado…solo hay que afinar unos detalles de contrato…cuando termines tu descanso te lo presentaré.

    Luego de un rato de viaje, ambos se quedaron en silencio, cada cual en lo suyo, pues aun les quedaban muchas horas de recorrido. El joven tenista conecto sus audífonos para escuchar música, evitando tener que hablar con su compañero, quien entendió la indirecta de Ryoma y concluyo por callar, por tanto se dispuso a trabajar en su laptop.

    Las horas pasaban con normalidad, mientras el orgulloso jugador disfrutaba de lo que escuchaba, dejándose llevar por la música su mente comenzó a dar un viaje al pasado, recordando como había descubierto su interés por Sakuno, que por increíble que parezca duraba hasta hoy, solo que ahora era un sentimiento de profundo amor hacia ella.

    ******************** Flash Back*******************

    Tiempo después de haber llegado a Seigaku, todos los titulares celebraban su más reciente victoria, luego de muchas horas de arduo entrenamiento y sacrificio, habían logrado obtener el mayor de los trofeos juveniles de tenis, “El Campeonato Nacional” coronándose triunfadores absolutos por tercera vez consecutiva, siendo en esta ocasión muy significativa, pues volvían a reunirse todos los chicos, ya que los años anteriores Ryoma no había participado, pues aun no ingresaba a la preparatoria.

    Debido a los logros obtenidos, su querida entrenadora los premió con un viaje a un exclusivo balneario en el distrito de Kanagawa, auspiciado por uno de los organizadores del torneo, que había quedado encantado con las destrezas tenísticas que presentaron los chicos de Seigaku.

    Sin siquiera imaginarlo, este viaje despertaría los sentidos de uno de los chicos más frío y orgullosos del club de tenis, apodado “príncipe del tenis”. Hasta estos días, el entonces adolescente Ryoma, no tenía ningún interés en las chicas, aunque no le eran del todo indiferentes, pues sus amigos no paraban de hablar de esto, ya que ellos si tenían las hormonas revolucionas hace ya bastante tiempo.

    El balneario al cual llegaron, se prestaba para que las hormonas masculinas no tuviesen tranquilidad alguna, pues aquellas hermosas playas de arenas blancas, se vestían de infinidad de coloridos y variados bikinis, dejando a más de alguno con los ojos y cuello torcidos de tanta distracción. Incluso el aun indiferente Ryoma, estaba algo ofuscado, no es que fuese la primera vez que sus juveniles ojos vieran este tipo de escenas, pero al parecer recién comenzaba a comprender la insistencia de sus sempai en estas cosas.

    No obstante, esta no fue la razón de que Ryoma comenzará a percatarse de las cualidades tentadores que tenían las mujeres, más bien solo fue un aliciente para que descubriera que hace mucho tiempo había un espécimen del sexo femenino, que siempre estaba junto a él, que con el pasar de los años se había transformado en un muy perfecto ejemplar, claro que no fue él quien precisamente se dio cuenta, sino sus inseparables amigos.

    -Guauu…que linda playa…vamos a nadar – gritada de alegría un muy animado Eiji.
    -Es cierto…mira que hermosas sirenas que nos están esperando – decía otro alborotador Momo.
    -Decidido…hay que conocer a las nativas de la zona – proseguía el genio, que ya hacía gala de sus lindo ojos azules.
    -Vamos Ryoma… - lo jalaba Momo
    -Ah…mada mada dane – se soltaba del agarre – yo prefiero ir a dormir.
    -No seas agua fiesta O’chibi – decía Eiji, lanzándose sobre Ryoma.
    -No te preocupes…no le diremos a Ryusaki que estuviste con otras chicas – le animaba Momo.
    -Es cierto…no diremos nada a Saku-chan – interfería Eiji.
    -Mmm…como se vería Ryusaki en un diminuto bikini – abriendo sus temibles ojos azules, provocaba a sus amigos a imaginárselo.
    -Es cierto…Sakuno-chan es muy linda – seguía Eiji.
    -Si…dan ganas de abrazarla…su piel debe ser muy suave – decía Momo.
    -Son unos pervertidos – los reprendía Ryoma – Mejor me voy – disimulaba el aludido, quien al parecer se sonrojaba con estos comentarios, que cada vez eran más recurrentes, pues hace bastante tiempo que sus amigos se percataban de la inusual atención que este tenía con Sakuno, aunque Ryoma no se daba aun por enterado.

    El más joven del grupo se marchaba un poco avergonzado, a medida que caminaba se preguntaba por que de aquellos sonrojos, si a él esas cosas no le interesaban, además, Ryusaki era solo la nieta de la entrenadora, su compañera de salón, hasta podría decir que su amiga, pero nada más, por que entonces el repentino nerviosismo. Mientras caminaba hacia el hotel, chocó inesperadamente con alguien, quien calló torpemente al suelo.

    -Lo siento – decía fríamente Ryoma.
    -Auch…yo lo siento…estaba distraída – una suave voz femenina emitía.
    -¿Sakuno? – al escuchar aquella voz tan conocida para él, su corazón dio un brinco, que lo dejó aun mas sorprendido.
    -¿Ry…ryoma? – se sonrojaba la chica.
    -Que haces aquí Ryusaki – nerviosamente decía, a la vez que ayudaba a levantarla.
    -Es que…yo…bueno…mi abuela me invitó – balbuceaba la joven.

    Cuando la chica estuvo en pie, Ryoma dio una rápida mirada a Sakuno, quien no se percato de lo ocurrido, el chico de mirada ámbar, pudo darse cuenta que la joven castaña se veía levemente diferente a como el la recordaba, y eso que la había visto hace un par de días en la final del torneo, pero las palabras antes dichas por sus sempai, fue lo que lo descolo, pues no pudo evitar imaginarse a Sakuno con bikini.

    -Ryoma estas bien – tratando de llamar la atención del chico.

    Sin embargo, este no respondía a las preguntas de Sakuno, quien no se percataba que su príncipe estaba embobado mirándola, ya que ni en sus mejores sueños se habría imaginado que Ryoma estaría interesado en su persona, así que simplemente pensó que este la estaba ignorando.

    Aquel inesperado encuentro termino sin muchos avances, pues prontamente apareció Sumire para llevarse a su nieta, quien tampoco se había dado cuenta de nada. Una vez la chica se fue, Ryoma volvió en sí, mirando con disimulo a todos lados, para verificar que ninguno de sus molestos compañeros de equipo estuviesen cerca, pues tenía certeza que si lo hubiesen visto irían rápidamente a fastidiarlo, mejor era salir de allí lo antes posible.

    Para evitar encontrarse con cualquier conocido, subió a su habitación, que tenía una hermosa vista a la playa, entonces decidió acomodarse en la pequeña terraza pues así la brisa marina lo refrescaría. Lamentablemente, no contaba con que su cuarto, estuviese ubicado con vista privilegiada al de Sakuno, ya que al salir, vio como la castaña se asomaba al balcón para disfrutar el paisaje.

    Maldición, fue lo que salió de su boca, pero aun así no hizo nada para evitar observar a la chica, quien se veía hermosa, llevando una minifalda blanca y una blusa de tiritas rosa, que para empeorar, traía como nunca su cabello suelto, que era suavemente acariciado por el viento. Otra vez maldecía, por que debía verse tan bien así, además desde cuando no usaba trenzas y que tortura era verla de tan lejos.

    Continuo observado a la castaña, sin darse cuenta estaba pegado a la baranda de la terraza, cual acechador vigilando a su presa, no perdía detalle, hasta que algo lo sobresalto de improvisto, y no era para menos, Sakuno comenzaba a deshacerse de la vestimenta que llevaba, instintivamente volteo sonrojado, pero no duro mucho su discreción, pues algo desconocido le incitaba a seguir mirando.

    Demonios, exclamaba, se volvió a voltear, desde cuando se había transformado en un pervertido, en esos instantes se acordó de su padre, pensando en cuanta maldición se le venía en mente para decirle, sin embargo, eso no impidió que prosiguiera deleitándose con lo que sus ojos veían, cuando se dio cuenta la chica no llevaba su ropa, claro que no se iba a encontrar desnuda, pues Sakuno no era ninguna exhibicionista, así que traía puesto un bello bikini, aunque esto agrado a Ryoma, tampoco le hubiese molestado la otra alternativa, otra vez se maldecía, a él, a los chicos y a su padre, pues hasta donde recordaba estas cosas no eran de su interés, pero ahora algo más fuerte que él le impedía voltearse.

    Aquel fin de semana, que prometía ser de lo más tranquilo, se convirtió en una tortuosa batalla de hormonas para un inexperto Ryoma, además, que sus llamados amigos no le facilitaron las cosas, sino todo lo contrario se encargaron de recordarle con insistencia que estaba Sakuno, provocando más de algún bochornoso episodio en su vida.

    Por lo tanto, en vez de descansar termino más agotado que nunca, cuestionándose como era posible que sus compañeros de equipo no se cansaran de tanto acechar chicas, pues hasta donde el mismo comprobó era una actividad de lo más fatigante, aunque placentera, pero aun no lo suficiente como para superar a su queridísimo tenis.

    No obstante, esta novedosa forma de recreación paso a ser tan importante como el deporte en la vida de Ryoma, pues también se dio cuenta, que no era el único que disfrutaba esta inusual pero habitual actividad de observar a Sakuno, sino que existían para su desgracia un número considerable de oponentes, con mucha mayor experiencia y osadía que él, que estaban dispuestos a mucho más que simplemente observar, por tanto, tuvo que agregar otra nueva actividad a su día, o sea guardaespaldas personal de Sakuno, claro sin que esta se enterara de eso.

    ********************FIN Flash Back*******************

    Una leve turbulencia despertó a Ryoma de su ensueño, quien el darse cuenta lo que había estado pensando, sonrió con nostalgia, pues desde ese episodio en su vida ya habían transcurrido muchos años, pero ahora estaba agradecido con quienes lo motivaron a despertar de su niñez, para dar paso a su adolescencia, ya que por muchos errores que hubiese cometido en aquella época, no podía arrepentirse, debido a que una de esas “faltas” se había transformado en sus preciados hijos.

    Sin darse cuenta arribaban a Japón, el viaje había sido menos molesto de lo que imagino, ahora por fin tendría oportunidad de recuperar lo que tanto deseaba. Ya que al recordar como nació su interés por Sakuno, una nueva ola de energía lo embargaba, sabía que un principio solo fue una simple atracción juvenil, pero ahora era algo completamente distinto, la necesidad que tenía de ella se hacía creciente con la distancia, sonrió al tomar conciencia real de sus actos, debido a que esta era la primera vez que “perseguía” a una mujer, lo que confirmaba que lo que fuera que sentía por ella, era mucho más que una mera atracción.

    Además, no solo era por sus hijos, ya que sabía que Sakuno no precisaba de él para esto, se las había arreglado perfectamente bien todos estos años. Aunque también, le eran necesarios, lo que deseaba con mayor fuerza era que su amado ángel compartiera su vida con la de él, quería sin dudarlo formar una familia junto a ella, tenía claro que solamente Sakuno cumplía los requisitos para ocupar el puesto de esposa de Echizen.

    No obstante, cuales eran estas exigencias, pues simple solo él lo sabía, sin embargo, algo era claro, aquella chica era la única que le había provocado viajar tantos kilómetros con tal de que se quedara con él, asimismo, dejar a un lado su tan preciado tenis, aunque solo fuera por un corto período, pero no hay que quitarle el crédito a esta acción, pues la temporada recién estaba a la mitad, es decir, aun faltaban muchos trofeos por disputar.

    Una vez listo, se disponía a marchar rumbo a su departamento.

    -Nos vamos…Ryoma.
    -A donde…yo me voy a mi casa…tú no sé.
    -Por eso vamos…a caso no te dije que me iba a quedar en tu casa – no dando tiempo a Ryoma a negarse, pues se encontraba subido en el taxis.

    ***********************************

    Mientras estas cosas acontecían en el aeropuerto, en otro lugar lejos de allí, específicamente en la casa Ryusaki, comenzaba un nuevo día para esta familia, aun quedaban días de vacaciones, pues las clases de los pequeños empezarían dentro de dos semanas, así que debían disfrutar estos días al máximo, ya que Sakuno también debería volver a sus responsabilidades.

    Una vez desayunado, los pequeños fueron a entretenerse en sus asuntos, dejando a solas a las mujeres Ryusaki. Aprovechando esta oportunidad, la abuela de Sakuno comenzó con su estrategia para que de una vez por todas, su querida nieta se olvidara de aquel detestable hombre, aunque muy en el fondo no lo odiara tanto, después de todo había sido uno de sus preciados alumnos.

    Por esta razón, la anciana ya tenía preparada una cena, así que le anunciaba a su nieta que se preparara para la noche, pues tendrían un invitado muy especial, la chica que conocía perfectamente las intenciones de su abuela, no le tomo mucha importancia, además, sabía que aquel misterioso personaje no podría ser otro que Tezuka.

    Aquel día transcurrió sin novedad, así que la hora de la cena se hacía presente, como cualquier otro día Sakuno alistó a sus hijos para comer, sin embargo, ella no hizo ningún cambio, después de todo no lo consideraba necesario, así que su vestimenta constaba de un jeans desgastado con una blusa holgada, lejos de parecer modelo profesional, más lucía como una modesta dueña de casa, lo que provoco la furia de su abuela.

    -Pero Sakuno…que ropas son esas…a caso no te dije que vendrían visitas – en tono de molestia hablaba Sumire.
    -Si a visitas te refieres a Kuni-kun…no veo el problema – se defendía la chica.
    -Como que no…deberías esforzarte un poco…además – dudó en lo que iba a decir, pues sabía que su nieta se molestaría.
    -Además, qué…abuela no empieces con tus cosas…te dije que Kuni-kun y yo solo somos amigos…es más lo considero como parte de la familia – la miraba con seriedad – así que no veo para que tanto arreglo…no es la primera vez que viene…espero no hallas tramado nada raro.
    -Como crees…de casualidad me encontré con él cuando fui al médico…- comenzaba a ponerse nerviosa, así que fue a terminar la cena, la chica al ver la reacción de su abuela rió.

    Minutos más tarde, Tezuka llegaba a la residencia Ryusaki, al igual que Sakuno, él sabía perfectamente las intenciones que tenía su antigua entrenadora, pero no le tomo mucha importancia, pues también deseaba ver a los niños y, por supuesto, a la madre de estos, aunque ya no tenía esperanzas no significaba que desaparecería de sus vidas, por otro lado, Ryoma aun no había hecho nada concreto, dejando el camino libre, al menos hasta el momento, pero si existía una mínima posibilidad por que no aprovecharla, nadie podría culparlo por eso.

    La cena estaba prácticamente lista, por uno lado, la joven madre estaba en la cocina terminando las ensaladas, mientras sus hijos le hacían compañía a Tezuka, quienes se encontraban muy entusiasmados preguntado y escuchando los relatos de este sobre su padre, cuando ambos asistían a Seigaku, aunque no era de su interés hablar del chico, no pudo negarse a los pequeños, incluso debió continuar a pesar de las interrupciones de Sumire, en ese entonces sonó el timbre.

    -Abuela invitaste a alguien más – desde la cocina preguntaba la chica.
    -No…a quien iba a invitar.
    -No importa…ve quien es…yo no puedo, estoy ocupada.

    Sumire se dirigió a la puerta, perseguida de unos curiosos niños…

    -Buenas noches.
    -Tú…que haces aquí – entre molestia y sorpresa emitía la mujer.
    -Papaaaa…cuando llegaste – saltaban los chicos sobre Ryoma, atropellando a su bisabuela por el paso.

    La mujer quedó tan sorprendida con la inesperada visita que no reaccionó, solo se quedo observando la escena, hasta que sus nietos la sacaron de sus sueños, más bien pesadillas. Por un instante, la miraron curiosos pues su bis no era de las que se quedara paralizada, pero al no ver reacción en ella, decidieron apartarla para dejar pasar a Ryoma, quien solo siguió a sus hijos.

    Por lo tanto, aquella cena para acercar a Tezuka y Sakuno, tendría que ser pospuesta, ya que por más que Sumire se negara a dejarlo entrar, sus queridos nietos jamás se lo permitirían, algo de lo que se dio cuenta al momento en que estos rebozaban de alegría con su sola presencia, olvidándose por completo que minutos antes se divertían de lo mejor con Tezuka, aunque pensándolo detalladamente lo único que hicieron fue hablar de Ryoma, al menos este día, esta batalla estaba perdida.


    Hasta la próxima...:D


    ;) Considerando que este es un capitulo que no me gusto mucho, les prometo subir la continuación el lunes :D claro si al menos me dejan 10 rewies, jajaja si se no es bueno presionar, pero hoy estoy de humor para eso, jajaja:cool:

     
  18.  
    al-kun

    al-kun Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    aja
    que pervertido ryoma
    esos son los genes
    ToT ami tamien me afectan a veces xD
    ok
    siguelo
    esta genial
    cuidat
    chau
     
  19.  
    luciazanabri

    luciazanabri Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    que lindo capi ohh ryoma pervertido no me lo habia imaginado xD espero la conti ^^ tu fic esta re chido :)
     
  20.  
    RelMariposa

    RelMariposa Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    Hooolas :D

    Me encanto la conti...

    Xd estaba interesante

    Atte Marie
     
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