La Primera vez nunca se olvida

Re: La Primera vez nunca se olvida

Quiero agradecer a todos quienes me escriben:computadora:, sigue siendo emocionante recibir sus comentarios, bueno ya basta de blablabla...
:telefono:
Nuevo capitulo, y supoongo que el título es elocuente, espero les guste como quedo, ya que me costo un poco escribirlo:llorar2:, será falta de inspiración o no se, ustedes diran.:llorar:

INTERCAMBIO

La oscuridad de la noche ya dominaba por completo la ciudad, ni las destellantes estrellas podrían aminorar tan angustiante situación que estaban viviendo, cada minuto que transcurría solo incrementaba aquella densa atmósfera que circundaba la habitación, solo quedaba esperar para definir como se llevaría a cabo la transacción.

Pocos minutos faltaban para la media noche, cuando al fin el teléfono comenzó a retumbar en sus oídos, rápidamente Ryoma levantó el auricular.

-Soy Ryoma – fríamente emitía.
-Bien niño bonito, escucha – en tono burlesco le decía Kuro – no vemos a la medianoche en el muelle 52.
-Ahí estaré…quiero saber como esta Ranko – trataba de ganar tiempo.
-La podrás ver en el muelle…recuerda debes ir solo
-Maldito…déjate de juego…dame con Ranko – furioso hablaba
-Las reglas las pongo yo…

Colgó sin dejar a Ryoma emitir palabras, más bien maldiciones por doquier, pero al menos ya podían respirar un poco mas tranquilos, solo quedaba preparar todo para evitar cualquier conflicto que pudiese ocurrir, perjudicando tanto a Ranko como a Ryoma, absolutamente todo debía ser fríamente calculado, pues la vida de dos personas estaba en juego.

Mientras los preparativos eran realizados, el joven tenista se hallaba sumido en sus pensamientos, un deje de angustia turbaba su cabeza, todos los acontecimientos recién pasados, en donde la cruel Chantal confesaba su fallido plan, hacían temer más a Ryoma, quien comenzaba a cuestionarse muchas cosas.

Asimilando las causas del secuestro, el joven de mirada fría, se percataba de algo que podía perturbar su futura vida, ya que la razón principal de todo lo ocurrido, era indirectamente culpa de él, aquellos temores que comenzaban a surgir en su interior impacientaban mas a Ryoma, pues si todo salía bien, considerando las circunstancias, nada le aseguraba que él pudiera seguir relacionándose con su ahora familia, ya que su bella amada tenía argumentos suficientes como para alejarse de él; si realmente lo consideraba como un peligro latente para sus hijos, estaba convencido que entre él y ellos, Sakuno no dudaría a quien escoger.

Aquellos pensamientos generaban una creciente tristeza en él, pues ahora que había aceptado su amor por Sakuno, estaba dispuesto a luchar lo que fuese necesario para recuperarla, convirtiéndola en la mujer más feliz de la tierra, asimismo, ya que había descubierto que era padre de unos ingeniosos mellizos, no deseaba por nada del mundo alejarse de ellos, pues un nuevo sentimiento nacía en su interior, provocando que sus motivaciones actuales fueran derrumbadas vertiginosamente, cambiando por completo sus prioridades en la vida.
Divagaba una y otra vez, en la posibilidad de disfrutar junto a su querida Sakuno, el crecimiento de sus pequeños hijos, Ranko y Yue. Nunca se imaginó en la posibilidad que unos “insignificantes” niños pudieran causar un impacto tan profundo en su vida, ya que con solo escuchar de la boca de Yue, la palabra “papá” provocó en su interior un inmenso placer, que con el pasar de los minutos su corazón le pedía con insistencia escuchar nuevamente esas hermosas palabras.

Por tanto, la sola idea de perder a quienes se habían convertido, de la noche a la mañana, en sus seres queridos, le atormentaban con dureza su corazón. Al recordar que todo esto era causado por la enfermiza mente de una mujer, maldecía constantemente a la imprudente Chantal, a su vez se culpaba duramente, por no haberse dado cuenta que aquella mujer podía provocar tanto daño a su vida.

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Por otro lado, cerca del muelle en donde se haría el cambio, con una tranquilidad asombrosa los secuestradores se encontraban ajustando los últimos detalles, revisando con meticulosidad cada unos de los rincones del lugar, asegurándose de las posibles zonas de escape, por si las cosas no salían como esperaban, tenían que estar prevenidos para todo.

En un área poco accesible a la vista, se hallaba estacionada una vieja furgoneta, en su interior estaba escondida la pequeña Ranko, acompañada por Crack, el hombre pequeño, quien trataba de mantener a la niña tranquila, explicándole lo mas simple posible lo que estaba sucediendo. Al ver que la pequeña parecía no tener tanto miedo, entablo una conversación con ella para saber que la había hecho cambiar.

-Oye…pequeña – decía con cierta dulzura, para no asustar a la niña.
-No soy pequeña…Mi nombre es Ranko – con molestia emitía.
-Bueno…Ranko, por que ya no lloras
-Por que mi papá vendrá a salvarme – la inocencia en sus ojos sorprendían a Crack, pues era impresionante como podía tener tanta seguridad que su papá la rescatará con vida.
-Y si no viene
-El vendrá…pues es muy fuerte – con toda seguridad decía.
-Pero nosotros somos mucho más fuertes – discutía el hombre.
-Mentira…mi papá es mas fuerte
-No importa…igual nosotros ganaremos – se burlaba de la pequeña
-No oh!...pues los malos pierden – con una sonrisa en sus labios decía – y los buenos siempre ganan.

Aquel hombre no continuo discutiendo con la pequeña, podía apreciar en sus ojos el brillo de ingenuidad, todo lo que estaba ocurriendo eran lo suficientemente traumático como para agregar algo más al sufrimiento de esta niña, confiaba en que pronto esto terminaría, así librarse de esta culpa que poseía por todo esto.

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Había llegado la hora de partir, el detective Arthur llevaría a Ryoma hasta el lugar de encuentro, dejándolo lo mas cerca posible evitando que los secuestradores se percataran de su presencia. Previo a esto, había enviado a unos policías de incógnito para cercar la zona, disminuyendo al máximo el peligro, tratando de resguardar la vida de los dos principales involucrados.

Un poco antes de partir, el joven padre se dirigió a la recamara de Yue, quería despedirse de él. Una vez entrado observo como el pequeño niño yacía dormido profundamente en su cama, situación que causo una gran ternura en Ryoma, por lo cual se acerco para acariciar suavemente su cabello, con delicadeza para no despertarlo, pero para su sorpresa repentinamente abrió sus ojos.

-Ryo…papá – sus labios sonreían con inocencia.
-Hola – agradecía esas palabras que le llenaban de gozo.
-Donde esta Ranko – un deje de tristeza se asomó en sus pequeños ojos.
-No te preocupes…ahora la voy a buscar
-Que bien…tienes que derrotar a los demonios – volvía a sonreír – tú puedes papá ¿Cierto?
-Luchare con toda mi fuerza – hasta él se sorprendía por ser tan atento con el pequeño – ahora sigue durmiendo
-Esta bien…buenas noches papá – sentándose para así poder estrechar sus brazos en Ryoma, quien al percibir aquel gesto se estremeció, pero de igual manera correspondió.

Así se preparó para partir, pero antes de emprender camino la joven Sakuno se acerco a su amado, abrazándolo con fuerza, en una especie de ruego le pedía que trajera a salvo a su pequeña hija, sin dudarlo el correspondió a este gesto depositando un cariñoso beso en su cabello.

-Ryoma…yo quiero…ir – sus labios apenas se abrían.
-No puedo permitir eso…conmigo es mas que suficiente – confirmaba un ya preocupado joven.
-Pero Ranko…- aferrándose a los brazos de Ryoma
-No te preocupes…yo estaré con ella…no permitiré que nada le pase – emprendiendo marcha hacia el auto que lo llevaría, una leve sonrisa se asomo en los labios del chico – adiós…

Al ver como su príncipe se iba nuevamente de su lado, una gran tristeza se apoderó de ella, por alguna razón quería seguirlo, pero quienes la rodeaban se lo impidieron, pues lo mejor era que fuese solo para facilitar las cosas en caso de que algo fallara.

El camino hacia el muelle fue mas corto de lo esperado, todo el recorrido fue realizado en completo silencio, el joven tenista solo podía pensar en lo que debía enfrentar, un odio profundo crecía en él hacia aquellos sujetos que tenían cautiva a su hija, no pasando desapercibido para el detective, que apreciaba como los ojos de Ryoma se encendían de furia.

Unos metros antes de llegar a su destino, el detective detuvo el auto, con el firme propósito de tranquilizar un poco al joven de mirada ámbar. Este quien al ver que se detenían se extraño, pero luego del sermón propiciado por el detective no le quedo de otra que escuchar.

-Escucha Ryoma – mirando fijamente a los ojos del chico – comprendo tu preocupación pero debes calmarte.
-Lo sé…pero es que – apretaba los puños con furia.
-Recuerda que ellos tienen a tu hija…si actúas con imprudencia…pones en riesgo a la niña…nosotros solo podemos estar observando a lo lejos.
-Pero si ellos hacen algo…quiere que me quede mirando.
-Esperemos que nada pase…así que tú tranquilo…sigue las instrucciones que ellos te den.

Una vez calmado la rabia del joven tenista, prosiguieron su camino. Mientras que en otro vehículo viajaba Sakuno hacía el lugar de encuentro, pero ella solo podía llegar hasta cierto punto a la espera que le confirmaran que Ranko había sido rescatada sin problema, aun cuando esta espera le atormentaba no podía hacer nada, confiaba en que su amado Ryoma cumpliera su promesa, de traer a salvo a su pequeña hija, él era su única esperanza.

Por fin llegaban al lugar destinado para el cambio, Ryoma respiro profundamente y tomado el bolso que contenía el dinero, daba inicio al recorrido que lo llevaría a recuperar a una de las mujeres mas importante de vida, pues eso era Ranko ahora para él, previo a esto recibió nuevamente las indicaciones del detective, con algo de desagrado escuchó para poder partir lo antes posible.

El camino por el cual se trasladaba era bastante tenebroso, la luz de la calle apenas se filtraba por las altas edificaciones, una suave brisa marina acariciaba su rostro con delicadeza, enfriando un poco la rabia que contenía en su interior, debía recordar todas las indicaciones que el detective le había dado.

Así se fue acercando al lugar acordado, podía ver a lo lejos el inicio del océano indicándole que ya estaba cerca, además que en la vía estaba escrito muelle 52, que de seguro durante el día era una zona bastante concurrida, pues podía observar unos cuantos botes anclados, mal signo si los secuestradores tenían pensado huir por mar, pero eso no era lo importante, fue entonces que escuchó unas voces.

-Al fin llegas niño bonito – el aludido apenas distinguió la figura de un hombre, pues todo estaba muy oscuro.
-Donde esta mi hija – clavando sus ojos gatunos en el sujeto, que al verlo no se intimidó en lo absoluto.
-Trajiste el dinero – Ryoma se lo mostraba abriendo el bolso – que bien…espero que este todo.
-Si quieres lo cuentas – con ironía decía el chico.
-No te quieras pasar de listo…si me haces enfadar…tu pequeña hija puede ponerse muy triste – mientras decía esto, sacaba una revolver de su pantalón – al ver a su papito…MUERTO…jajaja…que dices niño bonito.
-Ya basta de estupideces…donde esta Ranko – volvía a calmarse, estas eran las cosas que el detective le había advertido.

El sujeto que estaba apuntándolo con el arma, se reía al ver la cara de angustia con la que estaba el joven tenista, haciendo un par de señales le informa a uno de sus compañeros que trajeran a la pequeña. Crack, quien estaba en la furgoneta con Ranko, acató la orden, no sin antes darle indicaciones a la pequeña de lo que debía hacer.

-Mira niña – le señalaba la ventana del vehículo – allí se encuentra tu papá.
-PAPAAAAA – pero fue callada por la mano del hombre.
-No debes gritar…si lo haces Kuro te puede hacer daño o puede matar a tu papa…no quieres eso ¿cierto? – aquellas palabras asustaron a la niña, provocando que unas lagrimas asomaran por sus ojos.
-No qui…ero…que ma…ten a mi...papá – su llanto inquieto un poco al hombre.
-No llores…ni te apartes de mi…tienes que estar calladita – a pesar de todo era un hombre que tenía compasión al menos por la pequeña. Ranko asintió con la cabeza, pero sus ojos cristalinos demostraban el temor.

Una fría brisa marina bañaba el ambiente, que con el pasar de cada segundo se volvía más sombrío y espeluznante, ya que por un lado estaba un inquieto padre ansioso por recuperar a hija, mientras que por el otro sector se hallaba un ambicioso hombre, esperando por fin recibir tan deseoso tesoro.

Por lo tanto, para que todo saliera perfecto, tenía a uno de sus compañeros vigilando la zona, Rock se encontraba acechando cada paso desde lo alto, sin ser visto por Ryoma, quien estaba totalmente concentrado en la furgoneta, pues ya se había dado cuenta que en ese lugar estaba Ranko.

-Escucha niño bonito…quiero que dejes el dinero en el suelo y luego te apartes hacia atrás – daba sus indicaciones sin desviar la vista del chico.
-Primero quiero ver a Ranko – ya que hasta el momento no la había visto, solo sabía que debería encontrarse dentro de aquel vehículo.
-Ey…Crack…muéstrale a la mocosa – este obedeció al instante.

Abriendo la puerta y asomando a la pequeña entre sus brazos, comenzó a salir con mucho cuidado para que la niña no se le soltara. Ryoma al verla sintió un dolor intenso en su corazón, pues podía apreciar aquellos ojos llenos de temor, pero a su vez, notaba un leve brillo de felicidad de igual forma que cuando se despidió de Yue.

-Ranko – decía Ryoma, queriendo en ese instante ir por ella.
-Papá – sonriendo al ver que por fin su héroe la rescataría, Ryoma al escuchar esas palabras una leve sonrisa asomó en sus labios, pero drásticamente fue sacado de esa escena, por la ruda voz de Kuro.
-Allí esta la mocosa…ahora quiero mi dinero
-Quiero que antes la sueltes – lo miraba con rabia, sin percatarse que esa no era la actitud que debía tener en ese momento.
-Jajaja…no te das cuenta en que situación estas…eres un imbécil niño bonito – sin dejar de apuntar con el arma.
-Aquí esta el dinero – dejándolo en el suelo, peor aun sin moverse del lugar.

Al dejar el bolso en el suelo, el ambiente se vuelve mas tenso aun, llegando a ser sofocante, ni siquiera la suave brisa marina podía aminorar esta presión, mientras cada uno de los presentes se observaba sin pestañar. Con precaución el joven tenista se apartaba del bolso, no sin antes advertir que dejaran ir a la niña, hecho que se llevo a cabo. Crack quien estaba con Ranko, le indica que caminara hacia su papá, pero que lo hiciese con cuidado sin correr, ya que la pequeña estaba asustada obedeció sin problema.

Sin embargo, a medida que Ryoma se acercaba a su hija fue dándole la espalda a Kuro, que al encontrarse en tal situación no dudo en hacer sufrir a sus victimas, algo habitual en él. Crack al percatarse de las intenciones de su compañero, previene al joven padre, no obstante, dicha advertencia le cuesta la vida, pues Kuro, quien no sentía compasión por nadie, no dudo en dispararle a sangre fría al pequeño hombre, acertando directo en el corazón.

Aquel bullicio generado por el disparo alerto a los policías, quienes se encontraban un poco apartados del lugar. En ese instante, la joven Sakuno corre junto a ellos, pero esta vez nadie logra detenerla, su determinación y fuerza permitieron que avanzara, ya que al no saber que ocurría un sin fin de ideas se le cruzaban por su cabeza imaginándose lo peor.

Ryoma al ver las intenciones de Kuro, comienza a correr ágilmente hacia la pequeña, con el firme propósito de protegerla, sin embargo, segundo antes de alcanzarla se escucha un nuevo disparo, esta vez el joven tenista logra percibir como una desgarradora punzada se incrusta en su cuerpo, desplomándose fuertemente sobre el pavimento. Su agresor al ver que este caía comienza a reír con demencia, ya que para él observar el sufrimiento de sus victimas le causaba gran placer.

En aquel mismo instante, la policía llegaba al lugar alcanzando a ver la siniestra escena, con un Ryoma sangrando en el suelo rodeado por una pequeña que lloraba amargamente, mientras un sádico hombre reía con orgullo unos metros más allá del chico, por unos momentos todo se quedo inmóvil a la vistas de quienes recién aparecían, pero un hábil detective reacciona llamando que apresaran al secuestrador, quien al darse cuenta que lo capturarían comienza su retirada, logrando llevarse consigo el bolso con el dinero, ayudado por su otro acompañante Rock, quien ya lo esperaba en uno de las lanchas del muelle.

Un joven tenista, ahora llamado padre, yacía tumbado sobre el duro pavimento, al recuperar un poco sus sentidos pudo ver que su pequeña niña se encontraba a salvo, aunque podía ver como su bello rostro era inundado por un mar de lagrimas, causando una angustia nunca antes percibida, pero no dudo y acercando su mano a la cara de Ranko comenzó a limpiar cada una de las gotas de llanto que caían, quien al darse cuenta de esto pudo calmar un poco aquel sollozo.

Mientras aquel padre de mirada arrogante acariciaba el rostro de la bella niña, por su mente circulaban un sin fin de imágenes, sentimientos e ideas de cómo podría ser su vida. Poco a poco empezaba a perder la sensibilidad de su cuerpo, adormeciéndose con cada caricia otorgada, pero no dejaba de sonreír pues no quería que su hija siguiera llorando. Sus ojos cada vez le pesaban más, logrando con dificultad ver los ojos ambarinos de su pequeña, dándole certeza absoluta de que solo él podía ser el padre, generando una cálida alegría en su interior, pues el amor que había sentido y que aun siente hacía su Sakuno había florecido en dos maravillosas criaturas.

Aquella siniestra escena causo un gran terror en Sakuno, quien por la distancia no sabia bien quien había sido herido, pero de todas formas era angustiante, pues el solo hecho de pensar en perder a uno de los dos la enloquecían, se encontraba paralizada no logrando avanzar con fluidez, hasta que la fuerte voz del detective Arthur la sacaron de su letargo, reaccionando al instante para emprender raudamente camino hacia dos de sus amores.

Al llegar donde se encontraba Ranko, la abrazó con premura, inmediatamente da inicio a minucioso examen para verificar si su pequeña no se encontraba lastimada, respirando profundamente agradecida por que ella estaba bien, sin embargo, volteando a un costado logra apreciar la realidad, de como su amado Ryoma había sido herido, provocando un súbito temor en su corazón al verlo inconsciente a sus pies con el rostro palidecido, por la gran perdida de sangre que sufría, no teniendo claridad de su verdadero estado, pero instantáneamente tomo a su hija en brazos ocultando aquel cuerpo casi inerte de la vista de la pequeña.

Por unos momentos la voz de Sakuno, logro ser escuchada por el joven tenista, tranquilizando un poco su angustia, pues eso le indicaba que su hija estaba a salvo con su madre, pero una inmensa tristeza comienza a surgir en él, al oír el suave llanto de su ángel, pues ahora no estaba capacitado para consolarla y tampoco podía verla, ya que sus ojos insistían en permanecer cerrados, así como su cuerpo que se negaba a obedecer a su cerebro, que le rogaba que se levantara y fuese a confortar a su amada.

No obstante, pocos segundos después aquellos sollozos son silenciados por unas ruidosas sirenas, anunciándole que la ambulancia había llegado, pero él ya no tenía fuerzas para seguir atento a lo que ocurría a su alrededor, pues su mente comenzaba a nublarse paulatinamente, dejando incluso de sentir aquellos nefastos dolores, asimismo, los sonidos que lograba oír dejaban de ser tan molestos, todo en él se desvanecía, en un tenue suspiro lo único que pudo visualizar en su cabeza fue a su adorada familia, que al parecer ya no podría disfrutar.

Aquella tormentosa noche llegaba a su fin, las verdaderas razones por las cuales había sucedido todo esto, ya perdían total importancia para quienes fueron afectados, pues las circunstancias actuales eran mucho más relevantes y preocupantes, pues a partir de lo que halla quedado se deberá construir nuevamente la vida de esta familia, enfrentando los hechos recientes de la mejor forma posible.

Hasta la próxima:saludar:


Y bien que les pareció, esta dentro de lo que esperaban o fue decepcionante...parece que estoy un poco sentimental hoy, perdon, jajaja.:espiritus:


Si se preguntan si este es el final, pues no...que qué? va a pasar ahora, pues tendran que esperar, jijiji*perverso*, no se preocupen pronto esta historia llegara a su fin. Sigan comentando mientras yo veo como termino esta historia. Espero y la inspiración venga a mi :angel4: