La Primera vez nunca se olvida

Tema en 'Prince of Tennis' iniciado por Puccapucca, 10 Marzo 2007.

  1.  
    Azuki

    Azuki Usuario común

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    Re: La Primera vez nunca se olvida

    hermosoooo!
    totalmente hermosooo!
    escribis muy bien pucca-pucca , realmente te felicito ,encima todo lo decis con lujo de detalles que haces que alguien perfectamente pueda saber todoo....!

    realmente muy lindooo, voy a estar esperando muy ansiosa el final de esta linda historiaaa
    cuidatee
    besooo
    Naduu :) :D :P
     
  2.  
    Lítidy Tebinett

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    Re: La Primera vez nunca se olvida

    Conti!
    :( Ya! No dejes hai con la intrigota!
    Por
     
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    Lítidy Tebinett

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    Re: La Primera vez nunca se olvida

    Conti!
    :( Ya! No dejes hai con la intrigota!
    Por fsvor
     
  4.  
    Bitme

    Bitme Usuario popular

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    Re: La Primera vez nunca se olvida

    conty..............





















    coty



































    cotty!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
     
  5.  
    Yaziii

    Yaziii Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    Conti lueguitoo sii!
    porfiis :(
     
  6.  
    Puccapucca

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    La Primera vez nunca se olvida
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    Re: La Primera vez nunca se olvida

    Sin mucho preambulo, les dejo para que disfruten el
    ULTIMO CAPITULO.


    LA BODA

    Los hermosos árboles de cerezo comenzaban a transformar el invernal paisaje, aquellos desnudos ramajes que predominaron estos últimos meses, prontamente eran vestidos por bellas flores rosadas que anunciaban alegremente la llegada de la tan esperada primavera, como se suele decir por ahí el amor empezaba a invadir cada rincón de la gran ciudad de Tokio.

    Varios habían sido los meses transcurrido desde que esta joven pareja permanecía junta. A pesar de la distancia producida por sus respectivas carreras, la relación no había sido minada por esto, ambos con mucho esmero lograron ir sorteando los obstáculos que se les presentaron a lo largo de este tiempo, reuniéndose en cada país que coincidían o buscando que así fuera, además de las incesantes llamadas que se hacían interminables, pero provechosas.

    El día era propicio para llevarse a cabo la tan esperada ceremonia, en donde los emocionados novios intercambiarían sus votos de mutuo amor, para confirmar los sentimientos que se han profesado por tanto tiempo, con todas las dificultades y separaciones que debieron vivir antes de llegar al altar, sin embargo, en estos precisos momentos solo eran meros recuerdos, que fortalecían aun mas el futuro vínculo matrimonial.

    La reunión pronto debería dar inicio, solo había que esperar que todos los involucrados estuviesen presentes, mientras cada invitado se dirigía al lugar de encuentro, una joven mujer se alistaba, como era habitual en ella su nerviosismo era creciente, razones eran muchas…

    - Sakuno…ya estas lista…debemos irnos, es tarde – se escucha a Sumire desde la planta baja – Rinko ya se llevo a los niños...Sakuno me escuchas – volvía a gritar la anciana.

    - Si, abuela…puedes subir un momento…tengo un problema…auch – se oyó arriba.

    - Pero hija que haces…ya deberías estar lista…

    - Es que no puedo ponerme esto…ayúdame – intentaba colocarse un adorno en su cabello, que al parecer había escogido el mejor día para comportarse de forma rebelde.

    - Ay…niña, pero que cosas se te ocurren…te dije que era mejor no usarlo – la reprendía su abuela – si te sigues demorando Ryoma se cansara de esperarte.

    - Abuela!!! No digas eso… además, este es un regalo de mi mamá y hoy es un día especial…hace perfecto juego con mi vestido…trae buena suerte – su voz sonaba algo infantil, pero convenció a su abuela de ayudarla.

    - Está bien…deja eso yo lo hago…sino nunca saldremos – resignada emitía – listo…te vez estupenda…te pareces tanto a tu madre – una diminuta lagrima bajaba por su mejilla.

    - No irás a llorar ahora…ya es tarde mejor vámonos…no quiero comenzar a llorar y arruinar todo el maquillaje.

    **********************************

    Se apreciaba una grandiosa construcción muy al estilo japonés, acompañado con hermosos jardines, pequeñas fuentes de agua y especies arbustivas de la zona, sin olvidar un amplio camino de Cerezos en flor que invitaban a los visitantes hasta el centro de la ceremonia, en donde ya la concurrencia era evidente, cada uno de los presente iba perfectamente vestido para la ocasión, demostrando mucha alegría por tal evento.

    Mientras los invitados continuaban llegando, un grupo de bulliciosos hombre charlaba en el altar…

    - Hasta cuando va ha empezar – se quejaba un pelirrojo – estoy aburrido…además, ya quiero ver a la novia.

    - Eiji tranquilízate…no seas tan infantil…las novias siempre se demoran – lo reprendía su siempre amigo Oichi.

    - Ahhh…pero ya paso mucho rato – seguía el pelirrojo – no es cierto o’chibi – esperando apoyo, que por cierto nunca llego.

    - Eiji deberías controlarte…lo pondrás más nervioso de lo que ya esta – decía un comprensivo Kawamura, mientras señalaba al novio.

    - Hey Tezuka…así que trajiste a Mikoto – llamando la atención de sus compañeros.

    - Ehh…quien es Mikoto…- interfería Eiji.

    - Según mis investigaciones – hablaba Inu – es una pediatra del hospital donde trabaja Tezuka…por cierto es aquella morena de la tercera fila.

    Todos los chicos se voltearon a ver a la mencionada, corroborando las recientes palabras de Inu, era una hermosa mujer de cabellos ondulados, que caían distinguidamente por su hombros, al igual que Kunimitsu poseía una mirada seria e imperturbable.

    - Es muy linda…me la presentas – decía el pelirrojo.

    - No – fue la rotunda respuesta de su ex – capitán.

    - Creo que alguien se puso celoso – bufaba Fuji, causando la risas de sus amigos, obviamente menos del aludido – pero supongo que ya se dio por vencido – con aquellos siniestros ojos, logrando un tétrica mirada por parte de Tezuka.

    Unos minutos más tarde, se vio como rápidamente los convidados a la ceremonia comenzaban a tomar sus lugares, indicando con ello que la novia por fin había llegado, así que los ex – integrantes de Seigaku se dirigían a sus puestos, dejando al novio y a su mejor amigo en el altar.

    Una suave música se escuchaba de fondo, en la entrada del santuario se podía apreciar a la esperada novia, quien estaba radiantemente vestida con un delicado ajuar color perla, con finas terminaciones bordadas en un dorado opaco en la caída del traje, un sencillo peinado sujeto por una fina tiara adornando muy bien su castaña cabellera, además, de un leve maquillaje que resaltaba la belleza natural de la mujer.

    Envuelta por la armoniosa melodía pretendía avanzar ante la atenta mirada de las personas, con los nervios propios de la ocasión, intentaba con toda sus fuerzas no tropezar en el trayecto, buscando un punto de concentración en el cual encontrar apoyo, observando detenidamente, sus bellos ojos se posaron en quien sería en pocos minutos su futuro marido, aquella mirada llena de confianza la tranquilizo, retomando con elegancia su caminar.

    - Se ve preciosa – indicaba una chica.

    - Es cierto…pero es que siempre ha sido hermosa – contestaba una voz masculina.

    - Lo dices por que estuviste enamorado de ella – un poco celosa emitía.

    - Puede ser…pero ahora estoy enamorado de ti – logrando una cálida sonrisa de su chica.

    Cada paso dado era fielmente vigilado por la concurrencia, que comentaba con cierta emoción lo hermosa que lucía la novia, instantes más tarde, aquella caminata al altar concluía, en donde era recibida por un ansioso novio, que al igual que ella vestía elegantemente, un traje gris oscuro con un fino pañuelo color dorado en el bolsillo de la chaqueta, todo esto para hacer juego con el traje de su futura esposa.

    Se observaba en el altar a los felices novios acompañados por sus respectivos amigos, enfrente de ellos se ubicaba el juez que oficiaría la ceremonia, quien alegremente dio inicio a su discurso. Mientras se expresaban los votos de compromiso entre las partes, unos leves murmullos, sollozos y llantos circundaban en la sala, principalmente por mujeres que disfrutaban al máximo con estas reuniones.

    - No se ven bien juntos – decía una mujer a su amiga.

    - Hermosos…siempre supe que terminarían juntos – contestaba la chica.

    - Son el uno para el otro – en otra fila hablaba una señora.

    - Y que hallan pasado tanto tiempo separados – se escuchaba.

    - Quien lo diría…con todos los problemas que tuvieron – murmuraba otra.

    - Pero al fin se casaron…se nota que se aman – casi en llanto se oía.

    Momentos más tarde el juez pronunciaba sus últimas palabras de bendición para la flamante pareja, que comenzaba con el ritual de intercambio de anillos, situación esperada por todos. Pequeños lapsos de nerviosismo demoraron este acontecimiento, ya que el supuesto amigo quien debía facilitar las argollas, dedicaba toda su concentración en otro lugar, mejor dicho en una mujer frente a él, que le impidieron reaccionar con prontitud, un instante bochornoso que pasaría a formar parte de las anécdotas de la presente boda.

    - En esta preciosa tarde…con el poder que me es otorgado – mirando con una cariñosa sonrisa a sus oyentes - los declaro marido y mujer…puede besar a la novia.

    Vítores y aplausos se dejaron oír en el santuario, mientras los recién casados sellaban su amor en un tierno beso.

    - Felicidades Sr. y Sra. Takeshi – con estas últimas palabras daba por concluida la ceremonia, en que Momoshiro y Ann se comprometían para toda la vida.

    Al finalizar la boda, los novios comenzaron a retirarse del santuario pausadamente recorrían el trayecto a la salida, seguidos por un séquito de invitados que aclamaban con alegría a la recién pareja de casados. Un poco más atrás, los amigos de los novios, que habían estado en todo momento acompañándolos en el altar, se reencuentran.

    - Llegaste tarde, Hermosa – con su típica postura arrogante.

    - Hay cosas que nunca cambian – ahora Sakuno era más segura, con el tiempo había logrado hablar de corrido con Ryoma.

    - Así veo…pero la espera valió la pena – mirándola en forma descarada de pies a cabeza, causando un leve sonrojo en la chica, es cierto algunas cosas nunca cambian.

    - Será mejor que nos vayamos – tratando de parecer segura.

    - Ok – pasando uno de sus brazos por la delgada cintura de Sakuno, atrayéndola posesivamente hacia él, actitud que le encantaba a la chica.

    Sin demorar mucho, todos los presentes caminaban hacia el lugar donde se desarrollaría la recepción, un largo camino de cerezos en flor era la guía para llegar a las instalaciones de la fiesta, los hermosos jardines que los acompañaban deleitaban a los visitantes, que apaciblemente iban llegando a su destino.

    Así fue como todos se encontraban ya instalados en sus respectivas mesas, cada una dispuesta alrededor de una pista de baile, finos manteles blancos adornaban las mesas, con un sencillo arreglo floral en el centro, todos los colores que fueron usados eran de tonos dorados y perlas, al igual que el ajuar usado por Ann y Momoshiro.

    En una de las mesas, se hallaban Ryoma y Sakuno, conjuntamente con Eiji, Fuji y Kaido, con sus respectivas parejas. Conversaciones triviales siguieron a la cena, entre anécdotas sobre los novios, aunque principalmente de Momoshiro.

    - Se acuerdan cuando Ann termino con Momo – decía el bullicioso Eiji.

    - Claro…si se la pasaba lamentándose – un molesto Kaoru, quien había terminado siendo el paño de lágrimas de Momo, en más de alguna ocasión, cosas del destino.

    Este fue el tema central de la cena, la relación entre Momoshiro y Ann, ya era muy sabido que desde que iniciaron su noviazgo en la preparatoria, no habían pasado todos esos años juntos, se habían separado más de una vez, por peleas, estudios u otras razones, pero ninguna tan relevante como para no volver, eso era claro, a pesar de todo habían logrado consolidar su relación y llegar por fin al matrimonio.

    Así las pláticas abundaban, cada uno aportaba lo suyo con variados detalles de la vida de la pareja, aunque pronto dejaron de ser tan reales, más bien especulaciones insensatas, sobretodo referente a Momoshiro, ya que sus inseparables amigos aun gozaban con reírse de ellos mismos, siempre había uno de turno para sus burlas, y que mejor ocasión que esta, aunque el aludido no estuviese presente, bueno si lo estaba, pero no escuchaba.

    Por otra parte, una hermosa chica se abstraía en sus pensamientos, desde que había llegado al santuario estaba así, aunque podía disimularlo bastante bien, al menos Ryoma no se percato de nada, y en estos momentos tampoco, pues estaba entretenido con las alocadas historias que sus amigos contaban, cada una mas descabellada que la otra.

    Han transcurrido varios meses desde que Sakuno y Ryoma estaban juntos, sin embargo, había algo que perturbaba a la hermosa castaña, a pesar de estar segura de los sentimientos que él decía tener, el hecho que su querido príncipe no halla vuelto a mencionar nada sobre casarse con ella, la intranquilizaba cada día más, mientras más tiempo pasaba más triste se ponía, ya que al parecer el joven tenista no tenía ninguna intención de llevar a cabo con ese compromiso.

    Los temores que Sakuno presentaba no eran infundados, pues en varias ocasiones se había encargado sutilmente de indagar en lo que Ryoma opinaba sobre el matrimonio, algo que deseaba saber una vez se percato de la tardanza en la propuesta oficial. No obstante, las evasivas del chico no se dejaban esperar, aunque a veces emitía algún comentario negativo sobre el tema, que luego se retractaba o mejoraba al ver la desilusión de su amada.

    Sin embargo, no se dejaba intimidar por esto, pues no dudaba de su amor, solo es que ella deseaba más que nada en el mundo ser su esposa, siempre lo soñó y ahora que esta posibilidad podía ser real, no escatimaría en esfuerzo por cumplir su objetivo. Lo que la llenaba de inseguridades era la actitud tan distante de Ryoma con este asunto, no comprendía muy bien por que, si fue él quien menciono lo referente al matrimonio, ya que hasta ese momento Sakuno se conformaba con solo estar al lado de su amado, pero una vez esas palabras fueron dichas no pudo olvidarlas, ahora quería que todo eso fuera realidad.

    Por otra parte, aquello que tanto anhelaba se intensifico cuando se entero que Ann y Momo se casarían, a pesar de sentir una gran felicidad por ellos, le hacían recordar que podría ser ella anunciando que se casaba con Ryoma, no obstante, no dudo en ayudar a su amiga con los preparativos de la boda, esperanzada que pronto sería ella haciendo esto para la suya con el joven tenista, cosa que por cierto nunca sucedió, pues el arrogante chico jamás menciona nada con respecto a esto, era como si él no estuviese enterado de lo que pasaba.

    Este día la hermosa modelo se encontraba más esperanzada, pues pensaba seguir todos los ritos que se habituaban a realizar en los matrimonios por supuesto el más deseado era el ramo de novia, que estaba convencida que sería ella quien lo atajaría, así Ryoma no podría evadir tales hechos, pues todas las conversaciones llegarían a comentar este suceso, era la formas más digna que se le ocurría para hablar del tema, ya que tampoco quería parecer una desesperada por el matrimonio, en ningún caso quería presionar al chico para que este huyera despavorido por la desquiciada mente de su novia.

    Sumida en su alocada cabeza, ya que si sus ideas fueran escuchada de seguro mandarían a llamar al siquiátrico más cercano para que se la llevara; mientras que transcurría la comida había permanecido callada, no por que no pudiera hablar, sino por que sus pensamientos no la dejaban oír nada de lo que se conversaba, tratando de permanecer serena observaba disimuladamente la hora, ya quería que fuese el momento esperado, quería de una vez por todas enfrentar a Ryoma, al menos deseaba lograr que fijaran una fecha, aunque esta fuera en el siguiente siglo.

    - Sakuno te pasa algo – haciéndola volver a la realidad.

    - Ah…no nada… – entregándole una sonrisa apacible.

    La incertidumbre en esto la trastornaba, sobre todo después de saber que sus rivales no se daban por vencida. Una vez se hizo pública la relación, los medios de comunicación estaban permanentemente vigilándolos, ya que ambos eran sumamente conocidos, y en el ámbito de los romances cada uno por separado llamaba la atención.

    Por una parte, Ryoma era conocido por sus fugaces relaciones con innumerables modelos, en cambio, Sakuno era su antagónico pues era famosa por rechazar a codiciados ejemplares, no se le conocía pareja alguna, entonces el solo hecho que el príncipe del tenis hubiera logrado conquistar a la llamada ángel carmesí, era un manjar para la prensa amarillista, quienes no se cansaban de buscar cualquier motivo de polémica.

    Sin embargo, el joven tenista era muy cuidadoso con esto, ya que en ningún caso quería dañar a su amada, así que había cortado cualquier relación con sus antiguas amigas, si se les puede llamar así, todo esto con ayuda de Joe, pues tenía plena conciencia que cualquier cercanía con alguna de ellas, aunque solo fuese una mera amistad, causaría un gran alboroto, además, ahora tenía una imagen que cuidar, no por él, sino por Sakuno y sus hijos.

    Sin percatarse del tiempo, el esperado rito daba comienzo, aunque Sakuno no era la única que lo anhelaba…

    - Atención, por favor – interrumpiendo a los invitados – les solicito a todas las solteras presentes…que pasen a la pista de baile…la novia lanzara el preciado ramo…veremos quien será la afortunada...

    Comenzaba a relatar el animador de la fiesta, mientras que las mujeres solteras se dirigían rápidamente a tomar posiciones. Inesperadamente, la hermosa Sakuno se levanto raudamente de su lugar y como si su nombre hubiese sido mencionado, camino sin mirar a nadie hasta el centro del lugar, sorprendiendo un poco a Ryoma, ya que hasta ese entonces la chica parecía ausente de todo, pero al escuchar el llamado recobro su conciencia inexplicablemente.

    - Al fin empieza el show – tan siniestro como siempre emitía el genio.

    - ¿Show?...a que te refieres con eso – un poco inocente decía Eiji.

    - A lo que vamos a ver ahora…a caso no saben que significa el ramo – mirando con aquellos ojos abiertos a cada uno de los chicos de la mesa.

    - De que hablas…si solo se lanzará el ramo – proseguía Eiji, aun sin comprender lo que su amigo decía, aunque los otros dos tampoco entendían, si podían ver que algo tramaba.

    - La chica que agarre el ramo será la próxima en casarse – un tono serio y malévolo hablaba.

    - Y… no veo el problema a eso – interfería Kaoru.

    - Yo tampoco…cual es el problema – con un deje de curiosidad decía Ryoma.

    - Fíjense en las chicas de la pista – instigándoles a mirar – es una batalla…no lo ven…la más fuerte ganará.

    - De que hablas – decía Ryoma – yo solo veo un montón de mujeres.

    - Eso mismo…nunca has visto a un grupo de ellas peleando por algo sumamente deseado.

    Por unos segundos, todos los chicos comenzaron a maquinar en sus cabezas esa escena, más de alguna vez habían visto el comportamiento de ellas cuando estaban en masa, a sus ojos eso era aterrador, si lo que Fuji decía era cierto, entonces era muy peligroso que estuviesen todas esas mujeres allí juntas, pues no habría hombre suficientemente valiente como para detenerlas.

    - Vean a su alrededor….miren la cara de los hombres que ahora se encuentran solos – provocándoles a que siguieran su juego.

    - Y que hay de especial en eso – interrogaba Kaoru, con una leve intranquilidad.

    - A caso no ven sus caras…todos diciendo “que no sea ella, que no sea ella” – su voz pausada como para hipnotizar a sus oyentes.

    Al escuchar lo que Fuji les contaba, observaron las mesas que se hallaban a su alrededor, al igual que ellos habían muchos hombres que permanecían atentos a los recientes acontecimientos, al parecer el genio tenía razón, eso sujetos si parecían algo nerviosos, pero tanto como su amigo decía, quien sabe, pero luego de lo dicho por el genio, comenzaban a dudar.

    - Ellos saben que si sus parejas cogen el ramo…tendrán que decidirse a pedirles matrimonio…cosa que no siempre quieren – sin quitar la voz misteriosa, como si estuviese contando una historia de terror.

    - Tonterías…solo haces caso omiso y punto – arrogante decía el tenista.

    - Imposible…serán presionados a eso…en caso contrario la relación terminará – continuando su relato.

    - En serio…pero yo no me quiero casar – un poco intranquilo emitía Eiji.

    - No tienes elección…

    - Bueno de todas formas…la probabilidad de que una de ellas ataje el ramo en mínima – emitía Kaoru, quien al parecer también estaba un poco inquieto con el relato, considerando que el llevaba más de un año de relación, pero no tenía intenciones de casarse pronto.

    - Es verdad…no tenemos por que preocuparnos – una voz mas tranquila se le escuchaba a Eiji.

    - Te equivocas…ese es solo la primera parte – volvía a utilizar aquella voz tétrica.

    A cada palabra emitida por Syusuke, un leve nerviosismo se veía aflorar en los rostros de los chicos, aunque dos de ellos no querían reconocerlo. Sin embargo, comenzaron a ver detenidamente a sus iguales, que gracias a los estímulos del genio, solo veían como las caras de terror de los otros hombres se intensificaba en la espera.

    - A que te refieres…explícate – ahora un serio Kaoru.

    - Que creen que harán las que no atajaron el ramo – observando expectante a las reacciones de sus amigos, disfrutaba al máximo este juego.

    - Resignarse... – sabiamente decía Ryoma.

    - Imposible…

    - Ahhh…por que…si ya no hay más ramos – interfería Eiji.

    - Eso no importa…de todas formas querrán casarse…una vez lleguen a donde sus novios…esperaran ser consoladas…y por supuesto, presionar para que ellos les pidan en matrimonio.

    - Queeeee… pero como harán eso – continuaba Kaoru.

    - A caso no conocen a las mujeres – los interrogaba, al ver la cara de confusión de los chicos, prosiguió – usaran todas las armas que tengan a su alcance…manipulando la situación a su favor.

    - Solo debemos evitar que nos manipulen – un conocedor de chicas, Ryoma ya se había relacionado bastantes con ellas, así que estaba seguro de cómo defenderse.

    - Bien o’chibi…nosotros también sabemos luchar.

    - Jajajaja – reía Fuji – pero que ingenuos son…

    - De que te ríes…crees que no podremos contra ellas – lo retaba Kaoru – he enfrentado peores cosas.

    - ¿Seguros? – los desafiaba el genio.

    - Fuu… - remilgaba Ryoma – he conocido muchas mujeres, se como tratarlas – su típica arrogancia afloraba.

    - Eso crees – los miraba a todos con una cara malévola, que en un momento los estremeció – les diré algo…ellas conocen cada uno de sus puntos débiles…así que sabrán perfectamente como convencerlos…sin darse cuenta estarán parados en un altar…

    Por unos instantes, todos se quedaron en un sepulcral silencio, indagando en sus mentes cuales eran sus puntos frágiles, y si realmente los podrían convencer de hacer algo, que hasta el momento ninguno tenía pensado hacer, o al menos no por obligación, sino por propia voluntad. Además, el solo hecho de ser persuadidos debido a su debilidad era penoso, pero mas vergonzoso sería si era por una mujer, se convertirían en la burla de todos, definitivamente no podían permitir eso, su orgullo y reputación estaba en juego.

    - jajaja…son tan predecibles – al ver la cara de miedo en sus amigos.

    - Siempre tan cruel…amor – dándole un tierno beso a su esposo.

    - Por eso te enamoraste de mí – abriendo sus bellos ojos azules.

    Al fin el momento esperados, las chicas estaban listas para luchar por el tan preciado ramo, mientras sus contrapartes rezaban a cuanto dios se le ocurría con tal de que eso no sucediera.

    - Uno…dos…tres…ahí va – gritaba Ann, despalda a las concursantes.

    - Es mío…- una chica alta.

    - No será mío… - otra mujer desconocida.

    - Que ridiculez…pelearse por eso…- una supuesta desinteresada.

    - Entonces que haces aquí… - la reprendía su amiga, causando un sonrojo de la mujer.

    - Ojalá…sea yo – en sus pensamientos decía otra mujer un poco más atrás.

    Segundos que parecieron interminables, pero la espera llegó a su fin, una feliz ganadora levantaba su trofeo, ante la decepción de sus opositoras, que sin más que hacer se retiraron desilusionadas a sus mesas. Por otro lado, unos relajados hombres comenzaban a respirar con tranquilidad nuevamente, menos los que se hallaban acompañados por Fuji, que ya temían lo siguiente, aunque dudaban un poco, pero habría que ver.

    - Que rápido…esa tonta me empujo justo…casi era mío - la novia de Kaoru hablaba, mientras se sentaba a su lado.

    - Ni que lo digas…la que estaba al frente mío…me tapo entera…no pude ver nada – esta vez decía la novia de Eiji.

    Unos cuantos comentarios más de decepción siguieron, suficientes como para crear mayor incertidumbre en los presentes, incluido Ryoma, a pesar que Sakuno no dijo nada, su angelical rostro expresaba claramente su tristeza. En vista que sus amigos cayeron en su juego, quiso dar la estocada final.

    - Les dije…ahora prepárense – estimulando sus temores, emitía Fuji con aquella sádica sonrisa.

    - De qué hablan – preguntaba curiosa la novia de Eiji.

    - De nada – fríamente Kaoru.

    - De todas formas – hablaba la novia de Kaoru – esto no significa que no me vaya a casar nunca – sin saber causó que Kaido se atragantará con su bebida.

    - Es cierto yo igual – la novia de Eiji, haciendo temblar al pelirrojo.

    - Ven que no mentía – cizañaba el genio, hasta Ryoma de turbo.

    - Ya déjalos tranquilos – la comprensible voz de la esposa de Fuji – disculpen a mi esposo…pero le gusta ser cruel con la gente.

    - Eso ya lo sabemos – con dureza emitía Ryoma.

    - Por favor…no crean todo lo que dijo – los miraba con ternura, causando en ellos una leve tranquilidad, había esperanzas – la gran mayoría de lo que dijo son efectos especiales…así que no tengan miedo – sin quitar ese tono casi maternal, logrando quitar por completo la angustia de los chicos.

    - Gracias…Kimiko-chan – abrazando a la esposa de Fuji.

    En esos momentos, los chicos se preguntaban como era posible que aquella compasiva mujer pudiera ser la esposa del malévolo Syusuke.

    - No es nada – repentinamente cambiando su sonrisa a una siniestra – pero aun es cierto que existen mujeres que no se resignan tan fácil…la prima de Syu obligó a su novio a pedirle matrimonio…una vez que perdió el ramo – ahora expresaba con ternura a su marido – no es verdad querido.

    - Absolutamente – besando a su mujer en la mano.

    Aquel repentino cambio en la mujer, les confirmó las razones del por que de ese matrimonio, ella podía ser muy dulce, pero a la vez tan siniestra como su marido.

    La fiesta estaba en su apogeo, todos se divertían al máximo, no obstante, aquella chica de ojos carmesí parecía estar en otro mundo, muy lejos de la algarabía del lugar.

    Aunque al igual que los demás disfrutaba de la música, su inexpresión la delataba, pero solo aquella mirada ámbar lograba darse cuenta, que por cierto, no entendía el estado ausente de Sakuno, ya que estaba convencido que ella seria la que más se divertiría con la fiesta, después de todo fue una de las organizadoras, asimismo, él fue testigo de lo feliz que estaba con ayudar a su amiga con los preparativos, por algo le insistía tanto en tenerlo informado con cada detalle, aunque a él no le interesaban en lo más mínimo.

    Por unos momentos más, trato de descifrar que era lo que pasaba con su ángel, pero por más que especulaba posibilidades no hallaba ninguna que realmente lo convenciera, incluso recordó lo antes platicado por Fuji, pero encontraba ilógico que aun permaneciera triste por no atajar el ramo, o será, y si era cierto, esta seria una de las artimañas para embaucarlo, se bufó de si mismo por creer por un instante lo que el genio decía, de todas formas si fuera verdad, tampoco le molestaría tanto ser seducido al punto de terminar en un altar, si y solo si era su Sakuno quien lo llevara a eso.

    De todas formas, no conseguiría nada pensando en tonterías, lo mejor era hablar directamente con ella, así dilucidar los verdaderos motivos de su estado. Sin mayores explicaciones la condujo a un lugar diferente de la fiesta, por uno de los costados del recinto se ubicaba un pasillo, el cual los llevaría a un jardín interior, una especie de invernadero muy acogedor, con grandes ventanales que invitaban a observar el paisaje exterior.

    - Por que me trajiste aquí – interrogaba dudosa – si ya quieres irte nos podemos ir – a sabiendas que ha Ryoma no le gustaban mucho las fiestas.

    - Te equivocas – con seriedad emitía – quiero que hablemos.

    - Hablar…de qué…ahora – un poco confundida.

    - Dime que es lo que te preocupa – observándola fijamente, colocándola aun mas nerviosa.

    - A mí…nada – esquivando la mirada ambarina.

    - Mentirosa – volviendo a capturar su mirada.

    Ambos se analizaban minuciosamente, al son de la lejana música de la fiesta, aunque ellos se sentían rodeados por un perturbador silencio.

    - Dime por que estas así…desde que estábamos en la ceremonia…has estado como ida – mirándola instigadoramente – hay algo que te molesta…sabes que puedes confiar en mí.

    - Lo sé…no me sucede nada…volvamos a la fiesta – evadiendo la mirada de Ryoma.

    - Saku…se que te pasa algo… – aun mas ofuscado, pero su voz era comprensiva – y quiero que me digas que – le exigió.

    - No es nada…solo son tontería – se sentía presionada, pero no tenía la menor idea que hacer, aun no comprendía bien su comportamiento.

    - Crees que no te conozco…se que algo te pasa…ahora no vengas a decir esas estupideces – su frialdad habitual lo dominaba, para el era exasperante no poder entender que pasaba.

    - Si crees que son estupideces…entonces para que preguntas – su tono defensivo lo descolocó tanto a él como a ella.

    Pero que le estaba sucediendo, por que hablaba de esa manera, ella nunca perdía el control ni con sus hijos, se decía para sí la joven, pero aquella frase la había enojado, por que, no entendía, supuso que fue por el tono del chico, aunque esta era la primera vez que eso la molesta.

    Por otro lado, Ryoma quería averiguar cual era el real motivo de su disgusto, pues lo poco hablado no servía para nada, entonces recordó las palabras de Fuji, preguntándose en la posibilidad que la chica estuviese así por no atajar el ramo, aunque le sonaba insensato, mejor se sacaba esas dudas.

    - No he dicho eso… - tratando de calmarse, sobretodo al ver que lo dicho molesto aun más a la castaña – estás molesta por esa bobería de no atrapar el ramo – dudoso e incrédulo al pensar en esa posibilidad, pero un nuevo error, malas palabras y mal tono de voz.

    - Se que crees que son boberías…pero a lo mejor para mí no lo son – al escuchar la voz de Ryoma, en vez de buscar una respuesta acertada, termino por dejarse dominar por su orgullo.

    - No puedo imaginar que creas en todas esas estupideces – emitía fríamente.

    - Ja…para ti todos son estupideces – con algo de ironía comenzaba a hablar, logrando sorprender a Ryoma – por supuesto…como no se trata de tenis…entonces son puras tonterías…claro si en vez del ramo se lanzaran raquetas o pelotas de tenis….no dirías nada….tú mismo irías a buscarlas – al tiempo que hablaba, su conciencia la reprendía, como era posible que digiera esas cosas.

    - De que hablas…eso no tiene nada que ver…el tenis es otra cosa y obvio que no es una estupidez – la bella chica había tocado un punto débil de él.

    - Por que a ti te importa…pero para mi es una completa bobería…que sentido tiene golpear una pelota de un lado para otro – haciendo gesticulaciones corporales en son de burla.

    - Hasta donde yo recuerdo eso no te importaba…tú también lo practicabas – desafiándola en todo momento, con el mismo sarcasmo que ella usaba.

    - Pues como verás ya no lo práctico…descubrí que era una tontería hacer algo sin sentido – su sarcasmo era mayúsculo, aumentando considerablemente el enojo de ambos.

    - Sin sentido es lo que haces ahora…luciéndote en una pasarela para provocar a cuanto imbécil te mire…deberías pensar en tus hijos…y comportándote como una mujer decente – no limitando su enojo ni sus palabras – no como una…

    Una gran bofetada fue a parar directo a su rostro, comprendiendo en ese instante que se había sobrepasado en sus dichos, sobretodo al ver la mirada cristalina que tenía Sakuno, aunque no eran de odio, si eran de una considerable tristeza, reprendiéndose así mismo por hacerla sufrir, aunque se había jurado no volver ha hacerlo nunca más.

    Simultáneamente, comenzaron a recobrar la cordura, que fueron perdiendo en cada frase emitida, aquellos segundos les hizo preguntarse en que momento se les fue de las manos el rumbo de la conversación, y como habían llegado a una discusión sin sentido alguno, peor aun, una disputa tan infantil como esta.

    - Perdón – bajando su rostro avergonzado, por haberlo golpeado.

    - No…me lo merecía…perdóname…nunca debí decir esas cosas – igual de arrepentido que ella, pero aun más, ya que, en realidad, no pensaba lo que dijo, solo se dejo llevar por la ira y los celos que siempre sentía.

    - Yo tampoco…debí decir…lo que dije…sobre el tenis…no es lo que…pienso – su garganta estaba apretada, conteniendo el llanto que no quería realizar.

    - Lo sé…ni yo pienso lo que dije…solo son mis estúpidos celos – tratando de remediar su error.

    - Si…lo sé…será mejor que volvamos a la fiesta… - mientras se giraba hacia el salón.

    - Está bien – contestaba acongojado.

    La conversación había concluido, ya que ninguno de los dos se sentía feliz con lo sucedido, sin ánimos para continuar. Esta era la primera gran pelea que tenían, no sabiendo muy bien como reaccionar o a que atenerse, ambos estaban desilusionados con ellos mismos, pues sus expectativas para esta fiesta eran completamente diferentes a lo que había ocurrido.

    Al ver como su hermoso ángel le daba la espalda, una punzada en su pecho lo alerto, no podía dejar las cosas como estaban, si ya había cometido muchos errores no era el momento para lamentarlo, debía remediar su actuar, dejando su orgullo a un lado.

    - Saku – en tono cariñoso – espera – a la vez que la abrazaba por detrás, rodeándole el cuello con sus brazos de manera protectora, posando suavemente su rostro en el cuello de la chica.

    - Ryoma – sorprendida por el gesto.

    - Aun no te vayas…quiero decirte algo – sin separarse de ella.

    - Ryoma – con la intención de voltearse, pero esto no la dejo – pero qué.

    - Perdóname…se que soy un insensible, arrogante y egocéntrico – su tono era sincero – pero yo te amo más de lo que imaginas – provocando que la castaña se acurrucara más en su pecho.

    - Ryoma…yo también te amo…

    - Por favor…déjame terminar – abrazándola aun más, pero sin mirarse – se que te he hecho sufrir…pero no era lo que quería…siempre me he preocupado solo por mí – un leve silencio, que permitía escuchar el sonido de sus corazones – incluso cuando te volví a ver…me comporte de manera egoísta…sin pensar en lo que tú querías o sentías.

    Como nunca en su vida, estaba siendo absolutamente sincero con ella, y más importante aún, consigo mismo.

    - Pero cuando te vi…lo único que deseaba era estar contigo…todos estos años me había negado a aceptarlo…no sabes lo furioso que me puse cuando pensé que estabas con Tezuka – esto lo dijo con una leve risa – más aun cuando creía que él era el padre de nuestro hijos…el solo pensar que eras de otro hombre – respiró profundo – me desquiciaba…sino fuera por que era Tezuka – lo decía por el respeto que le tiene – no se que habría hecho.

    - Ryoma…no es necesario – acariciando una de sus manos.

    - Lo es…yo quiero hablar – haciéndola comprender de su necesidad – cuando estuvimos juntos esa noche…me di cuenta lo mucho que me hacías falta…no podía creer cuanto tiempo había perdido por mi estúpido orgullo…al día siguiente…te vi cuando te besaste con Tezuka – sobresaltando a la chica.

    - Como…y por que no me dijiste.

    - Por que no quería que me dijeras…que te había gustado…pero como me habría gustado gritarle que tú eras mía – entre molesto y divertido.

    - Eres un tonto – le decía con ternura.

    - Soy un tonto que TE AMA…hermosa…se que no soy el príncipe que imaginabas cuando eras una niña – con un tono avergonzado.

    - Es cierto – le confirmaba – pero yo me enamore de este príncipe…con su arrogancia y orgullo.

    - Saku…se que te mereces alguien superior a mí…pero yo no podría tener una mujer mejor que tú…- cada cariñosa palabra de Ryoma, le estremecía el corazón.

    Siempre quiso escuchar esto, con cada frase emitida le hacía darse cuenta que lo único que le importaba era estar con él, que no importaba nada más, que todos sus miedos eran absurdos, ahora se daba cuenta de eso, aunque la pelea fue horrible, había dejado sus frutos, oír esta declaración era de un valor incalculable, algo que guardaría como su gran tesoro.

    - Hermosa Saku - mientras colocaba una pequeña cajita negra frente a sus ojos – quieres pasar el resto de tu vida…con este estúpido arrogante – con una voz ronca, casi en un soplido en su oreja, sonrojando a la joven.

    - Ryoma…yo…a mi me encantaría…estar con este tonto arrogante…toda mi vida – una suave voz, levemente nerviosa, pero segura y feliz.

    - Te amo – girándola, para poder ver aquel rostro que tanto le gustaba.

    - Y yo…a ti – dejándose seducir por esos ojos que tanto la enloquecían.

    A caso se necesitaban más palabras, por supuesto que no, un delicado beso se dejo ver entre los ventanales, aunque solo fueran las plantas los testigos de esta declaración amorosa, entre esta joven pareja. Aquel sello era definitivo, el solo contacto de sus labios, era suficiente para transmitir lo que sentían en ese instante, una atesorada lluvia de sentimientos los envolvía lentamente, transformando al ruido circundante en una insignificante compañía.

    La primera vez, aquel invaluable hecho que nunca se olvida, había comenzado como una bella ilusión, para Ryoma y Sakuno, sin precedente, con una madures insuficiente, se dejaron llevar por esos cautivadores sentimientos, sin considerar las probables secuelas de sus actos. Sin embargo, lo que una vez los distancio, el destino se encargaría de volver a reunir, pero esta vez no sería una quimera, sino un profundo y verdadero amor, que perduraría el tiempo que ellos estuvieran dispuesto a dar, para fortalecer, día a día, aquel sentimiento que decían profesar.

    ****** FIN ******

    Que tal les pareció, aceptable, insuficiente, buena, solo dejen su opinión, esta es mi primera historia y me alegra mucho terminarla.
    Nos vemos, en el epilogo, si no hay demora será la proxima semana, Bye, recuerden sus rewies.
     
  7.  
    al-kun

    al-kun Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    buena? exelente
    muy fantastica
    esta muy bueno tu final
    con la delcaracion y todo
    aha
    la voy a ocupar^^
    no ibas a hacer un epilogo?
    ok
    chau
    cuidate
    esta fantastico el final
    chau
     
  8.  
    Bitme

    Bitme Usuario popular

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    Re: La Primera vez nunca se olvida

    bueno excelente el final
     
  9.  
    Bitme

    Bitme Usuario popular

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    Re: La Primera vez nunca se olvida

    no tengo mas palabras para desirlo... es hermoso y romantico ... me imagino lo que los chicos de la ex seigaku le abran dicho a ryoma cuando volvi ..con akumo jajaja

    bueno espero que escribas otra historia sos una gran historia pero me quede con las ganas de que el final sea otro pero igual se hermoso el final!
     
  10.  
    luciazanabri

    luciazanabri Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    Queeeeeeee LINDO FIC FANTASTICO ME ENCANTO!!!!! lastima que ya termino T^T pero me encanto tu fic muy chido que linda historia de Ryoma y Sakuno ^^ :) espero el epilogo ; me agradaria si haces otro fic porque este que he leido es muy lindo hermoso y romantico ........ :) bye
     
  11.  
    sakurita_07

    sakurita_07 Entusiasta

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    Re: La Primera vez nunca se olvida

    bello muy bello...........eso m pareció el final, en verdad estuvo muy bueno y solo spero la conti conti del epílogo y otro FIC xfq ya q tú scribs muy bien........... AH!!! se me olvidaba:) ¡¡¡GRACIAS!!!:) x habernos dado la oportunidad de leer st fic tan lindo y romantico en serio gracias.....
     
  12.  
    RelMariposa

    RelMariposa Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    Owooooooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    Hola :D

    Ha sido lo mas beio!!! ademas de muy entretenido jejeje... de verdad me engañaste!!! io pensaba que se casaba ryomita... pero XD... la proposicion de matimonio fue lo mejor!!! T_T casi me emociono-....

    Bueno espero nos sigas deleitando con tus historias!!!
    y sigas leyendo la mia XD.... pues tu eres una de mis fieles lectoras

    atte Marie!!!!!
     
  13.  
    Puccapucca

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    La Primera vez nunca se olvida
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    Re: La Primera vez nunca se olvida

    Bueno esto es lo último que escribo de esta historia, estoy feliz de concluir, ya que me costo un poco terminarla, no se como habrá salido, pero espero que sea de su agrado.
    Muchas gracias a todos por sus comentarios, siempre fueron fundamental para avanzar, pues sin motivación no habría historia, jajaja.
    Bueno ahora lean

    EPILOGO

    El cielo azul permitía ser cubierto, temporalmente, por las esponjosas nubes otoñales, estación que recién comenzaba a estar presente en la ciudad. Por tanto, poco a poco los verdosos árboles se teñían levemente de tonos cálidos, entregando un toque sutil de romanticismo a la capital.

    El tiempo transcurría normalmente, no obstante, en la residencia Echizen-Ryusaki parecía que las horas eran escasas, desde muy temprano se podía apreciar la siempre ruidosa familia, pero que por ser hoy un día muy especial, el desorden era aun mayor, que decir de la bulla que se oía en cada rincón. Así es, hoy se celebraba un gran evento, no precisamente en esta casa, pero los principales involucrados moraban permanentemente en este lugar.

    El gran festejo a realizar dentro de pocas horas, era el décimo aniversario de matrimonio entre Ryoma y Sakuno, que se llevaría a cabo en el templo de los Echizen, en donde participarían sus familiares y amigos más cercanos. Se podría decir, que sería una íntima reunión, sino fuera por que todos los antiguos jugadores de Seigaku estaban invitados, además de sus respectivas familias, por tanto, se podría transformar en todo un evento.

    Previo a todo esto, los Echizen se alistaban en su querido hogar, un hombre adulto golpea suavemente la puerta…

    - Pase… – se escuchó decir en el cuarto.

    - Yue…ya estás listo – la ronca voz de Ryoma se dejaba oír.

    - Sí…papá…que quieres – decía el aludido.

    - Tendrás que hacerte cargo de todo…pronto vendrá Ryoga a buscarlos – con autoridad emitía Ryoma.

    - Qué…Queeeeeeeeee…. – un poco enfadado por la orden – pero por que yo…que lo haga Ranko.

    - Por que yo lo digo…y punto – sin dejar tregua a reclamo.

    Mientras de manera tranquila se veía a un adulto Ryoma abandonar el cuarto de su hijo, asimismo, se observaba a un enojado adolescente por tan autoritaria orden. Aun cuando esto lo molestaba, obedecía a regañadientes, de alguna forma le agradaba ser tratado como si fuese un adulto, pero no en estos casos.

    Es cierto, ya no era el niño travieso de antaño, ahora era un guapo joven, que hace escasos meses había cumplido 16 años, casi la altura de su padre y un poco más delgado, atlético pero no como un adulto. Su cabello era castaño, levemente desordenado, con unos ojos carmesí, dignos de su madre.

    Aunque continuaba practicando tenis, no era su objetivo convertirse en profesional, sino ser un estupendo doctor, al igual que su mentor Tezuka, quien solía ayudarlo en sus labores escolares. Con el tiempo, su padre tuvo que acostumbrarse a la idea que Yue, le gustará tanto compartir su tiempo con su antiguo capitán, pues como una vez él mismo le dijo: “si realmente quieres a Sakuno…tendrás que aceptar mi presencia…ya que no pienso salir de sus vidas, no después de estar con ellos desde el principio...” . Así sucedió, después de todo él estaba con Sakuno, y era preferible no guardar rencores pasados, además, aún le tenía un gran respeto a su ex - capitán.

    Al joven Yue, no le quedo de otra que obedecer lo que se le había ordenado, pues enfrentarse a su padre no era muy divertido, además, hoy era un día especial, y tampoco quería decepcionar a su madre. Saliendo de su cuarto, camino hacia el frente, ya que allí estaba la habitación de Ranko, que aun conservaba el distintivo en la puerta con su nombre, con una leve advertencia:
    “Sino golpeas, yo te golpeo”.

    Claramente, este mensaje iba dirigido a su hermano mellizo, no obstante, el apuntado jamás se daba por entendido, ya que uno de sus pasatiempos era fastidiar a Ranko, una especie de venganza por cuando era ella quien lo molestaba a él, principalmente, cuando deseaba seguir durmiendo. Así que, sin siquiera intentarlo entro de sopetón al cuarto, provocando un grito de la chica, además de recibir por respuesta una almohada.

    - Auch…histérica deja de lanzar cosas…podrías ser mas femenina – con tono burlesco para molestar aun más a su hermana.

    - Que no sabes golpear…– una molesta chica – no vez que me estaba vistiendo.

    - Y…hasta donde yo veo – mirándola de pie a cabeza – no hay nada interesante – negando con su cabeza – no se para que te esfuerzas tanto…ni con cirugía te verías mejor – un tono sarcástico, aprendido con los maestros de su tío y abuelo.

    Su personalidad era muy similar a Ryoga, alegre y divertida, aunque algunas veces solía ser tan serio como su padre, obviando su poca delicadeza con las mujeres, él era todo un caballero, pero no un pervertido como su abuelo.

    - Eres un grosero – gritaba indignada su hermana – a que viniste.

    - Te aviso…el tío Ryoga nos buscará en 5 minutos – burlándose de Ranko, que sabía que ese tiempo era muy poco para arreglarse.

    - Qué…pero a un no estoy lista…por que no me avisaste antes – empezando a dar vueltas de un lugar a otro, buscando entre la inmensa cantidad de ropa que poseía, algo de su agrado para ponerse.

    - Jajajaja…ya te dije…no tienes arreglo…no gastes energía en vano…nadie te va ha mirar… - disfrutando al máximo cada palabra.

    - Cállate…tú que sabes – mirándolo desafiante, sabía que Yue agarraría el anzuelo.

    - Ahhh…a que te refieres…no habrás invitado ha alguien – la miraba detenidamente – o sí…sabes que mi papá no lo permitiría.

    - Jajaja…pero mi mamá me dejó…además, se que tú invitaste a Karin – logrando sonrojar a su hermano.

    - Eso es distinto…le diré a mi papá…

    - Así…les arruinaras la celebración – sabía que había ganado, pues ninguno provocaría una pelea innecesaria entre sus progenitores.

    - Por supuesto que no…pero ni creas que no te estaré vigilando – con una voz que solo un Echizen usaría.

    Una usual platica entre hermanos, al igual que Ryoma, Yue era muy celoso con su hermana, así que se encargaba de cuidarla, según él, de todos los pervertidos que se le acercaban, ya que de acuerdo a su abuelo, todos los hombres eran así. Desgraciadamente para Ranko, tanto su hermano como su padre, eran demasiado, si hasta exagerado, sobreprotectores, no permitiéndole conservar a ningún novio.

    La intrépida Ranko, se había transformado en una hermosa jovencita de cabellos azabaches, dejando que sus finas hebras colgaran hasta la cintura, con unos impresionantes ojos ámbares, que dejaban boquiabiertos a cuanto hombres se le cruzaba, además, de una fina y delgada figura, propias de su madre, todo un dolor de cabeza para Yue y Ryoma.

    A diferencia de su hermano, su gran sueño era convertirse el la mejor tenista femenina del mundo, aunque su principal motivación, era alejarse de sus guardaespaldas, no es que no los quisiera, pero si continuaban así, de seguro terminaría siendo una vieja solterona, ya que ningún prospecto era adecuado para ella. Sin embargo, esto era algo que mantenía en reserva.

    Como capitana del equipo femenino, era muy codiciada entre sus compañeros, pues era toda una belleza, no obstante, no había nadie tan valiente como para desafiar a Yue, y osara convertirse en su novio, aunque más de alguna vez se las ingenio para obtener una cita, que no superaba las dos semanas, ya que una vez su hermano lo descubría, la relación terminaba, principalmente, después de unos hechos memorables.

    ****************Flash Back*************

    Los entonces quinceañeros mellizos, venían recién ingresando a preparatoria, por tanto, como novatos llamaban la atención, ambos entraron a distinto clubes. Poco tiempo después, debido a sus increíbles habilidades Ranko se gano el puesto de capitana, en cambio, su hermano ingresaba al club de ciencias, ya que su deseo era profundizar sus estudios, logrando ser algo así como un ratón de biblioteca, claro sin dejar el tenis, pero lo practicaba en el centro de deportes de Inu.

    Debido a que nadie conocía muy bien quienes eran, muchos se atrevieron a conquistar a Ranko, quienes no esperaban que Yue intentara impedírselos, además, que hasta ese entonces no destacaba más que por sus estudios, siendo infravalorados por todos, situación que no le molestaba en lo más mínimo.

    Hasta que llego el día en que todos cambiarían su pensar de Yue, una tarde cualquiera de entrenamiento, cuando ya terminaban las prácticas, Ranko se hallaba hablando con el capitán de tenis, hasta que Yue los interrumpió.

    - Que hacen ustedes – con cierto fastidio, pues sabía las intenciones del capitán.

    - Nada que te importe Echizen – muy seguro de si mismo.

    - Yue…no empieces…solo hablamos – un poco nerviosa, a ella si le interesaba ese chico, pero si su hermano se inmiscuía, seguro nunca la invitarían a salir.

    - Ranko…ya nos vamos – jalando a su hermana.

    - Espera…que crees que haces – le decía el chico – quiero invitarla a que salga conmigo – un toque de arrogancia que no intimido a Yue, si era por ser arrogante, conocía a muchos superiores a él.

    - Bueno…si es eso…entonces no…tú no eres digno de ella…

    - Qué…soy yo quien decide…no tú – pero al ver los ojos de Yue dudó, fue como ver a su padre.

    - Digno…soy el capitán del equipo de tenis…quien más digno que yo – lo retaba el chico. Por cada segundo que pasaba, los curiosos se comenzaban a reunir.

    - Jajaja…está bien…juguemos un partido…si ganas no los molesto más…- la misma sonrisa desafiante de Ryoma.

    - No…yo no quiero – decía Ranko.

    - No te preocupes…yo me encargaré de callarlo – guiñándole el ojo.

    - Por favor…no tienes que jugar…Yue…escúchame... – hasta ese entonces Ranko era la única que sabía que su hermano jugaba tenis.

    - Ranko-san…ya te dije…le ganaré – con toda seguridad le decía.

    - Deberías escucharla…ella sabe que perderás – su mirada carmesí lo intimidaba de cierta forma, pero no dudaba que le ganaría – bueno pero los tontos ni hablando entienden…juguemos – dirigiéndose a la cancha.

    - Pero que hace…a caso es suicida… - decía uno de los del equipo.

    - Nadie le ha ganado al capitán… - confirmaba otro

    - Ese ratón de laboratorio es un tonto…el capitán lo hará picadillo.

    El partido dio inicio, así tan rápido como comenzó terminó, dejando a todos atónitos con el resultado, jamás nadie se habría imaginado, que el brillante capitán de tenis, perdería de manera tan apabullante ante un don nadie, pero más fue su asombro por el resultado, un 6-0 rotundo. Desde ese entonces, todos comenzaron a respetar a Yue, sobretodo luego de averiguar que ambos eran hijos del indiscutido príncipe del tenis, o sea nada que hacer.

    **************** Fin Flash Back*************

    - Solo apúrate...intento de mujer – bufaba su hermano.

    - Por que no te vas...adefesio masculino – con una voz similar a su hermano.

    - Hermanita...ayuda – saltaba sobre ella un pequeño niño.

    - Que pasa Kota – dulcemente se dirigía al menor.

    - Abrochar zapato – la miraba con pesar, pues su problema era grande – Kotaro no puede – mientras señalaba su gran dilema con los cordones.

    - No te preocupes.

    - Oye enano...deberías aprender solito – lo molestaba Yue.

    - Cállate...yo no enano...hermanita...mira – apuntado incriminatoriamente a su hermano mayor.

    - Yue, no lo moleste...por que no te vas – a su vez su pequeño hermano se aferraba a las piernas de ella, mirando burlonamente a Yue.

    - Eres un enano pervertido – iba a jalarlo, pero Ranko se lo impidió.

    Un nuevo miembro de la familia, este es Kotaro, el menor de los Echizen, quien contaba con solo cuatro años, si se pensaba que Ranko y Yue eran traviesos, aquel niño los había dejado chicos. De todos, era el que mas se parecía, tanto física como sicológicamente, a su abuelo Nanjiro, era más despierto que ninguno, logrando sacar canas verdes a su progenitor.

    - Ya déjalo Yue...yo me encargo de él – tomando en brazos a su, no tan inocente, hermanito.

    Prefirió no continuar peleando, ese enano como él lo llamaba, siempre se salía con la suya, sobretodo cuando estaba frente a su madre y hermana, ya que con ellas, Kotaro se comportaba como un dulce angelito, librándose de las reprimendas de él y, principalmente, de su padre.

    Así prosiguió por el pasillo, al doblar a un costado había una puerta, pero esta vez golpeo educadamente antes de entrar. Al recibir aceptación, decidió abrir.

    - Ya estás lista – con un tono amable preguntaba a una chica que se hallaba en el interior.

    - Sí...ya no vamos – interrogaba la niña.

    - Pero no te vas a cambiar – preguntaba dudoso, pues su hermana estaba vestida como para ir a un evento deportivo, cosa habitual en ella – y lo que te regalo la abuela.

    - Ahh...si te refieres a ese horripilante vestido rosa – apuntando a una silla – jamás en mi vida saldría de esta casa con eso puesto – indignada como si el solo hecho de preguntarle hubiese sido el peor de los insultos.

    - Bueno...pero no es tan horrible...te verías...– tratando de parecer convincente – diferente – con cierta interrogante.

    - ¿Diferente?...que estas demente... – lo miró desafiante, pero luego se volteo – lo que digas...de todos modos no me lo pondré.

    - Ok....Koko...pero si estás lista...baja tus cosas – volviendo al tono amable.

    Kokoro Echizen, es una niña de 8 años, de cabellara corta color castaño, sus ojos eran carmesí con forma gatuna, el único rasgo característico de sus padres. Si hablamos de parecidos entre familiares, Kokoro era la más diferente a todos ellos, era casi de un universo alterno, sino fuera por que Sakuno y Ryoma estaban seguros que era la misma que vieron en el parto, pensarían que se la habían cambiado, aunque en circunstancias específicas sus genes Echizen sobresalían.

    Sin embargo, ella era la luz de Ryoma, por ella dejo de jugar tenis, ya que en el preciso instante que se entero que su Saku estaba embarazada, no dudo en abandonar todo, por estar presente en cada momento de este proceso, que se había perdido con Ranko y Yue, por tanto, no estaba dispuesto a que eso volviera a suceder.

    Aquella noticia causó más de un estrago, ya que una vez recibida, sus prioridades cambiaron drásticamente, al punto de renunciar a la final del día siguiente, pues no quería perder más tiempo allí, partiendo en el primer vuelo a Japón que saliera esa noche. Por lo tanto, causando un gran dolor de cabeza en Joe, quien sería el que tendría que dar explicaciones por el desertor.

    Así fue el actuar de un orgullo tenista, que ahora se transformaba en un flamante padre, aunque solo su familia podía deleitarse con aquel increíble cambio, pues para el resto del mundo continuaba siendo el arrogante tenista.

    Por tanto, la pequeña Kokoro fue la más privilegiada con la variación de Ryoma, aunque ellos pasaron mucho tiempo juntos, no descuido en nada a los mellizos, eran todos un gran equipo o al menos eso era lo que Echizen anhelaba, ya imaginándose jugar dobles con sus hijos. No obstante, eso nunca sucedió, ya que Kokoro no tenía el menor interés en los deportes.

    A diferencia de su familia, ella prefería estudiar otras cosas, así como sus hermanos, una de las primeras cosas que aprendieron fue a levantar una raqueta, la pequeña lo primero que hizo fue descubrir los libros, logrando aprender a leer a muy temprana edad, a quien había sacado eso, nadie sabía, pues ni su padre o madre eran muy doctos en los estudios, y que decir de los demás, al menos el único libro que su abuelo tomaba, no eran precisamente muy educativos.

    De todas formas, aunque no era lo que Ryoma hubiese deseado, termino motivando más a su hija en esto, así que cuando volvía a jugar tenis, por ende viajar, le traía cuanto libro interesante y extraño encontraba, aumentando considerablemente la colección, ya pronto necesitarían un cuarto para convertirlo en biblioteca. Después de todo, ella era muy importante para él, pues le recordaba mucho a su niñez, solo que en vez de obsesionarse con tenis, ella lo hacía con libros, obteniendo personalidades similares, algo característicos en los Echizen su natural arrogancia.

    - Yue... lleva tu mis cosas...no puedo con todo – señalándole una gran maleta.

    - Llevarás todo esa ropa...solo estaremos dos semanas – inseguro cuestionaba – creía que Ranko era la exagerada – burlonamente emitía.

    - No es ropa...son mis libros – contestaba con toda normalidad – aquí esta mi ropa – mostrando una diminuta mochila.

    - Como digas...pero tendrás que ayudarme...yo no podré solo con eso – no valía la pena discutir, era como decirle a Ryoma que no llevara sus raquetas.

    Unos momentos después, los hermanos Echizen estaban listo para irse donde sus abuelos, lugar donde se hospedarían mientras sus queridos padres se iban de luna de miel. Hechos muy importantes para ellos, pues cuando se casaron no tuvieron esta oportunidad de viajar solos, ya que Sakuno aun estaba insegura por sus pequeños hijos, no había pasado mucho desde esos lamentables sucesos, así que fue mejor ocupar su tiempo en buscar un hogar donde formarían a su familia.

    - Papá nosotros ya nos vamos – le informaba Yue.

    - Bueno...con tu madre vamos en unos minutos.

    - Mmmm...a caso no están listos... – observando curiosamente a su padre.

    - De que va esa cara...Saku ya viene – desviando la mirada, su hijo tenía la capacidad de fastidiarlo tanto como Ryoga.

    - Si claro...lo que digas...pero no tarden muchos – esbozando una pícara sonrisa se despide – adiós...ahh...no te demores mucho haciéndole...

    - Ni te atrevas a decirlo...ya márchate – entre molesto y avergonzado.

    Ambos se llevaban muy bien, pero a veces la personalidad tan parecida a su hermano que tenía Yue, lo desquiciaba, además, que este chico decía cosas que lo descolocaban por completo, con tantas insinuaciones digna de Nanjiro y por supuesto de Ryoga, solo que provenían de su hijo, no pudiendo reaccionar como lo hacía con los otros dos.

    Una vez los chicos se fueron, el avergonzado padre fue a buscar a la dueña de todos sus sueños. Entrando en el cuarto, observa como Sakuno se alistaba para la fiesta, aun con una bata que la cubría y gracias a las provocaciones de su hijo, no pudo evitar sonrojarse por sus pensamientos indecorosos, claro era su esposa, pero este no era el momento.

    - Te vez hermosa – acercándose seductoramente a su mujer.

    - Ryo...es tarde – percatándose claramente de las intenciones de su marido.

    - Que importa...nos tendrán que esperar igual – comenzando a besar delicadamente el cuello desnudo de Sakuno.

    - Ryo...tengo que vestirme – intentando safarse antes de ser vencida.

    - Para qué... – juguetonamente decía.

    Sin mucho que hacer, Sakuno siempre era sometida en esta lucha de cordura, ya que cada vez que los labios de Ryoma rozaban su cuerpo, la debilidad caía sobre ella, quedando a merced de su marido, que en ningún caso le molestaba. Así que sin mucha resistencia, su esposo tomo posesión de sus labios, mientras sin reclamo era depositada suavemente en la cama.

    Si había una fiesta para celebrar su aniversario ya no se acordaba, mejor era disfrutar de las fervientes caricias de su amado, de las cuales nunca se cansaba de recibir, y lógicamente de entregarlas. Todo sería perfecto, pero siempre hay algo que interrumpe los instantes más intensos, en este caso un inoportuno sonido de teléfono.

    - Ryo...el teléfono – tratando de entrar en sí.

    - No me interesa – respirando entrecortadamente, pero sin apartar sus labios del cuello de Sakuno.

    - Ryoma...puede ser importante – empujando levemente.

    - Ya...está bien – un poco molesto por la interrupción – diga – con aquella voz fría.

    - Papá... por que respiras extraño – se bufaba Yue.

    - Yue...que quieres – tranquilizándose un poco.

    - Deja de hacerle cochinadas a mi madre....y ya vénganse – con sarcasmo emitía.

    - Cuantas veces te voy a decir que no digas esas cosas.

    - Te lo dije tío...mi papá ya se enojo...ahora págame – escuchaba Ryoma al otro lado del teléfono, claro su hermano, que se reía a mares.

    La conversación no prosiguió, pues Ryoma corto la llamada, sabía de antemano que era solo para fastidiarlo, siempre era igual cuando Ryoga y Yue se juntaban eran insoportables, sino fuera su hijo ya lo habría despachado ha alguna parte como hacia con su hermano, pero por obvias razones no lo hacia.

    De todos modos, estaba dispuesto a continuar lo iniciado con su esposa, así que volteo a buscarla, pero esta ya se había vestido y estaba lista para partir, esperándolo en la puerta con una coqueta sonrisa, ya que sabía que Ryoma estaría desilusionado.

    - Nos vamos...amor – le decía Sakuno con todo burlón.

    - Ni creas que te escaparas – emitía su esposo seductoramente.

    - Es una amenaza – lo estimulaba para provocarlo.

    - No...un hecho...tengo dos semanas para demostrártelo – acercándose peligrosamente a su esposa.


    ****************************************

    Una vez en la casa de los padres de Echizen, ya todos se hallaban celebrando, la principal atracción de la reunión, era por supuesto la pareja de Ryoma y Sakuno, no obstante, para no perder la costumbre casi todas las conversaciones iban dirigidas al joven tensita, no por que fuera más importantes, sino por que les gustaba fastidiar al tenista, quien era fácilmente provocable.

    Los espectadores que más disfrutaban estas charlas eran sus queridos hijos, sobre todo Yue, que ya se las ingeniaría para usar esa información, después de todo el legado de molestar a Ryoma, se había cedido a él, heredado directamente de su abuelo y tío, antecesores de esta actividad.

    - Es increíble que se halla casado – decía un gracioso Momo, ante el desprecio de Ryoma.

    - Más increíble es que aun este casado – continuaba burlándose Eiji.

    - Debe ser por la paciencia de Sakuno – interrumpía Ryoga – no le veo otra explicación...soportar al huraño de mi hermano es toda una proeza.

    - Por que lo dicen – un curioso Yue, pues siempre vio el lado amable y cariñoso de su padre, principalmente con ellos.

    - Por que cuando estábamos en el colegio...a tu papá lo único que le preocupaba era el tenis – informaba Momo.

    - Nos sorprendió mucho que ustedes hallan nacido – graciosamente emitía el pelirrojo.

    - A caso mi papá no tenia novias – se inmiscuía Ranko, era muy importante saber, pues podría ser un arma contra su padre.

    - Jajaja...a menos que allá tenido cara de raqueta o pelota de tenis...pues sino no veo como – bufaba Momo, mientras los demás se reían.

    - Por que no callas y vas a comer Takeshi – ordenaba Ryoma, que no le agradaba mucho el tema.

    - Vez ese es el Ryoma que conocemos – confirmaba Momo – así que deberías agradecer a tu santísima madre el haber nacido.

    La reunión continuaba entre más y más anécdotas del tenista, todos los amigos de los chicos estaban aquí, a pesar de los años seguían juntándose, siempre buscando una excusa para celebrar algo, además, que aún trabajaban juntos, incluido Ryoma, que una vez se retiro por completo de los torneos, se transformó en instructor de tenis en el centro deportivo de Inu y Fuji, que ya era reconocido mundialmente, sobretodo después que Echizen paso a formar parte de esto, logrando gran publicidad.

    Mientras la fiesta avanzaba, Ryoma lograba por fin un momento a solas con su querida esposa, ya estaba ansioso con el viaje, según su parecer no era necesario continuar allí, típico de él nunca fue de su agrado tanta celebración, aunque no podía negar que de todas manera se divertía, pero lo negaría hasta la muerte.

    - Saku...ya nos vamos – como si fuera un niño aburrido.

    - Ryo...aun tenemos que partir el pastel – abrazándolo con mas fuerza – esperemos un poco más...ya – con su innegable sonrisa.

    - Oye Echizen...no seas aguafiestas... – decía su amigo Momo, que escucho claramente las intenciones de su amigo.

    - Nadie pidió tu opinión – lo miraba desafiante, pero se resguardaba en los brazos de su esposa.

    - Déjalo...Momo – lo reprendía Ann, sabía que su esposo le gustaba fastidiar a Ryoma.

    Los Takeshi eran los amigos inseparables de los Echizen, sobretodo gracias a la amistad entre Sakuno y Ann, muchas veces lograron compartir las vacaciones, además que sus hijos eran muy buenos amigos. Así es, Momo ya tenía dos varones de cuatro y nueve años, réplicas exactas de él, que en estos momentos estaban divirtiéndose con su acrobático tío Eiji.

    - Eiji...no les des tanta confianza – le advertía Ann, al ver que lo tenían amarrado a una silla, no quería imaginar que sería lo próximo.

    - Ehhh...por que...no te preocupes...son solo niños – casi en total inocencia decía, sin imaginar que aquellos pequeños les pudieran hacer alguna travesura mayor.

    Por lo visto, Kikumaru seguía siendo el mismo, quizás ese era uno de los motivos por los cuales aún permanecía soltero, aunque el daba claras razones de lo contrario, diciendo que su soltería era muy valiosa como para desecharla sin más, para él todavía no nacía la mujer capaz de casarlo, aunque eso no hubiese evitado que tuviese una linda niña de ocho años, en comparación con su padre ella parecía la adulta.

    - Dime Ryoma...donde irán de luna de miel – Oishi entablando conversación.

    - Iremos a unas islas en Indonesia – sin dejar de abrazar a Sakuno, como si en cualquier descuido se la fueran a quitar.

    - Kawamura – san no recomendó el lugar – informaba Sakuno – él y su señora fueron allí...dicen que es muy lindo.

    - Eso me han contado – proseguía Oishi.

    En esta ocasión Oishi venía sin compañía, ya que hace un par de meses se había separado, como él decía por razones irreconciliables, aunque aun permanecía en contacto con su ex - esposa, debido a sus hijos, tenía dos niños de 10 y 7 años, pero poco los veía pues se mudaron con su madre a Okinawua.

    En cambio, su amigo Kawamura gozaba de felicidad, ya que hace tres años estaba casado, ella al igual que él era una impresionante chef, doble era su satisfacción pues esperaban a su primer hijo, que nacería en un par de meses.

    - Mamá...pregunta la abuela si ya trae el champagne – interrumpía la conversación la bella Ranko.

    - Si...que sea rápido – interfería atropelladamente Ryoma.

    - Amor...se que tienes prisa...pero no seas tan... – solo lo veía con dulzura, pues parecía un niño amurrado por no ser complacido.

    - Si...papá...mamá tiene razón compórtate... a veces eres igual que el abuelo – emitía un poco avergonzada.

    - Ranko...quien es ese sujeto que te acompaña – con su mirada gélida investigaba, el comentario de su hija le molesto.

    - Entonces le diré a la abuela que sí – saliendo presurosa del interrogatorio de su padre.

    - Interesante....sigues igual que siempre Ryoma...tan celoso – abriendo sus lindo ojos azules – si quieres saber...yo conozco a ese muchacho.

    - Quien es – con una dura voz hablaba.

    - Bueno el juega en...

    - Fuji-san...su esposa lo esta buscando – no dejando terminar, pues ella en cierta forma estaba velando por los intereses de su hija.

    - Saku...ni creas que no me di cuenta – se lo decía en un soplido a su oído, estremeciendo a su esposa – ya verás cuando estemos solos.

    - Espero cumplas tus amenazas – coquetamente emitía, con el tiempo se había vuelto más osada, aunque solo mostraba esa actitud con su esposo.

    El día comenzaba a menguar, la tenue luz solar daba su retirada, pero aun los invitados disfrutaban la reunión, entre risas y griteríos, pues en ocasiones les daba a todos por hablar al mismo tiempo, además de la bulla incesante de los pequeños de la fiesta, que corrían de un lado a otro atropellando a quien se les cruzaba, bueno había unos no tan pequeños corriendo, llámese Eiji y Momo, aunque este último lo hacia tras sus hijos, que de seguro habían hecho una de sus travesuras.

    Mientras el precoz Kotaro, se las arreglaba para ser un perfecto angelito con las mujeres asistentes, pasando de un brazo a otro, siendo la envidia de cualquiera que viera las reales intenciones del pequeño, aunque los únicos que se percataban eran su hermano, padre y abuelo, este último estaba de los más orgulloso, al fin un digno heredero.

    - Saku...tu hijo es tan adorable – decía la esposa de Fuji.

    - Gracias... – con una orgullosa sonrisa.

    - Kotaro...ven para acá – lo llamaba su padre, que ya veía las intenciones de su hijo, demasiado cómodo observando indecorosamente a la mujer.

    - No querer...me gusta ella – mirando a la mujer con inocencia.

    - Hay que ternura – abrazándolo con mas fuerza, y el pequeño miraba a su padre con una expresión de gane.

    - Ryo...no te preocupes yo me encargo de él...además se ve tan cómodo...cierto Kotaro que te portaras bien – lo miraba con dulzura, mientras su hijo reía maliciosamente a su padre.

    Obviamente Ryoma no siguió, pues siempre terminaba perdiendo cuando este pequeño se hacia la victima con su madre, solo esbozo una falsa sonrisa, y se dirigió a donde sus amigos.

    - Ya supiste Ryoma...lo de Tezuka – le preguntaba Momo.

    - Que cosa – mirando dudoso.

    - Ay...o’chibi tu nunca te enteras de nada.

    - Tezuka se comprometió...se casa en dos meses – informaba animosamente su amigo de toda la vida.

    - Felicidades – decía secamente Ryoma, muy de él.

    - Gracias – de igual forma emitía Kunimitsu.

    Aquellos dos siempre actuaban igual, aunque no existían rencores entre ellos, sus personalidades no les permitía ser más sociables o amables entre sí, situación que todos comprendían, pero que nadie se atrevía a comentar. Después de todo, aun podían ser amigos, pues continuaban juntándose sin problema, incluso había ocasiones en que se les oía platicar amenamente.

    - Entonces tendremos que hacer la despedida de solteros – decía inesperadamente Kaoru, quien hasta ese entonces guardaba silencio.

    - Ahh...Mamushi viniste – bufaba Momo – mmm...veo que vienes solo – mirando a su alrededor burlescamente.

    - A los idiotas no les hablo – mientras bebía un trago.

    - A quien le dijiste...

    - Es cierto...tenemos que preparar la despedida del capitán – interrumpía Eiji, quien había saltado encima de estos dos.

    - No es necesario – secamente emitía el aludido.

    - Por supuesto que lo es – intervenía el genio.

    - Bueno entonces, nosotros con Kaoru nos encargamos – confirmaba el pelirrojo, el nombrado solo asintió.

    Nadie encontró extraño este comportamiento, es verdad que el silencioso y malhumorado Kaoru, se prestaba para esto, puede ser que hace unos años atrás eso hubiese sido algo impensado, pero hoy no, ya que una vez se divorcio, la forma de superarlo fue comenzar a salir de juerga con Eiji, quien mejor que él, para llevarlo a recorrer lugares para solteros que estaban de moda en la ciudad.

    - Atención...vamos a comenzar con el brindis – decía formalmente Rinko, la madre de Ryoma.

    - Donde esta el tonto de mi hijo – interrumpía Nanjiro, que rápidamente sufrió una reprimenda por su esposa.

    - Por favor...Ryoma, hijo...Sakuno, mi querida nuera – los llamaba con cariño, ante las burlas de Nanjiro.

    Ambos se acercaron hacia donde eran solicitados, Ryoma con su habitual postura segura, tomaba la mano de su siempre avergonzada esposa, que sentía que sus pies torpemente la tirarían al suelo, no obstante, la seguridad de su marido la tranquilizaba.

    - Quiero agradecer...por su presencia – daba inicio el discurso de Rinko, quien se ofreció a esto, pues sabía que si se lo pedía a su marido, terminaría pronunciando cualquier disparate.

    Los presentes escuchaban atentamente a las palabras de la suegra, que con cada dicho se emocionaba, mientras tanto, unos ayudantes comenzaron a repartir unas copas con champagne.

    Para Rinko, la esposa ideal para su hijo era Sakuno, desde el mismo instante que la conoció la acepto, pues veía en ella, lo que su retoño necesitaba para ser feliz, ya que representaba todo lo opuesto a Ryoma, es decir, tranquilidad, ternura, paciencia, humildad y amor, entre otras cosas, cualidades de las cuales, por lo general, carecen los Echizen.

    Debido a esto, fue ella misma quien se ofreció ayudar a Sakuno con los preparativos de la boda, como si fuese su hija, se encargo que toda la celebración estuviese perfecta, desde el vestido hasta la fiesta, haciendo que la tímida chica se sintiera desde un principio parte de la familia, a la cual iba a pertenecer.
    Razón por la cual, en un comienzo accedieron a vivir en el templo con ellos, pues querían darse el tiempo suficiente para hallar la casa ideal, a pesar que Ryoma se negaba terminantemente a esto, pues compartir espacio con su padre lo fastidiaba inmensamente, así que lo más lógico, según él era aprovechar el departamento que tenía, pero Sakuno y Rinko se negaron pues no era apto para sus hijos, ya que se ubicaba en una zona céntrica de Tokyo.

    Por otro lado, su querida esposa comprendía perfectamente, los motivos por los cuales Rinko los había invitado a su hogar, ya que quería en cierta forma disfrutar todo el tiempo posible con sus nietos, que ella decía que su hijo no le había dejado vivir, no pudiendo negarse por mucho, pues entre su esposa y madre no lo dejarían tranquilo, claro pero tendría que soportar las burlas de su padre y hermano por ceder ante las presiones de las mujeres.

    - Hoy celebramos...el décimo aniversario de mi querido hijo – unos débiles sollozos caían – junto a mi adorable hija...pues Sakuno es como una hija para mí – secándose las lagrimas.

    - Ya mujer apúrate...tengo hambre – interrumpía Nanjiro, la paciencia no era una de sus virtudes. Iba a continuar molestado, pero una tétrica mirada de su esposa lo detuvo, ante la risa disimulada de los presentes.

    Tratando de continuar, a pesar de la impaciencia de su marido que no dudó en acatar la amenaza, pues temía que sus grandes tesoros corrieran peligro. Además, sintió una leve mirada asesina de parte de su hijo, que de seguro se coludirían contra él.

    A pesar de las distracciones, el discurso prosiguió sin problemas. Al escuchar a su suegra hablar tan bien de ella, Sakuno sintió deseos de llorar, ya que ella relataba la vida que hasta ese momento habían vivido junto a Ryoma, situación que le causaba una tremenda felicidad, pues años atrás cuando pensó que su felicidad estaba vetada, nunca imaginó que solo había sido pospuesta hasta que volviera a reunirse con su adorado Ryoma.

    Al igual que su suegra, la hermosa Sakuno comenzó a llorar levemente, la emoción que la embargaba superó sus límites. Ante estos sucesos, su amado esposo la abrazó cariñosamente por la espalda, dándole un tierno cobijo, que la hacían sentir aun más especial de lo que ya se sentía, además, de las agradables palabras que le otorgaba.

    - Saku...te amo – mientras suavemente secaba las gotitas que resbalaban por su rostro.

    - Ryo...estoy tan...feliz – acurrucándose en el pecho de su esposo, sin dar la espalda a los invitados.

    - Lo sé...yo igual – casi en un susurro, para que solo ella escuchara.

    La madre de Ryoma, continuaba hablando de los sucesos de estos últimos años, incluso a veces sobrepasándose en sus comentarios, relatando detalles vergonzosos de la pareja, que se veía fuertemente afectada por estas íntimas revelaciones, pero que nada podían decir, ya que eran observados minuciosamente por los presentes, sintiéndose en segundo intimidados.

    En estos precisos momentos la celebrada pareja, deseaba firmemente que alguien interrumpiera a la oradora.

    - Brindemos...por los novios – inexplicablemente interrumpía Nanjiro.

    - Pero aún no he terminada – se quejaba su esposa.

    - Claro que si mujer...ya has dicho suficiente...esto no es una biografía de ellos – burlonamente decía, ante la risa disimulada de los invitados, quienes también se habían percatado del poco tino de la mujer.

    Bueno así se dio por concluido el discurso, en vista que Rinko no protesto más, a la señal de Nanjiro todos levantaron sus copas para realizar el brindis de rigor, todos emocionados aplaudieron a la pareja en escena, entre las fotos que Yue se encargaba de tomar.

    A pesar de transcurrir diez años, este matrimonio se fortalecía a cada día, nada había sido sencillo como ellos mismo hubiesen pensado, ya que una vez que se comprometieron creyeron inocentemente que todos los problemas eran pasados, que no había nada más que hacer, craso error.

    Una vida separados llegaba a su fin, por tanto una completamente opuesta daba inicio, eso es algo que debieron aprender con los años, pues la romántica vida juvenil no era nada comparada con la adulta convivencia de casados, pero tampoco tan terrible como para crear una película de terror, claro eso dependiendo de quien lo mire.

    Tuvieron que lidiar con una infinidad de detalles, desde las situaciones cotidianas de pareja hasta la forma de crianza de sus hijos, que por cinco años solo había estado bajo el criterio de Sakuno, pero que ahora deberían compartirse, principalmente para que los mellizos llegaran a respetar a su padre como una persona de autoridad, no solo como un amigo para jugar, situación que ya era un hecho, pues se había ganado el cariño incondicional de ellos, pero algo muy distinto era educarlos.

    Aunque no fue fácil, lograron compenetrarse cabalmente, no sin el apoyo discreto, paciente y cariñoso de la madre de Ryoma, quien afablemente aconsejaba a la pareja, de una manera tan sutil que ellos no se sintieran invadidos, pues conocía el carácter de su hijo, sabiendo perfectamente que no le gustaba que se inmiscuyeran en su vida.

    Gracias a muchos esfuerzos por parte de ambos, felizmente llegaron a formar la familia que poseen ahora, teniendo un vínculo de confianza y amor imperecedero, que será capaz de cruzar más de alguna tormenta venidera, ya que la vida no es un sendero apacible, sino una escabrosa montaña rusa, eso es lo divertido e impredecible que significa recorrer este camino, vulgarmente llamado VIDA.


    Hasta pronto... no olviden dejar sus comentarios para saber que tal les pareció, así podré mejorar, sin más que decir Chao
     
  14.  
    Gyakutenno

    Gyakutenno Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    Hola
    se que antes no postee solo que me deleitaba con la escritura ^^
    te digo algo se que parecera tonto jeje
    pero cuando lei todo tu fic en especial cuando fuji decia :

    - A caso no conocen a las mujeres – los interrogaba, al ver la cara de confusión de los chicos, prosiguió – usaran todas las armas que tengan a su alcance…manipulando la situación a su favor.

    - Solo debemos evitar que nos manipulen – un conocedor de chicas, Ryoma ya se había relacionado bastantes con ellas, así que estaba seguro de cómo defenderse.

    - Bien o’chibi…nosotros también sabemos luchar.

    - Jajajaja – reía Fuji – pero que ingenuos son…

    - De que te ríes…crees que no podremos contra ellas – lo retaba Kaoru – he enfrentado peores cosas.

    - ¿Seguros? – los desafiaba el genio.

    - Fuu… - remilgaba Ryoma – he conocido muchas mujeres, se como tratarlas – su típica arrogancia afloraba.

    - Eso crees – los miraba a todos con una cara malévola, que en un momento los estremeció – les diré algo…ellas conocen cada uno de sus puntos débiles…así que sabrán perfectamente como convencerlos…sin darse cuenta estarán parados en un altar…

    Por unos instantes, todos se quedaron en un sepulcral silencio, indagando en sus mentes cuales eran sus puntos frágiles, y si realmente los podrían convencer de hacer algo, que hasta el momento ninguno tenía pensado hacer, o al menos no por obligación, sino por propia voluntad. Además, el solo hecho de ser persuadidos debido a su debilidad era penoso, pero mas vergonzoso sería si era por una mujer, se convertirían en la burla de todos, definitivamente no podían permitir eso, su orgullo y reputación estaba en juego.

    - jajaja…son tan predecibles – al ver la cara de miedo en sus amigos.

    - Siempre tan cruel…amor – dándole un tierno beso a su esposo.

    - Por eso te enamoraste de mí – abriendo sus bellos ojos azules.

    Al fin el momento esperados, las chicas estaban listas para luchar por el tan preciado ramo, mientras sus contrapartes rezaban a cuanto dios se le ocurría con tal de que eso no sucediera.


    jejeje hay una parte que me parecio chistoso al imajinarme que escribiras jejeje

    te acordas que en una parte decia syu
    que cualqier cosa usaran las mujeres para lograr que pidan matrimonio??
    y que despues e burlaria de aquel que cai despues de su advertencia??
    jejej bueno el primero que cayo fue ryoma o no?? jhjajajajjaajjaaja
    bueno jejeje
    sabes que pienso de tu fic
    me gusto mucho es el segundo f fic que me ha gustado
    en primera ( porque lo termino hace mucho) valii lastima que ya no se pasa ( motivo que se yo xd) va no se si vos tmb....
    que se llama " el amor no el lo mismo que el tennis" creo que era ese..
    y el tuyo como segundo lugar : la primera vez nunca se olvidaa
    espero poder llegar a terminar mi fic u.u
    ya que no se como llegar al trama que habia echo u.u xD
    bueno puquita me v yo llendo
    te me cuidas
    y espero o que habras otro fic ^^

    Rao
     
  15.  
    aly

    aly Usuario popular

    Tauro
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    31 Diciembre 2006
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    Pluma de
    Escritor
    Re: La Primera vez nunca se olvida

    ke lindo !!!!!!
    ya no va a ver mas conti no???
    bueno t kedo muy bontio
    bye
     
  16.  
    al-kun

    al-kun Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    wow
    esta bueno
    me dieron risa algunas partes y esta muy bien escrito
    te felicito
    un exelente fic
    cuidate mucho y espero otra fic tuyo
    chau
     
  17.  
    RelMariposa

    RelMariposa Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    Hooooooooolas

    Quedo precioso!! Me encanto!!!!!!

    EMOSHION!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    Me encanto el fic... esperare tu proxima obra...
    gracias por publicarlo

    atte Marie
     
  18.  
    ayame003

    ayame003 Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    me impresionaste
    es una de los mejores fic que he leido
    de verdad
    fue exelente
    super bien escrito
    te felicito
    a mi tambien me causo algo de risa algunas partes, sobretodo cuando yue molestaba a su padre y el no podia hacer nada xD
    espero encontrar otro de tus fics
    cuidate
    bye**
     
  19.  
    Azuki

    Azuki Usuario común

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    29 Enero 2007
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    Pluma de
    Escritor
    Re: La Primera vez nunca se olvida

    Me encantó tu último capítulo y el penúltimo, me encanta la forma en que narras y las descripciones que haces , realmente sos muy buenaa!
    cuidatee

    besoo
    Naduuu :) :D :P
    PD: espero q hagas otro fic así :)
     
  20.  
    adrianita_23

    adrianita_23 Guest

    Re: La Primera vez nunca se olvida

    esta linda........q pena q haya llegado a su fin....buuuu
     
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