La Pirata

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Faroth, 7 Febrero 2008.

  1.  
    takeya

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    Re: La Pirata

    Bueno he leido los dos primeros capitulos de la historia, y dejame decirte

    que estan bastante buenos. Me tranpostaron a un mundo diferente, me pude imaginar

    todo lo que sucedia, y ese bar, vaya que se ve peligroso. Se que estoy muy atrasado

    en la historia pero de todos modos los dos primeros han sido de muy buena

    calidad. Me recuerdan a esos libros europeos que venden en las librerias Gonvil

    que me gustan tanto leer. Bueno espero sigas asi y que este hermoso fic tenda final

    por que tambien a mi me desagrada mucho que me dejen en suspenso.

    Nos veremos luego te cuidas mucho

    GANBATTE NE!!!
     
  2.  
    Quelconque

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    Re: La Pirata

    Vaya que tardé en leer la continuación...

    El inglés es mi preferido hasta ahora. Aunque me lo imagino bastante feo, me encanta su actitud tan servicial y convenenciera a la vez.

    Se veía venir esta continuación con el exacto argumento, pero faltaba ver cómo la escribías :D

    Ídem a Acero, excepto por lo del nombre, creo que falta terminar el relato para poder saberlo con certeza.

    Saludos y prosigue, maestro.
     
  3.  
    Its

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    Re: La Pirata

    Menos mal que lo vas a continuar! Antes de llegar a la cuarta pagina pense que lo ibas a dejar sin terminar. Me llegas a decir que estas escriviendo una historia de piratas (que me encantan), paso a leerla, dejas el final en el aire y te cuelgo!

    Pasando a la istoria, me encanta. Me gusta mucho como escribes, las descripciones de los distintos lugares y las emociones se viven. Me gusta mucho el personaje de Sebastian, el empeño que tiene en hacer feliz a Elena, que le vea como algo mas que su hermano pequeño, le he cojido mucho cariño. Elena, buen nombre, asi como de primeras me ha impactado su personaje, tiene un caracter muy fuerte, cuando vuelve a aparecer borracha vestida de hombre...me ha decepcionado un poco, aunque sus motivos tendra.

    Al comienzo del capitulo lo he pasado hasta mal pensando en quien podria ser el que estaba andando por la Fragata y si Sebastian corria peligro. Afortunadamente era Ed, parece que las cosas se pueden ir solucionando poco a poco. La istoria esta de lo mas interesante y eso que todavia no han salido a la aventura. Estoy deseando que reparen la Fragata y salgan a navegar. Tengo ganas de saber como se llevaran Elena y Ed, si este ultimo es de fiar y cumple su parte del trato, si Sebastian partira con ellos e ira madurando...

    Tengo la misma sensacion que cuado leo un libro que me gusta, por una parte quiero saber el final (soy muy impaciente) y por otra no quiero que el libro termine. Espero que lo continues pronto ;)
     
  4.  
    Karl Orphen Fei D´lyra

    Karl Orphen Fei D´lyra Usuario común

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    Re: La Pirata

    faroth ya ps un cap tan weno y emocionante , vaya perdon por tardarme tanto en dejar post y eso k lo lei antes k mio pero no se me olvide y ya ps ddije lo mando con el sigueinte y hasta ahora no aparece.
     
  5.  
    Faroth

    Faroth Entusiasta

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    Re: La Pirata

    Hay cosas en la vida que simplemente no se pueden dejar.

    -----------

    Los días que siguieron al encuentro con Edward estuvieron tan cargados de diversas actividades, que por poco olvido mi hogar, a mi madre, y a la misma Elena. Cosa absurda si pensamos que todo esto lo hacía por ella. Apenas tuve un tiempo, fui a mi casa y le conté todo a mi madre. Ella en un comienzo se lo tomó con mucha preocupación. Le dije que estaba ayudando a reparar un gran barco en el que zarparía por lo menos un par de meses. Ella jamás me había prohibido hacer nada, y le encantaba que yo progresara en la vida. Pero... aunque fuese dueño de una fragata de combate perfecta, no dejaba de ser mi madre y yo no dejaba de tener casi dieciséis años.

    - Usa el barco sólo para viajar, cariño. - Me dijo. - No lo armes de cañones porque te puedes lastimar.
    - ¡Por favor, mamá!. Al menos tengo que llevar unos cuantos para defenderme de los piratas que pueblan estos mares.
    Ella suspiró. Suspiraba mucho en este tipo de conversaciones. Pero finalmente yo me salía con la mía. Todo lo rebatía de manera magistral e intentaba tranquilizarla. Por supuesto, es mi madre, y a pesar de cuanto argumento sólido le entregué, no dejaba de ser una madre preocupada.
    Me dio un gran abrazo ese día. Uno que me decía que, a pesar que todavía me quedaba más de un mes para zarpar, me extrañaba desde ya.
    - Prométeme que llegarás de vuelta entero.
    - Te lo prometo, madre. Y llegaré hecho un hombre.

    No estaba seguro de mi promesa, pero estaba seguro de que lo intentaría hasta desfallecer.
    Mi plan era sencillo: Una vez la hermosa fragata estuviera lista, le daría a Ed que la piloteara al rededor de la isla. A la llegada, lograría hacer que Elena y Gallieri estuvieran en el muelle para verme bajar de mi nuevo barco.


    Fueron días duros. Había que trasladar mucho material y conseguir aún más gente para que trabajara. Edward tenía muchos conocidos que estaban dispuestos a ayudarlo. Pero sólo eran un puñado de hombres aptos para trabajar. Había que hacer algo más que eso. Tuve que hacer acopio de toda mi astucia para ir al taller de Gallieri. Hace mucho que no iba y el italiano me lanzaría al mar apenas me viera. Odiaba que lo dejaran abandonado en el trabajo. Pero yo no era imprescindible. Era sólo un muchacho que estaba aprendiendo.

    Y en eso se basó mi nueva idea. Me dirigí al taller una tarde luego de tres días de fatigosos traslados, para encontrarme cara a cara con Nikolay. Un hombre tal vez unos diez años menor que el señor Gallieri. Con casi la misma experiencia y manos todavía más hábiles para el trabajo. Era corpulento a pesar de superar ya las cinco décadas de vida. Se podría decir que era el mejor de todos los carpinteros de la Gloria, al ser el mejor del taller. Era famoso en las calles y ya casi tenía el taller en su bolsillo. Cuando Gallieri lo dejara y se retirara, él se haría cargo seguro. Yo decidí ir en su búsqueda, con la determinación y valentía que tiene un lobo de mar en busca de su presa. Sólo que esta presa era incontables veces más grande que el lobo mismo.

    Lo saludé con sencillez y le pedí que habláramos un momento.

    - ¿Recuerdas aquella vez cuando Gallieri desconfiaba de ti, y estaba a punto de echarte por la pérdida de toda una caja de herramientas? - Le pregunté, mirándolo seriamente esa tarde.

    - No me digas que vienes a cobrarme la palabra - Me dijo con una sonrisa. Él era una persona que, a pesar de tomarse todo muy en serio siempre, sonreía. Cuando notó que mi silencio era absolutamente afirmativo, la sonrisa se convirtió en risa y luego evolucionó a una carcajada. No era una carcajada malvada. Sólo era una prueba de honesto asombro ante los negocios que puede forjar alguien con una persona que le triplica la edad. Luego de calmarse me dijo.

    - Muy bien, muy bien, Sebastián. Soy un hombre de palabra y voy a cumplir lo que te dije. Te debo una por encontrar la caja y mentir para que yo no resultara expulsado del taller. ¿Qué es lo que se te ofrece?
    - Necesito tu ayuda. ¿Sabes algo de la fragata de Gallieri?
    - Bueno, que debe estar pudriéndose en el muelle cercano a su casa. Pero nadie gastaría dinero en repararla. En estos tiempos poseer un barco nuevo es mucho mejor que reparar algo como eso. Gallieri le tenía cariño a esa fragata. Pero más cariño le tiene al dinero. Si quisiera un barco, lo obtendría de otros modos. Yo estaba allí cuando la realeza se la pidió para combatir. Él se negó, pero a ellos les importó una mierda. Y la trajeron casi muerta, diciendo que era un honor haber servido a la corona.
    - Bueno. Yo la haré navegar nuevamente. Tengo los medios.
    Mi seriedad no daba cabida a la duda. Y Nikolay era un hombre respetable.
    - ¿Tienes el material? - Yo asentí. - Mmmm, pero no es suficiente para hacer un barco nuevo, ni para venderlo. Sólo para reparar. ¿Y alcanzará para reparar el barco?
    - Eres mi única esperanza.
    - ¿Yo sólo?
    - Necesito hombres.


    Le expliqué mi plan. A él le encantó y me dijo que al día siguiente se dedicaría a ponerlo en marcha.

    En dos días, carteles que ofrecían un taller de carpintería para todo aquel que quisiera aprender a reparar barcos poblaban las calles de "La Gloria". Un taller sobre reparar barcos bajo la enseñanza y supervisión del mismísmo Noklay Pavlov.
    El lugar de encuentro era en el muelle junto a la casa de Gallieri. Yo aquellas semanas que transcurrieron no vi jamás al viejo italiano. Pero alguno que otro día él debía estar tranquilamente en su casa viendo cómo llegaban docenas y docenas de jóvenes aspirantes a carpinteros y hacían el trabajo como novatos, pero supervisados por Nikolay, que me decía: "Yo te debo una, y cumpliré. Me aseguraré que, a pesar de ser novatos, hagan trabajo de expertos".

    Con la ayuda de Edward y del puñado de hombres que proveía, logramos hacer que casi cincuenta hombres aptos para la carpintería aprendieran a hacerlo sobre la marcha de arreglar una poderosa fragata. Para ellos esto era un aprendizaje. Para mí, mi esperanza de zarpar a tierras nuevas al lado de mi Elena.

    Comenzamos con reparar el interior. De a poco logramos sacar el barco a flote. Y luego de una segunda semana de trabajos intensos, en que Nikolay se vio muy afectado por su doble trabajo en el taller y en el muelle, logramos hacer que saliera la quilla de la arena y que el barco volviera a flotar. Arreglamos el timón e intercambiamos todas y cada una de las maderas del casco. Las cuadernas estaban casi perfectas, lo cual fue una gran ayuda.

    Lo difícil, luego de un tiempo, fue reparar el palo de mesana, el bauprés y encontrar velamen. Pero el barco ya tenía forma. La gente comenzó a motivarse de tal manera, que de pronto nos llegó un regalo de uno de los amigos carpinteros de Nikolay, un mascarón de proa en forma de una hermosa ave. Decían que era un Fénix y que representaba, según las leyendas, el volver a nacer. Quedó perfectamente bien colocado bajo el bauprés que habíamos conseguido, y sus alas se extendían hermosas hasta quedar un poco suspendidas en el aire.

    Lo del palo de mesana fue más difícil. Por suerte que el mayor estaba en buen estado, o quizás nunca lo hubiésemos logrado. Algunos de los alumnos salieron al bosque a buscar un árbol que se conviertiera en un resistente palo. Y encontraron algo decente. Yo no sabía si duraría demasiado, pero cuando ya estuvo listo, sólo podía soñar.

    Tuve que correr mucho. Tuve que buscar y convencer a gente. Tuve que hablar con grandes personas. No me daba cuenta, pero estaba madurando a una velocidad inigualable para un chico común de mi edad. Entablé una gran relación con Ed. Él era un hombre ambicioso y sentía que el barco ya era suyo. Nikolay también se llevó muy bien con él, y a pesar que lo invitó a trabajar en el taller de Gallieri, Ed se negó siempre. Quería navegar. En los ojos se podía ver ese brillo. Él había sido carpintero de Barbanegra. Nunca hablaba de su pasado, pero con toda su experiencia, me explicaba todos los días cosas fundamentales sobre la navegación.


    Pasaron unas semanas grandiosas. Yo me había casi olvidado de Elena y de las posibilidades de que ella ya hubiese zarpado, cuando escuché un nombre que en mi memoria estaba grabado, y jamás se borraría.
     
  6.  
    berlinQueer

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    Re: La Pirata

    buena continuacion!, en 3 meses la proxima?. ja, suerte escribiendo.
     
  7.  
    Karl Orphen Fei D´lyra

    Karl Orphen Fei D´lyra Usuario común

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    Re: La Pirata

    bravo!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    Faroth yo...te a...admiro muxo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    sugoi que buenasa esta la conti , dios kelo mas , ma sinteresante no la pudiste haber hecho y dejado
     
  8.  
    Acero

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    Re: La Pirata

    Muy buena, la verdad. Esto estaba esperando :rolleyes:
    Es bueno saber que el joven Sebastián a logrado llevar a buen puerto su cometido. Vaya que se las ingenió...
     
  9.  
    Okita

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    Re: La Pirata

    xD noooo por dios, lo dejaste TAN al dente! Me encanto este ultimo capitulo, eso si, no entendi mucho los términos y las partes de un barco :$
     
  10.  
    Its

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    Re: La Pirata

    Que sorpresa! No esperaba que a la vuelta podria seguir leyendo.

    Un nombre? Pero di cual es! lo dejas en lo mejor, estoy deseando seguir leyendo.
    Del comienzo me ha gustado especialmente el papel de la madre, me ha hecho gracia lo de los cañones. La idea de encontrar gente para reparar el barco mediante un taller ha sido muy buena, Nikolay me ha caido bien.

    Muy buena la continuacion, no tardes tanto para la proxima.
     
  11.  
    Acero

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    Re: La Pirata

    Sólo me paso para decir que me parece que el link de tu firma no funciona, Faroth.
     
  12.  
    Quelconque

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    Re: La Pirata

    Sebastián es taaaan infantil: "Vaaaamos mamáááá, ¿qué son unos 3 cañones abordo? todos los demás piratas tienen al menos unos 10, además, tengo que írselo a presumir a Elena y a Gallieri" - se quejó tirándose al suelo y haciendo una pataleta. xD

    Me pregunto qué le habrá sucedido a Gallieri ._.

    Linda continuación, yo también empezaba a dejar de lado a Elena :P
     
  13.  
    Faroth

    Faroth Entusiasta

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    Re: La Pirata

    Gracias a Okita, continuaré escribiendo. Esta historia DEBE ser narrada. La lean miles de personas o sólo una. Debe ser puesta en papel y lápiz porque se lo merece!.

    Gracias, una vez más, por todo el cariño, la paciencia y la dedicación que han tenido con mi escrito. Gracias a los lectores es que un escritor respira.

    Saludos

    Faroth

    ------

    Fue una soleada mañana luego de casi un mes de trabajos sobre la fragata. Ya estaban todas las maderas cambiadas y el barco relucía como nuevo. Era una especie de nuevo cuerpo para una vieja alma navegante. Algunas manderas oscurecidas por los años se emparejaban con otras recién puestas a la luz del sol. Los catorce cañones que otrora aparecían tímidos por sobre la cubierta, ahora relucían en sus nuevos compartimentos. Altivos y para nada solitarios. Hubiera amado ver un barco tan lleno de cañones que su sola visión hubiese bastado para hundir flotas enteras, pero en cambio tenía estos relucientes siete cañones por banda, que afirmaban podían llegar a dañar más de lo que un confiado y tonto capitán podría querer.
    Finalmente, podría no haber sido un gran barco. Podría haber sido sólo una inútil cáscara de nuez en el mar. Pero era MI cáscara de nuez. Y yo lograría todos mis sueños a bordo de ella.

    Todo esto yo le contaba a mi madre en la soleada mañana en que me dijo, como si no importara para nada.
    - ¿Viste el galeón anclado en la bahía? Arribó ayer por la noche, causando revuelo. Necesita reparaciones urgentes e irá con Gallieri, según oí.
    Mi frente se frunció a modo de respuesta interrogativa. Mucha gente adulta pareciera hablar como si todos los demás entendieran y finalmente hablan sin decir nada realmente. Por suerte siempre he tenido la honestidad suficiente para preguntar abiertamente lo que no entendí. Aunque a veces no es necesario hablar. Como en esta ocación, en que mi madre me miró y entendió lo que yo sentía. Se acercó para hablarme en un susurro de complicidad.
    - El Ramelow, capitaneado por el mismísimo Henry Badock. ¿Lo recuerdas?

    Aquel nombre viajó por mi cerebro hasta el área de mis recuerdos, donde vislumbré nuevamente el desayuno en que Elena nos contó a mí y a mi madre toda su situación. Ella lo buscaba a él para robarle aquella medicina especial para su padre. Eso era bueno. Si Badock estaba en La Gloria, eso quería decir que Elena no debía estar muy lejos. Si había zarpado, habría de regresar pronto. Y si no, pues estaría rondando probablemente el muelle en busca del capitán y sus pertenencias. Era mi oportunidad.

    Le agradecí a mi madre por todo lo que había hecho por mí. La abracé muy fuerte y le besé la mejilla con cariño. Luego, tomé algo de comida para el resto del día y partí al muelle en donde mis sueños reposaban, ahora sí, flotando sobre el mar como cualquier barco normal.

    Al llegar, vi que los palos estaban todos bien puestos y listos para aguantar un velámen. Era el toque final además de las banderas y del nombre del barco. Pero eso ya no dependía tanto de mi. Dependía de su capitán y de quien quisiera regalarnos tal magnitud de lona.
    Dirigí mis pasos rápidamente al castillo de popa. Magnífico en todo sentido, y dos carpinteros tabajaban en los detalles de las maderas en un banquillo colgado de las barandas para que todo quedase impresionante.
    Entré en la camareta del capitán, que hasta ahora sólo disponía de una gran mesa circular, un gran armario y una cama a la que le habían puesto colchón y sábanas. Era evidente que tanto Ed como Nikolay sabían que el primer capitán de la Fragata sería una dama. Sobre la enorme mesa redonda, habían incontables planos del barco y de su construcción. En dos sillas estaban los hombres antes mencionados, tomando vino en copas finas.
    - ¡Sebstián! - Profirió Edward cuando entré en la cabina. - Ven, acércate. ¡No vas a creer quién nos ha regalado este excelent wine!.
    Miré de reojo a Nikolay, que portaba una sonrisa de satisfacción plena y orgullo. Un nombre floreció en mi mente, pero tanto me costó creerlo como pronunciarlo.

    - ¿Gallieri? - aventuré.
    - ¡Correct! - Anunció Ed. - Y a que no sbs l... Lo que... ¿ah? - La lengua de Ed estaba tan adormilada que no tenía idea de lo que decía. Un sobrio Nikolay se levantó de su silla y jugueteó un poco con el vino de su copa, haciéndola girar, mientras me explicaba.
    - Gallieri estubo aquí, Sebastián. - Me dijo. - De todos los años que lo conozco, jamás lo vi tan emocionado. Él sabe que estas reparaciones cuestan una fortuna. Y que su nave pueda volver a viajar le puso la piel de gallina. Así que hizo su aporte al navío. Y no me vas a creer si te digo que fue mucho más que una simple botella de buen vino.

    Mi corazón empezó a latir muy rápido. Gallieri era de aquellos avaros que cuentan cada moneda aunque saben que no la necesitan. Pero finalmente, era un hombre de buen corazón y buenos sentimientos. Podías contar con él si realmente lo necesitabas. Algo había echo.

    - En unas horas, las velas estarán listas para aprovechar el viento y mover esta mole - sentenció Nikolay. Yo no pude contener un grito de alegría histérica. Pronto todo estaría resuelto.

    - Ahora, sólo falta darle la vuelta a la Gloria y que Gallieri pueda verlo. - Dije triunfal. Nikolay me miró y se puso un poco más serio.

    - Y eso significa que mi trabajo aquí ha terminado, Sebastián. Debo volver al taller. Tengo muchísimo trabajo por delante. No es que no haya disfrutado estos días, pero sí me han atrasado bastante.

    El hombre se acercó a mí y tuvo que inclinarse para recibir mi afectuoso abrazo.
    - ¿Seguro que no quieres venir con nosotros? - Le pregunté.
    - Soy un hombre de tierra y carpintería, pequeño. No puedo ni quiero navegar. Soy feliz reparando barcos. Y este ha sido al que le he dedicado más tiempo y cariño. Deberás cuidarlo, mequetrefe.
    Yo asentí. Pude sentir cómo mi pecho se hinchaba y una lágrima amenazaba con rodar mejilla abajo.

    - Bueeeeeno - comentó Ed. - En dos horras tendrremos a seis de mis amigos manejando esta brrutalidad, y todo se aclarrará. Esperro que Gallieri atienda a nuestrra cita en el mueie al ocaso.

    - Irá - respondió Nikolay - Yo mismo me encargaré de llevarlo.
    - Very well, then. Nos verremos en otra ocación, mate.

    Nikolay se despidió de nosotros y emprendió el viaje hacia el taller.

    El sol descendía, pero todavía quedaba mucho para su desaparición cuando experimenté el maravilloso rugir de mi propia voz:
    "¡Leven Anclas!" Grité como un loco. Los seis hombres que allí estaban y que podía maniobrar levemente la embarcación acudieron a mis órdenes y el barco, contra todo pronóstico, se puso en movimiento.

    Salimos del muelle. Éste quedaba al Oeste de La Gloria. Como ésto era una Isla, Gallieri debía vernos llegar desde el este para comprobar que habíamos dado la vuelta completa. Así es que emprendimos viaje al noroeste, buscando alejarnos de la costa para no encallar, y siempre con la intención de dar toda la vuelta al lugar. El viento era favorable y de seguro en unas cuatro o cinco horas llegaríamos nuevamente a nuestro destino.

    Y así fue. Tal vez nos demoramos un poco más de la cuenta. Ya que el sol había desaparecido un rato antes y las estrellas ya se asomaban curiosas al espectáculo. Llegamos desde el este y toda la gloria pudo ver la reluciente fragata que se acercaba. Desde luego, no fue un acto impresionante y que arrancó aplausos. Más bien, fue como la llegada de cualquier otro barco. Sólo que este no llevaba ni nombre ni bandera. Incluso al llegar anclamos junto a un poderoso Galeón que nos superaba en embergadura y triplicaba en potencia de fuego. Un auténtico barco de la realeza.

    Pero lo que sí impresionó, fue que gracias a algunos artilugios ideados por Nikolay, hicimos que dos hombres agitaran gigantezcos abanicos confeccionados con antorchas en llamas, desde un lugar muy cercano al mascarón de proa. Así, a lo lejos y en la oscuridad, podía verse un barco llevado por un Fénix que aleteaba con brazos de fuego reales. La gente se arremolinó en el muelle para ver llegar a tal misterioso barco.

    Se dispersaron luego cuando vieron bajarse de él a un muchacho quinceañero y siete hombres comunes más. Nada nuevo, nada espectacular. Luego de todo el ajetreo, sólo quedaba un facinado italiano y un sonriente carpintero nórdico para recibirnos.

    Pero no importaba que Gallieri me felicitara golpeándome cariñosamente en la espalda. No importaba que Ed llorara por cumplir sus sueños. No importaba que Nikolay me dijera que el barco ya era mío, ni muchos menos me importaba que a sólo un par de cientos de metros, Badock dormía en su camareta de capitán. Todo lo que mis sentidos podían percibir, era una esbelta figura, a lo lejos, donde comenzaban ya las casas y las calles llenas de gente, que sonreía y posaba su suave mano en su perfecta cadera, mientras el cabello corto y rubio danzaba en el viento nocturno. Me miraba directamente a los ojos.
     
  14.  
    berlinQueer

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    Re: La Pirata

    bien, al fin vuelve a aparecer elena.
     
  15.  
    Ganymede

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    Re: La Pirata

    Bue.... ¿Que puedo decir que no haya dicho ya?
    Me gustó, de pronto me sentí ahí, aspirando el aire fresco con olor a mar al tiempo que zarpaban. Muy bueno.

    Nikolay me alegró mucho, es un personaje agradable. Me gustó su personalidad. o_o.

    Pero Comienzo a Odiar a Elena xD
     
  16.  
    Karl Orphen Fei D´lyra

    Karl Orphen Fei D´lyra Usuario común

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    Re: La Pirata

    yuhu!!!!!!!!
    quen entrada mas....jijo magnificamente casi esplendida , al fin helena de nuevo , soy feliz, gracias nescesitamos mas Faroth mas!!!!!
     
  17.  
    Its

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    Re: La Pirata

    Como siempre me ha encantado la continuacion. Me ha sorprendido que habria algunos dialogos en ingles,mas bien alguna palabra suelta. Al fin vuelve a parecer Helena aunque sospecho que no le voy a cojer mucha cariño a su personaje. Sin embargo, Gallieri me ha sorprendido gratamente y Nikolay cada vez me cae mejor. Me hubiera gustado ver la llegada del barco llevado por un Fénix,sobretodo siendo de noche.

    Luego tengo que volver a leerlo, que estaban hablando cerca y no me han dejado leer a gusto ¬¬
     

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