Aclaración inicial:​

Este cuento lo escribí hace un tiempo atrás, y lo baso en un AU que yo misma creer, donde los humanos caídos no fueron asesinados, porque muchas cosas fueron cambiadas de la historia original, llegando a tal grado que esto nunca paso. Espero subir algún día un texto resumiendo el inicio de ese universo alterno, pero por el momento, una historias de las arañas del subsuelo que amaron a uno de aquellos humanos, la mujer de las arañas.

Sin más preámbulo, el relato.

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La mujer de las arañas

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Aun se relatan historias sobre aquellos tiempos, donde nuestra gran familia estaba dividida, cuando una parte de ellas tenían que vivir en aquel lugar lúgubre, pequeño y frío. El espacio era insuficiente para entregarles una vida digna, como se merecen cualquiera de nuestras hermanas.

En aquel entonces, en aquella época de oscuridad, una pequeña luz vino a nosotras, iluminando nuestro pesar. Una de las extrañas criaturas que habían venido de arriba, se acercó a nuestras hermanas que vivían sumidas en la resignación, y les brindó ayuda. Su cálida presencia les dio fuerzas y alegrías, aún en ese insípido lugar.

Ella nunca mostró desprecio, miedo o asco, en cambio protegía a nuestras hermanas de todo ser malvado que siquiera insinuara pisotearlas. Ella con toda naturalidad nos aceptó, y les mostró a aquellas que estaban atrapadas, un posible camino para ser libres de esa pequeña prisión, y después de un largo tiempo, por fin estar todas juntas otra vez; Volviendo a estar unidas.

Pero el trabajo era arduo, mucho tiempo tomaba su preparación, por lo cual, muchas de nosotras nos estábamos impacientando y cayendo en la desesperación, pero ella, que podía ir y venir de aquella jaula, nos enseñó a esperar, y ser perseverantes. Fue el primer vinculo viviente para unirnos, uno lleno de afecto y calidez, llenando el calor que el frío papel de las cartas jamás pudo entregar.

No solo nos enseñó la virtud de la paciencia, sino también formas distintas de ver lo que nos rodea. Cuando al fin pudimos regresar a ser una familia, ella permaneció a nuestro lado, nos ayudó a surgir y que los otros nos tuvieran más respeto; nos mostró que no éramos monstruos despreciables, sino que merecíamos el respeto como cualquier otro.

Nuestra amiga, quien aun siendo distinta era una de nosotras, ella era una araña de tomo y lomo. Ahora es nuestra labor cuidarla, y no dejaremos que alguien la lastime. Cuando llegue el día cumpliremos su voluntad para que por última vez nos muestre la salida de la jaula mayor, pero hasta que ese momento llegue, estará inmaculada de cualquier extraño, estará bajo nuestra protección.

Su fascinación se convirtió en nuestra fascinación. Aun la amamos y la amaremos hasta aun cuando nos separemos, y el fatídico día en que el destino nos deba enviar por caminos distintos llegue. Aún seguiremos tejiendo en el nombre de nuestra amada hermana, engrandeciendo a nuestra estirpe acá abajo como cuando lleguemos arriba; por aquella araña de cuatro patas, Elenna.

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Contenido oculto

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