One-shot de Naruto - La misión de Yukimura Sanada.

Nota:
1.Este relato, mezcla un personaje ajeno al Narutoverse, con el perodo de la fundación de la Aldea de la hoja.
2.Este escrito esta diseñado únicamente para la actividad "¿Dónde están las musas cuando las necesitas?"

A pesar de que la Aldea oculta de la hoja, se había fundado hace poco, las batallas continuaban, todavía quedaba un mes antes de la cumbre de los kages para decidir el destino de las bestias con cola y el del mundo en general.

El primer Hokage después de una reunión con el primer señor feudal, le dio una misión al clan Sanada, en específico al jefe del susodicho grupo, Sanada Yukimura.

—Necesito que escoltes al segundo hijo del señor feudal hasta el castillo a las afueras del país, se rumorea que unos renegados de un clan de la recién formada Aldea de la nube buscan secuestrarlo para generar un conflicto entre nuestras naciones, como Hokage no puedo permitirlo, y honestamente quiero cambiar este mundo que ha sido devastado por la guerra, por favor lleva a tu clan y recluta una decena de ninjas que consideres aptos para esta misión de rango S— afirmó el conocido como Dios de los shinobi, el gran Hashirama Senju.

—Sí, primero, aunque, si no es el heredero, ¿Por que desean raptarlo? — contestó el ronin acatando la orden.

—No esperaba menos de ti, Yukimura, eres perspicaz, el señor feudal desea casarlo con la hija del líder del clan Uzumaki en 7 días, será un evento importante entre el país del fuego y el país del remolino, así que en teoría este hijo seria el puente físico de nuestra hermandad, después de todo nuestros clanes han sido aliados importantes para acabar con los días de guerra en esta nación. — explicó sonriente el Hokage.

—Entiendo, entonces me pondré a preparar la escolta— afirmó obediente el hombre.

—Te lo agradezco— dijo amigablemente Hashirama.

—Era una orden, no debes agradecerle hermano, es su deber como miembro de la aldea— musitó alguien a lo lejos, su cabello blanco y sus marcas rojas, dejaban claro de quien se trataba.

—Su hermano tiene razón, primero, es mi deber, no debe agradecerme por cumplirlo— afirmó Yukimura.

—Lo sé, pero igual, ustedes no son mis subordinados, son mis camaradas, mis amigos, todos edificamos este sueño, así que es normal ser agradecido, ¿no? — Luego mira a su hermano— Y tu Tobirama, deberías dejar de ser tan estricto, debemos confiar más en la aldea y ella confiará en nosotros— le sermoneó Hashirama.

—Igual que lo hiciste tú con ese desgraciado de Madara, eres muy blando hermano, las otras naciones no nos respetaran si te muestras así en la reunión con los demás líderes, se nos tachará de débiles— le reprochó serio Tobirama.

—No importa, sé que será una cumbre exitosa — comenta con una sonrisa algo nostálgica el hermano mayor.

Tobirama solo lo mira serio con sus ojos carmesí.

—Bueno, iré a cumplir mi deber— dijo Yukimura rompiendo el silencio.

—De acuerdo, recuerda, mañana al amanecer deben estar en el castillo del señor feudal, eso quiere decir que tu equipo debe estar listo al anochecer— mencionó Tobirama mirando el cielo— Es decir en unas 3 horas— concluyó.

Hashirama asintió con una sonrisa mientras el ronin se alejaba después de despedirse.

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El clan Sanada, era de solo ronin, es decir samuráis del país de hierro que han desertado, era un clan diminuto comparado con clanes como el Nara o el Uchiha, pero fue de los primeros en unirse a la Aldea de la hoja cuando esta fue formada, tenían algo conocido como una barrera de sangre que les permitía moverse a una velocidad sobrehumana, tanto, que a portadores de ojos tan famosos como el Sharingan, les costaba seguir el paso de la rapidez de los Sanada, cuando ellos activaban esta barrera, sus cuerpos expresaban unas marcas enormes y rojas, lo cual hacia que fueran conocidos como el clan rojo, además su líder Yukimura Sanada, quien fue hijo del líder del País del hierro, conocido por ser traicionado y posteriormente mandado al exilio junto con su padre y otros veinte hombres con sus familias, es el llamado demonio carmesí de la guerra por sus innumerables logros en la batalla entre clanes, de hacía unos años.

Cuando su padre enfermó y murió, dejó a Yukimura solo con su esposa y unos hombres que sentían que habían perdido el honor, lo más preciado para un samurái, muchos cambiaron su nombre en aquel día, al igual que el mismo Yukimura el cual nació con el nombre de Nobushige. Durante diez largos días el grupo sin líder vagó en medio de la guerra entre clanes ninja, llenos de temor a ser aniquilados, eran buenos samurái, pero conocían lo ventajoso que era el ninjutsu, por lo que siempre estaban atentos, una noche Yukimura decidió lavarse en el rio, el grupo pasaba por un mal momento, aunque nadie los había atacado, la comida se acababa, pronto tendrían que cazar, y era probable que se toparan con enemigos y tuviesen una disputa de la que probablemente saldrían mal librados.

Sin embargo su vida cambiaria en aquel momento, después de dejar de pensar en el futuro del grupo notó como un viejo de cabello rojo yacía malherido en el lago, Yukimura lo salvó de ahogarse y lo llevó a su tienda, su esposa la princesa Akihime atendió las heridas del anciano preservando su vida, cuando el abuelo despertó, declaró que era un ninja muy poderoso, el cual había sido atacado por un clan completo y que él con sus noventa años, con sus arrugadas manos se las apañó, no solo para sobrevivir sino también para aniquilar a los tres centenares del grupo, a cambio de unas cuantas heridas. Luego de expresar su gratitud con Yukimura, le ofreció enseñarle a él en modo de compensación, el joven aceptó.

Luego de unos años, no solo fue reconocido por sus hombres (quienes también habían aprendido a usar levemente el chakra igual que los ninja, observando las prácticas del que votaron como su líder y aceptaron renunciar a su apellido heredando el “Sanada” de su líder), sino también de los demás clanes que pasaron a respetar al pequeño grupo de ronin.

Yukimura los alentó e hizo su propio clan ninja, se enfrentó contra numerosos shinobi y siempre salía triunfante gracias a un poder que despertó al aprender ninjutsu, la barrera de sangre Ketsutón, una variación del Suitón donde podía manejar la sangre en su cuerpo en lugar del agua, por lo que su maestro le dijo, no era el primero en despertar este tipo de poder, existía un clan que a través de sus ojos podían manejar la sangre de otros a voluntad, el clan Chinoike, un clan lejano del que no se sabía mucho.

Gracias a su líder, todos los miembros pudieron despertar aquel poder, muchos decían que aquello ocurrió debido a que los samurái debían regular su temperatura gracias al frio del país de hierro, por lo que involuntariamente habrían empezado a moldear chakra mezclándolo con su sangre, así que al aprender a manejar de forma diferente su energía física y elemental, lograron extender su capacidad para hacer aquello.

El maestro de Yukimura le contó, que él alguna vez luchó contra otro tipo de Ketsuton, donde los sujetos podían sacar la sangre de su cuerpo, sin embargo era muy diferente al que presentaba el actual clan Sanada, el Ketsuton de los Sanada no permitía sacar la sangre del cuerpo del usuario, solo podía controlarse dentro de este, sin embargo las capacidades físicas aumentaban de una forma extraordinaria, el ninja veterano explicó que bajo ninguna circunstancia intentara moldear sangre fuera de su cuerpo, ya que para hacer eso necesitaba algo que era casi imposible conseguir en esta época de batallas, una cosa llamada “modo sabio”.

Yukimura guardó aquellas palabras, las cuales serían de las últimas que diría el gran y desconocido ninja Fuuma Kotarou antes de morir poco tiempo después.

Con el tiempo se convirtieron en un clan ninja estable, que no solía luchar mucho y que únicamente se defendía de sus atacantes. Aunque se hicieron famosos por su estilo de lucha con katana y por su peculiar poder.

Después de que se esparciera la noticia que los dos grandes y poderosos clanes Senju y Uchiha se unieron para crear una aldea que estableciera la paz, los Sanada no dudaron en unirse a la idea, siendo de los primeros en incluirse en la nueva alianza.

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Sin notarlo Yukimura había llegado a casa de su mejor amigo, el primero al que le pediría ayuda en esta misión, tocó su puerta y un joven le abrió.

—Oh, hola Hiruzen, ¿Se encuentra Sasuke? — preguntó amablemente Sanada al chico.

— ¿Mi padre? , si está hablando unas cosas con mi madre, le avisare que viniste a verlo— respondió amigable mientras se marchaba.

Al cabo de unos minutos Sarutobi Sasuke se encontraba en la puerta. Yukimura estrecho su mano y le dijo la encomienda del Hokage.

—Entiendo— se limitó a decir Sasuke, luego sonrió —Entonces aceptaré con una condición— afirmó.

— ¿Cuál? — preguntó dudoso el ronin.

—Yo propondré a los otros nueve— contestó Sarutobi con su usual semblante.

—Me parece, te lo encargo entonces— musitó Yukimura despidiéndose —Tengo que preparar a mi grupo, te espero en la salida sur al anochecer— avisó mientras se iba con el atardecer a sus espaldas.

Fue una tarde larga, sus treinta ronin, la totalidad guerreros y guerreras en su clan acataron la orden y se prepararon para la tarea, ya caía el sol cuando el líder Sanada se despedía de su esposa Akihime y sus dos pequeños Daisuke y Daihachi.

Cuando llegaron a la puerta sur, se encontraron con dos sorpresas, la primera, los 9 convocados de Sarutobi, los cuales eran amigos en común de Sasuke y Yukimura, tenían la fama de ser muy fuertes, así que era una buena idea convocarlos, la segunda era la presencia de alguien inesperado.

—Señor Tobirama, ¿sucede algo? —preguntó Sanada al sujeto que se encontraba al lado de la puerta.

—Olvide decirte dos cosas— dijo serio el Senju —Primera, hagas lo que hagas no mires a los ojos a los sujetos si los llegan a atacar, el enemigo es un grupo de desertores de un desconocido clan de la Aldea de la nube, creo que se hacían llamar el clan Chinoike— recomendó Tobirama.

Aquel nombre le trajo recuerdos al ex-samurái.

—Entiendo, ¿Cuál es la segunda cosa? — cuestionó Yukimura.

— ¿Sabes el porque te elegimos a ti y a tu clan para esta misión? — preguntó el hermano del Hokage mirándolo fijamente.

—Porque somos el clan con mejor capacidad defensiva de la aldea y tenemos el Ketsuton al igual que el enemigo, ¿Verdad? — respondió sagaz el ronin.

Tobirama se sorprendió levemente, luego sonrió, cosa que no era usual en el — Si, por eso mismo, así que espero que cumplan su encargo sin problema alguno— después de decir eso, se despidió del grupo de cuarenta hombres y se marchó.

Antes de salir de la aldea Sasuke se acercó a Yukimura.

—Entonces en esta misión seremos los Diez de Sanada— dijo señalando a los nueve prospectos.

— ¿Seguro Sasuke?, pero si tú los reclutaste, tu deberías ser el líder de ellos— afirmó Yukimura.

—La misión te la dieron a ti, además sé que nos guiaras bien, así que líder, los diez de Sanada, están listos para la misión— contestó enérgico Sarutobi.

Los otros nueve shinobi lanzaron un “si” al unísono.

El jefe Sanada sonrió, luego asintió —Al castillo del Señor feudal— ordenó mientras corría fuera de la aldea con el clan y los Diez de Sanada a su espalda.