Long-fic La maldición de los guardianes

Este es mi primer capitulo de una historia que tengo pensado hacer desde hace tiempo, me base en el juego Eden Eternal, sin embargo es una original de mi propia creacion, soy nuevo en esto lo que respecta a escribir, así que si me mataran que sea con sutileza por favor.


Capítulo 1. Pesadillas.

Una cálida pero refrescante brisa, acaricia mi rostro mientras el sol se posa sobre mis ojos haciendo que despierte, me levanto suavemente del césped en donde me encontraba viendo a mi alrededor como la brisa, hacia bailar armoniosamente las flores.

Todo era paz y quietud, camine hacia la sombra de un frondoso árbol que se encontraba cerca de mí, todo se veía tranquilo, pero por alguna razón, me sentía con miedo e inseguridad, ¿Por qué tenía esa sensación en tan pacifico lugar?

Cerré mis ojos, y comencé a escuchar gritos de dolor y terror, todo el ambiente cambio, el cielo teñido de negro por el humo, los árboles muertos por el fuego, no había nadie a mi alrededor, solo tierra árida, sin vida, revise mis manos y estaban manchadas de lo que parecía ser sangre, “¿Cuándo ocurrió esto?” pensé, acto seguido pose mi vista hacia delante y pude apreciar lo que parecían ser unos caballeros de armadura negra, poco a poco me sentí pesado tanto que me arrodille mientras ellos se acercaban desenvainando una espada, debía sentir miedo pero no lo hice, permanecí tan tranquilo como antes, uno de ellos se acercó y me susurro “Guardián Maldición”, y clavo su espada en mi pecho.

—¡AHHH! —Me levante gritando, asustado y sudado revisando mi pecho, parece ser que solo había sido una pesadilla—. De nuevo esta pesadilla… ya va toda esta semana que la tengo.

—Siempre pasa lo mismo, primero todo es paz y después, el fin del mundo, ¿Qué significara? —Estuve tan inmerso en mis pensamientos, que no había notado que tocaron a mi puerta.

—Hay… creo, que volví a despertar a los vecinos, tendré que disculparme con ellos nuevamente —. Salí de mi cuarto y me dirigí hacia la puerta, estaba nervioso ya que no era la primera vez que esto sucedía.

—¡Disculpen, enserio la próxima vez me pondré cinta en la boca así no gritare si vuelvo a tener la pesadilla! —. Fue lo primero que se me vino a la mente por lo nervioso que estaba, no había visto ni quien era, solo conteste por instinto.

—Descuida Alan, no pasa nada ya hablé con los vecinos y les dije que me ocuparía de ti —una suave y tranquila voz femenina escuche, se presentó la esposa del alcalde de la pequeña villa donde vivo, Kali, es una mujer angelical y maternal, me ve como el hijo que siempre quiso, pero nunca pudo tener—, ¿Tuviste esa pesadilla de nuevo no es así?.

—Si, la misma pesadilla… aunque hubo algo nuevo, antes de terminar asesinado por uno de ellos, me susurraron algo de Guardián Maldición, no se a que se refieran—. La señora Kali, quedo en silencio por un momento, me abrazo y acaricio mi cabeza para tranquilizarme.

—Descuida, creo que se quién puede ayudarte —Levante mi rostro al escuchar sus palabras, ¿habría alguien capaz de responder y disipar mis dudas?, su sonrisa me dio la seguridad que yo tanto necesitaba —Es una oráculo que vive en medio del bosque, ella ha estado en contacto con objetos raros y extraños, además de que dicen que puede utilizar magia, deberías ir a buscarla cuando salga el sol.

—Si, será lo mejor, estas pesadillas son mas frecuentes y no se hasta cuando pueda soportarlo, muchas gracias señora Kali —La abrace con fuerza, sentí que toda mi vida estaba resuelta con ella a mi lado, sin darme cuenta, quede dormido en su seno materno.

Mientras yo descansaba, en el bosque no muy lejano de la villa la mujer del oráculo estaba preparándose para la visita que pronto recibiría.

—Maestra Anabel, ¿no debería el irse a dormir? —Dijo quien parecía ser el mayordomo y guardaespaldas del oráculo, un enorme y fornido oso de piel negra con una cicatriz en forma de cruz en su ojo derecho— ¿Acaso se le fue el sueño Maestra?.

—Descuida Daniel, solo me preparo para el gran día de mañana, asegúrate de tener la casa en orden para nuestro invitado —La oráculo Anabel le dio la orden a su mayordomo, sin apartar su mano y vista de un pequeño collar que tenía en su mano, Daniel le dio una reverencia y se retiró de su aposento.

—Parece ser que nuestro campeón volvió a nacer, ¿qué elegirás ahora? —La luz de la luna, hizo brillar el collar que tenia la oráculo y ella poso su vista en la luna, sabía que a partir de mañana el futuro cambiaría, la pregunta era ¿para bien o para mal?.