La Máquina del Tiempo.

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Yoruichi, 22 Marzo 2009.

  1.  
    Yoruichi

    Yoruichi Usuario común

    Tauro
    Miembro desde:
    18 Febrero 2006
    Mensajes:
    309
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    La Máquina del Tiempo.
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    947
    La Máquina del Tiempo.

    ¡Buenas!

    Aquí una historia sobre viajes en el tiempo…


    Capítulo 1. El comienzo.

    Era un día lluvioso el que escogieron aquellos papeles para aparecer. Se encontraban dentro de una caja junto con otros papeles olvidados, en una de las lúgubres habitaciones de la vieja escuela de Timetown. Había varias cajas rodeando aquella a la espera de ser quemadas, cuando algo brillante llamó la atención de un curioso adolescente. Se acercó en busca del origen del resplandor y halló un abrecartas oxidado. Desilusionado, hizo ademán de regresar junto al viejo profesor que se encargaba de separar los documentos importantes de los que no lo eran. Sin embargo, tropezó con una caja medio vacía, haciendo que su contenido acabara esparcido por el suelo.

    Maldiciendo, se incorporó y se dispuso a meter los papeles de nuevo en la caja, cuando unos folios excesivamente estropeados le hicieron examinarlos con más detenimiento. Tenían el aspecto de ser los planos para construir algo. Ordenó las hojas y leyó con dificultad el título, pues estaba medio borroso. Rezaba: “Aparato temporal”. Incrédulo, el chico continuó con la inspección. En los cinco folios no se hablaba de otra cosa que de construir una máquina que fuera capaz de realizar saltos en el tiempo mediante tales materiales y tales métodos.

    -Profesor, ¡mire qué he encontrado!- exclamó al tiempo que se acercaba al maestro y le tendía los papeles.
    -A ver qué tenemos aquí…

    El profesor los hojeó, deteniéndose en ocasiones para examinar más minuciosamente algunos garabatos y en otras riéndose por lo bajo. Finalmente devolvió los documentos a su alumno y le dijo que podía quedárselos, pero que no confiara en lo que en ellos se decía. Sin embargo, el chico era demasiado crédulo, a lo que se le añadía el hecho de que había visto por alguna parte la fecha “23 de abril del año 2024”, por lo que insistió. El profesor, por no ignorarle, le recomendó que olvidara ese tema y se centrara en asuntos más rentables.

    El chico, que hasta ese momento no sabía a qué quería dedicarse, tuvo claro ya qué hacer. Estudiaría física y mecánica. Tan volcado estaba en sus estudios que siempre era el primero de la clase. Cuando alguien le preguntaba por qué estudiaba tanto, simplemente respondía que quería ponerse pronto a trabajar. Era una manera de evitar hablar de los planos, los cuales se encontraban a buen recaudo en su habitación. Tampoco es que eso fuera mentira; cuanto antes aprendiera cuanto necesitara saber, antes podría comenzar la construcción de la máquina y verificar su utilidad. No intentaba demostrarle nada a nadie. Simplemente le interesaba conocer al autor de los planos, quien, según había deducido, los había llevado al pasado con la esperanza, quizás, de que alguien los encontrara y llevara a cabo su construcción.

    Cuando acabó la carrera entró a trabajar en una gran empresa cobrando un sueldo superior a lo que hubiera creído posible. Los fines de semana eran de descanso, por lo que los dedicaba a la creación de la máquina del tiempo. Tardó tres años largos en completar el aparato, durante los cuales una parte de su familia le apoyaba y la otra le recomendaba abandonar la imposible tarea. Fue por ello que tanto se emocionó cuando al fin la hubo construido. La alegría, sin embargo, duró poco. La máquina no funcionaba. No es que no funcionara correctamente o que tuviera algún desajuste, no. Simplemente no hacía nada, ni siquiera se ponía en marcha.

    El joven, que esperaba algo así, volvió a repasar las cuentas, en busca de algún fallo tonto… No fue capaz de encontrar ninguno. Entonces, ¿por qué no funcionaba? Decidió tomarse una semana o dos de descanso, para despejarse. Ahora sus familiares opinaban que debería abandonar el proyecto, que los viajes en el tiempo simplemente no eran posibles. Su hermano, varios años menor, le repetía que aquellos planos eran una tomadura de pelo. Pero Taiel sabía que aquello no podía ser ninguna broma.

    Las cuentas eran exactas, tenían lógica, no había ningún fallo… Entonces, ¿es que las teorías de Einstein no eran ciertas? Si no lo eran, desde luego, no habría forma de viajar en el tiempo… Pero aquellos documentos habían viajado en el tiempo… eso significaba que, aunque una persona no pudiera viajar, sí podían hacerlo los objetos. Aquella reflexión lo hizo sumergirse en un mar de dudas. Decidió ir a pasear. Sin pretenderlo, sus pasos lo llevaron al cementerio. Titubeó pero al fin dio un paso y siguió su camino hasta llegar a la tumba de su maestro, quien, después de muerto, se había convertido en su confidente.


    Es breve, pero espero que os haya gustado ^^.
     
  2.  
    Quelconque

    Quelconque Usuario popular

    Virgo
    Miembro desde:
    8 Febrero 2004
    Mensajes:
    790
    Pluma de
    Escritor
    Re: La Máquina del Tiempo.

    Desde que leí el título me interesó lo suficiente como para leer este primer capítulo y ahora me has dejado intrigada con el funcionamiento de la máquina y qué sucederá con ella.

    Sólo te aconsejo que planees muy bien la historia y estudies (más) acerca de las teorías de los viajes en el tiempo porque es un tema en el cual se puede caer en bastantes fallos o incluso encontrarte sin salida para las continuaciones o para el final (gulp!)

    En todo caso te felicito por este comienzo y te deseo mucho éxito con esta empresa. Estaré esperando un nuevo capítulo.

    Saludos.
     
  3.  
    Yoruichi

    Yoruichi Usuario común

    Tauro
    Miembro desde:
    18 Febrero 2006
    Mensajes:
    309
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    La Máquina del Tiempo.
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    1287
    Re: La Máquina del Tiempo.

    Miriabilia, gracias por comentar y por tu consejo. Lo cierto es que antes de meterme en esta historia indagué un poco, aunque lo hiciera para darle más realismo. Tendré cuidado ;P

    Aquí la continuación, espero que os guste. Es algo breve, pero más larga que el primer capi...



    Capítulo 2. Una tarde imprevisible.

    Las tardes en que su hermano salía de paseo, Drake llevaba a sus amigos al laboratorio. A él no le interesaba la supuesta máquina del tiempo lo más mínimo, pero sus amigos estaban obsesionados con ella, casi tanto como el mismo Taiel. Muchos fantaseaban con lograr que funcionara y viajar el resto de su vida de una época a otra. Por supuesto se habían documentado y cada vez que iban al laboratorio comentaban, intentando dárselas de listos, aspectos referidos al tema, como “según la teoría de tal científico…” o “si fuéramos al pasado por nada del mundo podríamos…”.

    Laila y John, compañeros de clase de Drake, parecían especialmente interesados y competían para ver quién sabía más cosas sobre viajes en el tiempo. Solían empezar hablando educadamente aunque al final siempre acababan de pelea, por lo que sus amigos se habían acostumbrado a frenarlos cuando veían que el ambiente comenzaba a ponerse tenso. Alguna vez incluso llegaron a reprenderles y a reprocharles su actitud, la cual, teniendo en cuenta su edad, dejaba mucho que desear. ¡Y pensar que todo aquello se debía a que los dos querían ser considerados los que más conocimientos tenían sobre el tema en el grupo!

    La tarde en que Taiel llegó hasta la tumba de su maestro a Drago no le apetecía ir a ver la “maravillosa máquina del tiempo” que no funcionaba, prefería ir a la playa con la bicicleta, aprovechando el buen tiempo, por una vez que se presentaba. Por lo que fue a regañadientes que aceptó quedarse en casa con sus amigos y entrar de vez en cuando al laboratorio para curiosear, cuando nadie miraba, aunque sabían que si el hermano de su amigo no estaba allí no se iba a producir ningún cambio.

    -Venga, ¡si ya te sabes de memoria cómo es!- gruñó Drake más que harto cuando John preguntó si alguien se apuntaba a asomarse a verla.
    -Anda, hombre, no te pongas así… -le dijo en voz baja, intentando calmarlo.
    -¡Y cómo quieres que me ponga? Con el montón de días que hacía que no veíamos el sol…
    -Vamos, no te sulfures- intervino alguien más.
    -Mira, un último vistazo y nos vamos con la bici… Pero a la playa no, que ya es algo tarde.
    -Y a saber quién tiene la culpa- aceptó a regañadientes.

    Así pues, entraron al laboratorio solemnemente, a modo de despedida, como si quisieran ver la máquina por última vez antes de una larguísima separación que sabían que no podía durar más de una semana. Algunos contemplaron la estructura, analizando cada una de sus partes, como el experimentado artista que evalúa la obra de otra persona. Fijaron en su mente la extraña obra ovalada que ya les resultaba familiar y estaban a punto de dar media vuelta para irse cuando una chica advirtió que había polvo en la pantalla.

    -¡Qué ultraje! Voy a limpiarla…
    -No te molestes, ya voy yo…
    -Noo, yo tengo el pañuelo a mano, dejádmelo a mí…

    Los chicos se encontraban discutiendo sobre la plataforma del aparato, de unos dos metros de largo por uno y medio de ancho. Cada uno se sujetaba fuertemente a uno de los tres palos de un metro de altura que había clavados en la base, distribuidos de forma que quedase espacio suficiente entre ellos para dos o tres personas como máximo. Alguien sugirió que lo echasen a suertes, a lo que los jóvenes accedieron. Parecían los típicos participantes de un concurso de preguntas, allí cada uno junto a “su” palo. Hicieron el piedra, papel o tijera, juego escogido por unanimidad.

    Ganó la chica que decía que tenía el pañuelo en la mano, para depresión de sus oponentes. Sin embargo, fueron buenos perdedores y le dejaron paso sin hacerle la zancadilla, sin la cual igualmente la chica tropezó y fue a parar encima de los botones y palancas de la zona de mando, que se encontraban unos centímetros por debajo de la pantalla. Asustadísima, se incorporó e intentó averiguar si había cambiado algo. Sus compañeros, ansiosos, se acercaron también a echar un vistazo, pero la inspección duró poco. La máquina, hasta el momento descubierta, se vio envuelta en cuestión de segundos por cuatro cristales consecutivos que no dejaron ningún resquicio, dando una forma redondeada al aparato y dejando encerrados a todos los amigos, sin excepción.

    -¡Patosa! A saber qué has tocado –exclamó un furioso Drake mientras miraba la pantalla, atónito y al tiempo horrorizado, en la que se veía una cuenta atrás que se acercaba peligrosamente rápido al cero.
    -¡Hay que salir de aquí, no sabemos si funciona bien!

    Alguien se lanzó contra la pared de cristal, la cual no pareció notar el golpe y se mantuvo intacta. Otra persona probó a pegarle un puñetazo, pero por desgracia el resultado fue el mismo, o casi. El joven que lo hizo aulló de dolor; ésa fue la diferencia. Laila miró cada uno de los botones y palancas, intentando adivinar cuál era para paradas de emergencia, si es que había algo semejante, pero Taiel nunca les había querido explicar cómo funcionaba, de manera que ninguno tocó nada por temor a empeorar las cosas. Aunque bien pensado, las cosas estaban ya muy mal: el minuto que tenían casi se había consumido, iba por ocho segundos, siete, seis, cinco…

    -¡Nooo, paradlo! ¡Vamos a morir! –chilló una voz histérica.
    -No se te ocurra decir eso o… -respondió otra más histérica aún.
    -Tres, dos… -fue leyendo John desesperado.
    -Mierda, callaos… -rugió alguien mientras golpea con todas sus fuerzas los ventanales.

    Y... Cero.



    Dejaré un dibujo de la máquina cuando pueda, por si no he explicado bien cómo es ^^.
     
  4.  
    Sango_extermina

    Sango_extermina Fanático

    Capricornio
    Miembro desde:
    23 Abril 2005
    Mensajes:
    1,229
    Pluma de
    Escritora
    Re: La Máquina del Tiempo.

    Veamos, al tema de saltos en el tiempo es una de las cosas que me gustan. Auque no este muy enterada de las diferentes teorias al respecto. Como ya sabes, me gusta tu modo de escritura, aunque hubo por alli un par de cosas que tuve que releer.

    Ambos capitulos me han gustado, en mi opinion es fluido y su extencion es adecuada ya que tambien un capitulo demasiado largo llega a aburrir o lastimar la vista por lo mismo.

    Esperare el capitulo tres, a ver que les deparara a Drake y compañia.
     
  5.  
    Quelconque

    Quelconque Usuario popular

    Virgo
    Miembro desde:
    8 Febrero 2004
    Mensajes:
    790
    Pluma de
    Escritor
    Re: La Máquina del Tiempo.

    Este capítulo mantiene la intriga aunque...
    ... suena a albur xD
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso